"Tiempos de esperanza" Emilio Lara

"El mundo estaba en tinieblas. Era la época en que los días se acortaban y las noches se alargaban. Era la temporada de la vendimia, pero el tiempo de hacer vino se había convertido en el de la superstición y de la sangre. [...] Procesiones de flagelantes recorrían el centro de Italia entre gritos, cánticos fúnebres y azotes. Curas y frailes de ojos desorbitados y voces enronquecidas animaban a la gente a unirse para conseguir la salvación y, en un estado de frenesí, untaban sus manos en la sangre sin coagular de los penitentes y las alzaban gritando que el Apocalipsis estaba al llegar".

Este libro comienza en Perugia, en septiembre de 1260. En abril de ese año, un ermitaño de la ciudad, Raniero Fasani, había iniciado la procesión de los Flagelantes. A las hambrunas de 1258 y a la peste de 1259, siguió este año de 1260 que estaba considerado el año del Apocalipsis según algunas profecías. Las procesiones de flagelantes pronto se extendieron por toda Italia afectando a todo tipo de gente y sin dejar de lado a los niños. 

Pero este comienzo es solo un pretexto para presentarnos a un personaje, un hombre mayor dispuesto a salvar al menos a los niños de la ignorancia y el fanatismo de sus mayores; un hombre al que muchos años antes, alguien también había salvado del fanatismo. Muchos años antes, sí, pero es que las historias se repiten y tan solo con retroceder menos de medio siglo sus recuerdos lo llevan y nos llevan a 1212, el año en el que tiene lugar la que se ha llamado La Cruzada de los niños. Y así empieza la historia, el 4 de mayo de 1212, cuando en la Abadía de San Denis, el rey Felipe Augusto, recibe la visita de un pastorcillo, Esteban de Cloyes que, presuntamente, ha recibido la visita de Cristo mientras cuidaba sus ovejas. La aparición, con las llagas en manos y pies que garantizaban su verismo, le entregó a Esteban una carta para que hiciera llegar exclusivamente al rey de Francia. "Todos sabían que el rey había sido uno de los convocantes de la Tercera Cruzada junto a Ricardo Corazón de León y que había participado en el asedio de Acre en el año 1191. En toda Europa era célebre la acometividad del monarca, sus dotes organizativas y su carisma"

Tal vez esas dotes organizativas y su conocimiento de lo que era una cruzada hicieron que Felipe Augusto devolviera al pastorcillo la carta y lo enviara de vuelta a su casa. Una cruzada que se exigía compuesta por niños, en la que los infieles retrocederían aterrados ante la presencia de un ejército infantil desprovisto de armas (sin más armas que las de la fe), que pensaba llegar a Jerusalén desde Marsella caminando sobre el lecho del Mediterráneo cuyas aguas se separarían como las del Mar Rojo ante Moisés y que se alimentaría con el maná que caería del cielo era más de lo que un rey en sus cabales, por mucha fe que tuviera, estaba dispuesto a refrendar con su autorización. 

Cuando Esteban salió de Saint Denis ya le seguían varios cientos de niños y clérigos adultos y aún irá ganando más adeptos en París y en su marcha hacia Marsella. Millares de niños se le irán uniendo en el camino. Unos enviados por sus padres a los que les viene bien deshacerse de alguna boca a la que ya no tendrán que alimentar, otros inflamados de fe y fervor religioso se echarán a los caminos en pos de Esteban de Cloyes y de su delirante Cruzada infantil

La Cruzada de los niños en 1212, (Gustave Doré, 1877) 
Además de esta trama más o menos histórica (invito a quien esté interesado a consultar todo lo que se sabe o se imagina acerca de esta cruzada; ponerme yo a analizarlo es más de lo que le corresponde a esta sencilla opinión sobre una novela), hay otro episodio histórico, este sí más seguro. "Sevilla era la ciudad de las lágrimas. Los viejos lloraban de alegría y de pena. De alegría, porque creían vivir en la ciudad más hermosa del mundo. De pena, porque sabían que no alcanzarían a vivir mucho más en un imperio llamado a durar mil años, en la culminación terrenal de la gloria de Alá". El Príncipe de los Creyentes, el califa Al-Nasir, pretende superar la gloria que su padre, Al-Mansur, obtuvo en la batalla de Alarcos en 1195. Él también planea su particular cruzada en la que piensa llegar hasta Roma y convertir las fuentes del vaticano en abrevaderos para sus caballos, decapitar al Papa y llenar Roma de mujeres cubiertas con velo. Si los viejos de Sevilla lloraban de pena y de alegría, a los comerciantes les bizqueaban los ojos ante la idea de controlar la ruta de las especias y anexionar la República de Venecia al Imperio Almohade.

Paralelamente, el rey Alfonso VIII de Castilla pretende que el Papa autorice y consagre una cruzada contra el Imperio Almohade en tierras de Al-Andalus. Ya sabemos que 1212 fue, además del año de la Cruzada de los niños, el de la famosa batalla de las Navas de Tolosa (quién no se sabe la fecha de tan ilustre batalla).

A estos hechos históricos, unos más y otros menos, se unen otros ficticios que encuentran en la Historia el marco ideal para su ubicación. Una mujer huye de la matanza de judíos llevada a cabo en Narbona y pretende reunirse con su marido que está en Marsella aprendiendo las artes médicas de un maestro de la ciudad. Phillippe es abandonado en medio de la Cruzada infantil. La nueva mujer de su padre, que acaba de darle un hijo, así lo exige. Una embajada del rey Alfonso VIII de Castilla, compuesta por dos nobles y el hijo de uno de ellos, se dirige al condado de Blois para convencer a los nobles de la zona de que se unan a la cruzada que el rey castellano prepara contra los almohades. Francesco Roncalli, un joven sacerdote de los círculos más cercanos al Papa Inocencio III, siente la necesidad de socorrer a los niños cruzados fletando un barco con provisiones y medicinas que llevará hasta Marsella.

Emilio Lara
Todas estas historias, reales o ficticias, se irán cruzando y convergiendo en "Tiempos de esperanza" que termina con un epílogo que nos lleva de nuevo a Perugia en 1260 y sabremos quién, de todos los personajes que hemos ido conociendo a lo largo del libro, es el que salva a los niños flagelantes. "Él sabía bien lo que habían debido soportar durante aquella peregrinación del miedo. Su propia vida lo había escarmentado del fanatismo y de los discursos salvadores de quienes pretendían construir un mundo nuevo exigiendo derramamiento de sangre"

Ya se sabe cómo terminaron los episodios históricos, aunque no voy a contarlo por si alguien que lo desconoce me acusa de destripar los finales. La Cruzada almohade de Al-Nasir y la recíproca de Alfonso VIII están narradas ciñéndose al realismo de los hechos históricos bastante bien documentados de que se dispone. Menos documentos, y menos certeros, son los que tenemos para el episodio de la Cruzada de los niños que parece ser que más que una fueron dos (una con origen en Francia y otra, en Alemania) y hasta hay quien duda de que haya existido y piensa que la traducción de la palabra pueri por niños no se atiene a la realidad de los hechos. Cuanto más he leído acerca del suceso, más confusión me ha creado y más sensación de estar ante una leyenda fabricada por el fanatismo religioso y la moda de la época de montar una cruzada por menos de nada. 

Respecto a los hechos ficticios, como siempre, ayudan a dar a la obra la categoría de novela y a proporcionar vida y emoción a la Historia; permiten que la Historia les sirva de marco. Por otra parte, permiten al autor mostrar realidades, costumbres, fanatismos y todo tipo de prejuicios y comportamientos de la época. Alguno de esos hechos me ha parecido que sobraba, otros me han gustado más. La novela en general, se lee bien y resulta entretenida. Está bien ambientada y narra de forma muy certera las situaciones y de forma muy descriptiva las ciudades y los paisajes. 

Y aun así... no ha terminado de convencerme. Aunque tampoco soy yo experta en novela histórica y creo que el Premio Edhasa de Narrativas Históricas que ha obtenido en 2019 tal vez tenga más razón que yo a la hora de juzgar la novela. En todo caso, no puedo negar que he disfrutado con ella y he aprendido acerca de unos hechos de los que sabía tan solo lo poco que se ve en los libros de texto.

Título del libro: Tiempos de esperanza
Autor: Emilio Lara
Editorial: Edhasa
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 474

Comentarios

  1. Salvar de la ignorancia y el fanatismo, qué buena misión! No había oído hablar de esta novela. La tengo en cuenta. Gracias, Rosa.

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    1. Una gran misión de la que a día de hoy aún estamos necesitados. Fanatismos que no tienen por qué ser religiosos, aunque también, es algo de lo que nunca falta una dosis más o menos grande en este mundo.
      Un beso.

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  2. Con la novela histórica, guste más o menos, siempre se aprende. Es un género que tengo muy abandonado. No es que antes fuera muy asidua a ella pero sí que caía algún libro de vez en cuando. Siendo sincera, la novela en sí no me atrae mucho ni tampoco la época que retrata, así que, con tanto por leer, creo que la dejaré pasar.
    Besos

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    1. Yo tampoco es un género que practique mucho, salvo los clásicos de Dumas, Stendhal y demás, pero esta me atrajo por lo de la Cruzada de los niños, la persecución de los judíos, los musulmanes en España... La novela se lee a gusto y, como dices, siempre se aprende algo, pero no es una gran novela.
      La conocí en el blog de Francisco, Un lector indiscreto, y ya él decía que no había cumplido sus expectativas.
      Un beso.

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  3. HOla Rosa, qué pena contigo pero aquí estoy evaluando mi cultura general porque en mis 31 años de vida no había escuchado una cosa como la cruzada de niños. La idea de parece loquísima. Creo que yo la leería. SIn embargo, al avanzar en la reseña, hay muchos otros elementos (judíos, musulmanes, el papa) que entiendo por qué te has confundido.

    Yo creo que la leería más que nada por salir de la ignorancia y conocer un tanto sobre esta terrorífica idea de que padres permitan que sus hijos vayan a la guerra y peor, pensando que Dios aprueba aquello o que Jesús manda mensajes de es tipo habiéndose ya escrito en la Biblia que hay que amar al enemigo. Pero bueno, para la época, se creía lo que se decía en los altos mandos eclesiásticos y las escrituras no circulaban libremente entre los pocos que sabían leer.

    En fin, los histórico me llama mucho y la voy a buscar.

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    1. Cuando yo estudiaba historia sí que nos hablaron de esta cruzada, pero la verdad es que casi no recuerdo nada de lo que nos dijeron, que tampoco fue demasiado. Por eso quería conocer algo más. Lo mejor de la novela es la forma que tiene de meternos en los ambientes: los niños cruzados, la Sevilla de los almohades. Es por ello que ayuda a hacerse una idea del tipo de mundo tan fanatizado por uno y otro lado.
      Cuando la ciencia estaba en un momento de franco declive y la ignorancia y el analfabetismo eran el patrimonio de la mayoría de la población, crear ambientes apocalípticos era lo más fácil.
      Espero que te guste.
      Un beso.

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  4. La novela me gustó en su conjunto, aunque mis expectativas eran mayores al haber sido la ganadora del Premio Edhasa de Narrativas Históricas. Quizás influyera en ello el hecho de que me gustara mucho más -y con diferencia- la ganadora de la edición anterior: Laín, de Francisco Narla. En relación a tu comentario sobre la cruzada infantil, pues me pasó igual que a ti, porque también busqué alguna información, aunque procuré no ahondar demasiado en el tema. En este sentido, me llamó la atención de que la fábula El flautista de Hamelín estuviese inspirada en esta cruzada.
    Muy buena reseña, Rosa. Besos. Besos.

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    1. Como no soy mucho de novela histórica, no estoy muy al tanto del premio. A mí me ha gustado sobre todo la capacidad para crear ambientes y meter en ellos al lector. Creo que eso es lo que más he disfrutado. Por otra parte, he sabido más sobre la Cruzada infantil y sobre la vida de los almohades que me ha parecido que eran los antecesores directos de los fundamentalistas islámicos de hoy en día, muy distintos de sus predecesores del emirato y el califato de Córdoba. El balance ha sido positivo a pesar de las pegas que le pongo de alguna trama que me ha parecido floja y que sobra.
      De este autor, me atrae ya hace tiempo "El relojero de la Puerta del Sol". Tal vez porque era de La Cabrera en León. En esta ciudad hay de toda la vida una calle que se llama "Relojero Losada" en su honor. Sabía hace tiempo de la novela, pero no sabía que era de este autor.
      Un beso.

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  5. Hola Rosa!! Descnocia este título y me parece una lectura que me merece mucho la pena. Por todo lo que cuentas podría disfrutarla mucho.¡Estupenda reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. A pesar de las pegas, pequeñas, que le pongo, creo que para amantes de la novela históricas merece la pena y para el resto, pues también tiene su interés.
      Un beso.

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