"Gilead" Marilynne Robinson

"«Sólo hay que ver cómo es este lugar —dijo—. Cada vez que un árbol alcanza un tamaño decente, llega el viento y lo abate»". Y este lugar es Gilead, un pueblo de Iowa, en la pradera; un pueblo que lleva el nombre que se da en la Biblia a un lugar en el que se puede encontrar un bálsamo milagroso que lleva la paz y la salvación a las almas que precisan de ellas en tiempos agitados. Un pueblo en medio de la pradera americana donde antes pastaban los bisontes poniendo una nota de relieve en un horizonte que ninguna otra posee, donde ahora la vista se pierde en la lejanía sin interrupciones, un lugar donde "las montañas no serían sino una impertinencia".

El reverendo John Ames tiene setenta y siete años de los cuales ha pasado setenta y cuatro en Gilead. Su padre trató de hacerle ver que el mundo era más ancho, que él no tenía por qué ser fiel a los principios de sus antepasados, "Él me exponía las maravillas de un mundo más extenso y yo, entretanto, estaba tomando la rotunda decisión de no arriesgarme nunca a experimentarlas. «Me he dado cuenta —dijo— de que aquí vivíamos bajo los estrictos límites de unos conceptos muy antiguos y muy localistas. Quiero que entiendas que no tienes por qué ser leal a ellos»". Pero John Ames solo ha sido, durante sus setenta y siete años de vida, leal a sí mismo. Ni siquiera es lealtad al Señor cuya naturaleza está por entero fuera de esos conceptos. 

Ante un final que presiente próximo, decide dejar a su hijo de siete años una larga carta en la que contarle episodios de sus antepasados y darle los consejos que no podrá darle en persona. Dirige la carta al hombre que será su hijo más adelante con idea de hablarle de sus orígenes, pero también de transmitirle experiencias y sensaciones acerca del presente, de ese momento en que su hijo tiene siete años y él se prepara para estar muerto. "Si cuando leas esto ya eres un hombre hecho y derecho —mi intención al escribir esta carta es que la leas entonces—, hará mucho que me habré marchado. Ya sabré casi todo lo que hay que saber sobre estar muerto, pero seguramente me lo reservaré para mí. Así parece que son las cosas"

No, lo único que John Ames no podrá contarle a su pequeño hijo es quizás lo más importante, lo que todos deberíamos saber, la experiencia de estar muerto, porque tal vez así nos quitaríamos los miedos y podríamos gozar más de la vida sin el temor a la muerte. John Ames es un pastor protestante cuyas únicas lecturas, y ha leído mucho a lo largo de su vida, consisten en libros religiosos. Toda su vida ha estado dedicada a llevar la paz a sus feligreses, acompañarlos en su último momento, recibirlos en el seno de la Iglesia cuando llegan al mundo, orientarlos en su caminar por la vida, preparar los sermones para cada domingo. Es un hombre sabio que ha buceado en las escrituras y en los libros de teología y filosofía religiosa de muchos hombres sabios, pero aún así, como cualquier hombre, y para eso no hay distingos entre sabios o ignorantes, lo ignora todo acerca de lo que es estar muerto. 

En esta novela no pasa nada digno de reseñarse y sin embargo pasa todo un mundo por las almas de algunos de sus personajes, por el alma del reverendo John Ames. Empieza este relatándole a su hijo un viaje que hizo con su padre para buscar la tumba de su abuelo (bisabuelo del niño) en Kansas. Él tenía entonces doce años. Su abuelo había desaparecido de la casa familiar en la que vivía y finalmente supieron que había muerto y estaba enterrado en Kansas, en un pueblo en el que casi no quedaban habitantes, expulsados por la sequía, un pueblo cuya única razón de ser era haber sido fundado a mediados del siglo XIX por el Partido de la Tierra Libre dedicado a luchar contra la esclavitud. Su abuelo y sus amigos contaban una una historia de la que John Ames no puede dar fe de su verdad porque, según él mismo dice, entre aquellos ancianos adornar una historia no era lo mismo que faltar a la verdad. "En cualquier caso, en algún pequeño y olvidado asentamiento abolicionista de la zona, tan pronto como se instaló una tienda de suministros generales a un lado de la carretera y unas caballerizas en el otro, los vecinos empezaron a construir un túnel entre las dos. Excavar túneles era a la sazón una actividad muy popular y gran parte del ingenio se dedicaba a crear escondites y rutas de escape".

El abuelo había luchado en la Guerra de Secesión y era un abolicionista convencido. La lucha generacional entre el padre y el abuelo del reverendo se manifestaba alrededor del concepto de guerra. El abuelo había luchado en ella por la libertad de los esclavos; la guerra para él era una especie de purificación. El padre, como reacción, iba a sentarse con los cuáqueros porque decía que el último adjetivo que podría aplicar a la guerra era el de purificadora. ¿Cómo podían las mujeres que habían perdido hijos, hermanos o marido en la guerra pensar que el mundo era más puro por ello? Pero la defección del padre se volvería contra él y la recordaría años después cuando él mismo la sufriera por parte de su hijo mayor, Edward. "Mi padre comentó una vez, en un sermón, cuánto lamentaba las ocasiones, después de la guerra, en que había ido a sentarse con los cuáqueros mientras el abuelo pugnaba por encontrar palabras de consuelo para los pobres restos de su grey".

Las luchas pretéritas entre su padre y su abuelo y entre su padre y su hermano, se alternan en la larga carta del pastor con los hechos del momento. Con la visita de Jack Boughton a su padre, el reverendo Boughton, amigo de la infancia de John Ames. Jack guarda un secreto que no se atreve a confesar a su padre, enfermo y tan moribundo o más que John Ames. Jack cautiva al hijo y a la esposa del pastor quien teme la amenaza que el hombre puede suponer para ellos cuando él ya no esté. 

Para John Ames, su esposa Lila y su hijo son la bendición que ya no esperaba. El pastor estuvo casado de muy joven y tuvo una hija, pero madre e hija murieron en el parto. El resto de su vida ha estado solo y ya rondaba los setenta años cuando apareció Lila en su vida para llenarla de color y de las risas de un niño con el que ya no contaba. "Nunca creí que vería a una esposa mía idolatrando a un hijo mío. Todavía me asombra cada vez que lo pienso. Escribo esto, en parte, para decirte que si alguna vez te preguntas qué has hecho en tu vida, y todo el mundo se lo pregunta en un momento u otro, sepas que has sido para mí la gracia de Dios, un milagro, algo más que un milagro. Tal vez no me recuerdes muy bien y quizá no te parezca gran cosa haber sido el hijo querido de un viejo en un pueblecito de mala muerte que, sin duda, habrás dejado atrás. Ojalá tuviera palabras para expresarme".

Marilynne Robinson

Para mí, totalmente ajena a la religión, tan ajena que más que atea me considero agnóstica en el sentido de que el tema no me interesa ni siquiera para negarlo, este libro tan lleno de santas escrituras, preceptos sagrados y designios del Señor encierra una belleza que trasciende lo que pueda ser la religión. Hay mucha sinceridad en las páginas de esta novela, mucho humanismo, mucho escarbar en las propias contradicciones, en los propios defectos que se desearía ver convertidos en virtudes. Todo eso me cautiva. Los escritos de John Ames a su hijo, están llenos de verdad, de amor a los demás y a la naturaleza en la que se vive. "
No te estoy diciendo que nunca tengas dudas o que no te hagas preguntas. El Señor te dio un intelecto para que hicieras buen uso de él. Lo que digo es que debes tener la certeza de que esas dudas y preguntas son cosa tuya y no, por así decirlo, el bigote y el bastón que están de moda en un momento determinado".

No sé la postura de Marilynne Robinson hacia la religión. No me importa. He leído tres de sus novelas y son tan fascinantes y están tan llenas de vida, que lo que me transmiten trasciende el hecho religioso. "Lila", aun escrita varios años después de "Gilead", nos lleva a un tiempo anterior, el tiempo de la infancia y juventud de Lila hasta llegar a Gilead y encontrar el amor y la estabilidad con el pastor John Ames, aunque no terminemos de verla muy convencida. "Vida hogareña" se aleja de Gilead y de los personajes que ya conocemos. Más que alejarse, es que aún no se ha acercado, porque es la primera novela de su autora, escrita veinticuatro años antes de "Gilead", la siguiente. Y aunque es la primera, nada haría sospecharlo, porque en ella ya se ven las características que han hecho de Marilynne Robinson una de las autoras más interesantes y completas de cuantas han caído en mis manos. Es la primera, pero ya fue nominada al Premio Pulitzer que finalmente obtendría por "Gilead".

Puede que no sea una autora para cualquiera y "Gilead" en especial puede resultar árida o demasiado intimista y con poca acción, pero el placer de ir descubriendo todas sus vueltas y matices es toda una experiencia que no querría haberme perdido. 

Grant Wood "The Birthplace of Herbert Hoover" (1931)
Grant Wood "The Birthplace of Herbert Hoover" (1931)

Título del libro: Gilead
Autora: Marilynne Robinson
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Gilead
Traducción: Montserra Gurguí y Hernán Sabaté
Editorial: Galaxia Gutenberg
Año de publicación: 2011
Año de publicación original: 2004
Nº de páginas: 276

Comentarios

  1. Hola, Rosa.
    Comparto tu punto de vista agnóstico en cuanto al hecho religioso. Sin embargo, también me interesan las novelas, los ensayos o las películas que afrontan el tema desde distintas perspectivas. No conocía a la autora pero con carácter general me gusta la literatura estadounidense. Más si cabe cuando está ambientada en el medio rural o en la América profunda. Sigo aprendiendo al leerte y te agradezco tu labor.
    Besos.

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    1. Pues, tres de tres. la tercera novela de la autora que leo y, aunque reconozco que es más dura de leer que las otras dos, igual me ha encantado. Es más dura porque no deja de ser una larga carta llena de disquisiciones filosóficas acerca de todo lo humano y lo divino. Hechos como tales, hay pocos, pero los que hay unidos a las reflexiones del pastor, me han mantenido pegada al libro.
      Es curioso como a a veces a los agnósticos nos atrapa la visión religiosa de la vida. Si toda la religión fuera como la del reverendo John Ames, habría menos crisis de vocaciones de las que se quejan los curas.
      Un beso.

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  2. No he leído nunca a esta autora y me interesa mucho lo que cuentas sobre esta novela. Yo tampoco son creyente y siento que esa condición hace que me apetezca más la novela. Desde luego estará presente en mis próximas adquisiciones como viene siendo habitual con tantas de tus reseñas.
    Un beso.

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    1. Espero que te guste. Es una novela más de análisis y reflexiones que de hechos en sí. En las otras dos novelas de la autora había muchos acontecimientos y pasaban muchas cosas, y en la que me resta me da la impresión de que también. Esta, sin embargo, es puro sentimiento y reflexión, pero de los que a mí me atrapan.
      Un beso.

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  3. Hola Rosa, de la autora he leído Vida Hogareña y tengo que reconocer que me costó un poco cogerle el ritmo, pero luego la disfruté mucho. Me apunto esta y la otra que comentas que no me importaria volver a leer algo de la autora. Besinos.

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    1. No se trata de una autora fácil, de las que se leen sin sentir. Esta hace sentir mucho y exige un esfuerzo por parte del lector y puede que en esta novela más que en ninguna. Pero ya sabes que a mí me gusta que me exijan ese esfuerzo cunado el resultado lo vale y en este caso creo que lo vale de sobra.
      Un beso.

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  4. Me gusta leer por varios motivos, pero uno de los que más, no es por reafirmar mis posturas, pues es muy poco estimulante, es por esas historias que me permiten confrontar mi visión de las cosas, ya que también (en cuanto a esta novela) me sumo al bando de los agnósticos, y lecturas así sirven para replantearme determinados asuntos, provocarme algo tan saludable como hacerme dudar, y aunque sabes que leo filosofía... la literatura te hace copartícipe (ya sea por empatía con los personajes, etc, etc) de la situación de una manera más vívida que la filosofía (aunque ahí encuentro otros aspectos que no puede darme la literatura, todo se complementa).

    John Ames, el personaje, es un párroco especial, por lo que cuentas, me consta que sería ese tipo de persona con la que me encantaría conversar un rato cada tarde, acerca de la vida en general, o de cualquier nimiedad en particular, sin duda.
    Sabía ya de la novela y su autora, hace tiempo que la he visto en algunos blogs amigos y la tenía apuntada.
    Muy jugosa tu aportación, Rosa.
    Beso.

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    1. Yo también pensé en lo mucho que me gustaría haber tenido una conversación con el reverendo John Ames, una noche calurosa de verano, en el porche, con una copa de vino. Aunque no sé si al pastor lo del vino le perecería adecuado.
      Leer para ver reforzadas tus propias opiniones, me parece una labor estéril y vanidosa. Es cierto que a veces te gusta ver que un autor piensa lo mismo que tú acerca de alguna cosa, pero lo que más me gusta es cuando me hacen dudar y preguntarme acerca de la validez de mis opiniones. Por eso soy incapaz de hablar en contra de las religiones (otra cosa es el hablar en contra de las jerarquías religiosas). Cuando me preguntan si soy creyente, lo que me sale espontáneamente es decir "Digamos que yo no me meto con Dios y él no se mete conmigo". Algo que no siempre se puede argumentar porque se puede ofender a alguien y no merece la pena.
      Cualquier novela de la autora merece la pena. he leído tres de las cuatro que tiene y todas me han gustado mucho.
      Un beso.

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  5. No conozco a esta autora, pero me ha gustado lo que cuentas. Me lo apunto. Gracias por compartir tu lectura. Un saludo

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    1. No es su novela más fácil, pero me ha gustado mucho. Igual para empezar con la autora, conviene más "Vida hogareña" que da más idea de cómo son sus historias, aunque eso depende de cada uno.
      Un beso.

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  6. Curioso cómo he acabado por aquí y cómo me ha atrapado lo que puede llegar a ofrecerme esta autora, que no conocía. Gracias por descubrírmela. Ahora voy a buscar más sobre su bibliografía.
    Por cierto, un saludo.

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    1. Es una autora muy interesante y con mucho que decir. Tiene solo cuatro novelas escritas de las que me queda tan solo una, "En casa", que al parecer desarrolla más una familia que aparece en "Gilead", los Boughton que desde luego, tienen mucho interés y su historia pide más información. No creo que tarde mucho en leerla.
      Espero que Marilynne Robinson te guste tanto como a mí.
      Un beso.

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  7. No me disgustó esta novela aunque Vida hogareña me gustó mucho más. Lo de las novelas ambientadas en medio rural americano me encanta y así descubrí esta novela, buscando libros ambientados ahí.
    Gran reseña. Un beso

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    1. De las tres novelas leídas de la autora, esta es la más árida y la más costosa de leer, pero a mí me ha llegado a atrapar por el interés de las reflexiones, interés que no tiene por qué ser común a todos.
      La verdad es que "Lila" y "Vida hogareña" también me gustaron más, pero no he querido decirlo porque cuando en las entradas digo cosas así, mucha gente entiende que la novela de la que hablo no me ha gustado y no ese eso para nada. Que me hayan gustado más otras no quiere decir que esta no me guste. A veces, para evitar malentendidos...
      Un beso.

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  8. Hola Rosa!! Es muy curioso, pero en el libro que estoy leyendo ahora, uno de los personajes recomienda este título. Tomo buena nota de tu experiencia lectora .¡Fenomenal reseña y gracias por tu recomendación! Besos y cuídate!!

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    1. Ese tipo de casualidades me han sucedido muchas veces, hasta el punto de que a veces digo que no puede ser casualidad... No sé qué libro puede ser el que recomienda "Gilead", pero seguro que es un buen libro.
      Un beso y gracias por tus palabras.

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  9. No soy un conocedor de la Biblia, así que no sabía que Gilead aparecía ni lo que significaba en ese libro sagrado.
    En cuanto a esta obra, debo decir que las novelas epistolares me aburren sobremanera y si, encima, gira alrededor de la religión, por muy bien escrita que estén, no me atrae. Supongo que, no solo es cuestión de gustos, sino también del estado de ánimo en el que uno se encuentra. Pero, de entrada, no sería mi elección.
    Un beso.

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    1. Yo tampoco sabía nada acerca de Gilead, salvo que fue (puede que aún lo siga siendo) la contraseña de mi hijo y la verdad es que no sé por qué. Siempre pensé que sería debido a alguna de sus frikadas, y no le di más importancia pero ahora me ha entrado la curiosidad. Se lo voy a preguntar.
      Lo que significa Gilead lo he sabido por una nota de los traductores en este libro. Yo tampoco soy nada versada en cuestiones bíblicas.
      La novela es muy buena, pero entiendo que no puede gustar a todos y que tampoco cualquier momento es el adecuado para ella.
      Un beso.

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  10. Hola.
    Qué interesante, yo también soy agnóstica. La novela tiene muy buena pinta. Me encanta la literatura epistolar, y me ha parecido muy original todo lo que dices.
    Mil gracias por la reseña.
    Feliz finde.

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    1. La novela es muy buena y original. La autora es una gran novelista, aunque solo tenga cuatro novelas escritas en un lapso de treinta y cuatro años.
      Esta no es una novela de entretenimiento, pero si se buscan reflexiones interesantes, sentimientos humanos y mucha vida, es lo ideal.
      Un beso.

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  11. Creo que este lo voy a dejar pasar. Iowa me pilla lejos y recuerdos de una guerra como la de Secesión, también. Ya sabes que la literatura norteamericana no me seduce y estoy segura que a veces me pierdo buenas cosas.
    Aunque, he de confesar, que eso de contar las cosas mediante cartas me atrae, pero lo de que no tiene demasiada acción y que puede resultar árida... uf. Ahora mismo tengo un buen embotamiento por culpa de la cuarentena (esto de salir a medias, me está matando) así que no estoy yo para lecturas sesudas.
    Besos.

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    1. Iowa queda un poco lejos, sí. Al contrario que a ti, como cualquiera que me conozca un poco ya sabe, la literatura norteamericana me gusta mucho, no obstante creo que los anhelos y sentimientos humanos son los mismos en todas partes, al menos en todas partes del mundo occidental (los orientales son otro mundo, aunque probablemente se resuma en lo mismo).
      No sé si es una lectura sesuda, pero desde luego, no es una novela en la que buscar entretenimiento y relajo. Llevo una temporada que hasta lo policíaco de por la noche es bastante duro.
      Un beso.

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  12. Su tono intimista me atrae, aparte que la misma portada lo sugiere. Una lectura perfecta para descansar de tanta agitación. La guerra solo trae desgracias, poco hay de purificador en ellas, me parece interesante la confrontación de los personajes sobre cuestiones como esta.
    Un abrazo.

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    1. Las portadas que Galaxia Gutenberg le pone a esta autora son preciosas. En todas las entradas, pongo la reproducción real del cuadro y de la de "Lila" hasta tengo una historia personal que ya comentamos en aquella entrada.
      las confrontaciones entre padres e hijos que se dan entre el abuelo y el padre, entre el padre y el reverendo actual y entre Boughton, padre e hijo, son muy interesantes sin ser tampoco muy drásticas.
      Por mucho que una guerra sirva para terminar con la esclavitud (nunca con el racismo), los resultados solo pueden ser desastrosos. Las reflexiones acerca de todo esto son geniales.
      Un beso.

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  13. Pues yo no conocía ni a la autora ni a ninguna de las obras que comentas. Voy a echar un ojo en librerias y editoriales, a ver cuál sería mejor para el estreno. Me gusta lo que nos has contado, especialmente ese, "en este libro no pasa nada reseñable"... pero pasa de todo, seguro. En fin que, tomo nota. Besos

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    1. Pues me alegro de haberte descubierto a la autora. Tal vez lo mejor para empezar sea "Vida hogareña". Es su primera novela y es totalmente independiente. las otras tres forman parted e una trilogía ambientada en Gilead y, aunque se pueden leer independientemente (yo empecé por "Lila" que es la tercera), parece como que apetece leerlas en orden y todas. "Gilead" es la primera por si quieres empezar la trilogía.
      En todo caso, creo que merece la pena conocer la obra de la autora.
      Un beso.

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  14. Este lo dejo pasar, no me llama nada la atención. Muchos besos.

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    1. Muchos besos, también para ti. Nada mejor que dejar pasar un libro que no apetece y dejar descansar la lista.

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  15. Maravilloso que mas puedo decirte
    desde hoy sere asi
    no quiero que lo que te digo lo tomes como ofensa.
    Soy de verdad y te aprecio

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    1. Y yo te agradeceré que hables de los libros sobre los que todos opinamos en este espacio, no sobre lo maravillosa que soy que eso ya lo tengo asumido.
      Un saludo.

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  16. Me gustan esas historias en las que aparentemente no sucede nada. Guardo además un grato recuerdo de Vida hogareña. Tal vez sea hora de empezar a plantearme repetir con Marilynne Robinson,
    Besos

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    1. "Vida hogareña" me encantó. este es totalmente distinto y a la vez tiene el sello de Marilynne Robinson. En breve leeré el que me queda, "En casa" porque debe de ser el complemento perfecto a "Gilead". Una obra con entidad de conjunto. Una autora para repetir.
      Un beso.

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  17. ¡Hola!
    No conocía el libro ni a la autora, pero algo en tu reseña ha hecho que me fije en ella. No sé si es un libro que me apetece leer en este momento, pero sin duda me gustaría leerlo algún día.
    Muchas gracias por la recomendación, me quedo por tu blog.

    ¡Nos leemos!

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    1. Puede que no sea un libro para las actuales circunstancias, pero no cabe duda de que libro y autora son para tenerlos en cuenta.
      Un beso.

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  18. Ostras, ¡qué dos últimas lecturas has tenido, Rosa! Quizá me haya atraído más la propuesta del espíritu en el sofá. Los años me han hecho valorar el hecho religioso, no por la creencia más o menos folklórica de cada religión, sino el sentimiento religioso, esa idea de trascendencia que al fin y al cabo es lo que nos llevó hasta aquí. Si el ser humano no se hubiera preguntado cosas como qué son las estrellas o qué hay más allá de la muerte, no hubiera desarrollado la razón. Un fuerte abrazo!

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    1. Llevo una racha de lecturas muy fuertes. Ya verás la próxima que voy a publicar. Menos mal que por las noches me tiro a lo negro y criminal. Que tampoco me están cayendo novelas livianas, pero son de más fácil lectura.
      Yo no creo, pero el hecho religioso me atrae mucho desde luego.
      Un beso.

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