"El sueño del árbol" Sara Mañero
«Era importante que las yemas de los dedos recordasen cada pequeño detalle porque, después, ya sin la capa exterior, la madera seguía mostrando aquellos rasgos más íntimos que determinarían que pudiese convertirse en un bello objeto o quizá, tan solo, en algo útil. [...] Observaban si las virutas se rizaban o si se mantenían firmes, si rompía en astillas largas o cortas, fibrosas o porosas, o si, por el contrario, rompía a tronco. Y cuando llegaban al corazón de la madera, Gumad-ang suplicaba a la materia inerte que mostrase su imagen secreta, el objeto que escondía su sueño de árbol, de puno.
Después, solo era ya cuestión de paciencia. Antes o después iba surgiendo la forma, apareciendo la figura que había ido evolucionando a lo largo del proceso. Arnaldo se asombraba al ver cómo lo que iba a ser un caballo se convertía en un pájaro, cómo lo que deseaba que fuese un jarro se quedaba en un cuenco».
Solo respetando el sueño de cada árbol se conseguían los mejores objetos, las piezas más bellas. Pero antes de que Arnaldo pudiera conocer a Gumad-ang y su familia, han pasado otras cosas. Arnaldo se acerca a los doce años en su aldea de Galicia cuando su padre le propone entrar en un convento aprovechando su buena disposición para el estudio. Al tener un hermano mayor no le corresponden las tierras de la familia y de algún modo tendrá que resolverse el porvenir. Pero Arnaldo no está dispuesto a emprender la carrera eclesiástica. Él sueña con recorrer mundo, con ver otros países más exóticos y situados al otro lado del mar. Cuba se le presenta como el lugar más apetecible, pero antes deberá pasar por Madrid y trabajar para poder pagarse el pasaje.
A Madrid llega bajo la protección de su tío Ismael, fraile dominico, y se aloja temporalmente en un convento de monjas de la capital. Allí cambia su idea de viajar a Cuba por la de visitar las Filipinas de cuya existencia se entera por las cartas que la hermana Soledad recibe de su propia hermana, misionera en las islas, y a las que su tío le ha animado a acompañarle.
«Con la ilusión del posible viaje, aprovechaba cualquier momento para que le hablase de las islas, [...] De lejos le llegaban historias de indios, de tifones e intensas lluvias de verano, de bosques exuberantes que se extendían por las lomas de las colinas hasta juntarse casi con el inmenso mar color esmeralda, de plantaciones de tabaco y arrozales, de desconocidas frutas y extrañas comidas como el halo-halo, en la que mezclaban frutas con judías dulces, de los apreciados cocos repletos de agua,...de tantas cosas desconocidas y sorprendentes que su deseo de emprender la aventura crecía por momentos».
Arnaldo pudo cumplir su sueño de conocer el mundo al otro lado del océano en septiembre de 1896. La situación en las islas no era muy estable. Desde hace años los nativos están revueltos y las cosas no van a mejorar a pesar de los refuerzos del ejército enviados desde la península. La situación aún se mantendrá un tiempo. Las revueltas amenazan desde hace varios años y parece que pudiera mantenerse la situación indefinidamente, pero como ya sabemos, las cosas estallaron en 1898, el año del Desastre en que todo se vino abajo y España perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Pero entre tanto, Arnaldo vive feliz en Filipinas, conoce a Gumad-ang y sus hijos, Saquiod y Mandi, y siente que una nueva familia ha venido a sustituir a la que dejó en Galicia. La tranquilidad terminará para todos ellos con las revueltas que irán dejando las islas en manos de los nativos, o más bien de los estadounidenses que de ser sus aliados en la lucha contra España pasarán a ser otros amos más temibles aún. Los amigos se verán separados y vueltos a unir. La guerra los golpeará de distinta manera y cuatro años después de llegar, Arnaldo volverá a España. Cuando vuelve es 1900, apenas ha dejado de ser un niño que salió de su aldea cuatro años antes, pero ya acumula más vivencias y más madurez de la que muchos alcanzan en toda una vida. Los lazos con las islas y con la familia de Gumad-ang seguirán muy presentes. Aún viajará varias veces a Filipinas, siempre por negocios, incluso alguna vez fue con intención de quedarse, pero la decepción de lo inesperado rompió su ilusión y le hizo regresar.
La historia de Arnaldo la iremos conociendo desde su presente y desde su futuro. Con los capítulos de la vida de Arnaldo se intercalan otros ambientados en Madrid en 2011. En esa fecha conocemos a Gustavo, a Abra y a Jaime. Abra es una muchacha filipina que estudia en España y aprovecha para cumplir una promesa que le hizo a su bisabuela Amiham «Que vendría a Madrid a buscar a alguien. A un amigo de la familia que vivió en Filipinas cuando las islas eran españolas y con quien siguieron en contacto a lo largo de los años. De hecho, gracias a los negocios que les proporcionó, mi familia ha estado siempre muy bien situada. No creas que todos los filipinos pueden venir a España a estudiar un postgrado». Y desde 2011, de la mano de los tres amigos, la historia, contada esta vez en primera persona por Gustavo, irá saliendo a la luz completando la que desde el pasado (el presente de Arnaldo) nos es contada en tercera persona.
Sara Mañero |
De nuevo en El sueño del árbol, Sara Mañero me atrapa con su prosa, una prosa atemporal pues la forma se adapta al contenido y, sin dejar de ser dinámica y muy actual, se ciñe a lo que cuenta y bien podría haber sido escrita a finales del siglo XIX. Las novelas de Sara Mañero son para ser degustadas con calma, leídas sin prisa, y sin embargo lo interesante de la trama y el ritmo con que está narrada la historia nos impulsan a seguir y cuesta soltar el libro de las manos.
Tanto en los detalles más sencillos de la vida cotidiana (el recorrido de los viajes, sean en tren o en barco; la descripción de las ciudades en el XIX, sea Madrid o Manila) como los detalles más precisos de las revueltas y la guerra en Filipinas, todo se nos cuenta con minuciosidad, pero sin que nada sobre; con un interés y un rigor que pareciera que se estuviera ante un tratado de la época. Y es que la autora, como en sus anteriores novelas, muestra una labor de documentación tan rigurosa y detallista que suele ser raro encontrar en la literatura actual. Leer a Sara Mañero es adentrarse en historias interesantes que parece que nos estuvieran siendo contadas a la vez que suceden, con personajes inolvidables detallados hasta la más mínima línea de su perfil. Y lo mejor de todo, contra lo que pudiera parecer, son enormemente entretenidas.
Sara Mañero acaba de publicar El rodar de un agua interminable, que espero leer pronto. Mientras tanto os dejo aquí las otras novelas de la autora que he leído con enlace a la reseña:
Título del libro: El sueño del árbol
Autora: Sara Mañero
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Verbum
Año de publicación: 2015
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 356
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarOye, pues que buena pinta.
Esa ambientación en Filipinas me fascina, con todo el contexto histórico que veo que la autora te presenta muy bien y de con mucha información, sin resultar cansino. Además, me gusta que también se centre en los detalles, en lo cotidiano, y que sea capaz de aunar las dos cosas en esta novela ^^
¡besotes!
Sara Mañero es una autora sumamente minuciosa en sus narraciones y que consigue compaginar esa minuciosidad con una prosa ágil y unas historias que atrapan desde el principio. Creo que es una autora muy recomendable.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Pues me ha gustado mucho lo que cuentas sobre esta novela, tiene un aire clásico que la hace muy atractiva. Me gusta mucho también la época en que se enmarca, la forma de contar tan cuidadosa que comentas y los fragmentos que destacas. Qué bonito el título también, por cierto. La apunto porque tengo a esta autora pendiente y quizá empiece por ella. Un beso.
ResponderEliminarLas novelas de Sara Mañero están ambientadas en muy distintas épocas y todas ellas tienen un aire clásico porque las escribe con una prosa adecuada al momento que narra. Escribe muy bien y al labor de documentación es enorme. Te la recomiendo.
EliminarUn beso.
Yo siempre he creído que los árboles tienen alma, que piensan, sienten y sobre todo ven. Ven todo lo que pasa, recuerdan todo lo que ha pasado y saben lo que pasará...me viene desde pequeña y puede que de ahí me nazca mi gran pasión que es fotografiar árboles, incluso secos o rotos, torcidos y caídos, me apasionan.
ResponderEliminarY ahora que te he dado la chapa decirte que me has dejado completamente obnubilada con el libro y con tu reseña. Con lo que me gustó Sara Mañero en "Del sol llegaron sombras" ¿Porqué no he seguido leyéndola? No soy muy dada a este tipo de historias, ya no sé si decir el género, pero es que la pluma de la autora es tan elegante, tan discreta y tan excelsa que podría contarnos las noticias y dejarnos embelesados.
Repetiré con ella sin duda y puede que lo haga con esta novela.
Estupendísima reseña, Rosa.
Besos 💋💋💋
Del Sol llegaron sombras es una novela fantástica. Con ese lenguaje que nos lleva al tiempo de los descubrimientos. Allí verías la investigación ingente que había detrás de la novela y esa es una de las características de Sara Mañero. Sea la época que sea la que traslada a sus novelas parece que lo sabe todo de ella y, desde luego si no todo, sí que controla muchísimo. Te animo a que sigas leyendo sus novelas. Yo he tardado mucho en leer esta porque, como le confesé a Sara, desde que vi la peli Los últimos de Filipinas, la antigua, me daba mal rollo la época y todo lo relativo a esa guerra. Pero tenía ella razón, nada que ver con aquella película. Debí leer El sueño del árbol mucho antes.
EliminarUn beso.
¿Te imaginas? Tener alma viajera y que te propongan vivir encerrado en un convento, qué amargura. Me gusta mucho lo que cuentas sobre todo porque parece que la autora ha sabido ver a través de los ojos del personaje y trasladar al lector. Me convence un poco menos esa parte en el presente, es un recurso muy típico al que no le veo la gracia. Pero bueno, es una manía. Me apunto a esta aventura.
ResponderEliminarBesos
Sí, menos mal que la familia era muy comprensiva y no trató de obligarle y el tío Ismael le puso en bandeja la consecución de su sueño. A mí sí que me gusta que se mezclen en las novelas distintos tiempos, de todas formas, lo que ocupa el presente en esta novela es muy poco.
EliminarOjalá te guste si finalmente te animas.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarViajar, conocer otros países, culturas, gentes, nos hace madurar, crecer interiormente y sobre todo nos enriquece. Ese niño que se fue, nunca podría volver a ser el de antes, y los caminos que se amplían, crean vínculos con otras personas que de alguna manera siempre formaran parte de nuestra vida. Estupenda reseña, apetece muchísimo leer el libro. Me lo apunto.
Un beso.
Es cierto. Viajar nos agranda el horizonte mental, sobre todo si lo hacemos con la mente abierta porque hay gente que parece que viaja para comprobar que como lo de su país o su ciudad o su barrio, no hay nada. Ojalá te guste el libro, aunque creo que no podría ser de otra manera.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa:
ResponderEliminarQué espíritu tan bonito destila este libro, me ha parecido muy singular. No he leído nada de Sara Mañero, pero lo que cuentas sobre este libro, y el apego que muestras sobre su narrativa, me inducen a leerla. Apunto el libro de hoy para el verano, el momento del año que más contacto tengo con los árboles.
Un abrazo y gracias por otra estupenda propuesta!!
Hola, Rosa. Muchas gracias por tu reseña. ¡Qué alegría me ha dado que te haya gustado la novela! Yo siento un especial cariño por Arnaldo, como quizá te haya comentado alguna vez. Me gustó tanto viajar a Filipinas, recorrer ese espacio y ese tiempo, que creo que la narración se enriqueció hasta el punto de convencer a más de uno de mis vínculos personales con las islas, en donde, no obstante, nunca he estado más que en mi imaginación. Quizá por eso se lea tanto en universidades de USA, como relato real de su pasado. Yo, cuando contemplo la pequeña bandeja filipina que heredé de mi abuela , origen final de la novela, siempre recuerdo los meses placenteros de su escritura. Y me satisface enormemente saber que algún lector, hoy tú, ha compartido esos momentos tan gratos. ¡Gracias de nuevo!
EliminarHay muchos árboles en este libro, Mar. Hay párrafos preciosos dedicados a los árboles y a la madera de cada uno. Si me dejo llevar, copio media novela en la reseña. Sara Mañero es una autora a la que he ido siguiendo con cada novela. Esta se me había quedado un poco rezagada porque al tema de Filipinas le tengo un poco de manía desde que vi en la infancia Los últimos de Filipinas, una película que me pareció un tostón infumable. Pero sabía que tenía que leerla y nada que ver con la peli. La novela me ha encantado. Si te animas con ella, ya nos contarás.
EliminarUn beso.
Hola Sara. Muchas gracias por pasarte. Pocos autores lo hacen cuando se publican reseñas de sus novelas. Tampoco se lo reprocho. Entiendo que no puedan leer todas las que se publican, y leer una sí y otras no no queda bien.
EliminarMe ha encantado la novela. Arnaldo es un personaje entrañable al que vemos crecer y madurar. Cuando vuelve a España en 1900 aún no tendrá ni dieciséis años y ya parece adulto de todo lo que ha vivido.
Parece mentira que nunca hayas visitado el archipiélago porque tus descripciones de Manila y de la isla en general son magníficas. Como lo son las del Madrid de la época y de los viajes en tren, del recorrido del barco... Magnífica de verdad y no me extraña que se lea en Estados Unidos, aunque lo que muestra de su historia no sea muy edificante ni positivo. Hay países que prefieren saber la verdad de su historia y no edulcorarla con hazañas imaginarias.
Espero leer pronto El rodar de una agua interminable. Veo que no la tienen en Amazon. Intentaré encargarla en la librería.
Un beso.
Me llama mucho la ambientación y ese momento histórico, así que tomo muy buena nota de esta novela. Que además no me he estrenado aún con esta autora. A ver si le pongo remedio!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues es una autora que merece mucho la pena. Tiene novelas ambientadas en distintas épocas históricas y en lugares muy diversos, pero todas muy bien escritas y sumamente interesantes. Ponle remedio.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarY yo sin conocer la prosa de esta mujer..., creo que lo arreglaré pronto, me parece interesante todo lo que cuentas y ese argumento y ese país, Filipinas del que prácticamente no sé nada.
Por cierto me ha llamado la atención eso de que a Arnaldo, por no ser el hermano mayor no le corresponde nada de herencia (en nuestro mundo las herencias se reparten entre los hermanos un poco a medias) ¿quizás la época? Curioso...
Según te empezaba a leer pensaba que pobre Arnaldo, obligado a meterse a cura con ese afán aventurero, menos mal que se salió con la suya y pudo ver mundo.
Me resulta atractiva la novela y la autora, de la que sí había oído hablar, probablemente por aquí, en tu blog.
Una pregunta, ¿cual de todos sus libros leídos me recomendarías para empezar, el que más te gustó?
Besos
Lo de la herencia imagino que era cuestión de la época y además una cuestión práctica. Como las propiedades no eran muy extensas, si se repartían entre los hijos, se destrozaba el patrimonio. Por eso los llamados segundones solían dedicarse a la carrera militar o eclesiástica. Ahora no sé si se seguirá haciendo igual con las tierras. En mi familia nunca ha habido, ja, ja.
EliminarLas novelas de Sara siempre mezclan las historias del pasado con tramas en el presente, aunque a mí siempre me gusta mucho más lo del pasado que es lo que verdaderamente tiene más peso. Respecto a cuál te recomendaría, depende de qué época te atraiga más. Todo a un tiempo es una historia de judíos, musulmanes y cristianos en Córdoba y Granada en los siglos X-XI; Del Sol llegaron sombras se ambienta en Perú en el siglo XVI y Atrapando la luz, es la historia de una pionera de la fotografía a finales del siglo XIX y principios del XX. Mientras sorprendan los días es una novela que me gustó mucho, pero es menos característica de la autora. Está ambientada en tiempo actual y todo sucede en un día, pero con referencias al pasado. Es una novela coral en la que la casualidad es la nota clave.
Bueno, espero que, elijas el que elijas, lo disfrutes.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarQué bonito, mil gracias por este descubrimiento.
Muy feliz día.
Gracias a ti. Ojalá te guste si te animas.
EliminarUn beso.
Aún no he leído nada de la autora a pesar de que todas y cada una de las reseñas que leo, de cualquiera de sus libros, son fantásticas. Anotada la tengo, aunque hay algún título que me atrae más que este.
ResponderEliminarBesos.
No importa el título. De hecho esta es de las más antiguas. Cualquier novela de Sara Mañero merece la pena y creo que te gustará.
EliminarUn beso.
Felicitaciones Lo has logrado
ResponderEliminarHola, Rosa. Apetecible lectura, y como siempre me dejas con unas ganas tremendas de disfrutar el libro tanto como tu. Ya he leído Hamnet gracias a ti y a tu reseña y lo tengo pendiente de reseñar.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Me alegro de haber tenido "la culpa" de que leyeras Hamnet. Imagino que la disfrutarías estoy deseando leer tu reseña. Ojalá te guste también El sueño del árbol si lo lees.
EliminarUn beso.
¡Hola! Se nota que es una muy buena lectura, con una trama interesante y una prosa que atrapa al lector. Me gustan los libros que hablen de viajes y que estén bien documentados, por lo que me encantaría disfrutar de esta lectura. Muchas gracias por la reseña. ¡Un beso!
ResponderEliminarPues como documentación esta novela lo tiene todo y como descripción de viajes, también. Creo que te gustará. Además Sara mañero escribe muy bien. Te la recomiendo.
EliminarUn beso.
Veo que Sara te ha vuelto a convencer con su exquisita prosa y su ardua labor de documentación que tan bien integra en sus historias.
ResponderEliminarA Filipinas me he acercado poco literariamente. Solo recuerdo haber leído Morir bajo tu cielo, de Juan Manuel de Prada, una novela que en algunas partes me interesó muchísimo pero que en otras me aburrió soberanamente. Seguro que El sueño del árbol me interesaría más que aburriría.
Besos
Totalmente convencida me ha dejado Sara de nuevo.
EliminarJuan Manuel de Prada pasó a escribir una de las mejores novelas de final del siglo XX con veintiséis años (Las máscaras del héroe) a escribir libros totalmente carentes de interés. Una carrera literaria bastante penosa desde mi punto de vista.
Un beso.
Hola Rosa!! Desconocía esta novela y me has picado mucho la curiosidad por ella, no la conocía y podría estar muy bien. Me la llevo bien anotada a mi lista de pendientes. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarTe gustará porque cuenta la historia de la liberación de Filipinas (al menos su liberación de España) con mucho conocimiento de los hechos y de la época. Y además cuenta una historia particular muy interesante. Ojalá te guste.
EliminarUn beso.