"Púa" Lorenzo Silva

Soy una mala persona. Al igual que muchos otros, podría decir. Con la diferencia, podría alegar, de haber dejado de buscarme una disculpa para justificar mis fechorías. [...] Cuando uno acepta convertirse en una mala persona, poco importa lo demás. A quien le toca padecerte ni le va, ni le viene, ni le alivia […]

Reniego de la autoindulgencia. Es el tipo de porquería que jamás, desde que tomé conciencia de mi maldad, he dejado que se acumule a la mugre que ya cargo por mis feas acciones.[…]

Por eso, y porque no estoy orgulloso de ser una mala persona —no se me ha endurecido el alma ni se me ha reblandecido el cerebro hasta ese punto de delirio—, resolví apartarme de todo lo que fui y todo lo que hice en otro tiempo, y escogí esta apacible actividad comercial que sólo muy de vez en cuando, y de forma al fin y al cabo limitada, me arroja a coyunturas en las que puede aflorar, y aflora, el demonio que siempre va conmigo.


Y ahora se ha dado una de esas coyunturas que han hecho que Púa abandone temporalmente su tranquilo trabajo en su librería, vuelva a la ciudad y esté a punto de volver a rozarse con lo que fue su vida de antaño, en esa ciudad costera gris y lluviosa a la que no hubiera querido regresar jamás. Pero las amistades que se establecen en la frontera (la real y la metafórica), por muchos años que acumule la ausencia, por mucho que el tiempo haya cubierto de polvo el afecto, siempre despiertan ante ciertas llamadas insoslayables. «"Púa, soy yo. Me queda poco. Te necesito."».

Es entonces cuando los años desaparecen, el polvo se sacude y despiertan las lealtades. Y así, Púa se ve en el hospital de la ciudad en la que Mazo nunca dejó de vivir, al pie de la cama de un moribundo que tan solo en él confía para encargarle la seguridad de lo más preciado que tiene: su propia hija. Porque Vera, la persona que Púa conoció de niña, ahora se ha vuelto una mujer. Y una mujer que, para su padre moribundo, destila peligro por todos los costados. 

Mazo presiente que la chica está metida en una situación complicada, pero él ya no está en condiciones de cuidarla. 

«Yo tampoco soy muy bueno para cuidar de nadie —me veo en el deber de aclarar—. Y menos aún de quien quiere complicarse la vida. Nunca lo fui, y estos años me han hecho todavía menos paciente. Hace demasiado tiempo que solamente me ocupo de mí mismo, Mazo».

Pero como ya su amigo sabía, Púa se echa sobre sus espaldas la tarea de sacar a Vera del mundo en el que se mueve. Y no será tarea fácil, sino que le hará enfrentarse a personas poderosas, algunas de las cuales tienen relación con el trabajo que desempeñó hace años para la Compañía. La situación es mucho más peligrosa de lo que podría parecer. Vera no está solo metida en un problemas de drogas y prostitución. Las personas con las que trata están dispuestas a todo por controlarla y su vida y la de Púa empezarán a estar cada vez más comprometidas.

Pero si en los capítulos impares sabemos de las peripecias de Púa y Vera, de las reticencias iniciales de la joven y de cómo van recorriendo un camino que cada vez se pone más angosto y peligroso, los capítulos pares nos llevan a recorrer la vida de Púa desde niño. Esos capítulos están narrados en primera persona por el propio Púa que empieza así a contarnos su infancia:

«Me acuerdo del chico. Lo que desde aquí más me llama la atención, por contraste, es que no está solo. Todavía no ha hecho nada que le condene a estarlo. Todavía imagina un futuro mejor. [...] El chico tiene aún padre, madre, incluso tiene un hermano pequeño. El chico sueña, y por eso lee libros compulsivamente, esperando hallar en ellos todo lo que la realidad por ahora le escatima. O quizá suceda al revés: porque lee casi sin descanso, desde que aprendió a hacerlo, está condenado a convertirse en un soñador inadaptado a la realidad. Es lo mismo. Poco o nada importa saber si va antes la gallina o el huevo».

Y es en esos capítulos en los vemos al chico ir creciendo, y lo vemos, cuando tiene poco más de veinte años y tiene lugar el hecho que cambió su vida, el que hizo que ya fuera incapaz de imaginar un futuro mejor, lo que lo dejó solo, aun antes de estarlo realmente. Lo que hizo que cuando vinieron a reclutarlo para la Compañía, no lo dudara ni un momento. Parecía la oportunidad esperada. Y puede que no solo fuera por odio. Puede que en él alentara algún tipo de sentido del deber, de necesidad de terminar con aquellos desalmados que regaban el país de cadáveres, viudas y huérfanos para huir a esconderse al otro lado de la frontera donde eran dejados en paz, si no directamente admirados y respetados. 

Sí, cuando Púa se integró definitivamente en la Compañía, lo hizo en una unidad antiterrorista dedicada a infiltrarse entre los militantes y dirigentes, y dar la información necesaria para que otros terminaran con ellos. Es así como tuvo que pasar muchas horas fingiendo amistad y simpatía por personas a las que sabía que estaba ayudando a eliminar. Es así como surgen las contradicciones «Al escucharlo, no pude evitar acordarme de palabras que les había escuchado a otros, incluido a mí mismo, y de pensamientos que nunca había llegado a enunciar ante nadie, pero estaban presentes en lo que hacía y en lo que era. Si no hubiéramos sido adversarios, si mi misión no hubiera sido tratar de propiciar su muerte, tal vez habría podido entenderme con él, incluso llegar a ser amigo suyo»

No se blanquea el terrorismo, pero se deja sin argumentos la lucha sucia frente al mismo. Y es que la Compañía no era una brigada policial, o un grupo salido de la Inteligencia del estado. Era un grupo sin cobertura legal de ningún tipo. Nadie respondería por ellos ni a uno ni a otro lado de la frontera. Era la Guerra Sucia en el más alto sentido de la palabra. 

Lorenzo Silva

Si en El mal de Corcira siempre se sabe dónde se actúa y quiénes actúan; si allí está muy claro que estamos en España, en el Norte, con un Estado que lucha con todos sus medios contra una banda terrorista que es ETA, en Púa no se mencionan países, ni ciudades, ni grupos terroristas, ni causas más o menos veleidosas que los muevan. Tampoco se menciona a los GAL ni a ninguna otra banda de la guerra sucia promovida por el Estado, pero salvaguardando al Estado. El lector no puede dejar de imaginar y todos los nombres que acabo de mencionar salen sin que una se lo proponga. ¿Es esa ciudad costera nublada y lluviosa y tan cercana a la frontera San Sebastián? ¿Es esa frontera la de Francia? ¿La Compañía es los GAL?

Pues nada de ello importa y creo que lo más interesante es tratar de no ponerse en situaciones reales. Estamos ante una situación desnuda de intenciones, de causas, de simpatías. Tan solo los hechos deben predominar para que el bien y el mal no dependan de nada más que de los propios hechos. Puede que los terroristas se defiendan de un Estado autoritario y aún más terrorista o puede que lo hagan contra un Estado democrático conculcando todas las leyes; puede que la Compañía salga de una dictadura y trate de reprimir cualquier tipo de lucha que aspire a ganar la libertad; puede que el estado democrático se vea en la necesidad de defender a sus ciudadanos de la rabia sanguinaria de un grupo de malnacidos ansiosos de notoriedad y con causas más o menos discutibles, pero nunca dignas de matar.

Lo importante es el hecho desnudo de cómo se siente Púa, de lo que significa esa guerra sucia en la que no hay límites, esas ejecuciones sumarias sin juicio, sin posibilidad de defensa, sin miedo al error o la duda. Púa se siente arrepentido de su pasado «A veces me gustaría tener la opción de interrumpir el vínculo que me une con ese pasado: ser capaz de deshacer a un tiempo la memoria de lo que llegué a hacer y la condena a ser el superviviente ilegítimo y culpable en que me convirtió». También se siente una mala persona como nos dice al comienzo. Púa reniega de su vida en la Compañía, de lo que tuvo que hacer bien por convicción, por deber o por engaño y deja algunas citas para la reflexión y el análisis:

«Aunque llevaba ya unos años detrás de ellos, [...] me di cuenta de que apenas había pensado en quiénes eran realmente las personas a las que me enfrentaba. De dónde venía su capacidad de infligir tanto sufrimiento a otros, de sacrificarse y arriesgarse como lo hacían. [...] Conocía, por descontado, los argumentos que esgrimían, la cobertura ideológica que amparaba sus acciones criminales. Pero la ideología es hojarasca, cuando no es un simulacro. [...] Lo más socorrido era despacharlos como incautos o desaprensivos que se habían dejado cegar por el engaño de los manipuladores que les armaban el discurso».

«[...] no tardé en notar que a Hurón el personaje que yo había construido [...] le gustaba de veras, y también mi hostilidad hacia él se fue atenuando, cuando me encontré con un hombre que no sólo poseía una inteligencia superior al promedio, sino que además tenía el coraje de no ocultarse la verdad sobre sí mismo. Hurón era, como yo y como tantos otros, resultado del mal ajeno y la predisposición propia, y no se engañaba al respecto»

«Al escucharlo [a Hurón] no pude evitar acordarme de palabras que les había escuchado a otros, incluido a mí mismo, y de pensamientos que nunca había llegado a enunciar ante nadie, pero estaban presentes en lo que hacía y en lo que era. Si no hubiéramos sido adversarios, si mi misión no hubiera sido tratar de propiciar su muerte, tal vez habría podido entenderme con él, incluso llegar a ser amigo suyo»

Púa es una novela que merece ser leída con calma, despojándose de prejuicios. No blanquea el terrorismo, no disculpa la guerra sucia, tan solo indaga en las contradicciones del ser humano, esas que todos llevamos dentro y que a veces nos hacen sorprendernos cuando el personaje que nos devuelve el espejo nos resulta desconocido y antipático, cuando las acciones que es capaz de realizar nos espantan y nos hacen mirar el mundo y las personas que nos rodean con un poco más de benevolencia objetiva. No es una novela para los que lo tienen todo claro, es tan solo para los que aspiramos a tenerlo, únicamente, un poquito más claro.

Libros leídos de Lorenzo Silva con el año de lectura entre paréntesis:

* “El alquimista impaciente”.  (2000)

El ángel oculto”.  (2003)

Carta blanca”.  (2005)

La reina sin espejo”.  (2006)

El blog del inquisidor”.  (2010)

El lejano país de los estanques”.  (2011)

La niebla y la doncella”.  (2011)

Niños feroces”.  (2012)

La reina sin espejo”.  (2012)

La estrategia del agua”.  (2013)

La marca del meridiano”.  (2013)

Los cuerpos extraños”.  (2014)

Recordarán tu nombre”.  (2017)

Donde los escorpiones”.  (2017)

Tantos lobos". (2018)

Lejos del corazón”. (2020)

El mal de Corcira”. (2020)

 Si esto es una mujer”. con Noemí Trujillo (2022)

 * La llama de Focea”. (2022)

 Púa”. (2024)

* de la serie Bevilacqua y Chamorro.


Título del libro: Púa
Autor: Lorenzo Silva
Nacionalidad: España
Editorial: Destino
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 2023
Nº de páginas: 464

Comentarios

  1. Me atrae este titulo de Lorenzo Silva. Me atrae además porque no es crónica de nada como pudiera entenderse el mismo asunto en "El mal de Corcira". Pienso que a la literatura y a la pervivencia de la obra en el tiempo no le hace ningún favor la concreción excesiva en hechos concretos. Yo disfruto más con lo ros como "Púa", que navegan más en la atemporalidad y por ello pueden ser aplicados a un gran número de circunstancias y momentos.
    Un beso

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    1. En El mal de Corcira se habla de ETA, de la Guardia Civil, etc. Sabes en todo momento lo que mueve a los terroristas, sabes que no hay justificación ninguna (si es que alguna vez la hay), pero aquí, aunque no puedes evitar pensar que también trata de ETA y en este caso de la guerra sucia (bien podrían ser los GAL), de pronto me vi pensando que no tenía constancia de ello y que bien podía ser un grupo revolucionario luchando contra una dictadura tipo la chilena o la argentina. Me resultó muy interesante ver los hechos desnudos, sin posibles causas o motivaciones. Muy interesante.
      Un beso.

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  2. Yo tengo muchos prejuicios, lo reconozco, aunque más que con los temas que trata esta novela con su autor. Ya sabes que el tipo de libros que suele escribir Lorenzo Silva no son de los que más me apetece leer. En mi descargo diré que he leído una novela suya (que fue Música para feos), así que un poquito sí lo puedo juzgar sin el pre delante. El caso es que esa novela no me convenció, y entre eso y que no hay ninguna otra suya que me apetezca leer, pues no he vuelto a repetir con él. Eso sí, reconozco que todas las reflexiones a las que puede dar lugar esta novela que nos traes me resultan muy tentadoras.
    Besos

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    1. Música para feos no la he leído, pero la serie de Bevilacqua le ha leído entera y además he leído otros libros que no son de la serie y me han gustado mucho. Recordarán tu nombre es un ensayo interesantísimo sobre un guardia civil, José Aranguren Roldán, que permaneció fiel a la República y que fue ejecutado tras la guerra. Por traidor, qué ironía. Creo que es un libro que te gustaría. Por lo demás, entiendo que el género policíaco no es de lo que sueles leer.
      Púa es una novela más negra que policíaca (no es nada policíaca) y que tiene mucho para reflexionar. Pero con tanto como tenemos por leer es lógico que nos tiremos por lo que más nos apetece e interesa.
      Un beso.

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  3. Hola, Rosa. No me convence, porque aunque no le quiera poner nombres, como dices, no hace falta. El personaje de Púa puede ser interesante. Me ha recordado a lo que siempre dice Pérez Reverte, que los malos hacen cosas buenas y los buenos, a veces, también hacen cosas malas. Aunque en esta historia se va un poco al extremo.
    Esta me la salto, aunque no le hayan puesto nombre, todos sabemos de qué habla y es un tema que siempre evito.
    Besos

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    1. El personaje de Púa es muy interesante como lo son todas sus reflexiones. Es un libro que aúna la acción y la reflexión, como suelen serlo los del autor. El personaje del infiltrado siempre me ha causado bastante controversia y aquí se da pábulo a esa controversia y me ha dado mucho para reflexionar. Yo sí he sido capaz de no poner nombres y de imaginar que ese Estado podría ser lo que imaginamos o una dictadura terrible, como la de Pinochet pongo por caso. Es entonces cuando, desprovista cada postura de motivaciones, quedan expuestas las barbaridades de cada una en estado puro. Muy interesante hacer ese ejercicio.
      Un beso.

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  4. Buenos días, Rosa.
    Un tema peliagudo el de la novela que nos traes esta vez. En mi opinión, la palabra terrorismo tiene un único significado, lo mires desde el pinto de vista que lo mires... Ya sabes que no es el género literario que suelo leer, aunque debo confesar que me despierta curiosidad comprobar cómo desarrolla la historia Silva. Ya te contaré si me decido o no a leer el libro.

    Un abrazo, y gracias por la estupenda reseña!!

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    1. Exactamente. Terrorismo es terrorismo. Eso es lo que en alguna ocasión se nos puede olvidar. Cuando ese terrorismo se ejerce contra un Estado represor y asesino nos puede parecer justificado. Es ahí donde esta novela (desde mi forma de interpretarla) deja desnudo y en evidencia el despropósito de esa violencia. ETA era igual de asesina cuando luchaba contra Franco que cuando lo hacía contra la democracia. Espero que si te animas, te quede la sensación de haber acertado.
      Un beso.

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  5. Hola, Rosa. Pues esa indagación en las contradicciones del ser humano es lo que seguro marca la diferencia en esta novela. Un personaje lleno de claroscuros, con más dudas que certezas como tienen siempre los grandes personajes. Un tema complicado, el de esta historia, pero muy interesante. Estupenda tu reseña. Besos.

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    1. Sí, Púa es un personaje que tiene mucho que contar. De hecho, nos lo cuenta y es una historia apasionante. La parte del pasado es para darle muchas vueltas. La del presente es más topo policíaco, también interesante, pero la del pasado me ha encantado.
      Un beso.

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  6. Al final el terrorismo y el contraterrorismo de Estado son tan universales que quizás sea la razón de no hacer mención directa a ningún grupo armado. Lo que si me parece muy interesante es indagar e investigar en como las personas pueden llegar a matar por causas políticas y luego intentar rehacer sus vidas con ese peso de conciencia.
    Gracias por reseñar esta novedad y mantenernos informados del día a día literario.
    Besos.

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    1. La conciencia de Púa es uno de los temas importantes de la novela. La cita con la que abro la entrada me parece buenísima. Púa ha reconocido hace ya tiempo que es una mala persona y lo ha hecho sin paliativos, sin buscar justificaciones. Ahora lleva una vida tranquila regentando una librería y cargando con su pasado y su aceptación de todo lo malo que ha hecho.
      La universalidd de terrorismo y contraterrorismo por parte del Estado son universales y aquí creo que quiere dejar claro que nunca son legítimos. El terrorismo contra una dictadura criminal no deja de ser terrorismo, y el terrorismo contra una democracia no justifica el terrorismo de Estado. Temas peliagidos en todo caso.
      Un beso.

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  7. Pues fíjate que no pensaba que esta novela fuera sobre un tema tan peliagudo. La verdad es que ese título me tenía despistada y atraída al mismo tiempo, aunque ahora que sé de qué va ya no tengo tan clara esa tracción. Me dan un poco de pereza los temas terroristas y contraterroristas.
    Un beso.

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    1. Tema (o temas) peliagudo, en efecto, es el que trata esta novela. Y lo trata de forma impecable, con un personajes que nos narra su pasado, sus acciones, sus dudas y contradicciones y un presente con el que tal vez quiere redimirse de lo que no tiene redención posible. Terrorismo y contraterrorismo a mí son temas que me atraen mucho. Siempre pienso que igual llego a entender un poco más.
      Un beso.

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  8. ¡Hola, Rosa!
    Confieso no haber leído a Lorenzo Silva y me contenta ver que, en cambio, tú conoces a fondo la pluma del autor.
    Me llama bastante la atención este thriller que nos sugieres, el manejo de los dos tiempos en la historia, el intercalado de los capítulos en los que Púa nos habla del presente, con otros en los que el protagonista cuenta su infancia, su pasado.
    Sin duda que los temas abordados en esta novela te llevan como siempre a reflexionar, la "guerra sucia", la intervención del ejército, de grupos paramilitares o terroristas contra la población civil de un país es algo que lamentablemente, de una forma u otra, encontramos en varios países...
    Aprovechando que "Púa" es un libro autoconclusivo de Lorenzo Silva, me lo llevo apuntado para futuras lecturas, gracias por tu reseña y sugerencia ;)
    Un abrazo.

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    1. Como puedes ver llevo veinticuatro años de idilio literario con Lorenzo Silva. Su serie de Bevilacqua me encanta y los libros que no pertenecen a le serie me gustan mucho también. En España el contraterrorismo no lo llevaron a cabo ni el ejército ni grupos paramilitares. Eran personas que actuaban, aparentemente por su cuenta y riesgo, al margen de sus trabajos particulares (algunos eran policías o guardias civiles). Nunca se ha llegado a revelar toda la trama. Hay aún una x que decía el juez Garzón que sigue sin despejar. Creo que Púa te gustará.
      Un beso.

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  9. ¡Hola Rosa!
    De Silva he leído creo que tres, dos de ellos los tengo en el blog (Música para feos y Lluvia de París) y el otro fue antes de tenerlo, “El alquimista impaciente”, los tres me gustaron mucho, recuerdo que siempre tras acabar la lectura pensaba lo bien que escribe este hombre y lo mucho que me gustan sus novelas. Siempre pienso que tengo que volver a él, aunque tengo claro que no será nunca con la serie Bevilacqua y Chamorro, no porque no crea que merecen la pena, sé que son maravillosos, pero la pereza me puede. Siempre he pensado leer Púa, lo tengo en mente, y tras tu lectura pues he recuperado las ganas. Por cierto, no me extraña que en tu mente hayas pensado en los GAL, lógico
    Un beso.

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    1. Leí El alquimista impaciente, pero no los otros dos. Creo que aún me quedan unos cuantos libros del autor sin leer. Bevilacqua lo he ido leyendo poco a poco y casi todo a medida que se iba publicando porque empecé pronto con la serie. Lorenzo Silva escribe muy bien y siempre da lugar a interesantes reflexiones. Anímate con Púa porque creo que te va agustar.
      Un beso.

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  10. Vengo de leer la entrada de MIguel Pina en Cine y críticas marcianas, y me he imaginado una versión cinematográfica de esta novela con Liam Neeson interpretando a Púa, je, je.
    De Lorenzo Silva he leído varias de sus obras y todas me han gustado, por la trama y por el estilo narrativo de este autor. La que aquí nos presentas, tiene un atractivo especial por el suspense y por el fondo de la historia.
    Un beso.

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    1. Aún no he leído a Miguel, aunque ya lo tengo en una pestaña del Chrome. No sé si me pega mucho Liam Neeson para hacer de Púa, pero desde luego tiene una gran película.
      La novela es muy buena y creo que disfrutarías con ella. Si además te gusta Lorenzo Silva, ya no hay duda de que debes leerla.
      Un beso.

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  11. De Lorenzo Silva he leído poquito pero ese poquito siempre me ha gustado mucho. Y con esta novela me tientas. La verdad es que no sabía de qué iba. Pensaba que iba a ser más policíaca y ya veo que no. Y veo que es una novela que da para reflexionar y mucho. Yo soy de las personas que no tengo las cosas claras y siempre me gusta leer para ver si aclaro algo entre todos esos pensamientos que se me cruzan en la cabeza y más cuando son temas tan difíciles como el que trata esta novela. Total, que me la apunto.
    Besotes!!!

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    1. Creo que te gustará. Comparto contigo ese no tener las cosas claras y leer para ver si cada vez se gsn aclarando un poco más, aun sabiendo que nunca lo harán del todo. Esta novela da mucho que pensar y crea preguntas y eso es, en definitiva, lo que tiene que hacer la buena literatura.
      Un beso.

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  12. Hola, Rosa.
    Sobre el personaje, y simplificándolo, el que se acostumbra hacer las cosas mal, al final no las siente como tal. Si se pierde el respeto a uno mismo, al resto; ya no hay camino de vuelta. Aunque al final, siempre hay algo, alguien que puede volver a provocar esa ternura, esa necesidad de cobijo que transmuta en humanidad. El argumento es muy duro, quizás un tema del que no puedo sentirme nada objetiva.
    Como siempre estupenda reseña.
    Un beso.

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    1. Púa se reconoce como una mala persona y no busca disculpas ni paliativos. Tiene el valor de enfrentarse a su propia conciencia sin haberla lavado, como declara en la cita con la que abro la entrada. Ese es el gran valor del personaje. Vive con sus culpas y su conciencia del mal que ha hecho.
      Es un libro duro, en efecto, que mucha gente, por cuestiones muy diversas, no puede enfrentar. Y menos aún si hay cuestiones personales que hacen que la objetividad sea imposible.
      Un beso.

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  13. ¡Hola, Rosa! Pues no le he hincado el diente a esta nueva novela de Lorenzo Silva, seguramente el primer espada de la novela negra española actual. La novela tiene muchos ingredientes. Primero el conocimiento del autor sobre el tema, pero además, por lo que comentas, no enfoca la trama desde el estrado de un juez, sino que muestra la realidad con sus claros y oscuros.
    A veces, como bien mencionas, los prejuicios nos impiden conocer la realidad. Los años me están haciendo ver que existe una diferencia entre comprender y justificar. Ningún asesinato es justificable, pero eso no quiere decir que no debamos comprender el por qué.
    Hubo un asesino en serie, Unabomber, que me parece interesantísimo. Obligó a publicar su manifiesto en prensa para dejar de atentar. Lo he leído y cuesta no compartir muchas de las cosas que dice en él. Pero eso no significa, claro, que sirva de justificación para lo que hizo. No creo en las Guerras Justas.
    Un abrazo!!!

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    1. Como he tratado de dejar claro en la entrada y en los comentarios, el terrorismo siempre es terrorismo, contra Pinochet o contra la más pura y genuina democracia. Puede que nos sintamos más tentados a comprender (como bien dices) el primero que el segundo, pero ambos son formas de actuar intolerables y en los que acaba pagando mucha gente inocente.
      Leí tu entrada sobre Unabomber y también comparto mucho de lo que pensaba. No así de lo que hacía.
      Creo que Lorenzo Silva en esta novela acierta al no identificar cuál es el país, la ideología, etc. Al dejar los hechos desnudos queda en evidencia la miseria de unos y de otros.
      Un beso.

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  14. Rosa, te leo en diagonal. Esta la compré en una librería que anunció su cierre y fui a hacer mi última compra. Me encanta Lorenzo Silva, así que esta, tarde o temprano, y viendo la temática que aborda, la leeré. Besos

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    1. Te gustará esta novela si te gusta Lorenzo Silva. A mí también me gusta y Púa es de lo mejor. ya nos contarás.
      Un beso.

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  15. Leí esta novela hace tiempo y me encantó, como todas las de Lorenzo Silva (salvo las policíacas de los dos guardias civiles, que no me hacen tilín).
    Es cierto que no se citan lugares ni situaciones, que se habla "en general" sin detalles, y aunque reconozco que no es importante yo sí me he imaginado contra qué y contra quién y dónde lucha Púa.
    Creo que la reflexión es estupenda y, además, este autor escribe fenomenal (estoy enamorada de él desde que le conocí en la Feria del Libro de hace unos años, un encanto de hombre).
    Desde luego es una novela altamente recomendable.
    Un beso.

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    1. Yo al principio también me imaginaba perfectamente quién era cada cual, los terroristas y la Compañía, pero de pronto me di cuenta de esa falta de concreción y entonces me di cuenta de todo lo que se encerraba tras la historia. Me ha parecido fantástica. Yo sí he leído todas las novelas de Bevilacqua y Chamorro. Me gustan mucho y todas ellas son muy reflexivas porque Bevilacqua es un personaje culto, formado y con una capacidad de reflexión y análisis que es de lo más interesante. Sobre todo las dos últimas, El mal de Corcira, que trata el problema catalán, y La llama de Focea, que se mete de lleno en los años duros del terrorismo etarra. Creo que te gustarían si te ha gustado Púa.
      Un beso.

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