"La flor púrpura" Chimamanda Gnozi Adichie
«Todo empezó a desmoronarse en casa cuando mi hermano, Jaja, no fue a comulgar y padre lanzó su pesado misal al aire y rompió las figuritas de la estantería. Acabábamos de regresar de la iglesia. Madre dejó las palmas encima de la mesa y subió a cambiarse. Más tarde, las entrelazó formando unas cruces que se combaban por su propio peso y las colgó en la pared, bajo la foto de familia enmarcada en dorado. Allí se quedaron hasta el siguiente Miércoles de Ceniza, día en que las llevamos a la iglesia para incinerarlas. Padre, que como el resto de oblatos lucía vestiduras largas de color gris, ayudaba cada año a distribuir las cenizas».
Kambili tiene quince años y Jaja 17, cuando sucede el desastre: Jaja se niega a tomar la comunión el Domingo de Ramos y todo se desmorona en la familia. Aunque lo más seguro es que todo empezara a desmoronarse antes y por eso, después de contarnos los acontecimientos de aquel día, Kambili nos llevará al pasado, justo a la Navidad anterior. Pero de momento estamos en el Domingo de Ramos y veremos que Jaja se levantó de la mesa sin pedir permiso, cosa insólita en aquella casa; cómo su madre recogió los pedazos de las figuritas, unas figuritas que tenían mucha importancia para ella. Desde hace años, Kambili se pregunta «por qué les sacaba brillo cada vez que se oían aquellos ruidos procedentes de su dormitorio, como si alguien estampara algo contra la puerta. [...] Invertía por lo menos un cuarto de hora en cada bailarina. Nunca vi lágrimas en sus mejillas. La última vez, hacía tan solo dos semanas, cuando todavía tenía el ojo hinchado y del color morado oscuro de un aguacate pasado, las cambió de posición tras limpiarlas». Acabamos de empezar el libro y ya se nos estremece algo por dentro, algo derivado de lo que intuimos, de lo que estamos seguros, porque sabemos leer entre líneas y estas no auguran nada bueno.
El padre de Kambili, Eugene, es un hombre acomodado. Tiene un periódico desde el que se clama por la libertad y que se manifiesta contra el golpe de estado. Es también dueño de algunas fábricas de comestibles: galletas, refrescos... Pero sobre todo eso, es un hombre muy religioso y respetado en la comunidad. Hace grandes obras de caridad y colabora en todo tipo de proyectos para el progreso.
«Mirad al hermano Eugene. Podría haber elegido ser como los otros grandes hombres de su país. Podría haber decidido quedarse sentado en casa y no hacer nada tras el golpe, para asegurarse de que el gobierno no se interpondría en sus negocios. Pero no; utilizó el Standard para contar la verdad, a pesar de que eso comportó que el periódico perdiera la financiación publicitaria. El hermano Eugene se ha expresado en favor de la libertad. ¿Cuántos de nosotros hemos defendido la verdad? ¿Cuántos hemos reflejado la entrada triunfal?»
Tras narrarnos esos hechos del Domingo de Ramos, Kambili retrocede en el tiempo para trasladarnos unos meses atrás, cuando Kambili y Jaja se enteran de que la madre está embarazada de nuevo. Después de varios abortos la madre está muy agradecida al padre por haberse quedado con ella y no haber tomado otra mujer joven que le diera los hijos que se merece un hombre de su posición, como ya hicieron otros. Kambili no entiende que su madre compare a su padre con otros hombres. Para ella Eugene es único y cada gesto de cariñoso reconocimiento que Eugene le manifiesta llena a la niña de cálido orgullo.
Pero vamos avanzando en la narración de Kambili. Llegan las navidades, justo las anteriores al crítico Domingo de Ramos. La madre ha perdido a su bebé tras pasar unos días en el hospital. Justo antes de que su padre la llevara al hospital «oí los ruidos, unos ruidos sordos y continuados en la puerta de madera tallada a mano de la habitación de mis padres. Pensé que la puerta se habría quedado atascada y que padre estaba tratando de abrirla. Si me concentraba en pensarlo, resultaría ser cierto». Ahora viajan al lugar de origen del padre, donde tienen una preciosa casa que tan solo usan en épocas navideñas. Allí visitarán al abuelo paterno, un pagano aferrado a sus antiguas creencias con quien el padre tan solo les permite estar quince minutos. Tal vez ahí empiece la rebeldía de Jaja, que prolonga la visita más allá de lo permitido, pero es que el abuelo cuenta cosas muy interesantes.
Pero donde empieza a cristalizar la rebeldía es con su tía Ifeoma, hermana de su padre y que tampoco entra en los rígidos parámetros religiosos y morales en los que este basa su vida. La tía Ifeoma invita a los dos hermanos a pasar unos días en su casa con sus tres primos. «Padre llamó a tía Ifeoma dos días más tarde. Tal vez no la hubiera llamado de no haber ido a confesarnos. Y tal vez entonces no habríamos ido a Nsukka y las cosas se habrían quedado como estaban». El caso es que Eugene termina por aceptar la invitación y manda a sus hijos a casa de su hermana.
Y es allí donde Kambili y Jaja descubren que hay otra vida. Risas y alboroto, discusiones y bromas, una madre que riñe, pero que sobre todo, quiere y abraza. No hay ojos morados ni golpes en puertas y paredes ni miedo ni horarios ni silencio «el silencio que guardábamos hasta que padre despertaba de su siesta y podíamos comer; el silencio de los momentos de reflexión para los que padre nos elegía un pasaje de las Escrituras o un libro de lectura». Tampoco hay rezos solemnes, casi fúnebres. Ahora se canta mientras se reza y Kambili descubre a un sacerdote que juega fútbol y con el que se puede hablar sin temor porque para él la religión no es una amenaza de dioses iracundos sino la alegría de compartir. Ahora hay televisión y alegría, aunque la casa sea pequeña y tengan que compartir camas o dormir en el suelo.
Allí los primos también tienen la posibilidad de escoger un futuro. Tal vez Kambili y su prima Amaka puedan ir a la misma universidad «Nunca había pensado en la universidad, a cuál iría o qué me gustaría estudiar. Cuando llegara el momento, padre decidiría por mí». Incluso se abre la posibilidad de que el amor incondicional que siempre han sentido por su padre no sea amor sino miedo, temor reverencial. Allí empezó a gestarse aquel Domingo de Ramos y lo que vino después.
Chimamanda Ngozi Adichie |
Conocí a Chimamanda Ngozi Adichie mucho antes del furor mediático que la haría mundialmente famosa unos años después. Fue con Medio sol amarillo y era agosto de 2012. Aquel libro me gustó mucho y me sorprendió. En él la autora de nombre impronunciable en aquel momento (luego, de tanto oírlo he aprendido medianamente) nos trasladaba a finales de la década de los sesenta para asistir al intento de Biafra de independizarse de Nigeria en lo que se llamó en el mundo la Guerra de Biafra. Más de cinco años después, para la tertulia del instituto, leímos Americanah, otro libro que me gustó mucho y en el que trata el hecho de ser mujer, africana y vivir en Estados Unidos. Eso aparte de otras muchas cosas. Luego ya vino el Boom con Todos deberíamos ser feministas y Querida Ijeawele.
La flor púrpura es la primera novela de la autora y estaba en mi estantería de pendientes hace ya varios años. Pensaba que tal vez me iba a decepcionar tras haber leído antes novelas posteriores y se supone que más maduras y trabajadas. Para nada ha sido así. Es cierto que La flor púrpura es menos africana, aun siéndolo mucho. Es cierto que tal vez el tema principal se podría haber escrito ambientado en cualquier otro lugar porque es universal, pero entonces sería otra novela. Y es que, a pesar de esa ubicación universal de los malos tratos, la novela rezuma ambiente africano y nigeriano por los cuatro costados. No, no me ha decepcionado en absoluto. Tal vez tenga a su favor la frescura de la opera prima cosa que siempre es de agradecer.
La novela fue escrita mientras la autora se hallaba estudiando en Connecticut y recibió el Commonwealth Writer's Prize for Best First Book en 2005.
Título del libro: La flor púrpura
Autora: Chimamanda Gnozi Adichie
Nacionalidad: Nigeria
Título original: Purple Hibiscus
Nacionalidad: Nigeria
Título original: Purple Hibiscus
Traducción: Laura Rins Calahorra
Editorial: Random House
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2003
Nº de páginas: 304
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarcomo te contaba en el comentario que te dejé en tu reseña de "Todos deberíamos ser feministas", esta novelita (pequeña en su extensión, grande, grandísima en su contenido) la leí en una hora y me alucinó, me pareció un insustituible compendio sobre el feminismo, creo que debería ser de obligada lectura en institutos y en general debería leerlo todo el mundo.
Me ha sorprendido como a ti comprobar que esta, su primera obra no te ha decepcionado nada en absoluto, que no tiene nada que envidiar a las anteriores suyas que leíste.
Cierto que ese "ojo hinchado y morado" ya dejaban entrever lo que se iba a cocer en la novela.
Tengo claro que volveré a leer a Chimamanda, sí o sí, aunque si te soy sincera no sabría por cual seguir (si me recomiendas cual de todos los que has leído te ha gustado y enganchado más...)
Besos
Pues no sabría decirte. Sus tres novelas son fabulosas. Esta primera me ha encantado... pero también las otras. Creo que cualquiera que cojas, te gustará.
EliminarMe gustó mucho Todos deberíamos ser feministas, pero como dije en la entrada correspondiente, publicar en un libro una conferencia, me parece un exceso editorial, del que no culpo a la autora, por supuesto. Ya la conferencia con la carta, Querida Ijeawele, sería más asumible.
Un beso.
Hola, Rosa. Parece una novela alucinante, casi surrealista. Dos mundos, tan dispares, dentro de la misma realidad y separados por una línea tan fina que ni se aprecia. De entrada, me parece una historia muy sugerente, muy fresca, rebindicativa... Conocía a la autora, más por su impronunciable nombre que por sus libros, de los que no he tenido el placer de leer ninguno, pero ahora me lo apunto.
ResponderEliminarMuchas gracias por el aporte.
Un abrazo!
El nombre no es de los que se olvidan, ja ja. Y creo que sus novelas tampoco. He leído las tres que tiene y todas me han gustado mucho. También he leído su conferencia y su carta sobre feminismo,pero sin di, me quedo con sus novelas. Anímate. Cualquiera de ellas es recomendable.
EliminarUn beso.
Me imagino que te lo comentaría cuando reseñases Americanah. A mí esta escritora me decepcionó cuando leí su exitosa novela y desde entonces nada he vuelto a leer de ella. No sé, es una escritora que no me llena nada. Siempre he echado en falta en sus obras las escasas referencias que hace a los problemas propios de Nigeria, en especial los referidos al integrismo islámico de Boko Haram. La veo confortablemente instalada en USA ejerciendo de mujer africana evolucionada y liberada. Lo difícil, estimo, debe de ser ejercer de ello en el seno de su propia sociedad.
ResponderEliminarUn beso
Americanah es su novela menos ambientada en África, pero muestra lo que es ser africana en Estados Unidos y creo que lo hace muy bien. Medio sol amarillo y La flor púrpura están totalmente ambientadas en África y, sobre todo la primera, tratan asuntos africanos. Es cierto que esta que aquí traigo tiene un tema que se da en todas partes, pero también se ve lo particular del enfrentamiento entre una idea vital y religiosa al estilo occidental y la genuinamente africana.
EliminarEvidentemente, ella pertenece a una familia acomodada, pero creo que no ha perdido la perspectiva. Vive entre Nigeria y Estados Unidos y lo de tratar el asunto concreto de Boko Haram imagino que es algo que no se le puede exigir. Lo hará si lo considera y cuando lo considere necesario.
Independientemente de eso creo que es una buena escritora y a mí sus historias me gustan y me parecen reivindicativas como mujer y como africana.
Como ves esta vez no nos ponemos de acuerdo.
Un beso.
¡Holaaaa!
ResponderEliminarMe encantan las historias cortas de esta autora y desde luego tengo que probar con sus novelas. Tengo pendiente tanto este, como el de Americanah, y ahora que me he enterado de la existencia del de Medio Sol me lo llevo anotado también. Desde luego es una autora a la que tener en cuenta ^^
¡besos!
Con ser interesantes su conferencia, Todos deberíamos ser feministas, y su carta, Querida Ijeawele (tiene también un libro de relatos, Algo alrededor de tu cuello, que no he leído), sus novelas son lo que más me ha interesado y gustado. Cualquiera de ellas merece la pena.
EliminarUn beso.
Como bien dices, somos perfectamente capaces de leer entre líneas y saber de dónde (o de qué) proceden esos ruidos tras la puerta cerrada.
ResponderEliminarTengo a la autora pendiente desde que publicó Americanah. Se me enfrió en la lista de pendientes. Luego vino todo el boom que comentas y se me enfrió aún más. Después la rescaté y estuve a punto de leerla pero me lie con otros libros y nuevamente la postergué. Y desde entonces he ido sumando más novelas suyas a la lista. Aunque, para no liarme más por indecisión, creo que cuando por fin me estrene con la autora será con Americanah.
Besos
Yo afortunadamente la conocí antes de su fama mediática que vino con Americanah y sus escritos sobre feminismo. No sé por qué ni dónde me saltó a la vista Medio sol amarillo y me encantó.
EliminarNovelas como tal solo tiene las tres que menciono. Luego tiene sus escritos sobre feminismo, el libro de relatos Algo alrededor de tu cuello y un ensayo que acabo de descubrir acerca del dolor por la muerte de su padre que sucedió en pleno confinamiento lo que le impidió acudir a Nigeria. Se titula Sobre el duelo y, como el anterior que menciono, no lo he leído. Sea como sea, de todo lo leído, prefiero sus novelas.
Un beso.
PUes sigo sin leer nada de la autora y veo que merece mucho la pena acercarme a ella. Y me ha sorprendido que hayas disfrutado igual de esta primera novela que con sus novelas posteirores. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
He disfrutado igual o más. Desde luego, no menos. Además hay que tener en cuenta que la novela está publicada en 2003 y ahora el tema está muy de moda, pero en aquellos momentos seguro que resultó novedoso, sobre todo en su ambientación nigeriana.
EliminarUn beso.
Pues no he leído nada de esta autora pero ya he tomado nota. Me gusta mucho todo lo que cuentas de ella y siempre vale la pena acercarse a autores con otros orígenes y perspectivas diferentes a la hora de contar. Un beso, Rosa y buen fin de semana.
ResponderEliminarSí, leer autores de países cuya cultura nos queda tan lejos y es tan diferente a la nuestra siempre es muy enriquecedor y además se encuentran cosas desconocidas y siempre está muy bien aprender algo de los que tienen o han tenido unas vivencias tan diferentes a las nuestras.
EliminarUn beso y feliz semana también para ti.
Un beso.
Que sea un tema universal pero con enfoque africano hace esta novela una propuesta muy interesante. Tomo nota. Después de "Americanah" no he vuelto a leer nada de Chimamanda, creía que su primera novela era la ambientada en la guerra de Biafra. La "ópera prima" de grandes escritores suele ser un anticipo y hasta un compendio de todo lo que tienen en potencia, pienso por ejemplo en "La ciudad y los perros" de Vargas Llosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo siempre pienso en Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Prada que fue su primera novela larga y con veintiséis años todos nos preguntamos qué iba a escribir después y, aunque aún escribió alguna cosa buena, nunca estuvo a la altura de tan excelsa obra. La ciudad y los perros sí que fue superada o igualada al menos.
EliminarLas dos novelas que Chimamanda Gnozi Adichie escribió después de esta son buenas igualmente. Como ya he dicho en otros comentarios, no sabría decir cuál es mejor. Creo que depende del gusto de cada cual por los distintos temas, pero las tres novelas son similares en interés y calidad. Creo yo, aunque Medio sol amarillo la leí hace ya muchos años.
Un beso.
Hola, Rosa. Una pendiente. No puedo tener más y mejores recomendaciones de esta autora que aún espera por una razón, el tema. Bueno, los temas tendría que decir. Es dura y complicada y muy honesta. Así que para cuando tenga ánimo de realismo. Es verdad que a veces leer las primeras novelas después de haber descubierto a un autor en pleno apogeo puede quedarse un poco corto pero también, como dices, tienen esa frescura y hasta cierto punto de inocencia que luego se va perdiendo.
ResponderEliminarBesos
Es una autora dura, pero no demoledora. Siempre queda lugar para la esperanza y eso hace que las novelas siempre permitan el respiro necesario que a veces necesita el lector. Yo ceo que te gustaría y al final te habrá merecido la pena leerla.
EliminarUn beso.
ResponderEliminarDe acuerdo con todo lo que cuentas, ese contraste entre su padre y su tía hace que la niña despierte y compruebe, sobre todo, que lo que ella creía era amor hacia su padre, en realidad es miedo. A mí, esa parte fue la que más me gustó, pero también hubo cosas que no me gustaron tanto, como el abuso de palabras nigerianas, entiendo que hay cosas, como platos gastronómicos o utensilios concretos que no tienen traducción y hay que citarlos en nigeriano, pero abuelo, tía, hermano, no hace falta decirlos en la lengua natal, ya sabemos que la acción discurre en Nigeria, no es necesario recordarlo con palabras de allí: eso me lastró mucho la lectura. Por lo demás, salvo el final tan abrupto y tan de golpe, me gustó mucho.
Un beso.
Yo no he notado eso como un lastre. Creo que es la forma de indicar que el padre tiene totalmente arrinconado el lenguaje original de su tribu y tan solo utiliza el inglés mientras que los que están más apegados a su cultura utilizan el igbo. En realidad, no se queda nada sin entender porque siempre se traduce o se saca por el contexto lo que se quiere decir. Creo que esa utilización le da fuerza y pone más de manifiesto las diferencias entre unos y otros personajes.
EliminarLa diferencia entre la familia de Kambili y la de Ifeoma abre los ojos de la niña, pero, sobre todo, los de su hermano y es el origen de la rebelión del chico y todo lo que vino después. Creo que la autora es muy hábil en lo que a la acción de narrar se refiere.
Un beso.
Hola Rosa!! Desconocía este título y por lo que nos cuentas creo que podría estar muy bien. Me apunto tu experiencia lectora. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
ResponderEliminarSeguro que te resulta interesante.
EliminarUn beso.
Llevo tu recomendación bajo mis alas😊🌸🌈🌈🌈
ResponderEliminarVuela con cuidado.
EliminarUn beso.
Vuelvo a tu casa después de larga ausencia, Rosa.
ResponderEliminarEste libro lo leí hace casi cinco años bajo otro sello editorial y me pareció un buen comienzo, tanto como a ti. De hecho, si bien no he vuelto a visitar sus letras, llamó mi atención que no era el 'típico libro de autor africano' y, como bien señalas, el carácter de denuncia bien podría haberse presentado en cualquier otra geografía -aunque lo haya hecho en África-.
Por otra parte, creo tener a disposición el resto de los trabajos de la autora. Tus líneas le han dado un buen empujón a encarar algún otro título suyo.
Gracias por la reseña. Un beso para ti.
Bienvenido, Marcelo. Siempre estoy encantada de tenerte en mi blog.
EliminarEsta primera novela ya anuncia lo que la autora iba a ser. Lo que más me gusta de ella son sus novelas. Los ensayos, conferencias y cartas están muy bien también, pero...
Creo que cualquiera de las dos novelas que te quedan te gustará.
Un beso.
Como te dije en redes, me encanta esta autora. Yo la conocí por las novelas del Boom, como tú las llamas. Me gustaron mucho a pesar de que su contenido era de 1º de feminismo, pero me enamoró su forma de narrar. Tengo en casa un par de libritos más que me compré hace poco. Uno sobre el Duelo. Estoy esperando a sentirme fuerte porque sé que ese me va a doler. En cuanto al título que tú nos propones, no lo conocía pero tomo buena nota. Besos
ResponderEliminarEl del duelo no lo he leído, pero sí dos sobre feminismo. Sí que son, como dices, de primero de feminismo, pero puede que en África la cosa vaya un poco más retrasada que aquí. Son libros que no están mal, pero me queda la sensación de haber leído un artículo de periódico o una columna.
EliminarLas novelas son otra cosa y es donde de verdad se ve cómo es ella como escritora. No la dejes pasar.
Un beso.
Me han entrado ganas de leerla, los prejuicios que tenía por ser la primera obra de Chimamanda cuando aún era estudiante. He leído el resto y me gusta muchísimo, creo que es una autora esencial y que marcará líneas dentro de las cuales se está edificando la actual narrativa, además de sus aportes feministas y en cuestiones raciales, que son oro puro.
ResponderEliminarTe agradezco el empujón.
Besos.
Pues te ha pasado lo mismo que a mí. Había leído el resto de novelas de la autora y sus escritos feministas, y tenía ésta un poco dejada por eso de ser la primera. Nada más infundado. Me encantó la novela. No trata tan evidentemente el racismo como en otras novelas (el feminismo, sí) y puede, como digo, que sea su novela menos africana, pero cuenta una historia terrible y muy buena. No la dejes pasar.
EliminarUn beso.