"Madrid prisión" Paco Gómez Escribano
«La gente entraba y salía de las tumbas como si fueran conejos abandonando y regresando a sus madrigueras infectas. Se pasaba del silencio al griterío más estridente en cuestión de segundos. Vi sobre todo peleas, pero también hombres y mujeres trabajando en diversas labores. Los críos intentaban sin mucho éxito cazar ratas, cada vez más mermadas. Terminarían por extinguirse. Había hogueras por todas partes que, de seguir lloviendo, acabarían extinguidas frustrando los sueños caloríficos de los moradores de tumbas».
No estamos ante una historia de zombies aunque lo pueda parecer, o tal vez sí. El Madrid que nos trae Paco Gómez Escribano en Madrid prisión, el barrio de Canillejas que nos presenta en esta novela, nada tiene que ver con el que estamos acostumbrados a ver en las otras obras del autor. Este Madrid se parece más al de David Llorente en Madrid: frontera, aunque tampoco es exactamente igual.
«Canillejas, San Blas, Fuencarral, Canillas, Vallecas, Villaverde, Carabanchel, El Pozo y tantos otros barrios habían pasado a la historia. Estaban construyendo un muro a toda velocidad rodeando el corazón de Madrid, cuyos edificios permanecían en pie, majestuosos, impolutos. Del interior de la ciudad salían grandes camiones que descargaban su funesta carga de cadáveres extramuros de la metrópoli. Los mismos camiones volvían a entrar y otros traían más cadáveres. Unos equipos bien organizados de tipos vestidos de blanco con mascarillas alimentaban con fuego las improvisadas piras funerarias.
Habían convertido Madrid en una prisión. Toda una fortaleza interior rodeada de una nada vestida de infierno para los supervivientes»
Madrid ha sido dividida entre Intramuros y Extramuros. Dentro de los muros de la ciudad, en lo que sería el siempre privilegiado centro de Madrid, siguen los siempre privilegiados habitantes de Madrid: los ricos con contactos, poder e influencias. En Extramuros, en lo que queda del antiguo barrio de Canillejas y otros similares, vive El Poeta. Podría haber muerto como tantos otros y haber atravesado el muro en uno de los camiones que salían cargados de cadáveres, pero tuvo más suerte, o menos vaya usted a saber, y sobrevivió al holocausto. Ahora deambula por el barrio leyendo sus poemas en garitos inmundos llenos de borrachos y yonkis a los que acuden cada vez con más frecuencia habitantes de Intramuros que empiezan a abandonar su zona de confort en busca de aventura. No hay nada que atraiga más a los pijos niños de su madre que el coqueteo con lo más sórdido. Siempre ha sido así y lo sigue siendo después del holocausto.
El garito que más frecuenta es el de Rosendo. Allí, debajo de una trampilla oculta por un montón de cajas, se encuentra la "oficina" del Poeta. Pero más importante que la oficina es la biblioteca que se esconde bajo esa trampilla porque los libros están más que prohibidos. De hecho Rosendo se juega la vida manteniendo aquella pequeña biblioteca escondida, pero ¿quién pude renunciar a libros tan maravillosos? En aquella biblioteca subterránea se podían encontrar
«[...]novelas sueltas de la serie del Distrito 87 de Ed McBain, los cuatro ejemplares de Cuarteto de Los Ángeles de James Ellroy, algunas novelas de la serie Easy Rawlings de Walter Mosley, un ejemplar de Ultima salida para Brooklyn, de Hubert Selby jr., la trilogía de Montale de Izzo, parte de la obra dedicada a Harlem de Chester Himes, y diversas novelas sueltas que abarcaban toda la época americana de Novela Negra más algunas rarezas. Novelas de Chandler, Burnnett, Hammett, Donald Westlake, George V. Higgins, Edward Bunker, Dennis Lehane, Pryce o George Pelekanos. No eran más de treinta y tantos ejemplares, [...] Pero aquello era lo más parecido a una biblioteca que yo había visto en Extramuros. Aquello era una cámara del tesoro. Y yo tenía la suerte de compartirla con mi amigo».
Y ese tesoro de habitación con sus libros es compartida por Rosendo y el Poeta. Allí escribe sus versos después de inspirarse leyendo unas cuantas páginas de Total Khéops, la primera y maravillosa entrega de la maravillosa serie del policía Fabio Montale, de Jean Claude Izzo. El Poeta escribe y habla con esa voz que la enfermedad le impone, una voz que le repite citas de Madrid: frontera y es que Madrid prisión no deja de ser un homenaje a la novela que en 2017 le valió a su autor, David Llorente, el Premio Dashiell Hammett. El metomentodo, como lo llama el Poeta (también lo llama Igi, como el protagonista de Madrid: frontera), acude cada poco a su mente para recordarle frases del libro que se leyó muchas veces antes de perderlo. Ahora recuerda párrafos enteros, pero solo cuando el metomentodo aparece. Cuando está tranquilo no los recuerda.
«-La pérdida de la identidad (no saber quiénes somos) es la madre de todas las desgracias.
-¡Cállate!
-Lo que digo es cierto.
-Tan cierto como que fue David Llorente quien firmó Madrid:frontera. Deberían poder entrecomillarse las frases orales, Porque esa no es tuya.
-Como bien sé y como bien sabes tú.
-Cállate»
Pero Madrid prisión es, además de una distopía, una novela negra. El Poeta se verá obligado a recorrer los lugares más peligrosos de Extramuros y a tratar con los personajes más violentos, cuando uno de esos niñatos venidos del interior lo contrate para buscar a su hermana que desapareció después de una visita al exterior. No es la única que ha huido definitivamente. Muchos pasan temporalmente a disfrutar de una noche de juerga diferente y de exotismo, pero además algunos habitantes del interior escapan definitivamente al exterior. «De vez en cuando, alguien de dentro escapaba. Corrían rumores sobre los motivos que les impulsaba a hacerlo. Había quienes decían que eran gente que se volvía loca. Otros rumores hablaban de gente que no estaba contenta con el sistema que llevaban allí dentro, que no todo era tan perfecto como se decía y que decidían escapar». Y hacia allá afuera, donde todo es sintético, desde las bebidas hasta la comida de cada día, huyen algunos privilegiados del interior que todo lo tienen y es que nunca, nada, ni en los mejores lugares, es tan idílico como se pinta. Tal vez los privilegios no son iguales vistos de cerca; talvez en el interior existe su propia forma de injusticia y desigualad. Pero ¿tanto como para huir hacia esta pesadilla?
Una pesadilla que lleva a la gente a intentar sobrevivir a lo que cualquier demente decida, sin amparo de la ley o de una justicia que no existe; un lugar en el que la policía está a favor de los más corruptos que son los que la financian; un lugar en el que solo se investigan los delitos que perjudican a los poderosos. ¿Qué pueden buscar los privilegiados del interior en un lugar en el que «las generaciones posteriores estaban mucho más embrutecidas que las anteriores, sobre todo si parte estas eran previas al holocausto. Un tipo como yo, un muerto de hambre viejo, cansado y harapiento, pero sin embargo con una carrera universitaria, no se parecía en nada a una persona joven que comúnmente apenas leía y escribía con una solvencia primitiva y tosca».
Leo Madrid prisión y el malestar me va invadiendo cada neurona a la vez que se me pega a las manos y me cuesta soltarlo. De nuevo constato que los libros con los que más disfruto son aquellos con los que sufro de cruda realidad. Con esta novela Paco Gómez Escribano nos lleva a un mundo más cercano al de sus poesías. De hecho, a poco de empezar la novela encuentro unos versos que me llevan al último libro leído del autor, La vereda de la derrota, unos versos que resalté en mi reseña porque dan idea de la hostilidad de la vida en ciertas circunstancias. Son algunos de los versos que el Poeta recita por las noches.
«En mi barrio, el fracaso está en cada esquina,
la tristeza florece por cada calle,
la esperanza se esconde por las rendijas,
de un asfalto que cruje a cada pisada,
que asesina sin tregua cada suspiro,
y levanta aromas de rosas de espinas».
Hasta ahora, las novelas de Paco Gómez Escribano, se mantenían alejadas de la opaca negritud de sus poemarios. En ellas brillaba una cierta luz que hacía parcialmente traslúcida esa negritud. Siendo novelas indudablemente de género negro, no eran tan tristes y desesperanzadas, tan sombrías y claustrofóbicas; no carecían de su punto de humor, de ironía y de burla del mundo. En sus poemas y en esta novela, el mundo más oscuro se apodera de la historia, y lo peor es pensar que ese mundo distópico, ese futuro sin futuro, tal vez es algo que ya ha empezado, tal vez es el mundo que estamos empeñados en fabricarnos. Tal vez ya empecemos a vernos muy cerca de una situación en la que «A las nuevas generaciones les había tocado vivir de otra manera. No sabían lo que era un libro, lo que era la música (me refiero a la música de verdad), y no digamos un pensamiento filosófico. Aparte de que, cómo ya he dicho, la media de vida se había reducido a los cincuenta. Yo era una antigualla de las buenas. Y sí, aunque tenía dolores y achaques múltiples, en lo de la lotería genética me había tocado el gordo de Navidad, de lo que tampoco estaba especialmente contento».
Otras obras de Paco Gómez Escribano, con enlace a las reseñas que escribí, casi todas para la Revista MoonMagazine, son las siguientes.
"Yonqui"
"Lumpen"
"Manguis"
"5 Jotas"
Título del libro: Madrid prisión
Autor: Paco Gómez Escribano
Nacionalidad: España
Editorial: Vencejo Ediciones
Nacionalidad: España
Editorial: Vencejo Ediciones
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2017 (versión para móvil para la App Black & Noir)
Nº de páginas: 228
Un autor muy particular. Sí que recordaba alguna de tus reseñas anteriores sobre él. Un realismo muy crudo, el de esta novela , parece. Dura pero muy recomendable, por lo que dices. La tengo en cuenta, Rosa. Un beso.
ResponderEliminarEs un autor que me gusta mucho. Sus novelas, ambientadas casi todas en Canillejas, muestran la evolución de estos barrios de Madrid que empezaron siendo pueblos hasta integrarse en la capital. Las novelas muestran distintas épocas y distintas problemáticas en los mismos. Esta nos mete en un Canillejas de apocalipsis de lo más perturbador.
EliminarUn beso.
Apetecible esta novela por lo que comentas, aunque con tanto pendiente, no sé si lograré hacerle hueco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muy apetecible, aunque muy dura.
EliminarHay mucho libro al que hacer hueco. Yo ya no soy capaz de hacerles hueco en el blog. Tengo pendientes de reseñar como media docena, más los que se quedan fuera por falta de tiempo para escribir y de días para publicar.
Un beso.
Me atrae mucho esa ambientación con esa confrontación entre Extramuros e Intramuros, con la figura del Poeta y con esa especie de biblioteca clandestina. Es una ambientación muy distópica pero a la vez muy poética y muy real. Me parece una novela muy apetecible.
ResponderEliminarBesos
Es una distopía total y es muy poética porque Paco Gómez escribano, que es poeta también, en esta novela se acerca a sus poemas mucho más que en las otras.
EliminarLo más terrible es que aparentemente, la distopía es total y dista mucho de la realidad... hasta que nos vamos dando cuenta de que esa distancia se nos va quedando pequeña hasta casi desaparecer y dar la sensación de que más que una distopía es una metáfora. Muy inquietante.
Un beso.
Dentro de ese componente metaliterario que tiene la novela de Paco Gómez Escribano, con especial guiño a los clásicos de la novela negra americana, me ha sorprendido muy gratamente esa aparición de su colega de oficio y coetáneo, David Llorente con su premiada novela “Madrid: frontera”… aplaudo ese buen rollo entre compañeros, sí señor, pues no se ve mucho en el mundillo literario.
ResponderEliminarAunque no he vivido en los barrios que cita el autor, alguna vez he transitado por ellos de joven (íbamos por allí en la liguillas de fútbol juvenil)… ahora, no siendo un edén, están más tranquilitos que allá por los 80 en que yo los conocí.
Me gusta esa conjunción del protagonista; el Poeta y Rosendo (el dueño del garito)… me parece ver otro guiño al célebre Rosendo Mercado, aquel cantante de rock urbano, con voz rota, que de alguna manera hacía “poesía del extrarradio madrileño” en sus letras cantadas, bueno, solo es una suposición mía, vete a saber…
Una distopía atractiva, sí, pero pienso en aquel cinturón obrero madrileño de los 80, en pleno apoteosis del caballo (heroína), cuando quinquis y pijos de Serrano o la Moraleja se mezclaban para comprar la dosis… y aquellos tiempos, con aquellas mezcolanzas y su inframundo, casi se me antojan más surrealistas que una distopía literaria.
Excelente reseña, como siempre.
Beso, Rosa.
La primera novela de Paco Gómez Escribano sobre Canillejas se titula Yonquis y se ambienta en los años setenta cuando la heroína era la reina del barrio y en ella vemos como fue sucediendo ese fenómeno y cómo el protagonista lucha por salir de ese mundo.
EliminarEs curioso porque esta novela es una distopía futurista, pero esos personajes que se mueven como zombies puede recordar aquellos años y también estos de ahora. es como una metáfora de los años setenta y de la actualidad y eso la hace muy estremecedora.
El homenaje a Madrid: frontera de David Llorente es muy patente. El libro de Llorente, que no sé si has leído, es otra tremenda distopía sobre el Madrid del futuro.
Yo también pensé en Rosendo Mercado cuando leí el nombre del personaje y tampoco sé si estará referido a él.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarpues sí que te gusta este autor, sí...nueve van ya con esta. Me atrae mucho esta novela, porque las distopias ejercen sobre mi cierta fascinación, una mezcla entre enganche y miedo, porque algunas al final no nos parecen tan lejanas y ya muchas cosas nos comienzan a sonar. Y me gusta en la literatura la negritud y desesperanza esa que dices tienen sus poemas y este libro en particular. La tendré en cuenta
Besos
Nueve porque no tiene más que yo sepa. Pero no me pienso perder ninguno.
EliminarA mí las distopías no son lo que más me atrae en literatura, pero algunas son fantásticas y aquí tenemos dos de lo mejor: Madrid: frontera y Madrid prisión. De la primera me acuerdo menos porque hace ya varios años que la leí, pero esta segunda es de las que dan mucho miedo porque terminan por recordarnos al mundo en que vivimos y más aún al que nos dirigimos sin remedio.
Un beso.
Más que atractiva novela negra distópica pero que tiene muchos visos de realidad y otros mucho de que se cumplan en un futuro. Hoy Madrid es una ciudad partida en dos núcleos. El Madrid privilegiado y de servicios rápidos. Y un Madrid de extrarradio muy, muy desconocido y con situaciones que nos recuerdan a los años ochenta. Haciendo una investigación muy reciente sobre espacios escenográficos en el cine observe de todo y para todos los gusto: yonkis anclados en su pasado, comisarias saturadas por los pocos recursos y los muchos conflictos, burdeles a pie de calle, camellos y niñatos bien yendo a por sus dos gramos de cocaína, madres inmigrantes con troles de niños y caras de desesperación. Y sobre todo el miedo de la noche...de esas chicas que si se atreven a volver tarde a su casa, nunca saben si regresarán sanas y salvas. Un Madrid muy oscuro que no sale en los telediarios salvo para informar de lo inevitable. Por esos cuando paseas por Gran Via, la Castellana o la zona del Retiro te parece imposible que a menos de tres, cuatro kilómetros hay séctores que se han quedado anclados en los ochenta cuando no peor.
ResponderEliminarMe apunto el libro por supuesto.
Besos, Rosa.
Como digo al final, la novela se nos termina pareciendo mucho a la realidad y por lo que cuentas veo que de una forma menos metafórica y más cierta de lo que yo pensaba. Veo que esa diferencia entre Intramuros y Extramuros en Madrid es muy real. Y me imagino que lo miso sucede en todas las ciudades grandes. E incluso en las medianas.
EliminarPaco Gómez Escribano es un autor muy crítico con la realidad de Madrid y muy hábil a la hora de describir la situación de esos barrios periféricos y sus cambios con el tiempo. Sus novelas muestran el barrio de Canillejas desde los años setenta hasta nuestros días y son fantásticas.
Un beso.
No sé si es una percepción muy subjetiva o últimamente se han puesto mucho más de moda las distopías. Sociedades que han involucionado y en las que dominan los todopoderosos, la oligarquía, la dictadura más cruel. Y el caso es que estas historias suelen gustar mucho y creo que es porque algo de común, o parecido, tienen con la realidad y porque, al igual que las historias de terror, luego sentimos un cierto alivio al comprobar que no estamos tan mal ni somos tan infelices con la vida que vivimos.
ResponderEliminarLa trama de esta novela me ha recordado a la serie española titulada La valla, en la que la capital también ha quedado dividida en dos zonas separadas por una valla férreamente controlada por las fuerzas del orden al mando del poder dictatorial de los gobernantes.
Interesante la propuesta que nos traes.
Un beso.
Curiosamente yo no soy aficionada ni a las distopías ni al terror. No obstante, las novelas de Paco Gómez Escribano no me las pierdo y esta, por supuesto, tenía que leerla. Me ha gustado mucho ver la evolución futura que el autor le da al barrio de Canillejas, un barrio que nos viene mostrando desde los años setenta, aunque en realidad lo que nos muestra es un futuro de Madrid al completo y puede que ese futuro no sea tan futuro.
EliminarVi un par de episodios de La valla y la dejé porque me parecía muy agobiante. Por cierto, La valla es de 2020 y esta novela de Paco Gómez Escribano, de 2017, aunque solo ahora se ha publicado en papel.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarPues tiene buena pinta, pero veo que es una novela oscura oscura, distópica, violenta, de estas en las que no se ve el futuro ni un final feliz.
Y bueno, veo que es de los escritos del autor que menos esperanza y positividad tiene... sin duda tiene buena pinta pero esperaré un poco a animarme, ahora mismo no me apetece leer algo tan oscuro yo creo jajaaj
¡besotes!
Te diré, así en secreto, que el final deja una puerta abierta a la esperanza, pero la realidad que cuenta es muy dura, muy negra y muy inquietante.
EliminarUn beso.
No he leído nada del autor y parece que tengo que empezar a solucionarlo. Me gusta lo que nos cuentas de esta novela.
ResponderEliminarBesos.
A poco que te guste el género negro Paco Gómez Escribano es de los autores españoles que no se pueden dejar pasar. Su trilogía de Canillejas, Yonqui, Lumpen y Manguis, ampliada luego con otras novelas ambientadas en el barrio, es muy buena. Pero cualquiera de sus novelas a mí me ha encantado.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa:
ResponderEliminarEn principio, el género de la distopía no suelo frecuentarlo. Pero, por tus palabras se deduce que tanto el estilo del autor como la novela que presentas son tan particulares que merecen conocerse. Los apunto por si de da la ocasión.
Un abrazo y feliz comienzo de semana!!
Tampoco yo soy una entusiasta de las distopías, pero hay que reconocer que las hay muy buenas y a veces me animo. De todas formas, con Paco Gómez Escribano, no necesito esforzarme nada. Sus novelas me gustan mucho y no me pierdo ninguna.
EliminarUn beso.
Las distopías no son lo mío, y sufrir leyendo no me atrae nada. Creo que esta la dejo pasar y eso que se centra en mi ciudad. Por cierto, según ese mapa del holocausto yo me libraría porque mi barrio queda en Intramuros, por los pelos, pero queda (al menos no lo cita), aunque estar dentro rodeada de pijos... no sé yo si no será peor, ja ja ja.
ResponderEliminarUn besote.
No todo lo de dentro es tan "pijo" como se supone. Yo tampoco soy de distopías, pero Paco Gómez Escribano me tiene ganada de entrada y todas sus novelas me encantan. Y creo que a ti, por ejemplo Yonqui, te gustaría muchísimo.
EliminarBesos.