"De carne y hueso" Michael Cunningham


Descubrí a este autor con motivo del estreno de la película "Las horas", que me gustó tanto y me pareció tan especial, que me hizo buscar la novela y leerla con avidez, y darme cuenta de que la película, magnífica, es un pálido reflejo de la maravilla que es el libro. Desde entonces Michael Cunningham, se ha unido a la lista de escritores estadounidenses a los que leo, sí o sí.
En esta novela, de nuevo nos encontramos con una despiadada disección de la familia norteamericana que podría trasladarse a cualquier familia en cualquier sitio porque la familia es una institución contradictoria "Sabía que amaba a su hijo —¿qué clase de hombre no lo haría?—, pero quería que fuera distinto. [...] sentía amor por su hijo, aunque cargado de odio"; la familia puede pesar y agobiar como una losa y, a veces desearías hacer un revoltijo con ella, meterla en el último cajón del último armario y olvidarte de donde pusiste la llave. 
La novela empieza en 1935 con un Constantine Stassos de ocho años que trabaja en el huerto de su padre, en Grecia porque hay que "trabajar hasta la muerte para mantenernos con vida". El siguiente capítulo es ya en 1949 y Constantine con veintidós años vive en Estados Unidos y corteja a Mary, descendiente de italianos, de la que está enamorado, en una noche de verano junto a la barandilla del porche. Y así, capítulo tras capítulo, a través del tiempo, y de los personajes, mediante escenas aisladas, que les pasan a unos u otros a lo largo de cien años, se nos va contando la historia del matrimonio de Constantine y Mary, sus tres hijos  y sus dos nietos, así como algún que otro personaje peculiar.
Se trata de pinceladas aisladas a las que nosotros tenemos que ir dando continuidad para que adquieran forma; tenemos que unirlas para que conformen entre todas el cuadro que se nos pretende mostrar. 
A través de dichas escenas vamos viendo la evolución de los personajes y de sus relaciones. Las relaciones del padre con los hijos; la creciente hostilidad, incrementada por la violencia, de Constantine hacia su hijo Billy al que no comprende y no acepta y de quien piensa que es un fracaso y una desilusión; su predilección por Susan, la primogénita, la única que responde a sus esquemas vitales y a sus expectativas "Susan, al fin y al cabo, había comprado el paquete completo. Se había casado con un abogado y con una casa con columnatas en Connecticut; había aceptado la obligación de ser una preciosidad"; la indiferencia, aunque no tanta, ante Zoé, la pequeña, la más extraña desde la infancia, nacida para una vida sin esquemas previos, para vivir en una cabaña sobre un árbol; Zoé que con cinco años "se veía a sí misma como un animal. Cogía la comida del plato y la mordisqueaba con ansiedad. Dormía acurrucada en una especie de nido fabricado con mantas y sábanas"; Zoé que nunca pudo adaptarse a la vulgaridad de una vida corriente.
La relación entre Mary y Constantine; la extrañeza que, con el paso de los años, se va apoderando del matrimonio hasta que éste se derrumba y cada uno toma un camino distinto, uno para encontrarse y disfrutar del placer de vivir a gusto consigo mismo (o intentarlo), el otro para perderse en una nueva relación y en la posesión de cosas prescindibles, pero que hacen compañía (o lo parece).
Mary es un personaje silencioso, dependiente de Constantine y de sus cambios de humor que van marcando la vida de la familia. Mary sale adelante como puede. Su mentalidad de nueva rica le hace despreciar a las mujeres que podrían considerarla su igual y ansiar la amistad de las que, a su vez, la desprecian a ella. Su mayor afán es proteger a Billy de su padre, conseguir que sus hijas consigan lo que a ella le falta, y todo ello, muy lejos de hacerse realidad, la va llenando de una enorme frustración. 
Y los años pasan y se van sucediendo las vivencias; felices, las menos; terribles, algunas; vulgares, como en cualquier vida, la mayoría. Cada personaje se verá enfrentado a su presente, y a las sombras de su pasado porque ambas cosas vienen a ser lo mismo, y, buscado o no, uno se resuelve en el otro, y si bien no hay culpables casi nunca, todo es una sucesión de causas y consecuencias. Una sucesión que se podría seguir hacia atrás en el tiempo y tal vez nos llevaría, porque más no conocemos, a aquel huerto griego en el que pensaba un Constantine de ocho años mientras "trabajaba en el huerto del padre [...] aquel cuadrado de granito en polvo" que él fertilizaba transportando la tierra a buchitos desde el huerto de su padre hasta el suyo propio: "se agachaba cada tarde, al finalizar la jornada de trabajo [...] y se llenaba la boca de tierra"; la misma parcela que había sembrado con semillas robadas a su madre "docenas de semillas, las que en alguna rarísima ocasión se le quedaban pegadas al cuchillo o se le caían al suelo", y que regaba cada día con la mitad de su ración de agua, dejando la otra mitad para beber. 
No supimos que fue de aquel huerto. Probablemente nunca sorprendió a la familia con un tomate o una berenjena obtenidos de él. No supimos que fue de aquel huerto, pero la vida que vino después no fue más productiva y, al final, todos lo que logran sobrevivir lo hacen con el peso de lo que él les arrebató y con la losa de sus exigencias y nos dejan la inquietante sensación de que no son más que los supervivientes de un desastre que se podía haber evitado.


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Comentarios

  1. También me gustó mucho "Las horas". Por si no bastase con eso, la reseña que haces de esta otra novela, "De carne y hueso", me alcanza en la carne y en el hueso, Rosa, así que... ¡otro título que apunto con el anhelo de poder leer todo lo que quiero!

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  2. Nunca podrás leer todo lo que quieres. Así son las cosas. Ahora en serio, esta novela merece ser tenida en cuenta. Me ha resultado muy interesante.
    Un beso.

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  3. Hola Rosa. No he visto la película pero con tu excelente narración voy a hacer por verla ya que me gustan los ingredientes de la misma.

    Esto sí es un 'alimón' contigo misma, como nos decías a Kirke y a mí respecto a nuestra sección compartida ;-)

    Besos

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    1. No he debido explicarme bien, Chelo. La película "Las horas" está basada en una novela del autor, pero esta es otra novela del mismo autor: Creo que no lo he dejado claro. Al autor lo conocí cuando vi "Las horas" y, tras leer la novela, me gustó tanto que luego he leído otras. Esta es la tercera y está muy bien. Recomiendo este autor.
      Un beso, guapa.

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    2. Sí te explicaste bien Rosa, fui yo que me lancé a leerte (y comentarte) desde el teléfono móvil y, con la pantalla pequeña, creo que no ví ni el título ni la imagen del libro, así que lo entendí mal.
      ¡Gracias por la aclaración!
      Besos

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  4. Cuando podré leer todo lo que quiero? Tentaciones. Las historias de sagas familiares siempre me han fascinado.

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  5. ¿Leer todo lo que quieres? Como le dije a Carmen, nunca. Se hace lo que se puede. Si te animas y lees algo de este autor, ya me contarás.

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  6. Yo también tengo a la película "Las Horas" en la posición que se merece, bien alta. Del autor en cuya obra se inspira, la novela de Michael Cunnigham no he leído nada, pero veo que no sólo "Las horas" es una excelente historia sino también otras como esta "De carne y hueso" que es tan dura y hace un retrato sin trampa alguna de la sociedad norteamericana, de esos hombres y mujeres que vinieron de fuera y trabajando -siempre trabajando- alimentaron y hasta se creyeron el sueño americano.
    Me ha gustado mucho, o así creo haberte entendido, que al final Constantine evoca ese huerto griego que trabajaba con esfuerzo y que ahora con el paso de los años está en situación de igualdad con lo conseguido en América.

    Me gusta mucho esta historia. Voy a conseguirla y a leérmela. Gracias, Rosa, por explicar tan bien lo leído y dar a conocer títulos de esa literatura noerteamericana que tanto te gusta (y a mí también, que conste).
    Un beso

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    1. Una gran historia de un gran escritor de esos americanos hasta la médula que tanto nos gustan. Te recomiendo cualquiera de sus novelas. Yo he leído varias y todas me han gustado muchísimo.
      No dejes de buscarlas, te alegrarás.
      Un beso.

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