"Fondo buitre" Paco Gómez Escribano


«Hacerse viejo es un martirio, una jodida tortura. Y lo que más jode, por lo menos a mí, es que no puedes hacer nada. Te vas viendo cada día en el espejo y es un desastre, a pesar de que cualquier gilipollas te diga cosas como “qué bien te veo” o “para tu edad estás muy bien”. Qué bien te veo... ¡Y unos cojones!

Hacerse viejo debería estar prohibido. Deberían llevarnos a algún sitio, a un hospital o a un matadero, y darnos matarile de un chute o algo así, como en aquel libro de Huxley, ¿o era de Orwell? Joder, últimamente se me olvidan los nombres. Seguro que el capullo del Pirri lo sabe, se lo preguntaré después. Aunque sé que no lo haré porque se me olvidará, porque mis neuronas desgastadas no dan para más. Cuando empiezan a olvidársete los nombres de calles, grupos musicales o directores de cine, date por jodido.

Hacerse viejo ya es chungo si has llevado una vida de pureta, pero si eres un tipo como yo, que se ha metido de todo, la vejez es un calvario de la hostia. Te salen patologías de esas que te enteras de que existen por primera vez en la consulta del médico».


Así empieza Fondo buitre, la última novela de Paco Gómez Escribano publicada en Editorial Alrevés. Encontramos a un narrador que ya lo fue de su novela anterior, Después de la derrota, El Zip, un hombre bastante instruido para lo que se ve por el barrio, Canillejas como ya es habitual en las novelas del autor. Zip es periodista y ha llegado a trabajar en El País, pero de eso hace ya muchos años. Terminó perdiendo todos los trabajos entre borracheras y resacas. Sigue regentando el hostal que heredó de sus tíos, aunque quien lleva todo el trabajo sigue siendo Pili. Y con él sigue Roberto el abogado que también perdió su trabajo y que ahora se aloja en el hostal en invierno y en el parque de San Blas en verano. 

Pero además de estos dos personajes de su novela anterior, encontramos a muchos otros que los adictos al autor ya conocemos de sus trabajos anteriores. Aparecen los supervivientes porque la vida que han llevado ha ido dejando por el camino a muchos de ellos. El Botas es aquel adolescente que conocimos en Yonqui con dieciséis años. Están también el Pirri y el Tijeras, y el bar del Julito, en el que tantas horas pasaron en Narcopiso. El Pirri también fue protagonista en Prohibido fijar cárteles. El Banderines y el Pestaña junto con el Charlie, fueron actores fundamentales de 5 Jotas y tendrán vital importancia también en este caso.

Todos estos personajes siguen con sus vidas. Las drogas duras se han sustituido por los porros, el tabaco y, sobre todo el alcohol; sorteando las resacas con un trago más, reuniéndose en lo de Julito y dando gracias porque la muerte no se los llevó como a tantos de sus amigos y conocidos del barrio con menos suerte.

«Estudié Periodismo. Aprobé el BUP, el COU y la facultad estando todo el día puesto de algo, el puto flipe. Mis colegas del barrio la fueron palmando casi todos por el caballo, que yo no llegué a probar porque sabía que me iba a gustar, que soy muy vicioso, y por aquel tiempo ya había visto suficientes zombis por las calles. Yo me conformaba con el alcohol, los porros, la farla... Con aquello controlaba, y es verdad que se controla. Un tiempo. Desde luego, no toda la vida de mierda que nos tocó vivir a los de mi generación».

Pero esa vida de mierda que ya se ha vuelto monótona está a punto de terminarse porque el edificio del bar de Julito está apunto de ser adquirido por Feldix, un fondo de inversión. Ya han comprado edificios en Lavapiés y Tetuán y ahora han vuelto su vista rapaz hacia Canillejas y el edificio donde nuestros personajes matan el tiempo que no matan durmiendo la mona o haciéndose con ella en los parques con milnueves compradas en los chinos. Y es entonces cuando el Botas, que vive con su mujer y sus hijos en el edificio decide que hay que luchar para que el edificio, y el barrio, no se convierta en apartamentos turísticos y el bar del Julito, en un Starbucks o un McDonald. Y solo se le ocurre al Botas acudir a Zip y a Roberto.

«-Dicen estos que tú eres periodista y que este es abogado- dijo después de un minuto incómodo.
-Bueno, más bien éramos- le contesté. Lo fuimos. Ahora somos unos borrachos mataos que tomamos pastillas para un montón de patologías, leves, pero crónicas.
-[...] Pero cuando te sacas un título es pa siempre. ¿O no?
-Bueno..., sí, pero...
-Lo que quiero decir es que vosotros dos vais bien de pico. ¿Te coscas?
-Claro, sí. A ver, somos del barrio, colega. Pero claro, podemos hablar como dos fumetas o como dos jodidos estiraos.
-Pues eso es lo que nos hace falta.
-¿El qué? ¿Para qué?».

Y Zip, que tiene la vida resuelta con el hostal que administra la Pili y que le proporciona el dinero suficiente para vivir entre birras, trujas y wiski, sabe desde que el Botas le cuenta la movida que va a decir que sí. Y lo que empieza siendo una visita al gerente de Feldix para pedirle que no compre el edificio, lógicamente sin resultados, se va complicando cada vez más. Las manifestaciones con vecinos de los barrios afectados, pacíficas en principio, se verán alteradas por la presencia de cabezas rapadas y de los antidisturbios. Finalmente, cuando entre en escena el Banderines, desaparecido pero en busca y captura desde la movida de los jamones, las cosas irán adquiriendo un cariz totalmente inesperado. Y es que la lucha contra un fondo de inversión que tiene de su parte toda la ayuda que el dinero puede comprar, y es mucha, se tiene que llevar a cabo con actos que estén a la altura.

Paco Gómez Escribano

Pero no toda la narración corre a cargo de Zip. Hay capítulos narrados en segunda persona por Jero. A quién se dirige Jero, llamándole siempre bro, es algo que o queda en la incógnita o se me ha escapado. Aunque puede que se dirija a sí mismo. Jero es un tipo singular que también vive en el edificio amenazado.

«[...] no soy tonto. Sé que tampoco me van a dar el Premio Nobel, pero en el barrio hay peña más torpe que yo. Me llamo Jero y siempre tuve problemas para relacionarme. [...] Mis padres me llevaron al médico, por eso, por mis problemas para relacionarme con otros niños y con los profesores. Y después de muchas pruebas dijeron que yo tenía un cierto grado de Asperger, [...] A mí me parecía que yo era normal, que los raros eran los otros, y me lo sigue pareciendo, qué quieres que te diga, bro. Así que, después de asistir a terapias en las que querían enseñarme a hablar cuando yo ya sabía hablar y gilipolleces por el estilo, decidí no ir nunca más a esos sitios. Y dejé de tomar una pastilla roja que me dejaba aplanao, bro, y no me dejaba concentrarme y además no me empalmaba, ¡menuda mierda!».

Y hay capítulos, narrados en tercera persona, que nos llevan al entorno de Borja María Aguado, el dueño del fondo de inversión, y su familia. 

En mi reseña de Narcopiso escribí: «En las novelas de Paco, en el Canillejas de Paco Gómez Escribano los personajes son perdedores irredentos. O lo serían si tuvieran algo que perder, pero tan solo tienen la vida y ya la consideran amortizada hace tiempo. Han perdido tantos amigos y familiares, que su propia existencia les parece una anomalía. Tal vez por eso se enfrentan a los problemas y a los que son más poderosos que ellos con la fiereza del que no tiene nada que defender. Tal vez por eso, contra todo pronóstico, terminan ganando las batallas que emprenden, aunque siempre lo hagan pagando un alto precio». Fondo buitre es una novela más amable. En ella hay más espacio para el humor, pero la historia sigue siendo muy negra; la descripción de los problemas, tan real que casi podría estar sacada de una crónica periodística; la crítica social, tan certera y despiadada como ya es sello del autor; sus personajes, tan entrañables como siempre, como dice un personaje en el libro ladrones, pero honraos, y añado yo, leales con sus amigos, fieles a su realidad de la que nunca reniegan ni le buscan falsas excusas. 

Sí, creo que lo que me tiene enamorada de las novelas de Paco son sus personajes, a pesar de que si me los encontrara de noche por la calle, seguro que me llevaba el mayor susto de mi vida. Es que hay que conocerlos para quererlos. Y me encanta la visión que tiene Paco de una realidad que él ve de la misma forma que yo, pero que, por desgracia, no todo el mundo entiende de la misma manera. Y con la cita correspondiente termino mi entrada en espera de la próxima novela del autor.

«Los niños panchis corrían jugando a la pelota o montando en sus patinetes. Los papás y las mamás charlaban animadamente y sacaban sus bebidas de neveras portátiles. Reían, fumaban y supongo que eran felices lejos de sus países en los que la vida no valía nada. [...]
-Qué bien se lo pasan los capullos - le dije al Roberto.
-Sí. Están por todas partes. Y flipan. Al menos aquí curran, y ganan algo para poder vivir. En sus países es imposible. O se mueren de hambre o los matan. Y te digo más, tío, si no fuera por ellos, el sistema de pensiones se vendría abajo, más ahora, que se está jubilando la peña del baby boom.
-Es verdad. Y los fachas poniéndolos verdes y diciendo que se tendrían que ir a sus países. Menudos patriotas de los cojones».

Otras obras de Paco Gómez Escribano con año de lectura entre paréntesis y con enlace a las reseñas que escribí, algunas para la Revista MoonMagazine, son las siguientes.
"Yonqui" (2016)
"Narcopiso" (2023)
"Fondo buitre" (2025)

* Poemas y textos cortos en prosa. 

Comentarios

  1. De todas sus novelas, solo he leído Después de la derrota. Y cómo no, gracias a tí. Me gustó mucho y esta que hoy reseñas promete igual efecto. Así que me la apunto. Otra pa la saca, je, je.
    Por cierto, de quién es el soliloquio del principio. Del Zip? Sea como sea, menuda reflexión. Si casi me he sentido reflejado, ja, ja,ja.
    Un beso.

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    1. Pues te recomiendo todas las restantes porque son buenísimas. la reflexión es del Zip, sí. Es un elemento curioso que a pesar de los cortocircuitos que el alcohol y la farlopa le han causado, sigue teniendo reflexiones alucinantes. Es muy bueno Paco Gómez Escribano.
      Un beso.

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  2. Tu pasión por los personajes de Paco Gómez Escribano y su universo en Canillejas es contagiosa. Me encanta cómo destacas la crudeza y el humor negro que conviven en esta novela, y cómo logras transmitir la esencia de esos "perdedores irredentos" que, a pesar de todo, se aferran a su barrio con uñas y dientes. El Zip, el Botas, Pili, y esa galería de personajes tan vivos y reales me han atrapado a través de tus palabras. La forma en que describes la lucha contra los fondos de inversión, con esa mezcla de resistencia desesperada y lealtad al barrio, es vibrante. Y qué decir de esa cita final, tan cruda y tan cierta, que pone el dedo en la llaga de las desigualdades y los prejuicios.
    Un beso, Rosa.

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    1. Es que realmente es pasión literaria lo que me provocan tras haberlos seguido desde su primera aventura. El barrio, ver su evolución desde los tiempos de Yonquis, los personajes, las historias, la prosa del autor, su crítica incisiva de lo que va aconteciendo en el país... Realmente merece la pena adentrarse en estas novelas que se pueden leer de forma totalmente independiente.
      Un beso.

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  3. Buenas tardes, Rosa.
    Ya sabes que este género no es lo mío y, como siempre, agradezco tu detallada reseña porque me hablas de otros mundos. Cuando vea algún título del autor me acordaré de ti.

    Un abrazo, y feliz lunes!!

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    1. Hola, Undine.
      Ay, lo que te pierdes... ja, ja. Ya sabes que me encanta lo negro y me gusta mucho la crítica social de la situación actual, y adoro la literatura española. Ayer he visto este libro en el escaparate de una librería de León. Nunca había visto ninguna novela del autor en escaparate y me he dado cuenta de que está ganando mucho prestigio y, desde luego, muy merecido.
      Un beso.

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  4. Hola Rosa, sigo sin estrenarme con el autor pero cada vez que me paso por una de tus reseñas de sus novelas me digo que no voy a esperar más, a ver si es verdad, aunque ya será para el próximo año, que no me da la vida para todo lo que tengo pendiente. Hay algún orden que seguir o no es necesario?, es que tiene tantas que ando un poco perdida. Besos.

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    1. No lo dejes, Mar, porque estoy segura de que lo vas a disfrutar. No hay un orden para leer al autor, de hecho, en la trilogía que forman los tres primeros libros salta en el tiempo de atrás hacia delante y de delante hacia atrás. En realidad son trilogía porque las tres ocurren en Canillejas en distintos momentos. Luego amplió la trilogía y todos sus libros transcurren en Canillejas, pero los temas son distintos y, aunque se repite algún personaje, no hay que leerlos en orden.
      Un beso.

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  5. No he leído nada del autor, pero le voy a echar un ojo. Iba a preguntarte por cuál empezar pero acabo de ver que más o menos te lo preguntaban en otro comentario y ya he leído tu respuesta. Tengo una larga lista de pendientes, a ver si le doy prioridad al autor. Un besito

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    1. Paco Gómez Escribano es un autor imprescindible en el panorama negro español. Sus novelas son independientes. Aunque todas transcurren en Canillejas y algunos personajes pasan de una a otra, las tramas son diferentes y todas se resuelven en el libro.
      Un beso.

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  6. ¡Madre mía, Rosa, todo lo que has leído de este autor!! Seguro que en ti tiene a uno de sus lectores mas fieles. Siempre he tenido en mente leerle porque tus reseñas siempre me dejan con ganas, pero nunca encuentro el momento.
    En este caso, ese tema tan de actualidad por desgracia de los Fondos Buitres que arrasan con todo sin ningún tipo de piedad, esos personajes tan entrañables (qué original eso de traer por aquí a otros personajes de sus anteriores novelas, reunirlos, ¿verdad?) que parecen haber dejado las drogas duras para pasarse a otro tipo de drogas, pero con sus secuelas, claro, y esas tramas en todas sus novelas en ese barrio de Canillejas, que reflejan tanta crítica social, pues resultan muy atrayentes.
    Por cierto, por curiosidad he mirado si tenemos alguno de sus libros en mi biblioteca y veo que no, así que voy a ver si las pido para que se compren, porque serían buenísimas opciones para esos usuarios adictos a la novela negra y policiaca
    Un beso.

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    1. Empecé a leer a Paco Gómez Escribano por encargo de Txaro, la directora de la revista MoonMagazine. Las reseñas las publicaba siempre en la revista, hasta que ésta estuvo un tiempo inactiva por problemas de Txaro y empecé a publicarlas en el blog.
      Como sabes, me encanta la novela negra española, que cada vez leo más, y en ese ámbito, este autor es un imprescindible. Seguro que tus usuarios de la biblioteca lo sabrán apreciar y estarán encantados porque, además, sin dejar de representar muy bien la situación de muchos barrios en cualquier sitio de España, es muy madrileño. Y anímate tú también porque creo que te puede gustar mucho.
      Un beso.

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  7. Hola, Rosa. Sí, recordaba a este autor de reseñas anteriores. Un escritor que ha logrado crear un universo propio y muy reconocible, algo complicadísimo y muy especial. La crítica social y la ambientación tan pegada a la actualidad también lo hacen muy atractivo. Fantástica tu reseña. Un beso.

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    1. Sí, es cierto El barrio de Canillejas de Paco Gómez Escribano, es como una especie de Macondo o Comala en castizo y algo lumpen.
      Un beso.

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  8. Cada vez que leo una reseña de las tuyas me digo que tengo que estrenarme con este autor, pero el pobre se pierde entre tanto pendiente. A ver si me animo de una vez.
    Besotes!!!

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    1. Anímate, Margari. Lo vas a disfrutar. Cualquiera de sus novelas te va a gustar porque el autor es muy bueno.
      Un beso.

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  9. Hola, Rosa.
    Ese título ya de por sí pone los pelos de punta.
    Ya había leído otra reseña de esta novela y por ambiente no es lo mío, demasiado sórdido y desencantado para mí. Ya sé que es una realidad pero para eso están también las novelas, para huir de ella.
    Este me lo ahorro.
    Besos

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    1. Sí, las novelas tienen que servir para lo que cada uno necesita, enfrentarse a la realidad o huir de ella. Yo opto por una u otra cosa según el momento y mi situación, pero sean cuales sean estos, a Paco Gómez Escribano lo leo siempre porque me encanta.
      Un beso.

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