"La vereda de la derrota" Paco Gómez Escribano

Hace año y medio publiqué la reseña de Versografía maldita, el primer libro de poemas de Paco Gómez Escribano. Poco después, en enero de 2021, me llegó de la mano del propio autor, al igual que el anterior, este nuevo libro de poemas y al igual que el anterior, ha tenido que esperar más de un año para aparecer en este blog. No es que haya tardado todo este tiempo en leerlo. Lo empecé casi al tiempo de recibirlo en enero de 2021, pero la poesía me la tomo con calma. Leo el libro, en orden pero demorándome, releyendo aquellos poemas que me gustan más o de los que no capto todo el sentido a la primera. Luego lo dejo reposar varios días y vuelvo sobre él, ya sin orden, releyendo lo que más me ha gustado, encontrando distintos significados a los intuidos la primera vez, leyendo, en definitiva, un libro distinto cada vez. Tal vez sea por eso por lo que me cuesta tanto escribir sobre poesía. 

Terminé la primera lectura del libro el 22 de noviembre de 2021, pero ha estado acompañando mis tardes de lectura desde entonces. Lo podría demorar más, aún tardará el libro en ir a la estantería (casi) definitiva de los libros leídos, pero no tiene más sentido seguir complicando la, ya suficiente, complejidad de mi opinión sobre ella. 

La vereda de la derrota es un libro de poemas oscuros, ambientados en ciudades grises, en barrios decrépitos, en «calles que lloran» rodeadas de basura, en las que «el infierno habita en cada esquina, en cada alma de cada borracho». Son poemas duros como el asfalto que a menudo aparece en ellos porque ¿hay algo más duro, más hostil, más hiriente que el asfalto? Su comodidad tan solo consiste en salvarnos del barro, pero ¿no es el barro más amable, más blando, más adaptable al pie y a la pisada?

En mi barrio, el fracaso está en cada esquina,
 la tristeza florece por cada calle,
 la esperanza se esconde por las rendijas,
 de un asfalto que cruje a cada pisada,
 que asesina sin tregua cada suspiro,
 y levanta aromas de rosas de espinas.

Al igual que en Versografía maldita, los títulos de los poemas reflejan toda la sordidez y la desesperanza de un mundo que hiere y golpea sin crueldad, pero sin piedad. Sin crueldad porque es un mundo implacable, sin sentimientos, ni siquiera los negativos. Inocencia asesinada, Comercio de caballo, Jodidas posibilidades de esclavitud, Infierno, Muerte... Y si los títulos son duros, el contenido nos va sumiendo en distintos sentimientos que apunto con un lápiz al final de cada poesía, y lo que me encuentro al repasar lo que cada una me ha provocado es desesperanza, equivocación, fracaso, muerte, pérdida, adicción, más muerte. 

Hay títulos que despistan. Jazz dice uno de ellos y espero encontrar la redención por la música, una cierta alegría que parece que ha de acompañar al bajo, el saxo, la trompeta, la batería, el piano... 

Donde la música parece ser
la única forma de dar rienda suelta a la protesta
 es duro no tener talento
y es duro no tener ni un jodido pavo
 para escuchar esas notas diabólicas mientras tomas una cerveza.
Un vaho espeso de humo de cigarrillo
asciende desde los turbios sótanos
 en los que el jazz no es un entretenimiento.
La música es el único agarradero
porque los pensamientos duelen y la música tributa
 el impuesto de pensamientos marchitos en infiernos de silencio,
en putos mutismos que nacen de anhelos
cercenados de tipos condenados antes de nacer.

Me olvidaba de que el jazz es oscuro y, «aunque la música es el único agarradero», tampoco aquí está la solución ni la claridad ni la redención buscada.

Los sueños en este poemario se consiguen a base de polvos blancos y de alcohol. Hay distintas maneras de morir, pero las maneras de vivir de los personajes que deambulan por sus páginas son muy similares, «[...] al raso,/rodeados de tristeza, miseria y de basura,/sobre hojas de periódico viejas».

Y si en Versografía maldita encontré lugar para la esperanza, en La vereda de la derrota tan solo hay un pequeño atisbo de ella en uno de los textos que aparecen en la dedicatoria:
«De entre la pérdida y la derrota, me levantaré
 para volver a caminar sobre las calles sin
 nombre. Y doblaré cada esquina hasta sellar
 todas y cada una de las entradas a infiernos
 que nunca debieron estar ahí».

Paco Gómez Escribano

Pero al igual que Versografía maldita, este libro consta de dos partes, la primera en verso y la segunda en prosa. Y si en aquel la prosa se ceñía a las vivencias en un banco de un parque (así se titulaba, Mi banco en el parque), en este se titula Mi mesa del antro y transcurre entre dos escenarios, la mesa del antro y la «habitación cochambrosa de la pensión» en la que el personaje ha aparcado «mis recuerdos, mis pensamientos, mi futuro y mis esperanzas»

Son dieciséis capítulos cortos, de dos páginas cada uno, y con títulos formados por una sola palabra: Símbolo, Holograma, Utopía, Serendipia, Sopor, Requiem... por dar una idea. Y si la pensión es «mugrienta, maloliente, inmunda, compartida con espíritus errantes que viajan hacia ninguna parte», el antro que se encuentra justo enfrente es «un antro sin nombre, como la calle que lo alberga, una más de un barrio olvidado en una ciudad desfigurada por puñaladas de tristeza. El suelo es antiguo y está sucio, pero me entretiene, porque me quedo horas contemplando sus imperfecciones».

Y en aquel antro pasará horas, siempre en compañía de los mismos personajes; de un camarero viejo y uno joven que terminará siendo como el viejo al igual que el viejo fue como el joven; de un hombre que una vez tuvo familia y siempre bebe whisky; de una mujer con «las medias y las expectativas rotas» que toma vodka helado y que también una vez tuvo marido e hija; de un hombre más desdichado que feliz que sostiene una copa de brandy y que «Entre su felicidad y su desdicha hay tanta distancia que jamás se podrá establecer un diálogo entre ellas, en caso de que ambas quisieran dialogar, un caso tan dudoso como improbable»

Y él, desde la mesa que siempre ocupa, siempre la misma, observará a aquellos tres clientes en la barra, siempre en el mismo lugar. Y verá que el tiempo pasa, pero nada cambia en el antro, aunque haya cambios y un camarero se convierta en otro y un cliente sea sustituido por otro que cada vez se parece más al inicial y el narrador siga buscando en el agujero negro que es su pasado para encontrar las claves de su presente. 

Un libro que, como dice Albahaca en el prólogo, es «una cruda crítica social adaptada a la poesía de las calles que, pese a darte un tortazo con cada verso, curiosamente es tan adictivo que no puedes dejar de leerlo, introduciéndote más y más en el mundo que nos muestra y descarna». Y también dice «Necesitamos a un escritor como Gómez Escribano, alguien que nos remueva, que nos saque de nuestra zona de confort, que nos haga ver más allá». Estoy totalmente de acuerdo con ella.

Termino transcribiendo un poema entero. Se titula Comercio de caballo. Paco Gómez Escribano no solo cultiva el género negro en sus novelas. Su poesía es aún más negra.

Sólidas hojas de acero
 tan pulidas y afiladas
 como un pensamiento siniestro,
 como una esperanza cercenada.

Agujas surcadas de óxido,
 que cercenan carnes macilentas,
 en crepúsculos invisibles
 de cielos tan negros como almas sucias.

Billetes y monedas manoseados,
 con restos de veneno y piel muerta,
 que pasan de mano en mano,
 formando una caricatura de feria grotesca.

Otras obras de Paco Gómez Escribano, con enlace a las reseñas que escribí, casi todas para la Revista MoonMagazine, son las siguientes.


Título del libro: La vereda de la derrota
Autor: Paco Gómez Escribano
Nacionalidad: España
Editorial: Grupo Tierra Trivium
Año de publicación: 2020
Año de publicación original: 2020
Nº de páginas: 104

Comentarios

  1. ¡Holaaaaa!

    La verdad es que la poesía me cuesta, es mi eterno pendiente, aunque siempre digo que quiero animarme. Veo que son poemas muy oscuros, en lo profundo de las ciudades, en esas calles que lloran (me ha encantado la expresión jaja). Me anima que también tenga una parte escrita en prosa, puede hacerlo más asequible para lectores como yo que no estamos muy puestos en poesía jaja

    ¡besotes!

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    1. Paco Gómez Escribano es sobre todo un gran novelista, de novela de barrio podíamos decir (casi todas se ambientan en Canillejas) y todas, negras. Con su poesía se mete en la problemática social de esas zonas un tanto deprimidas y escribe una preciosa y muy interesante poesía negra.
      Un beso.

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  2. Me cuesta muchísimo la poesía, no suelo animarme con ella a pesar de que cuando algunos buenos versos caen en mis manos los aprecio, pero lo cierto es que no entra en mis prioridades embarcarme en un libro de poesía, aunque tenga también su parte de prosa.
    Besos.

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    1. A mí también me cuesta mucho y, salvo autores que releo de continuo como Machado, Cernuda, Lorca, Neruda y alguno más (que como ves ya están todos muertos), tan solo me meto con ella cuando la escribe un autor que me gusta mucho y del que me interesa conocer que otras cosas hace aparte de esas novelas que me han encantado. Creo que de Paco Gómez Escribano, tan solo me queda una novela por leer y ya la tengo en la mesa de lecturas inminentes.
      Un beso.

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  3. Pues me ha encantado tu reseña y ese poema que nos has dejado. Llevo tiempo que no me acerco a este género y cuando lo hago, voy a lo seguro, a los autores que ya conozco y que sé que me gustan. Pero no me importaría nada leer este libro y acercarme a este autor.
    Besotes!!!

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    1. Es un autor que tanto en novela como en poesía tiene mucho que decir. Sus historias, al igual que sus poesías, son muy duras y muestran un mundo hostil en el que se sobrevive difícilmente. Muy recomendable.
      Un beso.

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  4. Sí que se ve poco espacio para la esperanza, por no decir ninguno, en estos poemas. Me ha gustado mucho esa descripción del antro con esos clientes y camareros que se van sucediendo aunque si diferencia entre el que se va y el que ocupa su lugar.
    Leo muy poca poesía y casi nunca escribo sobre ella.
    Besos

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    1. Esa segunda parte en prosa, muy poética eso sí, hablando del antro es buenísima. El antro, la pensión, la vida que cuenta el narrador y la que calla pero se intuye, todo ello es muy negro, y muy inquietante y transmite sensaciones muy incómodas y poco gratas.
      Me cuesta escribir sobre poesía, pero tengo reseñas de todas las novelas de Paco Gómez Escribano (publicadas en MoonMagazine) y me parecía que debía completar con reseñas de toda su obra.
      Un beso.

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  5. Eres una especialista en Paco Gómez Escribano, no hay más que ver la cantidad de títulos de novela y el libro anterior de poemas suyos que has leído.
    Veo que Gómez Escribano de quien aún nada he leído hace una poesía un tanto áspera, desesperanzada. Como te dije en el comentario a tu reseña de "Versografía maldita" a ver si me pongo de una vez con este escritor. Desde luego los poemas que ilustran tu reseña son crudos pero magníficos, a mi entender.
    Besos, Rosa

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    1. Desde luego, me he leído toda su obra, al menos la que conozco, a falta de la última que ha publicado y que ya tengo en salida. Como novelista es muy bueno y sus novelas son muy críticas y retratan de maravilla el mundo de algunos barrios no muy favorecidos de Madrid a lo largo de los últimos cincuenta años. Su poesía sigue la senda de las novelas, pero si en estas hay cierto humor, ironía y una gran capacidad para reñirse de uno mismo, en la poesía todo es más oscuro. A ti que te gusta la poesía y le dedicas tiempo, seguro que te gusta mucho.
      Un beso.

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  6. Hola Rosa. Con la poesía me llevo fatal, ni sé cuánto tiempo llevo intentando leer Hojas de hierba pero ya van unos cuantos meses, tardo la vida entera en entender cada poema.
    Es por eso que no suelo leer mucha poesía. Me gusta Dickinson pero poco más.
    Y no tengo ganas de que me hagan tener esas emociones negativas, aunque me golpeen sin crueldad, ni así. Me da la sensación de que al final me quedaría con mal cuerpo tras la lectura.
    Este libro lo dejo pasar.
    Besos

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    1. Golpea sin crueldad... no sé qué diría el autor acerca de esto. Es una sensación muy personal. Creo y también lo veo en los poemas, que la vida, la naturaleza, humana o natural, valga la contradicción si es que la hay, no puede ser cruel porque carece de sentimientos. Golpea sin crueldad, actúa y destroza, pero solo para seguir el orden natural de las cosas. Puede que no haya crueldad, pero desde luego hay mucha dureza.
      Tengo hace mucho tiempo Hojas de hierba en pendientes, pero no me termino de animar. Generalmente, me gusta más la poesía escrita en castellano.
      Un beso.

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  7. Con este tono pasivo agresivo, oscuro y un poco repulsivo, me ha recordado la agradable experiencia al leer "Flores del mal " del poeta Charles Badulaire. Lo leí cuando estaba en los veinte ... y fue inolvidable precisamente por los tortazos que daba jejeje

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    1. No he leído Las flores del mal. Sí que estudié al autor y su obra en Literatura Francesa. Como le digo a Norah, no acostumbro a leer poesía no escrita en castellano. Si leo poca poesía, leerla traducida me gusta muy poco. En novela no me importa y tampoco lo pienso, siempre que sea una buena traducción, pero en poesía creo que las traducciones, por buenas que sean, no pueden ser representativas del original. Casi toda la poesía que he leído ha sido escrita en castellano.
      Un beso.

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  8. ¡Hola!
    la poesía me gusta, sí, admiro los buenos poemas y a quienes los escriben, pero también es cierto que no elijo un libro de poesía para ponerme a leer, para mis lecturas diarias prefiero novela. A veces, en la biblioteca, cuando tengo entre manos alguno para colocarlo, pues le echo un vistazo y a veces me detengo en algunos poemas. Me suele maravillar, pero no me lo llevo a casa.
    Por eso entiendo que lo saborees y que lo leas despacio y no del tirón.
    Me parece chulo eso de que los poemas contengan crítica social y me atraen mucho algunos títulos de los poemas del autor, Inocencia asesinada, Jodidas posibilidades de esclavitud, Infierno..., seguro que reflejan lo que hay dentro. Se nota que este autor te flipa, gracias a ti le conozco y ya tengo su nombre en la mente, de forma que si cae alguno de sus libros en mis manos, no dudaré en leer algunos poemas
    Besos

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    1. Yo he leído mucha poesía entre los quince y los veinticinco, más o menso. Leí mucho a Neruda, Machado, Miguel Hernández y Lorca sobre todo, pero también Celaya, Cernuda, Juan Ramón Jiménez... Luego seguí leyendo poemas sueltos de vez en cuando, un poco como tú en la Biblioteca. Un día, cogía un libro de la estantería y leía varios poemas y dos semanas después o un mes o cinco días, volvía a coger otro libro y a hacer lo mismo. Pero ahora hacía ya años que no leía poesías hasta estos dos libros de Paco Gómez Escribano y el de Ezequías Blanco, Tierra de luz blanda. Me llegaron de la mano de los autores respectivos y los he leído, releído, disfrutado y, aunque en principio no pensaba, escrito reseña.
      Sobre que los poetas ejerzan crítica social, hay unos versos de gabriel Celaya que siempre me han gustado mucho:
      «Maldigo la poesía concebida como un lujo
      Cultural por los neutrales
      Que lavándose las manos, se desentienden y evaden.
      Maldigo la poesía de quien no ha tomado partido,
      Partido hasta mancharse.»
      Maravilloso.
      Un beso.

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  9. Un poemario muy especial, parece, en un tono duro y desesperanzado que remueve y hace pensar. Me gustan mucho todos los fragmentos que has incluido en la reseña y coincido contigo también en la forma de leer poesía. Es cierto que leo muchísima más novela pero también me gusta intercalar de vez en cuando algo de poesía, despacio y releyendo, como dices. Un beso, Rosa. Me ha encantado esta recomendación y tú forma de explicarla.

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    1. Muchas gracias, Marta. Es un alivio pensar que después de todo he sabido transmitir lo que me ha dicho la poesía de Paco Gómez Escribano. Me cuesta mucho opinar sobre poesía porque me siento menos preparada que con la novela y porque lo que experimenta el lector puede estar muy alejado de lo que quería decir el autor. Pero todo es perder el miedo y ser honesta con lo que se siente y se quiere transmitir.
      Un beso.

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  10. Hola, Rosa.
    Mucho tiempo sin leerte.
    Yo también me tomo con calma la poesía, para apreciarla y comprenderla, sino siento que pierdo parte de lo que estoy leyendo. Como también debe remover, a veces diría hasta que hacernos sentir incómodos, para poder apreciar y masticar las emociones que desprenden.
    Me lo apunto, es más, seguro que antes de que termine el día voy a encargarlo, más otro que nos ha recomendado Marta en su blog.
    Un beso.

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    1. Hola, Irene. Ya he visto que has vuelto al blog y tengo abierta la pestaña para leerte y comentarte. La poesía es un género difícil a veces, pero otras es tan arrebatador que te arrastra sin remedio. Yo sabía poesías de memoria antes de saber leer porque mi madre me las leía. Cuando una me gusta mucho, tiendo a leerla y leerla hasta que ya no hace falta más porque ya me la sé. Y sin embargo, cada vez la novela ha ido ganando más espacio en mi tiempo y en mis apetencias.
      Ojalá te guste este libro tan duro, pero tan hermoso.
      Un beso.

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  11. Hola Rosa, yo también me acerco a la poesía tomándome mi tiempo, leyendo y releyendo con calma, aunque tengo que reconocer que hace tiempo que no leo nada. Me apunto este libro del autor, a ver si me animo de una vez por todas con él. Besos.

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    1. Y si no te animas con su poesía, anímate con su prosa porque sus novelas son verdaderamente buenas. Están muy bien escritas y destilan por cada poro la queja de unos personajes abocados a la delincuencia, la supervivencia de mala manera y, en muchos casos la muerte violenta y temprana. Es muy bueno.
      Un beso.

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  12. Hola, Rosa. Aunque no me considero un gran conocedor del género poético, últimamente hay muchos guiños en mi blog a la poesía, como habrás comprobado. No sé si lo mío va por rachas, puede ser, lo cierto es que ahora leo bastante más poesía (y filosofía; las voy trenzando) que novela.
    Así que me ha sorprendido muy gratamente tu entrada, y considero que has comentado esta poesía de Paco Gómez Escribano muy bien, supongo que tantos años plasmando impresiones sobre lecturas, aunque sean novelas mayoritariamente, va dando tablas para salir airoso en otros terrenos, al menos tú resuelves la papeleta con mucho criterio, así me lo parece.
    Admito que no conocía al autor, pero sus poemas, o esos que has seleccionado, pese al tono áspero, tienen el poder de ir creciendo dentro una vez leídos. Y ese tono sombrío me remite a la poesía del dolor (y la muerte) que inunda toda la obra de Chantal Maillard, que ha sido mi incursión más reciente, fascinante por cierto. Pero también me tienen entusiasmados los catalanes, Joan Margarit y Juan Eduardo Cirlot, que he empecé a leer hace unos meses.
    Lo dicho, una magnífica entrada la tuya, tanto por la propuesta como por el modo de exponerla.
    Un beso.

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    1. Me cuesta mucho y siempre estoy tentada de dejar los libros de poesía sin reseña, pero luego me da pena porque la verdad es que los tres que tengo en el blog me han gustado mucho. paco Gómez Escribano es un autor sobre todo de novela, pero en esas novelas habla del barrio, de los jóvenes y no tan jóvenes que sobreviven a base de delincuencia, negocios sucios, estafas y todo tipo de picaresca, y pata hacerse la vida más llevadera se ayudan con la droga y el alcohol. Unos temas que son la columna vertebral de su poesía donde resultan aún más duros y negros porque si en novela, la trama, con su cierto humor e ironía, los suaviza, en los poemas quedan totalmente en carne viva, sin paliativos ni cataplasmas.
      Conozco muy poca poesía actual. Cuando leo, salvo estos casos puntuales, sigo pegada a los poetas que me cautivaron en mi adolescencia y juventud. Están ya todos muertos hace muchos años, pero sigo, muy de vez en cuando, cada vez menos, volviendo a sus páginas. Por ahí arriba los nombro.
      Un beso.

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  13. Me gusta la novela negra, aunque de este autor no haya leído todavía nada. No puedo decir lo mismo de la "poesía negra" que no creo que la cate . Nunca, en cuestión lectora, se puede decir que "no" de manera rotunda.
    Beso para ti.

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    1. Pues anímate con las novelas, todas ambientadas en Madrid, en barrios conflictivos, en sus épocas más conflictivas. Seguro que te gusta.
      Un beso.

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  14. Buenos días, Rosa:
    A mí me ocurre como a ti, me tomo la poesía con calma y la leo en momentos muy concretos porque la necesito. He reseñado algún que otro poemario, pero para mí es algo tan personal que no me siento cómoda escribiendo sobre ello.

    Por otro lado, no conocía la obra de Paco Gómez Escribano, y agradezco mucho tu reseña para poder entrar en contacto con su obra.

    Un abrazo y feliz sábado

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    1. Yo no es que me sienta incómoda, es que me resulta difícil. Tal vez sea porque no estoy acostumbrada ni a leerla ni a escribir sobre ella. recuerdo que cuando empecé a hacer reseñas de novelas también me resultaba complicado. Ahora, unas más y otras menos, pero me veo con mucha más soltura que con poemarios.
      Paco Gómez Escribano es un autor al que he leído mucho, aunque sobre todo en su faceta de novelista, y eso también facilita las cosas. Un autor muy interesante.
      Un beso.

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