"Goodbye, Berlín" Wolfgang Herrndorf

"No tener mote puede deberse a dos motivos: o aburres hasta a las piedras y por eso no te ponen ninguno, o no tienes amigos. Si tuviera que decidirme por uno de los dos, para ser sincero, preferiría no tener amigos a aburrir a las piedras. Porque cuando uno es aburrido automáticamente carece de amigos, o sus amigos son más aburridos todavía que él mismo. Pero existe una tercera posibilidad: ser aburrido y no tener amigos. Me temo que ese es mi problema". Maik no tiene mote. Maik tiene catorce años y su vida ese verano no se presenta muy apasionante. En realidad, su vida no se presenta nunca apasionante. No tiene amigos. La chica que le gusta, Tatiana Cosic, no le hace ningún caso. Ni siquiera le ha invitado a su fiesta de cumpleaños que se celebra al principio de esas vacaciones de verano. Está invitada toda la clase, y se va a celebrar cerca de Potsdam, en Werder, a orillas del lago. Será una fiesta magnífica en la que todos se quedarán a pasar la noche. Maik le ha preparado un magnífico regalo hecho por él mismo, pero Maik no recibe su invitación, por ningún sitio aparece la tarjetita verde que todos los compañeros empiezan a exhibir.

Casi todos en realidad, porque no solo Maik se ha quedado sin su tarjeta verde de invitación. "El Nazi tampoco recibió ninguna, ni Tschichachov y uno o dos más. Lógico. No habían sido invitados los mayores muermos, ni los marginados, ni los rusos, ni los nazis, ni los idiotas. No tuve que meditar mucho sobre la consideración que yo le merecía a Tatiana. Porque no era ni ruso, ni nazi". De manera que Maik se dispone a empezar el verano prescindiendo del cumpleaños de Tatiana y sin saber muy bien qué hacer con el enorme regalo que ha confeccionado para ella.

Lo que no sabe es que va a tener que prescindir de más cosas ese verano. Su madre tiene que volver al balneario durante cuatro semanas y su padre tiene una cita de negocios y va a estar catorce días de viaje. Lo del balneario fue un chiste más de su madre que es más divertida que la mayoría de las madres. El balneario "en realidad es una clínica, porque ella es alcohólica. Bebe desde que tengo memoria, pero la diferencia es que antes era más divertido. Normalmente todo el mundo se pone alegre con el alcohol, pero cuando supera cierto límite, la gente se adormece o se vuelve agresiva, y cuando mi madre volvió a corretear por casa con el cuchillo de cocina, yo estaba con mi padre en lo alto de la escalera y mi padre preguntó: —¿Qué te parecería otra estancia en el balneario?". Y lo del viaje de negocios... es otra historia.

Maik es un niño bien al que no le falta de nada: jardín, piscina, aire acondicionado, dinero para sus caprichos. No le falta de nada salvo un poco de atención por parte de sus padres. Por su parte, Tschichachov, Tschick, carece de casi todo. Tschick es un marginado y tiene pinta de marginado. Es un ruso de ojos mongoles que no se integra bien ni con los compañeros ni con los profesores, pero será el compañero inseparable de Maik durante unos días de ese verano, porque Tschick aparece en la puerta de su casa mientras él riega el césped, con un Lada Niva azul desvencijado y detrás de él no se apea ninguna persona adulta porque Tschick está solo, el coche es robado y el muchacho ruso, con catorce años, no tiene carnet de conducir.

Todo ello, más el hecho de que tampoco a él le cae muy bien Tschick, quien no trata con nadie y aparece en clase muchos días bebido, hace que Maik no se suba de muy buena gana al coche. De hecho, en un principio se niega rotundamente. En realidad si lo hace es porque Tschick le convence para presentarse en casa de Tatiana, cuyo cumpleaños se celebra ese mismo día,  entregarle el regalo y después irse con toda dignidad por mucho que le insistan en quedarse. Así lo hacen. Entregan el regalo a Tatiana y se van en el Lada Azul robado.

A partir de ese momento, comienza una historia de carretera, una road story en la que todo puede pasar y, de hecho, casi todo pasa. El libro comienza casi por el final y desde su inicio nos mete de lleno en la aventura. "Lo primero que se percibe es el olor a sangre y a café. La cafetera está enfrente, sobre la mesa, y la sangre, en mis zapatos. Para ser sinceros, no es únicamente sangre. Cuando el más mayor dijo «catorce», me meé en los pantalones. Estuve todo el rato inclinado en el taburete, sin moverme. Me sentía mareado. Intentaba aparentar lo que yo creía que pensaría Tschick cuando alguien le dice «catorce», y después, acojonado, me meé en los pantalones". Cuando el libro comienza, los han detenido y están en un puesto de policía dela autopista, pero hasta ese momento, sus aventuras han sido variadas y casi todas bastante disparatadas. 

Al los sones de la cassette de Richard Clayderman, la única que hay en el coche, han recorrido un itinerario lleno de escenarios y de personajes de lo más variado y peculiar: Isa, Horst Fricke, Friedemann y su extraña familia, la enfermera Hanna... "Resumiendo: habíamos recorrido centenares de kilómetros por toda Alemania, habíamos cruzado un abismo sobre un andamio de obra, Horst Fricke nos había disparado, habíamos transitado por una pista y descendido a toda velocidad por una pendiente, habíamos dado cinco vueltas de campana y lo habíamos superado todo más o menos sin un rasguño,, hasta que salió un hipopótamo de la maleza y aplastó con un extintor el pie de Tschick".

El libro está narrado por Maik en primera persona y su lenguaje es sencillo y muy directo. No hay resentimiento en sus comentarios. Ni él ni Tschick se puede decir que tienen una vida fácil. Él proviene de un hogar rico, pero vive un tanto abandonado entre la madre alcohólica y el padre siempre de viaje; Tschick es un inmigrante ruso, con una familia que parece reducirse a un hermano de ocupación incierta, pero poco acorde con la ley. Y sin embargo mantienen la inocencia y una especie de honradez y decencia que les impide entregarse a ciertos comportamientos. Ni siquiera estarían tranquilos con el robo del coche si no pensaran devolverlo, porque en realidad Tschick lo ha cogido prestado.

Ninguno de los dos tiene muchos motivos para ver la vida con optimismo, pero ese verano han decidido tomar el tiempo en sus manos y no dejar que nadie les dicte lo que deben hacer. Se sorprenderán ante lo que su aventura les depara porque los extraños que se van encontrando se preocupan más por ellos que las propias personas que deberían velar por la seguridad de sus vidas. "Mis padres me lo habían dicho, mis profes, la tele. En las noticias y a todas horas: el ser humano no es bueno. Y puede que esto sea cierto en el noventa y nueve por ciento de los casos. Pero lo alucinante es que, durante nuestro viaje, Tschick y yo solo nos encontramos con el uno por ciento restante". 

Su aventura terminará de forma distinta para cada uno de ellos. Mejor para uno que para otro. Sus diferencias sociales marcan otras diferencias que siempre estarán presentes.

Wolfgang Herrndorf 
Tras leer el libro, indago en el autor y en el propio libro. Así me entero de que  la novela obtuvo en 2011 el Premio Nacional de Literatura Juvenil Alemana. "Goodbye, Berlín" puede que sea una novela juvenil, pero yo, que no suelo leer ese tipo de literatura, no me he sentido a disgusto leyendo el libro. Me ha recordado a "El guardián entre el centeno" por ese despertar de un niño rico al que, como a Holden, le sobra dinero y bienestar y le falta compañía y complicidad por parte de sus padres. "Goodbye, Berlín" es además una road story que, salvando muchas distancias, me ha traído a la memoria "En el camino" de Jack Kerouac. La novela tiene una versión cinematográfica dirigida en 2016 por Fatih Akin que espero encontrar para ver en breve.

Me entero también de que su autor, Wolfgang Herrndorf, murió en 2013, con cuarenta y ocho años. Se suicidó tras habérsele descubierto un tumor cerebral maligno y mortal. 

Esta novela la he leído como recomendación de Keren Verna. Dicha recomendación me llegó a través de El Reto Serendipia Recomienda 2019. Esta es la segunda novela que leo de las tres que supone el reto. Si queréis saber cuáles son las otras dos podéis verlo en esta entrada de mi blog.

Título del libro: Goodbye, Berlín
Autor: Wolfgang Herrndorf
Nacionalidad: Alemania
Título original: Tschik
Traducción: Rosa Pilar Blanco
Editorial: Siruela
Año de publicación: 2010
Año de publicación original: 2012
Nº de páginas: 248

Comentarios

  1. Hola Rosa, no conocia esta novela y me la llevo porque lo que cuentas me parece muy interesante. Aunque no soy de leer novela juvenil esta parece que va más allá y estoy convencida de que va a gustarme. Besinos.

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    1. Yo no había pensado en calificarla como novela juvenil, como tampoco lo haría jamás con "El guardián entre el centeno". Cuando vi que había ganado un premio De novela juvenil la verdad es que me sorprendió.
      Yo tampoco soy de leer ese tipo de novela, pero esta me ha gustado mucho.
      Un beso.

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  2. Hola, Rosa:
    es fantástico que "hayas vuelto" a mi lista de blogs favoritos. Sobre esta novela, su título de inmediato me ha recordado el título de la película que no vi en su momento, creo recordar. Que sea una historia que te ha llevado a "El guardián entre el centeno" es buen indicio para mí porque las historias de iniciación, las road story, y tal siempre han sido de mi agrado.
    Me gusta tu reseña y me apunto la novela.
    Un besazo

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    1. Tú sigues en mi lista con la entrada de Heinrich Mann, pero te he puesto un acceso directo en el móvil para abrir tu blog de vez en cuando y estar al día de tus publicaciones.
      Esta novela mezcla las dos características que mencionas. Es una historia de iniciación y una road story por lo que pienso que te gustará.
      Un beso.

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  3. Hola, Rosa. Pues tiene muy buena pinta la novela reseñada hoy. Me gusta eso de que sea una road story y esas dudas existencialistas del protagonista que pueden dar mucho juego en la narrativa. Lástima el trágico final del autor.
    Besos.

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    1. Sí, cuando lees una obra de un autor que te gusta y luego te enteras de que ya ha muerto, y encima tan joven, te entra una extraña sensación. Como de haber asistido a algo único sin saberlo; a un testamento vital en el que pueden estar las claves de muchas cosas que ya no se revelarán de otra forma porque el autor ya no está ahí para darnos más pistas. No sé si me explico porque es una sensación muy rara.
      Espero ver pronto la película.
      Un beso.

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  4. Gracias por reseñar. Me pasó como a tí, no suelo leer literatura juvenil, pero la pruebo de vez en cuando, filtrando que no sea ni fantasía ni fantasmitas. Me lo apunto a ver si lo logro encontrar en 2020. Me toma un tiempo, pero cada tanto voy encontrando los libros que ustedes los españoles recomiendan. Por ejemplo, ya vi un libro sobre Pepe Carvalho. Espero poder llevármelo a casa pronto.

    La muerte del autor es una tragedia, era relativamente joven y muy guapo, cosas que no son suficientes cuando te falta salud.

    Muchas gracias por reseñar.

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    1. Si no te importa comprar en Amazon, ahí lo tienen casi todo. Las novelas de Carvalho son divertidas, entretenidas y con mucha miga. Yo ando con idea de releerlas todas (alguna la leería por primera vez en orden.
      Esta novela creo que te gustaría. Es una historia de carretera e iniciación escrita con mucha sensibilidad.
      Un beso.

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  5. Pinta bien, me gusta el tono directo y coloquial del narrador y como a Juan Carlos, también me recuerda a Salinger. Grandes clásicos de la literatura han sido considerados "novela juvenil", se me ocurre sin ir más lejos "La llamada de lo salvaje" o "La isla del tesoro", así que apunto tu recomendación.
    Un abrazo.

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    1. Esta novela, desde mi punto de vista, tiene poco de novela juvenil, salvo que se considere así porque los protagonistas son dos adolescentes, pero creo que el tratamiento de la historia y algunos temas se alejan de lo que sería el género juvenil.
      Sin tener nada que ver un argumento y otro, me ha recordado mucho "El guardián entre el centeno" que también creo que ha sido considerada literatura juvenil aunque a mí en particular, no me lo parece.
      Espero que te guste.
      Un beso.

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  6. ¡Qué buena pinta tiene todo lo que nos has contado! No me importa en absoluto que sea novela juvenil ya que suelo disfrutar de este tipo de libros.

    Lo de autor, qué bajón, una pena que muriera tan joven, la verdad...

    Besos!

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    1. esta se adapta perfectamente a lo que puede ser novela juvenil, aunque creo que un adolescente no pillará todos los matices, pero no importa; aunque no los pille, se irá preparando para pillarlos más adelante. Por otra parte, todos esos matices es lo que hace que un adulto la disfrute igual.
      Es una pena lo del autor.
      Un beso.

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  7. Es curioso, también estoy apunto de publicar una entrada con un libro donde la protagonista es una adolescente y, más curioso aún, hay mucho de eso que cuentas, la despreocupación de los padres por los hijos, aunque esta historia se sitúa un poco más lejos... Nueva Zelanda.

    Meterse en la piel de un adolescente es un ejercicio literario difícil, para salir bien parado del reto hay que ser un autor con talento, sino se cae en lo manido, el cliché fácil , no parece ser el caso por lo que te leo.
    La adolescencia es una etapa muy compleja a nivel psicológico, estás deseando dejar atrás la primera infancia, ese mundo lleno de normas que imponen los adultos, pero aún no eres adulto... estás en un terreno de nadie, y la crisis de identidad está a la orden del día.

    Jo, impacta lo del suicidio del escritor, vaya tela...
    Beso, Rosa.

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    1. Quise escribir "a punto" (por apunto).

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    2. Los libros de adolescentes que he leído últimamente me han resultado muy interesantes. Pienso ahora en "Todo este dolor te será útil" de Peter Cameron o "La hoja plegada" de William Maxwell. O este mismo.
      Es cierto que la adolescencia es una etapa complicada porque, como dices, se pretende dejar atrás la infancia y a veces se descubre que la edad adulta no soluciona los problemas que de niños creíamos que podríamos solucionar con los años. Unos no se solucionan, otros se agravan y otros nuevos aparecen. En fin, sea como sea, hay que crecer. De eso no nos libra nadie y cada uno lo hace como mejor puede. Creo que las novelas de iniciación tienen ese interés, ver cómo se las apaña cada cual para enfrentarse a su evolución hacia la adultez (creo que me acabo de inventar una palabra).
      Es impactante el suicidio del autor, pero si te han encontrado un tumor incurable, el suicidio impide mucho sufrimiento inútil, a uno mismo y a los demás. Hay que tener valor y oportunidad. Le envidio por eso, por ese valor y esa oportunidad.
      Un beso.

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  8. Hola.
    Ainnnns qué tentación. Que te recuerde a "El guardián entre le centeno" o "En el camino" hace que me apetezca mucho.Cuando era muy joven, mi marido y yo queríamos un Lada Niva, no sé bien la razón, jejejeje.
    Muy feliz día.

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    1. Pues a las dos me ha recordado. Sobre todo a "El guardián...". He visto la película y he recordado cómo era el Lada Niva. me sonaba el nombre, pero no le ponía "cara". Ahora ya se la he puesto. Es bastante cuco, aunque tiene pinta de ser un poco cacharro.
      Un beso.

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  9. El guardián entre el centeno lo tengo muy olvidado, debería releerlo. Aunque protagonizado por un adolescente creo que, al igual que este libro que nos traes, es una novela 'juvenil' muy adulta. Curiosamente al leer tu reseña he recordado otros dos libros que me da que no tienen mucho que ver con Goodbye, Berlín. Al principio y solo al principio me he acordado de El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, supongo que por lo que sospecho que hay de inadaptado en el protagonista y su amigo, y después he recordado El invierno más frío, de Brendan Kiely, que está protagonizado por otro adolescente de familia rica pero al que sus progenitores no le hacen mucho caso. Desde luego la adolescencia es una etapa vital compleja que da para indagar mucho literariamente.
    Besos

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    1. Yo releí "El guardián..." no hace mucho para la tertulia del instituto. me gustó más que la primera vez. Lo recuerda, pero con muchas salvedades. De hecho, Holden no se mueve de Nueva York, una vez llega allí desde el colegio, y esta es una historia de carretera en la que nada permanece en el mismo lugar. Respecto a "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes" la puede recordar por lo que tú dices, pero la soledad de uno y la constante presencia de la madre del otro las aleja bastante. No he leído "El invierno más frío", pero indagaré.
      No son libros juveniles, al menos no solo juveniles. Creo, como le digo a Narayani, que un adolescente no podría captar todos los matices de la historia, aunque con "Goodbye, Berlín" podría disfrutar mucho.
      Un beso.

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  10. Habitualmente los niños bien o ricos, carecen de la atención de sus padres, pero en cambio o para compensar tal vacío emocional, suele estar repleto de bienes materiales, como le sucede a Maik, el protagonista. Suele pasarles a estos niños faltos de afecto familiar que socialmente se sientan marginados y se junten con otros compañeros marginados.
    Y tras cumplir con su sueño de entregarle a esa chica su magnífico regalo, para mi es cuando comienza de verdad esta novela, que gracias a tu estupenda reseña, pues ya me la he terminado anotando en mi larga lista de pendientes.

    Un beso.

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    1. la verdad es que es un clásico de mala educación. El exceso de cosas materiales para camuflar la falta de interés de los padres. Los que nos hemos dedicado a la educació estamos hartos de verlo y lo peor es cuando pretenden que seamos los profesores los que arreglemos lo que ellos han estropeado en casa.
      La novela, en efecto, empieza tras la entrega del regalo. Es entonces cuando se lanzan a recorrer Alemania con el Lada Niva y se van encontrando con todo un catálogo de personajes de lo más curioso. Ese uno por ciento restante que se porta muy bien con ellos y que da una visión bastante optimista de este mundo, al que a le vez critica.
      Un beso.

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  11. Iba a comentar que se me antojaba una novela juvenil y veo que lo es. Yo tampoco leo este tipo de literartura, pero no me desagrada, especialmente si trata de las aventuras y desventuras de un chico (en este caso dos) con problemas familiares, que se echa a la calle (en este caso a la carretera) para vivir experiencias nuevas. Tú has encontrado en esta novela ciertas similitudes con otras y, evidentemente, al haberla leído puedes comparar con muchísimo más acierto. A mí, en cambio, y no sé muy bien por qué, me ha recordado, salvando la gran distancia de la edad del protagonista, a "El abuelo que saltó por la ventana y se largó", je,je. En ambos casos se viven aventuras un tanto disparatadas y tmbién hay un trasfondo humano.
    Un beso.

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    1. Para nada se me habría ocurrido pensar en "El abuelo que saltó...", una novela que tampoco me gustó en exceso, pero que sobre todo recuerdo como un recorrido por los hechos más relevantes de la historia del mundo en el último siglo. Aunque, ahora que lo dices, algo puede haber de común entre ambas, aunque solo sea ese mundo disparatado en que se meten los protagonistas. No obstante, el mundo de "Goodbye, Berlín" es más real y creíble. Si es que aún se cree en la bondad humana.
      Un beso.

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  12. Salvo Thelma y Louise, las road stories no me suelen gustar mucho y eso que esta que nos traes, y tal como la cuentas, sí que es llamativa. Tengo tanto pendiente y tan poco tiempo libre para tantas cosas como quiero hacer... que esta la dejo pasar.
    Triste final el del escritor, a veces la vida supera la ficción.
    Un besote.

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    1. A mí tampoco me gustan mucho las historias de carretera, pero es que los dos personajes de esta son adorables y la verdad es que he disfrutado del libro y de la película también.
      Por desgracia, no podemos leer todo lo que se recomienda y hay que elegir. Te entiendo perfectamente.
      Un beso.

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  13. Lo que es a mí, a simple vista el argumento no me ha parecido de novela juvenil, y me parece muy interesante. Así que me la apunto para un futuro. Contigo uno no da a basto, Rosa, ¿cómo lo haces? :)
    Un beso.

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    1. Pues no sé cómo lo hago, pero el caso es que mi lista de pendientes cada vez es más larga con lo que tampoco lo debo de hacer muy bien. Creo que apunto más de lo que debo, pero así tengo dónde elegir.
      Esta novela se puede leer como novela juvenil y como novela para adultos. A todo el mundo le puede gustar.
      Un beso.

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  14. Me encantaron ambos libros, tanto "El guardián entre el centeno" y "Goodbye Berlín". Llevo tiempo buscando libros similares... Con ese tono cómico narrado desde una primera persona desde un protagonista peculiar. Tendrias alguna recomendación similar??

    Gracias Rosa!

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    1. Pues la verdad es que no sé me ocurre ninguno similar, aunque si suprimimos el humor, "Vinieron como golondrinas" y "Adiós, hasta mañana" de William Maxwell, se pueden parecer. A mí particularmente me gustan más.
      Un abrazo.

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