"Los dos lados" Teresa Cardona
La teniente Karen Blecker mantuvo la mirada fija en el ordenador, que parecía reprocharle las dos semanas de ausencia negándose a arrancar. Apretó el ratón varias veces sin conseguir ningún cambio. Con los ojos descansando en el negro, Karen se regodeó en el recuerdo del último fin de semana pasado con Philippe en Bretaña. Aunque de los cuatro días planeados él solo había podido quedarse dos, había merecido la pena».
Karen es teniente de la Guardia Civil. Ha pasado varios años en la Europol y ha vivido en Alemania y en la Haya hasta que, tras divorciarse de su marido, pidió el traslado a Madrid. Tenía la esperanza de que Philippe, su amante, la hubiera propuesto vivir juntos, pero no lo hizo. Ni tan siquiera intentó retenerla en la Europol por lo que Karen terminó en el cuartel de la Guardia Civil de San Lorenzo de El Escorial.
«—Mi teniente, nosotros no estamos en el pueblo de El Escorial. Primero —levantó el dedo de forma didáctica—, esto no es un pueblo, sino un real sitio. Y lo llamamos San Lorenzo. Algunos afirman incluso que se obvia decir "El Escorial" para diferenciarse de la villa de El Escorial, llamado, por su cota inferior, el "de abajo". Son dos sitios diferentes».
Así se lo explicó su compañero el Brigada José Luis Cano con quien pronto se verá inmersa en un caso complicado y poco usual en el tranquilo real sitio. Ahora, cuando los dos acaban de llegar de sus vacaciones veraniegas, un muerto les da la bienvenida. El cadáver ha aparecido en una casa que se encontraba cerrada por las vacaciones de sus dueños. En posición fetal y amarrado de pies y manos, el hombre ha muerto mirando hacia el techo donde una botella de agua mineral cuelga del cable de una bombilla. Lo ha encontrado el jardinero en un cuarto que apenas se utiliza salvo para guardar trastos y a donde lo ha conducido el olor. La teniente Karen enseguida relaciona la escena con el mito de Tántalo. La primera dificultad radica en descubrir la identidad del muerto, aunque los planos de un piso con el sello de una inmobiliaria que el muerto tenía en su poder ayudarán bastante.
El capítulo dos me desconcierta totalmente al llevarnos a 1989 con la historia de Rafa, un joven estudiante de Derecho al que envían a pasar el verano a San Lorenzo con unos tíos maternos. El curso no ha salido tan bien como su padre esperaba y ahora tendrá que buscar trabajo. «[...] las clases particulares le darían dinero y le gustaba enseñar. En el club tendría propinas y, aunque le daba vergüenza encontrarse a alguien de la facultad, lo explicaría con el cabreo de su padre, que le había obligado a ponerse a trabajar para que se enterase de cómo era la vida de verdad». Y es que, como iremos viendo, a Rafa le importa mucho el qué dirán y el aparentar mucho más de lo que es.
Rafa encontrará la casa ideal para sus clases particulares. La formada por el matrimonio de Clara Bailén y Manuel Buendía. Ella es una chica de buena familia; él, un periodista muy crítico empeñado en sacar a la luz los excesos que en aquella época se estaban descubriendo por parte de los GAL y de algunos cuarteles de la Guardia Civil en la lucha contra ETA. «La cuestión es si es justificable que el Estado de derecho se tome la justicia por su mano, que creo que es adonde quieres ir a parar. Y no. Ni el asesinato ni la tortura son justificables. Jamás. En ningún caso. No hay atenuantes. Un Estado no puede utilizar los métodos de los terroristas. Bajo ningún concepto. Perdería su legitimidad».
El matrimonio tiene un hijo de diez años, Diego, al que las Matemáticas y la Lengua se le han atragantado. En realidad quiere ser jardinero y pasa gran parte del día ayudando a Leonardo, el jardinero de la familia, aunque pronto repartirá su tiempo entre este y Rafa, el profesor que se convertirá en su amigo y que se hará indispensable para el niño. También Clara confiará cada vez más más en él, aunque a medida que avanza la novela, el lector irá descubriendo facetas de Rafa que le irán inquietando y haciendo ver que no todo es como podría parecer en un principio.
Alternando con las vidas de Rafa y los Buendía en el verano de 1989, Los dos lados nos irá contando la investigación del asesinato de 2016. Karen no está tan centrada como podría parecer. Su preocupación por el caso se mezcla con su inquietud y su espera de los mensajes de Philippe que no llegan con la asiduidad que ella espera. El asesinato poco a poco se irá desentrañando y será en el transcurso de esa investigación cuando ella descubra los motivos de esa desafección por parte de su pareja que tan pronto se muestra de lo más enamorado como frío y distante. Cano, que no está ciego y es bastante más perspicaz de lo que podría parecer en principio, se terminará convirtiendo en un amigo para la teniente, a pesar de las reticencias de esta última en entablar amistad con compañeros de trabajo.
Los dos lados es una novela que engancha y lo hace desde el principio. Ambas tramas, que nada tienen que ver en apariencia, se irán mezclando como ya supone el lector y hacen que la lectura avance mientras salta de una a otra sin dar tregua. La novela trata muchos temas y esa es tal vez la única pega que le pondría. Aprovechando las dos tramas, se habla de temas de los que dividen o han dividido a la opinión pública de este país a lo largo de los años y aunque, en honor al título de la novela, se intenta ver la razón de las distintas posturas, ese mismo intento hace que se note demasiado lo que más que contarse debería mostrarse.
Así un personaje se muestra favorable a la tortura en algunos supuestos: «Manuel, cíñete a la realidad, ¿qué harías si coges a un etarra, si supieses que ha puesto una bomba en un supermercado, pero no en cuál? ¿No sería legítimo torturarle para saber dónde está la bomba? Es una situación posible, ¿no?».
Lo políticamente correcto se muestra contrario a la investigación policial y Karen reprocha a Cano haberse mostrado poco amable con una testigo un tanto racista
«[...] si busco a alguien, quiero saber si es blanco o negro, alto o bajo, hombre o mujer. Y gordo o flaco, para el caso. Va a llegar un momento en que, por ser políticamente correctos, se nos describa tanto a testigos como a sospechosos como entes sin sexo, sin color y sin defectos. Para lo que nos atañe a nosotros, prefiero, por muy denigrante que sea, que me diga que el que pasaba era negro como un tizón, estaba gordo como un trullo y tenía la nariz más ancha que la boca. Tendríamos más probabilidades de encontrarlo que si nos dice que era un hombre que paseaba. Lo que no quiere decir que, en esencia, no esté de acuerdo con usted. Pero la próxima vez, espere usted a que acabemos de interrogarla para educarla».
También le reprochará el burlarse de un personaje muy religioso que según Cano, estaría rezando el rosario:
«Dígame, brigada, si el doctor Benavides no se llamase así, sino Rosenbaum y en vez de un crucifijo tuviese un candelabro de siete brazos, ¿se permitiría usted hacer el más mínimo comentario? Y no le digo si se llamase Kaddour… Desde luego que no, y ay del que lo hiciese en su presencia. Vivimos en un país con libertad de religión, diría usted. Las creencias son libres, ¿verdad? ¿Por qué en esa tolerancia suya no entra el catolicismo?».
No voy a poner más ejemplos, pero tampoco los toros se libran de esas dos miradas, esos dos lados a los que alude el título de la novela y que para mi gusto quedan expuestos de una forma demasiado evidente y teórica, dando a la novela un toque didáctico que es lo que menos me ha gustado. Ahora bien, es una pequeña pega en medio de una novela bien contada, bien estructurada y que cuesta soltar de las manos.
Título del libro: Los dos lados
Autora: Teresa Cardona
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Siruela
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 424
¡Hola! el que esté ambientada en El Escorial y esa foto de cubierta con el Monasterio es un punto a favor, la verdad es que me atrae bastante. Me desconcierta un poco tus puntos en contra, que aunque no son demasiado importantes, me hacen replanteármelo (sobre todo es toque didáctico que comentas, espero que no te refieras a enseñanzas respecto al mundo taurino, porque entonces creo que no me lo llevo) porque el que toque muchos temas, no es algo que en principio pueda disgustarme, prefiero muchos temas que una novela con muchos-demasiados personajes.
ResponderEliminarLa voy a tener muy en cuenta, Rosa
Besos
Lo que me decidió a mí a leer esta novela es que la editorial Siruela suele acertar bastante en su selección de novela policíaca. Todas las que he leído me han gustado.
EliminarEl tono didáctico lo hace mediante conversaciones o reflexiones en las que se ven puntos a favor o en contra (los dos lados) de distintos temas: la tortura y las acciones de los Gal, los toros, la Religión, lo políticamente correcto... Y para mi gusto se hace de una forma muy evidente que es algo que siempre me chirría mucho. Pero la novela se lee muy bien y eso que para mí son fallos pueden ser aciertos para otros lectores.
No hay enseñanzas respecto al mundo taurino, solo personajes a los que les gusta y a los que no les gusta.
Si lo lees, me encantará saber tu opinión.
Un beso.
Hola, Rosa. Sí que parece una lectura de esas que enganchan pero en principio no me resulta muy atractiva. Siempre hay que tratar de mostrar más que de contar porque si no es muy fácil caer en moralejas y adoctrinamiento aunque es algo complicado realmente, sobre todo con tanta variedad de temas como comentas. Tu reseña, en cualquier caso, estupenda. Un beso.
ResponderEliminarLa verdad es que como se dan opiniones a favor y en contra de cada tema no resulta muy adoctrinador. Lo que pasa es que se hace de una forma demasiado evidente para mi gusto. Al menos yo lo noté así. Por lo demás, la historia es buena y resulta muy entretenida. No querría que ese detalle disuadiera a nadie de la lectura del libro.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Lo que más ha llamado mi atención es que la historia se cuente en diferentes años y que poco a poco, las historias se vayan mezclando. No dudaría en leer este libro, tanto por la ambientación, como por los temas que trata esta lectura. Muchas gracias por la reseña y espero tengas una linda semana. ¡Besos!
ResponderEliminarMe suelen gustar mucho las historias que transcurren en distintos tiempos que van poco a poco mostrando su relación. es cierto que es una estrategias que está muy de moda y ya se ve demasiado, pero siempre que esté bien usada, me sigue gustando. Espero que te guste.
EliminarUn beso.
Rosa Berros es mi deseo invitarte al otro blog de Aula de Paz , donde en cinco partes expreso un resumen de mi labor en la sociedad , esperando sea de tú agrado , un fuerte abrazo .jr.
ResponderEliminarYa. Y este blog y esta reseña ¿qué te han parecido?
Eliminar¡Holaaaa!
ResponderEliminarMmm esta vez no me llama mucho la atención, no se si me animaré, aunque me alegra que te haya gustado y haya tratado temas polémicos e interesantes ;D
Ay, Irene, acabo de rescatarte de los comentarios Spam. Este y el que dejaste en Encrucijadas. Estoy hartita de los spam y de blogger.
EliminarEntiendo que no te atraiga. No se puede leer todo ni nos puede gustar todo.
Un beso.
Sí, da la sensación de que se notan demasiado esos dos lados de tantas cosas que quiere mostrar la autora y que eso le hace un flaco favor a una novela que por lo que comentas es interesante. Unido esto a que no es el género que más me tienta y a que las novelas que mezclan dos hilos temporales muchas veces no me terminan de convencer, creo que la voy a dejar pasar.
ResponderEliminarBesos
Yo sí disfruto con los distintos tiempos si están bien trabados y en este caso lo están. El género también me gusta aunque es más policíaco que negro y yo prefiero este último. Por mi parte, las pegas que le pongo no son disuasorias para leerlo, pero confluyendo esos otros motivos entiendo que no sea de lo que más te apetece.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Se ve que la novela ha salido bien parada pese a los peros que le pones. No es fácil cuando tocan tantos temas, a mí no me gusta tampoco porque alguno se queda a medias. Hay autores que parece que piensan que no van a poder escribir nada más y lo meten todo en una. Lo que no me gusta de la novela es el tema terrorismo, es que solo de mencionarlo ya me va mal. Esperaré a otra.
ResponderEliminarBesos
La verdad es que son temas tangenciales a la trama, salvo el de los toros que tiene cierta importancia en el desarrollo de los hachos y el de la lucha contra la tortura del periodista que tiene también su pequeña importancia. Y es por eso, porque no son temas determinantes en el transcurrir de los hechos por lo que resulta un tanto llamativo el tratamiento que se les da.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, no conocia a la autora, pero todas las novelas que he leído de la editorial Siruela me han gustado, así que este es un punto a favor. También disfruto con las historias contadas en dos tiempos si se hace bien, como parece ser el caso. Tendré en cuenta tus peros y me la llevo apuntada. Besos.
ResponderEliminarLa editorial fue el punto mayor a favor de leer esta novela. Su selección policíaca (y de todo tipo) es siempre muy acertada. Creo que disfrutarás con este libro a pesar de mis peros.
EliminarUn beso.
Tengo dudas con esta novela. Por una parte me atrae, por otra una amiga me dijo que no estaba convencida de que me fuese a gustar. Probablemente la deje pasar
ResponderEliminarBesos
Tu amiga te conocerá mejor, pero yo hubiera dicho que entra dentro de las cosas que te suelen gustar, pero como tampoco hay tiempo para todo, algo hay que dejar de lado.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Este libro lo tenía ya anotado y a pesar de la pega que señalas me apetece leerlo, a ver si después de mis vacaciones puedo volver a mis rutinas de lecturas.
ResponderEliminarGracias.
Besos y felices lecturas.
Desde luego la pega que le pongo, como ya digo al final, es pequeña y para nada debe disuadir de leer el libro a quien tenga intenciones de hacerlo. La novela se lee muy bien y tiene sus puntos interesantes. Creo que te gustará.
EliminarUn beso.