"Los colores del tiempo" Ana Alonso

«El olor del papel viejo era casi comestible, y no muy diferente para Adela del de un pastel de hojaldre recién salido del horno: la misma promesa de placer, el mismo poder para evocar momentos deliciosos del pasado, la anticipación del goce mezclada con la melancolía de la memoria… Las novelas y los milhojas de crema tenían eso en común: se podían saborear hasta en las peores circunstancias. Aunque, por otro lado, el aroma punzante de la tinta recién salida de imprenta le revolvía un poco el estómago. Le recordaba la época en que recibía los nuevos números de La Novela Ideal [...] Adela se escapaba en cuanto podía al descuidado jardín que había un par de manzanas más arriba de la sede de la CNT y se sentaba a leer bajo los tilos.»

Ha pasado el tiempo desde entonces. Ha pasado el tiempo y ya no existe ni La Novela Ideal ni la sede de la CNT. Ha pasado una guerra y Adela ya no está en Barcelona. Ahora está en León, es maestra y tiene una hija de siete años. Ha perdido a su novio, a su mejor amiga; ha perdido la guerra y todo un mundo, que creía ver en el horizonte, lleno de alegría, libertad e igualdad de oportunidades. La primavera luminosa y colorida de 1936 se ha tornado en un invierno gris y oscuro en los años cuarenta y Adela tiene que leer a escondidas y callar lo que piensa y tratar de pasar inadvertida para los padres de los alumnos y para la inspectora.

Adela cuenta con la ayuda de don Marcos que, a pesar de ser cura, trata de salvarla incluso de sí misma. Pero ni la protección de Don Marcos evita que se ponga en evidencia y termine trasladada a Pardesivil, un pueblo de la ribera del Curueño.  Y si en León vimos la vida de una ciudad de provincias con sus beatas, su burguesía afecta al régimen, sus barrios trabajadores y su pobreza, allí veremos la vida tranquila y sin hambre de los pueblos, siempre hay animales que matar y huertos con hortalizas y frutales, y los hornos siempre están dispuestos a cocer pastas y magdalenas. Sin hambre, pero no sin sobresaltos. Aún se esconden restos de la cercana guerra entre las montañas y los bosques, guerrilleros que sobreviven, ellos sí, entre el hambre y la miseria, robando lo que pueden y jugándose una vida que ya tenían perdida de antemano. «Ladrones, bandoleros, salvajes que vivían como las alimañas. Eso era todo lo que quedaba de la revolución».

Pero tampoco allí logrará pasar sin meterse en líos y de nuevo don Marcos será el artífice de su salvación consiguiéndole una plaza en el Santa Teresa, un colegio de Madrid a cargo de la Sección Femenina, pero regentado por Mercedes, una mujer con criterio propio dentro del régimen y de la Sección. Una mujer que apoyará a Adela, pero también tratará de llevarla por el camino «correcto».

Y en medio de todo, Lucía, la hija de Adela, subyugada por la catequista que la prepara para la primera comunión y con los bailes de los Coros y Danzas; Lucía que más tarde, ya en Madrid, se quedará fascinada con Mercedes y el colegio que regenta y a la que Adela trata de orientar sin reprimir «No he perdido media vida luchando por la libertad para comportarme ahora como una tirana en mi propia casa. Que tenga nueve años no la convierte en una esclava. Tiene claro que le gusta el Santa Teresa. Pues que siga allí»

Pero es que Lucía ya nació después de la guerra y no tiene los recuerdos y las vivencias de Adela. Porque entre las aventuras de Adela entre León y Pardesivil y Madrid, surgen los recuerdos, los que desencadena una novela que le recuerda mucho a otra que escribió una amiga que perdió  y que se publicó en La Novela Ideal. Ahora se publica en la editorial Pueyo, aunque atribuida a otra autora y con los contenidos levemente cambiados para convertirse en menos comprometedores. Y Adela investiga para tratar de encontrar a Carmen, la amiga perdida en los acontecimientos de la guerra, y tratar de saber qué fue lo que las separó, si hubo traición o qué fue lo que hizo que a la vez que a ella perdiera también a Enrique, el padre de Lucía. «Se llamaba Carmen Valdés. Éramos amigas. Estuvimos juntas hasta el final de la guerra. [...] Luego, todo ardió. Fue la desbandada. No volví a saber nada de Carmen. Ni siquiera sé si está viva, pero, si lo está… podría ser ella misma la que ha retocado la novela para que se la volvieran a publicar»

Y Adela nos cuenta sus recuerdos. Su amistad con Carmen, sus amores con Enrique, sus misiones secretas en Cataluña durante la guerra, los episodios que llevaron a la sospecha de traición y a la pérdida de todo lo que tenía dejándola tan solo con la hija y el trauma. Ahora ve la oportunidad de encontrar respuestas y no dudará en aprovecharla.

Ana Alonso

No había oído hablar de la autora cuando encontré una reseña de Los colores del tiempo que me llamó la atención por estar parcialmente ambientada en León. No es fácil encontrar novelas que transcurran en la ciudad. Cuando busqué información sobre la autora, me encontré con alguna sorpresa inesperada. Ana Alonso, aunque nacida en Tarrasa, ha pasado casi toda su vida en León. Estudió Biología en la misma facultad que yo, bueno, ella lo haría en el nuevo edificio del campus, yo aún lo hice en el viejo edificio de la Facultad de Veterinaria. Pero la mayor sorpresa fue ver que era hija de José María Conejo, un profesor de Filosofía del Instituto Juan del Enzina. Me había hablado maravillas de él una amiga que estudiaba en ese instituto. Yo le conocí años después, haciendo el CAP, un curso de adaptación pedagógica similar al actual Máster de Educación que tiene que hacer todo graduado que quiera dedicarse a la enseñanza. En ese curso José María Conejo impartió un módulo y quedé entusiasmada. Un hombre notable en su pensamiento y su vasta cultura. 

Pero cuando empiezo a leer la Los colores del tiempo, más sorpresas me aguardan en su interior. Una ubicación muy cercana a donde vivió mi abuela paterna los últimos años de su vida; la parroquia, Renueva, que lo fue mía mientras mis creencias me hicieron tener parroquia; el chalet de los Ceremonias, ah, el chalet de los Ceremonias, uno de los pocos que permanece en pie en toda la calle, el chalet en el que estalló una bomba unos años después de la guerra matando a dos niñas e hiriendo a otros dos de los niños de las familias que allí vivían, dos hermanas casadas con dos hermanos y siete hijos en total. Una historia oída desde mi más tierna infancia porque mi abuela, esta vez la materna, era sastra y cosía para la familia. Por lo que le oí contar a ella y por lo que me ha relatado estos días mi madre, mi abuela llegó al chalet poco después de estallar la bomba para probar un traje a uno de los niños, por lo que vivió los hechos y la angustia del primer momento en directo. Murieron dos niñas y resultaron heridos otros dos, una con metralla en la cara y otro que perdió un ojo (todo ello según lo que recuerda mi madre). 

Los colores del tiempo es una novela que se mueve por los espacios y recuerdos de mi infancia y que cuenta también recuerdos de la infancia de la autora. Como Ana Alonso declara en la entrevista que Marta G. le ha hecho en Lecturápolis, cuenta  la historia de sus padres, maestra ella, aunque unos años más tarde de lo que aquí se cuenta, y sacerdote él, y narra los recuerdos que su madre le contó en largas conversaciones telefónicas durante la pandemia.

Con muchos personajes ficticios y alguno real al que se ha novelado como Federica Montseny o Gloria Fuertes, la novela narra hechos que se ubican en ese tiempo de guerra y posguerra del que nunca me canso de leer. Tan solo pido que se me narren con el verismo, la sensibilidad y la ausencia de dogmatismos que demuestra Los colores del tiempo

Título del libro: Los colores del tiempo
Autora: Ana Alonso
Nacionalidad: España
Editorial: Espasa
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2021
Nº de páginas: 320

Comentarios

  1. No cabe duda que reconocer y transitar paisajes y escenarios conocidos siempre es un plus en cualquier lectura. Yo termino de tenerlo claro con esta novela que en principio por temática me atrae, pero que no sé por qué motivo tengo la impresión que poco o nada nuevo me va a aportar así que esta vez no me animo.
    Besos.

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    1. Es cierto que lo que me animó a leerla fue el hecho de que estuviera ambientada en León. El tema de la Guerra Civil y la posguerra siempre me atraen, pero se escribe demasiado. Pasa como con el Holocausto y los campos de exterminio. Cada vez me animo menos porque creo que hay mucho oportunismo y soy muy selectiva.
      Esta novela me ha mantenido enganchada. Tiene sus puntos originales y creo que es un ejercicio de honestidad por parte de la autora el desvelar ciertos asuntos familiares. Por supuesto, esas coincidencias que menciono (parece que los libros relacionados con mi vida y mis recuerdos me persiguen), han colaborado mucho.
      Un beso.

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  2. Hola, Rosa. Yo me compré la novela y todavía no la he leído por lo de siempre, acumulación de lecturas. La adelantaré gracias a ti.

    Besos y felices lecturas.

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    1. Pues anímate. Se lee muy bien y resulta una historia algo distinta. La verdad es que lo he disfrutado.
      Un beso.

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  3. Buenas tardes, Rosa:

    Siempre es bonito leer historias ubicadas en los lugares que conocemos y amamos. La ciudad de León además es tan entrañable que da juego para ello. Si sumamos a ello que la autora te trae buenos recuerdos de tu vida estudiantil, imagino que habrás devorado la novela con pasión. Apunto el título por lo que transmites, de no ser por tu reseña me hubiera pasado inadvertido. ¡Muchas gracias!

    Un abrazo y felices lecturas!!

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    1. Yo no la hubiera tenido en cuenta de no salir León en ella, pero no es una ciudad que se prodigue mucho en la literatura y siempre es una sorpresa encontrarla. Si a eso unimos lo que leí de la autora, tenía que leerla sí o sí.
      Ojalá te guste si te animas.
      Un beso.

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  4. Una novela que ya seduce por la portada, por el título y por un número de páginas que me parecen muy adecuadas para una historia intensa. Y más intensa te habrá parecido por compartir lugares geográficos y sentimentales. Por otro lado, me sude un poco lo que comentas. La época de los hechos siempre me seduce y más aún si está narrada fuera de dogmatismos o adscripciones políticas.
    Un beso, Rosa.

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    1. Bueno, adscripción política sí que hay. Adela estuvo en misiones secretas durante la guerra en un partido concreto. Lo que no hay es sectarismo y se encuentra buena gente a un lado y a otro.
      Fíjate que a mí la portada no me gusta mucho. Es de las que yo llamo "mujer con sombrero", en este caso literal, además. Suelen disuadirme si no hay datos, como en este caso, que superen lo que no deja de ser un prejuicio.
      Un beso.

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  5. Es verdad que cuando uno lee una novela que transcurre en terreno conocido, y más si es la ciudad en la que nacimos, nos ponemos decididamente de su lado. Y si además, como parece en esta ocasión, la historia y el estilo son atrayentes pues para qué quieres más.
    Sé de tu inagotable afición por la guerra civil y su posguerra. Si, como dices, la historia está narrada sin dogmatismos o adscripciones políticas entonces me siento también algo llamado a leerla. Pero por ahora la voy a dejar pasar. Sin embargo como entramos en periodo de regalos si veo a Ana Alonso en algún expositor puede que elija el libro como candidato para regalar. Creo que es una historia que puede gustar.
    Un beso

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    1. Pues sí que puede ser un buen regalo para alguien a quien le guste el tema de la guerra civil y la posguerra. También se puede decir que es una historia feminista en la que una mujer tiene que luchar sola por mantener la dignidad y no agachar la cabeza, por sacar adelante a su hija y hacer de ella una mujer también libre y por no rendirse a los hombres que tratan de hacerla suya. Al menos no a todos, porque ella también se enamora.
      Un beso.

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  6. Siempre nos atraen las historias que se desarrollan en ciudades que conocemos tan bien. Y este tipo de historias y ambientadas en este período suele gustarme, así que tomo buena nota.
    Besotes!!!

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    1. Es una historia que se mueve, en la parte de León, por escenarios por los que yo me he movido también mucho y es cierto que eso es un aliciente extra en una novela. Para mí ha tenido más extras que no me esperaba. Ojalá a ti te guste sin esos extras.
      Un beso.

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  7. Hola, Rosa:
    Pues justo guerra y posguerra me dan mucha pereza. Lo que sí me gusta es el retrato costumbrista en el pueblo, me gustan estas historias porque me recuerdan las que me contaban cuando era pequeña.
    También me llama la atención la búsqueda de la amiga. Me guardo el título.
    Besos

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    1. La novela tiene más cosas aparte de lo relativo a la guerra y la posguerra y, desde luego, tiene mucho de costumbrismo y muy bien reflejado, sobre todo en la parte del pueblo de la ribera del Curueño, otra zona que conozco muy bien, aunque en unos años más llevaderos.
      Un beso.

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  8. Pues menuda pintaza que tiene. Me la apunto. Qué casualidad todo eso que cuentas de tu abuela, de los lugares que habitaste en común con los personajes y la autora y su familia. Vaya casualidades que se dan a veces...
    Siempre se lee con más gusto una obra situada en nuestros lugares de origen, a mí me ha pasado este año con El bosque de los cuatro vientos de María Oruña.
    Además esa parte de nuestra historia siempre me ha atraído bastante. Me ha encamtado la reseña.
    Un beso.

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    1. La verdad es que León, como quien dice es un pueblo en el que nos conocemos todos a poco que escarbemos, pero es cierto que con este libro se han dado casualidades de todo tipo que me han hecho la lectura muy atractiva. Lo hubiera sido de todas formas, pero qué duda cabe que esas cosas han contribuido.
      Si te gusta el tema de la guerra civil y la posguerra, creo que te gustará este libro.
      Un beso.

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  9. ¡Madre mía Rosa!!
    más coincidencias, más similitudes..., con en ese ambiente, esas calles y casas que te son tan familiares, todo eso hace las lecturas especiales, son geniales ese tipo de descubrimientos ¿verdad?. Y que la autora sea hija de ese profe que admirabas, pues mayor aliciente aún.
    Podría gustarme esta novela, sí. Me alegra mucho que la hayas disfrutado
    Besos

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    1. Últimamente parece que me persiguen los libros en los que veo reflejos de mi vida y sí, aquí hay más coincidencias. Lo primero fue ver que el libro se ambientaba en León. Lo segundo, cuando buscaba información sobre la autora, ver quién había sido su padre, y lo tercero, ya empezada la novela, esa historia de los Ceremonias de la que tanto he oído hablar desde pequeña. Con todas esas cosas, aparte de que la novela lo merece, solo podía disfrutarla.
      Un beso.

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  10. Hola, Rosa. Este es un tema que a mí también me atrae mucho y lo que cuentas sobre la autora y la novela me parece interesantísimo. Lo tengo en cuenta. Un beso.

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    1. Pues ojalá te guste, creo que es una novela distinta lo cual tratándose de esa época es difícil.
      Un beso.

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  11. No me veo ahora con ella pero la apunto para el futuro. Besos

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    1. Es una buena novela, pero entiendo que no podemos con todo. Si te animas, espero que te guste.
      Un beso.

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  12. Hola.
    Qué interesante.
    Me encanta que transcurra en León. Además, me ha atrapado la historia que te contaba tu abuela(a mí también me contaban historias de bombas que explotaron en casas y alguna que otra tragedia más y me encantabba escucharlas) y me ha recordado, un poco, a El tiempo entre costuras. Supongo que por la época, y porque sale algún personaje real pero novelado.
    Apuntadísima y feliz día.

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    1. Qué será lo que nos pasa de niña que cuanto más truculentas son las historias más nos gustan. Lo malo es que mi abuela materna no era de muchas palabras y si le insistías te fulminaba con la mirada. Nada que ver con la paterna que siempre estaba a merced de mis caprichos y era cálida y sonriente (y a pesar de todo, no sé a cuál eché más de menos cuando faltaron).
      A mí también me recordó, en parte, a El tiempo entre costuras, aunque aquella fue una historia mucho más elaborada, aunque también, menos sentida. En Los colores del tiempo hay una especie de alma, un sentimiento que no encontré en aquella. Creo que en esta la autora ha puesto mucho de sí misma como es lógico. Imagino que mucha gente me puede tachar de loca por decir esto, pero me ha gustado más la novela de Ana Alonso. Me ha llegado más, aunque su trama sea más sencilla y haya menos aventura.
      Un beso.

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  13. No sé si el tiempo tiene colores, pero sí muchos recuerdos, propios y ajenos. Revivir, aunque sea leyéndolas, las experiencias de una época que, aunque no la hayamos vivido personalmente, sí la conocemos de boca de nuestros mayores, nos permite comprender mucho mejor las tribulaciones que pasaron sus protagonistas, aunque algunos de ellos sean ficticios.
    Me gustan las novelas que tratan de la supervivencia de quienes perdieron la guerra o simplemente la sufrieron en primera persona. La transmision oral, de padres a hijos o de abuelos a nietos, es impagable. Y si los hechos contados nos resultan muy familiares, bien por el lugar donde tuvieron lugar, bien por las personas que los protagonizaron, mejor que mejor.
    Un beso.

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    1. El tiempo tiene colores lo que pasa es que a veces esos colores no salen de los distintos tipos de gris. Eso pasa en esta novela, sobre todo en León y en el pueblo. En Madrid empiezan a aparecer colores más luminosos a medida que las cosas van mejorando para Adela y su hija.
      Según cuenta la autora en la entrevista de lecturápolis. Su madre fue maestra, aunque unos años después de Adela. Y fue niña en la posguerra, como Lucía, la hija de Adela. O sea, que ha hecho un doble juego con los recuerdos de su madre que sale representada por dos personajes.
      Ella ha escrito sobre lo que le contaron y vivieron sus padres y yo en su libro he encontrado historias que me contaron mi abuela y mi madre. Ha sido una lectura de lo más gratificante.
      Un beso.

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  14. La novela en sí es apetecible. Aunque a priori tal vez no me hubiera fijado en ella (un contexto histórico que me interesa pero que, también, por escribirse tanto sobre él no se puede una parar en todo libro que lo contempla) tu reseña invita a leerla. Entiendo que para ti haya sido un plus el que esté ambientada en León. Además, los sitios no muy grandes es lo que tienen, que todos acaban conociéndose o si no conectados de un modo u otro. Y esa mezcla de coincidencias, hechos reales y ficción en mi opinión es algo que casi siempre suma.
    Besos

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    1. Sí, el hecho de conocer calles, plazas, iglesias, etc. así como encontrarse con historias conocidas hace que se lea con más atención y más ganas. Siempre pueden aparecer detalles que nos han contado o que hemos vivido y es que, parece mentira, pero estas ciudades de provincia siguen siendo como pueblos. Si no es directamente, siempre hay un amigo o un amigo de un amigo que ha vivido las situaciones. O una abuela y una madre, como las mías, si a eso vamos.
      Hay que hacer una buena selección de lo que se lee sobre el tema de la guerra civil y también sobre los campos de concentración porque se escribe mucho y no todo es bueno. Parece que son temas que están de moda. Esta novela, sin embargo, me ha parecido muy honesta. Muy alejada de las que usan la moda para vender.
      Un beso.

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  15. Hola Rosa, yo tampoco he leído muchas novelas ambientadas en León y no me extraña que siendo una ciudad que conoces tan bien, te atraigan las novelas que se desarrollen en ella. La novela me llama porque me gustan las historias desarrolladas en esa época, mi madre me contaba muchas cosas de lo que había vivido sobretodo en la posguerra cuando era una niña, porque mis abuelos y tíos abuelos que lucharon en la guerra eran de contar más bien poco. Me la llevo apuntada y espero que me guste tanto como a ti. Besos.

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    1. A mí me contó muchas cosas mi bisabuela paterna que vivió y disfrutó la libertad de la República y no estaba tan atemorizada como sus hijos y nietos. Mis, abuelos y tíos abuelos, e incluso mis padres, tenían miedo y además Franco murió cuando yo tenía dieciséis años por lo que, durante mi infancia, no habría sido buena idea hablar mucho.
      Lo de la bomba en el chalet no era algo comprometido y por eso lo contaban.
      He sabido más del tema de la guerra por mis lecturas que por lo que vivió mi familia.
      Un beso.

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  16. Hola Rosa!! Anotada queda esta novela por todo lo que nos cuentas de ella. Además de serme desconocida, todavía no he leído nada de la autora. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!

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    1. Es una autora que ha escrito mucho para niños y también poesía. Espero que esta no sea su última novela.

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  17. Hola Rosa, qué bonita te ha quedado la reseña. La verdad es que un libro así bien se la merece. Comparto tu opinión con respecto a la trama y a los personajes. Tú, por motivos obvios, la habrás disfrutado mucho más. Gracias por la mención. Disfruté mucho hablando con Ana. Y me encanta el nombre de Marta jejeje. Besos

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    1. Ay, Marisa, perdona. ¿En qué estaría yo pensando para llamarte Marta? Bueno, como dices, es un nombre bonito.
      Disfruté mucho leyendo la novela. Ciertamente, el conocer lugares e historias es algo que hace más interesantes las lecturas, pero independientemente de eso la novela me hubiera gustado igual.
      Un beso.

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