"El círculo del alba" Luisa Ferro
El 23 de enero de 1878 se celebraron los esponsales de Alfonso XIII y María de las Mercedes de Orleans. Madrid era como la carpa de un circo gigantesco y profusamente iluminado. Para celebrar tan regios esponsales todo tipo de festejos se había organizado para que los madrileños compartieran la alegría de su monarca. Los nobles y burgueses asistirían a fiestas en palacios y establecimientos lujosos y los más desfavorecidos tendrían su propio entretenimiento callejero que por unos días les haría olvidarse de sus penurias y/o poner en práctica sus pillerías. «Las funciones eran parte del convite ofrecido a las gentes de la villa para tan magna celebración. Por espacio de cinco días se ofrecería al público un nutrido repertorio de entretenimientos, fuegos artificiales, corridas de toros, regatas, exhibiciones de fieras, e incluso ascensiones en globo aerostático».
Pero no todo fueron fiestas y alegría en ese día. Al anochecer, en la casa de fieras de míster Bidel, los animales están inquietos. Siguiendo los pasos de la leona tuerta con la que convive en un vagón de tren el domador encuentra el cadáver de una niña. Unos nueve o diez años, desnuda, cabeza y cejas rasuradas, una cicatriz a lo largo del esternón y la mano derecha cerrada sobre el corazón. O más bien sobre la ausencia del corazón pues no es la primera niña que aparece en las mismas circunstancias y por las otras cinco sabemos que le han extraído el corazón, que en la mano cerrada se esconde el cadáver de una golondrina y en el buche de esta, una libélula. El jefe de policía, Arturo Del Romo, y el joven estudiante de último curso de Medicina, Ernesto Olmedo, se encontrarán frente al cadáver de la niña y pondrán todo su empeño en solucionar el caso, pero un año después los asesinatos han cesado totalmente desde aquel sexto hallazgo y ni siquiera han conseguido identificar a las víctimas. «Cada pista es un callejón sin salida. Si al menos hubiéramos podido identificar a alguna de las víctimas… Pero estas niñas no existen para el mundo. Son agua del Manzanares. "Agua del Manzanares", repitió para sí el estudiante. Criaturas que respiraban un único aire: la riada pútrida de los arrabales». El caso se cierra.
Veinticinco años después, Arturo Del Romo ha muerto y su hijo Antonio está ahora ocupando su puesto en la policía. Ernesto Olmedo acaba de morir en condiciones sospechosas. Al menos lo son para Bruno Moreto, el chico al que sacó del orfanato y prohijó cuando era un niño. Se supone que se ha suicidado, pero no ha dejado ni una nota de despedida o de explicación. Bruno no se fía de tal suicidio sobre todo teniendo en cuenta que el propio Olmedo le había enseñado que un suicidio debe ser tratado como homicidio mientras no se demuestre lo contrario. ¿No sería lo más lógico que, pensando así, él mismo hubiera dejado pruebas de su supuesto suicidio?
Estamos en 1903 y Ernesto, además de colaborar con la policía como médico forense, llevaba una funeraria, La Luz de Helios. El testamento muestra que todo está hipotecado y que tan solo hay deudas. También descubre la existencia de un hermano del que nadie había oído hablar, Hugo Bonaventura, un conde italiano que es el vivo retrato de su hermano y que hereda el grueso de sus bienes incluidas las deudas y la hipoteca. A Bruno se le viene el mundo encima. A la pena de la pérdida de su tutor y maestro se une una gran decepción. «Sus planes sobre licenciarse en Medicina y Cirugía morían con Olmedo. Esos sueños se convertirían en cenizas al mismo tiempo que los huesos de su maestro. Polvo al polvo. Cenizas a las cenizas».
La muerte de Ernesto Olmedo y la llegada de Hugo coinciden con la aparición de otro cadáver. Otra niña con las mismas características de las de veinticinco años antes. De alguna manera, por alguna causa, el asesino ha vuelto a la actividad si es que la había dejado. De manera oficiosa, Bruno y Hugo, que también es médico como su hermano, colaboran con la policía a petición de Antonio Del Romo. Se abre así una trama que nos llevará a visitar los lugares más lóbregos del alma humana; la depravación a la que lleva la miseria, pero también la corrupción que surge por la avaricia. Nos encontraremos con la locura, el abandono, la desesperación; con esos monstruos verdaderos que representan la maldad absoluta, si es que hay maldad en esos seres malogrados que la naturaleza, que no es sabia, deja que salgan adelante y vaguen por el mundo arrastrando su dolor y su inadaptación. Pero también encontraremos las fuerzas que mueven a esos seres y se aprovechan de su locura, los que solo piensan en enriquecerse con dinero, fama o prestigio.
A la trama de los asesinatos de las niñas se une la de las muertes, en extrañas circunstancias, no solo de Olmedo, sino de otros compañeros de estudios de la Facultad de Medicina de San Carlos que habían compartido aulas con Ernesto y con su hermano Hugo.
Luisa Ferro |
El círculo del alba es una novela que nos traslada a los primeros años del siglo XX y los últimos del XIX. Nos llevará a visitar palacios, prostíbulos, manicomios, chabolas, hospitales. Recorreremos el Madrid de la época perfectamente descrito en lo que se adivina como una precisa y certera labor de documentación. Nos enfrentaremos a «una sociedad decadente cuyo dios es el dinero y el poder que puede comprarse con él. Los humanos somos depredadores insaciables. Y una vez tocamos con la punta de los dedos ese poder, jamás renunciamos a él. Jamás. Este es un mundo de fuertes y débiles, de lobos y ovejas. ¿Cuántos corderos cree que sacrificarán esos lobos ávidos de sangre? Todos los que precisen. Eche usted un vistazo al mundo y llore, señor Moreto. Somos carroña».
La ambientación de la novela es fantástica. Los ambientes en los que nos sumerge son tan reales que nos envuelven como si estuviéramos participando de ellos. Las sesiones de espiritismo e hipnosis que se organizan en La Luz de Helios, auspiciadas por la cuñada de Ernesto Olmedo, dan lugar a discusiones sobre la superstición y la razón que tan en boga estuvieron en aquellos años, pero también sirven para hacer avanzar la trama.
«—¿Qué le ha parecido la sesión de hipnosis, doctor?
Él dejó escapar una risilla floja al tiempo que echaba una bocanada de humo.
—¿No irá a dar pábulo a todo lo que ha dicho esa vampiresa espiritista? ¡Por Dios, Bruno…! Seguro que se ha creído el embuste de que esa signorina es pariente de Madame Blavatsky. Todo ese despliegue de circo forma parte del espectáculo. La lectura telepática, la levitación, la regresión a vidas anteriores… son trucos.[...]
—No seré yo quien le quite la razón. Le recuerdo que soy un escéptico convencido, pero tiene usted que admitir que el caso que investigamos no es del dominio público y menos aún el dato de la golondrina que llevaban en la mano las niñas asesinadas. ¿Cómo podría saberlo la señorita Steiner?».
Y es que Bruno está a punto de conocer el amor. Tres mujeres llamarán su atención y le dejarán hecho un mar de dudas y perplejo ante el enfrentamiento entre amor e intereses que se mezclan en las relaciones de pareja, ante el hecho de que el matrimonio no siempre se deba al amor. «No. No lo amo. Pero a veces la pasión que trae consigo el amor es un obstáculo para el matrimonio».
Y vemos una sociedad que salvando distancias, mucho más pequeñas de lo que parecen, es muy similar a la nuestra. «[...] había policías que tenían por costumbre trapichear amparados por su cargo: compra de género robado, cobro de comisiones por dejar en libertad a delincuentes, hacer la vista gorda en hurtos de cierto calibre a cambio de parte del botín [...] Los políticos no salían mejor parados, se les culpaba de otorgar puestos a dedo dentro de la policía para pagar favores. Algo que justificaba la falta de aptitud y de escrúpulos de algunos funcionarios, que no contentos con tener una pequeña paga, que a muchos les llovía del cielo, buscaban multiplicar sus dividendos a base de trapicheos».
Tras la lectura de la bilogía Donde mueren los dragones de jade, tenía ganas de leer esta novela que tenía en mi lista de pendientes hace tiempo. Totalmente distinta en la trama y en la época, pero con la misma meticulosidad a la hora de describir ambientes y paisajes. En la China del siglo XIII o en el Madrid a caballo entre en XIX y el XX, Luisa Ferro se mueve con una soltura admirable.
Título del libro: El círculo del alba
Autora: Luisa Ferro
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2016
Año de publicación original: 2016
Nº de páginas: 608
La he leído este mes de agosto y me ha gustado mucho. He encontrado, sin embargo, un fallo, diría que garrafal, cuando, describiendo un dolor agudo (no recuerdo en quién) en el cuadrante abdominal inferior izquierdo, asume que se trata de una apendicitis aguda, cuando el apéndice está situado a la derecha. Ignoro si habrá algún caso en que el dolor irradie hacia el costado opuesto, pero lo dudo. Con ello no quiero desmerecer la calidad de esta novela, que es innegable, solo me ha llamado la atención este detalle cuando esta autora parece estar muy bien documentada.
ResponderEliminarUn beso.
Yo he oído que hay apendicitis difíciles de diagnosticar porque los dolores se reflejan en el lado izquierdo y despistan a los médicos. También las debe de haber que cursan sin fiebre y demás rarezas. De hecho conozco a dos personas a las que tardaron mucho en diagnosticarles porque los síntomas eran muy atípicos, aunque en estos casos no sé si había dolor en el lado izquierdo. Una de esas personas fue un primo mío y casi se muere. Así es que cuando leí lo del dolor en el cuadrante inferior izquierdo, no me resultó extraño.
EliminarPor lo demás, sí que es una novela de calidad innegable tan bien ambientada que se respira el Madrid de la época.
Un beso.
A veces los lugares duelen por reflejos y se confunden con gases al pasar
EliminarDebo rectificar y rectifico mi apreciación (posiblemente demasiado vehemente y precipitada) al considerar como error garrafal la descripción que la autora hace de los síntomas de una apendicits aguda. Probablemente me dejé llevar por mi experiencia personal y cómo viví este cuadro hace algunos años, que se desarrolló de la forma convencional. Al parecer, se pueden dar casos, aunque raros, en que esta patología evoluciona tal como se describe en El Circulo del Alba. Pido, pues, mis disculpas a Luisa Ferro por si con mi desacertada opinión he podido incomodarla o afectarla de algún modo. Dicen que rectificar es de sabios. Así pues, hoy soy un poquito más sabio que ayer y espero que menos que mañana. Un abrazo.
EliminarA todos nos pasa alguna vez. Lo bueno es saber dar un paso atrás . Yo he tenido alguna metedura de pata memorable en alguna reseña. No pasa nada si se sabe rectificar.
EliminarUn beso.
Hola. Me ha recordado al Víctor Ros de Jerónimo Tristante, aunque solo leí un libro pero vi la serie.
ResponderEliminarVaya cómo se las gasta el asesino. O asesinos. El caso es que estas novelas que revuelven en las miserias del alma humana me gustan pero me las tengo que pensar, más bien elegir el momento adecuado para ellas. Pero me ha parecido muy llamativa y me la apunto.
Besos
Ay, Victor Ros. Solo leí el primero y es de esas series que siempre tengo en mente retomar, pero siempre van quedando rezagadas. Sí que lo recuerda porque es la misma época, aproximadamente y en Madrid, así es que sí, se dan un cierto aire.
EliminarEsta novela indaga mucho sobre las miserias humanas más escabrosas y desasosegantes.
Un beso.
Como sabes a mi también me ha gustado mucho. Veo que tú te has fijado más que yo en las sesiones de espiritismo, -auténtica superchería- que se estilaron mucho durante esos años. La verdad es que El círculo del Alba es una novela que toca muchísimos asuntos; de ahí el enorme éxito con que está novela ha sido y está siendo recibida.
ResponderEliminarSobre la hepatitis aguda -,ya se he dicho a Josep María - me reconozco lego en la materia (ja, ja...)
Un beso
Tiene muchos detalles que hacen que la novela esté muy bien encajada en aquellos años entre el siglo XIX y el XX. La afición por el espiritismo es uno de ellos; el gusto por lo oriental, aquí representado por Uma, es otro. También ese tipo de crímenes tan simbólicos, a medio camino entre lo religioso y la brujería y que no dejan de estar muy relacionados con el espiritismo.
EliminarMe ha parecido una muy buena novela que además va ganando en el recuerdo.
Un beso.
Por mucho avance científico y tecnológico que haya habido y siga habiendo, en general los seres humanos poco cambiamos y nos siguen moviendo las mismas cosas. No me extraña, pues, que la sociedad de esta novela te haya recordado a la nuestra.
ResponderEliminarLa ambientación, efectivamente, se ve fantástica. Me llama más la atención esta novela de Luisa Ferro que su bilogía ambientada en la China medieval. Creo que de animarme con la autora me decantaría por tanto con El círculo del alba.
Besos
Aparte de lo poco que cambiamos los seres humanos es que en España los males que padecemos son históricos y puede que el más histórico sea la corrupción. Cuando se indaga un poco en la Historia vemos que este país ha perdido muchos trenes, lo que no llego a entender es el por qué, lo que tenemos de diferente con otros países de nuestro alrededor que han tenido una evolución tan distinta a la nuestra. En mi relectura de Conversación en la catedral de Vargas Llosa, en ese inicio tan magnífico cuando santiago el protagonista se pregunta «¿En qué momento se había jodido el Perú?» me vino a la mente sin poderlo remediar en qué momento se había jodido España. Sigo sin saberlo.
EliminarLa novela merece la pena. Mediante los crímenes que nos cuenta indaga en las miserias humanas que no siempre son patrimonio de los más miserables, sino que forman parte de muchas personas notables y con vidas esplendorosas y para nada miserables. Aunque no se puede negar que en muchos casos la miseria material se contagia al alma. También eso aparece aquí.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminartengo ganas de ponerme con Luisa Ferro, una autora que veo mucho últimamente por los blogs. La bilogía creo que me da más pereza, pero esta sí me la apunto, me encantan este tipo de historias que tratan la maldad y están bien ambientadas.
Me parece curioso lo de la apendicitis que comenta tu primer comentarista, todo el mundo sabe que el apéndice está en el lado derecho, aunque igual no es un error
Un beso!
Como le digo a Josep María, siempre he oído que a veces los dolores de la apendicitis se reflejan en el lado izquierdo y pueden dificultar su diagnóstico. Luisa Ferro se documenta muy bien y seguramente lo estaba también en este tema. No es una autora que deje detalles de este tipo sueltos.
EliminarSeguro que disfrutas con esta novela y también con la bilogía ambientada en China. El Madrid que describe es fascinante por lo bien descrito que está y porque debía de serlo en la realidad.
Un beso.
Hola, Rosa. En su día anoté este libro pero con tanto y tanto para leer confieso que se me paso y ahora me dejas con unas ganas tremendas de disfrutarlo. Me regalaron la bilogía donde mueren los dragones y creo que podría empezar con estos libros.
ResponderEliminarGracias, besos y felices lecturas.
Tanto la bilogía Donde mueren los dragones de jade como esta novela policial creo que te gustarán. Ambas obras están muy bien ambientadas y documentadas, además de ser historias muy interesantes de las que te atrapan sin remedio.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Pues me llama mucho la atención esta historia por la época y lo bien ambientada que parece. También a mí me estaba recordando un poco a Víctor Ros, como ya te han comentado. Besos y gracias por la recomendación.
ResponderEliminarSí, también a Norah le ha recordado a Víctor Ros. He de decir que yo no había hecho la relación, pero la verdad es que tienen cosas en común. Solo he leído una novela de Víctor Ros y casi no recuerdo nada de la trama pero sí recuerdo que el Madrid que se describe es muy similar y eso hace que puedan identificarse. Tengo que seguir con esa serie.
EliminarUn beso.
Es de las que me gustan mucho.
ResponderEliminarVeré de encontrarlo pronto.
Está fácil de encontrar y seguro que te gusta. Es una novela que tiene de todo:documentación, ambientación, trama adictiva, intriga... Y por si fuera poco, muy bien escrita.
EliminarUn beso.
No había oído hablar nunca de esta novela y me parece muy interesante todo lo que cuentas. Por lo que veo toca muchísimos palos, eso puede ser difícil de llevar a cabo si el autor (o autora) no es hábil. Me lo apunto en Goodreads, aunque veo que tiene una puntuación más que tibia.
ResponderEliminar¡Besos!
No estoy en Goodreads por lo que no sé cómo se califica allí el libro. Yo lo he disfrutado mucho porque la ambientación es magnífica y nos sumerge en un Madrid muy interesante y muy bien descrito. Además la trama me ha resultado muy buena y muy adecuada a la época, con su mezcla de superstición, locura, magia... No sé cómo se califican las novelas en Goodreads. Tendré que mirar. Igual hay un nivel de exigencia muy alto, como sucede con cine en Filmaffinity donde una película con un 6 suele ser bastante buena, con 7, excelente y casi no hay puntuación más alta.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, pues no conozco a la autora y tu reseña es la primera que leo. Me llama la ambientación en el Madrid del siglo XIX - XX, y la investigación de esos crímenes que sirven para analizar y criticar la sociedad de la época Después de la serie de Niklas Natt Och Dag, estoy encontrando varios autores que ambientan sus novelas en épocas pasadas con espíritu crítico. Me la llevo apuntada. Besos.
ResponderEliminarLa época y el tipo de crímenes podrían recordar la trilogía de Nikals Natt Och Dag (de la que me queda el último por leer) aunque no hay sospecha de copia. Ni tan siquiera de inspiración porque El círculo del Alba es anterior.
EliminarHay mucha crítica en esta novela a la sociedad de entonces y a la de ahora que, como comento, no es tan diferente.
Un beso.
No era mi intención decir que la autora copiara nada, sino comentar que últimamente estoy encontrando muchas historias desarrolladas en épocas pasadas, ahora me viene a la cabeza La bestia y El libro del sepulturero. De antes conocía la serie de Jerónimo Tristante protagonista por el detective Victor Ros del que he leído varias entregas. Seran modas. Besos.
EliminarTranquila. Te he entendido perfectamente. Se me ocurrió a mí que al decir que podía recordar la serie de 1793, igual alguien podía pensar que había algo así y quería aclararlo. Pero no pensaba en ti precisamente.
Eliminar
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia y la época que refleja. Gracias por la reseña y un beso.
Pues creo que te gustará la novela. Una trama muy bien construida y muy adecuada a la época que está maravillosamente reflejada.
EliminarUn beso.