"La hija de la española" Karina Sainz Borgo
«Enterramos a mi madre con sus cosas: el vestido azul, los zapatos negros sin cuñas y las gafas multifocales. No podíamos despedirnos de otra manera. No podíamos borrar de su gesto aquellas prendas. Habría sido como devolverla incompleta a la tierra. Lo sepultamos todo, porque después de su muerte ya no nos quedaba nada. Ni siquiera nos teníamos la una a la otra. Aquel día caímos abatidas por el cansancio. Ella en su caja de madera; yo en la silla sin reposabrazos de una capilla ruinosa, la única disponible de las cinco o seis que busqué para hacer el velatorio y que pude contratar solo por tres horas. Más que funerarias, la ciudad tenía hornos. La gente entraba y salía de ellas como los panes que escaseaban en los anaqueles y llovían duros sobre nuestra memoria con el recuerdo del hambre».
A pesar del plural en que se conjuga el párrafo anterior, Adelaida está sola. La muerte de su madre la ha dejado en la más absoluta soledad. Ella misma nos lo explica y nos dice cómo si usa el plural es por la costumbre, «porque el pegamento de los años nos soldó como a las partes de una espada con la cual defendernos la una a la otra».
No es que carezca de familia. Allá en el pueblo, en Ocumare de la Costa, viven sus tías, las hermanas mellizas de su madre, Amelia y Clara, pero la unidad que habían formado siempre Adelaida madre y Adelaida hija no necesitaba de más familia, por mucho que pasaran en el pueblo los veranos. Entre Ocumare de la Costa y Caracas hay carreteras intransitables y las tías ya no están para viajes. «A sus ochenta años, las tías Amelia y Clara habrían hecho, como mucho, un viaje a Caracas en toda su vida. No salieron de aquel poblacho ni siquiera para ir al acto de grado de mi mamá, la primera universitaria de la familia Falcón».
Del padre no se sabe nada desde hace muchos años. El Difunto lo llamaban las tías. Desapareció en cuanto supo del embarazo de la madre. No se sabe que esté muerto. Tampoco vivo. No importa. Adelaida y su madre siempre se han bastado la una a la otra.
«La familia éramos mi madre y yo. Nuestro árbol genealógico comenzaba y acababa en nosotras. Juntas formábamos un junco, una especie de planta de sábila de esas que son capaces de crecer en cualquier lugar. Éramos pequeñas y venosas, casi nervadas, acaso para que no nos doliera si nos arrancaban un trozo o incluso la raigambre entera. Estábamos hechas para resistir. Nuestro mundo se sostenía en el equilibrio que ambas fuésemos capaces de mantener. El resto era algo excepcional, añadido, y por eso prescindible: no esperábamos a nadie, nos bastábamos la una a la otra».
Ahora al velatorio tan solo acuden seis personas. Dos maestras amigas de su madre, dos vecinas del edificio en el que viven (vive una, vivía la otra) y su amiga Ana con su marido Julio. Ana está hundida en la depresión. Hace meses que sigue un tratamiento para la ansiedad y el pánico, pero, como el pan, el Alprazolam escasea y ya casi no tiene para su dosis diaria. Cada vez más gente necesita tratamientos para soportar todas sus pérdidas y las pastillas escasean al mismo ritmo que la esperanza. «"Perder" se convirtió en un verbo igualador que los Hijos de la Revolución usaron en nuestra contra».
Ana ha perdido a su hermano. «Cuando mi madre ingresó en la Unidad de Cuidados Paliativos, los Hijos de la Revolución arrestaron a Santiago, su hermano. Ese día apresaron a decenas de estudiantes. Terminaron con la espalda en carne viva por los perdigones, apaleados en una esquina o violados con el cañón de un fusil. A Santiago le tocó La Tumba, una combinación de las tres cosas dosificada en el tiempo».
Cualquiera que empiece este libro sin saber de qué trata se haría una idea muy diferente. Si no aparecieran las palabras Caracas o Venezuela O Hijos de la Revolución una pensaría que está leyendo una distopía. Aún sabiéndolo, cuesta imaginar el horror. Yo, al menos, no imaginaba la situación que aquí se narra. La muerte de Adelaida madre es el inicio de la soledad de Adelaida hija, pero esa soledad deberá enfrentarse a una situación casi de guerra. Tiroteos nocturnos, falta de lo más básico, precios abusivos en el mercado negro, suspicacia de todos hacia todos «Todos nos convertimos en sospechosos y vigilantes, travestimos la solidaridad en depredación». Represión, pillaje, tropelías de todo tipo.
Adelaida sabe lo que es el peligro y la delincuencia desde pequeña. Nadie jugaba en los parques por miedo a la delincuencia, pero aquella delincuencia de los años ochenta y noventa era controlada (o se intentaba controlar) por el Estado y la policía. La de ahora cuenta con el beneplácito de las autoridades, se lleva a cabo amparada por la Revolución. La Revolución que pretendía Justicia y reparto equitativo y una mejor vida para los más necesitados se ha convertido en todo lo contrario. No hay revoluciones que no caigan en lo mismo que combaten. No hay buenas intenciones que no se topen con la naturaleza humana en la que lo que prima es utilizar el poder para elevarse por encima de los demás. No basta con dar la vuelta a la tortilla mientra siga siendo la misma tortilla. No importa quienes sean los déspotas mientras siga habiendo déspotas. Y así, el país que había pagado sus facturas a base de petróleo y había sido receptor de inmigrantes se convirtió en un lugar al que todos los que podían se apresuraban a abandonar,
«Prometieron. Que nunca nadie más robaría, que todo sería para el pueblo, que cada quien tendría la casa de sus sueños, que nada malo volvería a ocurrir. Prometieron hasta hartarse. Las plegarias no atendidas se descompusieron al calor del resentimiento que las alimentaba. Nada de cuanto ocurría era responsabilidad de los Hijos de la Revolución. Si las panaderías estaban vacías, el culpable era el panadero. Si la farmacia estaba desprovista, aunque fuera de la más elemental caja de anticonceptivos, el farmacéutico sería el responsable. Si llegábamos a casa exhaustos y hambrientos, con dos huevos en una bolsa, la culpa sería del que ese día había conseguido el huevo que a nosotros nos faltaba. Con el hambre se desató la larga lista de odios y miedos. Nos descubrimos deseando el mal al inocente y al verdugo. Éramos incapaces de distinguirlos».
Cuando Adelaida ve su piso ocupado por un grupo de mujeres que trafican con los lotes de alimentos que reciben a cambio de apoyo político a la Revolución comienza una aventura que la lleva a refugiarse en el piso de una vecina. Allí descubrirá los detalles de la vida de la española y de su hija, pero antes habrá de deshacerse de un cadáver y tendrá un encuentro inesperado. Si supera todas las adversidades tal vez podrá salvarse y abandonar el horror.
Karina Sainz Borgo |
La hija de la española es la primera novela de Karina Sainz Borgo, una periodista nacida en Venezuela que vive en España desde 2006. En esta novela nos retrata una Venezuela de pesadilla, con personajes históricos a los que no se nombra, pero que se reconocen fácilmente. Como ella misma aclara al final de la novela, «Esta es una historia de ficción. Algunos episodios y personajes de esta novela están inspirados en hechos reales, pero no atienden a la exigencia del dato. Se desprenden de la realidad con una vocación literaria, no testimonial». Ha unido episodios que se produjeron separados, ha movido ligeramente otros con respecto al momento en que se produjeron, pero todos reflejan lo que sucede o ha sucedido. Y no pensemos que ese no atender la exigencia del dato hace que la realidad sea más liviana que la que aquí se nos cuenta. Como también ella misma asegura hablando de su país en una entrevista que recomiendo, «creo que está peor de lo que aparece ahí. Entre esta historia y la realidad que transcurre la cosa ha ido muy muy a peor, tanto así que muchas de las cosas que estaban escritas en el libro como invenciones se convirtieron en realidad total, yo creo que La hija de la española se queda corta con respecto al infierno venezolano».
La hija de la española es una novela dura narrada por alguien que sabe de lo que habla. La he disfrutado y la he sufrido, pero tanto por una cosa como por la otra le recomiendo mucho.
Título del libro: La hija de la española
Autora: Karina Sainz Borgo
Nacionalidad: Venezuela
Nacionalidad: Venezuela
Editorial: Lumen
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 200
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarme alegra tanto que te haya gustado la novela... aunque también la hayas sufrido, porque no queda mas remedio que sufrirla. Creo que debería ser leída por todos, porque esa realidad que se plasma como casi distópica existió y existe en ese país (sé también de lo que hablo). A mi, La hija de la española me fascinó, me ayudó a comprender lo que sucede en ese país del que poco sabía antes de conocer a una amiga venezolana, ya sabes... y es escalofriante, aterrador. Yo, durante la lectura, continuamente debía pellizcarme y recordarme que no, que no estaba leyendo una distopia, que lo que leía era pura realidad.
Pero fíjate que lo que mas me gustó de la novela, fue el descubrimiento de la prosa de Karina, me pareció magnífica y especial. Te recomiendo "El tercer país" que aunque sí se supone que es una distopia, la lees casi pensando en que es muy real, vamos lo contrario que esta. Creo que si disfrutaste de la prosa de esta mujer la disfrutarás también.
¡Un beso!
En historias tan duras, se disfruta porque se sufre. Yo me entiendo y cualquiera que comprat el sentimiento conmigo me comprenderá. Me resulta interesante ese paréntesis en el que me dices que tú también sabes de lo que hablas. ¿Tienes alguna relación especial con Venezuela?
EliminarYa sabes que yo me considero una mujer de izquierdas, pero eso no me ciega para reconocer la dictadura y la opresión cuando las ejercen los que se venden como de izquierdas. No es mala la teoría socialista, lo que falla es la práctica como digo en la entrada. En cuando el ser humano se ve con el poder en la mano lo utiliza en contra de los demás y toda su ambición de Justicia e Igualdad desaparece. Estoy totalmente desencantada de las revoluciones de los trabajadores en el mundo. Ni una ha salido bien y es que no se pueden imponer las ideas por la fuerza por muy buenas que nos parezcan.
En ese sentido la novela me ha parecido fantástica en lo que muestra. Y, por supuesto, como dices, la prosa de la autora es magnífica.
Tengo apuntada ya El tercer país. La hija de la española es la primera, pero ya veo que tiene otras dos. Ha ocupado muy bien el tiempo desde que la publicó en 20019.
Muchas gracias por dármela a conocer.
Un beso.
¡Hola de nuevo! yo también me considero de izquierdas, pero claro, lo que tú dices, la izquierda que pulula en Venezuela realmente es una dictadura encubierta, disfrazada de socialismo, pero prácticamente una dictadura. Mas de uno no se lo cree, pero lo que se vive en ese país en la actualidad es un auténtico desastre
EliminarMe alegra que te vayas a leer la de El tercer país, creo que te va a gustar
Otro beso!!
Hola, Rosa, terrible novela la que nos reseñas. Cuando piensas que las cosas están mal en ese país, te das cuenta que la realidad supera con mucho todo lo imaginado. Me ha gustado mucho ese estilo directo y contundente de la autora, con ese ritmo lector de frases cortas, algunas para encuadrar: “Con el hambre se desató la larga lista de odios y miedos”. Es muy agradable de leer, aunque duele.
ResponderEliminarGracias, Rosa, por darnos a conocer a Karina Sáenz Borgo. A tener en cuenta.
Un beso.
Más allá de lo interesante que es lo que cuenta, que lo es mucho, la prosa de la autora es de una belleza sencilla pero contundente que cautiva. Una autora muy recomendable que, tras ésta, ha escrito ya otras dos novelas que tengo en mi lista.
EliminarUn beso.
Con esta primera novela de Karina ya casi podríamos hablar de un clásico moderno de nuestra literatura contemporánea. Y pensar que la cosa de la autora comenzó en Blogger en un dato que pocas personas sabemos. El éxodo que se produjo en Venezuela en esos años marcará a la historia del país para siempre. Si alguna vez vuelve la democracia y la cordura a aquel país, tengo dudas en que los residentes por ejemplo en España quieran volver una vez establecida sus funciones laborales o sus propias vidas ya aquí en nuestro país o en otros a los que tuvieron que huir.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Me has dejado intrigada con ese comentario de que "la cosa de la autora comenzó en Blogger en un dato que pocas personas sabemos". Yo desde luego, no lo sé, pero me gustaría.
EliminarVeo que conoces la historia y que te ha gustado por lo que no tengo mucho que añadir, ya estás convencido.
Sí, no sé qué sucederá si algún día, aunque casi parece imposible, Venezuela recupera la democracia con toda la gente que ha tenido que salir de allí. Es una gran pérdida para los países como lo fue para España el exilio de todos los que se fueron tras la Guerra Civil.
No aprendemos nada.
Un beso.
Buenas noches, Rosa.
ResponderEliminarNo sé qué comentar con respecto a esta novela. La dureza que posee y de la que nos hablas es para mí un arma de doble filo. Por un lado me atrae, no me gusta dar la espalda a lo que ocurre en el mundo, y por otro, me cuesta enfrentarme al sufrimiento humano tan cercano. Sin embargo, siempre que recomiendas un título tan vehementemente no puedo evitar tomar nota del libro. A ver si me atrevo.
Un abrazo, y muchas gracias por esta estupenda reseña!!
Siempre digo que en literatura disfruto sufriendo. Para mí, una novela que me transmita el dolor de ciertas situaciones es lo mejor que me puedo encontrar. las disfruto por lo mucho que me transmiten y las sufro por el dolor que me transmites. No obstante, entiendo a la gente que huye de ese dolor. La literatura nos reconcilia con la vida de muchas maneras y es lícito tratar de evitar el dolor en ella. Esta novela es dura, mucho, porque sabemos que lo que narra, de una u otra forma, en uno u otro momento, se ha vivido y se vive en Venezuela. Si te animas, me encantará saber tu opinión.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminar¡Excelente reseña! 👏🏻
Sé a lo que te refieres cuando dices que has disfrutado porque has sufrido con esta novela :(
Concuerdo plenamente con que las revoluciones en principio no son malas y que lamentablemente lo malo está en la naturaleza humana.
Sin duda "La hija de la española" es el retrato de la degradación moral que puede llegar a ejercer el poder cuando es excesivo y cae en manos equivocadas.
Poder no significa necesariamente corrupción, pero es una fuerza que potencia las tendencias de la gente predispuesta a corromperse, la gente que no tiene fuertes convicciones morales.
Como sabes, soy venezolana y vivo en Caracas, así que doy fe de que los episodios que la autora cuenta en esta novela sucedieron en mi país, yo los he vivido y lamentablemente no estamos frente a una distopía, aunque lo parece.
No imaginas cuánto me alegra saber que "La hija de la española" se ha publicado en tantos sitios, porque definitivamente hay que arrojar luz sobre lo que sucede no solo acá, si no en todo país que se encuentra bajo estos regímenes totalitarios. Siempre prometen mucho antes de, y una vez en el poder, las promesas no solo se vuelven cenizas si no que comienzan las represiones y los abusos de toda índole para poder mantenerse gobernando.
Una novela triste y difícil de digerir, pero muy necesaria y que invita a reflexionar profundamente.
Mención a parte merece la prosa de Karina Sainz Borgo, es de una belleza única. Me encanta su pluma, es demoledora, la leo y estremezco, no por lo que dice, si no por cómo lo dice, es poesía que me emociona y aterra a partes iguales.
En fin Rosa, me alegra muchísimo que hayas leído este libro y me ha encantado conocer tu opinión al respecto ;)
Un gran abrazo.
Que a ti te haya gustado es todo un lujo para mí. Siendo tú venezolana y viviendo en Caracas es garantía de que no he sido torpe al interpretar los hechos desde esta distancia que pone el espacio y el desconocimiento práctico de la situación. Tenía miedo de haber sido poco realista y haber pecado por exceso o por defecto. Que te haya parecido buena la reseña me tranquiliza mucho.
EliminarOdio las dictaduras de derechas, Chile, Argentina, España (por poner sólo las que mejor conozco, aunque sólo sea por referencias como las dos primeras). Esas nunca pretendieron la Justicia ni la Igualdad. Pero las revoluciones de izquierdas, aunque empiecen con muy buenas intenciones, terminan repitiendo las mismas prácticas y es que esa naturaleza humana, sin las cortapisas de unas urnas ante las que tener que rendir cuentas, hace que se terminen convirtiendo en dictaduras iguales a las de derechas. Se llega a la conclusión de que la democracia, aunque tenga sus fallos, y son muchos, no deja de ser la mejor forma de gobierno.
Me ha encantado la novela y desde luego, leeré más a esta autora que ha sido un gran descubrimiento que me hizo Marian directamente y tú a través de ella.
Un beso.
¡Uf! Una historia durísima y dolorosa pero que, efectivamente, hay que conocer. No se puede dar la espalda a determinadas realidades y la literatura es un medio muy poderoso para evidenciarlas y mostrar el daño que producen a nivel individual, más allá de la grandilocuencia política. Me ha encantado esta reseña, Rosa, también por lo que dices sobre la belleza de la prosa y el estilo de la autora. Un beso y gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarUn descubrimiento que merece la pena. Merece la pena descubrir esa realidad de Venezuela que aun sabiendo que es dura no imaginaba tan dura. Y merece la pena descubrir a una autora que escribe tan bien Y no escribe tan bien «para ser su primera novela». escribe tan bien que cuesta pensar que esta es su primera novela. Su prosa es bella, sugerente, sencilla. me ha costado no poner muchas más citas, pero no quería alargarme demasiado. No la dejes.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, ¡que novela nos traes hoy!, a mi ya me la habían recomendado mis compañeros de mi antiguo club de lectura que, la leyeron y quedaron impactados por la historia y enamorados de la prosa de la autora. La tengo apuntada, pero debo que buscarle el momento apropiado, porque la historia es durisima y no siempre estamos preparados para entenderla y disfrutarla. A su recomendación uno la tuya, así que no puedo dejarla pasar. Besos.
ResponderEliminarNo la dejes pasar, porque como le digo a Marta, ha sido todo un descubrimiento. La historia es dura, pero hay que conocerla. Yo, al menos, me alegro mucho de haberla conocido, y la prosa es muy bella. Ya nos contarás.
EliminarUn beso.
Ojalá fuera una distopía... Pero no... Tomo muy buena nota de esta novela, que me dejas con unas ganas tremendas de leerla. Aunque vaya a sufrir...
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues sí, ojalá fuera una distopía. Es una novela dura, pero tan bien escrita, con una prosa tan poética y una historia tan real que merece la pena aunque se sufra un poco.
EliminarUn beso.
Este libro lo tengo en espera desde hace tiempo. Aunque la verdad es que no conocía a fondo su contenido. Es cierto que Venezuela se ha convertido en una distopía espantosa. He oído historias escalofriantes de boca de migrantes procedentes de allí. Es indignante que ideologías que en principio defendían la igualadad para todos los ciudadanos acaben justo en el extremo opuesto y a base de violencia. Justamente este mes en el reto de utopías, distopías y ecotopías estamos con Utopía de Tomás Moro. Una obra en la que se han basado las ideologías de corte marxista como la de Venezuela. Sus ideas me han indignado sobremanera. Reflejan todos los males que luego se han visto en sstos regímenes posteriores. Esas sociedades que vendían como perfectas parece ser que no lo eran tanto.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención la juventud e la autora, no sé por qué me la imaginaba mayor.
Una gran reseña, Rosa, un placer leerte, como siempre.
Un beso.
No he leído Utopía y no sé qué ideas transmite, pero sí he leído a Marx y sus ideas en absoluto indignan. Lo que se siente es indignación porque nadie haya sido capaz de ponerlas en práctica con éxito. Son ideas de justicia y de reparto equitativo (que no igal) de las riquezas. Creo que el lema que lo resume todos es: «a cada uno según sus necesidades, de cada uno según sus capacidades». Lo malo es que como dice otro lema, «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente». Y ahí estamos. cada cierto tiempo, en distintos lugares, surgen los iluminados que tratan de llevar a la práctica las ideas marxistas y cada vez el fracaso es más estrepitoso y doloroso.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. No dejes el libro. Te gustará.
Un beso.
Demoledora la cita con la que abres la entrada. Demoledora también toda la situación que se ha vivido en Venezuela y que se sigue viviendo, que, además, por mucho que se haya hablado de ello, creo que realmente es muy desconocido. Creo que esta novela puede ser ideal para hacerme una mejor idea de ello. Cuántas veces la ficción nos acerca mucho más a la realidad que lo testimonial. Marian ya me llamó la atención sobre esta novela, pero tú me has convencido de que, definitivamente, tengo que leerla.
ResponderEliminarBesos
Creo que la disfrutarás (y la sufrirás) tanto como yo. Es una magnífica novela que muestra crudamente la situación en Venezuela. Es dura, es terrible y como contrapunto tiene una prosa bellísima y muy descriptiva y sugerente que pone aún más de manifiesto la fealdad de los hechos. No la dejes.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarPendiente está por culpa de Marian que se ha enamorado de la literatura de esta mujer. De los que he visto reseñado este me convence más. Lo malo de todo es que no es una distopía, es realidad y como dice la autora, peor de lo que podemos llegar a suponer.
Es del tipo de novela que ahora mismo no me viene nada bien. Estoy un poco pesimista respecto al presente en general y al futuro, así que leo para distraerme. A ver si las cosas mejoran y me pongo con él.
Besos
Ni el presente ni el futuro están para muchos optimismos y no obstante, yo sigo leyendo acerca de esos desastres de todo tipo que nos rodean o amenazan. Ya sabes que yo disfruto sufriendo.
EliminarNo sé si me distraen. Creo que no se puede llamar así, pero todos los libros que leo me entretienen. Aunque a muchos no los califico de entretenidos, porque van mucho más allá, si no me entretuviesen los abandonaría. Creo que este te gustará cuando le encuentres el momento.
Un beso.
Que bonito lo que escribes Quizas algun dia asi pueda hacerlo yo
ResponderEliminarGracias.
EliminarHola Rosa!! Es muy interesante tu propuesta lectora y me atrae mucho lo que nos cuentas sobre este título. Tomo nota. ¡Estupenda reseña y nos leemos! Besos!!
ResponderEliminarUna novela dura, pero muy interesante que espero que te guste.
EliminarUn beso.