"Olga" Bernhard Schlink

Olga era una niña feliz en Silesia, en el extremo oriental del imperio alemán, donde vivía con sus padres y pasaba los días con la vecina mientras ellos trabajaban. A Olga sobre todo le gustaba mirar, observarlo todo. Era una niña callada e inteligente que aprendió a leer y escribir antes de ir a la escuela. La escuela le abrió nuevos horizontes porque el maestro de Historia Local se llevaba a los niños de excursión y así fue como conoció el centro de Breslau y conoció también el hecho de que se estaba criando en la pobreza, porque "después de ver las elegantes residencias y las anchas avenidas, las villas ajardinadas, los regios edificios públicos y las grandes plazas, y de respirar el aire en los puentes y a orillas del río, la niña comprendió que en su barrio vivían los pobres y que ella era uno más".

Cuando sus padres murieron de tifus en el plazo de diez días, Olga se quedó sola y, aunque la vecina que la cuidaba se hubiera quedado con ella de buena gana, la abuela paterna hizo valer sus derechos. La abuela paterna era claramente alemana y estaba orgullosa de ello. Es por eso por lo que no había estado de acuerdo con la boda de su hijo con Olga, una mujer eslava, casi polaca. Y menos de acuerdo aún con que le pusieran a su nieta el nombre polaco de la madre. Aunque intentó cambiárselo por Helga explicándole las ventajas de un nombre alemán frente a uno eslavo, la niña no lo consintió. Estaba claro que no se iban a entender. 

Así es que Olga dejó Silesia y viajó a Pomerania con su abuela. "En aquel nuevo hogar, a Olga todo le resultaba extraño: tras la gran ciudad, el pueblo y los anchos paisajes; tras el colegio de niñas con un sinfín de clases, la escuela mixta con una única aula; tras el bullicio de Silesia, la calma de Pomerania; tras el cariño de la vecina, la reserva de la abuela; tras todo el tiempo libre para leer, el trabajo en el campo y en el huerto". Olga aceptó las nuevas circunstancias de su vida a la vez que, de forma inconsciente, ya luchaba por escapar de ellas. Por eso perseguía al maestro para que le prestara libros y al organista para que le explicara cómo funcionaba el órgano y le dejara tocarlo. Olga tenía inmensas ganas de saber, de conocer el mundo que la rodeaba y, a la vez, tan lejano le quedaba. 

No tenía amigos, pero pronto encontró a uno tan extraño como ella. Uno que tampoco encajaba, que también era distinto. Distinto a todos y distinto a ella, porque  Herbert era un niño rico. Su padre y su abuelo habían hecho prosperar la finca que compraron a un noble venido a menos y, aunque nunca consiguieron ser aceptados entre la nobleza, al menos sí lo fueron entre la gente acomodada.  El padre de Herbert había recibido la Cruz de Hierro en la Guerra Franco Prusiana en 1870 y le contaba a su hijo las grandezas de Alemania. Herbert "estaba orgulloso de Alemania, de aquel joven Reich y su joven káiser, de su padre, de su madre, de su hermana y de la finca familiar, con sus distinguidas propiedades y aquella casa tan majestuosa".

Al principio, Olga se hizo inseparable de Herbert y de su hermana Viktoria, pero esta, más orgullosa y consciente de su clase y su ascendencia, en cuanto la adolescencia dio paso a la juventud, renegó de aquella joven pobre y de pómulos eslavos que hablaba polaco y quería ser maestra. No consiguió convencer a su hermano de que hiciera otro tanto y entre ambos jóvenes, el alemán rico y orgulloso de su patria y la muchacha pobre y de aspecto poco alemán, surgió un amor que se extendería a lo largo de toda su vida y es que Herbert y Olga "se habían conocido al margen de las clases sociales y, por consiguiente, no se sentían atados por sus convenciones".

Olga y Herbert no tuvieron muchas ocasiones para gozar de ese amor a lo largo del tiempo. Ella consiguió su título de maestra y él empezó a dar rienda suelta a su carácter inquieto en el que se mezclaba el afán de aventuras con la necesidad de luchar por su patria y engrandecerla. Del África del Sudoeste Alemana, la actual Namibia, le mandaba cartas encendidas en las que defendía la necesidad de mantener aquel paraíso derrotando a los "negros miserables" que se lo disputaban. Viajó por Argentina, aunque no pudo llegar a los Andes, y por las zonas más septentrionales de Europa, hasta intentar llegar al Polo Norte. "Desde Argentina y Carelia le había escrito menos, pero le había contado muchas cosas tras su regreso, lo mismo que después de volver de Brasil, Kola, Siberia y Kamchatka. En cambio, Olga no conseguía imaginarse el Ártico"

Entre viaje y viaje pasaban unas pocas jornadas juntos. Olga volvió a Silesia a dar clase. Pasó la Primera Guerra Mundial y se fue acercando el momento de la Segunda. Alemania vivió una época de pobreza y esplendor (de espléndida pobreza) durante la República de Weimar, una época que tal vez fue también la del esplendor de Olga. "Le había gustado la república, donde las maestras valían más, podían más y ganaban más que bajo el káiser. Había formado parte del comité de la Unión General de Maestras de Alemania hasta que se protegió de la nazificación mediante la autodisolución. Olga había rechazado el nacionalsocialismo desde buen principio: Alemania iba a crecer más de la cuenta una vez más, después de que Bismarck ya hubiera tenido y llevado a la práctica esa misma idea. Y a la primera guerra mundial le seguiría la segunda".

En el final de la Segunda Guerra Mundial termina también la primera parte de la novela y es cuando descubrimos que el narrador omnisciente y en tercera persona que nos ha acompañado, no es tal. De ponto empieza a hablar en primera persona. Olga ha entrado en contacto con la familia de este narrador y sabremos que todo lo que nos ha contado, le ha sido revelado a él por la mujer a lo largo de su relación desde que él era un niño. Toda la segunda parte nos es relatada por ese niño que la conoció de muy pequeño y mantuvo una gran amistad con ella hasta que murió ya muy anciana. Ella le fue contando su vida y le hizo saber su rechazo a las ansias de Alemania de hacerse más grande cuando llegaba a alcanzar un tamaño ya excesivo. Era como el monstruo enorme que cuanto más grande se siente más necesita comer para alimentar su grandeza. "Según ella, la perdición había empezado con Bismarck: este había puesto Alemania a lomos de un caballo demasiado grande, que de todos modos no podía montar, y desde entonces a los alemanes los podía una ambición exagerada".

La tercera parte está constituida por las cartas que Olga le escribió a Herbert y que el narrador consiguió en un anticuario de Tromsö, Noruega. Por esas cartas vamos a ir sabiendo cosas que Olga no le contó a él, y nos llevaremos alguna sorpresa sobre la vida y la muerte de la mujer.

Bernhard Schlink

Bernhard Schlink es un alemán de esos a los que les gusta mirar al pasado, un pasado que avergüenza a Alemania y que él no siente necesidad de disculpar. Siente necesidad de dejarlo muy claro para tratar de evitar que se repita. El ansia por arrebatarles sus tierras paradisíacas a los africanos, sus verdaderos dueños, y las guerras contra los herero derivan años más tarde en el ansia por ampliar el suelo alemán, en el Lebensraum, ese espacio vital que se suponía que los alemanes necesitaban y que Hitler (al que, por cierto, no se menciona en la novela) puso como excusa para su Tercer Reich y las invasiones que dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial.

Olga puede estar inspirada, en parte en la madrina del autor "que era maestra de pueblo, fue detenida 17 veces porque no quería impartir clases sobre la raza".  En Alemania en aquella época "hubo de todo, unos participaron, otros opusieron resistencia, otros vivieron como pudieron. Revisar nuestro pasado es complicado. Ni unos fueron totalmente buenos ni otros totalmente malos”.

Olga nace en el último cuarto del siglo XIX y vive hasta los años setenta del XX con unos noventa años. “Representa a una generación de mujeres, que vivió por debajo de sus capacidades y al lado de hombres que vivían por encima de sus posibilidades. Tiene muchos problemas para desarrollar su vida porque es huérfana y de origen humilde. Olga es una ‘outsider’ en la sociedad de su época, es una observadora que lo ve todo con claridad, que observa el mundo que la rodea, pero que se enamora del hombre equivocado"

Una gran novela que recomiendo a todos aquellos que sean partidarios de seguir escarbando en esos hechos de la Historia que ya se ha resignado a no entender, pero de los que no se puede renunciar a saber un poco más. 

Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra S.

Título del libro: Olga
Autor: Bernhard Schlink
Nacionalidad: Alemania
Título original: Olga
Traducción: Carles Andreu
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2018
Nº de páginas: 256

Comentarios

  1. Estaba por aquí poniéndome al día y de repente ha aparecido esta reseña, así que creo que soy el primero. Desde luego me interesa esta novela, no conozco al autor pero soy de los que gusta de historias inspiradas en aquella época y en aquellas circunstancias, pero además intuyo que hay algo más, en especial en la primera de sus partes.
    Un beso.

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    1. Veo que la has cogido recién salida del horno. Bernhard Schlink se hizo muy famoso con su novela "El lector". Es un alemán al que no se le mueve una pestaña cuando de hacer crítica de la historia de Alemania se trata. Yo creo que quiere demasiado a su país como para perdonarle según qué pecados y trata de ponerlos bien claros en sus libros como una forma de expiación que logre la redención de todos los alemanes a los que libra de su responsabilidad en los hechos. Muy muy interesante.
      Un beso.

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    2. Conozco bastante bien Alemania y la actitud de los alemanes para con su pasado es totalmente diferente a lo que vemos aquí. Allí no se oculta lo que ocurrió, lo estudian y lo critican, así que no me extraña nada la actitud de este escritor.
      Veo que estás leyendo "Stoner", una obra maestra en mi opinión y una de mis novelas favoritas.
      Besos.

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    3. Me está pareciendo fabulosa. No la conocía y hace poco, un bloguero al que sigo y con el que tengo bastantes afinidades, la recomendó. Como amante que soy de las letras estadounidenses no podía dejar pasar esa recomendación. Tardará en salir la reseña porque tengo una lista...

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  2. Del autor tengo en casa El lector que compré tras ver la película y que sigue pendiente de leer así que, aunque me seduce lo que nos cuentas, haré un ejercicio de responsabilidad y primero leeré la que ya tengo porque al final me dedico a acumular libros por mucho que sé que el tiempo no me da, de hecho ni se acerca, para leer todo lo que quisiera.
    Besos.

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    1. Me gustó mucho "El lector", pero creo que "Olga" me ha gustado más aún. No porque sea mejor, sino porque el tema y la época me atraen más. Quiero leer algo más del autor.
      Ay, el tiempo. Ni en varias vidas largas me daría tiempo a todo lo que tengo apuntado en mi interminable lista.
      Un beso.

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  3. Me gusta eso de mirar hacia atrás sin complejos. Para recoger, para entender, para no repetir, pero sin la culpa que paraliza y que impediría ese viaje retrospectivo.
    Creo que me gustaría conocer a Olga. También es verdad que El lector es un libro de esos que yo llamo mis eternos pendientes. Creo, por tanto, que, cuando me estrene con Bernhard Schlink, será con ese lector y no con Olga.
    Besos

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    1. Leí "El lector" en 2007 y pensaba que no había leído más del autor, pero mirando la lista de leídos, veo que al año siguiente leí "El regreso" de la que no recordaba nada, pero mirando la sinopsis en Google empiezo a recordar y creo que la volveré a leer porque tiene muy buena pinta. Vuelve sobre la Segunda Guerra Mundial.
      Se ve que el autor está empeñado en volver sobre ese pasado y no permitir que se olvide. Creo que cualquier novela por la que decidas empezar será un acierto.
      Un beso.

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  4. Del autor sólo he leído El lector, una novela maravillosa. Y ahora me dejas con ganas de conocer a Olga. Sí, desde luego es un autor al que le gusta mirar hacia atrás y contar las cosas tal y como pasaron. Porque hay que recordar para no repetir, para no cometer los mismos errores. Pero parece que esto cuesta comprenderlo.
    Besotes!!!

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    1. Siempre he dicho que no creo que conocer los errores ayude a que no se repitan. la historia nos enseña que, por desgracia, no es así, pero al menos hay que conocer esos errores para que no caigan en el olvido y porque los que los sufrieron, las víctimas de esos errores merecen que conozcamos lo que les pasó. Bernhard Schlink se empeña en ello como pocos.
      Una gran novela.
      Un beso.

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  5. ¡Hola Rosa! Pues te diré que a mi me gustó mucho esta novela, que Olga como personaje me fascinó, es de esos cuyo recuerdo perdura en el tiempo. La mujer me inspiró mucha pena, viviendo ella sola ese amor que pudo ser y no llegó a ser, más que nada porque él solo pensaba en viajar y correr sus aventuras y ella sola todo el tiempo, pensando en él, da lástima, ¿verdad?
    Me gusta mucho la prosa de Schlink y su dominio del alma femenina, sus personajes femeninos siempre son destacables. Por cierto si no has leído (al menos la reseña no la he encontrado) su otra novela "Mujer bajando una escalera" te la recomiendo con fervor, la disfrutarás también
    Besos

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    1. Tomo nota de esa novela que me recomiendas y que no conocía.
      La vida de Olga es bastante triste, sí. pero lo bueno es que ella sabe salirse del destino que la aguardaba y convertirse en una mujer fuerte. Creo que con ella Schlink quiere representar a esa parte de Alemania que reniega de su pasado y de esas ansias de imperialismo y poder, esa grandeza que se consume a sí misma y que se cultiva desde que Bismarck creó el país. Por el contario, Herbert es justamente la representación de la grandeza y el poderío y como tal, se consume en el intento.
      Un beso.

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  6. Ese cambio de narrador que mencionas me ha parecido muy atractivo y puede suponer un plus a una novela que seguro nos ayuda a indagar en la frenética historia de la Alemania de la primera mitad del siglo XX. Creo además que con esos paisajes y pasajes de la Namibia alemana se podría preparar una adaptación cinematográfica de alto calado. Por otro lado, me gustan los títulos que comienzan con un nombre propio.
    Besos Rosa y feliz semana.

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    1. En realidad no cambia el narrador, lo que cambia es la persona en que narra. la primera parte está narrada en tercera persona, pero a partir del momento en que él mismo pasa a formar parte de la vida de Olga, empieza la narración en primera persona. Es un cambio que sorprende y le da mucha perspectiva a la novela.
      Creo que una buena adaptación podría dar una muy buena película, pero si se intenta rodar en los lugares que conoció Herbert puede resultar un poco cara. menudos viajecitos se montó el buen hombre.
      Un beso.

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  7. Otro enfoque sobre lo que significó el auge de una Alemania ambrienta de poder, del avance del nacionalsocialismo y el advenimiento de la segunda guerra mundial. Me ha gustado que la novela esté dividida en varias partes articulando así distintos puntos de vista y de vivencias por parte de los distintos protagonistas, incluyendo al narrador omnisciente. Vista en su conjunto, no deja de ser una historia de lo que aconteció en Alemania a lo largo de la vida de Olga. Muy interesante.
    Un beso.

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    1. Sí que es interesante. Nos lleva del siglo XIX al XX; de la unificación a las ansias de poder y expansión; del colonialismo en África al nacionalismo que pretende engullir Europa. Y todo ello contemplado por Olga y representado por Herbert que están enlazados por un amor que, como no podría ser de otra manera es muy difícil de materializar. Y luego están esas tres partes, esos distintos testigos de toda la historia y cada parte descubriendo nuevos matices de la anterior.
      Un beso.

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  8. Hola. Pues me encantaría leer esta novela y eso que he leído tanto y tanto sobre esta época que la aparto continuamente, pero intuyo por todo lo que nos cuentas que es un buen disfrute lector. Mil gracias.

    Besos y feliz semana.

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    1. Yo es una época a la que me es muy difícil resistirme. Lo referente a la segunda Guerra Mundial y al Holocausto, hay que tener cuidado porque se escribe demasiado últimamente y no todo es tan bueno como cabe esperar. Sobre la Gran guerra y el final del siglo XIX, se escribe menos y suele haber más calidad y menos aprovechamiento de moda.
      Esta novela, no obstante, es diferente. No se puede decir que sea sobre esas épocas históricas sino que solo aparecen como escenario de la vida de Olga, y mediante esa vida vamos viendo la trascendencia del contexto histórico. No sé si me explico porque creo que me estoy liando.
      Un beso.

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  9. Hola.
    Me has creado una necesidad. Creo qu eme va a gustar todo: la historia de Olga, la ambientación, ese cambio de narrador, ese amor en el tiempo...
    La buscaré.
    Feliz día.

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    1. Es una gran historia. La época, más bien épocas, en que se ambienta son de lo más interesantes, y la vida de Olga... de las que enganchan.
      Un beso.

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  10. Pues me lo apunto. Contar parte de la historia de Alemania a través de un personaje que vivió tanto y sin tapujos o sin excusas me parece una buena manera de afrontar lo que pasó y no dar rodeos.
    Lo de cambiar el narrador además me resulta interesante desde un punto de vista técnico porque ando yo queriendo hacer algo así y me resulta súper complicado, a ver si leyendo esta novela se "me pega" algo.
    Un besote.

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    1. Como le digo a Miguel, el narrador es el mismo, lo que pasa es que a partir de que su vida y la de Olga se mezclan, empieza a escribir en primera persona porque ello se hace necesario. Esa primera persona aparece de pronto y sorprende, pero se hace de una forma muy natural.
      Creo que te gustará.
      Un beso.

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  11. Hola, Rosa!!! los libros que más me han enseñado a superar las adversidades, son los que hablan de la Alemania, esa que a veces esconde situaciones, historia y vicisitudes que nos hacen llevarnos las manos a la cabeza; que nos encoge el corazón pero que nos hace sacar la garra y darnos cuenta de que nuestra vida, merece ser luchada y vivida con la esperanza y fuerza de un mañana mejor. Es por eso que me ha gustado mucho tu reseña. Un saludo!!! Buen post.

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    1. La verdad es que ha habido gente que ha vivido unas situaciones tan terribles que nos tienen que servir para luchar y dejar de quejarnos de nuestras problemáticas.
      las novelas de Schlink indagan en ese pasado de Alemania y en sus culpas y responsabilidades y teniendo en cuenta que él es alemán, todo cobra un sentido más especial aún.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, yo también leí "el lector" hace tiempo y me encantó, pero no leí nada más del autor, aunque la verdad es que quedé con ganas de repetir. Me apunto esta, que estoy convencida que me gustará si dices que es todavía mejor. Besinos.

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    1. Bueno, no sé si "Olga" es mejor. Sólo, que a mí me ha gustado más, pero puede ser solo una cuestión personal. De todas formas es un autor que merece que se repita con él.
      Un beso.

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  13. Esa lechuzita en el cursor sera pariente mia? De este autor lei El lector y me pareció muy buena, asi que este tendría que echarle un par de ojos, saludosbuhos!

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    1. Te gustará. Es muy distinta a "El lector", pero muy buena también.
      Un beso.

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  14. Olga es uno de esos personajes que se echan de menos. A mí me fascinó tanto como la forma del autor de meterse en su piel. Mira que me cuesta pasar por ciertos momentos históricos y los evito cuanto puedo pero en este caso merece muchísimo la pena hacer el esfuerzo. Me quedo con la historia de ella por encima de la Historia que como dices, hace falta que no se olvide.
    Besos

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    1. Es que en esta novela es la historia de Olga y su forma de ver el mundo lo que nos va mostrando la Historia.
      Me ha encantado la forma en que el autor nos muestra detalles de la historia de Alemania a través de las opiniones de Olga. Es un personaje fascinante.
      Un beso.

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  15. Hola Rosa. Hay dos cosas que me gustan de esta novela. Por un lado, el baile de narrador. Me encanta que los autores experimenten y jueguen a hacer requiebros. Por otro, has mencionado cartas y a mí es algo que me llama mucho. No conocía la historia, ni la novela, nada. No me sonaba de nada. Me resulta tentadora, así que me la llevo anotada. Besos

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    1. Pues con esos dos detalles la novela seguro que te gusta. Las cartas del final terminan de cerrar la historia. la historia de Olga pasa por muchas vicisitudes y en ella van surgiendo personajes, uno de los cuales es el narrador. Es una historia muy buena.
      Un beso.

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  16. ¡Hola, Rosa! Sin duda siempre es muy enriquecedor que estas novelas históricas se enfoquen con narradores múltiples. Con ello el escritor enriquece la historia dado que un mismo período es algo totalmente distinto desde la visión de un niño, un adulto o desde la perspectiva de pertenencia a una clase social u otra. Ese comienzo en el que ella se da cuenta de su pobreza al ver la riqueza es muy potente y revelador. Un excelente recomendación. Un abrazo!!

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    1. Sí, es una novela con partes muy definidas y, aunque cuentan la historia de la misma persona, cambian los planteamientos y la forma de contarla. También hay detalles que se desconocen en una parte y van surgiendo en otras.
      La verdad es que es una historia muy buena, muy bien contada y que pone ante nuestros ojos una época sobre la que nunca se escribe lo suficiente. Y no me refiero a la Segunda Guerra Mundial, sino más bien a todo lo que viene antes.
      Un beso.

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  17. Como sabes a mí "Olga" me gustó mucho. Creo que el autor presenta a una mujer hecha a sí misma, una mujer independiente que no debe nada a nadie, que vive de su trabajo, que no cree en los cantos de sirena del nazismo y también una mujer que se enamora hasta las trancas. En cierto modo "Olga" puede verse como una historia de amor en medio de tiempos convulsos. Esos tiempos son los que vive Alemania desde la época de Bismarck en que empieza a creerse grande y llega a su eclosión con el Tercer Reich. En cierto sentido Herbert, su marido, es como Alemania: Olga lo ama pero no lo entiende y lo mismo le pasa con su país.
    Recuerdo que en el comentario que me dejaste en la reseña que en mi blog le hice a la novela venías a realizar una comparación entre la manera de enjuiciar el pasado en Alemania y aquí, dos países que han conocido el fascismo. Te respondí que no son homologables del todo pues el dictador alemán murió derrotado y no hubo ninguna guerra civil entre alemanes; por contra en España el dictador murió en la cama de muerte natural y media España peleó contra la otra mitad, resultando una de las dos perdedora y vencedora sobre la otra. No, no es para nada una situación parecida, pues en Alemania TODOS fueron derrotados, TODOS habían luchado contra el resto del mundo, TODOS... Es precisamente ese TODOS de lo que aquí cojeamos y por lo que se ve no ponemos mucho interés en marchar TODOS a la par. En fin, es así, qué le vamos a hacer.
    "Olga" es una magnífica novela y Schlink un fantástico autor. Tengo apuntada esa novela que recomienda Marian. A ver si la leo. Me encanta y suscribo plenamente lo que te dice en su comentario David Rubio.
    Muchos besos
    Muchos besos

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    1. Es evidente que la situación en España y en Alemania es muy distinta, pero la cuestión a la que me refiero es al hecho de admitir la culpa por parte de Alemania y ser capaces de hacer monumentos que se la recuerden y legislar para evitar que se repita. La mayoría de los alemanes miraron para otro lado ante las barbaridades que se cometieron con los judíos, los gitanos, los homosexuales, los discapacitados... etc. Ahora hay monumentos que recuerdan todo eso y es uno de los países con leyes más estrictas frente al los resurgimientos de ideologías filonazis.
      En España las culpas no se han reconocido. Ni por un bando ni por otro, y ambos tienen mucho que reflexionar, aunque la mayor culpa fuera de los que provocaron el desastre con su golpe de estado. Es cierto que aquí una mitad luchó contra la otra, una venció y otra salió derrotada, pero todos tienen culpas que purgar y nadie está dispuesto a hacerlo. Yo tengo claro de qué parte estoy en esa guerra, pero eso no me hace cerrar los ojos ante las barbaridades que llegaron a cometerse entre los de "mi" bando. Eso es lo que en este país no se sabe hacer, reconocer culpas y errores.
      Ha sido una lectura de lo más gratificante por la que quiero darte las gracias pues no la hubiera leído de no ser por tu reseña.
      Un beso.

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  18. Lo tengo esperando hace tiempo. He leído 'El lector' y 'El regreso', de Schlink, y me han gustado. Tiene una mirada bastante crítica sobre la generación de sus padres: no les perdona el 'manto de olvido' que echaron sobre el nazismo a modo de dispensa. Los comprende, pero no los justifica.
    Gracias por recordarme que aún espera. Lo tendré en cuenta para incorporarlo en la lista a leer en breve.
    Un beso.

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  19. Pues esta nivela, ambientada desde finales del siglo XIX hasta los años setenta del XX bucea en las causas que llevaron a la población a ser benevolente con el nazismo. Causas que se arrastran desde Bismark y la unificación. Te gustará seguro.
    Un beso.

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