"4 3 2 1" Paul Auster
Paul Auster (junto a Philip Roth y John Irving) fue el autor que me puso, hace ya muchos años, en la pista de la maravillosa novela norteamericana que se estaba escribiendo en aquel momento y que yo tenía un poco abandonada en beneficio de la europea en general y de la española en particular. Antes había leído a los clásicos, Scott Fitgerald, William Faulkner John Steimbeck, por poner ejemplos que me vienen ahora a la cabeza (nunca he llegado a pillarle el punto a Ernest Hemingway).
"Leviatán", "La mancha humana" y "Una mujer difícil" fueron las tres novelas respectivas de esos tres autores que lograron adentrarme en la novela estadounidense; en el cine ya lo estaba desde hacía mucho tiempo. Después vendrían Richard Ford, Richard Russo, Joyce Carol Oates, Marilynne Robinson, Richard Yates, Michael Cunningham... por nombrar solo algunos de los que más he leído y más me gustan. Pero esos tres seguirán siendo los que me abrieron las enormes y suntuosas puertas de la literatura norteamericana actual.
De Paul Auster, después de aquel "Leviatán" que tanto me sorprendió y cuya relectura tengo pendiente desde hace tiempo, leí casi todo. Desde luego, todas sus novelas, pero también muchos de sus libros de relatos y los autobiográficos. Aún no ha aparecido en mi blog porque hace mucho que no publica nada y hace mucho, por lo tanto, que nada he leído de él. Han pasado siete años desde su última novela, "Sunset Park", y ahora el autor se reencuentra con sus lectores con un libro de cerca de mil páginas y una historia que encierra varias a la vez.
"Según la leyenda familiar, el abuelo de Ferguson salió a pie de Minsk, su ciudad natal, con cien rublos cosidos en el forro de la chaqueta, y pasando por Varsovia y Berlín viajó en dirección oeste hasta Hamburgo, donde sacó billete en un buque llamado The Empress of China, que cruzó el Atlántico entre agitadas tormentas invernales y entró en el puerto de Nueva York el primer día del siglo XX".
Pero el abuelo, que todavía no era abuelo y tenía diecinueve años, no se llamaba Ferguson, como ya hemos podido imaginar teniendo en cuenta que venía de Minsk. El abuelo era judío y se llamaba Isaac Reznikoff. Alguien le recomendó cambiar el apellido por otro menos complicado antes de que el agente de inmigración de la isla de Ellis le tomara los datos. Ese alguien también le recomendó que dijera que se llamaba Rockefeller, una forma segura de no equivocarse. Muchos años después su nieto Archie se preguntará cómo habría sido su vida si su abuelo se hubiera declarado un Rockefeller, en lugar de contestar en yidis "Ikh hob fargessen! (¡Se me ha olvidado!)" cuando fue preguntado por su nombre, lo que llevó al agente a escribir lo que buenamente entendió, y es que si Isaac no tenía aún ni idea de inglés el 1 de enero de 1900, el funcionario que le atendió en la isla de Ellis no tenía, y seguramente nunca tendría, idea de yidis. De manera que entró en Nueva York con el sonoro nombre de Ichabod Ferguson.
No sabemos cómo hubiera sido la vida de Archie de haber sido otro el nombre con el que su abuelo entró en Nueva York y comenzó la dinastía, pero Archie (Archibald) Isaac Ferguson no puede quejarse de no haber tenido oportunidades de vidas distintas. Cuatro nada menos le ha dado Paul Auster en esta novela. Cuatro historias para Archie Ferguson, el nieto de Ichabod Ferguson y el hijo de Stanley, el pequeño de los tres niños Ferguson que Ichabod y su mujer, Fanny, de soltera Grossman, tuvieron en Estados Unidos.
Archie fue el hijo un poco tardío y casi desesperado de Stanley Ferguson y Rose Adler, hija también de padres inmigrantes (padre y madre procedían de Varsovia y Odesa, respectivamente, y de allí habían salido cuando contaban tres años aunque no se conocerían hasta coincidir en Nueva York). Archie nacería el 3 de marzo de 1947, casi tres años después de la boda de sus padres, después de tres abortos y dejando a su madre incapacitada para tener más hijos. Hasta ahí la primera parte de la novela. A partir de ese momento, se abre como una flor de cuatro pétalos y cada uno comienza a despedir su aroma particular.
¿Qué es lo que puede hacer que una persona viva de una forma u otra? Muchas veces nos hemos preguntado qué hubiera pasado si en vez de esto, hubiéramos hecho aquello; si hubiera estudiado otra carrera; si no hubiera ido a aquella fiesta; si no hubiera cogido aquel avión; si hubiera hecho aquel viaje... Nos imaginamos vidas sumamente distintas y, sin embargo, puede que no lo fueran tanto. Puede que en nuestra vida influya más el tipo de persona que somos que las contingencias que nos han ido acompañando a través de los años. La novela nos cuenta cuatro vidas diferentes para Archie; cuatro vidas diferentes, pero tampoco demasiado, porque en todas ellas encontramos un niño solitario, curioso, inteligente, que reparte sus aficiones entre la literatura y el cine; cuyas inquietudes le llevan por la rebeldía y la defensa de los derechos civiles; se espanta ante la ejecución de los Rosenberg cuando aún es muy pequeño, protesta contra la guerra de Vietnam y contra la segregación que mantiene sometida a la injusticia a toda la población negra del país.
¿Por qué ese Archie va a llevar distintas vidas? Y ¿son realmente tan distintas las experiencias vitales que le vemos acometer? ¿No está en todas, más o menos enamorado de la misma mujer? ¿No es su destino dedicarse a la literatura, bien como novelista o bien como periodista? ¿No resulta en todas ellas un muchacho liberal tendente a la izquierda, rebelde y partidario de las libertades y de vivir a su aire?
Los cambios existen; no es lo mismo un padre que muere cuando Archie tiene ocho años, que un padre que se divorcia de su madre cuando es adolescente o un padre que vive siempre con la familia. Eso influye en las distintas vidas de Archie, hace que otras personas se crucen en su camino o que permanezcan al margen; que viva en ciudades distintas; que disponga de más medios económicos o que se encuentre en una situación más ajustada.
Creo que el gran acierto de la novela es que las distintas circunstancias no cambian drásticamente las historias. No encontramos personajes sumamente distintos ni experiencias contrapuestas. Archie no cambia tanto; cambian ciertos hechos puntuales, algunas situaciones accesorias, algunos contextos sin demasiada importancia. Se viven distintos acontecimientos más o menos traumáticos; la orfandad en la infancia, la muerte de un amigo adolescente, pero nada que trastoque la vida del personaje o lo lleve por caminos muy distintos. A veces tenía que recapitular porque no tenía muy claro si estaba con Archie 1 o con Archie 4; si había empezado ya con Archie 3 o aún seguía con Archie 2. Nada, en todo caso, que llegue a complicar la lectura.
Y es que, como siempre he creído, somos más fruto de la genética que de las circunstancias; circunstancias que no voy a negar que influyen, pero salvo que sean tan opuestas como nacer en la opulencia en un país desarrollado o nacer en la miseria en un país pobre (o en el mismo país desarrollado), poco pueden hacer para cambiar las tendencias y las inclinaciones que tenemos desde la cuna. Los cuatro Archie son hijos de los mismos padres, se crían en el mismo lugar, tendrán vidas similares y destinos parejos, al menos, los destinos que a cada uno le dé tiempo a forjarse con la vida que se le otorga. Esa es la diferencia mayor entre todos ellos.
"Leviatán", "La mancha humana" y "Una mujer difícil" fueron las tres novelas respectivas de esos tres autores que lograron adentrarme en la novela estadounidense; en el cine ya lo estaba desde hacía mucho tiempo. Después vendrían Richard Ford, Richard Russo, Joyce Carol Oates, Marilynne Robinson, Richard Yates, Michael Cunningham... por nombrar solo algunos de los que más he leído y más me gustan. Pero esos tres seguirán siendo los que me abrieron las enormes y suntuosas puertas de la literatura norteamericana actual.
De Paul Auster, después de aquel "Leviatán" que tanto me sorprendió y cuya relectura tengo pendiente desde hace tiempo, leí casi todo. Desde luego, todas sus novelas, pero también muchos de sus libros de relatos y los autobiográficos. Aún no ha aparecido en mi blog porque hace mucho que no publica nada y hace mucho, por lo tanto, que nada he leído de él. Han pasado siete años desde su última novela, "Sunset Park", y ahora el autor se reencuentra con sus lectores con un libro de cerca de mil páginas y una historia que encierra varias a la vez.
"Según la leyenda familiar, el abuelo de Ferguson salió a pie de Minsk, su ciudad natal, con cien rublos cosidos en el forro de la chaqueta, y pasando por Varsovia y Berlín viajó en dirección oeste hasta Hamburgo, donde sacó billete en un buque llamado The Empress of China, que cruzó el Atlántico entre agitadas tormentas invernales y entró en el puerto de Nueva York el primer día del siglo XX".
Pero el abuelo, que todavía no era abuelo y tenía diecinueve años, no se llamaba Ferguson, como ya hemos podido imaginar teniendo en cuenta que venía de Minsk. El abuelo era judío y se llamaba Isaac Reznikoff. Alguien le recomendó cambiar el apellido por otro menos complicado antes de que el agente de inmigración de la isla de Ellis le tomara los datos. Ese alguien también le recomendó que dijera que se llamaba Rockefeller, una forma segura de no equivocarse. Muchos años después su nieto Archie se preguntará cómo habría sido su vida si su abuelo se hubiera declarado un Rockefeller, en lugar de contestar en yidis "Ikh hob fargessen! (¡Se me ha olvidado!)" cuando fue preguntado por su nombre, lo que llevó al agente a escribir lo que buenamente entendió, y es que si Isaac no tenía aún ni idea de inglés el 1 de enero de 1900, el funcionario que le atendió en la isla de Ellis no tenía, y seguramente nunca tendría, idea de yidis. De manera que entró en Nueva York con el sonoro nombre de Ichabod Ferguson.
Inmigrantes en Ellis Island, 1892 - Foto: Wiki Commons |
No sabemos cómo hubiera sido la vida de Archie de haber sido otro el nombre con el que su abuelo entró en Nueva York y comenzó la dinastía, pero Archie (Archibald) Isaac Ferguson no puede quejarse de no haber tenido oportunidades de vidas distintas. Cuatro nada menos le ha dado Paul Auster en esta novela. Cuatro historias para Archie Ferguson, el nieto de Ichabod Ferguson y el hijo de Stanley, el pequeño de los tres niños Ferguson que Ichabod y su mujer, Fanny, de soltera Grossman, tuvieron en Estados Unidos.
Archie fue el hijo un poco tardío y casi desesperado de Stanley Ferguson y Rose Adler, hija también de padres inmigrantes (padre y madre procedían de Varsovia y Odesa, respectivamente, y de allí habían salido cuando contaban tres años aunque no se conocerían hasta coincidir en Nueva York). Archie nacería el 3 de marzo de 1947, casi tres años después de la boda de sus padres, después de tres abortos y dejando a su madre incapacitada para tener más hijos. Hasta ahí la primera parte de la novela. A partir de ese momento, se abre como una flor de cuatro pétalos y cada uno comienza a despedir su aroma particular.
¿Qué es lo que puede hacer que una persona viva de una forma u otra? Muchas veces nos hemos preguntado qué hubiera pasado si en vez de esto, hubiéramos hecho aquello; si hubiera estudiado otra carrera; si no hubiera ido a aquella fiesta; si no hubiera cogido aquel avión; si hubiera hecho aquel viaje... Nos imaginamos vidas sumamente distintas y, sin embargo, puede que no lo fueran tanto. Puede que en nuestra vida influya más el tipo de persona que somos que las contingencias que nos han ido acompañando a través de los años. La novela nos cuenta cuatro vidas diferentes para Archie; cuatro vidas diferentes, pero tampoco demasiado, porque en todas ellas encontramos un niño solitario, curioso, inteligente, que reparte sus aficiones entre la literatura y el cine; cuyas inquietudes le llevan por la rebeldía y la defensa de los derechos civiles; se espanta ante la ejecución de los Rosenberg cuando aún es muy pequeño, protesta contra la guerra de Vietnam y contra la segregación que mantiene sometida a la injusticia a toda la población negra del país.
¿Por qué ese Archie va a llevar distintas vidas? Y ¿son realmente tan distintas las experiencias vitales que le vemos acometer? ¿No está en todas, más o menos enamorado de la misma mujer? ¿No es su destino dedicarse a la literatura, bien como novelista o bien como periodista? ¿No resulta en todas ellas un muchacho liberal tendente a la izquierda, rebelde y partidario de las libertades y de vivir a su aire?
Los cambios existen; no es lo mismo un padre que muere cuando Archie tiene ocho años, que un padre que se divorcia de su madre cuando es adolescente o un padre que vive siempre con la familia. Eso influye en las distintas vidas de Archie, hace que otras personas se crucen en su camino o que permanezcan al margen; que viva en ciudades distintas; que disponga de más medios económicos o que se encuentre en una situación más ajustada.
Creo que el gran acierto de la novela es que las distintas circunstancias no cambian drásticamente las historias. No encontramos personajes sumamente distintos ni experiencias contrapuestas. Archie no cambia tanto; cambian ciertos hechos puntuales, algunas situaciones accesorias, algunos contextos sin demasiada importancia. Se viven distintos acontecimientos más o menos traumáticos; la orfandad en la infancia, la muerte de un amigo adolescente, pero nada que trastoque la vida del personaje o lo lleve por caminos muy distintos. A veces tenía que recapitular porque no tenía muy claro si estaba con Archie 1 o con Archie 4; si había empezado ya con Archie 3 o aún seguía con Archie 2. Nada, en todo caso, que llegue a complicar la lectura.
Y es que, como siempre he creído, somos más fruto de la genética que de las circunstancias; circunstancias que no voy a negar que influyen, pero salvo que sean tan opuestas como nacer en la opulencia en un país desarrollado o nacer en la miseria en un país pobre (o en el mismo país desarrollado), poco pueden hacer para cambiar las tendencias y las inclinaciones que tenemos desde la cuna. Los cuatro Archie son hijos de los mismos padres, se crían en el mismo lugar, tendrán vidas similares y destinos parejos, al menos, los destinos que a cada uno le dé tiempo a forjarse con la vida que se le otorga. Esa es la diferencia mayor entre todos ellos.
Paul Auster |
El otro gran acierto es el final. Creo que, sin ser espectacular, le da cuerpo a toda la novela y proporciona sentido a estas cuatro ocurrencias de Paul Auster. Ocurrencias basadas en su propia vida porque en cada uno de los Archie se esconde algún dato autobiográfico del autor, alguna experiencia más o menos dolorosa, más o menos satisfactoria, más o menos representativa de su infancia o de su juventud, porque me olvidaba decir que en estas cuatro historias de Archie tan solo llegamos hasta su primera juventud, hasta los veintidós años en que lo dejamos preparado para seguir su camino y escribir la gran novela americana que, tal vez, él sí consiga dar a las letras de su país.
Cuando Archie se entera de dónde proviene el nombre familiar, reflexiona acerca de todo lo que esa anécdota ha podido acarrear en su vida.
"En la historia, acaba siendo Ferguson porque el agente de inmigración no entiende la lengua en que le hablan. [...] Un judío ruso transformado en presbiteriano escocés con quince trazos de la pluma de otro hombre. Y si en la Norteamérica blanca toman a un judío por protestante, si cada persona que conoce supone automáticamente que es un individuo diferente del que es, ¿cómo afectará eso a su futura vida en Norteamérica? [...]¿y qué habría pasado si ese nombre le hubiese venido a la memoria en vez de írsele de la cabeza? Se habría llamado Rockefeller, y a partir de ese día la gente le habría supuesto miembro de la familia más acaudalada de Norteamérica".
Tal vez, con algún otro pretexto, Paul Auster se hizo una pregunta similar acerca de su vida y decidió bucear en las respuestas a la eterna ¿qué hubiera pasado si...?
Tal vez, con algún otro pretexto, Paul Auster se hizo una pregunta similar acerca de su vida y decidió bucear en las respuestas a la eterna ¿qué hubiera pasado si...?
Una muy buena novela. Me ha gustado y la he disfrutado. Pero he de reconocer que, mientras la leía, en algunos momentos, pensaba que lo que me estaba gustando no compensaba el tiempo empleado en la lectura. Son cerca de mil páginas bien aprovechadas (los puntos y aparte, así como los diálogos escasean). Pero al terminar la novela me he reconciliado con la historia y he de decir que el balance es positivo. También ha influido en ello el final que, como ya he dicho, es lo suficientemente bueno como para cerrar un círculo que, por momentos se puede creer que va a quedar inconcluso.
Enhorabuena por tan magnífica reseña y por expresar lo que he venido intuyendo desde que salió la novela: valdrá la pena, es Paul Auster, pero ¿compensará el tiempo de leerse mil páginas tan condensadas? Ya tengo la respuesta.
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa. Un abrazo.
Yo creo que sí compensa, pero claro, eso lo tiene que valorar cada unos según el tiempo que tenga y según lo que le guste.
EliminarEspero que aciertes.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarPero que buenas reseñas haces.
Uffff, me pasa como a ti, dudaría si merece la pena el tiempo empleado. Tú crees que sí, veo que el final es el mayor acierto, yo tengo tanto pendiente, pero tanto, que dudo.
Besos y adoro a Paul Aster, que no lo he dicho, y hace poco volví a ver una peli cuyo guión escribió él, Smoke, y me apeteció muchísimo volver a sus novelas, y ahora esta reseña, todo me lleva a él, jejeje.
Besos.
"Smoke" es una película fabulosa. Tengo también el guión en libro junto con el de "Lulu on the bridge" que es también muy buena, pero no tanto como "Smoke".
EliminarDespués de siete años si publicar novela, los incondicionales no podemos dejar pasar esta, aunque fueran dos mil páginas, ja, ja.
Un beso.
Para mí, mil páginas equivalen a dos meses de lectura, jajaja.
ResponderEliminarBromas aparte, las cuatro historias que mencionas deben dar para mucho, sobre todo si el autor penetra con el suficiente detalle en las vicisitudes de un mismo personaje en circunstancias vitales dispares. Un análisis psicológico y sociológico de cuatro vidas puede resultar difícil de digerir pero seguro que acaba siendo, como has apuntado, enriquecedor.
Magnífica reseña.
Un abrazo.
Análisis psicológico y sociológico de las cuatro vidas de Archie y de todo un país porque, aunque no lo menciono en la reseña (se me hacía ya muy larga), recorremos las vicisitudes más traumáticas de Estados Unidos en las décadas cincuenta y sesenta: los Rosenberg, Vietnam, los derechos civiles, las revueltas estudiantiles de 1968... y algo se me olvidará.
EliminarRealmente enriquecedor.
Un beso.
Intente leer algo de Paul Austen hace años y la verdad es que no puede con él, por lo que esta novela tan densa no es para mí. Aunque me alegro que la hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos
Me imagino que es un autor que te fascina o te repele. Muy minucioso y, a veces, con ambientes muy agobiantes y angustiosos.
EliminarComo todo, no puede gustar a todo el mundo.
Un beso.
Creo que Brooklyn follies marco un antes y un después en mi carrera lectora. Para mí es uno de los grandes, con mayúsculas. Leí más y siempre me encantó, mucho. Nunca comprendí las novelas que necesitaban más de 300 páginas para desarrollar una historia, hasta que lo descubrí. Y es que donde hay genio nunca es suficiente. Un abrazo
ResponderEliminarPara mí, fue "Leviatan" y después hubo alguno que me agobió como "El país de las últimas cosas", pero lo fui leyendo casi todo y me encanta.
EliminarSi las historias son buenas, pueden ocupar cientos de páginas y, aunque alguna sobre y pienses que con menos se habría escrito igual, las aceptas por lo que disfrutas con ellas.
Esta tiene mil páginas, pero las merece. Como he dicho, tras alguna duda el balance es positivo.
Un beso.
No, nunca he tenido el placer de afrontar una lectura de este autor, y digo placer porque es tan buena la reseña que invita sí o sí, ya sea por curiosidad o por confianza en tu interpretación de la novela, a bienaventurarse a conocerlo.
ResponderEliminarGracias por la propuesta.
Un saludo.
Qué responsabilidad ser la "culpable" de que te embarques en una novela de mil páginas. espero que te guste porque si no... me vas a odiar.
EliminarUn beso.
Tengo muchas ganas de leerlo, lo he aplazado para las vacaciones que es gordito y ahora apenas leo media hora al día. Ya te contaré...
ResponderEliminarUn beso
Es un libro para tomarlo con tiempo y tranquilidad y si le puedes dedicar un par de horas, genial.
EliminarMe quedo con mucha curiosidad de saber tu opinión.
Un beso.
No es sino al final de tu reseña cuando se entiende el sentido del título, por el que te iba a preguntar.
ResponderEliminarPara mí, excesivas las mil páginas, más aún si tú dices que te planteaste si compensaba (aunque luego te reconciliaras con la historia y te mereceriera la pena).
A mí me la ha merecido leer tu post, y en la historia que tan bien has narrado en él me quedo, amiga.
Un beso enorme
Es un libro para incondicionales de Paul Auster y de la literatura de Estados Unidos. Reconozco que no es de esos libros que se leen para ver qué tal o de qué va la historia. Me alegro de que leer mi reseña te haya compensado. Al menos ya sabes a qué se debe el curioso título.
EliminarUn beso.
No acabo de cogerle el punto a este hombre, pero volveré a leerle, me parece muy buen escritor =)
ResponderEliminarBesotes
Es muy bueno, pero los gustos literarios son muy variados y es un autor que no gusta a todo el mundo.
EliminarUn beso.
No me dan miedo los tochos (Me he leído cuatro veces El Señor de los Anillos y todos los libros de Juego de Tronos) pero mil páginas de "literatura norteamericana" me parece un suicidio para mí. Ahora estoy con Bukowski y pienso mucho en harakiris, cortes de venas o tiros en la sien. Aunque por lo que cuentas parece entretenida, pero esa escasez de puntos y aparte y de diálogos...
ResponderEliminarCuando leo un libro extenso no me importa el tiempo que pueda emplear en él, solo me importa que me guste y que disfrute. Además, los libros cortos pueden dar una sensación errónea de aprovechamiento del tiempo, es decir, ves que has leído muchos libros en un mes, por ejemplo, y que te han gustado pero a lo mejor todas esas páginas en una única historia pueden dar más de sí y, en mi caso, dejar una impronta mayor que los libros breves.
Buff, ¡vaya rollo que te he soltado! Mil perdones.
Me apunto este libro, pero con reservas.
Gracias por tan completa reseña.
Besos.
Es que Bukowski debe de ser muy duro. Yo me cortaría las venas si tuviera que leer "El señor de los anillos" o "Juego de tronos". Parece mentira lo mucho que coincidimos en unas cosas y lo distintas que somos para otras, ja, ja.
EliminarA mí me encantan los libros extensos, ladrillos los llamo yo. Si la historia es buena y el autor sabe desarrollarla y sacarle todos los matices, nunca sobran las páginas (para cada uno del tema que más le guste). Por un momento, me pareció que a esta novela, tal vez, le sobraban páginas, pero cuando la terminé y analicé el conjunto, vi que en realidad estaba perfectamente como estaba.
De rollo, nada. ya ves que a mí, tampoco se me da mal enrollarme.
Un beso.
Paul Auster es uno de mis escritores de cabecera, así que fui corriendo a la librería a por “4 3 2 1”. Y he de decir que a mi sí que me ha complicado la vida la mezcla de los cuatros Archies. Llegó un momento en que tenía en mi cabeza un lío de mil demonios, de modo que comencé a leer de nuevo la novela por cada Archie de manera independiente, es decir, a salto de capítulos. Y así la estoy disfrutando. De momento llevo ya leída la vida de Archie 1 y Archie 2. Los leo como si de diferentes libros se tratara. A cada Archie, la aparco y descanso con otro autor. Después vuelvo a Auster. Se nota despliega todo su talento narrativo, pero no creo que sea su mejor novela como dicen algunos críticos literarios, aunque siempre es un gustazo leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
He pensado hacer lo mismo que tú. Leer cada Archie independientemente, pero de momento, lo dejaré pasar porque hay muchas cosas que quiero leer y se me hace mucho. Yo me lié algo, pero siempre controlé. Al empezar un capítulo tenía que recordar un poco cómo había terminado lo anterior, pero enseguida me centraba.
EliminarYo tampoco creo que sea su mejor novela, ni "la gran novela americana" que todos esperan (y que yo creo que ya se ha escrito varias veces y se seguirá escribiendo), pero es una muy buena novela.
Un beso.
Me parece muy original la forma de la novela, darle cuatro vidas diferentes a un personaje partiendo de sus orígenes, pero creo que quizás se me hiciera un poco pesada, sobre todo si tiene mil páginas y deja en el periodo de la juventud las "biografías". Por otra parte no entiendo muy bien por qué darle esas cuatro vidas si no es para hacerlas comletamente distintas (y por lo que cuentas no es el caso).
ResponderEliminarNos traes tantas novelas, Rosa, y algunas me parecen tan irresistibles, que creo que esta vez dejaré pasar el título para tener más tiempo para las otras. Eso no quita que me haya encantado tu reseña, como siempre :)
¡Un beso enorme de finde, guapa!
Yo creo que ha intentado ser realista y, como digo en la reseña, no creo que una misma persona, en la misma familia, y en el mismo ambiente, llegue a cambiar demasiado porque cambien algunas circunstancias. Creo que ese es el mayor valor, que no se ha dejado tentar por la idea de hacer cuatro novelas distintas con vidas muy diferentes. ha cambiado lo justo. Que, por otra parte, siendo poco, en la práctica es más de lo que parece.
EliminarUn beso.
Hola Rosa,fantástica reseña.
ResponderEliminarTengo esta novel a medias y me está costando, mientras te leía y también a los compañeros he entendido porqué la iba dejando, igual hago como Juan Carlos y la releo a trozos. O igual no es el momento porque me está costando mucho que me atrape, me he sentido perdida en muchos momentos y no avanzo.
Un beso enorme
Si no te atrapa, puede ser muy dura porque mil páginas o se leen muy a gusto o es un sacrificio. Tal vez leyendo como lo está haciendo Juan Carlos sea más asumible, cómo si fueran novelas distintas y alternando con algo más llevadero.
EliminarNo a todos nos pillan las novelas en el momento ideal.
Un beso.
Hola, Rosa:
ResponderEliminarSegun leia tu excelente reseña me iba preguntando 'jó, mil páginas, pero no dice si le ha resultado grata o no'. Sin embargo al final veo que has tenido algún desfallecimiento que otro; pero también te entiendo perfectamente cuando dices que en general te ha gustado y bastante. Y lo entiendo porque hay muchas novelas que se redondean cuando finalizan y se piensa con tranquilidad sobre aquello que se ha leido; y hay otras que entretienen mucho durante el acto de lectura, pero una vez finalizadas y pensadas se revelan flojitas.
Bueno toda mi reflexión anterior viene para justificarme ante mi mismo el que aun no me haya decidido a leerla. 'Bufff, es que son 1000 paginas'.
Para finalizar y a modo de broma: ¿Cuántos euros has metido en el tarro? Yo creo que merece más de uno, ¿no?
Besos
Ay, creí que tú eras el Juan Carlos G de arriba y en ese sentido iba el comentario en tu blog en "Pastoral americana". Bueno deshecho el entuerto, te diré que creo que esta novela es de las que ganan cuando se cierran por su buen final y siguen ganando cuando se posan y se reflexionan. Creo que te gustará y como amante de la literatura norteamericana, como yo, no puedes dejarla pasar.
EliminarSolo metí un euro. Ya sé que hay gente que a los de más de un cierto número de páginas les mete dos euros, pero yo meto uno a todos, así compenso los de mil con los de cien, ja, ja.
Un beso.
Muy buena reseña. Dan ganas de internarse en la historia. Ualgunos tendemos a huir de novelas tan largas. Pero sabiendo que valen la pena es otra cosa.
ResponderEliminarA mí siempre me han gustado las novelas largas. Si están bien escritas y la historia es interesante, me apasionan. esta es una buena novela, pero si merece la pena depende de cada uno. Si te gusta Paul Auster creo que te gustará.
EliminarUn beso.
Buenos días
ResponderEliminarOs he descubierto por casualidad, pero no será la última vez que os siga. Paul Auster me parece un magnífico escritor del que he leído bastante. Unas cosas mejores que otras pero tiene que haber de todo.
Descubrí a Auster con "El Libro de las Ilusiones" magnífico.
Siempre he pensado que muchos de sus textos son autobiografivos, al menos en esencia, y echaba en falta comentarios de su obra.
4,3,2,1 lo tengo en espera pero deseando leerlo. Me comentaron que era muy denso al principio (como unas 200 páginas) pero viendo el tamaño del librito eso no es na.
Gracias por tan completa reseña u cuenta con un seguidor más.
Un saludo.
Juan Carlos
Creo que con tanto Archie no se si me liaré, aún así la leeré eso si, después de todo lo que llevo entre manos y con calma, que no creo que pueda ser antes de Marzo. Ahora también se la recomendaré a mi hijo, que es un gran lector y el otro día me pidió un libro, este niño en vez de coleccionar otra cosa, colecciona libros pero es así desde bien pequeño y yo tan orgullosa de él. un beso y buen fin de semana.
ResponderEliminarEspero que tú y tu hijo disfrutéis de esta novela.
EliminarMi hijo despues de ser un gran devorador de libros durante la infancia y adolescencia, lo dejó al hacerse mayor. Parece ser que es algo muy frecuente, así es que contenta tienes que estar por tu hijo.
Un beso.
Parece que la anécdota del nombre del abuelo es un poco metáfora de lo que cuenta este libro. Me atrae mucho las cuatro alternativas de vida del protagonista que ofrece esta novela. Es un punto a su favor lo que comentas de que no difieren demasiado unas de otras porque pienso que eso le da más credibilidad. En su contra, la extensión de la novela, pues con poco tiempo para leer tira un poco para atrás embarcarse en lecturas tan largas (ya se me está haciendo eterna 'La feria de las vanidades', que por fin estoy a punto de acabar); también me produce dudas el autor. Solo he leído de Auster 'Brooklyn Follies' y la verdad que me dejó un poco fría. Me sentí un poco como un bicho raro pues es un escritor que suele gustar y además de esa novela solo había visto comentarios entusiastas. Posteriormente me encontré con opiniones (de lectoras de las que me fío, además), que aún gustándoles Paul Auster tampoco habían conseguido disfrutar con 'Brooklyn Follies', lo cual me hizo pensar que tal vez me hubiese equivocado de libro y no de autor. Resumiendo: no descarto darle una segunda oportunidad a Paul Auster, la novela que reseñas sería una buena candidata para ello, pero creo que, por el momento, tanto autor como novela tendrán que esperar.
ResponderEliminarYa echaba de menos pasarme por aquí.
Besos
Lo primero, darte la bienvenida. Es un gusto volver a ver tu pájaro verde por estos comentarios. Espero que todo te vaya bien.
EliminarYo no sé si podré leer "La feria de las vanidades". Tengo otro también para la tertulia del instituto y además pensaba que quedaba más tiempo para "La feria..." y veo que ya se echa encima. Los quince días de gripe y convalecencia me han trastocado el tiempo.
La anécdota del nombre del abuelo tiene más importancia de lo que parece en un principio. Y sí, el hacho de que las historias no sean muy diferentes hace que sea creíble y es un gran acierto.
Si quieres leer algo de Paul Auster de lo que yo considero bueno, empieza por "Leviatán" o "La trilogía de Nueva York" que, aparte de ser de lo mejor, no son excesivamente extensas. "4 3 2 1" es un buena novela, pero tampoco es lo mejor del autor.
Un beso.
Hola Rosa! Me ha encantado tu reseña, me han entrado ganas de leer la novela. De hecho, tengo ganas de explorar a Paul Auster desde la carrera. EL tema del ¿qué hubiera pasado si...? resulta muy interesante. Yo personalmente opino que los acontecimientos en la vida de las personas van moldeando su personalidad y las decisiones que se toman, aunque bien es cierto que la esencia de cada uno permanece imperturbable.
ResponderEliminarUn saludo y buen finde!
Es un autor muy interesante y si se quiere explorar la literatura estadounidense actual, resulta imprescindible.
EliminarYo pienso (además soy bióloga, ja, ja) que las circunstancias nos van moldeando, ciertamente, pero sobre todo somos fruto de la genética que es la que proporciona el material que se moldea. Aunque sí que es cierto que algunas circunstancias muy notables, como comento en la reseña, pueden cambiarnos bastantes, no es el caso de la novela, lo que la hace más interesante que impactante.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Paso casi de puntillas porque esta novela la leeré en verano, tranquilamente en vacaciones, porque su extensión desde luego la hace poco manejable en el metro. La tengo en la estantería esperando ese agosto de mis sueños. Le tengo ganas y tu reseña las han aumentado más, porque sí que considero que el azar, las circunstancias, por pequeñas que sean pueden cambiar nuestra vida. Yo soy yo y mis circunstancias es de las cuatro o cinco verdades universales. El azar está muy presente en Auster... y en la vida. En septiembre prometo volver a esta entrada y comentar con conocimiento de causa. Un fuerte abrazo!!!
ResponderEliminarEl azar es uno de los motores de la naturaleza, pero creo que sobre todo actúa en la carga genética que te toca, después, las circunstancias actúan, pero salvo que sean muy traumáticas o diametralmente opuestas, como el ejemplo que pongo en la reseña, tampoco nos cambian mucho. Como verás en la novela, los Archie 1, 2, 3 y 4 son distintos, pero no mucho, porque no deja de ser el mismo Archie y sus gustos, capacidades y tendencias son muy similares.
EliminarNo olvides dejarnos tus impresiones cuando leas la novela.
Un beso.
Paul Auster me ha fallado pocas veces. Con él tengo una extraña afinidad y suelo decir que si existiera un órgano de escritor trasplantable, mi cuerpo no rechazaría el de Paul Auster (aunque sería demasiado, como poner un cerebro humano en un bonobo). Si me gusta escribir es para darme una segundad oportunidad, imaginar mi vida en cierta encrucijada y pensar qué hubiera sido de tomar otra dirección. En fin, si no hubiera llegado tarde a aquella entrevista de trabajo y hubiera dicho que sí a lo que dije que no. Por eso, aún con sus mil páginas, intuyo que me gustará esta novela. No es el momento, pero en cuanto sea, allí estaré. Me alegra saber que Paul Auster sigue fiel a sí mismo y a sus lectores. Te felicito además por tu reseña, Rosa. Se nota la conexión autor-lector.
ResponderEliminarFeliz finde.
El amor que me une con el autor pronto cumplirá veinte años y salvo alguna desavenencia sin importancia nos ha ido de maravilla de manera que es lógico que haya conexión, sobre todo teniendo en cuenta que son dieciocho los libros que le he leído.
EliminarCurioso lo que planteas: si se pudiera poner un cerebro humano a un bonobo a lo mejor nos quedábamos alucinados de ver lo que podía hacer con él. Estoy segura de que tú y yo si a eso vamos, con el cerebro de Auster escribirías tan bien como él. Salvando esas pequeñas circunstancias y vivencias que diferencian a los cuatro Archie.
También estaré esperando tu opinión sobre esta novela que no es la mejor del autor, como se ha dicho, pero es bastante buena.
Un beso.
Varias cosas jajaja
ResponderEliminarPrimero tu reseña es tan maravillosa como siempre, completa y didáctica. Tienes la capacidad de unir las ideas de una forma muy correcta.
Tengo que reconocer que la novela me ha llamado muchísimo la atención, por la originalidad de la estructura y por lo que se trata de transmitir a lo largo de ella. Las 1000 páginas no me echa para atrás, lo que pasa es que Paul Auster para mí es una relación amor-odio jajaj me pasa con Isabel Coixet también. Es como que me gusta pero a la vez me agota y es un sí pero no.
Cuando leí trilogía en Nueva York acabé un poco saturada, la segunda historia me volvió un poco loca jajaj pero a la vez reconozco que es buena. Luego en Diario de invierno también tuve un poco sensación de agotamiento mental. Pero a pesar de esto siempre me llaman la atención sus obras. Así que ya veré qué hago con esta novela.
Coincido contigo en que Auster es un gran representante de la literatura americana.
Philip Roth, ya que lo has nombrado, es otro de los grandes representantes, y uno de mis escritores preferidos. No sé si lo he comentado alguna vez, pero Némesis me marcó muchísimo y es el libro que siempre recomiendo cuando alguien me pregunta qué puede leer.
En fin, le acabaré dando otra oportunidad a Paul Auster, aunque quizás me lea antes otra novela suya, un poco más pequeña.
Un besote guapa!!! :*
"Diario de invierno" más que una novela es un libro autobiográfico que mezcla muchas cosas. Yo, sobre todo, adoro sus novelas, aunque todo lo que he leído me ha gustado mucho.
EliminarDe Philip Roth he leído bastantes cosas también, pero como tiene muchísimo más publicado, también me queda más por leer. "Némesis" es una gran novela. La leí para la tertulia del instituto ya hace unos años y recuerdo que me encantó, pero ¡¡ah, "La mancha humana!! ¿La has leído?
Un beso.
¡Hola, Raquel! Magnífica reseña. Eres la única que ha conseguido que me asome de verdad a este libro. La verdad, me gusta Paul Aster, Brooking Foolies es uno de mis libros favoritos, y el argumento de éste me parece muy interesante, pero no sé por qué no acabo de lanzarme. Y no son las más de mil páginas. Tal vez tu reseña consiga que de ese paso. ¡Un besazo!
ResponderEliminarPerdón, Rosa.
ResponderEliminarNo te preocupes. Si hay alguien especialista en confundir nombres esa soy yo.
EliminarMe siento muy halagada por haber sido la única que, con mi reseña, te ha interesado por este libro. Si te gusta Paul Auster y no te asustan las mil páginas, deberías lanzarte a leer el libro. Siempre hay tiempo de cerrarlo y pasar a otra cosa.
Un beso.
Hola. Una magnífica reseña que ha servido para que lectores como yo, que nunca hemos leído a Paul Auster, nos adentremos en esta novela y nos den muchas ganas de empezar con él. Te haré caso y seguiré el consejo que me diste en Facebook. Ya tengo "Leviatán" preparado para leer. Gracias de nuevo. Un abrazo.
ResponderEliminarQué terrible responsabilidad. Espero que te guste "Leviatán" y te deje tan enganchada al autor como me dejó a mí. De momento, quedo esperando tu reseña.
EliminarUn beso.
Este lo dejaré pasar. Al menos de momento. Tengo otros del autor pendientes que me apetecen más.
ResponderEliminarUn beso ;)
La verdad es que este es tan largo que hay que coger carrera y estar mentalizada. Yo es que ya no tengo novelas del autor por leer y hace tanto que no publicaba que ya tenía ganas, pero, aún así, lo he demorado varios meses.
EliminarUn beso.