"La casa de las bellas durmientes" Yasunari Kawabata

Este es un libro que siempre me había producido una cierta aversión porque me parecía una historia muy sórdida, pero cuando lo propusieron como lectura para el mes de Julio en el "Club de los 1001 lectores", decidí que ya era hora de romper con prejuicios y animarme con su lectura. 
De Kawabata solo he leído "Lo bello y lo triste", pero hace tantos años, que no recuerdo prácticamente nada. No me va a suceder lo mismo con este. Iré olvidando detalles precisos y sucesos concretos, por supuesto, pero siempre me quedará la sensación de un ambiente distinguido, una narración delicada y una nostalgia prendida en ese paso decisivo entre la edad madura y la ancianidad. 
El señor Eguchi recibe una visita de su amigo, el señor Kiga, quien, jugueteando con una esfera roja del fruto del aoki entre los dedos, le habla de una casa muy particular, "una casa donde duermen a las mujeres para que no se despierten; una casa a la que el señor Kiga acude "cuando la desesperación de la vejez le resultaba insoportable"; una casa en la que "Algunos caballeros dicen que tienen sueños felices [...], Otros dicen que recuerdan lo que sentían cuando eran jóvenes".
Una casa que el señor Eguchi visita, la primera vez, por curiosidad, la segunda, por invitación de la encargada que la regenta y después, por necesidad, por puras ganas de hacerlo, porque se ve atraído y hechizado por las muchachas dormidas con las que pasa la noche.
Eguchi visitará la casa en cinco ocasiones a lo largo de esta corta novela (poco más de cien páginas). En cada una dormirá con jóvenes distintas, pero todas, en su sueño apacible o agitado, le irán transmitiendo aromas, juventud, deseos, recuerdos; cada una le sugerirá distintas etapas de su vida y, sobre todo, distintas mujeres que iremos conociendo: su madre, sus hijas, sus amantes y amigas, su esposa.
En cada una de sus cinco visitas, Eguchi nos contará sus sentimientos con las distintas muchachas narcotizadas con las que comparte cama: su extrañeza ante el hecho de que sean vírgenes; su frustración porque nada sea capaz de despertarlas. Siente deseos de romper "la regla secreta de la casa", esa regla a la que se alude en muchos momentos, pero que jamás se especifica. Nos hará un minucioso retrato, una exhaustiva descripción de cada una: su físico, sus posturas,
Yasunari Kawabata
su olor; lo que pueden sentir o soñar mientras duermen. Reflexionará sobre la condición de las muchachas dormidas que se han convertido en juguetes vivientes "para que un viejo que ya no era hombre no se avergonzara". Él todavía es un hombre, 
solo tiene sesenta y siete años y aún puede amar a una mujer plenamente, aún siente lejana la muerte y siente muy lejanos a los ancianos que acuden al lugar para contagiar su alma moribunda con la vida de las jóvenes y para calentar sus huesos ancianos con el calor de la juventud. Unas muchachas dormidas, narcotizadas sin posibilidad de abandonar el sueño, que representan para los ancianos el sexo del que ya se encuentran alejados y la muerte que sienten cercana, y en las noches pasadas junto a sus cuerpos desnudos, sienten cumplirse sus sueños de amor y ven conjurada la presencia de la muerte; "Lo que fluía del brazo de la muchacha hacia el profundo interior de sus párpados era la corriente de la vida, la melodía de la vida, el hechizo de la vida, y, para un anciano, la recuperación de la vida".
No he encontrado en esta novela nada de la sordidez que me imaginaba. Sólo nostalgia y la tristeza que trae consigo. La nostalgia y la tristeza de Eguchi. Nostalgia de la juventud, de las mujeres que la habitaron, de la infancia de las hijas, de la presencia de la madre. Y la tristeza de haber perdido todo eso para siempre. La nostalgia y la tristeza de todos los ancianos, más ancianos que Eguchi, que pasan por la casa buscando conjurar la muerte con el sexo para terminar enredados en una madeja de tristeza y nostalgia
"Parecía haber cierta tristeza en el cuerpo de una muchacha que inspiraba a un anciano la nostalgia de la muerte".

Título original: 眠れる美女 (Nemureru bijo)
Título de la edición en inglés: House of the sleeping beauties
Yasunari Kawabata, 1961
Editorial: Círculo de lectores, 1995
Traducción: Pilar Giralt



Comentarios

  1. Un libro interesante. Seguramente aborda el tema de la vejez desde una perspectiva distinta s la que estamos acostumbrados. Saludos

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    1. Interesante y sorprendente. Siempre me había parecido muy sórdido lo de ancianos que dormían con jóvenes narcotizadas, pero he encontrado una historia muy triste, pero hermosamente contada.
      Un beso.

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  2. Me gusta lo que cuentas, así que me apunto este desconocido libro ( leo poca literatura oriental y apenas conozco autores). Besos

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    1. Yo tampoco soy muy amante de la literatura tan oriental. Me gusta mucho la de el próximo oriente, Israel, Líbano, Egipto... y, por supuesto, El Magreb. La siento más próxima. Me imagino que será por toda la historia musulmana y judía que tenemos a la espalda, pero Japón, China, Vietnam, etc, me resultan culturas muy ajenas. No obstante, cuando hago excepciones, las termino disfrutando. Debería revisar esos gustos que tengo.
      Un beso.

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  3. Felicidades por la preciosa reseña sobre una novela que en pocas páginas trasmite, como muy bien comentas, la nostalgia del pasado y la tristeza de la pérdida de un hombre que está llegando a una edad en la que alcanzar el placer parece estar prohibido.
    Una novela ambientada en una cultura y una sensibilidad tan distinta a la nuestra. Pero en el final de nuestras vidas, cuando se vislumbra la cercanía de la muerte, ¿seremos tan diferentes?
    Saludos.

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    1. Me imagino que nos parecemos más de lo que creemos y no solo en el final de nuestras vidas, sino en el transcurso de las mismas. Creo que las diferencias son más de forma y menos de contenido, aunque como digo en el comentario anterior, prejuicio mío, probablemente, me siguen resultando culturas demasiado ajenas. Idea que desmiente cada novela que leo proveniente de esos lugares.
      Un abrazo.

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  4. Me lo apunto, Rosa, y tomo tu palabra. Me interesa cómo abordan el tema de la feminidad, el sexo y la vejez los escritores orientales y la cultura oriental en general. Aunque nadie es perfecto, en Occidente, me temo, en esos temas hemos errado el camino y la visión en varios sentidos.

    Te dejo un beso y te agradezco la reseña!

    Fer

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    1. Pues parece que este es tu libro. Lo que aborda aquí Kawabata es justamente, el sexo, la muerte, la ancianidad, la nostalgia y, finalmente, como dice José A. Perales en el comentario anterior, no somos tan distintos en los sentimientos. Sí es verdad que en Occidente preferimos tratar más de la juventud que de la vejez y parece que la vejez es algo fuera del circuito de lo actual (como si fuera una vieja costumbre pasada de moda), pero, al final, los sentimientos, son los que son, y no difieren mucho cuando te ves enfrentado al final y a la decadencia física.
      Un beso.

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  5. Rosa quiero hacer reseña de los tres libros que he leido, para distraerme durante estos meses que he pasado entre unas cosas y otras mal, entre mi padre y mi pareja, he ido bien servida, uf, pues eso, pero con lo bien que lo haces tú me da u npoco de apuro meterme en faena.Es una reseña genial, pero la verdad con una temática tan llena de tristeza no se yo si me apetece, de todas formas la anoto por si me ánimo a su lectura. un beso. TERESA.

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    1. Sabía lo de tu padre. No sabía que también hubiera pasado algo con tu pareja. Sé que las cosas cuando vienen, traen compañía y hay años que parece que se empeñan en torcernos la vida.
      Escribir y leer, a mí me ha consolado de muchos malos rollos. Te recomiendo que hagas reseñas si te apetece. No importa que haya quien las hace mejor o peor. No hay que compararse con nadie. Seguro que haces algunas buenísimas, otras medianas y alguna no muy buena. Pero eso es lo que nos pasa a todos.
      De veras, anímate que te vendrá muy bien y además siempre hay que intentar hacer lo que a uno le apetece.
      Un beso enorme.

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  6. La vida es un tren sin retorno en el que nos vamos alejando progresivamente de nuestra infancia y juventud. Cuando el tren se acerca al destino común de todos, nos entra la nostálgica desesperación por el tiempo pasado, aunque este no hubiese sido el mejor.
    Un libro que parece encerrar toda la tristeza de la juventud perdida.
    "Un viejo triste es un triste viejo"
    Besos

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    1. Y yo añadiría que un viejo alegre es un héroe. Admiro mucho y me dan mucha envidia esos ancianos que están siempre alegres. Yo creo que para entonces estaré amargada y seré una terrible cascarrabias. Proveer al ser humano de inteligencia y consciencia y hacerle mortal, es una de las mayores venganzas que los dioses se tomaron contra nosotros.
      Un beso.

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  7. Rosa, a pesar de que la reseña es excelente, este no me lo apunto, no me seduce el tema o quizás no es el momento. También que no acabo de encontrarme muy cómoda con los autores orientales, de momento no he conseguido que ninguna de las pocas lecturas que he hecho, me seduzca, supongo que es cuestión de no haber acertado.
    Besos

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    1. Me pasa lo mismo Conxita. Si este libro no hubiera sido escogido en "El Club de los 1001 lectores" nunca se me hubiera ocurrido. Y este menos que ninguno porque de siempre me pareció una historia sórdida y hasta un poco cutre. Nada más lejos de la realidad. Aunque entiendo perfectamente que no lo tengas en cuenta. Hay demasiado para leer.
      Un beso.

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  8. La reseña invita a embarcarse en la novela. Curiosamente la tengo en casa desde hace mucho tiempo. La verdad es que comencé a leerla pero no me atrajo lo suficiente como para llegar siquiera a la mitad. Sería cosa del momento. En ocasiones las lecturas están sujetas a los estados de ánimo del lector, quizá no era el momento para que yo empatizara con el autor.

    Leí hace ya mucho una publicación de García Márquez, perdonadme pero no recuerdo el título, cuya historia guarda mucha semejanza con ésta lectura.

    Un placer visitarte.

    Saludos.

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    1. Parece ser que García Márquez se inspiró en esta novela para su "Memoria de mis putas tristes". La leí hace años y recuerdo poco, la verdad.
      Esta es una novela que entiendo que se pueda dejar a la mitad por muchas razones. La nostalgia y tristeza que desprende no es apta para cualquier estado de ánimo.
      Gracias por pasarte por aquí.
      Un abrazo.

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  9. Siempre que leo una reseña tuya me entusiasmo y decido leer el libro del que hablas. Pero en este caso debo tener muy presente que todos mis intentos de leer a autores japoneses han acabado en fracaso.
    No sé qué tengo con esos autores pero soy incapaz de conectar. Sé que es injusto generalizar pero el estilo narrativo de los que he leído no me engancha y hasta me aburre. A Murakami y a Yashimoto los tengo atravesados.
    No me atrevo a intentarlo con este.
    Gracias por la reseña.
    Un beso

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    1. Ja, ja. Veo que somos muchos a los que nos pasa. A mí me cuesta mucho. De Murakami he leído dos y tengo que decir que no me disgustaron, pero ahí tengo 1Q84 pendiente hace años y no me decido. El único que me gusta es Kazuo Ishiguro, pero ese está considerado más bien escritor inglés.
      Un beso.

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  10. Tiene algo que me llama. Lo apunto.
    Fantástica reseña.
    ¡Nos leemos! :-)

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  11. Hola Rosa, llego hasta tu blog por el Club de los 1001 lectores. Este mes ha sido el primero para mí me he estrenado con esta novela, que seguro de no ser por el club nunca la hubiera elegido. Me estreno en la lectura conjunta y me estreno con este autor y con la literatura japonesa. Resumiendo te diré que más allá del tema que puede resultar un tanto perturbador, la escritura me ha parecido elegante, y las descripciones que hace de cada visita a este lugar, de los olores, de los sonidos, dotan a la lectura de una gran belleza. En fin, sólo comentarte que has hecho una gran reseña y que espero compartir más lecturas.
    Un abrazo.

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    1. Habrás visto por mi reseña que yo tampoco habría leído nunca esta novela de no ser por el Club. Pertenezco a varias tertulias, presenciales y por la red y es de lo mejor que tienen, que lees cosas que nunca hubieras conocido ni se te habrían ocurrido. Eso y compartir las opiniones, claro.
      Bienvenida a mi blog. Por aquí nos veremos.
      Un beso.

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