"Herejes" Leonardo Padura


Leonardo Padura es un escritor cubano autor de una serie negra protagonizada por el policía habanero Mario Conde. Sí, yo puse la misma cara cuando lo oí por primera vez. Ahora ya me he acostumbrado y es que este Mario Conde no tiene nada que ver con el otro en el que estás pensando. 
Pero Padura no sólo es un escritor de novela negra. Aparte, escribe unas novelas con base histórica que son geniales, y fue con una de estas con la que le conocí. Concretamente, "El hombre que amaba a los perros", una novela en la que se mezclan muchas cosas a cual más atrayente: la huida de Trosky de la Unión Soviética y su periplo por varios países, de Turquía a Noruega, pasando por Francia, hasta recalar en Méjico, última etapa de su exilio y de su vida; la vida de Ramón Mercader desde pequeño, la influencia de su madre y su adiestramiento para asesinar al revolucionario ruso; la historia de un misterioso hombre que pasea por la playa, en Cuba, unos galgos rusos borzoi. Me pareció apasionante, tanto lo que cuenta, como la forma de contarlo, en la que no voy a entrar porque no es esta novela el objeto de esa entrada.
"Herejes" es un mixto entre Mario Conde y estas otras novelas históricas. El detective lleva ya unos veinte años alejado de la policía cuando recibe un encargo sorprendente: un pintor venido de Nueva York, Elías Kaminski, le pide que investigue lo sucedido con un cuadro de Rembrandt. El pintor es hijo de un judío polaco llegado de niño a la isla en 1939 donde sus padres pretenden ponerlo a salvo del horror que se presiente en Europa y más concretamente, en Polonia. El cuadro ha estado en manos de su familia durante más de tres siglos y, cuando se daba por perdido, reaparece a punto de ser subastado en Londres.
Con este pretexto, Leonardo Padura nos sumerge en historias que yo desconocía por completo (las vicisitudes de la comunidad judía en Cuba y su exilio en Miami con motivo de la revolución castrista) y otras de las que tenía cierta y vaga idea
El Sain Louis en el puerto de La Habana
donde permaneció una semana.
(el arribo a la isla en diciembre de 1939 del barco Saint Louis, un trasatlántico con cerca de mil judíos a bordo que tras intentar entrar en Cuba, Estados Unidos y Canadá, tuvo que regresar a Europa donde a sus pasajeros les esperaba un incierto destino en una nada incierta Guerra)

La vida de Daniel Kaminski se nos va contando a medias entre capítulos concretos dedicados a ello y el relato que su hijo, Elías Kaminsky, le hace a Mario Conde a lo largo de varios días en la Habana de 2007. Esta biografía comienza en 1939, cuando Daniel llega a Cuba. 
La vida de Daniel Kaminsky en La Habana, es una sucesión de episodios dispares en que la felicidad y el desenfado típicos de un niño y adolescente se ven enturbiados por la realidad a la que se ve sometido. La devolución del Saint Louis a Europa supone para Daniel, de apenas nueve años, un golpe muy duro que desencadenará su voluntad de no creer en un dios que considera que no ha sido justo con él y con los suyos. Ese descreimiento dará lugar a encuentros y desencuentros con su tío Joseph, a cuyo cuidado fue entregado y que será para él mucho más que un padre y sacrificará por él mucho más de lo que muchos padres estarían dispuestos a sacrificar. 
No obstante, Daniel decide ser cubano a pesar de que "varios años le tomaría a Daniel Kaminsky llegar a aclimatarse a los ruidos exultantes de una ciudad que se levantaba sobre la más desembozada algarabía". No va a ser ni judío, ni polaco. Será sencillamente cubano "del partido de los comedores de frijoles negros y yuca con mojo, decía siempre"
Pero su procedencia polaca y judía y su pertenencia a una familia, le llevarán a luchar por un cuadro, a intentar recuperar un legado ancestral, y esa pelea le obligará a abandonar Cuba unos meses antes de la Revolución y a instalarse en Miami, donde permanecerá hasta su muerte en 2006, cuarenta y siete años después.
Pero la novela es mucho más que la búsqueda de un cuadro, o mejor dicho, de cómo ese cuadro ha llegado a una subasta en Londres. Realmente, Elías Kaminski no quiere, o no es lo prioritario
La cena en Emaús (Rembrandt 1648)
El retrato perdido de los Kaminski
sería uno de los estudios que hizo el pintor
como ensayo para la cara de Jesús
para él, recuperar el cuadro. Lo que quiere Elías es saber si puede liberar la memoria de su padre de ciertas culpas, de ciertos actos de los que le sospecha autor. Lo que quiere realmente es cerrar la biografía de su padre que ha quedado abierta en su recuerdo.

Pero la novela es más aún. Es la historia de un judío en Ámsterdam entre 1643 y 1648, Elías Ambrosius Montalbo de Ávila, descendiente de sefardies asentados en la capital Holandesa. Un joven judío de diez y siete años dispuesto a desafiar el Libro Sagrado y sus leyes para convertirse en pintor porque, aunque se considera un buen judío, de viejos sabios y sensatos ha aprendido que "poco puede el hombre sin su Dios y nada puede el Creador, en cuestiones terrenas, sin la voluntad y el raciocinio de su engendro más indómito" y también que "en cada momento el hombre sabio debe actuar del mejor modo que su inteligencia le reclame, pues para algo el Creador le había dado al humano aquella capacidad" y es que "el deseo de libertad es indisociable de la condición singular del hombre, esa intrincada creación divina". De forma que, sintiendo que su afán sólo respondía a la capacidad y talento que el Creador le había otorgado, Elías entra de aprendiz (más bien de criado) en el taller de su admirado Rembrandt y así se irán poniendo los cimientos para la creación del cuadro que tres siglos y medio después se pretende subastar en Londres. 
Magníficos estos capítulos por la certera ambientación de Ámsterdam en el siglo XVII, las descripciones de la vida y obra de Rembrandt y la vida de los judíos en la ciudad.
Pero volvemos a La Habana de 2008. Mario Conde está inmerso en su vida de compra-venta de libros antiguos y en el dilema de si casarse o seguir como hasta ahora con Tamara, su compañera desde hace más de veinte años. Cuando ya considera terminado el asunto de los Kaminski y el cuadro del pintor holandés más famoso de la Historia, la desaparición de una joven emo (sí emo, no hay errata ni confusión), le da pretexto al autor para hacernos una crítica desnuda de la sociedad cubana en los primeros años del siglo XXI, de hablarnos de las tribus urbanas que también han florecido en el último paraíso socialista y caribeño. También le permite reabrir, o más bien, rematar la historia del judío polaco convertido en cubano, Daniel Kaminski.
Una novela poliédrica con más matices de los que aparenta en un principio, que nos presenta toda una variedad de mundos, culturas, épocas; una novela que nos muestra cómo los paraísos se convierten en infiernos, y cómo los infiernos queriendo transmutarse en paraísos, se vuelven cada vez más infernales.
Termino con un párrafo del libro que me ha impresionado especialmente. Ahí os lo dejo.

"[...] es posible que los judíos quisieran parecerse a los alemanes para dejar atrás la imagen del comerciante barrigón, ahorrativo, mezquino, que cuenta cada moneda, y de ese modo ser aceptados por los alemanes. No es casual que muchos judíos alemanes se asimilaran totalmente, o casi, y algunos hasta abominaran del judaísmo, como Marx, un judío que incluso odiaba a los judíos... Lo terrible, [...] es que, sin embargo, el sueño de los alemanes era justo lo inverso: parecerse a lo esencial de los judíos, o, sea, ser puros de sangre y espíritu como decían ser los judíos, sentirse superiores, como los judíos, por su condición de pueblo de Dios, ser fieles a una Ley milenaria, ser un pueblo, un Volk, como decían los nacionalsocialistas, y gracias a todas esas posesiones maravillosas resultar indestructibles, como los judíos, quienes a pesar de no tener patria y de haber sido amenazados mil veces con la destrucción, siempre habían sobrevivido. En pocas palabras: ser diferentes, únicos, especiales, gracias al amparo de Dios. [...] Lo que llevó al desastre y el Holocausto fue que todos se equivocaron: los judíos queriendo ser alemanes sin dejar de ser judíos, y los alemanes aspirando a tomar el ejemplo de predestinación y singularidad de los judíos".

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Comentarios

  1. Hola te he nomidado a un premio en mi blog, te invito a que pases y lo visites!
    http://kiwyvalt.blogspot.com/

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    1. Muchas gracias por la nominación. En tu blog he dejado un comentario.
      Un beso y gracias de nuevo.

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  2. Hola Rosa:

    Muy buena reseña sobre "Herejes" de Padura que no he leído. La verdad (¡no tengo perdón!) es que del escritor cubano no he leído nada aún. A punto estuve de hacerlo de uno de los dos libros que citas en la reseña ("Herejes" o la de "El hombre que...") pues en una tertulia a la que asisto se barajaron estos títulos. Pero sí tengo ganas de echar la vista encima a algún relato protagonizado por Mario Conde o aunque no sea él el personaje principal.
    Este relato de "Herejes" con la visita que hace al siglo XVI, la escuela pictórica de Rembrandt y luego el tema de la Cuba actual junto con el asunto de la segunda guerra mundial y la persecución de los judíos me seduce. Así que es fácil que me decida a leerla.

    Muchas gracias por tu buena reseña.

    Besos

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    1. Pues si te animas, ya me contarás. A mí me gustó más "El hombre que amaba a los perros", pero éste está muy bien y trata muchas cosas interesantes.
      Un abrazo.

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  3. ¡Hola Rosa! Una vez más, yo me conformo con leer tu reseña de principio a fin pues para mí es como estar leyendo un libro por tu manera de escribir que tanto me gusta. Me he quedado con lo de que casi siempre es más importante y deja huella lo 'inmaterial', como lo que dices de Elías que pretende "liberar la memoria de su padre de ciertas culpas".

    Y sí, he puesto he puesto tu misma cara al leer Mario Conde ;-)

    ¡Un besazo!

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    1. El Mario Conde de Padura no tiene nada que ver con "nuestro" Mario Conde. Me atrevería a decir que es todo lo contrario. Es un personaje muy entrañable y sus novelas nos muestran Cuba a través del tiempo pues las primeras se ambientan en los años ochenta y esta última en 2007. A pesar de que te conformes con leer mi reseña, te recomiendo que leas a Padura que escribe mucho mejor.
      Un beso.

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  4. Me pasa como a Juan Carlos: Padura es un autor que tengo pendiente. Mi "socio" leyó la novela que reseñas: le gustó mucho, aunque decía que en algunos momentos no. Lo cierto es que, mientras duró la lectura, se quedó a vivir en la novela, y eso ya dice mucho. Como dice Chelo, tus reseñas son tan buenas como los libros de los que hablas. Y, como suele decir una escritora argentina, amiga y tan buena persona como buena escritora: ¡genia, que eres una genia! Un abrazo, genia.

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    1. Gracias, Carmen. Me gusta eso de "genia". Mira quién habló. Tu escribes cosas preciosas y las adornas con unas pinturas más preciosas. Entre mis reseñas y los autores reseñados, aún hay una pequeña (je, je) ventaja a su favor.
      Te digo como a Chelo: lee a Padura, merece la pena. Mucho más que yo.
      Besos.

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  5. La reseña me ha atrapado. Yo me lo apunto, pocas veces he leìdo el trabajo de cubanos, en su mayorìa cartas y reflexiones de Fidel y aunque me confieso muy impresionada e inspirada por los resultados actuales de la revoluciòn, admirada de la constancia y disciplina del pueblo cubano; no me cabe la menor duda que como en toda forma de gobierno, tenga sus defectos.

    Cuba es uno de esos paìses que quiero visitar alguna vez en m i vida, ellos que conservan mucho su historia, ansìo poder algo de este escritor pronto porque a mì lo que me sumerge en historia y culturas latinas o del caribe, me resulta muy entretenido y de provecho.

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    1. Yo también tengo muchas ganas de conocer Cuba. Me atrae mucho su cultura y su situación. No es una democracia, pero en muchos aspectos está mejor que muchas democracias de su entorno. Su revolución me parece muy interesante, aunque la historia y las circunstancias la hayan llevado por un camino que no es el mejor.
      Estos libros manifiestan una crítica, pero a la vez un gran cariño por la historia cubana.
      Un abrazo.

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  6. Haciendo un símil con los medicamentos diré que esta reseña la "utilizaré" por su efecto secundario en lugar del principal; lo que traducido quiere decir que me voy a animar a leer "El hombre que amaba los perros", me ha parecido interesantísima con los comentarios que has vertido sobre esa novela.
    A este Mario Conde lo dejaré para más adelante si me engancha Padura.
    Muchas gracias por tan completa reseña.
    Un beso, Rosa

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    1. Es mucho más interesante, al menos para mí, "El hombre que amaba a los perros". Fue el libro que me dio a conocer y que me enganchó a Padura. Esta de "Herejes", aunque es de Mario Conde y podría tener su parte de policíaca, es mucho más y se puede leer sin haber leído ninguna otra de la serie.
      Me alegro de que os vayáis animando con el autor. Un beso.

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  7. Hola, Rosa. Por la reseña que nos ofreces, parece un libro muy interesante, tanto este como "el hombre que amaba los perros". No he leído nada de este autor, pero por lo que cuentas le veo muy "buena pinta" y me gustan los libros con trama policiaca que, además, tejen un buen trasfondo histórico. Besos y gracias por compartir tus reseñas

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    1. Si te gusta lo policíaco con trasfondo histórico, cualquiera de estos dos libros te van a gustar. Son largos, pero se leen tan a gusto que no te das cuenta.
      Un abrazo.

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  8. Por lo que cuentas, lamento tener abandonado a Padura. Tendré que subirlo en la lista de pendientes.

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  9. Por lo que cuentas, lamento tener abandonado a Padura. Tendré que subirlo en la lista de pendientes.

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    1. Siempre hay demasiadas cosas en la lista de pendientes y demasiado poco tiempo. Los libros de Padura no son muy extensos... salvo estos dos de los que hablo aquí. Espero que te animes y me cuentes.
      Un beso.

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  10. No conozco al autor, pero lo apunto para mi lista de pendientes,sobre todo el primero El hombre que amaba a los perros.
    Aunque ahora tengo una larga lista de títulos pendientes, porque me he enganchado a la novela negra y me está gustando mucho, de momento acabo de terminar vestido de novia.
    Un saludo y gracias por tu felicitación.

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    1. Ay, Conxita, es el mal universal:largas listas de libros pendientes y ver que nunca tendremos tiempo para afrontarlas. La novela negra es muy buena y, durante mucho tiempo, en algunos sectores, ha sido injustamente despreciada. Yo me colgué de ella con doce años más o menos y Agatha Christie.
      Te gustará "El hombre que amaba a los perros"

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  11. Es lo que pasa cuando se empiezan a reseñar libros de tan bonita manera, cuando se nota que han gustado al reseñador y la sinopsis es tan completa que contienes el aliento hasta el final de la misma.
    No conocía al autor, y me has dejado con ganas de hacerlo con "El hombre que amaba a los perros" pero no prometo nada a causa de la cantidad de libros y reseñas que tengo pendientes.
    Yo, como Chelo. De momento me quedo con tus palabras que me han dejado tan buen sabor de boca.
    Besos

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    1. Pues me alegro de servir para proporcionaros un rato agradable mientras me leéis, pero como a Charo te digo que Padura escribe mucho mejor. Claro que lo del tiempo es una limitación muy real.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, me encanta tu reseña, y me ha hecho "revivir" el libro. Me parece el mejor de la serie de Mario Conde, incluso me ha gustado más que El hombre que amaba los perros (ahí no coincido contigo).
    Espero que Padura nos siga regalando tan buenas lecturas y que tú sigas regalándonos tan buenas reseñas. Un beso

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  13. Hola Rosa, me encanta tu reseña, y me ha hecho "revivir" el libro. Me parece el mejor de la serie de Mario Conde, incluso me ha gustado más que El hombre que amaba los perros (ahí no coincido contigo).
    Espero que Padura nos siga regalando tan buenas lecturas y que tú sigas regalándonos tan buenas reseñas. Un beso

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    1. De Mario Conde, es el mejor. Yo creo que es porque trasciende lo que es una novela policíaca y, sin dejar de serlo, va mucho más allá. Respecto a lo de "El hombre que amaba a los perros", lo leí hace ya cinco años, pero lo recuerdo mejor, como un libro más redondo, una historia más elaborada y mejor trabada (sin quitarle ningún mérito a "Herejes" que me ha gustado mucho). Ahora, igual vuelvo a leerlo y cambio de opinión.
      Padura nos dará alegrías porque a mí aún me quedan varios de Mario Conde. Y más que escribirá.
      Un beso.

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  14. Hola, me parece muy interesante esta entrada tuya! Te cuento que hay un sorteo Internacional en mi blog, así que te invito a que participes.
    http://kiwyvalt.blogspot.com/

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    1. Gracias, Kimberly, pero ando liadísima. Creo que no voy a participar en el concurso, pero muchas gracias de todos modos.
      Un beso.

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  15. Pocas veces he sentido el impulso de hacer una reseña literaria, pero cuando leo una como ésta, pierdo por completo el interés en intentarlo siquiera. Creo que ni en millón de años sería capaz de analizar y mostrar los entresijos de un libro como tú lo haces, Rosa. En fín, hay que aceptar que no todos servimos para todo y a mí solo me queda darte la enhorabuena :)

    El libro que nos comentas me ha parecido de una gran ambición por las diferentes etapas de la historia y lugares que retrata. Toca muchos temas y todos ellos controvertidos, así que imagino que el autor los domina. Eso ya tiene mucho mérito. Si además tú nos dices que lo hace de manera amena, coherente e interesante, sin duda pasa a ser un autor que hay que explorar, lo que no sé es cuándo tendré ocasión.

    Un beso grande!!

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    1. Gracias, Julia. Me voy a poner colorada. Ya entiendo lo que me dices. Se ven muchas reseñas que apetecen, pero no hay tiempo para todo. Me alegro de que, al menos, disfrutes con ellas.
      Un abrazo.

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  16. "Casi todas las trazas de unas reminiscencias fabricadas con palabras se habían pervertido hasta mostrar sus entrañas mas viles para acentuar las pérdidas y ausencias algo parecía haber recibido la misión de salvarse dando un salto hacia el lado para dejar paso al desastre"

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    1. Buena cita. Es una novela muy interesante, como todas las de Padura. La mezcla de Mario Conde y la novela histórica ha dado un resultado genial.
      Un abrazo.

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  17. Muy buen libro, hoy justamente lo terminé de leer (Herejes) y me pareció tan interesanreinteresante y además instructivo, que no descarto en un futuro no muy lejano volverlo a leer
    Este libro llegó a mí de la nada, lo encontré tirado en un lugar con unos libros que iban a regalar, vi la portada y me pareció interesante
    Ahora quiero leer este autor, me gustó mucho su estilo

    Saludos desde Medellin, Colombia

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    1. Un muy buen autor. Para mí, lo mejor que tiene es lo primero que le leí y que me dejó rendida a su literatura: "El hombre que amaba a los perros".
      También me gusta mucho toda su serie sobre el policía Mario Conde.
      De tu ciudad, Medellín, he leído a Héctor Abad Faciolince. Una maravilla.
      Un beso desde León, España.

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