"El cazador de estilemas" Alex Grijelmo
Desde que la escritura mecánica ha hecho imposible la grafología como prueba criminal y desde que los ordenadores y los cibercafés han enviado al baúl de los recuerdos el descubrimiento del autor del delito por la letra mellada de una máquina de escribir, el envío de anónimos se ha convertido en un delito que queda impune por cuanto es imposible descubrir al emisor de los mismos. Al menos hasta que llegó Eulogio Pulido.
Eulogio Pulido es un profesor universitario de filología, en paro y arruinado por una estafa con la que le traicionó su antigua novia: ella se fugó con la cuenta corriente que estaba a nombre de ambos, aunque el dinero era solo de Eulogio, y a él le dejó con las deudas que eran de ella, aunque estuvieran solo a nombre de él.
Sobrevive como puede gracias a su labor como crítico literario para un periódico en el que se mantiene por su amistad con Joaquín Polo. "Las charlas entre Polo y yo nos permitieron trabar una pronta amistad, que aún perdura. Por eso un buen día le pedí que me ayudase. Así fue como conocí al comisario Contreras y así fue cómo se produjo el origen de la tragedia".
Cuando Eulogio se presenta en casa de Contreras, a este no le cae nada bien con su pinta trasnochada y su chaqueta con pinta de haber sido usada por algún socialista en la campaña electoral de 1977. Si lo ha recibido es por la amistad que le une a Joaquín Polo desde que este trabajara en la sección de sucesos del periódico y Contreras y él intercambiaran información.
Lo que Eulogio le propone al comisario, "por su propio bien", es utilizar un método infalible para descubrir a esos escritores anónimos que se ocultan tras la aséptica letra de una impresora en algún cibercafé. Y ese método no es otro que el estudio de los estilemas, esos rasgos propios de cada autor o de pequeños grupos de autores que, unidos unos a otros, nos pueden dar la identidad real del emisor de mensajes ofensivos susceptibles de delito e investigación policial: rarezas gramaticales, giros propios de un lugar o de una familia, errores sintácticos característicos. Las características de estilo: los estilemas.
A pesar de la antipatía inicial, Contreras termina por ver la utilidad del método que le propone Pulido. "Este profesor tiene su gracia, pero me parecía un pesado de cojones. Fue interesante lo de los estiletes, lo reconozco. O sea, los estilemas. [...] Creo que antes se llamaban latiguillos o muletillas. Pero a lo mejor no es lo mismo".
A partir de ese momento, Pulido y Contreras formarán un equipo y utilizarán los estilemas para investigar varios casos. Los anónimos amenazantes y ofensivos a una famosa actriz, pero sobre todo, la aparente falsificación del testamento de un antiguo amigo del comisario a cuya hija, Esther, siente la necesidad, no desprovista de interés, de proteger y ayudar.
El profesor pretende redondear sus ingresos cobrando esas colaboraciones en dinero negro. No le queda otro remedio, Hacienda y el banco tienen sus cuentas bloquedas, de manera que él, que es honrado y pretende estar a bien con la ley ha llegado a la conclusión de que "la única forma de cobrar legalmente dinero negro es que me lo paguen las Fuerzas y Cuepros de la Seguridad del Estado, [...] Solamente el Estado puede hacerle trampas al Estado".
El comisario también sacará lo suyo al resolver algunos casos bordeando la legalidad, cobrando por ello más de lo que Pulido cree y obteniendo datos con los que afrontar, o iniciar, investigaciones en su propio trabajo de comisario.
Los estilemas se mostrarán eficaces y se irán descubriendo culpables y solucionando casos, aunque no siempre descubrir a un autor supone descubrir a un culpable, a veces la solución de un caso no significa su final y no siempre conocer la verdad hace que mejoren las cosas. Además los estilemas, en ocasiones, son un arma de doble filo que puede volverse contra el que la usa y conseguir que los buenos estén fuera de la ley y los malos dentro, porque las cosas no son siempre lo que parecen.
La novela es entretenida, divertida y está muy bien escrita. La trama es sencilla y muy fácil de leer. Podría parecer una novela para adolescentes (seguro que también lo es) en la que Contreras, Esther y Pulido forman un equipo, ya no tan joven, de jóvenes investigadores. Pero no nos engañemos, estos "jóvenes investigadores" tienen muchos más años, más sabiduría y cinismo, y utilizan un arma original y sofisticada como son los estilemas; estos "jóvenes investigadores" reflexionan acerca de la realidad y su apariencia, de la legalidad y de la justicia y la moralidad que no siempre son legales; del saber y el creer que se sabe. "Solamente nosotros tenemos toda la información, y sin embargo no la tenemos toda. Pero los que no saben ni un 10% de lo que sabemos nosotros ya están creyéndose que tienen todas las claves. Todo el mundo se cree muy listo".
Es una novela muy sencilla y sin pretensiones, que entre broma y seriedad, entre anónimo y estafa, entre intriga y sorpresa, guarda toda una filosofía y una forma muy crítica de ver a las personas y a la sociedad. De ver la vida.
La novela se estructura en capítulos muy cortos, contados alternativamente, aunque sin orden preciso, por Eulogio Pulido, Julio Contreras y Esther Jiménez. Los tres le cuentan la historia a un joven periodista que se dispone a escribir un libro con ella. De uno a otro narrador la historia irá avanzando y nosotros iremos descubriendo, las mentiras y las pequeñas traiciones de todos ellos hacia todo ellos.
Alex Grijelmo es periodista y es director de la Escuela de Periodismo UAM de El País. Ha escrito varios libros de ensayo acerca todos ellos del uso de la lengua y de las palabras como indican algunos títulos: "La seducción de las palabras", "La información del silencio", "Palabras de doble filo".
Título del libro: El cazador de estilemas
Eulogio Pulido es un profesor universitario de filología, en paro y arruinado por una estafa con la que le traicionó su antigua novia: ella se fugó con la cuenta corriente que estaba a nombre de ambos, aunque el dinero era solo de Eulogio, y a él le dejó con las deudas que eran de ella, aunque estuvieran solo a nombre de él.
Sobrevive como puede gracias a su labor como crítico literario para un periódico en el que se mantiene por su amistad con Joaquín Polo. "Las charlas entre Polo y yo nos permitieron trabar una pronta amistad, que aún perdura. Por eso un buen día le pedí que me ayudase. Así fue como conocí al comisario Contreras y así fue cómo se produjo el origen de la tragedia".
Cuando Eulogio se presenta en casa de Contreras, a este no le cae nada bien con su pinta trasnochada y su chaqueta con pinta de haber sido usada por algún socialista en la campaña electoral de 1977. Si lo ha recibido es por la amistad que le une a Joaquín Polo desde que este trabajara en la sección de sucesos del periódico y Contreras y él intercambiaran información.
Lo que Eulogio le propone al comisario, "por su propio bien", es utilizar un método infalible para descubrir a esos escritores anónimos que se ocultan tras la aséptica letra de una impresora en algún cibercafé. Y ese método no es otro que el estudio de los estilemas, esos rasgos propios de cada autor o de pequeños grupos de autores que, unidos unos a otros, nos pueden dar la identidad real del emisor de mensajes ofensivos susceptibles de delito e investigación policial: rarezas gramaticales, giros propios de un lugar o de una familia, errores sintácticos característicos. Las características de estilo: los estilemas.
A pesar de la antipatía inicial, Contreras termina por ver la utilidad del método que le propone Pulido. "Este profesor tiene su gracia, pero me parecía un pesado de cojones. Fue interesante lo de los estiletes, lo reconozco. O sea, los estilemas. [...] Creo que antes se llamaban latiguillos o muletillas. Pero a lo mejor no es lo mismo".
A partir de ese momento, Pulido y Contreras formarán un equipo y utilizarán los estilemas para investigar varios casos. Los anónimos amenazantes y ofensivos a una famosa actriz, pero sobre todo, la aparente falsificación del testamento de un antiguo amigo del comisario a cuya hija, Esther, siente la necesidad, no desprovista de interés, de proteger y ayudar.
El profesor pretende redondear sus ingresos cobrando esas colaboraciones en dinero negro. No le queda otro remedio, Hacienda y el banco tienen sus cuentas bloquedas, de manera que él, que es honrado y pretende estar a bien con la ley ha llegado a la conclusión de que "la única forma de cobrar legalmente dinero negro es que me lo paguen las Fuerzas y Cuepros de la Seguridad del Estado, [...] Solamente el Estado puede hacerle trampas al Estado".
El comisario también sacará lo suyo al resolver algunos casos bordeando la legalidad, cobrando por ello más de lo que Pulido cree y obteniendo datos con los que afrontar, o iniciar, investigaciones en su propio trabajo de comisario.
Los estilemas se mostrarán eficaces y se irán descubriendo culpables y solucionando casos, aunque no siempre descubrir a un autor supone descubrir a un culpable, a veces la solución de un caso no significa su final y no siempre conocer la verdad hace que mejoren las cosas. Además los estilemas, en ocasiones, son un arma de doble filo que puede volverse contra el que la usa y conseguir que los buenos estén fuera de la ley y los malos dentro, porque las cosas no son siempre lo que parecen.
La novela es entretenida, divertida y está muy bien escrita. La trama es sencilla y muy fácil de leer. Podría parecer una novela para adolescentes (seguro que también lo es) en la que Contreras, Esther y Pulido forman un equipo, ya no tan joven, de jóvenes investigadores. Pero no nos engañemos, estos "jóvenes investigadores" tienen muchos más años, más sabiduría y cinismo, y utilizan un arma original y sofisticada como son los estilemas; estos "jóvenes investigadores" reflexionan acerca de la realidad y su apariencia, de la legalidad y de la justicia y la moralidad que no siempre son legales; del saber y el creer que se sabe. "Solamente nosotros tenemos toda la información, y sin embargo no la tenemos toda. Pero los que no saben ni un 10% de lo que sabemos nosotros ya están creyéndose que tienen todas las claves. Todo el mundo se cree muy listo".
Es una novela muy sencilla y sin pretensiones, que entre broma y seriedad, entre anónimo y estafa, entre intriga y sorpresa, guarda toda una filosofía y una forma muy crítica de ver a las personas y a la sociedad. De ver la vida.
Alex Grijelmo |
La novela se estructura en capítulos muy cortos, contados alternativamente, aunque sin orden preciso, por Eulogio Pulido, Julio Contreras y Esther Jiménez. Los tres le cuentan la historia a un joven periodista que se dispone a escribir un libro con ella. De uno a otro narrador la historia irá avanzando y nosotros iremos descubriendo, las mentiras y las pequeñas traiciones de todos ellos hacia todo ellos.
Alex Grijelmo es periodista y es director de la Escuela de Periodismo UAM de El País. Ha escrito varios libros de ensayo acerca todos ellos del uso de la lengua y de las palabras como indican algunos títulos: "La seducción de las palabras", "La información del silencio", "Palabras de doble filo".
Título del libro: El cazador de estilemas
Autor: Alex Grijelmo
Editorial: Espasa
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Tiene pinta innovadora. Un periodista con dominio de la lengua que utiliza sus conocimientos para desarrollar una trama, como no,, de novela policial que es lo que se lleva y parece que sin pretensiones literarias únicamente como diversión. Lo dicho leíble. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Josevi.
EliminarEs una lectura fresca y relajante, original y con sus puyitas a muchas cosas de esas que cada día tenemos que enfrentar.
Se lee rápido y se pasa un rato agradable. Sin más pretensiones, en efecto.
Un beso.
Me parece interesante saber más sobre los "estilemas", palabra que es la primera vez que oigo (leo). Si es a través de una novela ágil, entretenida y que no me provocará excesivos quebraderos de cabeza pero sí más de una sonrisa, ¡no tengo dudas!. Me la apunto :)
ResponderEliminarSigue asombrándome la velocidad a la que lees, Rosa. Para mí es impensable terminar un libro en dos o tres días y hacer además reseñas tan cuidadas como las que tú haces sobre ellos. Un apluso muy envidioso para tí :))
¡Un beso y feliz lunes, guapa!
Hola, Julia.
EliminarYo tampoco había oído la palabra, pero me ha resultado de lo más curioso, tanto el significado como el uso que se le puede dar y que se le da en esta novela.
La novela es entretenida y se lee muy bien; tiene humor, crítica e intriga.
No te creas que todos los libros los leo en dos o tres días, algunos me llevan bastante más, es que han coincidido algunos libros poco extensos y eso cunde mucho. Casi me cuesta más hacer las reseñas y siempre tengo alguna pendiente cuyo libro ya he leído.
Un beso y feliz semana.
Será interesante descubrir, a través de una historia, qué se puede deducir de una determinada forma de escribir. Cuando has mencionado los anónimos, me han venido a la mente esos con letras recortadas de periódicos, pero sin duda me parecen mucho más interesantes esos, con sus estilemas y todo, de los que trata la novela.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Hola, Chelo.
EliminarLos anónimos con letras de periódico ya no hacen falta, basta con ordenador de cibercafé, impresora y escribir a modo de telegrama para no dejar huellas de estilo (estilemas).
menuda lección para cuando queramos enviar anónimos.
Un beso.
Tiene muy buena pinta, me la llevo apuntada.
ResponderEliminarBesos
Hola, Ayla.
EliminarLa verdad es que es entretenida y se lee muy bien. Si a eso le añadimos la originalidad y que está muy bien escrita pues son varios puntos a su favor.
Un beso
Es la primera vez que oigo hablar de ese término y creo que la trama es muy original, pero me llevo apuntado el titulo para más adelante porque ahora no me da la vida y tengo que ir dando prioridad a otros títulos. Besos
ResponderEliminarYo tampoco había oído hablar de los estilemas, del que sí había oído hablar es de Alex Grijelmo y de sus libros, alguno de los cuales tengo en mi lista de pendientes. Lo que pasa es que como me tienta tanto la novela, los ensayos suelen quedar un poco relegados. A ver si le pongo remedio.
EliminarUn beso.
Me ha resultado entretenida y original. Me resulta muy interesante indagar en la forma de expresión escrita, y utilizar la intriga para ello me parece buena idea. Ya lo había visto otra vez en una novela de Rosa Ribas (que también se menciona aquí), a ver si se repite. Un abrazo
ResponderEliminarTengo que hacerme con esa novela de Rosa Ribas, aunque con el despiste que tengo, igual es de las que ya he leído.
EliminarLa forma policíaca es muy buena para transmitir cualquier tipo de mensaje porque cuenta con muchos seguidores y se presta mucho a la crítica y a casi cualquier tema.
Me ha gustado y te agradezco que me la hayas dado a conocer.
Un beso.
Me parece una apuesta curiosa, original y que puede disfrutarse mucho. Y me gusta también que sea una novela sin más pretensión que la de entretener de una forma digna. No me gusta cuando se vende lo que no es. La tendré en cuenta para cuando me apetezca leer algo más ligero.
ResponderEliminarBesos
Es ligera, pero tiene interés que es lo menos que se debe pedir a una novela. Si no tiene interés por muy ligera que sea, aburre. No le pasa a esta. Se lee fácil y engancha.
EliminarEstoy de acuerdo contigo. No hay nada peor que esas obras, películas, libros, etc, que se venden como si fueran la quintaesencia del arte y resultan ejercicios aburridos e inanes en los que, por más que escarbes, no llegas a encontrar nada.
Un beso.
Hola Rosa, es de las veces que al leer tu primer párrafo ya sabía que tanto como la reseña, como novela me iban a gustar. Y además, he aprendido un término que desconocía y ya de paso te agradezco que lo hayas traído al blog. Creo que está muy bien leer algo ligero, como en el cine a veces gusta de ver algo entretenido, natural y que produzca algún tipo de evasión de la vida diaria.
ResponderEliminarBesos, y feliz comienzo de semana lectora.
Mil gracias por tu comentario, Miguel. Al decirme lo del primer párrafo, he ido a leerlo y me he encontrado con una falta gramatical (un "de" que sobraba) que me he apresurado a corregir. Imáginate que se pasa por aquí el autor y encuentra una falta de semejante envergadura...
EliminarComo le digo a Lorena más arriba, lo ligero está bien. Yo también disfruto con las películas ligeras, pero siempre que tengan una cierta calidad; siempre que haya una mínima razón que justifique su existencia, porque en cine, como en literatura, hay muchas obras en las que, por más que busco, no logro entender para qué alguien gastó tiempo y/o dinero en su gestación.
Esta novela es ligera, pero muy pertinente y bien traída.
Un beso.
¡Todo un Robert Langdon de la lingüística! La verdad es que es un detective muy bien pensado y para el que, como parece viendo el currículum del autor, se necesita de un gran conocimiento en la materia. Desde luego que es de esas lecturas que siempre apetecen. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarEs un autor que sabe muchísimo de lengua y sabe transmitir lo que sabe de forma interesante y amena. hacerlo mediante una novela policíaca es el colmo de la originalidad.
EliminarApetece y merece la pena.
Un beso.
Solía leer la sección de Grijelmo en El País, esos artículos sobre los usos y modos de nuestra lengua, los ejemplos que ponía de mala utilización en los medios de comunicación, en la política y a nivel ciudadano me parecían interesantísimos, aunque hace tiempo que no los leo (¿sigue?.
ResponderEliminarLo que no conocía es esta faceta de novelista, ha sido llegar a tu blog y encontrarme con la sorpresa.
Bien está conocer esta propuesta, gracias por ello, Rosa.
Beso.
Pues no sé si sigue porque yo hace también mucho que no le leo. Tampoco es que lo hiciera muy asiduamente. Hace años que para las noticias prefiero la radio. La lectura de periódicos lleva mucho tiempo y prefiero leer otras cosas.
EliminarEsta es su primera novela y en ella sigue el estilo didáctico y muy entretenido con el que ponía esos interesantes ejemplos que mencionas.
Una propuesta original y fácil de leer.
Un beso.
Pues me encanta la trama y sus personajes. No conocía a este autor, pero eta historia me ha recordado las que hicieron famoso a Eduardo Mendoza y de las que tanto disfruté. Me la apunto.
ResponderEliminarUn beso.
Como autor de novelas, se puede decir que es novel, como autor de libros sobre el uso de la lengua y de artículos al respecto, es todo un veterano.
EliminarTanto en sus artículos (los libros sobre lengua no los he leído) como en su faceta de novelista, resulta entretenido y recomendable.
Un beso.
Ay Rosa me has creado una necesidad. Tengo una pila de libros sin leer enorme pero este se va a "colar" porque me apetece un montón, especialmente como lectura ligera en el campo o cosas así, para desconectar.
ResponderEliminarMuy feliz martes.
Es una novela ideal para leer en cualquier momento y para momentos de relax, resulta ideal porque entretiene y es fácil y ligera.
EliminarMe alegro de habértela dado a conocer.
Un beso.
Desde luego tiene una temática original, intentaré hacerme con él, pinta bien. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.
Entretenido y original. Realmente, merece la pena.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa! Los libros ligeros, divertidos, fáciles de leer, siempre caen bien. Además, la trama se ve tan original, que sin duda disfrutaría mucho. Gracias por tan buena reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarPues este libro tiene todo eso y muchas más cosas que lo hacen más interesante aún. Espero que te animes y que te guste.
EliminarUn beso y muchas gracias a ti.
Me la llevo apuntada, Rosa. Seguro que disfruto con su lectura, porque me gusta lo que nos cuentas en tu reseña. Besos.
ResponderEliminarYo creo que sí disfrutarás porque es una lectura fresca 6 muy original, además de que resulta intrigante y entretenida.
EliminarUn beso.
La he leído esta mañana de un tirón, 5 horas escasas, y me ha gustado mucho. Soy lector apasionado de la llamada novela negra y esta novela más que negra es de colorines. Quiero decir que aunque la trama sea policiaca, el desarrollo es muy ligera, al tipo de las escritas por Eduardo Mendoza y su peculiar “inspector Sugrañes”.
ResponderEliminarAlex no puede dejar su faceta didáctica de la lengua española y va dejando retazos a lo largo de la novela de su buen hacer y saber.
La he visto como una sencilla novela policíaca, sin pretensiones, muy bien escrita y con una propuesta muy original.
EliminarY sí, recuerda a esas novelas de Eduardo Mendoza con el paciente del doctor Sugrañes,aunque estas tienen mucho más humor.
Un abrazo.