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Tres eran tres 42

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En la entrada 42 de T res eran tres hay dos novelas españolas de dos autores que me gustan mucho, uno al que casi he leído entero y otro al que nunca creo que pueda completar porque su obra es muy extensa, y escribe para todas las edades. Ninguna de estas novelas pertenece a ninguna serie. La tercera es de una autora  británica, está escrita en 1950 y es la octava de una serie de la que no he leído más. " Dinero para los muertos ". Andreu Martín. Terminé el año con la penúltima novela de Andreu Martín, Lo que solo les pasa a los demás , y nada más empezar este 2025 vuelvo sobre el autor para leer la última, Dinero para los muertos . Tengo la costumbre de no leer muy seguido libros escritos por la misma persona, pero creo que es una costumbre a desterrar porque a veces apetece mucho repetir. Comienza la historia con una introducción en la que una mujer nos habla de sus padres, de su separación antes de nacer ella misma y de la marcha de su padre, Larraz, un famoso periodista,...

"Carnicero" Joyce Carol Oates

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Ha de decirse, en todo caso, que Silas Weir fue un investigador de lo más inusual, un pionero no solo en el campo de la psiquiatría, sino en el de la ginopsiquiatría, una especialización controvertida incluso ahora; junto con su pariente Medrick Weir, padre fue el cofundador de toda esta rama, que aún se practica, si bien de manera aislada. En algunos círculos, se agraviaba a padre tildándolo de médico depredador de sus (indefensas) pacientes para que su carrera avanzara, así como por motivos más personales y lascivos; pero sigue siendo un hecho que ninguno de los médicos más ortodoxos de su época habría deseado explorar a las personas que solía atender mi padre, véase, a las mujeres, ni siquiera habría intentado «curarlas» de sus males. Pues en el hospital de Trenton, sus pacientes a menudo eran indigentes, «la morralla y la quincalla de la Tierra», como él las llamaba.  Eso es lo que leemos nada más empezar el libro, en lo que aparece como Nota del editor , aunque el engaño dur...

"Quizás desde la ventana" Sara Mañero Rodicio

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-Pero Raquel, ¿vienes o qué? Vamos a llegar tarde y mamá se va a enfadar. -Ya te he dicho que no sé dónde he dejado el cargador... Otra vez ese instante infinito, que ahora me atenaza como si fuera presagio de inmensos males. ¿Cómo pueden esas simples frases convertirse en amenaza? ¿Cómo, las bromas, anticipar el desastre? Sé que cerré la puerta con llave, que comprobé que la hubiese cerrado. Sé que busqué las llaves del coche en el bolso y después...ya se me fue el recuerdo, hasta que desperté en este nuevo cuerpo, con esta extraña vida que jamás habría elegido, sin entender cómo había llegado allí. Aquí. Esos son los últimos recuerdos de la narradora antes de despertar en su nuevo cuerpo. No sabemos bien qué le ha pasado, aunque desde el principio sabemos que es algo no muy bueno. Desde ese capítulo llamado 0, que viene escrito en cursiva y en segunda persona pues la narradora se lo narra a sí misma, nos va dando noticia de su situación. Sabemos que no puede ver el mar que rec...

"No matarás" Ana Sofía González

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Juan Pablo la sujeta con fuerza. Vicky dice que no. Él enrosca los dedos en su pelo enmarañado. La inmoviliza sin dificultad. Te gusta mi verga y lo sabes, dice y mete la lengua en su oreja. La tomó por sorpresa. […] Con un rechinido se abre la puerta. El perro se abalanza feroz contra él. La primera mordida es en el muslo derecho. Sacude la cabeza y lo jalonea para arrancarle el pedazo. Mana sangre de una arteria perforada. Juan Pablo siente los colmillos despedazar el tejido. Se encorva para proteger pene y testículos. Grita. […] Una adolescente atraviesa la puerta, Alejandra, la dueña del perro. […] Alejandra grita. Él, aturdido, gira y repta hacia ella. Blande el filo. Le roza la espinilla. Un fino hilo de sangre le escurre. Alejandra alcanza una pala y golpea al hombre. Seco. Metal contra cráneo. Él aún se esfuerza, quiere herirla. Otro choque firme y preciso. Metal contra nuca. Un crujido. Un último golpe. Juan Pablo no irá a la parada del camión. No verá más a su esposa, ni a su...

Piso compartido

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  Con este micro colaboro en el reto de marzo de 2025 de El tintero de oro . ¿Y en qué consiste el reto de este mes? Nos lo explica Bruno en la convocatoria y es bastante sencillo como se ve en la banner: hay que escribir un micro relato sobre el desamor. Aprovechando que febrero es el mes en que se celebró el amor, en marzo hacemos un homenaje al desamor. Por si alguien quiere saber más acerca del reto lo  podéis leer  aquí . Sus huellas, por todas partes. Procuro no cruzarme con él. Me paso días sin verle, pero su rastro ha conquistado toda la casa. Había dejado el tabaco y ahora hay olor a humo y colillas debajo de los muebles. Encuentro envases vacíos de comida preparada en los lugares más insospechados. Friega lo que mancha, pero siempre deja huellas asquerosamente sospechosas para que yo las vea. Echo en falta cosas en mi parte del frigorífico, pero siempre con la duda de si habré sido yo quien lo ha usado. Limpia cuando le toca, pero cuando me toca a mí si...

"La península de las casas vacías" David Uclés

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[...] la ceniza venía del centro de la tierra. La península había sentido de golpe toda la sangre que iba a recoger durante la guerra que acababa de comenzar y estalló de dolor: sacudió las placas y agrietó su centro geográfico, que se encontraba cerca de Madrid, justo debajo del cerro de los Ángeles. Se tragó todo el monumento al Sagrado Corazón que había erigido allí el exiliado Alfonso XIII —cuyo Cristo había sido fusilado por los republicanos días atrás—. En lo alto del cerro se abrió una sima que descendía hasta el centro del planeta —casi tan grande como la de Jinámar, en Gran Canaria, donde encontraron la muerte cientos de milicianos—, de la que aquella madrugada brotó una inmensa nube de ceniza. Con el paso de los meses, los bordes de la sima crecerían hasta formar el cráter de un inmenso volcán. Pero la erupción no llegaría hasta bien entrado el conflicto porque el volcán estaba aún vacío. No podía expulsar sangre hasta que la tierra no se empapase del todo con ella. Comi...