"Después de la guerra" Hervé Le Corre

Después de la guerra
no es un libro que haya descubierto en un blog. No tenía ni idea del autor hasta que lo descubrí en un artículo aparecido en El País en octubre de este año. Allí se hablaba de venganzas, de colaboracionistas, guerra de Argelia, policías corruptos que ayudan a los nazis a perseguir judíos, Resistencia... Y por si todo eso fuera poco, ambientado en Burdeos, una ciudad que me encanta a pesar de lo poco que la conozco, y en Argelia.

Difícil resistirse a coctel tan tentador. Y, por supuesto, no lo hice. La recompensa ha sido inmediata porque desde el principio supe que tenía entre las manos un tesoro y ese principio empieza así:  «Hay un hombre en una silla con las manos atadas a la espalda. Está en calzoncillos y camiseta de tirantes, inmóvil, con la mandíbula desencajada y la barbilla contra el pecho, y respira por la boca, de la que cuelga, entre los labios reventados, un hilo de baba sanguinolenta. El torso sufre una sacudida con cada inspiración, debido a los sollozos o quizá a las arcadas. Tiene una brecha en la ceja derecha que sangra sobre el ojo hinchado, convertido en un huevo negruzco. En la frente, un chichón enorme empieza a amoratarse. Le ha chorreado sangre de la cara por la camiseta. También ha caído al suelo». Así entra en nuestra vida (literaria) el comisario Albert Darlac. No, el no es el hombre sentado en la silla, él está del otro lado, dando órdenes a los matones que torturan. Alguien ha muerto y Darlac trata de saber quién y cómo lo ha matado. 

Darlac va retratándose poco a poco como el auténtico hijo de puta que es (no pido perdón por el lenguaje, cuando se es se es y no hay manera de camuflarlo). Antiguo colaboracionista, no solo persiguió a los judíos en connivencia con los nazis, sino que se benefició de las riquezas de aquellos a los que enviaba a los campos de exterminio. Corrupto en su trabajo y un maltratador de libro en su vida privada. Un personaje de lo más despreciable que he encontrado en mis andanzas literarias. No entendía a la resistencia como ahora no entiende a los argelinos; no entiende a qué se resistían porque conceptos como la patria, el honor o la libertad son algo que él no tiene muy claro. «Sin embargo, del otro lado estaban el dinero, el poder, el sexo, la comodidad. Además, los alemanes parecían invencibles y su rígido orden tapaba el caos, del mismo modo que la densa bóveda de los árboles gigantes en los que viven las grandes aves cubre la selva primitiva». Darlac lo tiene fácil a la hora de elegir. Qué es la patria frente al poder, el honor frente al dinero, el sexo frente a la libertad. Eso por no hablar de las ventajas indudables de estar del lado de los vencedores. Lástima que esta última predicción no resultara acertada.  

Pero la historia de Darlac es una de las varias que componen el Después de la guerra. Está también Daniel, un joven de veinte años al que sus padres dejaron en el tejado de la casa justo antes de que se los llevaran y terminaran en Auschwitz. Daniel fue rescatado por una pareja amiga de la madre que lo ha criado como un hijo más. Ahora tiene que ir a Argelia a luchar en una guerra que no entiende y que no siente como propia. Le atrae hasta cierto punto la aventura de irse a Argelia y ver el desierto. Como amante del cine que es quiere ver los paisajes argelinos a través del marco rectangular que se ha hecho con un metro plegable. No sabe que cuando llegue allí, toda veleidad cinematográfica saltará por los aires y es que terminará descubriendo que en la guerra, en cualquier guerra, «el daño siempre está hecho, es como una valla derribada hace mucho tiempo en torno a un jardín arrasado, algo que autoriza a cualquiera a entrar y seguir destruyendo y robando, en la guerra todo está permitido y yo no quiero permitírmelo todo, no puedo, ¿me entiende?».

Y está la historia de André Vaillant, un hombre venido del infierno en busca de su venganza, un hombre que lo ha perdido todo y sobrevive en soledad pensando en cobrarse sus deudas. Un hombre que «Se quedaba sin voz al recordar la infamia de los policías franceses. Después de haber arramblado con los judíos y haber perseguido a los miembros de la resistencia en nombre de Pétain y de la Gestapo, de repente les había entrado un arrebato de republicanismo y habían empezado a recorrer los pasillos de la prefectura a toda prisa, en mangas de camisa y con el brazalete tricolor en el bíceps, para ofrecer sus servicios a aquellos a quienes habían perseguido durante cuatro años»

Hervé Le Corre

Tres historias, y alguna más tangencial, que se van desgranando ante nosotros, la mayor parte contada en tercera persona por un narrador omnisciente que va tomando el punto de vista de los distintos personajes, pero también se usa la primera persona, en letra cursiva, en algunos momentos. Unas historias a las que vamos asistiendo sin que en principio tengamos mucha idea de cuál es el hilo que las enlaza, pero, poco a poco, el hilo se irá haciendo visible, irá adquiriendo peso y materia y empezará a atar las vidas de los personajes. Si hasta ese momento me mantuvo pegada al libro la curiosidad y una prosa tan magnética como se puede apreciar en las citas, a partir de ese encaje que une las piezas, toda la belleza, la dureza y la crudeza de la historia que se perfila y va formando el dibujo del puzle me arrastró sin remedio.

Hervé Le Corre me seduce porque me transmite lo que él siente, porque piensa que la guerra de Argelia «sigue siendo una herida abierta», porque nos muestra que «el personaje del policía corrupto sobrevive en la sociedad actual al igual que la venganza inútil ejemplificada en cada hito de la historia de mi país». Y como buen escritor sabe que «la ficción plantea más preguntas que respuestas» (las citas son de Librújula). Todo un descubrimiento tanto el autor, del que ya tengo otras dos novelas en mi lista, como Después de la guerra de la que no me resisto a dejar de añadir dos citas más.

«Con la gente se puede hacer lo que se quiera. Basta con que tengan hambre o miedo y que se les ofrezca una vía de salida para el odio, porque odiar les da la ilusión de existir. Ayer, los judíos. Hoy, los árabes. Argelia está sirviendo para remodelar al pueblo francés en torno a un enemigo común identificado por todo un vocabulario asesino: los africanos, los morenos, los moros. Traicioneros, sí, pero solos, pobres, débiles. No como los soldados alemanes, robustos y bien armados, que inspiraban temor y respeto. Eran unos hijos de puta, pero iban de cara. Al menos se los veía venir de lejos. A los franceses no les gustan los adversarios poderosos: enseguida pretenden hacer las paces, creyéndose muy astutos».

«Para Darlac, hay gente que se merece la mierda en la que vive metida, porque se resigna a su desgracia, construida a conciencia. Claro que él, como policía, tiene el deber de evitar que el fango desborde, de impedir que los pobres se acostumbren a tomarse la justicia por su mano, no vaya a ser que se les ocurra tomarla con los verdaderos responsables de su triste suerte. Así funciona el mundo. Cada uno en su sitio y el rebaño bien vigilado».

Título del libro: Después de la Guerra
Autor: Hervé Le Corre
Nacionalidad: Francia 
Título original: Après la guerre
Traducción: Carlos Mayor Ortega
Editorial: Reservoir books
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2014
Nº de páginas: 560

Comentarios

  1. Buenos días, Rosa:
    A mí también me gusta la ciudad de Burdeos, la visité un verano hace algunos años y que dé hechizada con su particular belleza. Con respecto al autor y su obra, no los conocía hasta ahora, pero tras leerte investigaré. Tuve una época que leía mucho sobre las guerras y la violencia, aunque lo abandoné hace tiempo. Pero sigo interesándome por la conducta humana, ésta no deja nunca de sorprenderme.

    Un abrazo y muy Feliz Año Nuevo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues de conducta humana es de lo que está llena esta novela. Conductas de todo tipo entre las que destacan las más execrables que una se pueda imaginar.
      Descubrí al autor por casualidad en un artículo del país como digo en la entrada. No había oído hablar nada de él y creo que en España no es muy conocido, pero ha sido toda una experiencia la lectura de esta novela. Género negro del mejor.
      Un beso.

      Eliminar
  2. Tremenda novela. Dura pero algo que hay que leer. No la conocía ni había oído nada sobre el autor pero por lo que dices no hay que dejarla escapar. Las historias de guerra a mí me gustan mucho y hay que abordarlas siempre desde distintas perspectivas. Un beso, Rosa y gracias por la recomendación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, despido el año con una novela que estará entre las catorce mejores de 2021. No hay que dejarla pasar a poco que guste el género humano, la historia y llos comportamientos que se pueden llegar a practicar en según qué circunstancias.
      Un beso.

      Eliminar
  3. ¡Hola Rosa!
    que párrafos tan duros los que has elegido, ahí ya se vislumbra la crudeza de este texto. El tema de las guerras en principio no me atrae demasiado, pero toda esa crudeza encerrada pues sí, si me atrae. Menudo bicharraco el Darlac ese, ese tipo de personajes tan malvados me encantan (en la ficción, claro, en la realidad, lejos lejos, que haberlos, haylos).
    Yo sí conozco la ciudad de Burdeos y te puedo decir que es una ciudad especial, preciosa, tiene algo, encanto.
    Pues eso, que me alegra comprobar que has disfrutado mucho con esta lectura, que ha sido todo un descubrimiento para ti (yo también, además de los blogs a los que soy asidua, como el tuyo, saco muchas ideas de lecturas de otros sitios, de la radio, de entrevistas en internet, etc)
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pasé tan solo una tarde y una noche en Burdeos hace ya muchos años y me dejó entusiasmada lo poco que vi. Ando siempre con la cosa de volver, pero no se ha dado la oportunidad.
      Esta lectura supe que tenía que abordarla en cuanto leí el artículo de El País. Acerté de pleno. Es una novela muy negra que muestra las miserias de un país que tiene en su historia muchas virtudes, pero también mucho de qué avergonzarse. Imagino que como todos, pero en Francia, con su Revolución agridulce que cambió la historia de Europa, con su Ilustración, con la Comuna, con su Resistencia, con tanto como ha aportado, resultan más llamativas esas vergüenzas. Al menos se hizo una labor de Depuración que falta en otros lugares, aunque por lo que se ve en la novela, se les escaparon unos cuantos.
      Es una historia muy dura, pero que arrastra. Está muy bien escrita, muy bien tramada y muy bien resuelta. Y no deja de ser una novela de género negro/policial. Si es que, como siempre digo, ese género es de lo mejor (aunque como todo género, tiene de todo, pero cuando es bueno...).
      Un beso y feliz 2022.

      Eliminar
    2. A mi también me parece ese género de lo mejor, de hecho, es de mis preferidos junto al thriller psicológico que me pirra también., pero calro, tiene que estar bien escrito y ser bueno.
      Se me olvidó antes desearte un muy Feliz año 2022 repletito de salud y magníficas lecturas
      Besos

      Eliminar
  4. Pues me acabas de descubrir esta novela y me dejas con ganas de leerla. Una lectura dura, sin duda. A ver si logro colarla entre tanto pendiente.
    Besotes!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una lectura muy dura, pero que merece mucho la pena. Yo no hubiera querido perdérmela por nada. Ojalá la disfrutes tanto como yo.
      Un beso y feliz 2022.

      Eliminar
  5. Tres historias que acaban enlazándose o cofluyendo, eso siempre me ha gustado. El horror, el temor y la vanganza son buenos ingredientes para una novela de acción y cruda como sin duda es esta. No conocía a este autor ni, lógicamente, su obra. "Después de la guerra" es un buen revulsivo contra la injusticia social y la corrupción policial. El tal Darlac me ha traído a la memoria a Billy el niño. Aquí también tuvimos a unos cuantos como él.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uffff, tuvimos mucho policía salvaje, sádico y corrupto, pero igualar a Darlac es difícil. Es uno de los personajes más repulsivos y execrables que me he encontrado en el mundo literario.
      Una gran novela que te recomiendo y que seguro que te gusta.
      Un beso y feliz año 2022.

      Eliminar
    2. Por cierto, disculpa los gazapos ortográficos/tipográficos: cofluyendo en lugar de confluyendo, vanganza en vez de venganza. Uf, que rollo, eso me ocurre por no repasar concienzudamente lo que he escrito.
      Otro beso y feliz año nuevo.

      Eliminar
    3. Nos pasa a todos. No te preocupes. Se entiende perfectamente.

      Eliminar
  6. Pues me lo apunto, y no sabes la rabia que me da porque de verdad que no quiero añadir más a la lista interminable, pero es que me ha llamado la atención todo lo que nos cuentas de esta novela: los personajes, sus motivaciones; esa estructura de historias que a priori no tienen nada que ver pero a saber después hacia dónde me llevarán; el trasfondo de un país, supongo que también extrapolable a otros países pero aun así con sus particularidades. En las situaciones extremas, además, como lo es una guerra, pienso que sale lo mejor y desgraciadamente también lo peor del ser humano. Lo dicho, que me lo apunto.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es imposible pasar por los blogs y no apuntar nada. Creo que esta novela es de las que hay que apuntar sí o sí. Me ha parecido muy buena y además está muy bien escrita. En ella se ve un grupo de gente que debió de abundar en Francia durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Bueno, no sólo los habría en Francia, pero en los lugares que más depuran y más lloran sus faltas es donde se conoce. Los países que lo ocultan pues eso... lo ocultan y no se ve.
      Dura, pero de no dejarla pasar.
      Un beso.

      Eliminar
  7. Hola, Rosa. Mil gracias por este descubrimiento, he terminado de leer tu reseña y lo he adquirido en digital. Sigo acumulando lecturas, pero muy contenta.

    Besos y felices lecturas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues esta novela, a pesar de su dureza, creo que te hará sentir más contenta aún de haberla leído. Ha sido todo un descubrimiento para mí también.
      Un beso.

      Eliminar
  8. ¡Hola, Rosa! Jo, solo esta frase de la cita final "Con la gente se puede hacer lo que se quiera. Basta con que tengan hambre o miedo y que se les ofrezca una vía de salida para el odio, porque odiar les da la ilusión de existir.", ya me has convencido para leerla, además de tu reseña. Y es que me parece que una de las pocas verdades que existen es aquella que dice "nada hay nuevo bajo el sol", cambian los eslogan, los formatos, los medios, pero el Poder manda y ordena en aras al bien común; el pueblo obedece y mientras coma caliente obedece. Te deseo un 2022 lleno de lecturas, aunque en tu caso eso más que un deseo es una evidencia. Un fuerte abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alucinante. Te juro que cuando leí este comentario ya había respondido al que dejaste en la entrada anterior por lo que eso de "no hay nada nuevo bajo el sol" ha sido casualidad, telepatía o brujería.
      Te alegrarás de haber descubierto esta novela porque es de lo mejor que he leído últimamente. Dura y descarnada, pero tan real y tan extrapolable a otras épocas y lugares que siempre será actual..
      Un beso y muy feliz 2022.

      Eliminar
  9. Hola Rosa, no conocia al autor, pero tu reseña me deja claro que es una historia que hay que leer, dura pero al mismo tiempo fascinante Tomo nota de ella, . Feliz año. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es una historia que yo creo que hay que leer sin dudarlo. Muy dura, desde luego, pero se disfruta por su calidad y por todo lo que nos cuenta del ser humano en situaciones límite. Seguro que te gusta.
      Un beso.

      Eliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"La amiga estupenda" Elena Ferrante

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"La caída de Madrid" Rafael Chirbes

"La sombra del cardo" Aki Shimazaki.

"El imán y la brújula" Juan Ramón Biedma

"La trenza" Laetitia Colombani

"La ciudad y sus muros inciertos" Haruki Murakami

Dos clásicos de amor y desamor.

"Las maldiciones" Claudia Piñeiro