"Total Khéops" Jean-Claude Izzo

El título de esta novela, "Total Khéops", está tomado de la canción del mismo título del grupo marsellés de rap Iam. Allí se habla de Khéops porque suena como "caos" por lo que se podría traducir el título de la novela como "caos total".
En un caos total, y en algunos casos mortal, es en lo que desembocan las vidas de Manu, Ugo, Fabio y Lole, cuatro amigos marselleses de la infancia. Ugo y Manu habían nacido y se habían criado en el Panier. Los padres de Ugo "huían de la miseria y de Mussolini"; la madre de Manu se instaló en el barrio "embarazada de él, con dos de sus hermanos. A José Manuel, su padre, lo habían fusilado los franquistas". Lole llegó más tarde, cuando ellos tenían dieciséis años. "Vivir en el Panier era la vergüenza. Desde el siglo pasado. Era el barrio de los marineros, de las putas. El cáncer de la ciudad. El gran lupanar".
Fabio no era del barrio aunque nació allí. Cuando tenía dos años, sus padres se mudaron a "la Capellette, un barrio de macarroni". Fabio los conoció más tarde y debido al azar, pero la amistad entre los cuatro, aunque separados espacialmente, se ha mantenido con sus más y sus menos a lo largo de los años.
Tal vez el hecho de abandonar el barrio, de salir de ese barrio de putas y marineros, fue lo que salvó a Fabio. Si es que queremos pensar que Fabio se ha salvado por el hecho de ser policía. Si es que seguir vivo y soportando sobre tus hombros las muertes ajenas no es mayor condena que el mero hecho de estar muerto o perdido entre tus recuerdos, los amores que fueron y los que podrían haber sido.
Cuando comienza la novela, Manu, metido en negocios turbios con los personajes menos recomendables de la mafia marsellesa ha sido asesinado y Ugo vuelve para vengarse de quien lo haya hecho. Vuelve de un periplo de muchos años por todo el mundo; una huida que se autoimpuso por causa de Lole, o de Manu, o porque no se atrevió a amar a Lole, o porque fue tan generoso que se la cedió a Manu. Vuelve a vengar a Manu y vuelve perseguido por una orden de detención internacional por tráfico de obras de arte. "Ugo había vuelto por eso. Por el honor. El de Manu. El de Lole. El honor de nuestra juventud, de la amistad que compartimos. Y de los recuerdos".
Los tres amigos fueron inseparables hasta que la mili los separó. Después volvieron  a juntarse, pero no volvieron a ser los mismos. De mangar libros y ropa sabían mucho, de atraco a mano armada, nada.
Fabio se alejó de sus amigos tras el robo a una farmacia con tiroteo y farmacéutico herido. "Al día siguiente me alisté en el Colonial, para tres años. El tipo no estaba ni vivo ni muerto, sino paralítico para siempre. Pedí volver a Yibuti. Fue entonces cuando vi a Ugo por última vez". 
Ahora es policía, es el narrador, es quien comienza la historia tras el prólogo "Me agaché ante el cadáver de Pierre Ugolini. Ugo".
A partir de este momento, Fabio Contale, el policía que llegó a tal de puro colgao, igual que podía haber llegado a asesino o ladrón, se verá envuelto en varias investigaciones a la vez para averiguar quien asesinó a sus dos amigos de la infancia y la desaparición de Leila, una amiga de procedencia argelina a cuya familia conoció por cuestiones policiales y con la que trabó amistad por cuestiones humanas.
Las investigaciones se van enredando y van avanzando por las calles y los barrios de Marsella, 
Jean Claude Izzo
otro personaje fundamental y fascinante de esta novela. Una Marsella a la que "le había podido la tontería parisina. Se imaginaba capital. Capital del sur. Olvidándose de que lo que la convertía en capital era el hecho de ser un puerto. El cruce de todas las mezclas humanas". Una Marsella en donde se siguen dando esas mezclas humanas o, mas bien, una variedad de razas humanas que no se mezclan o se mezclan muy poco. Donde unos, muy homogéneos, y otros, muy variados, viven a ambos lados del muro invisible, pero muy patente, que separa la escasez de pigmentación, de las pieles más oscuras y atezadas; el elevado poder adquisitivo, del sobrevivir cada día como se puede; la educación controlada y en buenas escuelas, de la que da la calle y unos padres que bastante tienen con superar el bache de cada día; la prepotencia de sentirse en su sitio y favorecido por todas las leyes, del miedo al desarraigo, la expulsión y la discriminación.

Una ciudad en la que los que llegaron antes, en los años treinta y cuarenta, españoles, italianos... miran con recelo a los recién llegados. "Sólo sentirán odio por los más pobres que ellos. Y por todos esos que les comerán el pan. Arabes, negros, amarillos. Nunca estarían contra los ricos. Se veía ya lo que iban a ser. Poca cosa. En el mejor de los casos, los chicos, taxistas como su papá. Y la chica, peluquera. O dependienta del Carrefour. Franceses medios. Ciudadanos del miedo"
La Cannebière desembocando en el
Vieux Port de Marsella
Y frente a estos ciudadanos del miedo, asimilados a la clase media baja francesa, aunque nunca del todo integrados, se debaten los llegados más tarde, ciudadanos más oscuros, menos asimilables, sobreviviendo como pueden, creándose paraísos artificiales a base de drogas y alcohol que se sufragan con robos, tráfico, prostitución; y los capos de la mafia que explotan todas esas actividades para enriquecerse a costa de las miserias de los que muchas veces son sus compatriotas; y los que viven en las cités (forma acortada de la expresión cité ouvrière, que se refiere a las periferias de las ciudades francesas donde viven los inmigrantes y donde se da una alta tasa de paro), aquellos que se debaten, desde la infancia, entre lo malo y lo malo, que es lo único que les han dado a escoger.
Pero no siempre fue así. Durante la adolescencia de nuestros protagonistas, cuando eran asiduos de La Cannebière, "árabes ya había unos cuantos. Y negros. Y vietnamitas. Y armenios, griegos, portugueses. Pero eso no constituía un problema. El problema se planteó a raíz de la crisis económica. El paro. Cuanto más subía el paro, más se notaba que había inmigrantes".
La crisis ha sacado lo peor de cada lugar y de cada grupo social. Unos, con miedo a que les quiten lo poco que tienen, se defienden de los que aun tienen menos y se afilian al Frente Nacional (en muchos barrios obreros, los votos se reparten entre le Partido Comunista Francés y el Frente Nacional); los menos favorecidos se defienden con una actitud antisocial en la que cristaliza su protesta ante una sistema que no les da nada y con el que sienten, por lo tanto, que nada tienen que perder. (Parte de esa sociedad olvidada, de esos jóvenes sin esperanza y con poco futuro, serán captados más tarde por otros poderes, por otros intereses y darán lugar a uno de los problemas más acuciantes en que nos vemos hundidos en la actualidad; muchos de esos jóvenes, musulmanes, posiblemente no creyentes hasta el momento, abrazarán la religión con el fanatismo del converso y se servirán de ella, convirtiéndola en arma letal, para intentar hacer saltar por los aires ese sistema que los abandona y luego los olvida. Harán que sea imposible volver a olvidarlos. Pero
Barrio de la periferia de Marsella
para eso aún faltan unos años. Estamos a mediados de los noventa, aún están en pie las Torres Gemelas y en este mundo occidental vivimos felices e ignorantes de lo que se nos viene encima)

En esos barrios, en las cités azotadas por el paro, la droga y la delincuencia, trabaja Fabio, "cada vez menos poli. Cada vez más educador de calle. O asistente social. O algo así". En esos ambientes tendrá que buscar las respuestas a unos asesinatos que no entiende y se encontrará con que hay mezcladas demasiadas cosas. Venganzas del pasado con pasiones del presente; el racismo y la política; la corrupción y el miedo. Y siempre la traición, el engaño, los celos.
Fabio pondrá en juego su vida y estará a punto de perderla, pero finalmente conseguirá encajar todas las piezas y salir vivo. Magullado físicamente, derrotado emocionalmente porque ha perdido demasiado en la aventura, pero vivo.
La novela acaba bien. Al menos todo lo bien que puede acabar cuando sus personajes han sufrido tanto golpe real y figurado, tanto desengaño, tanta muerte literal y metafórica. Pero es que, al final, "en este jodido mundo, seguir vivo era, con todo, la cosa más bella".

Comentarios

  1. Hola!!!! Qué bien se te dan las reseñas. Me apetece por muchas razones, adoro el sur de Francia, no me cansa decirlo, me gustan las historias un tanto negras y difíciles y creo que esta lo es pero a la vez es cercana, no sé como explicarlo pero vamos, que me ha apetecido.
    Besos.

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    1. Yo conocí obra y autor no hace mucho. Me ha entusiasmado como creo que se nota en la reseña. Te lo recomiendo absolutamente.
      Un beso.

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  2. Rosa,
    Estoy con Marigem que tu reseña es fantástica, a pesar de que por la temática esta novela no me apetece demasiado leerla, la cuentas de tal manera que hasta me podría enganchar a leerla pero esta vez la dejo pasar, me quedo con ese mensaje final de unos personajes que sufren pero consiguen ver que aunque a veces duele y mucho, la vida es bella.
    Espero que tu viaje haya sido muy satisfactorio.
    Un beso y feliz fnde

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    1. Realmente la gente que más aprecia la belleza de la vida no siempre es la más favorecida por la suerte. A veces creo que nos quejamos de puro vicio y los que menos motivos tienen son los que más se quejan. Me imagino que hay que haber sufrido para apreciar la belleza de estar vivo.
      Un beso.

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  3. Casi ni hace falta leer el libro con esta pedazo de reseña. Muchas gracias, guapa, por tu recomendación. Besos

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    1. Ja,ja. Perdona que discrepe. Yo creo que sí hace falta leer el libro. Y me encantaría leer tu opinión al respecto.
      Un beso.

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  4. Una novela interesante después de leer tú buena reseña como siempre y a mi me pasa un tanto lo mismo que Gemma, tengo familia francesa y por tanto me atrae todo lo que tenga que venir con el país galo, aunque también es cierto que por lo que parece por lo leído es una novela dura por todo el trasfondo que rodea a los personajes, aún así me seduce, por eso por la familia que tengo allí de modo que me la apunto a mi lista, ay madre que no se termina nunca, pero bueno ante mi inminente operación , el día 15,me van a poner un implante coclear, y como no se lo que me va a durar la convalecencia de la misma, aprovecharé y si puedo leeré. un beso, feliz fin de semana, y espero que hayas disfrutado de tú viaje. TERE.

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    1. Para las personas a las que nos gusta Francia, es una novela ideal porque Marsella es otro personaje más.
      Espero que vaya muy bien tu operación y que la convalecencia te permita leer mucho. Alárgala hasta que tu lista se haya hecho más asequible, ja, ja.
      Un beso.

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  5. Esta novela que nos traes hoy se me antoja apasionante, Rosa. La mezcolanza de vidas, de destinos, de sentimientos, de frustraciones, de luchas por sobrevivir, de búsquedas de la justica, etc, aunque muy dura, es una lección que no se puede dejar pasar de largo. No creo que vaya a ser un libro alegre, pero seguro que sí de esos que no te dejan indiferente y te dejan huella.

    Gracias por una reseña que va mucho más allá de la mera presentación del libro, gracias por dejar un trocito de tí en cada una de ellas.

    Besos y feliz finde.

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    1. Es que pretendo definirme y mostrarme por medio de mis reseñas. Si no me vuelco en ellas, siento que estoy traicionándome. En realidad, creo que cada vez son menos reseñas y más creaciones sobre las novelas, porque pienso que más que dar idea de lo que es el libro, dan idea de lo que para mí ha sido el libro.
      Un beso.

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  6. ¡Espléndia reseña! Hay que ver cómo analizas todo lo que lees, Rosa, admiro muchísimo esta capacidad que tienes. Como muchas veces te digo, con leer tu reseña me doy por satisfecha, aunqe el libro me parece interesantísimo, tanto por lo que cuentas de la historia como por tus aportaciones. Me has dejado pensando eso de si "soportar muertes ajenas no es mayor peso que estar perdido entre los recuerdos"...
    ¡Un beso, amiga!

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    1. Es que sentí la tentación de pensar que Fabio se había salvado de ser delincuente o estar muerto o de mala manera por el hecho de ser policía, pero rápidamente vi que era una interpretación muy simple pues su situación es todo menos la de alguien que se ha "salvado".
      Es una historia compleja con cantidad de matices.
      Un beso.

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  7. Cada día las haces mejor, si cocinas igual las recetas, eres un gran partido. Je,je.
    Un libro durillo de los que nos complace leer porque los problemas ajenos nos dan un poquito de morbo. problemas que por otro lado son comunes en todas las sociedades actuales a causa de la crisis creada por los sistemas y ciertos sectores interesados en que la cosa funciona a media marcha para resaltar y engordar ciertas fortunas a la vez que se desestabiliza el equilibrio que crea el reparto equitativo de la riqueza.
    Tú lo reflejas bien en cierto momento de la reseña. Se enfrentan con los que tienen menos que ellos, no con los que se enriquecen a costa de sus penurias y su pobreza.
    estupenda reseña que seguro me hace buscar el libro y leerlo.
    Besos querida amiga.

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    1. Es un problema que se encuentra en todas partes, pero Marsella, por su situación y su enorme puerto, lo tiene muy incrementado. Yo solo conozco la ciudad de pasar en ella tres días como turista, pero me encanta el cine de Robert Guédiguian, un director marsellés que trata estos temas en sus películas y que te recomiendo. Esta novela me ha recordado mucho esas películas.
      No te arrepentirás de leerlo.
      Un beso.

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  8. Te pido disculpas por la falta de puntuación, las prisas me matan.

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    1. No te dejes que te mate algo tan simple. Sería una enorme pérdida.

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  9. Es deprimente comprobar lo predecible que es el ser humano. Según iba leyendo tu reseña me estaba imaginando algunos barrios de Madrid, y eso que lo que tú cuentas, el escenario de la novela, se desarrolla en Marsella.
    Es cierto que la convivencia, cuando no hay problemas económicos, es más fácil, entonces hablamos de "multiculturalidad" y la cosa se entiende como un enriquecimiento, pero cuando falta la comida y el trabajo, entonces vienen los reproches y los extranjeros nos sobran. Para algunos les sobran hasta sus propios compatriotas y los nacionalismos oportunistas afloran como un cáncer.
    Todo lo que cuentas podría ocurrir en cualquier ciudad europea.
    Después de todo este rollo que te he largado te diré que me apunto la novela, a pesar de la opinión que me merecen los franceses ;) (Es broooma)
    Besos, guapa.

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    1. Esta novela tiene muchas reflexiones acerca de esos asuntos que comentas y muy bien escritas y sentidas. Creo que te gustará la novela pues aunque el género no es de tus preferidos, las cosas que trata son universales y muy humanas. Como dices, se insiste en ese egoísmo que hace que cuando vemos peligrar lo nuestro culpemos al "otro" de nuestros males sin pensar que ese "otro" nos vino muy bien cuando hacía el trabajo que nadie más quería hacer y encima contribuía a pagar nuestras pensiones...
      Como ves, yo también me enrollo.
      Un beso.

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  10. Muy buena reseña, Rosa.
    No soy muy de policíacas, pero en este caso la parte policíaca (que no digo yo que su trama no tenga importancia y no sea buena) casi parece una excusa para tratar ese contexto social y sus consecuencias, amén de las complejas relaciones entre los diferentes personajes. Esas cosas sí que me gustan en los libros, así que me la apunto.
    Besos

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    1. La parte policíaca es muy buena, pero es que como bien has captado, la novela es mucho más. Entre otras cosas una certera crítica en la que nos podemos ver muchos retratados, sobre todo, las personas que vivan en ciudades donde la inmigración es más abundante y patente. pero no solo eso, también las relaciones humanas son muy interesantes y están muy bien descritas.
      Un beso.

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  11. Con reseñas como la presente y la anterior (ya me he acabado el de Jim Thompson, vaya lección de sarcasmo y literatura electrizante), vas a convertirme a la novela negra, jaja. En serio, pocos, pocos lectores curiosos que pasen por aquí no van a anotarse este libro. Me incluyo.
    Saludos.

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    1. Me alegro muchísimo de haberte inducido a leer "1280 almas" y de que lo hayas disfrutado. Y me alegraría de hacer adeptos entre la novela negra porque, cuando es buena, es genial y, como dices electrizante.
      Un beso.

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  12. Me encantaba Simenon y en una época llegué a leer de él todo lo que publicaba Tusquets. Creo que me saturé, pues, de ese tipo de novelas. No sé si Simenon es igual en narrativa a la del autor que propones. Me recordó en el sentido de que combina una trama policiaca con otros asuntos sobre la naturaleza humana, tal y como parece que trata este que comentas. Como siempre, Rosa, una descripción muy rica aobre el argumento. Un beso.

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    1. Te diré que no he leído nada de Simenon. Otra de mis deudas literarias. Yo creo que es muy difícil escribir una trama policíaca sin "contaminarla" de naturaleza humana y problemas sociales. Al fin y al cabo son los problemas sociales y la naturaleza humana los responsables de las más negras historias.
      Un beso.

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