Sobre la vejez
Tras haber desaparecido de este microrreto desde mayo de 2024, vuelvo en enero de 2025 con ganas y con el propósito de participar en todo lo que se plantee a partir de ahora. Aunque no prometo nada.
¿Y en qué consiste el reto de este mes? Nos lo explica Marta en la convocatoria y es bastante sencillo como se ve en la banner: hay que escribir un micro relato sobre la vejez. Por si alguien quiere saber más acerca del reto lo podéis leer aquí.
Hoy era la noche de reyes. Tenía que preparar la cena (en aquella casa los reyes se celebraban: cena de Reyes el día 5 y comida, el 6), tenía que hacer los roscones, uno con crema y otro tradicional como les gustaban a Marina y a Juan. Ambos niños tenían sus preferencias, aunque luego devoraban de todo. Tenía que preparar el picoteo para los Reyes. Marina y Juan, con sus seis y cuatro años respectivamente, no perdonaban ese requisito. Este año se habían enterado de que en otros países los regalos los llevaba Papá Noel la noche de Navidad y preguntaban por qué en España no era así. Ya sabía ella que comprar una televisión no era buena idea, pero Alfredo decía que todos sus compañeros de Correos ya tenían una y había que ir con los tiempos. Seguro que, en unos años, habría que comprar juguetes también en Navidad y el árbol ese lleno de bolas de colores sustituiría al Belén.
Le quedaba
mucha tarea por delante. No podía esperar mucha ayuda de Alfredo. Aunque no
trabajaba ese día, los hombres no eran muy proclives a ayudar en esas tareas
propias de amas de casa.
— ¡¡Mamá despierta!! Está a punto de
llegar Juan con los niños y aún tienes que vestirte para la cena. Ven que te
ayudo.
— Marina, hija, papá aún no ha llegado.
Marina
suspira, hace ya tres años que Alfredo murió, pero su madre lo sigue esperando entre
la bruma espesa de sus recuerdos y ensoñaciones.
250 palabras
Ay, qué bonito, Rosa. Un micro con aire de otro tiempo que el final transforma en otra cosa. Desprende melancolía y ternura. Precioso.
ResponderEliminarCuánto me alegro de que te haya gustado. Sí, quería que tuviera un aire de otra época y que fuera tierno y nostálgico.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, que relato tan emotivo!. Además la época en la que se desarrolla lo llena de nostalgia y tristeza. La vejez puede ser una etapa de tranquilidad y sosiego, sin embargo depende mucho de en que condiciones se llegue a ella . Muchas veces es peor para los que rodean al anciano que para este.Besos.
ResponderEliminarA veces he pensado que esas demencias en las que te sumerges en el pasado y te olvidas de la vejez, la enfermedad y la muerte, deben de ser muy placenteras para quien las padece, pero desde luego, no para los que están a su alrededor.
EliminarUn beso.
¡Hola! Me ha encantado, aunque sea triste. Me gusta mucho como escribes :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
É sempre bom reunir a família durante as quadras festivas.
ResponderEliminarBom fim de semana.
Abraço de amizade.
Juvenal Nunes
Sí, es hermoso que toda da la familia se reúna, lo malo es que cada vez se va viendo más mermada la familia.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana también para ti.
Nos regalas un relato muy emotivo en este reenganche a los microretos de el tintero. Creo que esta historia y quizás con otras variantes se está repitiendo más a menudo en la vida real por la longevidad de las personas. Creo además que ya casi todo el mundo conoce por propia experiencia o porque le hayan contado personas cercanas, la vida de una persona con deterioro cognitivo.
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana.
Tienes razón. cada vez conocemos más casos de personas con deterioro cognitivo o lo que antes se llamaba demencia senil. Ciertamente, antes la gente se moría antes de llegar a ese estado. Ninguno de mis abuelos, ni siquiera mi bisabuela que vivió hasta los noventa y tres, tuvieron esos padecimientos. A veces creo que se incrementan con toda la medicación que se toma para los distintos padecimientos y que es la que permite alargar la vida.
EliminarUn beso y buen fin de semana también para ti.
¡Hola!! un relato muy bonito que con pocos palabras expresa mucho.Bonito especialmente ese final cargado de nostalgia y adoración, de esperas imposibles
ResponderEliminarUn beso.
La limitación a doscientas cincuenta palabras en el reto es muy interesante porque te obliga a depurar lo escrito y prescindir de mucho elemento innecesario. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Qué bonito y triste a la vez. Los tiempos cambian, nos hemos adaptado a esos cambios, aunque a regañadientes. Y lo peor del transcurso de los años es la falta paulatina de aquellos seres queridos con los que compartimos tradiciones y alegrías, pero que conservamos en nuestra memoris.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, es terrible esa falta. Recuerdo cuando en casa, en Navidad, nos juntábamos once. Fueron poco a poco mermando, de uno en uno, y nos hemos quedado en siete más la novia de mi hijo. Una generación barrida. En fin, mejor mirar hacia adelante y hacia los que estamos aquí.
EliminarUn beso.
Muy buen giro final. Nos hace releer todo el micro para ver qué nos hemos perdido, y captar el significado del último diálogo.
ResponderEliminarAbrazooo
Me alegro de que te haya gustado el giro final. No estaba previsto, pero se impuso casi sin darme cuenta y como me gustó, le dejé que tomara las riendas.
EliminarUn abrazo.
Excelente vivencia de la vejez en presente mientras nos regalas parte del pasado. Un abrazo
ResponderEliminarMe encantan las mezclas de pasado y presente en lo que leo y por tanto, creo que le gustará a quien me lee.
EliminarUn abrazo.
Una triste realidad, la que narra tu microrrelato.
ResponderEliminarBesos
Triste, pero a la vez dulce y un tanto nostálgica. Y es que la nostalgia me vence en las fechas navideñas que fue cuando lo escribí, concretamente el día cinco mientras fermentaban los roscones.
EliminarUn beso.
Esas memorias selectivas a veces ayudan a sobrellevar las ausencias y las consecuencias de la vejez. Alfredo sigue existiendo en su vida y eso es innegociable. Bonita y nostálgico micro. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, la memoria tiene sus mecanismos para evitar enfrentarse al horror. Mejor así. La consciencia total, a veces, sería insoportable.
EliminarUn beso.
Ay, las Navidades y las ausencias. ¡Cuánto duelen! Precioso, Rosa. Besos
ResponderEliminarDuelen mucho, Marisa.
EliminarUn beso.
Iguala las utopías Irreales (si pudiera valer ese ultraepíteto) y las reales(si cupiera ese oxímoron) y todo amalgamado con la idea de amor por la familia. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSoy Juan El Portoventolero, no s´é por qué me publica así. Un Abrazo Rosa.
ResponderEliminarRecuerda: juanysuhorizonte.blogspot.com
Hola, Juan. Muchas gracias por tus palabras. me alegro de que te haya gustado.
EliminarRespecto a los misterios de la tecnología y al porqué te llama anónimo, pues esos, misterios.
Un beso.
Me ha gustado mucho, Rosa. Qué bien construyes -en elipsis, sin nombrarlo- ese paso de la edad madura a la vejez. No puedo por menos que aplaudirte y quitarme el sombrero.
ResponderEliminarBesos
Pues imagínate lo que son para mí esas palabras viniendo de quien vienen. Muchísimas gracias, amigo.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarQué relato más emotivo... De esos que hacen saltar las lagrimillas. La pérdida de seres queridos se siente más que nunca en fechas navideñas, ¿verdad?
Enhorabuena por tu capacidad de trasmitir, Rosa!!
Un abrazo!!
Hola, Undine.
EliminarSí, cada año, desde hace ya varios, pero los dos últimos en especial, estas fechas son todo un reto a superar.
Un beso.
Ays, qué relato más triste, más tierno, más emotivo... Me ha encantado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muchas gracias, Margari, me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Bonito microrrelato, con sorpresa final, como debe ser, y de un tema muy actual, que personalmente me toca de lleno: el deterioro mental de las personas mayores.
ResponderEliminarAbrazos!
A mí también me toco hasta hace un año en que murió mi madre. No era muy avanzado, pero lo suficiente para que dejara de ser ella y te partiera el alma. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Menudo final. Qué bien lo has pensado. Y cuánto tardamos en dejar de creer que esa noche todo es posible. Precioso y emotivo. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
No creas que lo pensé mucho. Yo cuando escribo, tengo una idea somera de lo que voy a escribir y dejo que las cosas vayan saliendo casi solas. En esta ocasión el final me sorprendió a mí misma. Y me gustó, ja, ja.
EliminarUn beso.
Un micro relato triste y muy cierto, refleja una realidad que nos lleva a un momento alegre de una familia que vive con ilusión la llegada de los Reyes y con ellos a toda la familia , pero hay uno que ya no está
ResponderEliminarMuy bonito .
Un abrazo Rosa
Puri
La noche de Reyes, en la infancia, es la noche más mágica del año. Ahora que en la familia ya no hay niños, procuro darle vidilla haciendo los roscones y celebrándola como si fuera Nochebuena. Pero, como a la familia del relato, la nostalgia siempre nos visita.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Siempre hay un tiempo que recordamos con mas cariño, cuando las cosas eran tal vez mas sencillas o simplemente mas entrañables, cuando uno se siente útil y a la vez querido. A veces quedarse anclado en ese pasado puede ser una terapia para no afrontar las penas de la vejez, aun cuando sea una condición obligada por la enfermedad. Seguro que al menos la mujer es feliz en ese mundo brumoso que la envuelve. Un abrazo.
ResponderEliminarDesde luego, yo he querido evitarle que mi protagonista el dolor de las pérdidas y ponerla en el momento más luminoso de su existencia. Aunque no fue la intención con la que comencé el relato, por ahí se fue yendo. Tal vez quise conjurar las pérdidas que a mí me acosan en estas fechas.
EliminarUn beso.
Vuelvo y me encuentro esté precioso y emotivo relato. Me ha recordado a las historias que me contaba mi madre.
ResponderEliminarSuerte en el concurso y feliz martes.
¡¡Hola, Gemma!! Cuánto tiempo sin verte por el mundo bloguero. Emotivo y un intento de conjurar la nostalgia y el dolor por las pérdidas. Tú bien sabes de lo que hablo.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarMe encanta saber que has decidido participar nuevamente en este microrreto.
Un micro tan dulce y tan triste, me ha encantado 👏🏻 Escribes precioso 😍
Un gran abrazo.
Muchas gracias, Marianna. Llevaba meses sin participar y la verdad es que me ha gustado volver a encontrarme con la ficción en mi quehacer literario. No es que la haya practicado nunca mucho, prefiero leer, pero este reto me gusta.
EliminarUn beso.
Nuestra cabeza a ciertas edades no encaja demasiado bien ciertas pérdidas! Bien contado! Un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn beso.
Qué bello y triste relato Rosa. Muy emotivo que deja huella. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, re-bienvenida al reto jejeje. Y lo has hecho con muy buen pie, un relato muy agradable, nostálgico que al final revela el sueño de la señora, una mujer mayor a la que le quedan los recuerdos de otros tiempos. Así es la vejez. Un gran aporte. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu bienvenida. Espero quedarme por el Tintero y que no haya que darme una re-re-bienvenida. La falta de tiempo, la pereza y las circunstancias a veces nos alejan de cosas que nos gustan mucho.
EliminarUn beso.
Rosa me gustó encontrate por este lugar. Un micro muy costumbres actuales con la melancolia del paso del tiempo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mamen. Ahora mismo acabo de ver que también has participado y ya he leído tu relato. Estoy muy contenta de estar de vuelta tras mi ausencia temporal del grupo.
EliminarUn beso.
Estos ancianos nuestros, que cuando pierden a su compañero-a de toda la vida, les extrañan y les gustaría que volviesen. O marcharse ellos, para estar de nuevo juntos.
ResponderEliminarLa vida se hace triste cuando te tienes que ir despidiendo de todos y todo.
Mi abrazo para tí.
Las pérdidas que vamos acumulando son muy tristes, pero cuando se va el compañero de toda una vida y que quedas solo, anciano, con poca salud... Tiene que ser terrible.
EliminarUn beso.
Buen relato Rosa, me ha gustado. Gracias!!!. Santidepaul
ResponderEliminarMuchas gracias a ti. Me alegro de que te haya gustado. Un beso.
EliminarMe encantó. La bruma de la memoria que nos sigue trayendo el pasado a nuestras vidas. Salu2
ResponderEliminarCreo que esa bruma puede ser muy beneficiosa al mantenerte en un pasado que era más amable que el presente.
EliminarUn abrazo.
Hola, Rosa, que bueno que te hayas puesto de nuevo las pilas para el Tintero.
ResponderEliminarUn micro evocativo y muy emotivo, nos muestras a esa mujer joven con sus hijos pequeños y afanes navideños, para luego verla con mucha edad, sumida en ese letargo, suspendida en el tiempo. El detalle de la hija es un plus para dejarnos ver la situación actual, los años pasan y los recuerdos se agolpan entremezclados. La familia es el verdadero valor de la sociedad. Un abrazo.
Creo que a veces la memoria juaga a nuestro favor y nos mantiene en un mundo perdido, pero más vivible que el real. Lo escribí el día cinco de enero mientras los roscones fermentaban en la cocina y casi salió solo.
EliminarUn beso.
Hay personas que nunca mueren, que su esencia queda impregnada en cada uno de los recuerdos que perduran imperecederos en casa acto u objeto que los trae a la memoria. Muy emotivo el relato, Rosa, un poco triste pero muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me salió triste. Lo escribí en la víspera de Reyes y se va echando de menos a mucha gente lo que hace que la nostalgia se agudice.
EliminarUn beso.
Hay pérdidas difíciles de asumir, más aún cuando la mente nos traiciona y nos falla.
ResponderEliminarEntrañable regreso a esto de escribir ficción.
Un beso.
El deterioro de la mente evita que se tengan que asumir esas pérdidas olvidándolas como si no existieran. Puede que sea un mecanismo de autodefensa, privilegio de algunos.
EliminarUn beso.
Hola Rosa: Un relato venido entre las brumas del pasado. Bien contado. Un abrazo.
ResponderEliminarPerpetuar el pasado olvidando un presente más duro, más triste, más ciego.
EliminarUn abrazo.
Precioso relato, Rosa, con el recuerdo de otros tiempos que suelen tener nuestros mayores, algo triste y bello a la vez. Un abrazo
ResponderEliminarGracias. La Navidad siempre parece que es más auténtica cuando es antigua. Y es que nunca se recupera esa sensación navideña de la infancia y de la juventud.
EliminarUn beso.