Dos de María Delgado.


La autora de estas dos novelas que hoy comparto es María Delgado a la que seguro que muchos conocéis como administradora del blog "Lo que el viento se dejó". Ahora tiene también una página web que dejo aquí por si a alguien le interesa acercarse.

"La tragedia de Pompeya" fue el primero de los dos que María escribió, y lo hizo hace ya doce años, pero yo los he leído en orden inverso. Y en ese orden quiero hacer los comentarios correspondientes.


"Esperando a René" es la historia de Virginia, una joven de treinta años que decide ir en busca de su padre, René Delacroix, un hombre desconocido al que siempre ha estado esperando y que nunca llegó a visitarla. "Siempre había mantenido la esperanza pasiva de los cobardes. Creía que cualquier día, René aparecería en la puerta de casa preguntando por mí. Y así, imaginando, soñando despierta, había pasado la vida esperando a René". Ahora, finalmente, ha decidido ir en su busca a la casa en la que vive en Montpellier. 

La vida de Virginia ha entrado en un periodo de cambio. Ha roto con su novio una relación de diez años, ha tenido que abandonar el piso en el que convivían y ha perdido su trabajo en la editorial. No es que su situación sea todo lo desesperada que los hechos pueden dar a entender. Siempre puede volver al lujoso chalet en el que vive su madre con su nuevo marido y sus dos hijos gemelos. Además, los contactos de Carlos, su padrastro, seguro que no tardarán en proporcionarle un nuevo trabajo.

Una se pregunta leyendo todo esto, qué necesidad puede tener alguien, Virginia en este caso, de buscar a un padre que jamás se ha preocupado de ella, que desapareció antes de que tuviera tiempo de conocerlo y que nunca ha sentido la necesidad de saber cómo es esa hija que tiene perdida por el mundo. Una ve las cosas a este lado de la historia y piensa que Virginia lo tiene todo, a pesar de haberse quedado, aparentemente, sin nada. Carlos ha sido un verdadero padre para ella, tanto en el aspecto material como en el sentimental. No parece que René se merezca sus preocupaciones y atenciones. Pero, una nunca ha sentido que le falta algo, nunca ha sentido que vive una vida prestada. Una siempre tuvo a su verdadero padre pendiente de sus más mínimas necesidades. La visión del mundo por parte de Virginia es muy distinta; "A veces, sentía que vivía una vida que no era la mía, que el camino que transitaba no estaba hecho para mí, que delante iban Carlos y mi madre, con los gemelos de la mano, y detrás los seguía yo. yo. Incluso en las fotografías familiares, sentía que sobraba, como si rompiera la armonía que debe poseer una obra de arte"

Efectivamente, una no sabe lo que es sentirse extraña en su propia vida; sentirse como una distorsión dentro de la que se supone que es la propia familia. Virginia busca su lugar en el mundo y su lugar como parte de la vida de un padre que no parece haberla necesitado hasta el momento. Lo que Virginia no sabe es que en Montpellier va a descubrir muchas más cosas de las que imagina. Descubrirá a su abuelo François y a su tío Denis; descubrirá la avaricia y el interés y descubrirá la entrega y la generosidad; descubrirá la Provenza y allí, invitada por una amiga, aprenderá varias cosas. "En Provenza aprendí que hay cosas que no deben confesarse. Que hay cosas que caen por su propio peso y que, entonces, es mejor guardárselas, porque así siempre mantendremos el recuerdo de un entusiasmo que te hizo palpitar el corazón. Hay cosas que empeoran cuando se esclarecen. Hay verdades que nunca deberían emerger". Y una, que piensa que la verdad está sobrevalorada, se siente muy de acuerdo con las reflexiones de Virginia.

Si en Monpellier descubre una ciudad adorable (otra cosa en la que tengo que estar de acuerdo), en Provenza descubrirá un paisaje subyugante y unos pueblos poderosos de piedras e historia. Todo ello se nos irá descubriendo a nosotros con la escritura sencilla, pero muy descriptiva de María Delgado. Y nos veremos paseando por Gordes y por Avignon y recordando de una antigua visita el Palacio de los Papas ("Sí, la catedral era bonita, pero el palacio le hacía sombra. Era más alto de lo que había imaginado, y grueso, más parecido a una fortaleza que a un palacio") y bailando sur le pont d'Avignon (aunque hay quien piensa que en el original era sous le pont); y oleremos de nuevo el aroma de la lavanda y sentiremos nuestros ojos heridos de su color intenso, más intenso aún por su mezcla con el verde que lo cobija.

María Delgado nos acompaña a través de una historia que, desde el exterior y el conocimiento de personas y lugares, supone un viaje al interior, y al conocimiento de una misma. Virginia se encontrará a sí misma en sus raíces, aunque estas sean un poco distintas a cómo las había imaginado, y encontrará una familia en la que encajar, aunque sea distinta de la que esperaba, porque la novela esconde sorpresas que hay que ir descubriendo poco a poco.

Título del libro: Esperando a René
Autora: María Delgado
Editorial: Caligrama
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 570


"La tragedia de Pompeya" es el escalofriante relato del último día de Pompeya. Se trata de una novela publicada en 2009 en la editorial Éride. Actualmente la autora se ha propuesto corregir los errores que le encuentra y volver a publicarla por lo que la ha retirado de Amazon y será imposible encontrarla durante un tiempo. Yo la tenía comprada hace ya meses por fortuna.

Es cierto que tiene errores, los típicos de un escritor joven que saca a la luz su segunda novela (la primera nunca ha llegado a publicarse). Son sobre todo errores de forma, algún exceso en la redacción que conviene limar y simplificar, algún adjetivo de más, alguna floritura que sobra. Carece de la madurez y sencillez que María Delgado ha alcanzado en "Esperando a René", pero, por otra parte, sorprende la ambientación en unos tiempos tan pretéritos y en un momento tan crítico como la erupción del Vesubio que destruyó Pompeya, Herculano y algún otro enclave de la zona.

La novela comienza con un prólogo en el que Tácito relee una carta que ha recibido de su amigo, Plinio el Joven. Plinio se hallaba en las proximidades de Pompeya en el momento de la catástrofe. De hecho, su tío, Plinio el Viejo, murió a consecuencia de la erupción. Su curiosidad de naturalista y su solidaridad como el humanista que era le hicieron acercarse demasiado y murió en Estabia envenenado por una de las nubes tóxicas que salieron del volcán. Ahora, en el año 106, Tácito con la información de su amigo pretende escribir sobre los sucesos. "Habían pasado veintisiete años desde la catástrofe y, ahora, todos en Roma parecían estar de acuerdo en que le correspondía a él recordar la pesadilla que vivieron aquellos pobres infelices de Campania, [...] Pompeya, una ciudad sureña, radiante y feliz, quedó totalmente sepultada [...] Y no sólo Pompeya se perdió. Herculano, Oplontis y Estabia cayeron con ella, víctimas de la furia del Vesubio, mientras sus gentes perecían y los templos, mercados, tiendas, tabernas y panaderías desaparecían del mundo".

La novela va contando cómo viven ese último día distintas personas. Un día que amanece con un temblor de tierra. Nada raro en la zona. Nada que no haya tenido lugar otras muchas veces. La gente continúa con su vida habitual. Los hechos más o menos cotidianos no suelen causar temor, aunque todos recuerden que un terremoto destruyó gran parte de la ciudad diecisiete años antes. Aún permanecen las ruinas como mudos, pero elocuentes, testigos del siniestro. 

Durante mucho tiempo me he preguntado cómo puede vivir la gente tranquila en lugares que ya han sido arrasados por catástrofes naturales años antes. Cómo pueden vivir en San Francisco, en Lisboa, en Japón... Después lo he entendido. Lo entiendes cuando visitas alguna de esas ciudades y no piensas ni por lo más remoto que te pueda suceder algo. Estás allí por unos días, de la misma forma que sus habitantes están allí todos y cada uno de los días: sin pensar que algo terrible pueda cambiar el estado de tranquilidad que todo lo envuelve; sin pensar que en cualquier momento la tierra puede temblar o el volcán puede enfadarse y expulsar todos los fuegos del infierno por la boca de su cráter. Estás allí plenamente tranquila porque piensas que nada puede pasar. "¡Los dioses adoran Campania! No se perdonarían a ellos mismos permitir que algo malo ocurriese. Lo que pasó, pasó, y no se puede vivir con miedo".

Así se levantaron aquella mañana los personajes de esta historia: Livia que vive en la zona por su matrimonio con Decimo Valerio, ya que ella es romana, y que se muestra un tanto intranquila (en Roma no suceden esas cosas); Brod, Estefanía e Idalia, las esclavas de Livia; Mir y el Numídico, dos gladiadores que luchan en el foro para ganar fama y, a poder ser, la libertad, en ascenso la gloria de uno, en notable decadencia la del otro; Marco Dalmacio, el dueño de los gladiadores y amigo de Decimo Valerio, que vive un matrimonio hundido en el dolor desde que perdiera a sus hijos de bronquitis, algo que su esposa no ha podido perdonarle; Lucio Belo, el zapatero que perdió a sus padres en el terremoto de hace diecisiete años y que vive con su tía y su abuela y ha cometido el error de enamorarse de quien menos debía; Cornelio, el campesino que ha perdido sus viñas y se ve en la necesidad de abandonar sus tierras para intentar sobrevivir en Roma con su hija Abrilia; Plinio el Viejo que con su hermana y su sobrino, al que ya se conoce como Plinio el Joven, pasan los días en su residencia de Miseno, al otro lado de la bahía de Nápoles.


Todos estos personajes se enfrentan de manera distinta a los primeros indicios del desastre, pero, a pesar de que las fuentes se han secado, las aguas de los ríos se han envenenado hasta matar a los peces y los suelos se han contaminado destruyendo las cosechas, nadie imagina lo que realmente se les viene encima. A medida que avanza el día y se suceden los acontecimientos, cada vez más graves, va aumentando la tensión de la historia, una tensión que la autora sabe dosificar e ir proporcionando en su justa medida.

Una historia que ha tenido que suponer una gran labor de documentación, no solo de los acontecimientos geológicos que sucedieron, sino de todo lo que constituye el ambiente de la época, que está narrado y descrito a la perfección. Las casas, los ropajes, los mercados, las calles, las comidas, todo contribuye a hacernos sentir inmersos en lo que fue Pompeya en el siglo I.

No se pueden negar los fallos que tiene, pero mucho menos el interés que supone al recrear unos hechos tan notables y recrearlos muy bien.

Título del libro: La tragedia de Pompeya
Autora: María Delgado
Editorial: Éride
Año de publicación: 2009
Año de publicación original: 2009
Nº de páginas: 280

Comentarios

  1. hola! me dejaste pensando en lo que dices sobre como sigue la gente viviendo en lugares dañados por semejantes catastrofes, sin duda son resilentes atemporales. Por supuesto conocemos a Maria e iremos a saludarla, besobuho para ti.

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    1. Sí, lo pienso a menudo. Cómo puede la gente estar tranquila en lugares en los que una catástrofe natural ha causado montones de muertos. Está claro que no se piensa en ello o se piensa que a uno no va a pasarle nada. Si conocéis a María ya sabéis lo bien que escribe.
      Un beso.

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  2. Muchas gracias Rosa por la reseña. Me sorprendió cuando me dijiste que habías leído la Tragedia de Pompeya. Y bueno, poco puedo añadir a lo que hablamos hace unos días :))
    Hace tiempo que la quité de Amazon para que nadie más la leyera, pero veo que te adelantaste ja,ja,ja
    Me alegro de que te haya gustado la ambientación de Pompeya, la verdad es que investigué mucho. Respecto a los errores, es el motivo por el cual la he quitado de Amazon. Demasiados adverbios, adjetivos, y frases que hoy simplificaría mucho más!! También hay personajes que merecen mejor desarrollo y mayor profundidad (como Cornelio, mi preferido, o Valerio, que puede dar mucho más de si). Algún día volveré a ella para hacerle un lavado de cara, porque ahora mismo no me hace sentir cómoda.
    Respecto a René, mil gracias por la oportunidad y por las cosas que has escrito sobre la novela. Como dices, alguien que aparentemente lo tiene todo, puede parecer extraño que trate de buscar algo más. Pero si no encajas, no encajas. Y los valores son importantes.
    Un besazo enorme!! Y mil gracias por la oportunidad y la reseña!
    Muuaaaa

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    1. Veo que lo de corregir “La tragedia de Pompeya” es algo a largo plazo y no sabes cómo lo siento pues me gustaría leer esa nueva versión no tardando mucho. Espero que cuando la tengas por fin corregida y lista, nos avises para hacernos con ella.
      A pesar de lo que digo en la reseña, entiendo perfectamente a Virginia y su necesidad de encontrar a su padre. Aunque solo sea por la curiosidad de ver cómo es y para preguntarle el porqué del abandono, creo que yo haría lo mismo.
      ¿Para cuándo la próxima novela?
      Un beso.

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    2. Ahora estoy escribiendo otra novela, pensaba ponerme con La tragedia de Pompeya cuando la termine. Muy a largo plazo tampoco será, pero prefiero centrarme en una cosa sola ja,ja,ja :))
      Te avisaré cuando la tenga revisada y corregida, Rosa!! Ya sabes cuánto valoro tu opinión!! :)) Y me alegra mucho de que quieras hacer relectura cuando esté más decente.
      Muuuaaa

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    3. Me encanta saber que estás con otra novela, pero no te demores, ja ja, porque ya ves que mucha gente comenta que espera la nueva edición de "La tragedia de Pompeya". No te va a quedar más remedio que sacarla sin tardar demasiado. Yo me comprometo a anunciarlo en el blog.
      Besitos.

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  3. Espero que pronto publique la novela sobre Pompeya corregida. El año pasado visité Pompeya y Herculano y quedé maravillada con el lugar, y asombrada por la tragedia. Es increíble como gente vive tan cerca de volcanes y zonas peligrosas.
    Besos

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    1. No he visitado esa zona de Italia, aunque será mi próximo destino en ese país. Yo también espero que no se demore demasiado en corregir y publicar la novela, aunque por lo que ella misma dice más arriba, no parece que vaya a ser inmediato. Estaremos esperando.
      Un beso

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  4. Pues mira, no me atraía a priori La tragedia de Pompeya pero me gusta ese enfoque de cómo viven ese último día los diferentes personajes. Si algún día la autora se anima a revisarla y pulirla, tal vez me animaría.
    En cuanto a Esperando a René, coincido en tu pregunta acerca de la necesidad de buscar a un padre que nunca a dado muestras de preocupación por el hijo. Pero coincido también en que juzgamos en base a nuestra propia experiencia vital y, sin duda, esa necesidad debe de ser muy fuerte y real cuando tanto gente en las mismas circunstancias que la protagonista la siente.
    Besos

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    1. Me apetece mucho ver esta novela corregida y pulida por su autora doce años después de escribirla. Suprimidos algunos errores de escritor novel tiene que quedar una historia muy interesante porque ya lo es, aun con los fallos que tiene. Mostrar cómo la vida de esos personajes pasa de la percepción de un contratiempo a la certeza de una tragedia de tamaña categoría es todo un reto para cualquier autor y creo que María lo hace con gran solvencia. Eso sin contar la ambientación tan realista que consigue.
      “Esperando a René” es una novela más madura, un libro sin esos fallos que se ve que la edad y la experiencia le han permitido superar, una novela mejor en líneas generales, pero respecto al tema tratado, con ser este interesante, me quedo con “La tragedia de Pompeya”.
      Un beso.

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  5. Suenan bien ambas. Incluso la segunda novela reseñada, que de hecho es la primera publicada por la autora, me llama más la atención. No he visto más que algunos documentales sobre la erupción del vesubio y me parece fascinante sobre todo, la pérdida de la biblioteca con muchísimos papiros que quedaron totalmente carbonizados -o a lo mejor estoy mezclando los acontecimientos con una película que ví- pero bueno, a lo que voy es que me gusta mucho lo histórico y poniéndole al día y la época, personajes llevando sus vidas normales poco antes de la tragedia, es una idea atractiva. Quizá yo no notaría los errores a los que se hace alusión.

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    1. Los fallos de “La tragedia de Pompeya” tampoco son como para echarse a temblar (como he visto alguno en escritores consagrados por la experiencia y la fama) y son fallos formales porque en tratamiento del tema y ambientación, en lo que es el contenido en una palabra, su interés es enorme y está muy bien documentado y muy bien narrado.
      Yo conozco poco del tema de la erupción del Vesubio más allá de lo que se explica en clase cuando contamos los tipos de erupciones (hay una que es vesubiana) y gracias a esta novela he aprendido varias cosas. Espero poder leer pronto la versión corregida.
      Un beso.

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  6. En primer lugar felicitar a María Delgado por sus novelas, que siguiendo el hilo de tus reseñas, pues sin entrar en odiosas comparaciones, simplemente porque la temática me atrae más, me ha parecido interesante su última novela, "Esperando a René".
    En cuanto a la ciudad de Pompeya, tuve la suerte de visitar el sur de Italia hace algunos años y naturalmente estuve en esta curiosa ciudad, de la cual me llevé una gratísima impresión, además de otras vivencias personales que me transmitió ese misterioso lugar plagado de energías del pasado que aún pueden ser percibidas.
    Centrándome en la novela, me ha llamado la atención su ambientación justo en ese día del accidente y ambientado además con esa buena relación de personajes tan populares de la cultura romana. Esperaré a que su autora decida volver a retomarla y ampliar o retocar lo que crea conveniente.

    (Mucho éxito con tus novelas, María. Un abrazo)

    Un beso, Rosa y buen inicio de Agosto.

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    1. Yo no conozco esa zona de Italia aunque creo que la visitaré antes de que termine el año y he de decir que la novela de María no es ajena a esa decisión. Hace tiempo que quería visitar la zona de Nápoles y la costa amalfitana, pero la novela me ha terminado de decidir.
      La zona en la que se ambienta “Esperando a René”, Provenza, Montpellier, etc, ya la visité un par de veces y hace ya bastantes años, aunque espero volver porque, además, está cerca de Santander (más o menos)
      Cualquiera de las dos novelas es una lectura muy agradable, pero para “La tragedia de Pompeya” habrá que esperar su nueva edición.
      Un beso.

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  7. Tomo nota, sobre todo, de Esperando a René. Y estaré pendiente de las correcciones de La tragedia de Pompeya, porque me atrae lo que nos cuentas en tu reseña. Besos.

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    1. Puesto que te gusta la novela histórica, creo que "La tragedia de Pompeya" te gustará más. Esperemos que María no tarde demasiado en ponerse a la tarea y pronto vuelva a estar disponible en Amazon.
      "Esperando a René" es una interesante novela actual sobre la necesidad de encontrar las raíces y, en definitiva, a una misma.
      Un beso.

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