"Secretos imperfectos" Michael Hjorth & Hans Rosenfeldt
"Por lo general, Sebastian se levantaba en cuanto lo despertaba el mismo sueño de todas las noches, independientemente de la hora que fuera. Pero no siempre. A veces se quedaba en la cama. Cerraba los ojos y sentía que poco a poco remitía el calambre de la mano derecha mientras él se esforzaba por enterrar el sueño en las profundidades de su mente".
Sebastian Bergman es un psicólogo criminalista que colaboraba con la policía haciendo estudios de personalidad de todo tipo de delincuentes, principalmente asesinos. Pero ahora lleva mucho tiempo retirado. Una desgracia personal destrozó su vida hace ya más de cinco años y, desde entonces, un sueño recurrente lo despierta cada noche. Un sueño salido de su subconsciente que pretende solucionar durante la noche "lo que su yo consciente no conseguía resolver durante el día. Superar el sentimiento de culpa".
Desde hace un tiempo afronta el sueño sin medicación y sin alcohol y ha aprendido a vivir con él, pero nuevos problemas vienen a sumarse y harán que el sueño domesticado se vuelva de nuevo algo incómodo y difícil de controlar. Su madre ha muerto recientemente y él viaja a la ciudad en la que creció para hacerse cargo de la casa familiar. Allí tendrá que enfrentarse a sus recuerdos, a las tortuosas relaciones con sus padres que lo han mantenido alejado de ellos por varias décadas. Los enfrentamientos continuos con su padre, la tranquila dignidad de su madre, siempre ajena, siempre fría, "pero nunca de su parte". Ahora quiere regresar, vender la casa lo antes posible, volver a Estocolmo y alejarse de allí para siempre, de su ciudad, de Västerås.
Pero no será tan fácil porque en Västerås se encuentra un antiguo amigo y colega de Sebastian, Torkel Höglund, responsable nacional de la Unidad de Homicidios, llegado al lugar para investigar la muerte de un joven.
Roger Eriksson, de dieciséis años, salió de casa de su novia Lisa un viernes hacia las diez de la noche y nadie volvió a verlo. Al menos con vida. Todos los errores posibles se cometen en las primeras horas de la investigación. El caso, denunciado el sábado hacia las tres de la tarde por la madre del joven, "se había quedado acumulando polvo sobre una mesa hasta el domingo, cuando una patrulla recibió la orden de investigar". Pero no es hasta el lunes hacia la hora de comer, cuando el caso llega a manos de Thomas Haraldsson. Y en peores manos no podía haber ido a parar porque Haraldsson está convencido de que el joven está corriéndose una juerga en Estocolmo y cuando aparece el cadáver se encuentra ausente por lo que el hallazgo lo realiza un grupo de boy scouts que andaba de acampada por la zona. Ante tal cúmulo de conductas erráticas e ineptitudes manifiestas, Kerstin Hanser, jefa de la policía de Västerås, decide llamar a la Unidad de Homicidios con cuyo responsable, Torkel Höglund, coincidió años atrás en un curso de formación.
Sebastian Bergman está alejado de su trabajo y de los casos criminales desde que su vida se transformó en la pesadilla a la que se enfrenta cada noche, pero ahora ve la oportunidad de utilizar los medios que la policía puede poner a su alcance para hacerse con una dirección que puede ser muy importante para él. Entre los objetos personales de su madre ha encontrado unas cartas. Alguien podría ayudarle a recuperar una parte de su vida, un leve simulacro, al menos, de lo que un día fue su vida, y no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad.
Aprovechando su amistad con Torkel, se hace agregar al equipo investigador con la mera intención de conseguir, en los archivos policiales, la dirección que necesita tras haber fracasado por otros medios. Lo que Sebastian no sabe es que la investigación del caso lo llevará a revivir parte de ese pasado que quiere olvidar. La hipocresía que hace que la buena reputación esté por encima de cualquier otra cosa y sirva de excusa para tapar delitos y ocultar todo tipo de vergüenzas. El colegio que fundó su padre y en el que él mismo estudió, sigue siendo el escondite perfecto para todo tipo de conductas reprobables que serán silenciadas para mantener intacto el prestigio de la institución.
Sebastian no es un buen tipo, pero no es un hipócrita. No duda en utilizar todo lo que está en sus manos para conseguir sus fines; a la policía o a las mujeres, pero lo sabe y no se engaña al respecto. Es un adicto al sexo con el que intenta conjurar su sueño para imaginar que existe un atisbo de normalidad en su torturada vida. Cada noche necesita dormir con una mujer a la que, indefectiblemente, dejará abandonada a su suerte, más o menos aceptada, en cuanto empiece a clarear.
En un momento concreto, en el centro de formación del FBI en Quantico, comprendió que su "comportamiento se parecía mucho a la forma de actuar de los asesinos en serie", lo cual no resultó un consuelo para él; solo una explicación a su adicción que, como psicólogo, le puede satisfacer en su curiosidad. Afortunadamente, las consecuencias eran muy diferentes. Él no dejaba cadáveres tras de sí, tan solo mujeres desilusionadas, frustradas, burladas una vez más en su afán por encontrar el cariño del que tan necesitadas estaban. Desgraciadamente, las causas eran las mismas. "Una infancia difícil con poca empatía y cariño, un gran déficit de autoestima y una enorme necesidad de parecer fuerte. Y el incesante ciclo que pasaba por la fantasía, la ejecución y la angustia, como una rueda que nunca dejaba de girar. El individuo necesitaba reafirmarse y concebía fantasías de control, que en su caso eran sexuales y en el caso del asesino en serie guardaban relación con la vida y la muerte de sus semejantes".
Un personaje, en definitiva, muy poco convencional para protagonista de una serie. No obstante, no importan sus motivaciones para sumarse al caso y su investigación. Rápidamente le acabará atrapando y será a él a quien se deba su resolución.
Nosotros desde el primer momento vemos al asesino arrastrar el cuerpo sin vida de Roger. Aunque quizás no es el asesino. Al fin y al cabo, nos lo han presentado como el hombre que no es un asesino "El hombre no era un asesino.
Se lo iba repitiendo mientras arrastraba al chico muerto cuesta abajo:
—No soy ningún asesino.
Los asesinos son criminales. Son mala gente. Las tinieblas les han devorado el alma y ellos, por diferentes razones, han abrazado la oscuridad y la han hecho suya, de espaldas a la luz. Él no era malo". Hasta la Biblia permite matar en ciertos casos excepcionales, por causas justas, a gente mala que lo merece. Varias veces a lo largo de la novela, nos encontraremos con este hombre que no es un asesino e iremos sabiendo algunas cosas sobre sus pensamientos y motivaciones.
Una novela en la que se mezcla la resolución del caso, con la situación del resto de las personas implicadas pues, más allá de la vida de Sebastian, asistiremos a las vidas, relaciones, miedos y todo tipo de problemas de las personas que forman parte del caso: familiares, amigos, profesores y compañeros del muerto; miembros de la policía de Västerås; los componentes de la Unidad de Homicidios venida de Estocolmo; el hombre que no es un asesino.
La novela está escrita por dos autores procedentes del mundo de la televisión. Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt, son guionistas de series muy célebres. El primero escribió guiones para una serie sobre Kurt Wallander, el famoso detective de Henning Mankell. El segundo es el creador y guionista de la serie escandinava "El puente" y coguionista de la británica "Marcella"
Se han traducido al español las dos entregas siguientes de Sebastian Bergman, "Crímenes duplicados" y "Muertos prescindibles". Su lectura no se hará esperar mucho. La situación de Sebastian requiere saber más acerca de su devenir que se interrumpe con un giro sorprendente al final de "Secretos imperfectos". Tras estas, aún quedan dos novelas por traducir, aunque visto el éxito de las anteriores, no creo que tarden mucho en serlo. Estaré esperando.
Sebastian Bergman es un psicólogo criminalista que colaboraba con la policía haciendo estudios de personalidad de todo tipo de delincuentes, principalmente asesinos. Pero ahora lleva mucho tiempo retirado. Una desgracia personal destrozó su vida hace ya más de cinco años y, desde entonces, un sueño recurrente lo despierta cada noche. Un sueño salido de su subconsciente que pretende solucionar durante la noche "lo que su yo consciente no conseguía resolver durante el día. Superar el sentimiento de culpa".
Desde hace un tiempo afronta el sueño sin medicación y sin alcohol y ha aprendido a vivir con él, pero nuevos problemas vienen a sumarse y harán que el sueño domesticado se vuelva de nuevo algo incómodo y difícil de controlar. Su madre ha muerto recientemente y él viaja a la ciudad en la que creció para hacerse cargo de la casa familiar. Allí tendrá que enfrentarse a sus recuerdos, a las tortuosas relaciones con sus padres que lo han mantenido alejado de ellos por varias décadas. Los enfrentamientos continuos con su padre, la tranquila dignidad de su madre, siempre ajena, siempre fría, "pero nunca de su parte". Ahora quiere regresar, vender la casa lo antes posible, volver a Estocolmo y alejarse de allí para siempre, de su ciudad, de Västerås.
Pero no será tan fácil porque en Västerås se encuentra un antiguo amigo y colega de Sebastian, Torkel Höglund, responsable nacional de la Unidad de Homicidios, llegado al lugar para investigar la muerte de un joven.
Roger Eriksson, de dieciséis años, salió de casa de su novia Lisa un viernes hacia las diez de la noche y nadie volvió a verlo. Al menos con vida. Todos los errores posibles se cometen en las primeras horas de la investigación. El caso, denunciado el sábado hacia las tres de la tarde por la madre del joven, "se había quedado acumulando polvo sobre una mesa hasta el domingo, cuando una patrulla recibió la orden de investigar". Pero no es hasta el lunes hacia la hora de comer, cuando el caso llega a manos de Thomas Haraldsson. Y en peores manos no podía haber ido a parar porque Haraldsson está convencido de que el joven está corriéndose una juerga en Estocolmo y cuando aparece el cadáver se encuentra ausente por lo que el hallazgo lo realiza un grupo de boy scouts que andaba de acampada por la zona. Ante tal cúmulo de conductas erráticas e ineptitudes manifiestas, Kerstin Hanser, jefa de la policía de Västerås, decide llamar a la Unidad de Homicidios con cuyo responsable, Torkel Höglund, coincidió años atrás en un curso de formación.
Sebastian Bergman está alejado de su trabajo y de los casos criminales desde que su vida se transformó en la pesadilla a la que se enfrenta cada noche, pero ahora ve la oportunidad de utilizar los medios que la policía puede poner a su alcance para hacerse con una dirección que puede ser muy importante para él. Entre los objetos personales de su madre ha encontrado unas cartas. Alguien podría ayudarle a recuperar una parte de su vida, un leve simulacro, al menos, de lo que un día fue su vida, y no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad.
Aprovechando su amistad con Torkel, se hace agregar al equipo investigador con la mera intención de conseguir, en los archivos policiales, la dirección que necesita tras haber fracasado por otros medios. Lo que Sebastian no sabe es que la investigación del caso lo llevará a revivir parte de ese pasado que quiere olvidar. La hipocresía que hace que la buena reputación esté por encima de cualquier otra cosa y sirva de excusa para tapar delitos y ocultar todo tipo de vergüenzas. El colegio que fundó su padre y en el que él mismo estudió, sigue siendo el escondite perfecto para todo tipo de conductas reprobables que serán silenciadas para mantener intacto el prestigio de la institución.
De izquierda a derecha, Hans Rosenfeldt y Michael Hjorth |
En un momento concreto, en el centro de formación del FBI en Quantico, comprendió que su "comportamiento se parecía mucho a la forma de actuar de los asesinos en serie", lo cual no resultó un consuelo para él; solo una explicación a su adicción que, como psicólogo, le puede satisfacer en su curiosidad. Afortunadamente, las consecuencias eran muy diferentes. Él no dejaba cadáveres tras de sí, tan solo mujeres desilusionadas, frustradas, burladas una vez más en su afán por encontrar el cariño del que tan necesitadas estaban. Desgraciadamente, las causas eran las mismas. "Una infancia difícil con poca empatía y cariño, un gran déficit de autoestima y una enorme necesidad de parecer fuerte. Y el incesante ciclo que pasaba por la fantasía, la ejecución y la angustia, como una rueda que nunca dejaba de girar. El individuo necesitaba reafirmarse y concebía fantasías de control, que en su caso eran sexuales y en el caso del asesino en serie guardaban relación con la vida y la muerte de sus semejantes".
Un personaje, en definitiva, muy poco convencional para protagonista de una serie. No obstante, no importan sus motivaciones para sumarse al caso y su investigación. Rápidamente le acabará atrapando y será a él a quien se deba su resolución.
Nosotros desde el primer momento vemos al asesino arrastrar el cuerpo sin vida de Roger. Aunque quizás no es el asesino. Al fin y al cabo, nos lo han presentado como el hombre que no es un asesino "El hombre no era un asesino.
Se lo iba repitiendo mientras arrastraba al chico muerto cuesta abajo:
—No soy ningún asesino.
Los asesinos son criminales. Son mala gente. Las tinieblas les han devorado el alma y ellos, por diferentes razones, han abrazado la oscuridad y la han hecho suya, de espaldas a la luz. Él no era malo". Hasta la Biblia permite matar en ciertos casos excepcionales, por causas justas, a gente mala que lo merece. Varias veces a lo largo de la novela, nos encontraremos con este hombre que no es un asesino e iremos sabiendo algunas cosas sobre sus pensamientos y motivaciones.
Una novela en la que se mezcla la resolución del caso, con la situación del resto de las personas implicadas pues, más allá de la vida de Sebastian, asistiremos a las vidas, relaciones, miedos y todo tipo de problemas de las personas que forman parte del caso: familiares, amigos, profesores y compañeros del muerto; miembros de la policía de Västerås; los componentes de la Unidad de Homicidios venida de Estocolmo; el hombre que no es un asesino.
La novela está escrita por dos autores procedentes del mundo de la televisión. Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt, son guionistas de series muy célebres. El primero escribió guiones para una serie sobre Kurt Wallander, el famoso detective de Henning Mankell. El segundo es el creador y guionista de la serie escandinava "El puente" y coguionista de la británica "Marcella"
Se han traducido al español las dos entregas siguientes de Sebastian Bergman, "Crímenes duplicados" y "Muertos prescindibles". Su lectura no se hará esperar mucho. La situación de Sebastian requiere saber más acerca de su devenir que se interrumpe con un giro sorprendente al final de "Secretos imperfectos". Tras estas, aún quedan dos novelas por traducir, aunque visto el éxito de las anteriores, no creo que tarden mucho en serlo. Estaré esperando.
Yo la tengo encargada, en cuanto me llegue tendré que ponerme con ella que no dejo de leer buenas reseñas. Besinos.
ResponderEliminarEs una novela muy interesante y con un planteamiento y un oersonsje originales.
EliminarA mí me ha gustado. Había leído muchas reseñas muy buenas y no me ha decepcionado.
Un beso.
No entendí bien. ¿Es el primer título de una trilogía, y Crímenes duplicados y muertos prescindibles son las siguientes?
ResponderEliminarEn todo caso me parece una novela que parece prometer una historia al menos entretenida.
Besos y gracias por la reseña.
En realidad, la serie son cinco novelas, pero es España solo se han traducido y publicado las tres que decimos. Esperemos que no tarden en publicar el resto.
EliminarEsta primera es entretenida y original en sus planteamientos y, sobre todo, en su personaje central.
Un beso.
maravllosa reseña, como siempre! no la conocíamos así que la llevaremos, todo envuelto en tus palabras que hacen atractiva cualquier lectura. gracias y saludosbuhos.
ResponderEliminarPues espero que os guste. Yo he leído varias reseñas sobre esta serie y tenía muchas ganas de empezarla. No me ha defraudado en absoluto.
EliminarUn beso.
Pues siento informarte que, por ahora, la editorial solamente compró los derechos de las tres primeras entregas. Cuando leas el tercer libro entenderás el cabreo que tengo y que acabará por provocarme una úlcera. Me alegro de que hayas disfrutado tanto con su singular protagonista. Besos
ResponderEliminar¡¡Ay, Marina, no me des disgustos!! Imagino que, ante el éxito obtenido, pueden comprar más derechos, ¿no? No nos pueden dejar así. Bueno, no sé cómo porque aún no he leído la última publicada, pero por lo que dices y he leído en otras reseñas, la serie es muy buena y no decae. Y tenemos que saber qué pasa con el particular Sebastian.
EliminarUn beso.
Madre mía Rosa, cada día me traes más tentaciones y con la falta de tiempo que tengo últimamente.
ResponderEliminarBesos.
Haz como yo. Aprovecha los insomnios (je, je). Para amanecer el miércoles, terminé las dos novelas con las que estaba (siempre compagino una policíaca con otra). Ya que no dormimos, aprovechar el tiempo al menos.
EliminarUn beso.
No soy muy habitual del género negro, pero lo cierto es que cuando he leído alguno de los libros que reseñas positivamente (el de J. Thompson, por ejemplo) me acaban gustando. No lo descarto. Y me resulta muy raro lo de la coautoría, en un acto tan solitario como es la escritura de ficción. Se que en el cine y la televisión es habitual, recuerdo además mis novelas juveniles de Flanagan, que también eran obra de dos manos: Andreu Martín y Jaume Ribera -de este último no recordaba el nombre, lo he tenido que buscar en Google, ¿por qué será?-
ResponderEliminarSaludos.
A mí me resulta muy curioso el que se escriban novelas entre dos, pero la verdad es que cuando he leído, esta no es la primera, no he notado nada. Suelo fijarme a ver si veo alguna diferencia de estilo o de cualquier tipo, pero nunca he descubierto nada.
EliminarMe alegro mucho que te gustara la novela de Jim Thompson. Aunque sea género negro, no puede no gustar semejante tratamiento de los personajes.
Esta que nos ocupa no es comparable, Thompson es un icono del género, pero está muy bien y el personaje es también muy curioso.
Un beso.
Soy bastante reacia a leer novelas que se desarrollan en países nórdicos, y es que tengo un problema con los nombres de pila (con los nórdicos ¿también se dice así, de pila?) porque no los conozco y nunca sé si hablan de mujeres u hombres.
ResponderEliminarAunque en esta novela que nos traes he visto que los personajes se llaman de forma "reconocible": Sebastian, Thomas, Roger. Te parecerá una tontería pero una vez leí una novela de una escritora sueca y no me di cuenta de que "el" protagonista era una mujer hasta casi mediada la historia (no es coña).
Pinta bien la historia que traes pero las series últimamente me echan para atrás. De todas formas no la descarto, apuntada queda.
Un besote.
¡¡Ay, qué gracia, Kirke!!. ¿No hubo un adjetivo o un pronombre que te diera la pista? A mí me ha pasado más con los griegos de Petros Márkaris. La mujer de Jaritos se llama Adrianí y luego, entre los totopoulos y demás, me armo unos líos tremendos. Con los nórdicos suelo saber si son hombres o mujeres, aunque los nombres se las traen con abalorios.
EliminarLa historia está bien y el personaje es odioso, pero se hace querer.
Un beso.
Reconozco que este género no es de mi agrado. Excepto por Simenon, por el que sentí pasión durante un tiempo y me compré más de 10 novelas (me permitía alejarme de una simple interpretación policiaca), no suelo mostrar interés por otros, pero claro, no se debe cerrarse una a nada.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Me ha gustado sobre todo la psicología del protagonista, Sebastian Bergman, y las cosas que le han pasado y le pasan. Se hace un poco odioso y es muy original como protagonista de una serie. No solo es antihéroe, es que es un poco indeseable.
EliminarLa trama está también bastante bien llevada. Creo que merece la pena, pero yo soy una amante incondicional del género, claro.
Un beso.
La he visto reseñada en otros blogs y me he sentido atraído por la serie. Pero ha sido tu excelente reseña la que me ha convencido. Voy a por ella y más cuando llevo unas ruedas de lecturas en latitudes nórdicas que me atraen bastante. La lastima -leo a Marina Córdoba- es que sólo en España estén disponibles 3 de los 5 títulos de la serie, aunque al no haber leído ninguno aún tiempo le doy a la editorial.
ResponderEliminarUn beso
Yo confío también en que mientras leo los dos que me quedan, se traduzcan los otros dos. Co el éxito que están teniendo, la editorial comprará los derechos. Si no, nos van a dejar a medias con las aventuras y desventuras de Sebastian Bergman.
EliminarUn beso.
Yo en esta ocasión me conformo con haber disfrutado leyendo tu reseña, Rosa. No niego que sea interesante pero, entre que no me gusta el género y que se me amontona la faena, voy seleccionando al máximo. Aunque, pensándolo bien, esas cartas de la madre que encuentra me hacen dudar.
ResponderEliminarBesos
Lo de las cartas, sobre todo, hace que la novela tenga un giro final del todo inesperado. Es lo que tienen las buenas novelas policíacas: muchas sorpresas, bien puestas.
EliminarSé que no es tu género favorito y que hay poco tiempo. Yo también cada vez selecciono más.
Un beso.
Parece una novela apasionante, Rosa. Crímenes, investigaciones, personajes torturados, secretos, un buen argumento... ¡no le falta ni un ingrediente! Lo único malo es que si está tan bien como creo y tú nos cuentas, habrá que leer todas las partes :D
ResponderEliminarMuchas gracias por el descubrimiento. Este título pasa a los primeros puestos de mi lista de lecturas pendientes :))
¡Un beso enorme y feliz finde!
Sí que esta muy interesante esta primera novela de la serie. Yo, en principio, me la pienso leer entera. Otra cosa es que luego me canse o que vengan nuevas lecturas a superponerse, pero, de momento, esa es mi intención.
EliminarUn beso.
¿Podría alguien decirme que ciudad sale en la portada de secretos imperfectos? Lo estamos leyendo en un club de lectura y todas las semanas hacemos especulaciones pero no termina!os de localizar el sitio. Hasta lo que llevamos leido, genial. Me envanen.
ResponderEliminarNo estoy segura al cien por cien, pero mirando mis fotos de Estocolmo, he descubierto una que se le parece mucho. Se trata de la torre de la Iglesia de Riddarholm. Luego, mirando en Google, creo casi poder asegurar que es esa.
EliminarEspero que resolváis vuestras dudas.
Un abrazo.