"Selma" Ava DuVernay

Selma es una ciudad de unos veinte mil habitantes, ubicada en el estado de Alabama, en el profundo sur de Estados Unidos. Sería una ciudad desconocida como tantos centenares de ciudades similares si no fuera porque en 1965 tuvieron lugar en ella los hechos que, definitivamente, consiguieron la aprobación de la Ley de derecho de voto. 
Aunque ya la Decimoquinta Enmienda de la Constitución prohibía cualquier tipo de discriminación por razón de raza en lo referente al voto, y que esta enmienda databa de 1870, en la práctica, las triquiñuelas legales, las presiones e incluso la violencia hacían que en muchos estados del Sur este derecho fuera tan desconocido como en la época de plena vigencia de la esclavitud.
Tras el asesinato de John F. Kennedy, en noviembre de 1963, el nuevo presidente, Lyndon B. Johnson promulgó la Ley de Derechos Civiles que prohibía toda discriminación racial en establecimientos y lugares públicos. No obstante, en los estados del Sur la segregación, si no legal, era una práctica común alentada por gobernadores, sheriffs y demás autoridades. 
Lo que cuenta la película es un episodio muy concreto de la larga lucha por la igualdad entre negros y blancos iniciada ya antes de la Guerra de Secesión. Y este episodio, estos episodios, más bien, son las tres marchas de Selma a Montgómery reivindicando el derecho efectivo al voto de la población afroamericana. 
La convocatoria de la primera marcha surge a raíz de la muerte de Jimmie Lee Jackson tras haber sido disparado por un policía durante una manifestación pacífica. Esta primera marcha, el 7 de Marzo de 1965, fue violentamente reprimida por la policía estatal y la del Condado en el puente Edmund Pettus pasando a ser conocida la fecha como el "Domingo sangriento".
Ante la violencia de las escenas retransmitidas a todo el país por televisión, acudieron a Selma para la segunda marcha, dos día después, personas de todo el país, blancos y negros y componentes de todas las confesiones religiosas. Esta marcha no fue reprimida, pues las tropas se hicieron a un lado para dejarles pasar, pero Martin Luther King hizo regresar a la gente a Selma pues lo que buscaba era una sentencia judicial que avalara su derecho a marchar pacíficamente. Esa noche fue asesinado por un grupo racista James Reeb, un pastor activista de los Derechos Civiles de Boston. A partir de ese momento, las protestas y los actos de desobediencia civil se suceden en todo el país y finalmente, el presidente se comprometió a proteger la tercera marcha que comenzó el 21 de Marzo y terminó en el Capitolio de Montgomery, la capital del estado de Alabama, el día 25. La culminación de todo ello fue la Ley de derecho al voto que promulgaron las dos Cámara a petición del Presidente.
La película cuenta todos estos hechos y hace bien en contarlos pues hace unos pocos días que se han conmemorado estos acontecimientos al cumplirse el cincuenta aniversario de los mismos y Estados Unidos sigue envuelto en luchas raciales de todo tipo: recientemente, ha habido varios episodios de jóvenes negros muertos a manos de la policía cuando iban desarmados; las cárceles siguen teniendo una población de reclusos mayoritariamente, negra e hispana; los mayores índices de pobreza se siguen dando en estas comunidades y, por pobre que seas, ser blanco sigue siendo garantía de que eres superior a alguien y eso es algo que todavía maman muchos niños blancos desde que nacen como ya observó en 1965 Martin Luther King. 
Hay historias que, por mucho que se insista en ellas, nunca sobran porque nos recuerdan lo cerca que tenemos la injusticia, la crueldad, el desprecio a los demás, la barbarie; nos recuerdan la lucha que muchas personas han llevado a cabo para dar un pasito más en la tarea de avanzar en el camino de la civilización humana; nos recuerdan que nada ha salido gratis, ni saldrá gratis, en la lucha por los derechos individuales (y más en una época en que tantos peligran o, simplemente, se están perdiendo) 
Se trata de una cinta impecable en la forma, con una fotografía impresionante que se resuelve en unas escenas duras y muy explícitas, que muestran una violencia que te entra por los ojos y por los oídos, pero sin llegar a dolerte de veras. Y es que algo le falta y uno sale del cine pensando qué es y, tras el periodo de reflexión que toda película requiere, se van encontrando las claves: falta el toque original ya que si lo que se cuenta no lo es (no deja de ser un hecho histórico que se puede rastrear en muchos documentos y periódicos), al menos debería serlo la manera de contarlo y tampoco lo es. Salvo alguna escena o diálogo (es destacable la entrevista entre el presidente Lyndon B. Johnson y el Gobernador de Alabama, soberbiamente interpretado por Tim Roth), el resto carece de fuerza. Los personajes aparecen mitificados
David Oyelowo como el Dr. King
(caso de Martin Luther King, cuyas infidelidades matrimoniales no se atreven a hacer explícitas y se solventan con la demora, unos segundos de más, en mentir a su mujer al responderle que no quiere a ninguna otra), o sencillamente desdibujados (caso de Malcolm X que aparece unos segundos y muere unos segundos después, casi sin que nos demos cuenta). Algunos personajes, cruciales en todo lo sucedido, como 
Jimmie Lee Jackson o James Reeb aparecen lo justo para que no falten episodios clave, pero sin entidad, ni personalidad; cuando mueren apenas sabemos nada de ellos; parece que pasaban por allí. 
Se echan de menos escenas de archivo de los hechos, que apenas aparecen, y que darían una mayor dimensión de realidad. Se echa de menos, en fin, emoción, complicidad en la trama, credibilidad, empatía con las víctimas. Porque, siendo hechos históricos, deberíamos creérnoslos y entonces se nos removerían todas las fibras del alma y, al menos a mi, no se me remueven y eso es que no me he creído la historia y si no me creo una historia que es Historia (y aunque no lo fuera) eso es que no me la han contado bien.
Me parece un exceso su nominación al Óscar a mejor película que, con toda justicia, no obtuvo. Sí se llevó el de mejor canción. Puede que se lo mereciera, pero poco más.
En resumen, creo sinceramente que se ha perdido la oportunidad de contar los hechos con más profundidad, mostrando las miserias de los héroes, dando a conocer un poco más a personajes secundarios sin los que la historia, tal vez, tendría que escribirse de otra manera y, en definitiva, se ha perdido la oportunidad de hacer una buena película para hacer una película aceptable. Sin más.

Comentarios

  1. Hola Rosa, he cogido este "no hay comentarios" después de ver una colección de películas que nos propones y que comentas, he tomado nota de muchas pero me quedo con esta "Selma" que la tengo pendiente de ver. Oye, gracias por tu trabajo en este lugar de cine, ya sé que tienes otras historias, pero esta vez me aparqué en este lado de tu calle. Un abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias por tu visita Joseme. Cuando publiqué esta entrada, casi nadie me conocía aún y así estaba todo "sin comentarios". me alegro de que te hayas pasado por aquí y hayas inaugurado los comentarios de Selma. Como ves, no me entusiasmó, pero si tienes ocasión, no dejes de verla Tiene su interés.
      Un abrazo.

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