"Vida, la gran historia" Juan Luis Arsuaga
Siempre me ha atraído mucho la evolución y especialmente la evolución humana. Imagino que como buena lectora y amante de la filosofía y las humanidades, busco en la ciencia lo que más tiene de humano y filosófico. El ser bióloga me ha servido para tomarme las grandezas humanas con cierta humildad a la vez que con auténtico pasmo.
Me explico: la biología me ha hecho comprender que el ser humano es un animal más, que ha surgido por los mismos mecanismos que el resto de los animales, un resultado del azar que ha dado lugar a la vida y a su evolución, y sin embargo... De ese "sin embargo" viene mi pasmo, porque estamos hechos de las mismas cuatro moléculas que el resto de los seres vivos, seguimos el mismo código genético que compartimos todos desde la bacteria, funcionamos fisiológicamente igual que todos los animales similares a nosotros y, en muchos aspectos, igual que todo bicho viviente, pero ninguno de ellos es capaz de escribir poesía, fabricar vehículos con los que viajar a la Luna, retorcer la evolución sacando adelante individuos a los que la selección natural exterminaría sin piedad, preguntarse por el sentido de su vida... Y todas esas capacidades en un animal como cualquier otro, sometido a las mismas leyes de la evolución que una mosca, una bacteria o un pulpo, sin el soplo divino, es lo que provoca mi pasmo y me emociona.
Me explico: la biología me ha hecho comprender que el ser humano es un animal más, que ha surgido por los mismos mecanismos que el resto de los animales, un resultado del azar que ha dado lugar a la vida y a su evolución, y sin embargo... De ese "sin embargo" viene mi pasmo, porque estamos hechos de las mismas cuatro moléculas que el resto de los seres vivos, seguimos el mismo código genético que compartimos todos desde la bacteria, funcionamos fisiológicamente igual que todos los animales similares a nosotros y, en muchos aspectos, igual que todo bicho viviente, pero ninguno de ellos es capaz de escribir poesía, fabricar vehículos con los que viajar a la Luna, retorcer la evolución sacando adelante individuos a los que la selección natural exterminaría sin piedad, preguntarse por el sentido de su vida... Y todas esas capacidades en un animal como cualquier otro, sometido a las mismas leyes de la evolución que una mosca, una bacteria o un pulpo, sin el soplo divino, es lo que provoca mi pasmo y me emociona.
Cuando al ser humano se le despoja de Dios es cuando realmente cobra a mis ojos la maravilla que supone. No soy partidaria de una lucha entre Ciencia y Religión. Creo que son compatibles y como siempre les decía a mis alumnos: "yo no creo, pero si tú crees, puedes pensar que el big bang o la evolución son obra de Dios". "Michael Ruse, cree que para un evolucionista es posible ser cristiano, aunque no sea tarea fácil [...] Lo que sí deplora es el tono exaltado que ha adoptado Richard Dawkins para combatir la religión, como si fuera el peor de los males de la humanidad. Michael Ruse ha llegado a decir que esas actitudes tan agresivas avergüenzan a los ateos como él. A mí me pasa lo mismo que a Michael Ruse con las diatribas antirreligiosas. No veo por qué hay que ofender a nadie con este tema". Y a mí me pasa lo mismo que a Michael Ruse y a Juan Luis Arsuaga. Aunque, por otra parte, adoro a Dawkins desde que leí su libro "El gen egoísta".
Las Religiones son necesarias, tanto que si no existieran habría que inventarlas, tanto que cuando no existían se inventaron, porque cuando el ser humano descubre su propia mortalidad tiene que inventar una vida más allá de la muerte. En otro libro que leí hace años, "El collar de neandertal", Juan Luis Arsuaga nos dice: "No sabemos cuándo se alcanzó el conocimiento de la inevitabilidad de la muerte, quiénes fueron los primeros seres vivientes que tomaron consciencia de ella, pero sin duda ya estaba presente hace 300 000 años en la mente de los pobladores de la Sierra de Atapuerca [antepasados de los neandertales]. Irónicamente, más de 3500 millones de años de evolución produjeron un ser de inteligencia excepcional que alcanzó a comprender que los días de una vida son una cuenta atrás [...] La capacidad mental superior era un regalo envenenado". Cuando los dioses hacen al hombre a su imagen y semejanza es toda una falta de delicadeza olvidarse de hacerlo inmortal. Un ser inmortal puede ser consciente, si es mortal es preferible dejarlo en la ignorancia. No me cabe en la cabeza un dios de una crueldad semejante, pero puede que sea problema de la capacidad de mi mente. Verdaderamente, un regalo envenenado.
En "Vida, la gran historia", Juan Luis Arsuaga analiza la evolución desde el origen de la vida y trata de responder, o de que responda el lector, a varias preguntas que se hacen los científicos desde que Darwin los convenció a todos de que su teoría era cierta. Esas preguntas son: ¿Hay en la evolución un plan, una finalidad que inexorablemente llevara a la aparición del ser humano? ¿Somos el fin de la evolución, el ser más complejo y por lo tanto el "más evolucionado"? ¿Podría haber seguido la evolución otras rutas y haber seguido por caminos en los que el ser humano no hubiera aparecido? ¿Es inevitable que en toda evolución de la vida aparezca un ser inteligente y consciente de nuestro tipo?
En "Vida, la gran historia", Juan Luis Arsuaga analiza la evolución desde el origen de la vida y trata de responder, o de que responda el lector, a varias preguntas que se hacen los científicos desde que Darwin los convenció a todos de que su teoría era cierta. Esas preguntas son: ¿Hay en la evolución un plan, una finalidad que inexorablemente llevara a la aparición del ser humano? ¿Somos el fin de la evolución, el ser más complejo y por lo tanto el "más evolucionado"? ¿Podría haber seguido la evolución otras rutas y haber seguido por caminos en los que el ser humano no hubiera aparecido? ¿Es inevitable que en toda evolución de la vida aparezca un ser inteligente y consciente de nuestro tipo?
No voy a hacer (no estoy haciendo) una entrada al uso porque tampoco se trata de un libro al uso. Voy a dar mi opinión ante esas preguntas acercándome en la mayoría a lo que piensa el autor y puede que alejándome (no mucho) en otras. Y voy a explicar el porqué, a la vez que explico algunas nociones básicas al alcance de cualquiera. A veces mis alumnos me preguntaban para qué o por qué y yo no podía responderles más que para nada o por nada (según los casos). ¿Para qué surgió la vida? Pues no surgió para nada, no había una finalidad ni un propósito. ¿Por qué surgió? Esa me la sé: surgió porque dadas unas ciertas condiciones (falta de oxígeno, energías externas, etc) surgen las moléculas orgánicas y, cuando abundan mucho, chocan, se unen y forman moléculas más complejas y cuando moléculas complejas se asocian de determinada manera puede salir una célula. A partir de ahí ya tenemos vida y todo es cuestión de evolución.
Entrando ya en esa evolución de los seres vivos hay muchos para qué que podemos responder, pero hay que tener cuidado. "Un ojo sirve para ver, un ala para volar, una garra para cazar, un pelaje moteado para pasar desapercibido, un pulmón para respirar el oxígeno del aire, unas agallas para respirar el oxígeno del agua, y una placenta para alimentar al feto". Pero el ala no apareció para volar ni el ojo para ver. Tras ese lenguaje lamarckiano subyace una teoría darwinista. Por poner un ejemplo hablaré de las jirafas que son muy prácticas y muy utilizadas para establecer las diferencias entre Darwin y Lamarck. Para Darwin, todos los seres de una especie son diferentes (no tenemos más que mirar a nuestro alrededor para ver lo distintos que todos somos) y esas variaciones pueden ser favorables, desfavorables o indiferentes. Hay incluso variaciones indiferentes que se pueden convertir en ventajosas si cambian las condiciones ambientales (a eso se llama preadaptación).
Vayamos con las jirafas y lo que Darwin nos dice de ellas. Los antepasados de las jirafas eran muy variables y los había con el cuello más largo y más corto (como entre nosotros ahora). Esa característica era indiferente hasta que cambió el clima y las hierbas del suelo desaparecieron. Solo había alimento en las ramas de los árboles por lo que los ejemplares con cuello más largo tenían ventaja, se alimentaban mejor y se reproducían más pasando a sus descendientes el cuello largo, hasta que todos los individuos terminaron por tener el cuello muy largo al cabo de muchos miles de años y muchas generaciones. ¿Era obligatorio que a las jirafas les creciera el cuello? Lógicamente, no. Podía no haberse dado esa variabilidad en el cuello (o no en la medida suficiente) y una especie se habría extinguido y hoy no tendríamos jirafas (el 99% de todas las especies que han existido ya se han extinguido). Las características no aparecen porque supongan una ventaja para el individuo que las presenta. Aparecen al azar y, si son ventajosas, las condiciones ambientales las favorecen, de la forma explicada. Eso es la selección natural de Darwin.
Lamarck, por su parte, sí pensaba que se adquirían las características que se necesitaban. Los antepasados de las jirafas al faltar el alimento en el suelo empezaron a estirar el cuello para llegar a las ramas de los árboles. De tanto estirarlo les creció y luego esa mayor longitud pasaba a la descendencia. Esa es la herencia de los caracteres adquiridos durante la vida de Lamarck. Está claro su error: nadie pasa a sus hijos el desarrollo muscular adquirido en el gimnasio.
De manera que sí, el cuello largo sirve para llegar a las ramas de las acacias, pero no apareció porque se necesitara para eso, aunque le pueda parecer así a mucha gente. "De nuevo, el sentido común, en este caso del lado de Lamarck, nos lleva a un despeñadero. Y debe de ser muy intuitiva la teoría de Lamarck (y la de Darwin muy antiintuitiva) porque me he pasado la vida explicando que la evolución no se produce al modo del francés, por la herencia de los caracteres adquiridos, sino a la manera que dijo el inglés (por la selección natural)". A mí también me costaba lo mío hacérselo entender a mis alumnos.
Y ¿qué pasa con el ser humano? Pues que, en lo que a evolución se refiere, es un animal como otro cualquiera. Su evolución se ha debido a miles de millones de mutaciones desde el antepasado común a todos los seres vivos, LUCA (Last Universal Common Ancestor: antepasado común universal); mutaciones producidas en momentos concretos, con características ambientales concretas para favorecer unas y desechar otras. Tuvieron que surgir los vertebrados, tuvieron que salir del agua y evolucionar hacia anfibio y el anfibio a reptil y el reptil a mamífero. Y algún mamífero tuvo que subir a los árboles para que el dedo pulgar de la mano se opusiera al resto a modo de pinza y los ojos ofrecieran una imagen tridimensional de un mundo en color. Pero luego uno de esos mamíferos (ya primates) se tuvo que bajar de los árboles y dejar las manos libres para que pudieran manipular objetos con su pulgar oponible y fabricar herramientas que les permitieran comer la carne y dar a su cerebro la materia prima necesaria para desarrollarse y llegar a lo que hoy somos: unos animales con una característica especial, única en el mundo de los seres vivos, pero tan natural como el fabricar panales y colmenas: la imaginación.
Una imaginación que no tenemos solo nosotros, antes que nosotros la tuvieron los neandertales y posiblemente los antecessor y puede que también los erectus, pero que alcanza en nosotros la máxima expresión, la que nos permite imaginar mundos de fantasía, seres míticos, máquinas imposibles. Nuestros antepasados tenían imaginación, pero era una imaginación práctica. Imaginaban la forma que le podían dar a una piedra y para qué la podían utilizar, pero jamás hubieran imaginado un unicornio, Macondo o un viaje al centro de la Tierra. Puede que seamos lo más complejo de la evolución, pero no somos el fin ni el objetivo de nada. "Se puede ser progresionista, como lo era Julian Huxley, sin ser finalista (esto es, sin defender que los seres vivos tienden hacia la perfección por alguna misteriosa razón). El progreso no viene, según Huxley, de urgencias internas de los organismos, sino de la selección natural, el motor de la evolución de Darwin, que actúa desde fuera. Es un progreso sin propósito". Tampoco somos los seres más evolucionados; un chimpancé, un pulpo o una acacia están tan evolucionados como nosotros lo que pasa es que han seguido un camino distinto. La evolución consiste en estar perfectamente adaptado a las condiciones del medio en el que vives.
Y quiero terminar con una frase que le leí a Juan Luis Arsuaga hace ya muchos años. Era 1999 y era "El collar de Neandertal", uno de los libros más bellos sobre evolución humana que nunca he leído. Hablando de la ausencia de genes neandertales en nuestro ADN decía "Nada me haría tanta ilusión como llevar en mi sangre una gota siquiera de sangre neandertal que me conectase con esos poderosos europeos de otro tiempo, pero temo que mi relación con ellos es sólo sentimental". Más de veinte años después, hoy ya sabemos que en nuestro genoma hay aproximadamente un cuatro por ciento de genes neandertales. Arsuaga y yo nos sentimos orgullosos de ellos. Él me contagió su amor y su respeto por estos primos hermanos. Su especie no es antepasada de la nuestra, pero los tratamos con la suficiente intimidad como para que hayan dejado su impronta en nosotros en forma de esa "gota de sangre", de ese cuatro por ciento de genes suficientes para que su legado perviva en nosotros.
Fascinante el tema de tu entrada y magistral tu forma de explicarlo, pues expresas de una manera muy comprensible cuestiones que son complejas, y que tú dominas como bióloga, se notan tus dotes divulgativas, Rosa, porque paradójicamente no es nada fácil explicarlo de un modo sencillo como tú lo haces, lo que demuestra tu dominio del tema.
ResponderEliminarQué puedo decirte… soy un apasionado de la ciencia, la biología, la antropología, etc, y en ese sentido soy un buen lector también de estas disciplinas.
Has explicado magníficamente esa diferencia teórica entre Lamarck y Darwin con el ejemplo de las jirafas, muy ilustrativo.
Comparto totalmente tu respeto por las creencias religiosas de otros, aunque yo tampoco sea creyente, cierto que ante un hecho desconcertante como la muerte, nuestra mortalidad, la religión mitiga la angustia ante ese final, por un camino u otro todos ansiamos lo mismo, dar un sentido a nuestra existencia.
Son lecturas que te muestran lo cerca que estamos del resto de animales… a pesar de considerarnos tan distantes de ellos, víctimas como somos de nuestro antropocentrismo.
Me ha encantado leerte.
Un beso.
Me alegra mucho lo que me dices porque temí haberme liado y que no me entendiera nadie. lo normal era que quedara claro porque tras casi treinta y cinco años explicando estos temas en clase, sería imperdonable no saber hacerlo, pero claro, una cosa es explicarlo hablando y otra muy distinta escribiendo.
EliminarSon temas que me apasionan, como también me apasionan el Big bang y la Relatividad (lo poco que entiendo de estos temas, claro).
Siendo tan amante de la literatura y la filosofía podía haber caído en la soberbia de lo grande que es el ser humano, pero la biología me ha puesto las cosas en su sitio. El hombre es una maravilla... biológica, como los virus (aunque no estén vivos) o tantos y tantos seres vivos que hacen cosas admirables para adaptarse a su medio.
El ser humano, no obstante, (desde el ergaster) ha dado un paso más. Tiene capacidad para entender y comprender a sus semejantes, sentir simpatía o amor o antipatía o odio. Tiene imaginación, capacidad de inventar e inventarse, pero nunca hará nada para lo que la naturaleza no le haya capacitado. Si vuela es porque la naturaleza le capacitó para idear y construir aviones.
La naturaleza nos hizo y ella nos deshará.
Dentro de lo autores que conozco sobre estos temas Arsuaga es genial. Es todo un poeta y un filósofo con una sensibilidad maravillosa.
Un beso.
Guauuuuuu, qué reseña, guapa. Me ha encantado esa manera tan buena de contar tus impresiones, que coinciden con las mías, sobre la evolución.
ResponderEliminarEstoy contigo que saber dónde ha llegado la especie humana sin la intervención divina es más alucinante que con ella, porque si hay un dios de por medio que obliga a que las cosas salgan así, pues no tiene gracia.
Ciencia y Religión pueden convivir siempre y cuando una no se meta en el terreno de la otra, intentar explicar cosas con la muletilla de "Dios" me parece hacer trampa, como esa gente que cuando no encuentra explicación a cómo el hombre pudo hacer algo (las pirámides de Egipto, los moáis de la isla de Pascua, etc.) dice que fueron los extraterrestres y asunto arreglado. Acudir a dios para explicar lo que no tiene explicación no me parece científico. Otra cosa es que cada uno crea en un ente superior, sin necesidad de recurrir a su voluntad para explicar lo que ocurre aquí, en el nivel 'inferior'.
Has explicado muy bien la diferencia entre la teoría de Lamarck (en auge ahora mismo en algunos sectores, cosas de la involución, supongo) y la de Darwin, un aplauso.
He dicho que coincido en todo lo que has comentado, pero en realidad no es exactamente así: a mí El collar del Neandertal me pareció un poquito espeso y lo abandoné. En cambio, otros libros de Arsuaga me parecieron fantásticos. Buscaré este que hoy nos traes en la biblioteca de mi marido que es fan de este hombre y tiene todos sus libros.
Un besote.
Eso es exactamente. Con un Dios de por medio, todo pierde su magia. Si las cosas son así porque él lo ha querido, todo se vuelve posible y por tanto, nada hay mágico. La magia está en llegar a un animal tan extraño y único como es el hombre (único en su percepción de sí mismo y de los demás seres) por causa del azar que res la evolución. El pensar que con una sola alteración no se hubiera llagado a nosotros, es lo que lo convierte en mágico. Al menos para nosotros.
EliminarYo no necesito a ningún Dios para explicar ninguna cuestión científica. Las que no tienen explicación la acabarán teniendo antes o después, pero entre mis alumnos los había muy religiosos, respetuosos la mayoría porque la profesora de Religión de mi instituto es una chica con la que yo me llevo muy bien y es ella misma muy respetuosa con todo. Yo no quería que ellos pensaran que yo intentaba tirar sus creencias por la borda. Aparte de que me preguntaban ellos mismos por el papel de Dios en todo esto.
No entiendo como nadie puede creer hoy en la teoría de Lamarck. Creo que está suficientemente claro que la herencia de los caracteres adquiridos es falsa. Y se puede decir que es la base de Lamarck.
No sabía de este libro. Me lo regaló mi hijo por Navidad.
A mí, sin embargo, "El collar de Neandertal" me pareció sublime. Está escrito con tal respeto hacia ellos que conmueve. Termina dedicándoles el epitafio romano, Sit tibi terra levis. Ahí fue donde yo lo conocí y me gustó tanto que se lo dedico a todos en mis entradas In memoriam.
Un beso.
Madre mía que reseña.
ResponderEliminarEste es el tipo de libros que a mi madre le habría encantado, ella te podía hablar de neandertales, antecessor y erectus como un experto. Visitó muchas cuevas con pinturas rupestres, y también Atapuerca y algunos yacimientos repartidos aquí y allá, solo por gusto y ganas de aprender. Ella sabía mucho, en cambio no me veo yo leyéndolo, soy más simple.
Mil gracias y feliz tarde.
Una pasión que comparto con tu madre. Cuando te metes en este mundo de la evolución humana, ya no puedes dejarlo y tratas de leer cada vez más y ver documentales y artículos, y, en una palabra, estar al día porque con cada descubrimiento, cambian las cosas. Hasta hace unos pocos años no se sabía que compartimos un pequeño porcentaje de genoma con los neandertales. Todos los humanos actuales excepto los africanos subsaharianos lo comparten.
EliminarEnterarse de esas cosas es lo que haría que tu madre, como yo, leyera todo lo que caía en sus manos al respecto.
Un beso.
Hola Rosa, a fé que lo has bordado. Es la primera vez que estoy por aquí y me ha gustado tu narración.
ResponderEliminarMuy buena recomendación.
Gracias por compartir.
Un saludo.
Si te apetece, mi blog es Anonyma Veneciana
https://anonimaveneciana.blogspot.com/
Me alegro de que te haya gustado mi blog y mi entrada. es un gran libro. Te visitaré en tu blog.
EliminarUn beso.
Siento una profunda simpatía por los Neandertales, a los que creo que muchas veces se les ha tratado de manera injusta, así que me uno al club de los orgullosos por compartir ese cuatro por ciento de genoma con ellos.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con tu entrada, Rosa. A mí también me encanta el tema de la evolución y en concreto de la evolución humana. Cómo cuesta a muchos entender que somos producto del azar y sin embargo qué cierto es que ese azar nos ha hecho capaces de cosas maravillosas (y algunas no tantas). Parece algo casi milagroso incluso para los que no nos gusta mezclar a Dios con estas cosas. Supongo que a eso se debe en gran medida la fascinación que siento por estos temas.
Ya no recuerdo qué profesor de la facultad fue el que nos dijo que en este país había muy poca cultura científica porque había muy pocos divulgadores científicos que fuesen buenos, pero sí recuerdo perfectamente que citó a Juan Luis Arsuaga como ejemplo de buen divulgador científico.
Me has traído muy buenos recuerdos con esta entrada.
Besos
Yo creo que s milagroso, precisamente porque no hay Dios por medio. No le veo nada de milagroso a que un ser omnipotente haga cosas imposibles. Eso es lo típico de los que todo lo pueden. Lo milagroso es que por simple azar haya salido toda la vida conocida con toda su variedad.
EliminarSe ha tratado a los neandertales como salvajes y toscos antepasados, cuando la verdad es que ni eran toscos ni eran antepasados, y su nivel de evolución está a la par que el nuestro: ellos evolucionaban en Europa a la vez que nosotros lo hacíamos en África. Eran inteligentes, tenían ritos funerarios lo que indica amor y respeto por sus semejantes. Eran demasiado parecidos a nosotros y a muchos no les gusta mirarse en ese espejo, pero mal que les pese a estos últimos, nos hemos llevado en nuestro ADN parte del neandertal y es una parte que contribuye a nosotros tanto como el resto.
Juan Luis Arsuaga es un científico muy humano y un divulgador genial.
Un beso.
Me ha encantado tu entrada, Rosa. Haces fácil lo complicado, tus alumnos te echarán de menos.
ResponderEliminarArsuaga es un gran divulgador porque logra transmitir toda su pasión por el estudio de la vida, sin perder un ápice de rigor. Saqué el libro este verano de la biblioteca, flamante y al leerlo se le fueron saliendo las páginas. Me dio vergüenza devolverlo en ese estado, así que compré uno nuevo y me quedé el tomo descuajaringado de la biblioteca. Parece fruto de un robo, porque tiene el tejuelo y demás, pero no. El caso es que tenerlo me permitió una lectura reposada, tomando notas y aprendí tanto como reflexioné. Es un libro ambicioso y en algunos momentos abrumador, pero lo compensa el entusiasmo de Arsuaga. Aunque no es tan famoso como el Noval Harari, creo que le puede en un tú a tú.
Un abrazo.
¡Eso es leer con pasión! Se arrancan las hojas de tanto entusiasmo. Ahora en serio, vaya corte ir a la Biblioteca con un ejemplar nuevo y decir que lo llevas porque el otro se ha destrozado. Lo bueno es que ahora tienes ese libro deshojado y con tejuelo.
EliminarTiene partes un poco más complicadas que para personas menos expertas en el tema pueden resultar, como dices abrumadoras, pero el tono general es muy asequible.
Tengo yo que hacerme con el de Harari, aunque veo que el de Arsuaga te ha gustado más.
Un beso.
Se nota la profesora que durante tu vida profesional has sido. Esos 'por qués' y 'para qués' tan repetitivos de tus alumnos acerca de las leyes de la evolución y coass así me han recordado otros 'por qués' y 'para qués' de los míos referidos a la literatura, la poesía, la belleza en la escritura, la función poética y cosas así. Se ve que los adolescentes no abandonan su afán preguntón sea cual sea la disciplina en la que estén. También mis respuestas solían ser del tipo de las tuyas ('para nada', 'no sé', 'nadie lo sabe'...) y es que si algo deben transmitir los enseñantes a sus alumnos es ese afán indagador inoculándoles el virus (éste sí que es bueno) de la curiosidad. Si se les da soluciones categóricas, su cerebro se adormecerá y no volverá a cuestionarse el problema; interesa que ese cerebro esté en actividad permanente preguntándose cosas, dándose respuestas equivocadas o no; en definitiva, trabajando, formándose y fabricándose su explicación del mundo y su lugar en el mundo.
ResponderEliminarFantástica reseña, Rosa. Conozco la labor divulgadora de Arsuaga aunque no lo frecuente.
Un beso
Los adolescentes necesitan tener las cosas muy claras. Eso de que en la evolución humana haya diferentes teorías y que se demuestren falsas cosas que se tenían por ciertas, les pone muy nerviosos. Cuesta explicarles que los nuevos hallazgos de nuevos fósiles van cambiando la visión de cómo ha sido esa evolución. El que las cosas no tengan un "por qué" y un "para qué", tampoco les gusta mucho, pero terminan por entenderlo, al menos los más espabilados, porque siempre hay alguno más cerrado que se enfada y ante un "porque sí" o un "para nada en especial" decían "pues vaya respuesta, tú eres la profe" y yo siempre les decía que yo, afortunadamente, no lo sé todo y que además hay preguntas que no tienen respuesta.
EliminarEntre los alumnos, como entre toda la gente, hay quienes saben pensar y quienes necesitan que otros piensen por ellos.
Un beso.
Este tema daría para tanto que solo diré que me entusiasma hasta tal punto de que no puedo dejar escapar la ocasión de leer esta obra. Mi dilema es si leo antes "Sapiens", de Yuval Noah Harari, una obra que me han recomendado encarecidamente o "Vida, la gran historia". Aunque, bien pensado, qué más da, ambas obras tratan de la evolución humana, aunque esta última parece enfocarla más desde el punto de vista biológico y creo que Sapiens lo hace más desde el prisma antropológico y sociológico. Tanto monta, monta tanto.
ResponderEliminarUn aspecto que se me antoja conflictivo es la coexistencia del pensamiento científico y religioso. Yo también pensaba que eran perfectamente compatibles ambos enfoques en lo que se refiere a la evolución y aparición del hombre, pero ahora tengo mis dudas. ¡Nos quedan tantas cosas por conocer! Parece que con el big bang esté todo explicado, aunque la explicación no sea precisamente sencilla. Pero ¿qué había antes de la gran explosión? ¿Cómo asimilamos/interiorizamos el concepto de Nada y de Infinitud?.
La exitencia de un Dios lo explica todo y nos ahorra tener que buscar explicaciones que no dejan de ser incomprensibles. Dios no creó al hombre a su imagen y semejanza, fue la revés, fue le hombre el creador de ese Dios antropomorfo y todopoderoso. No obstante, te pongas del lado que te pongas, del creacionista o del evolucionista, ambos son por igual extraordinariamente increìbles.
Me ha encantado esta reseña y compraré el libro sin dilación. Solo espero que me aporte muchos más conocimientos de los que tengo (y tengo los justos de un licenciado en biologia) y no se trate únicamente de un libro de divulgación científica para profanos en la materia.
Un beso.
Hace tiempo que tengo pendiente el libro de Yuval Noah Harari. Afortunadamente, tú y Gerardo me lo habéis recordado. El punto de vista biológico es fundamental para poder entender el antropológico y social. En realidad yo creo que todos pueden resumirse en la biología porque es la biología particular del ser humano la que le permite llevar a cabo esa parte sociológica y cultural.
EliminarPreguntar que había antes del Big bang, no tiene sentido porque antes del Big bang no había tiempo. El tiempo, el espacio, la materia y la energía, se originan en el Big bang. Decir que no hay nada antes o después, es erróneo porque ni siquiera hay antes o un después. Pasa lo mismo con el espacio. No existe el infinito más que en los números. Más allá del Universo, no hay espacio, por lo tanto no se puede decir que no haya nada, es que no hay un dónde, como no hay un cuándo. Y si yo no lo entiendo (que no lo entiendo) no es culpa más que de mi cortedad mental. No es que se necesite un Dios para explicarlo.
Entiendo que se acuda a lo sobrenatural para explicar lo que no somos capaces de entender, pero a mí no me sirve. Yo creo que sí que pueden coexistir Ciencia y Religión. Basta con que los religiosos acepten la ciencia como el designio de Dios. Lo que no pueden hacer es negar la Ciencia, salvo que sean muy cerriles.
Un beso.
Yo solo sé que no sé nada.
EliminarOtro beso.
Ahí andamos todos...
EliminarMe envuelvo en lo que dices pero me he perdido en el libro.Tu poder al escribir me hace olvidar el motivo del escrito-
ResponderEliminarEres fuerte en lo que dices y es tan cierto :
Las Religiones son necesarias, tanto que si no existieran habría que inventarlas, tanto que cuando no existían se inventaron, porque cuando el ser humano descubre su propia mortalidad tiene que inventar una vida más allá de la muerte.
Tener fe es importante para guiar a los niños
para calmar a los grandes
y hacer feliz la muerte de los viejos
abrazos siempre
Ojalá la Religión me sirviera de consuelo para encarar con más alegría el fin de la vida, pero tuve la desgracia de ser agnóstica y me tengo que enfrentar sola a mi propia mortalidad.
EliminarSe hará lo que se pueda.
Un beso.
Estupenda y didáctica clase de biología, Rosa. Es un tema que me interesa mucho desde que conocí -hace unos años ya- el blog del profesor Emilio Valade llamado Paseante silencioso. Temas coma el azar, la genética y la adaptación de las especies son fascinantes. Yo destacaría dos cosas en las diferencias del humano con el resto de especies. Una sería el don para hacer arte y otra el suicidio que entiendo no se da en otra especie animal. El libro, por otra parte, también me resulta más que interesante.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
No conozco ese blog que mencionas, pero me pasaré a echar un vistazo.
EliminarEsas que mencionas, arte y suicidio, son dos características eminentemente humanas, pero fíjate que yo creo que ambas provienen de la imaginación. Hay que imaginarse la obra de arte antes de crearla y hay que poder imaginarse a uno muerto, y las formas en que se puede llegar a ese estado. En todo caso, apasionantes esas aptitudes humanas en un ser que no deja de ser un simple animal.
Un beso.
Hola Rosa, me ha encantado la reseña y me ha parecido muy didáctica. Si el libro está tan bien explicado y de forma tan sencilla como tu lo cuentas, seguro que me gusta. Porque filosofía si que he estudiado en mis tiempos, pero biología no, que yo soy de letras y muchas veces estos temas me resultan complicados y no demasiado atractivos. Sin embargo me apunto el autor por si me ánimo. Besinos.
ResponderEliminarA mí son los temas que más me gustan dentro de la biología, precisamente por la parte que tienen de "letras". Hay tanta filosofía en la evolución, en la Relatividad, en el big bang... etc, que es por eso por lo que me apasionan, por su forma de aunar lo científico con lo humanista, si es que ambas cosas no son una misma que tampoco lo tengo claro.
EliminarArsuaga explica mucho mejor que yo, lo que pasa es que alguno de los temas que trata son un poco más complejos, pero creo que puede estar a la altura de cualquiera mínimamente interesado.
Un beso.
¡Hola, Rosa! ¡Cómo he disfrutado esta entrada! Cuando llegué a un momento de mi vida en el que me di cuenta de toda la ignorancia que tenía comencé a leer libros de divulgación científica. Primero con uno de Bill Bryson que reunía de un modo muy ameno la historia de las distintas disciplinas. Luego, seguí. Antropología, Física cuántica, Astronomía, la teoría de cuerdas... Bueno, de todo. Entre ellos uno de los primeros fue La especie elegida de Arsuaga, o Tras las huellas de Adán, o los de Jay Gould. Luego comencé con las letras y, ya no les dedico tanto tiempo.
ResponderEliminarMe ha encantado cómo has explicado la diferencia entre Lamarck y Darwin. El problema de nuestro cerebro racional es que se mueve en términos de "causa-efecto". Cuando escuchamos un trágico accidente siempre buscamos qué causa lo provocó y qué pudo hacerse para evitarlo. Pero la vida es azar, puro azar. Nada hay que podamos controlar. Aplicado a la evolución, lo inmediato es pensar que tiene una finalidad predeterminada, como si hubiera un plan para llegar a nosotros. Como si funcionara como el famoso dibujo que va de un pequeño mono al ser humano. De todas formas, y seguro que tú tienes más conocimiento, parece que la epigenética está al menos planteándose en qué forma el ambiente puede alterar la mutación azarosa del ADN y quién sabe si existe un mecanismo que de alguna manera oriente esas mutaciones.
En cuanto a la dicotomía Religión-Ciencia. Los años me hacen verla como las dos caras de la misma moneda. En la novela de Contact de Carl Sagan, hay un diálogo precioso entre el sacerdote y Ellie, la astrónoma. Cerca del final, cuando Ellie no puede probar su experiencia y parece situarse en la misma posición que la Religión.
Por supuesto, hablo del sentido religioso, no al folklore de cada religión en concreto.
¡Otra, otra, otra entrada de estas, Rosa! Un abrazo!
Veo que nos interesan los mismos temas. "Tras las huella de Adán" figura como mi primera lectura en 1981. estaba en casa desde que recuerdo. Era un ejemplar del Círculo de Lectores que tenía mi padre. Me fascinó. Después leí "El mono desnudo" y también me gustó mucho, pero fue en 1984 con ""Lucy: el primer antepasado del hombre" de Donald Johanson y Maitland Edey cuando me enamoré del tema definitivamente. Luego vinieron los libros de Arsuaga y muchos artículos en revistas especializadas y periódicos. He visto avanzar la evolución desde que se creía que Lucy era el primer antepasado con 3,5 millones de años (ahora se sabe que tampoco es nuestro antepasado; sería el primer homínido) hasta Orrorin tugenensis, que con más de seis millones de años es, por hoy, el más antiguo homínido del que hay certeza., porque hay por ahí otra especie de unos siete millones de años que no se puede asegurar.
EliminarEs cierto que el medio ambiente provoca mutaciones, ahí están todos los productos y radiaciones cancerígenas, pero lo que no puede hacer el ambiente es que esas mutaciones sean favorables o lleguen a serlo con el tiempo. eso es puro azar. ya sé que hay quien piensa que ese azar podría no ser tan azaroso, pero hoy por hoy, no han dado argumentos que me convenzan.
No he leído esa novela de Carl Sagan y mira que me gusta el hombre y adoro su "Cosmos". Debería ponerme con ella. La tengo apuntada hace siglos junto a su Premio Pulitzer "Los dragones del Edén".
Un beso.
Uffffffffffff..... Esta entrada, a estas horas, requiere un café y el silencio que ahora mismo hay en mi casa. Te has metido en un tema interesante y para debatir largo y tendido. Te confieso que yo soy de las de religión, pero con muchos matices. Yo respeto todo tipo de opinión, por supuesto, y puedo dialogar al respecto con una cerveza en la mano (esta vez, cerveza) sin despeinarme ni airearme. ¿Acaso sé algo? No, no sé nada pero ahí están mis creencias. En fin, que el libro me parece de esos que hay que leer pues, en una situación como esta, precisamente. Me hubiera venido bien tenerlo a mano. Además, está muuuuuuuuy alejado de lo que suelo leer y a mí me gusta variar mucho, irme de un extremo al otro. Por otra parte, parece un libro muy accesible a las mentes más "cortitas" para estos temas de ciencias. Que yo soy de letras, jejeje. Gracias Rosa por este descubrimiento. Lo tendré en cuenta, si no para mí, sí para un regalo para mi cuñado, que le encantan esos temas y él, de religión, no es. Besitos.
ResponderEliminarNunca he entendido por qué hay tanta gente que se empeña en que los demás piensen como ella. Entiendo la discusión con un vino en la mano (yo soy de vino), pero el montar guerras para tratar de conseguir una uniformidad de pensamiento es una de las mayores aberraciones existentes. Y contra ellas no valen ni los libros pues muchos nazis (por poner un ejemplo) eran muy cultos y grandes lectores.
ResponderEliminarLas diferentes formas de pensar y de ver la vida yo creo que contribuyen a hacer el mundo más variado y mejor, ayudan a la evolución, igual que la variabilidad en las formas ayuda a la selección natural, ja ja.
Arsuaga es un gran comunicador. Desde que lo conocí en su libro "La especie elegida" no he dejado de leerlo y creo que son libros al alcance de cualquiera aunque sea de letras.
Un beso.