"El León que nunca conocí"

Esta es otra de mis antiguas reseñas favoritas y a la que tengo también un especial cariño. Porque habla de libros, porque habla de mi ciudad y porque habla de autores de mi ciudad y de sus novelas ambientadas en ella. 
León no es Madrid o Barcelona, ciudades en las que se ambientan multitud de historias en cine y en literatura. León es una pequeña ciudad de provincias y aún ha sido más pequeña; entrañable (para los que aquí hemos nacido y crecido), pero pequeña. Sólo los muchos escritores aquí nacidos, o aquí acogidos, han hecho que se convierta en protagonista de sus novelas y que además de llegarme por los sentidos físicos y cada uno de mis poros, me haya llegado también a través de la literatura. Tengo todo un estante en mi casa dedicado a novelistas leoneses o afincados en León. 
Aquí hablo de alguno de esos libros que, mezclados con mis recuerdos e intuiciones infantiles, han dejado en mí un poso, una sensación de León que no sé si la he leído, recordado, intuido o tan solo soñado. 



León produce escritores como Cantabria produce actores y directores de cine. Se ve que mamamos distintos estímulos, pero todos muy artísticos.
Estos escritores han ambientado muchas de sus novelas en la ciudad y han ido dejando en nosotros el poso de distintas épocas y distintos ambientes del siglo XX: 


El León tabernario y prostibulario de "El entierro de Genarín", tan bien descrito por Julio Llamazares, "donde murió Genarín con la mano en el manubrio" mientras aliviaba los excesos del orujo contra los cubos de la muralla allá por 1929 (por cierto, la noche de Jueves Santo y atropellado por el primer carro de la basura que hubo en León); el León de los tristes y oscuros años 50 que Luis Mateo Díez nos regala en "La fuente de la edad",  por los que se mueven como sombras maltrechas unos personajes que ven nacer y morir sus sueños y a los que, ni siquiera la venganza, les sirve para emerger del fracaso que es toda su vida; el León de los 60 en "El año del francés" de Juan Pedro Aparicio; el adivinado en muchas novelas de José María Merino; y tantos otros que, perdidos en algún rincón oscuro de la memoria (o del olvido), han ido creando una ciudad que, a pesar de estar sólo en mis intuiciones literarias, es, a veces, mucho más real que la vivida y recordada.

Ese León, donde parece que siempre es invierno, y no un invierno luminoso de nieve blanca y cielo azul, sino ese invierno gris de lluvia y niebla, de humedad y frío intenso de nieve pisoteada y pringosa (y cielo gris); ese León que huele a carbón y hollín, a morcilla de los bares del Húmedo y sopa de cocido (y, siempre, el cielo gris); ese León sin coches ni escaparates luminosos, triste y oscuro, con olor a sotanas y tricornios (y el cielo más gris que nunca); de burgueses de casino y funcionarios de taberna con zapatos rotos y chaquetas remendadas (encogidos y sin abrigo bajo un cielo gris); ese León en el que vivir era difícil (como en toda España, por otra parte), pero que a veces nos duele de tanta nostalgia (no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca vivimos, parafraseando, más o menos, a Sabina), y nos produce una intensa ansiedad: la de no poder retroceder la rueda del tiempo y aparecer en la buhardilla de Chon Orallo, comiendo ancas de rana y planeando salir en busca de la fuente de la edad porque es primavera, brilla el sol en León y se acerca la época ideal para brincar por el monte buscando fuentes. 

Ese León que abarca desde que se inventó la fotografía hasta los años 50 (más o menos, también) es el que dejo aquí para alimentar la añoranza porque, aunque creo firmemente que todo tiempo presente es mejor, cómo se echa de menos, a veces, lo peor.
Disfrutad.  





Comentarios

  1. Ignoraba que León hubiera dado a luz (o acogido) a tantos escritores. Me gustan estas entradas que combinan ciudades y libros. Me parecen ricas.
    Un beso, Rosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, hay bastantes escritores leoneses. Vázquez Montalbán en alguna novela bromeaba sobre los "escritores leoneses" o los editores que publican a escritores leoneses. No lo recuerdo bien y lo he buscado, pero no lo he encontrado.
      Las ciudades vistas a través de la literatura ofrecen un aire mágico que después puede decepcionar, como me pasó a mí con París, pero no deja de ser una visión muy hermosa que luego se debe adecuar a la realidad, pues siempre hay algún punto en común.
      Un beso.

      Eliminar
  2. ¡¡¡¡Hola!!!!!
    Qué reseña tan bonita. Adoro León, ya lo he dicho muchas veces y tengo fotos en el blog, pero tú lo narras de una forma...me ha encantado y me ha entrado nostalgia de días por allí con mis papis.
    Besos y muy felices fiestas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues lo tienes al lado. No sé cuánto hace que no vienes por aquí (estoy en León pasando las vacaciones), pero ha cambiado mucho desde todo eso que rememoro en la entrada, o que invento porque ya no sé lo que se debe al recuerdo o lo que es pura imaginación. Aunque me imagino que ya conocerás el León moderno del MUSAC y del Húmedo peatonalizado... nada que ver.
      Un beso.

      Eliminar
    2. Hola!!!! Hace un año que no voy a León capital, a la provincia he ido este verano. Siiiii lo del húmero peatonalizado despistaba mucho a mi padre.

      Eliminar
    3. Recuerdo el Húmedo con coches y era un caos total... aunque hasta eso, a veces, lo echo de menos. O quizás lo que echo de menos son los veinte años que tenía entonces. El Húmedo, ahora, es más amable y vivible.
      Un beso.

      Eliminar
  3. Menuda nómina de escritores tiene León, en mi ciudad también se dio esa conjunción en los años 60 y surgieron tres grandes de las letras, aunque ya han muerto todos ellos. Puede que le dedique un espacio algún día, pero es que no soy demasiado "patriota". El de Luis Mateo Díez me llama, en mi próxima visita a la biblioteca buscaré a ver qué tal.
    Aprovecho para felicitarte estas fiestas, por si no lo he hecho ya.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "La fuente de la edad" es un libro que para mí es de lo mejor que se escribió en su época. De hecho, obtuvo el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Es una historia deliciosa.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Qué bonita entrada has hecho, Rosa, y qué maravilla de imágenes nos dejas al final. Es cierto que tendemos a mitificar el pasado pensando que todo tiempo anterior fue mejor. Supongo que en parte se debe a la literatura que tan fantásticas recreaciones nos ofrece.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como digo al final, yo no pienso que el tiempo pasado fuera mejor (salvo por la presencia de algunos seres queridos que ya no está, pero eso es inevitable), pero aún así, me produce mucha nostalgia, aunque creo que no es por el tiempo pasado en sí, sino por esas personas, presentes entonces y por mi propia vida pasada y clausurada. Y claro, por las imágenes literarias:
      Un beso.

      Eliminar
  5. Hola! He llegado a este blog gracias a la iniciativa Seamos Seguidores y como no he visto que tengas una entrada específica de esa iniciativa, te dejo el comentario aquí, si no te molesta :)
    Ya te sigo! y te dejo el link a mi blog por si te interesa http://lachicamiserable.blogspot.cl/ Espero leerte por ahí :)

    ResponderEliminar
  6. La verdad es que siempre es un extra encontrarte con los lugares que conocemos dentro de las historias que leemos, la verdad es que yo de León ahora no recuerdo ninguna...
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los escritores leoneses tienen varias novelas ambientadas en la ciudad, aunque a veces no la nombran y tienes que reconocerla por las descripciones.
      A mí me gusta mucho encontrarme con ciudades como León o Santander en las novelas porque son las que más conozco y porque no suelen aparecer mucho.
      Un beso.

      Eliminar
  7. ¡Hola! Me gustaría dejarte una invitación exclusiva al blog Los delirios de Pandora con motivo de su re-apertura. Espero que pases a dejar tu huella y que disfrutes de su contenido. ¡Tu estancia en el jardín del Edén siempre será bienvenida! Un beso grande.

    ResponderEliminar
  8. Hola buenas.
    A punto de terminar el año, realizaba yo una limpieza por mi blog y descubrí un par de comentarios tuyos ahí abandonados. Mis disculpas (no hace falta que te diga que soy un desastre en los temas técnicos) y mis felicitaciones y enormes deseos para el año entrante.
    Por cierto que tengo unos cuantos ejemplares del librito de Llamazares (cosas de libreros, pues estoy en trance de serlo) y lo tendré en cuenta.
    Abrazo
    Rubén

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Rubén, perdona el retraso en contestarte. Acabo de ver tu comentario, me imagino que al ser del 31 de diciembre, con todo el lío que traen esas fechas hizo que se me despistara. Odio que me pasen estas cosas. Espero que el año sea (esté siendo) bueno para ti también. ¿Ya eres librero? es una de las cosas que me hubiera gustado ser, pero solo para poder leer sin control con lo que hubiera sido un negocio ruinoso.
      No dejes de lado el libro de Llamazares. Lo recuerdo interesante y divertido.
      Un beso.

      Eliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"La amiga estupenda" Elena Ferrante

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"La caída de Madrid" Rafael Chirbes

"La sombra del cardo" Aki Shimazaki.

"El imán y la brújula" Juan Ramón Biedma

"La ciudad y sus muros inciertos" Haruki Murakami

"La trenza" Laetitia Colombani

Dos clásicos de amor y desamor.

"Las maldiciones" Claudia Piñeiro