"Matilda" Roald Dahl
Con esta reseña colaboro con el concurso de relatos de El tintero de oro de junio, el último por esta temporada, dedicado a "Matilda" de Roald Dahl. La reseña no participa en el concurso, pero contribuye a completar el homenaje a la obra y al autor a los que se dedica el mes de junio.
«Ocurre una cosa graciosa con las madres y los padres. Aunque su hijo sea el ser más repugnante que uno pueda imaginarse, creen que es maravilloso.
Algunos padres van aún más lejos. Su adoración llega a cegarlos y están convencidos de que su vástago tiene cualidades de genio.» Así empieza Matilda, pero no nos engañemos.
Pero hay padres cuya imbecilidad es del signo opuesto. No entienden, porque jamás se ha parado a observarlos, que tienen hijos especiales. Nunca han mostrado interés por ellos. «El señor y la señora Wormwood eran de ésos. Tenían un hijo llamado Michael y una hija llamada Matilda, a la que los padres consideraban poco más que como una postilla. Una postilla es algo que uno tiene que soportar hasta que llega el momento de arrancársela de un papirotazo y lanzarla lejos. El señor y la señora Wormwood esperaban con ansiedad el momento de quitarse de encima a su hijita y lanzarla lejos, preferentemente al pueblo próximo o, incluso, más lejos aún».
Matilda pasaba mucho tiempo sola en su casa. Solo tenía cuatro años, pero nadie se ocupaba de ella. Su padre trabajaba vendiendo coches de segunda mano. Le iba de maravilla y no tardaremos en saber el cómo y el porqué de su éxito. También lo sabrá Matilda que quedará muy sorprendida y algo disgustada. No así su hermano que era un digno hijo de su padre para quien este guardaba todas sus atenciones y a quien ya estaba preparando para que siguiera sus pasos en el garaje de coches de usados. La madre aún era peor pues viendo que su marido solo se ocupaba de Michael y despreciaba a Matilda ¿no debería haber sido ella la que compensara la desafección del padre y mostrara a la niña todo su amor? Pues no. La señora era un bicho de mucho cuidado.
Matilda pasaba muchas horas sola en casa. El padre trabajaba y Michael estaba en el colegio, pero ¿dónde estaba la madre? Cualquiera pensaría que también estaba trabajando, pero no. La madre de Matilda la dejaba sola por la sencilla razón de que «se marchaba a jugar al bingo a un pueblo situado a ocho millas de allí.» La señora Wormwood era una viciosa del bingo y de la televisión y de la comida preparada (no por ella).
Difícil imaginar cómo en semejante ambiente pudo crecer Matilda y cómo fue posible que sus padres no se dieran cuenta del delicado portento que teníann en casa. Y es que «Ya es malo que haya padres que traten a los niños normales como postillas y juanetes, pero es mucho peor cuando el niño en cuestión es extraordinario, y con esto me refiero a cuando es sensible y brillante. Matilda era ambas cosas, pero, sobre todo, brillante. Tenía una mente tan aguda y aprendía con tanta rapidez, que su talento hubiera resultado claro para padres medianamente inteligentes». Medianamente. Matilda, abandonada en casa y teniendo que entretener todo su talento, aprendió a leer sola antes de cumplir los tres años. No había en la casa más que un libro de cocina, el resto eran periódicos y revistas, pero con eso tuvo suficiente. Al menos hasta que se leyó tantas veces el libro que se aprendió las recetas y empezó a tener necesidad de otro tipo de libros, pero su padre consideraba una tontería leer y no estaba dispuesto a gastar su dinero en tonterías. Y así llegó el momento, con cuatro años, en que se vio en la necesidad de buscar algo más y se dirigió a la biblioteca pública. Allí, el mundo se abrió ante los ojos alucinados de Matilda.
Pronto terminó con todos los libros infantiles y la bibliotecaria, perpleja porque no solo había mirado los dibujos sino que los había leído y tenía su opinión sobre ellos ¡¡con tan solo cuatro años y tres meses!! decidió ponerle las cosas fáciles.
«—¿Qué clase de libro te gustaría leer ahora? —preguntó.
—Me gustaría uno bueno de verdad, de los que leen las personas mayores. Uno famoso. No sé ningún título.»
Y así en los meses siguientes, y ya llevándose los libros a casa, Matilda leyó a Dickens y a Austen, a Faulkner y a Steinbeck, a Hemingway y a Charlotte Brontë, a Hardy y a Kipling. Y cada vez se alejaba más de sus padres, solo preocupados por el dinero, la televisión, el bingo. Cada fue siendo más consciente de la despreciable actitud de sus padres que jamás habían leído un libro y creían que en la vida el más listo es el que más engaña y más dinero gana.
Y empezó la escuela y allí se topó con la la señorita Trunchbull y con la señorita Honey. Y todo lo que la señorita Honey tenía de buena y dulce y amable con los niños, le faltaba a la señorita Trunchbull y es que si pensábamos que con el padre y la madre se terminaban los villanos de este cuento, no habíamos visto nada. La señorita Trunchbull es la encarnación de los males más sutiles, de las pesadillas más sofocantes. Igual lanza a los niños por el aire tras darles vueltas alrededor se su cabeza (fue lanzadora de martillo del equipo olímpico), como los agita en el aire sujetándolos por las orejas.
«Desde el fondo de la clase, la señorita Honey suplicó:
—¡Por favor, señorita Trunchbull! ¡No haga eso! ¡Déjelo! ¡Le puede arrancar las orejas!
—No se arrancan nunca —le contestó airadamente la Trunchbull—. A través de mi larga experiencia, señorita Honey, he aprendido que las orejas de los niños están firmemente unidas a la cabeza. [...] se estiran maravillosamente, como éstas, pero le aseguro que nunca se arrancan.»
Cuando Matilda se encontró con semejante personaje y se vio enfrentada a la injusticia, algo dentro de ella se rebeló y entonces supo, y supimos todos, de lo que es capaz una persona lista y con muchas cosas pululando por su cabecita. Entonces vimos que los malvados del mundo poco tienen que hacer frente a la cultura y la inteligencia bien desarrolladas. Vimos a Matilda arder de cólera y más cuando descubrió que la víctima de los manejos más pérfidos de esta historia era su adorada señorita Honey. Entonces fue cuando Matilda echó mano de sus poderes y puso las cosas en su sitio.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Porque esto es un cuento y los cuentos tienen que terminar bien, pero ya sabemos que en la realidad, los que ganan son los pérfidos, nunca una niña superdotada, sensible, sencilla y adorable ha tenido nada que hacer contra los malvados de este mundo. Nunca los que se dedican a leer han tenido nada que hacer frente a los que dibujan las reglas de los juegos que se juegan en el planeta. El padre de Matilda hubiera tenido mucho más éxito que ella en el mundo real, su madre y la señorita Trunchbull cosecharían más amistades y serían mucho más populares que la señorita Honey. Pero eso es mejor que no lo sepan los niños, que sigan pensando que leer les va a resultar más edificante que robar, que la sinceridad les va a dar más alegrías que la mendacidad, que el mundo es justo y ellos podrán conquistarlo solo con la fuerza de su sonrisa adorable. Algunos adultos seguimos leyendo y sonriendo aunque ya sepamos la verdad de todas esas cosas.
Y esa sensación de seguridad y justicia es lo que Roald Dahl trató de dar con sus libros, al menos, con este. No he leído ninguno más y no sé si lo haré, pero Matilda ha sido todo un descubrimiento. También lo ha sido la vida de Dahl, pero de eso no os voy a hablar. Si alguien quiere saber cosas muy interesantes acerca de este autor y la vida de novela que tuvo, que pinche aquí y lea.
Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra D.
Título del libro: Matilda
Autor: Roald Dahl
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: Matilda
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: Matilda
Traducción: Pedro Barbadillo
Ilustraciones: Quentin Blake
Editorial: Santillana
Año de publicación: 2011
Año de publicación original: 1988
Nº de páginas: 288
Un cuento con final feliz que no esconde en ningún momento la crueldad o la injusticia del mundo. Yo también lo he estado leyendo estos días y me ha sorprendido mucho esa mezcla que consigue Dhal, como pasa de la alegría a la angustia y el universo tan especial que arma. Una pequeña obra maestra, sin duda. Muy buena reseña, Rosa para poner fin a la temporada de "El Tintero". Pronto publicaré también yo la mía. Un beso.
ResponderEliminarSí, un final demasiado feliz y poco adecuado a la realidad que suele ser mucho más dura. Hay que hacer que los niños mantengan la esperanza de que el mundo puede ser algo justo, tal vez así sean capaces de conseguir ese mundo ideal.
EliminarA ver qué nos depara David para la próxima temporada. Esta ha sido genial y he leído varios libros, como este, que de no ser por el Tintero jamás habría leído. Quedo esperando tu reseña.
Un beso.
Una pequeña joya. La leí de adulta y me encantó y no me importaría nada volverla a leer. Tiene grandes libros este autor.
ResponderEliminarBesotes!!!
Mi hijo siempre me animó a leer libros de Dahl cuando él los leía en su infancia, pero nunca lo consiguió (con otros sí, pero no con estos de Roald Dahl). Ahora he de decir que lo he disfrutado y me he reído, me he espeluznado y ha resultado muy esclarecedor.
EliminarUn beso.
Yo prefiero llamarlo cuento con enseñanza final. Como dijo el mismo Roald Dahl: “En algún lugar dentro de nosotros, reside el poder de cambiar el mundo.” Y creo que con eso hay que quedarse, con que el bien puede a veces con el mal. Me ha parecido un buen modo de abordar los problemas del mundo. Yo también estoy con la reseña que pronto verá la luz. Gran reseña. Un beso.
ResponderEliminarCreo que es un mérito de Roald Dahl el animar a los niños a usar ese poder para cambiar el mundo. ya tendrán tiempo de leer novelas en las que ganan los malos y a los buenos no les va tan bien como se merecen. hay que resaltar esas ocasiones, contadas, en que es el bien el que vence. Espero tu reseña.
EliminarUn beso.
No he leído la novela pero sí he visto varias veces la versión cinematográfica, protagonizada por Dani de Vito, como el repugnante padre de Matilda, y todo gracias a mi nieta, que cada vez que viene a casa me pide que le ponga sus películas favoritas, y esta es una de ellas. Y la verdad es que siempre la he disfrutado.
ResponderEliminarDe Roald Dahl también he visto Charlie y la fábrica de chocolate, pero siempre me ha resultado más pesada.
Un beso.
No he visto ninguna de las películas basadas en libros de Dahl. Por lo que se refiere a Charlie y la fábrica de chocolate, el cine de Tim Burton me resulta demasiado estridente y ruidoso.
EliminarMi hijo sí que leyó los libros y vio las pelis y me insistió, pero así como consiguió que leyera el primero de Harry Potter, con Roald Dahl no tuvo éxito.
Un beso.
Desde luego, Matilda en un milagro que prosperó a pesar de sus nefastos padres.
ResponderEliminarA mi me encantó el libro. Había visto la peli pero ni fu ni fa, a pesar de que la niña lo bordaba. ¿Y cómo no te va a gustar a ti, Rosa, empedernida lectora si seguro que en el aspecto de devorar libros eres otra Matilda, con el don añadido de reseñarlos con maestría? No te pongas "colorá" que es la verdad.
Besosss
Todo un milagro esa Matilda superdotada, pero nada soberbia ni pagada de sí misma, en esa casa donde nadie tiene nada de qué presumir y todos se creen un portento.
EliminarYo no puedo compararme con Matilda. Empecé a leer cuando me enseñaron en el colegio y a Dickens no lo cogí hasta los catorce o quince años, ja, ja. Como ves todo muy normal.
La película no la he visto, pero el libro me ha encantado.
Un beso.
No he leído nada de este autor pero casualmente, hace muy poco me han recomendado justo este libro, me lo definían como "una pequeña joya" y vaya, después de leerte lo parece. Lo leeré.
ResponderEliminarUn beso
Como literatura infantil imagino que Roahl Dahl es de lo mejor. Yo soy muy dada a este tipo de lecturas, pero lo he disfrutado y ha sido una buena forma de conocer al autor.
EliminarEspero que te guste.
Un beso.
HOLA, ROSA!!! Me suena de haberlo leído pero ya no lo recuerdo con claridad. No estoy segura, o puede que ahora me esté haciendo un lío con la película infantil. Creo que muchos de nosotros que ya tenemos una edad, hemos pasado por la odisea de tener que estar o pasar innumerables horas solos. Lo bueno es que acabas desarrollando alguna capacidad, lo malo es que nunca llegue a buen puerto y que seas de los pocos que "triunfen" o destaquen por haber conseguido salir adelante pese a las condiciones familiares, es casi, improbable. Es por eso que la película infantil me gustó mucho. Lo de los superpoderes, se lo dejo a la Fantasía je je!!! Me ha gustado mucho la entrada, me ha recordado a mi niñez...
ResponderEliminarYo que tengo aún más edad, soy de la época en la que las madres estaban en casa con los hijos y eso tenía unas ventajas indudables para los niños, no así para las madres, pobrecillas. Lo de la madre de Matilda no tiene nombre porque dejaba sola a una niña de tres años para ir al bingo. Ja, ja, los personajes de este libro no tienen término medio; son malos malísimos;o buenos angelicales.
EliminarUn milagro que de esa familia saliera Matilda.
La película no la he visto.
Un beso.
¿Te puedes creer que no he leído nada del autor? Soy un desastre, lo sé... Ya tampoco voy a decir que lo tengo en mi punto de mira y precisamente con este título porque así llevo ni se sabe el tiempo, así que ya veremos si le llega el día. Tu reseña sin duda me anima a que sea ya pero ya !!, aunque no me engaño...
ResponderEliminarBesos.
Yo tampoco había leído al autor. No soy aficionada a libros infantiles. Lo único que mi hijo consiguió que leyera fue Harry Potter y la piedra filosofal. Y mira que lo intentó con Roahl Dahl...
EliminarDe no haber sido por el homenaje de el Tintero de Oro nunca lo hubiese leído. Ahora me alegro.
Un beso.
Te lo has trabajado muchísimo. Te felicito. En mi caso, no he leído el libro, pero con tu reseña me doy cuenta que todo es más complejo de lo que pudiera parecer. Un abrazo.
ResponderEliminarPara ser un libro infantil sí que es más complejo de lo que pueda parecer. Para empezar es bastante más largo de lo que suelen serlo estos libros, aunque yo, de niña, hubiera sido feliz con un libro tan gordo (para un niño lo sería) y con tanta letra. Los dibujos son aparentemente sencillos, pero tienen un encanto innegable y son muy expresivos.
EliminarUn beso.
Al menos que no nos roben los cuentos con final feliz y con la moraleja como remate final a obras que son enternecedoras pero que en su doble lectura pueden tener hasta su lado sádico. He leído mucho del autor cuando era un niño y me dio gran alegría cuando David decidió dedicarle una edición del concurso. La reseña de Matilda te ha quedado genial. Me anima a leer uno de los pocos cuentos en forma de libro que no aún no he leído de Dahl.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Pues cosas sádicas hay de sobra en este libro. Difícil imaginar personajes más malos que los padres de Matilda y la directora del colegio. Maldad en estado puro.
EliminarYo también creo que los cuentos deben tener finales felices y moraleja.
¿Harás reseña de la película?
Un beso.
Holis!
ResponderEliminarHe leído grandes comentarios de este libro, pero aún no he tenido oportunidad de leerlo. Gracias por la reseña, me ha animado a buscarlo ❤
pd: me quedo
Jocelyn | Blog Ave Lectora
Pues espero que te guste. Es divertido y muy tierno, aunque también tiene su parte terrible.
EliminarUn beso.
Estoy contigo en que la vida real es bastante más injusta que algunas ficciones, como esta que nos traes. Leer y tener sabiduría normalmente no se recompensa, al menos como debiera. Famosillos de medio pelo nos los demuestran todos los días en los medios de comunicación y en las redes sociales. Auténticos zopencos diciendo estupideces se llevan una pasta gansa por hacer el imbécil ante una cámara, mientras que los aplicados, los que se cultivan y aprenden permanecen en el ostracismo.
ResponderEliminarMenos mal que tenemos la lectura de historias que nos reconcilian un poco con tamaña injusticia.
Un beso.
Una de las virtudes de los libros es que nos dan alternativas a la vida real. Es cierto lo que dices y en esos famosos sin motivo para la fama más allá de airear los trapos sucios de la familia, estaba pensando en algunos momentos de esta reseña.
EliminarYo me he encontrado con varios alumnos que cuando les preguntaba a qué se querían dedicar me respondían que a ser famosos y yo, que por entonces aún no conocía ciertos programas, ingenua de mí, les preguntaba, «¿pero famoso por qué?» y me decía: «Porque se gana mucho dinero». Y yo insistía: «Sí bueno, pero qué vas a hacer para ser famoso». «Salir en la tele» respondían, y yo «pero tendrás que hacer algo para salir en la tele». Vamos que no hablábamos de lo mismo. Todo un diálogo de merluzos. Luego ya viendo Sálvame, lo entendí.
Un beso.
Buenísima reseña, tanto que me leeré el libro (ví la película pero nunca es lo mismo que el libro). ¡Saludos!
ResponderEliminarYo no he visto la película, pero es difícil superar lo que el libro ha sugerido a mi imaginación.
EliminarSeguro que te gusta.
Un beso.
Lo leí cuando iba al instituto. En inglés, además. Creo recordar que fue una lectura para la Escuela Oficial de Idiomas a la que acudía por aquel entonces, pero no estoy segura. Recuerdo que disfruté mucho su lectura pero, si te soy sincera, hace tantos años que la he leído que la mayoría de cosas que recuerdo de esta historia son más por la película de DeVito que por la novela en sí.
ResponderEliminarTampoco he leído más de Roald Dhal ni sé si lo volveré a hacer, pero soy muy fan de Matilda.
Besos
Yo tampoco sé si leeré algo más de Roahl Dahl. me temo que como no sea en alguna iniciativa de estas como la del Tintero de oro, será raro. Pero la verdad es que he disfrutado mucho con Matilda que me parece un personaje maravilloso. Como cuento que es, los personajes no tienen matices. O son muy buenos o son muy malos. Todos los matices entran dentro de esa calificación. Pero aun así, el autor ha sido capaz de diseñar personajes inolvidables.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Excelente reseña, con bien que lo cuentas todo , te entran muchas ganas de leer el libro. Un saludo y buen fin de semana.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Es un libro que se disfruta y que se venga de los malos de este mundo.
EliminarUn beso y buen fin de semana también para ti.
¡Hola, Rosa! ¡Ay! Pero siempre es necesario leer historias que nos recuerden que, aunque en la realidad suelan ganar los malos, lo correcto siempre será que lo hagan los buenos. La literatura infantil suele ser llana y lineal a nivel narrativo, con personajes necesariamente arquetípicos y con roles bien definidos.
ResponderEliminarPero los mejores relatos infantiles suelen contener mucha crítica social entre líneas, o no tanto. Una de las partes que más me gustó fue cuando la señorita Honey visitó a los padres de Matilda para explicarles lo realmente lista que es, y es entonces que la binguera madre le cuestiona sobre la utilidad de ir a la universidad e incluso que la mujer tenga inquietudes intelectuales. ¿Para qué le sirve? Es un diálogo que me parece brutal y que muestra un poco los dos extremos de la sociedad desde siempre: los que se conforman con la comodidad del paraíso y los que aspiran a comerse la manzana del árbol del conocimiento.
Me alegra que hayas descubierto a este autor en su faceta “infantil” y desde luego te animo a que te acerques a sus Relatos de lo inesperado y su obra relatista. No creo exagerar si digo que es uno de los más grandes relatistas del s. XX. De hecho, una antología de sus relatos la tengo en mi estantería como un manual de relatos absolutamente magistral.
¡Ah! Cuando leí la lista de libros que se leyó Matilda te aseguro que pensé que bien podría ser la base de un reto de lectura, algo así como “El reto Matilda” empezando con Nicholas Nickleby de Dickens y terminando con Rebelión en la granja de Orwell. No sé si ya se habrá planteado en alguna parte, pero podría ser algo muy chulo en relación a los clásicos.
Y como no, te agradezco muchísimo estás cinco reseñas de lujo que has regalado a esta temporada del concurso y que sin duda le han dado un plus de calidad a cada convocatoria y que nos ha permitido conocer mucho mejor novelas como 1280 Almas, Rebeca, Wilt, La maldición de Hill House o Matilda.
Ya ando dándole vueltas a las cinco de la próxima temporada que ojalá te resulten atractivas.
Un fortísimo abrazo!!!
Pues en el maremágnum de las ideas que se te ocurren al escribir una reseña, ese diálogo entre la madre y la señorita Honey se me escapó, aunque es cierto que es muy bueno y da una idea de lo que tienen algunas personas en la cabeza.
EliminarLo que más me impresionó fue la maldad de la directora porque yo tuve una monja en el colegio que era también bastante sádica (sin llegar a los extremos de la señorita Trunchbull) y yo, que no era una alumna modelo, la sufrí bastante.
Ha sido un placer escribir estas reseñas y te agradezco mucho el que me hayas espoleado para leer ciertos libros que de otra forma nunca hubieran entrado en mis planes.
El próximo año espero estar a tope como este.
Un beso
Hola Rosa!! Una maravilla de libro, de entrada y de iniciativa. Cuántos recuerdos de mi infancia leyendo a Dahl y a Matilda. Besos!!
ResponderEliminarCuando yo era pequeña, creo que Roahl Dahl aún no había llegado a España y estaba escribiendo algunos de sus mejores cuentos. De hecho, cuando escribió Matilda, yo estaba ya cerca de los treinta. ¡Madre mía! Pero nunca es tarde para un gran libro.
EliminarUn beso.
Una de mis lecturas infantiles favoritas, junto a "Las brujas", también de Dahl. Lo que me chocaba que los padres de Matilda despreciaran a su hija, era y es un cortocircuito para mi pero por desgracia pasa. La adaptación al cine la he visto con mis hijos y nos gustó mucho, aunque la Trunchbull da tanto miedo como en la novela. El personaje de Matilda y su entorno seguro que da para buenos y jugosos relatos.
ResponderEliminarUn abrazo.
No he visto la película, pero es difícil interpretar a la Trunchbull dando tanto miedo como da en el libro. Es uno de los personajes más perversos que nunca me he encontrado y mira que los he visto malos...
EliminarTuviste suerte de tener estas lecturas en tu infancia. Cuando se escribió Matilda yo ya tenía a mi hijo. Él sí que disfrutó con los libros de Roahl Dahl.
Un beso.
No he leído nada de este autor, pero ya tengo algún libro localizado en el cole y este verano le doy su momento. Pero sí que he visto en la tele "Matilda" y nos regalaron una cinta VHS cuando mis hijos eran pequeños de "James y el melocotón gigante" que la vimos multitud de veces. Nos encantó. A ver si al leer el libro me pasa lo mismo. Cosa que no dudo, hasta ahora siempre le libro ha superado con creces a la versión cinematográfica. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarSaludos
Para mí ha sido lel primer encuentro con el autor al que solo conocía porque a mí hijo de niño le gustaba mucho y yo se los compraba.
EliminarTampoco he visto ninguna película,pero el libro me ha encantado.
Un beso.
Hola Rosa.
ResponderEliminarLo leí hace unos años, me gustó mucho leerlo. Conocía a la famosa Matilda por la película que de niña no me cansaba de ver. Pero leer la obra de origen, y ya no siendo tan niña jaja, me encantó. Se respira todo eso de lo que hablas, aunque tristemente en el final de tu reseña ya hablas de cómo la realidad no es así, no acabaría así este cuento, pero bien está que esta historia nos muestre que así debería de ser... Desde que la leí quiero regresar al autor, y tengo algunas de sus obras a mano, pero no le he dado hueco, a ver si pronto. Tengo Charlie y la fabrica de chocolate y el de Las brujas (a este le tengo bastantes ganas). Un saludito.
Por desgracia, la realidad tiene poco que ver con los cuentos para niños, aunque imagino que es mejor que aprendan cómo deben ser las cosas antes de encontrarse con la dura realidad de cómo son.
EliminarYo no he visto la película y eso que andaba por casa y mi hijo la vio un montón de veces, pero el cine y la literatura infantiles no son mis favoritos. Y sin embargo he disfrutado mucho leyendo Matilda. No sé si volveré a leer algo del autor, pero no lo descarto.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarEstupenda reseña, aunque parezca que los grandes libros se vendan solos es por tratos como el que le has dado el que hacen ganas de leerlos. La verdad es que es un libro de villanos, del mal tan extendido sobre un bien tan empequeñecido que ha quedado enmarcado en la figura de una niña indefensa. Muy buena la reflexión final, creo que es lo que más me gustó. El mundo sería otra cosa si nos dedicáramos a cultivarnos en vez de querer lo de los otros para nosotros.
Me has dado muchas cosas en qué pensar.
Un abrazo!
Muchas cosas para pensar nos ha dado Roahl Dahl a todos los que lo hemos leído.
EliminarMuchas gracias, no obstante por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado la reseña y de que te haya dado qué pensar. Es triste que en la realidad no pase como en este cuento y siempre terminen ganando los más "listos" y los que menos escrúpulos tienen en lugar de los más cultos, sensibles y generosos. Así es el mundo.
Un beso.
Hola, Rosa. Buena reseña comentando la novela e insertando, a modo de guindas, párrafos originales. La literatura infantil no es lo mío, pero tal como lo cuentas este libro tiene un trasfondo social que refleja usa sociedad tan superficial como consumista que a los niños igual se les escape por quedarse solo con las aventuras de la protagonista . Saludos 🖐🏼
ResponderEliminarTampoco yo soy de literatura infantil, pero los clásicos se disfrutan en cualquier género.
EliminarMe gusta meter citas originales de las novelas para dar idea del estilo del autor. Creo que aparte de temas y argumentos la forma de escribir es fundamental para hacerse una idea y eso solo se ve leyendo lo que escribió el autor.
Un beso.
Yo lo he leído ya mayor, lamentablemente. He tenido la excusa de buscar libros para los niños. Las brujas es quizás el que más me gustó, y no sé si decir que termina bien. Es un autor muy peculiar, que a veces introduce auténticos dramas, como sucede también con los cuentos de la tradición germánica. Las brujas comienza con un tremendo accidente de tráfico que deja huérfano a un niño, ¡pardiez!
ResponderEliminarEs que Roald Dahl escribe como si pretendiera al mismo tiempo que entretiene a los niños, hacerlo también con los mayores, como los genios de Disney que saben muy bien que somos nosotros los que llevamos al cine a los niños.
Luego se pueden ver las pelis con los niños.
No dejo de recomendarlos, ¡y de regalarlos!
Besos