Cuidado con lo que odias
Yo tuve una
buena vida. Un trabajo con un gran sueldo, una casa espectacular con todas las
comodidades, una mesa adornada con los mejores manjares y regada con los
mejores vinos, vacaciones de lujo… Por si fuera poco, mi salud era envidiable y
me permitía todos los excesos sin pasar factura.
Pero desde
hace diez años todo eso se vino abajo. Perdí mi trabajo, consumí mis ahorros,
mi mesa fue perdiendo brillo y suculencia y me echaron de mi casa por no poder
pagar la hipoteca tan espectacular como el propio piso.
Pero, con
todo, no fue eso lo peor. Lo peor es que desde que todo se derrumbó, sufro de autoagresiones
involuntarias. Me lanzo de cabeza contra los vidrios de puertas y ventanas
(tengo la cara llena de cicatrices), me pongo delante de los coches y provoco
accidentes entre los que tratan de evitarme. Hace dos meses me tiré al río
desde el puente peatonal. Menos mal que el caudal amortiguó la caída y unos
trabajadores municipales me sacaron del agua.
Intento
evitarlo, pero no lo consigo. No son deseos de suicidarme. Es una pulsión
irresistible. Como si yo fuera alguien ajeno a mí mismo a quien odio.
Hoy el
psiquiatra de la Seguridad Social me ha dado el diagnóstico. Dice que padezco aporofobia. No he
entendido nada, pero él se ha apresurado a sacarme de mi confusión. La
aporofobia es odio a los pobres, a la miseria. Ahora sí, creo que optaré por el suicidio.
248 palabras
Yo pensaba que la aporofobia era hacia los demás. Pero bien podría ser también hacia uno mismo. Tu relato así me la hace ver.
ResponderEliminarBuen microrrelato, Rosa.
Un beso
Muy buen relato, Rosa
EliminarEs una dura realidad. Siempre supimos que esto no era el ParaÍso. Y la idea de pobreza se fundió con la de culpa: pereza, suciedad, corrupción.
Desesperación.
Sí, Juan Carlos, la aporofobia se siente hacia la miseria ajena, pero así me da más juego para el relato. Me he sacado la espinita y lo he hecho víctima de sus propias limitaciones.
EliminarUn beso.
Beba, los paraísos no existen. En todo caso son paraísos perdidos.
EliminarLa pobreza causa culpa en los que la contemplan y tal vez la aporofobia tenga un componente de culpa.
Padecerla hacia uno mismo, es una justa venganza de las circunstancias.
Un beso.
Hola, Rosa, Ya es desgracia odiar a los pobres como determina la aporofobia, pero que le pase a un mismo es doble castigo. Debería este individuo haber dosificado el gasto y no derrochar la fortuna, así que lo tiene jodido. Me temo que de esta no sale porque es fácil caer pero difícil levantarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es desgracia y hasta un pecado si tal cosa existe. Por eso he querido hacer pagar a mi personaje un precio por so odio a los pobres. Igual he sido muy mala y no deja de ser una enfermedad incontrolable.
EliminarUn beso.
¡Hola! Muy buen relato, me dio un poco de lástima el protagonista jeje
ResponderEliminarUn saudote.
Igual he sido muy dura con él y el pobrecito no podía evitar su fobia, aunque es de esas fobias que no me parecen muy serias.
EliminarUn beso.
Cierto que es una fobia autodestructiva; sobre todo si el personaje se mira al espejo. La realidad es que con tanta crisis y paro debe de estar extendida más de lo conveniente; Pero serán los ricos y acaudalados los que la sufran en todo su rigor, cada vez que se relacionen con el común de los mortales.
ResponderEliminarUn beso, alegrándome por tu participación.
Sí, la crisis ha mandado a los márgenes de la sociedad a mucha gente que vivía de forma normal e incluso con mucho desahogo. Para los que anteriormente despreciaban a los pobres ha tenido que ser más traumático, si cabe, verse en la piel de los sujetos a los que se veía inferiores.
EliminarUn beso.
Buena historia, la pobreza siempre es mala y algunos no pueden soportar el simple hecho de pensar en ella.
ResponderEliminarUn saludo.
Y en ese sentido, les viene bien un poco de ponerse en la piel, o que la vida les ponga, de aquellosa los que no podían soportar.
EliminarUn beso.
Mira no conocía esa Fobia.
ResponderEliminarEl relato esta muy bien Rosa. Espero que tengas suerte.
Besos.
Yo tampoco conocía esta fobia. Me encontré con ella en una novela que estaba leyendo y y me vino todo el relato de golpe a la cabeza.
EliminarUn beso.
¡Oh! ¡Qué bueno, Rosa! Y qué bueno ese final. Imposible verlo venir. Casi justicia poética... Me ha encantado. Muy original y muy bien escrito. Felicidades.
ResponderEliminarJusticia poética es, justamente, lo que quise hacer con el relato. Y así como a veces el final me sorprende a mí misma, esta vez sabía desde el principio cómo iba a terminar.
EliminarUn beso.
Excelente relato, has cumplido perfecto con el reto. Saludos...
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, un relato concientizador, que hace reflexionar al lector sobre la forma en que actuamos respecto a las situaciones de los demás, aunque muchos adinerados se llevan bien con los marginados y los menos holgados, una gran mayoría de ellos, los mira como bichos raros o leprosos.
ResponderEliminarBuen micro, en el que dejas ver que todo en la vida es transitorio, nada dura para siempre, hoy podemos estar arriba, pero mañana podemos caer más bajo que los que desde nuestra altura despreciamos.
Que bueno que te cargaras al protagonista, por pesado y engreído, ja, ja.
Que pase una semana agradable.
Nunca se sabe donde puede acabar uno y la crisis ha demostrado que casi cualquiera puede tener que enfrentarse a lo que nunca hubiera pensado. Y digo casi porque hay muchos que son inamovibles. Siempre van a estar arriba y las crisis los ponen más arriba aún.
EliminarMi pobre personaje es de los que aún pueden caer a ese nivel que antes despreciaban.
Un beso.
Una vez más me sorprendo, esa fobia no la había leído. Impresionante, por un rato nos has metido en la piel de alguien que padece está fobia tan horrible. Me haces imaginar cómo sería ir por la calle y por ejemplo que alguien te pida dinero. Muy buen relato , un abrazo.
ResponderEliminarTuvo que ser terrible para el personaje verse en la piel de alguien a quien desprecia. No le está mal empleado para que aprenda que nadie es pobre por gusto.
EliminarUn beso.
Siempre he pensado que debe ser más fácil pasar de pobre a rico que lo contrario aunque muchos también han tenido dificultades. Las fobias que a veces nos tomamos todos un poco a risa deben ser terroríficas y cuando entran en el terreno patológico incluso peligrosas.
ResponderEliminarBuen aporte al reto, Rosa.
Besos.
Siempre es más llevadero ir de lo malo a lo bueno que al revés, aunque, como dices, a muchos el hacerse ricos les ha destrozado la vida. Igual es que la riqueza no es algo bueno en sí mismo si no va acompañada de otras cosas. Siempre he dicho que no hay nada peor que tener dinero y no tener cabeza para saber usarlo.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Pues fíjate que estaba esperando que alguien se fijara en esta fobia que cuando la leí me pareció muy jugosa a nivel literario, y que tú has demostrado que así es. Además, es una fobia que creo que todos compartimos de un modo u otro. Nada produce más rechazo que la miseria y la podredumbre. Y ya no digamos quien estuvo acostumbrado a vivir en el lujo.
ResponderEliminarEn mi opinión, el mayor lujo que nos puede dar el dinero es el tiempo y la libertad para usarlo. Un micro fantástico que, además, nos sirve para reflexionar sobre lo azarosa que es la vida. Un abrazo!
Después de publicar el micro he caído en la cuenta de que, si realmente la aporofobia es una fobia de diagnóstico y tratamiento, he frivolizado un poco con el trastorno. Pero bueno, para eso es, en parte, la literatura para frivolizar un poco sobre las cosas serias. A esa "fobia" que todos compartimos (y que no precisa tratamiento médico es a la que yo me refiero en el relato.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo: desde que he dejado de trabajar, he dejado de desear que me toque la lotería. Tan solo lo deseaba para dejar el trabajo y poder disponer de tiempo. Ahora que ya lo tengo en abundancia (nunca tanto como quisiera, pero ya no puedo comprar más) no necesito riquezas.
Un beso.
Hola, Rosa. Como dice David es una fobia que en mayor o menor medida es común y curiosamente no hacemos mucho por remediarla. Has puesto el dedo en una llaga que tendríamos que tener curada hace tiempo. Saludos 🖐
ResponderEliminarQué razón tienes. Esa tara la tendríamos que haber superado hace mucho, pero como nadie escarmienta en cabeza ajena, a nadie se le ocurre que pueda llegar a caer en lo que ahora ve lejano y despreciable. No tenemos remedio.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarQué buena historia, con un final estupendo.
No conocía la fobia, qué cosas hay en la vida, jejejeje.
Mucha suerte y feliz tarde.
Hay fobias para repartir una a cada habitante del mundo. En fobias.net hay para aburrir, pero esta no debe de ser muy rara, por aquí ya la conocían algunos de los que han comentado. Yo la descubrí en un libro que leí recientemente.
EliminarUn beso.
Interesante el micro, tengo la sensación de que cada vez hay más fobias .
ResponderEliminarEn este caso estaría bien que tu protagonista la superara ayudando a aquellos a los que tiene fobia, un poco de efecto contrario igual lo ayudaría.
Mucha suerte con el reto.
Besotes
Seguro que le gustaría estar en condiciones de ayudar, pero ahora es él el que necesita la ayuda y a lo mejor la consigue aunque él nunca estuvo dispuesto a concederla.
EliminarYo no tenía ni idea de las fobias que hay, algunas de nombre impronunciable. En el reto también valían inventadas, que es lo que pensé hacer, aunque me encontré con esta y me vino el relato solo.
Un beso.
Hola Rosa. Categórico el micro. Desconocía lo que era la aperofobia, y hace unos cuantos días, terminando de leer "La buena Suerte", y leyendo el pasaje de la subsodicha fobia, me dije: ¡anda!, mira de donde sacó la compañera Rosa la inspiración!
ResponderEliminarDado el declive en picado de tu protagonista, no me extraña su opción final, salvo que le toque la loto o el euromillón.
Un cariñoso beso, Rosa.
Pues curiosamente no fue de La buena suerte, porque lo terminé antes de que David publicara la convocatoria, pero sí que lo saqué de un libro que leí unos días después, Lo que te persigue, una novela muy interesante de un autor, Óscar Montoya, que recomiendo encarecidamente. Ya sabes, esas cosas de las que nunca has oído hablar y de pronto, las encuentras en varios sitios.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Vaya fobia más asocial y poco enfática esta aporofobia. Siento pena por tu personaje. Mucha pena.
ResponderEliminarUn relato muy bien llevado y escrito. Te doy la enhorabuena.
Un saludo.
Muchas gracias, Bruno. A mí también me da pena mi personaje, pero debería haber sabido ponerse en la piel ajena, antes de que fuera la vida la que le pusiera.
EliminarNunca se sabe lo que nos espera.
Un beso.
Un relato en las antípodas del dicho ese de cuidado con lo que deseas, aunque tal vez no tan alejado como pareciera. Nunca se sabe lo que nos deparará la vida y en muchos casos suele costar meterse en zapatos ajenos. Así que tan peligroso puede ser pensar que todo es maravilloso para los que están en mejor situación que nosotros como despreciar a aquellos otros que están en peor.
ResponderEliminarA tu protagonista le ha tocado tragar de su propia medicina.
Besos
Hay que tener cuidado con lo que se desea y con lo que se odia. Como dices, no deja de ser la misma cosa.
EliminarNi hay que envidiar a los que están mejor (a veces más que estarlo, lo parecen) ni despreciar a los que están peor..
Quería poner al personaje en su sitio y sacarme la espinita de los ricos clasistas, aunque creo que todos lo somos en cierta medida.
Un beso.
Santo Dios, de todas las fobias esta es grave si uno mismo esta en malas condiciones economicas y creo mas de una persona en el mundo la padece sin saberlo
ResponderEliminarBuen relato porque nos mantuvo en suspenso hasta que vimos que tipo de fobia estaba en juego
Sí, una fobia capaz de hacer que uno se odie a sí mismo, es lo peor que puede ocurrir.
EliminarTodos miramos con cierta prevención y desconfianza a los que menos tienen. No deberíamos, pero al menos, debemos mantenernos fuera del desprecio.
Un beso.
No sabia de la existencia de esta fobia, no se si es un mal de la vida moderna o existió siempre. Pero que triste. Estupendo relato. Besos.
ResponderEliminarYo tampoco la conocía hasta que me la encontré en una novela que leía y me pareció muy buena para un relato de justicia poética. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. No sabía que se podía tener una fobia tan extraña. Puede que todos tengamos miedo de perder algo, nuestras pertenencias también, pero de ahí a eso, a tener miedo de uno mismo, jajaj. Muy interesante e ingenioso, Rosa. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo!
En realidad he retorcido la fobia hasta volverla contra el que la padece. Si tienes fobia a la pobreza y los pobres, procura no caer en esa pobreza o te odiarás a ti mismo. Imagino que eso no es posible en la realidad, pero en literatura cabe todo.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Me parece un a buenísima aaportación al reto. Si padezco una fobia y de pronto cumplo con todo a lo que odio. ¿me tendré fobia a mímisma?
ResponderEliminarCierto que se puede leer desde la frivilidad, con ese toque de humor o desde la concienciación. De cualquier forma, me ha gustado mucho.
Saludos
Muchas gracias. Lo de tenerse fobia a uno mismo sería como una enfermedad auto inmune en que las defensas atacan al propio organismo. Sería algo terrible que espero que no le pase a nadie salvo en literatura. Afortunadamente, en esta cabe todo y nos da mucho juego para vengarnos, hacer justicia, etc.
EliminarUn beso
Hola, Rosa! Qué triste situación. Y si odia la pobreza debe ser un pobre hombre.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues sí, un pobre hombre que encima, se convierte en un hombre pobre que odia lo que él ha terminado representando. Justicia poética de la que debería haber más en la realidad.
EliminarUn beso.
Buen microrreto, por cuanto llama a la reflexión de como la miseria es solo un estado mental. Me encantó tu narrativa, hasta con un poco de sátira. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarQuería llamar la atención sobre cómo cambian las cosas cuando en la piel de los demás, sobre todo de los que consideramos inferiores (por la causa que sea), los que estamos somos nosotros mismos.
EliminarUn beso desde Santander.
Hola Rosa!! Te ha quedado estupendo el microrrelato. Aunque la aporofobia es un término que nos suena muy nuevo, para mí que ese rechazo a los pobres no es cosa de ahora, por triste que sea que eso pueda existir. ¡Genial iniciativa y texto! Besos!!
ResponderEliminarEl rechazo a los pobres va con la naturaleza humana... de quienes no lo son. De ahí a constituir una fobia diagnosticada imagino que hay una distancia apreciable. No obstante con el relato quería vengarme de los que desprecian a los demás por su situación en el mapa de esta sociedad.
EliminarUn beso.
Pues sí que es mala suerte padecer una fobia/odio a algo que tú eres mismamente. Así le va a tu prota, claro.
ResponderEliminarGenial aportación al reto. Enhorabuna.
Un beso.
Le está bien empleado por tener fobias inadecuadas. Espero que no me lea alguien que la padezca de verdad, aunque sospecho que es una fobia que solo afecta a los que nada tienen que ver con la pobreza. Vamos que más que fobia es una actitud ante la vida.
EliminarUn beso.
¿Pues que más le podía pasar? un caso grave de ser lo que mas odia. Terrible situación la verdad. Excelente relato. Saludos.
ResponderEliminarCreo que no es muy común lo de la autofobia. Desde luego, Fobias.net no la recoge. Aunque otras fobias, como esta aporofobia, pueden hacer el papel si se dan las circunstancias como en este caso.
EliminarUn abrazo.
Hola Rosa. El pobre hombre ha probado de su propia medicina, seguramente siempre pensó que eso de ser pobre era cosa de otros, hasta que le tocó vivirlo en carne propia. Buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jorge. Es justo lo que quería, darle al personaje de su propia medicina y que se dé cuenta de que nadie está libre de verse en cualquier situación. Justicia poética.
EliminarUn beso.
Jajajajaja 😁 Hola Rosa, no sabía de la existencia de esa fobia, pero sin llegar a los extremos de tu personaje, creo que yo comienzo a parecerla. No me gusta "estar sin blanca" Un abrazo 🐾
ResponderEliminarEn ese sentido, creo que todos la padecemos un poco, pero de ahí a autoagredirnos está la diferencia entre estar cuerdo y un poco perjudicado ja, ja.
EliminarUn beso.
Pues además de fobia parece un castigo divino. Buen relato, Rosa, me ha gustado tu micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si divino, pero es un castigo de autora a personaje. me he sacado la espinita y he puesto en su sitio a este hombre tan autocomplaciente.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Hola Rosa, me ha encantado el micro. Todo el relato y ese final tan drástico me han gustado. Tenerse fobia a uno mismo a lo que uno representa es para suicidarse como mínimo, no queda otra salida.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad es que no se me ocurre nada peor que tener que convivir continuamente con el objeto de la propia fobia y eso es lo que le pasa a este hombre. Desde luego es para terminar con todo.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.