"Roseanna" Maj Sjöwall y Per Wahlöö

Hacía tiempo que tenía pendiente esta novela, la primera de la serie del subinspector Martin Beck, una serie que se considera la pionera del género negro actual nórdico que tan espléndida cosecha, con más o menos acierto, ha dado en los últimos treinta años. 
 
En los años sesenta, Suecia era el espejo en que se miraba gran parte de Europa y muy particularmente España. O algunos sectores de España. Económicamente próspero, socialmente equilibrado y muy progresista, con un estado del bienestar de los mejores, si no el mejor, del continente, parecía el paraíso visto desde la España de aquellos años. Recuerdo haber leído de adolescente un libro que por entonces tenía un gran predicamento al menos por estos pagos, Suecia, infierno y paraíso. Para el país pacato y oscuro (por más que algunas ventanas empezaran a abrirse) que para algunos era éste a finales de los años sesenta, Suecia era más un paraíso que un infierno, pero como en todos los cuentos de hadas, no todo era como parecía y había brujas y duendes malos en aquel bosque encantado y luminoso. En ese contexto Maj Sjöwall y Per Wahlöö, pareja de periodistas y pareja sentimental, «Vieron que había un considerable territorio inexplorado, en el cual las novelas negras podían constituir el marco de historias que contenían una crítica social.
No sabría decir cuántas veces me han preguntado qué han significado para mí los libros de Sjöwall y Wahlöö. Creo que cualquiera que haya escrito sobre crímenes como reflejo de una realidad social ha sido inspirado, de una manera u otra, por ellos. Rompieron con las tendencias preexistentes en la novela policíaca».

Y eso lo dice en la introducción de Roseanna nada menos que Henning Mankell, tal vez el autor más influido por la pareja de periodistas que confesó en numerosas ocasiones la impronta que Martin Beck había dejado en su Kurt Wallander. No, Suecia no era exactamente el paraíso. Kurt Wallander ya se encontró un país lleno de inmigrantes, con el estado del bienestar algo deteriorado, con una criminalidad en ascenso. Eran los años noventa. Pero Martin Beck vive y trabaja en plena década de los sesenta, con el país en su máximo esplendor, y aún así se ve en la necesidad de romper el mito del paraíso. Maj Sjöwall y Per Wahlöö se ven en la necesidad de romperlo.

«Era una mujer. Quedó tendida boca arriba sobre una lona doblada en el extremo del rompeolas. [...]
Estaba desnuda y no llevaba joyas. La piel del pecho y bajo vientre era más clara, como si hubiera tomado el sol en bikini. Tenía las caderas anchas y los muslos fuertes; el vello púbico, negro, mojado y tupido. Pechos pequeños y flácidos, y pezones grandes y oscuros. Un rasguño rojizo le recorría la cintura hasta la cadera. Por lo demás, una piel lisa y sin manchas ni cicatrices, pies y manos pequeños y uñas sin pintar. Con la cara tan hinchada, resultaba difícil decir cómo habría sido su verdadero aspecto. Tenía cejas oscuras y marcadas, y la boca parecía ancha. Su media melena negra se le pegaba a la cabeza. Sobre el cuello le caía un mechón».

Una draga que limpiaba de fango el canal de Borenshult para facilitar el tráfico de barcos aquella primavera sacó el cadáver en su cucharón de almeja. El canal ponía en comunicación el lago Boren con el lago Vättern y en verano se utilizaba para el turismo. El caso del cadáver encontrado pasa a la comisaría de Motala donde quedará a cargo de Ahlberg que ya ve que se ha quedado sin sus vacaciones. La joven ha sido estrangulada y violada y el primer reto que se le plantea a la policía es la identificación del cadáver. Una semana después, sin avances notables, entra en juego la Brigada Nacional de Homicidios y desde Estocolmo llega Martin Beck a echar una mano en el caso. «Martin Beck no era jefe de la Brigada Nacional de Homicidios y no aspiraba a serlo [...] Tenía el cargo de subinspector primero de la Policía Criminal de la policía estatal y llevaba ya ocho años en la brigada. Había gente que le consideraba el mejor interrogador del país».

Martin Beck y Ahlberg enseguida simpatizan y a pesar de que no tardan en identificar a la víctima con ayuda de la Interpol, el caso entra en vía muerta. Martin vuelve a Estocolmo y parece que el crimen va a quedar sin resolver, pero ni él ni el policía de Motala están dispuestos a fracasar en la resolución del asesinato.

Roseanna se aleja de las tendencias actuales de lo negro y policial. Martin Beck no es un policía con un pasado tormentosos ni está inmerso en un mundo de autodestrucción. Tampoco es un policía cínico ni sufre en sus carnes la violencia del malvado de turno. La trama no es trepidante ni su ritmo vertiginoso. Por contra, nuestro subinspector es un hombre de mediana edad casado y con dos hijos, aburrido de su matrimonio y de su mujer, sin posibilidad de excesos etílicos ni gastronómicos debido a su débil estómago, que enferma y se resfría y se suena los mocos como todo ser humano inmerso en la vulgaridad. 

«Siguiendo la evolución habitual, el resfriado había entrado en su fase más dolorosa. Aun así, había desafiado deliberadamente la enfermedad y la guerra en casa, pasando todo el día en su despacho. Había escapado de los cuidados asfixiantes que le hubieran caído encima de haberse quedado en cama. Desde que los niños se habían hecho mayores y no la necesitaban tanto como antes, su esposa, con entusiasmo fervoroso e inoportunidad enfermiza, había asumido el papel de enfermera del hogar y los recurrentes períodos gripales de su marido constituían para ella eventos tan importantes como los cumpleaños y períodos festivos».

Pocas veces tan escasas palabras y tan inocuas en apariencia dan tanta información acerca de la situación familiar y sentimental de un personaje. No, Martin Beck no es un héroe al uso, ni siquiera un antihéroe. Es un hombre vulgar que tan solo tiene la inteligencia, la tozudez y la osadía suficientes para idear métodos de investigación y ponerlos en práctica. La trama no transcurre a ritmo de infarto sino que se toma su tiempo. Cuando nos queremos dar cuenta ha pasado una semana, varios meses o un año y Martin Beck y Ahlberg de pronto se ven sacudidos por una nueva pista, un indicio, una idea. 

Per Wahlöö y Maj Sjöwall

Per Wahlöö y Maj Sjöwall no disponen de las estrategias actuales que todo autor de novela policíaca utiliza. No hay cámaras de seguridad que todo lo registren, no hay Internet ni redes sociales donde buscar cualquier tipo de información, no hay móviles que nos ubiquen a cada personaje en cada momento y dejen rastro de las llamadas realizadas. Y sin embargo la novela se nos pega a las manos porque lo que Per Wahlöö y Maj Sjöwall sí tienen, aunque vivan en el presunto paraíso de los años sesenta, es una sociedad que no es tan feliz como aparenta, un entorno muy difícil para algunas personas y una ideología que les lleva a poner todo eso de manifiesto y a luchar contra ello. Igual que muchos autores de hoy en día. 

Como he comentado al comienzo, en los años sesenta Suecia era junto con Suiza, el país con mayor nivel de vida de Europa, había pocas desigualdades sociales y casi nula inmigración. Desde los años treinta gobernaba el Partido Socialdemócrata. Nuestros autores, componentes de Partido Comunista Sueco, se empeñaron en demostrar con sus libros que tal situación idílica era un espejismo en muchos aspectos. Y decidieron hacerlo mediante la novela negra y policial, sencilla y entretenida, para poder llegar al mayor público posible. Según declaración de Per Wallöö, el trabajo que hacía junto a su pareja era «Un bisturí para abrir el vientre de una ideología empobrecida y exponer la cuestionable moral burguesa del pseudobienestar».

Diez novelas sobre Martin Beck planearon y diez escribieron. Tampoco hubieran podido escribir más. En 1975 murió Per Wallöö. Maj lo sobreviviría hasta 2020. Pero no solo pusieron en entredicho la situación de Suecia. Per Wallöö se atrevió a evidenciar la dictadura franquista de España en su novela El camión de 1962. Como no he encontrado ninguna evidencia de que esté traducida al castellano, seguiré con la serie de Martin Beck que si no habéis leído os recomiendo. Y por si no lo tenéis claro, os dejo con una cita que podría convenceros. 

«Del asesino no se conocía nada, ni siquiera su aspecto, era algo nebuloso. Y las figuras nebulosas no tienen deseos ni armas afiladas [...] Martin Beck se estremeció. "Recuerda que posees tres de las principales virtudes de un policía —pensó para sí mismo—. Eres tozudo y lógico. Y muy sereno. No pierdes los estribos, tu compromiso en una investigación, sea del tipo que sea, debe ser única y exclusivamente profesional. Palabras como detestable, horror o crueldad pertenecen a los periódicos, no al mundo de tus pensamientos. Los asesinos son gente completamente normal, sólo que más infelices e inadaptados."».

Título del libro: Roseanna
Autores: Maj Sjöwall y Per Wahlöö
Nacionalidad: Suecia
Título original: Roseanna 
Traducción: Cristina Cerezo y Martin Lexell  
Editorial: RBA
Año de publicación: 2009
Año de publicación original: 1965
Nº de páginas: 272

Comentarios

  1. ¡Hola! No conocía a simple y la verdad es que a simple vista no me ha llamado la atención, pero tiene buena pinta y tiene muchas cosas que me gustan de alas lecturas, así que me lo apunto.
    Besos :)

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    1. Si no te gusta la novela negra, no te lo recomiendo, pero para amantes del género como yo, creo que es muy interesante conocer las fuentes. Hoy día la novela negra escandinava es muy importante y se lee muchísimo y me parece necesario conocer lo que la ha llevado hasta aquí.
      Un beso.

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  2. Fascinante lo que cuentas
    Un abrazo siempre

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  3. Hola Rosa, no me apetece mucho embarcarme en otra serie con todas las que tengo pendientes, pero me llama la atención que el detective sea una persona normal, sin una vida atormentada, ni problemas con el alcohol o las drogas. Así que, teniendo en cuenta que la recomiendas, igual me animo con ella, que la he visto en la biblioteca. Besos.

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    1. Te entiendo perfectamente. Yo huyo de meterme en nuevas series lo que pasa es que esta llevaba entre mis pendientes varios años y el otro día me topé con este libro en casa de un amigo y se vino conmigo. La serie me la recomendó una amiga que hace tiempo estuvo en una charla sobre novela negra y hablando de la escandinava les aconsejaron esta serie como la precursora de todo el resto. Lee la primera y ya decides si sigues o no sigues.
      Un beso.

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  4. ¡Hola!
    superinteresante me parece todo, de verdad. La serie pionera del nórdico negro... y un poli protagonista que se aleja de los típicos personajes con los que nos topamos hoy en día en las series (y no series) de género negro, muy apetecible. Y encima autores que aprovechan para reflejar problemas sociales de esa época, en los sesenta. Creo Rosa que has hecho un gran descubrimiento, no te digo yo que vaya a empezar la serie y no porque no me parezca atractiva, sino porque la pereza de saber que hay diez..., pues ya sabes, ya me conoces un poco.
    El último párrafo casi casi me convence, quizás lo haya hecho, ya veremos
    Besos

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    1. No es una novela trepidante de las que te tienen el alma en un puño, aunque hay alguna escena final digna de Hitchcock, pero está construida de forma curiosa y resulta interesante lo que cuenta y cómo lo cuenta. Yo no pienso en que hay otras nueve. Iré leyendo poco a poco y a ver hasta dónde llego. Si te gusta la novela negra, estos autores son todo un clásico.
      Un beso.

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  5. Interesantísimo, sí, todo lo que cuentas sobre esta historia y los autores. Más allá de la trama de novela negra me gusta esa forma de poner en evidencia a una sociedad no tan perfecta como parecía. Gran reseña, Rosa. Un beso.

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    1. Ninguna sociedad es perfecta, pero algunas, en alguna época, casi han sucumbido a la autocomplacencia y puede que la sueca en los años sesenta fuera una de ellas. Autores como estos, le dieron un baño de realidad y nos lo dieron a todos. Lástima haber tardado tanto en leerlos.
      Un beso.

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  6. La verdad que se agradece un personaje que se salga del arquetipo del género, así como que la trama no esté buscando que pasen cosas a cada momento y giros truculentos todo el rato. Aun así no estoy muy segura de que esta novela sea para mí.
    Besos

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    1. No, probablemente no sea la novela ideal para ti. Si no te va el género negro, puede que esta novela resulte muy negra y policíaca para ti.
      Se sale del arquetipo de lo negro actual, pero no deja de ser negra con todas las características del género.
      Un beso.

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  7. Hola. La serie resulta interesante y para mi muy apetecible ya que hace un tiempo inesperadamente llego a mí uno de los últimos títulos de esta serie y al pobre lo tengo sin leer ya que, lógicamente, quería empezar por la primera novela. Gracias por tus impresiones y por recordarme que tengo que buscar la serie completa. Ay, cada vez que te visito aumentan mis deseos lectores.
    Besos y felices lecturas.

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    1. Yo de momento solo he leído la primera. Leeré alguna más, pero tampoco sé si leeré la serie completa. Son diez novelas y suelo dejar pasar un tiempo entre dos novelas de la misma serie.
      Pero sí te recomiendo empezar la serie porque creo que es muy buena y que te gustará.
      Un beso.

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  8. ¡Hola, Rosa! Se nota que es una lectura muy interesante, de una sociedad tan lejana para mí, como es la sueca. Espero sigas disfrutando de la serie y ya nos contarás qué te parecieron. Que tengas una linda semana. ¡Un beso!

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    1. Los suecos resultan extraños también en esta zona de Europa en la que nos encontramos. Los nórdicos son muy distintos de los mediterráneos. Imagino que por tu tierra tienen que ser como los japoneses para mí.
      La serie es muy buena y te lleva muy bien a lo que era ese país en los años 60.
      Un beso.

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  9. Se me hace muy atractiva esta novela. No conocía a sus autores de nombre tan difícil de escribir, Per Wahlöö y Maj Sjöwall (ja, ja... lo he copiado de tu reseña). Voy a buscarla pues 3so de que esté en los inicios de la novela negra nórdica es algo que me incita a leerla; además llevo mal el reto de leer clásicos y este título me parece de lo más oportuno.
    Un beso

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    1. Difíciles de escribir e imposibles de pronunciar imagino.
      Seguro que disfrutas con esta novela y desde luego es ideal para leer clásicos sin que dé la pereza que a veces dan los clásicos. Ya me contarás.
      Un beso.

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  10. Qué curioso lo de las parejas suecas que escriben novela negra ¿verdad? De este tipo de libros suelo leer alguno de la serie, pero soy muy poco paciente como para leerlos todos.
    Lo que más me gusta es que pensaba que sería uno más y más de lo mismo. Sobre todo celebro que rompan el arquetipo del inspector atormentado y también la época. Me ha resultado interesante lo que nos cuentas.
    Me lo dejo en los por si acaso.
    Besos (otra vez)

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    1. El estar escrito en 1965 hace que si algo no es es más de lo mismo.
      A Martin Beck lo único que le atormenta es no resolver el caso y lo aburrido que está de su matrimonio. Por lo demás es un hombre normal y corriente, aunque muy tenaz y ocurrente. Hacía tiempo que tenía esta serie pendiente y me ha gustado mucho leer este prineri. Seguro que leo más, aunque lo de terminar los diez de que consta ya se verá. De momento, disfrutaré con lo que lea.
      Un beso.

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