"Dies irae" César Pérez Gellida


Cuando quedan cuentas pendientes, es mejor saldarlas cuanto antes porque de lo contrario pueden convertirse en el centro alrededor del cual gira toda tu vida y no es bueno que la vida de uno tenga por centro algo tan obsesivo. Al inspector Ramiro Sancho le han quedado un par de cuentas pendientes desde el frustrante caso en que lo conocimos en "Memento mori" y es capaz hasta de dejar el trabajo, mediante una excedencia, para dedicar todo su tiempo a buscar la manera de cobrárselas.
 A Armando Lopategui, Carapocha, el psicólogo especializado en  asesinos en serie que conocimos en "Memento mori", alguna de sus deudas le viene de más atrás. En los primeros años de la década de los noventa se encontraba inmerso en la Guerra de los Balcanes, la que estaba desmembrando la antigua y artificial Yugoslavia a la vez que a un montón de sus habitantes de toda raza y religión (aunque siempre hay algunos que salen con menos miembros que otros).
César Pérez Gellida
Estaba allí en calidad de enviado del Servicio de Inteligencia ruso y allí perdió algo más que la confianza en la sensatez humana. Ahora, en abril de 2011, ha vuelto a un Belgrado en paz para tratar de cobrarse esa deuda.

Carapocha no pide demasiado a la vida. Tan solo recuperar el afecto de su hija y cumplir su venganza porque "no buscar finales felices hace que disfrutemos de comienzos prometedores y tránsitos intransitables"
Y mientras Carapocha busca su venganza en Serbia tras el asesino Ratko Mladić, Ramiro Sancho se ha ido a Trieste a capturar a Augusto Ledesma, el asesino en serie que se le escapó en el libro anterior y que ha vuelto a entrar en acción. 
Pero, como herencia de la Guerra de los Balcanes, en las repúblicas de la antigua Yugoslavia han aparecido personajes con una maldad tan genuina y pura, que casi nos hacen mirar con simpatía al pobre Augusto Ledesma. Es más humano, más asequible; sus maldades son más comprensibles y asumibles.
Con estos personajes se toparán nuestros personajes Ramiro Sancho y Carapocha y cuando finalmente, sus venganzas confluyan en un objetivo común, terminarán por encontrarse ellos mismos y Ramiro sabrá si también tiene una deuda que cobrarle al psicólogo y Carapocha intentará hacerle comprender que no hay tal deuda.
Al final, que no el final, me ha decepcionado un poco. Durante unos cuantos capítulos se desatan los acontecimientos de una manera que me ha resultado un tanto caótica y repetitiva, como si se dieran similares circunstancias en distintos personajes, y pareciera que el autor no supiera muy bien por dónde seguir o cómo acabar. Luego, esa sensación se calma y nos deslizamos a un final con sorpresa, en el que descubrimos que a veces hay más de lo que vemos, menos de lo que suponemos y que las puertas son muy difíciles de cerrar y habrá que esperar un poco más.
Recomiendo prestar atención a las notas finales del autor acerca de los acontecimientos que tuvieron lugar durante la guerra de los Balcanes y más concretamente sobre la matanza de Srebrenica 



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Comentarios

  1. Un libro que según describes es de corte duro por la temática de la que se trata y encima por añadidura la guerra de los Balcanes de telón de fondo.
    Estaré pendiente de este libro, y lo tendré en cuenta. Lo que no quedó claro es si a ti personalmente fue una lectura que te gustó.
    Besos

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    1. Sí me gustó, pero menos que el anterior, "Memento mori". Este hacia el final se hace un poco caótico y pesado y aunque luego se recupera, me ha dejado un poco cansada, pero leeré la tercera parte por curiosidad. En lineas generales, está bien.

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  2. Leí Memento Mori y ésta, pero nunca acabé de leer Consumatum Est. Tuve empacho de Augusto, Ramiro y Carapocha y todavía no me he curado.

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    1. Sí. como he comentado, hacia el final pierde un poco el norte y resulta un poco caótico y sí, se hace un poco pesado. Desde luego me han quedado menos ganas de seguir después de éste que después de Memento mori, pero la curiosidad de saber lo que pasa, me puede. A ver si me reconcilio.

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  3. En un primer momento, esas cuentas pendientes me han recordado a un concepto que se trabaja en psicología sobre las "conversaciones pendientes" que a veces se tienen en la vida que no dejan avanzar ni crecer.

    A pesar de que tu entrada lo hace interesante no creo que me decida a leerlo, la guerra de los Balcanes por las atrocidades cometidas y aún tan recientes, es un tema que no me apetece nada recordar. Duele mucho ver en qué monstruos nos convertimos las personas.
    Un saludo

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    1. La Guerra de los Balcanes no es el eje central de la novela, sino el pasado de algún personaje que le dejó esas cuentas pendientes, pero sí que subyace a lo largo de toda la novela y, para los que la vivimos (a través de la prensa y la radio, pero la vivimos. No es como la Segunda Guerra Mundial que sólo la sabemos por la historia), trae recuerdos de lo que sentíamos en aquellos días al ver las atrocidades que se cometían en el corazón de Europa. Gracias por tu visita.
      Un abrazo.

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  4. Uf, con esta reseña me has dejado dudosa. Tengo a "Memento mori" en la lista de espera, esa lista larguísima y cada vez más extensa, pero saber que hay dos continuaciones (esta y otra , ¿no?) ya no me gusta. Encima si a ti te pareció caótico y poco concluyente....no sé. Esperaré a que leas la tercera, y esperemos que última, entrega y a ver en qué queda todo.
    Un besote

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    1. Lo caótico es solo una pequeña parte. Ahora, concluir, no concluye. Queda a la espera de la próxima entrega, que creo que sí es la última.
      La leeré en un par de meses o quizás menos y te cuento.
      Besos.

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