—Esta mañana la encontré ahí, patas arriba —dijo doña Elodia
señalando un lugar en la playa donde se juntaba la basura que el mar traía o
desenterraba: troncos, bolsas plásticas, botellas.
—¿Envenenada?
—Yo creo.
—¿Qué hicieron con ella? ¿La enterraron?
Doña Elodia dijo que sí con la cabeza:
—Mis nietos.
—¿Arriba en el cementerio?
—No, aquí nomás en la playa.
Muchos perros del pueblo morían envenenados. Alguna gente
decía que los mataban aposta, pero Damaris no podía creer que hubiera personas
capaces de hacer algo así y pensaba que los perros se comían por error las
carnadas con veneno que dejaban para las ratas o a las ratas que estando
envenenadas eran fáciles de cazar.
—Lo siento —dijo Damaris.
Doña Elodia solo asintió. Había tenido esa perra mucho
tiempo, una perra negra que se la pasaba echada junto al estadero y andaba
detrás de ella para todos lados: la iglesia, la casa de la nuera, la tienda, el
muelle… Debía estar muy triste, pero no lo mostraba. Dejó al cachorro que
acababa de alimentar con una jeringa que llenaba con la leche de una taza y
agarró otro. Había diez y eran tan pequeños que no habían abierto los ojos.
—Tienen seis días de nacidos —dijo doña Elodia—, no van a
sobrevivir.
Y así fue como Damaris se hizo con un cachorro casi recién nacido. Escogió uno con el pelo gris y las orejas caídas. Era una hembra. Y con la perrita contra el pecho, Damaris vuelve a su pueblo y a su casa, en la punta opuesta de la playa con respecto a la casa de doña Elodia.
Damaris teme un poco la reacción de Rogelio, su marido. «A él no le gustaban los perros, y si los criaba era solamente para que ladraran y cuidaran la propiedad. Ahora tenía tres: Danger, Mosco y Olivo». Danger, Mosco y Olivo son tres perros recios, sin caricias ni mimos. No será igual la vida de Chirli, la nueva perrita de Damaris. Chirli vivirá rodeada de comodidades y de mimos. Hasta el nombre es toda una declaración de intenciones. Chirli era el nombre que Damaris le pensaba poner a su hija si la hubiera tenido. Y es que Rogelio y Damaris han hecho todo lo humano, lo divino y lo mítico para poder tener hijos. No ha sido posible y han perdido la esperanza. Y las ganas. Ahora ya ni siquiera hacen lo humano. Hace tiempo que duermen en cuartos separados.
«Damaris no había podido tener hijos. Se juntó con Rogelio a los dieciocho y llevaba dos años con él cuando la gente empezó a decirles "¿Para cuándo los bebés?" o "Qui’hubo que se están demorando". Ellos no estaban haciendo nada para prevenir el embarazo y entonces Damaris comenzó a tomar infusiones de dos hierbas del monte, la María y la Espíritu Santo, que había oído decir que eran muy buenas para la fertilidad».
Ahora la perrita ha venido a llenar ese hueco en la vida de Damaris. Una vida que no ha estado libre de penas y sobresaltos. Su padre la abandonó antes de nacer y su madre la dejó a vivir con el tío Eliécer y la tía Gilma, los padres de Luzmila, su prima. «Mandaba plata cada vez que podía y venía a pasar las Navidades, la Semana Santa y algún fin de semana largo». Luzmila es el espejo en el que Damaris se mira y no se ve muy favorecida. Y es que, a sus treinta y siete años, Luzmila ya tiene dos hijas y dos nietas. Mucho más de lo que Damaris, que se conformaría con una hija, puede desear.
Así es que la perrita con nombre de hija es ahora el consuelo y la alegría de la mujer. «Durante el día Damaris llevaba a la perra metida en el brasier, entre sus tetas blandas y generosas, para mantenerla calientica. Por las noches la dejaba en la caja de cartón que le había regalado don Jaime, con una botella de agua caliente y la camiseta que había usado ese día para que no extrañara su olor». Pero los perros, como los hijos, crecen y buscan otros horizontes. La perrita, ya grande, desapareció un día tras los perros de Rogelio. Éstos volvieron poco después, pero Chirli no volvió hasta pasado un mes, cuando ya la daba por perdida. Treinta y tres días estuvo por el monte. Un día menos que lo que el mar tardó en devolver el cuerpo de Nicolasito, su amigo de la infancia.
La cuidó y la mimó, pero eso no impidió que volviera a ausentarse. A partir de ese momento, el enfado fue mayor que la pena. «Le daba rabia que la perra se hubiera ido, que esta vez lo hubiera hecho sola, sin la influencia de los otros perros, que la obligara a gritar y buscarla de esa manera, le hiciera pasar angustias y, sobre todo, que Rogelio tuviera razón y la perra se hubiera echado a perder».
La relación de Damaris con la perra sigue derroteros similares a la relación de algunos padres con sus hijos. Esa sensación de propiedad que los padres sienten y que ven traicionada cuando los hijos intentan volar solos por cielos que sus padres no han decidido. El amor se convierte en una decepción que lleva a la ira. La ira le hace sentir que estaba mejor sola. Cuando no tienes a nadie, nadie te va a decepcionar. La decepción le ha llegado a Damaris de muchas formas. El abandono de la madre, aunque fuera para poder ganar el sustento para ambas; el abandono de Nicolasito, su único amigo, en plena infancia; el deterioro de su relación con Rogelio, un deterioro que podría ser resuelto, que se resuelve en alguna ocasión, con un poco de esfuerzo, porque Rogelio es un buen tipo y entre ellos no hay conflictos insalvables.
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Pilar Quintana |
La perra es una novela corta, pero es una gran novela. Los personajes, humanos y caninos, tienen un gran protagonismo y están llenos de sentimientos más o menos buenos o malos, una mezcla de ambos tipos como se dan en la realidad, pero junto a las personas y animales, el paisaje y el clima juegan un papel importante, más duro y despiadado que los más duros y despiadados sentimientos humanos porque el paisaje y el clima carecen de sentimientos, y en esta zona de Colombia, la que da al océano Pacífico, en una cabaña sobre un acantilado en un entrante de mar, separada de la otra parte del acantilado cuando sube la marea, con la selva a la espalda y una lluvia que se hace persistente, que no da tregua, que todo lo ensopa y lo llena de humedad resbalosa, la vida se vuelve más dura por momentos, vapuleada por los elementos.
«La cabaña donde vivían no quedaba en la playa sino en un acantilado selvático donde la gente blanca de la ciudad tenía casas de recreo grandes y bonitas con jardines, andenes empedrados y piscinas. Para llegar al pueblo se bajaba por unas escaleras largas y empinadas que, como llovía tanto, debían restregar a menudo para quitarles la lama y que no se pusieran resbalosas. Luego había que atravesar la caleta, un brazo del mar ancho y torrentoso como un río, que se llenaba y vaciaba con la marea».
Pilar Quintana vuelve a hablarnos de temas que ya nos encontramos en Los abismos. También allí trataba de la maternidad, pero si en La perra la maternidad se busca y no llega, en Los abismos, la maternidad, al menos la de la abuela, llega sin haberla buscado, llega a estorbar la vida de la abuela que nunca se ocupó de su hija y así como la hija busca la figura paterna en un marido mucho mayor que ella, Damaris busca la hija que no llega en la perra, pero la perra, como los hijos, decepciona las expectativas de la mujer.
Tras lo mucho que me gustó Los abismos, La perra me confirma que Pilar Quintana es una autora a la que debo seguir muy de cerca.
Título del libro: La perra
Autora: Pilar Quintana
Nacionalidad: Colombia
Editorial: Random House
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2017
Nº de páginas: 112
Hola.
ResponderEliminarMe has enganchado. Tus reseñas siempre atrapan, pero en este caso, además de la historia de la protagonista, de su vida, la falta de una hija a pesar de las infusiones "mágicas", del abandono del padre, la ausencia materna y todo lo que nos narras, me atrapa su relación con la perra. En mi caso, me gusta que mis hijos vuelen y exploren, pero si se va mi perra me muero, no es lo mismo, ella no sobreviviría. Siempre he querido a mis animales, pero lo que siento por esta perra no se puede describir, supongo que ver la forma en la que me agradece cualquier cosa (viene de una situación muy muy mala), como me cuida, cuando la saca otro miembro de la familia va mirando hacia atrás por si aparezco, lo que me quiere...
Tomo nota, me ha parecido muy bonito y diferente.
Por cierto, he rescatado del spam dos comentarios tuyos y te he mandado un email.
Muy feliz día.
Hola, Gemma. Se ve que nuestros blogger nos tienen manía mutua. Tus comentarios son los que con más frecuencia me manda a spam y veo que el tuyo hace lo mismo con los míos. Muchas gracias por tu mail que ya he contestado.
EliminarEste libro narra una relación muy especial entre Damaris y su perra, especial en el buen y en el mal sentido, pues muestra ese egoísmo de las personas que quieren a los demás en tanto en cuanto éstos se pliegan a sus deseos. Por desgracia es una actitud que no se limita a las mascotas sino que se da mucho con los hijos. Yo tampoco soy posesiva con mi hijo y procuro, dejarle tomar sus decisiones. Por fortuna, suele ser bastante sensato.
Sí que es un libro diferente. Los abismos, de la misma autora, también lo es. Te lo recomiendo.
Un beso y feliz día, aunque gris, también para ti.
"Cuando no tienes a nadie, nadie te va a decepcionar". Me gusta esa frase porque refleja de manera perfecta los miedos internos que pueden valer para volver a tener una mascota o incluso para las personas que se plantean o dudan en volver a tener una relación amorosa. La ambientación es otra cosa bastante destacada y como esta puede influir de gran manera en la vida de las personas. Sea en este caso por la humedad o en otros casos por calores o fríos extremos. Me ha encantado tu reseña y por supuesto la novela que tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Damaris se va refugiando en su soledad para que nadie la decepcione. Se va apartando poco a poco de todo. la perra viene a renovar su ilusión, pero la perra no es un objeto que pones y quitas a placer de donde quieres.
EliminarUna novela muy recomendable; una autora muy recomendable, que describe los ambientes con una riqueza y una precisión que te ahogas en la humedad que es capaz de transmitir.
Un beso.
Nada he leído de Pilar Quintana, pero viendo lo mucho que te han gustado sus novelas, Los abismos y La perra, la tendré muy en cuenta para esa letra Q que tantas veces se me resiste en el Reto Autores de la A a la Z.
ResponderEliminarLos perros como sustituto de la maternidad es algo que hoy día vemos en muchas parejas. Unas veces la ausencia de hijos es por decisión propia y otras por ponerse a la tarea de traerlos al mundo demasiado tarde. Un perro nunca desilusiona, siempre recibe con alegría a sus dueños. Quizás la historia de La perra sea novedosa porque en ella vemos una perra que, como haría cualquier hijo, se va de casa por decisión propia. Y eso, claro, desilusiona a Damaris.
Quiero hundirme en la humedad que transmite Pilar Quintana. Gracias por tu reseña, Rosa
Un beso
Digamos que la perra de esta novela decepciona un poco (o un mucho), pero es por lo mismo que decepcionan muchas veces los hijos, como bien dices. No porque salgan torcidos y objetivamente decepcionantes, sino porque no responden a las expectativas que los padres se han creado.
EliminarLa autora me ha venido muy bien para el reto, pero mi primer acercamiento a ella fue por el Premio Alfaguara 2021 que obtuvo por Los abismos, una novela magnífica que te recomiendo además de ésta.
Un beso.
Hola Rosa, este año leí Los abismos y me gustó muchísimo, La perra también la tengo apuntada. Siempre me han llamado la atención las personas que no tienen hijos, por circunstancias de la vida o decisión propia y terminan sustituyéndolos por perros, la relación que establecen con ellos no me parece nada sana. A mí los perros me encantan, pero esa relación tan exigente y extrema como la de Damaris no la entiendo, la verdad. Besos.
ResponderEliminarSí, la relación de Damaris con la perra no es muy adecuada, y eso que tampoco es de las más extremas. Yo puedo entender que la gente que añora hijos y no los tiene, se compre un perro en sustitución, lo que no es de recibo es que pretendan establecer con el perro la relación que se establece con un hijos. Te gustará La perra.
EliminarUn beso.
La perra me pareció una novela buenísima, a la que ni le sobra ni le falta nada. Coincido, pues, contigo en que Pilar Quintana es una autora a la que seguir de cerca. Tengo pendiente volver a ella.
ResponderEliminarBesos
Si vuelves a ella con Los abismos, descubrirás una obra muy distinta, pero absorbente. He de reconocer que me gustó más, aunque eso puede deberse a mis gustos. Era más urbana, había más personajes y una historia más compleja y elaborada, que no mejor. Pero que eso no sirva para desmerecer La perra, solo para enaltecer Los abismos.
EliminarUn beso.
Tengo pendiente Los abismos, de la que además solo he leído buenas impresiones. Sin embargo, quedé con muchas ganas cuando leí La perra de descubrir a la Pilar Quintana cuentista. La perra es una de esas novelas que me hacen sospechar que su autor o autora sabe manejarse muy bien en los cuentos, entre otras cosas por, como señalas, los pocos personajes de los que consta. Probablemente tu preferencia por Los abismos se deba, efectivamente, a una cuestión de gustos. En todo caso espero leerla en algún momento y así podré opinar y dejar de suponer.
EliminarQue pases una buena tarde de domingo.
Yo tengo apuntados dos libros de relatos. Uno, Violación, es un solo relato con el que Pilar Quintana participó en un certamen en Bogotá con otros escritores. El otro es un libro de relatos al uso, Caperucita se come al lobo. Imagino que los conoces, o incluso los tienes. A mí, por el contrario, me apetecería más otra novela, aunque mientras sale y no tal vez me anime con sus relatos. Feliz semana.
EliminarHola, Rosa. Lo que he leído me encanta. La sensación de apego que se tiene a un animal, en concreto a un perro, se ha vivido en mi casa. Y, aunque yo más de lejos, he podido sentir ese enfado cuando de repente se te van... para volver, que es cuando ya respiras tranquila.
ResponderEliminarMe lo apunto, y como dices que es cortito, pues mejor ;-)
Un beso.
Yo nunca he tenido perro, pero he tenido gatos y más que enfadarme cuando no vuelve a casa, me preocupo por si le ha pasado algo. Mi gato entra y sale de casa cuando quiere y, si tarda en volver, siempre tengo la preocupación de que le haya pillado un coche o haya tenido un percance con un perro. La verdad es que se les coge muchísimo cariño. Pensar que le pase algo me da muchísima pena.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarLeí esta novela el año antepasado, primera vez que me acerco a la prosa de Pilar Quintana.
Sobra decir que quedé fascinada con ella, así que quiero seguir leyéndola. En cuanto a la novela, pues simplemente me encantó, la trama, los personaje y la ambientación. Es impresionante como en tan pocas páginas la autora cuente una historia tan completa y toque temas tan importantes.
Un libro que refleja la realidad social latinoamericana, no precisamente el paraíso de playas exóticas que se le muestra a los turistas, si no el infierno que cada paraíso tiene. No sé si conoces el Pacífico Colombiano, en este caso la autora se adentra en la pobreza extrema de esa región, mostrando la otra cara de la moneda, la que está repleta de exclusión, resistencia y lucha.
Reconozco que las autoras latinoamericanas me tienen súper enganchadas, por esa mirada sensible y por la fuerza con que escriben y denuncian.
Me alegra saber que quieres seguir leyendo a la autora ;)
Un abrazo.
No conozco nada de Sudamérica, pero si fuera (cuando vaya, espero), lo último que me interesaría visitar son los complejos turísticos. Y tengo ganas, pero vino la pandemia, luego nos encontramos con los padres mayores y que no permiten desplazamientos largos ni lejanos y entre una cosa y otra, cada vez viajamos menos y a lugares de España principalmente.
EliminarLa verdad es que la novela es fantástica y muestra un mundo que desde aquí resulta muy extraño, no por la pobreza y la exclusión que aquí también tenemos (aunque sea de otro tipo y en menor cantidad) sino por ese clima y esos paisajes tan distintos a los nuestros, tan hostiles y a la vez tan cautivadores.
Los abismos es totalmente distinta, pero te la recomiendo si no la has leído. Y sí, es cierto que hay una buen montón se autoras latinoamericanas que escriben muy buenas novelas que muestran una realidad que no puede estar silenciada.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Una novela muy de actualidad por el tema de la soledad y la humanización de las mascotas. No hace mucho leí que ya hay más perros y gatos que niños en nuestros hogares y enfrente de mí hay una pareja joven que se llaman papi y mami cariñosamente, pensé que era porque tenían un bebé, pero no era un perro. La novela quizá me pilla un tanto lejana a mis lecturas actuales, si bien, la imagino que toma la relación con la perra como punto de partida para abordar temas como la maternidad o relaciones paternofiliares. Un abrazo!!
ResponderEliminarSí, La perra nos muestra cómo la relación de Damaris con el cachorro no es más que una forma de llenar sus huecos: el abandono del padre; el abandono involuntario, pero también abandono, de la madre; la pérdida del amigo en la infancia; la desafección con el marido y, finalmente y lo principal, la falta de esos hijos tan deseados.
EliminarUn beso.
Hay parejas que, cuando los hijos se van del hogar, sienten lo que se conoce como el nido vacío, y entonces muchas lo llenan con un animal de compañía, al que adoptan como si fuera un hijo más y lo quieren y cuidan como un miembro más de la familia. En este caso, la protagonista no tiene hijos, aunque los echa en falta, y la perrita viene llenar ese vacío.
ResponderEliminarMe ha gustado todo ese paralelismo entre la vida personal, actual y pasada, de la protagonista y su nueva vida en compañía de su querida perra, así como la similitud de sentimientos entre la ausencia de un hijo cuando crece y se va de casa y la del animal que decide marcharse inesperadamente. Dos dolores distintos pero parecidos en alguien que se siente sola.
Un beso.
Querer sustituir a un hijo por un perro o un gato o cualquier otro animal, es un error de salida. Primero porque nada puede sustituir a un hijo y luego porque se corre el peligro de tratar al animal de manera indebida. Nosotros tenemos un gato que llegó a casa cinco años después de irse nuestro hijo y de manera casual. También tuvimos gatos mientras el hijo estaba en casa. Yo he tenido gatos en muchas ocasiones porque me gustan mucho. Cuando veo el trato que mucha gente da a las mascotas y las servidumbres que les crean a los pobres animales que tienen que sustituir a los hijos sin saber cómo se hace y sin pretenderlo, me parece muy injusto para el animal. Y algo de eso hay en esta novela.
EliminarUn beso.
Cuando los deseos de maternidad no se cumplen pueden originar reacciones muy diversas y el hueco que deja quien no termina de llegar hay que llenarlo con otras cosas, en este caso una perra.
ResponderEliminarParece un tema interesante, me la apunto para dejarla en la reserva, ahora mismo, no sé muy bien por qué, me atraen las historias más largas y me apetece sumergirme en argumentos que perduren más. Cosas mías.
Gracias por presentarme un libro del que no tenía ni idea.
Un besote.
Yo alterno lecturas largas con otras cortas de manera casual. Acabo de leer un libro de más de mil páginas y en medio, he leído éste y varios más, unos más cortos y otros más largos. la verdad es que lo que busco ahora es que me enganchen las historias y por lo demás, la extensión me da igual.
EliminarEsta novela se lee muy rápido y resulta muy agradable de leer. Las autoras latinoamericanas están últimamente muy bien representadas y escriben historias muy buenas.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarmira que bien te ha venido esta autora para el reto... Ya sabes que esta autora colombiana, Pilar Quintana, es una de mis autoras preferidas y ya leí también ambas novelas suyas. No sé cual de ellas me gustó mas, no sabría elegir si tuviera que hacerlo y sé que cualquier novela que saque nueva la leeré
Me ha encantado todo lo que dices en tu reseña, esa similitud que has ideado sobre la relación padres-hijos y de Damaris con su perrita cuando empieza a volar sola, a seguir sus instintos perrunos. Y genial esa frase tuya de que Rogelio y Damaris han hecho todo lo humano, lo divino y lo mítico para poder tener hijos y que ahora ya ni lo humano hacen, porque duermen en cuartos separados.
Los animales, los perros en particular vienen a llevar muchos vacíos emocionales entre los humanos, hay gente que no lo entiende, yo sí
Me encanta que la hayas disfrutado, que hayas vuelto a disfrutar la prosa de Pilar Quintana
Un beso.
La verdad es que me ha venido muy bien para el reto, aunque creo que el reto es el que me ha venido muy bien para volver sobre la autora que, entre tanto como va viniendo, se había quedado un poco relegada. Fue fantástico leer Los abismos y ha sido fantástico leer La perra. tengo apuntadas otras dos cosas de la autora, pero son relatos y me apetecen menos.
EliminarLo que me ha transmitido la novela es que Damaris quiere que la perra sustituya todas las pérdidas de su vida y a los hijos que no ha perdido porque no ha llegado a tenerlos. Me ha conmovido Damaris, me ha conmovido la perrita y hasta me ha conmovido Rogelio, que se ve que quiere a su mujer, pero no sabe cómo llegarle. Y me ha conmovido la maravillosa prosa con la que nos describe el clima, el paisaje y los sentimientos. Un gran novela que os debo a ti y a Lorena.
Un beso.
Hola, Rosa, qué maravillosa reseña. Siempre me encanta leerte, pero esta vez son las palabras las que me han atrapado y me han metido de lleno en la historia. No he leído nada de esta autora, pero para tenerla en cuenta. Los sentimientos a flor de piel, la ternura..., la vida. Cómo llena Damaris el vacío de la maternidad con la perrita y luego, crece y la naturaleza la lleva por otros derroteros. Qué bien contada la decepción de Damaris, como si de un hijo se tratara.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Me alegro de que te haya gustado la reseña. Es un libro tan emotivo que ayuda a escribir algo emotivo sobre él. Como digo en la entrada, hay muchos sentimientos en él, buenos y malos y luego, un paisaje y un clima crueles, pero muy atrayentes para los que estamos sometidos a climas y paisajes tan diferentes. Se trata de una novela y una autora muy recomendables.
EliminarUn beso.
A mí también me gustó mucho Los Abismos. Esta novela nueva pinta que sigue el mismo camino. Así que me apunto para cuando me apetezcan estas novelas de sentir, que es casi siempre. Lo que menos me llama es el perro, que los animales y yo no nos llevamos bien. Pero entiendo la relación que tienen las personas que sí conectan con ellos.
ResponderEliminarBesos
En realidad esta novela es anterior a Los abismos y es muy distinta, pero tiene la misma magia en forma y en contenido con la que ya disfrutamos en aquella otra. Te pasa lo mismo que a mí con los perros como personajes, pero en esta novela, la perra, aunque tiene mucha importancia, no deja de ser una mascota de Damaris y lo que se nos narra son los sentimientos de Damaris respecto a la perra. la perra es muy importante para Damaris, pero la protagonista indiscutible es la mujer y todo se ve desde su prisma. Te gustará.
EliminarUn beso.
A mi también me gustó mucho esta novela, la historia, el paisaje, los personajes. Todo está muy bien integrado e hilado con el tema central de la maternidad. Tengo pendiente volver a leer a esta autora. Besos.
ResponderEliminarPues no dejes de leer Los abismos. Es una historia muy distinta a esta, más urbana, pero igual de interesante e igual de bien escrita. No te arrepentirás.
EliminarUn beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarDe tus palabras deduzco que esta novela desprende una calidez muy especial, que la obra no sólamente cuenta una historia. Me llevo La perra a mi listado personal, y ya de paso anoto también Los Abismos, porque veo que ha gustado mucho entre los lectores.
Un abrazo, y feliz comienzo de semana!!
Buenos días, Undine.
EliminarCuenta una historia, pero que se puede interpretar como una metáfora. Tampoco es necesario. la historia en sí, sin más interpretaciones es preciosa, transmite mucho y está muy bien escrita y ambientada. Sea como sea, con interpretación o sin ella, se disfruta mucho.
Un beso y feliz semana para ti también.
"Cuando no tienes a nadie, nadie te va a decepcionar"... Cierta esta frase, pero qué triste... Tampoco nadie te va a sorprender... Me has dejado con ganas de saber más de esta historia, de esta relación de la protagonista con su perra, de saber más de ella.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí, es muy triste porque supone vivir en soledad, que no es lo mismo que vivir solo. Efectivamente, nadie te va a decepcionar, pero tampoco nadie te va a dar alegrías o sorpresas como dices. Anímate. es un libro corto, se lee rápido y se disfruta. No es para quedarse con las ganas.
EliminarUn beso.