"Elvira" Rubén Angulo Alba

"Abrí los ojos desmesuradamente.
Desorientación, la que sucede a una pesadilla retorcida.
Dolor.
Traté de girar la cabeza, involuntariamente, y al mismo tiempo me dolieron cuello y cráneo. Estaba aprisionado por un montón de palés, tumbado boca abajo como sobre un balancín, la cabeza a ras del suelo y los pies sobre elevados"
Así empieza "Elvira" de Rubén Angulo Alba, así se descubre el narrador cuando recupera el conocimiento: atrapado bajo una pila de palés, abandonado en un sótano en esa hora de la tarde en que ya todos han salido del trabajo y se han ido a sus casas. A partir de ahí, mientras intenta sacudirse de encima la pila de palés que lo aprisiona, irá relatando las peripecias que le han llevado a esa situación.
El narrador despierta en los sótanos del Archivo donde trabaja. Se trata del Archivo de Administración General. Allí trabaja con Elvira, la jefa, y con las sílfides, Minerva y Montse. Iremos sabiendo que el archivo se ubica en un ala de un hospital psiquiátrico que ha sido acondicionada al efecto. El ambiente agobiante de un trabajo rutinario del que el narrador intenta escaquearse con el menor esfuerzo posible, se mezcla a la condición de sanatorio mental del lugar por el que todavía se pasean los enfermos que ocupan las otras alas del edificio. "No hay que darle muchas vueltas, un pabellón acondicionado para acoger enfermos mentales no es el lugar más adecuado para montar un archivo general. Que yo sepa era algo coyuntural, como un par de añitos, aunque ya habían pasado de la media docena".
Todo ello sumado ha ido dejando en el ambiente una huella de opresión que envuelve al lector desde el principio. Una opresión entre cuyas causas no podemos olvidar el peso de los palés; los angustiosos intentos del narrador por quitárselos de encima consiguiendo únicamente aumentar el dolor; la sospecha de que no ha sido un accidente y de quién puede ser responsable de su situación, y la culpa que siente por los muchos errores cometidos desde que empezó a trabajar en el Archivo. "La culpa me devoraba por dentro. La culpa me hacía más daño que aquellos malditos palés".
Elvira y las sílfides se nos presentan desde el principio como el enemigo que se debe sortear cada día, pero no solo ellas. El trabajo tan rutinario y sin desafíos, con actividades especiales para días en que conviene esconderse de una jefa especialmente tensa (cambiar etiquetas viejas por nuevas en total soledad en la planta baja) no resulta muy enriquecedor. 
La vida social de nuestro narrador tampoco se muestra muy rica. Es una persona solitaria, no se le conocen amigos ni pareja. En su imaginario entierro, evocado bajo los palés, está solo, sin amigos, acompañado por sus desasosegados hermanos que están deseando que todo termine. Ni siquiera un Dios, en el que no cree, viene a dulcificar esas horas críticas en que se imagina "¡joder¡, ¡qué sonriente!, traje negro, afeitado y repeinado, descansando por fin en mi ataúd"
Tan solo su madre es una constante que permanece en su vida. La madre a la que imagina echándole de menos mientras él yace bajo los palés; la madre que piensa que aún tiene amigos a los que llamar para preguntar por él; la madre a la que le cuesta contarle el infierno que supone el trato con sus compañeras de trabajo, y sobre todo con Elvira, porque no quiere destrozar sus ilusiones y porque ni siquiera está seguro de no ser él, con su impericia, el culpable de la situación.
Elvira va cobrando cuerpo. Se va haciendo necesaria en la vida del autor, tal vez como el castigo con el que purga sus culpas y sus errores. Elvira con sus desequilibrios (en la solapa de la portada he leído acerca de su esquizofrenia, pero en la novela no se hace explícita esa situación) y sus cambios de humor se hace importante en la vida del narrador, se convierte en la otra presencia emotiva, junto a la madre, con unos sentimientos que pasan del odio al amor y vuelven al odio. "Lástima no estuviera tan desequilibrada. Habría cargado con sus problemas de habérmelo pedido. Sólo necesitaba que lo intentara, que luchara contra sus arrebatos psicóticos".

Rubén Angulo Alba
Pero la novela no se limita a contar hechos. Cuenta sobre todo reflexiones, sensaciones, relaciones del narrador; su euforia al sacar la plaza de funcionario pensando que pronto, por méritos propios, ascendería en el escalafón hasta llegar a la cumbre; su desconfianza acerca de Sócrates y de Platón del que ha leído varios diálogos en la Biblioteca del Archivo, mientras se escaqueaba de trabajos más nocivos; sus dudas acerca de la necesidad, o no, de un Dios que le consuele y al que rendir cuentas, un Dios que viene a importunar cuando nadie le ha llamado y cuando menos se le espera. Comparte con nosotros su angustia ante la posibilidad de no sobrevivir, de terminar sus días olvidado de sus compañeros una tarde en que se van del trabajo a su asueto cotidiano sin saber que en el sótano, bajo un montón de palés, permanece él atrapado; terminar sus días esperado por su madre que tendrá que llamar a esos amigos a los que no sabe que ya no ve para preguntar si saben algo de él; y en su angustia, la preocupación por lo cotidiano, lo vulgar y miserable de la vida animal en lo que a nadie (al menos no a mí) se le hubiera ocurrido pensar "Así y con todo lo peor eran las ganas de orinar y defecar. La vejiga la tenía tan hinchada y aplastada que aquello por momentos era un sinvivir".
Y tras horas de angustia, recuerdos y reflexiones, una conclusión a la que sería mejor que todos llegásemos desde el principio. Una conclusión que disminuiría en gran medida parte de la angustia existencial del ser humano. "Quizás solo entonces, ¡ja!, bajo el peso de aquellos malditos palés, alcancé a liberarme por completo de aquella culpa criminal. Hoy no estoy seguro de nada. [...] Si acaso solamente conservo una impopular certeza, y es que no hay culpables. [...] La culpa no es más que una de las muchas herramientas que usan los unos para imponerse sobre los otros. En definitiva la libertad no es otra cosa que la entelequia del poder".
Tras leer algo de la vida del autor en la solapa de la portada del libro y en alguna página web, sabemos que la historia, al menos parcialmente, se basa en su propia experiencia profesional, pues el autor tiene desde 2003 una plaza fija de Administrativo en el Gobierno de La Rioja y ha trabajado en el Hospital Psiquiátrico Reina Sofía que durante un tiempo albergó el Archivo General de La Rioja.
"Elvira" consta de poco más de cien páginas, pero cunde como si tuviera bastantes más y no porque se haga pesada, nada más lejos de la realidad; cunde porque es intensa, porque en pocas páginas cuenta una historia dura, profunda, con personajes llenos de matices; una historia con aristas que dejan al lector espacio para la imaginación, para añadir lo que puede encontrarse a la vuelta de cada esquina, para completar la historia con las propias experiencias, anhelos y culpas. 
Una novela de la que la portada, luminosa como si de un cuento para niños un poco macabro (algo oscuro esconde la niña-mujer del dibujo) se tratara, no debe engañar. Ni es una historia luminosa ni, por supuesto, para niños. Me gustó la portada cuando recibí el libro; los colores, la luz, esa niña (?) inquietante que nos mira con enormes ojos y expresión enigmática, pero tras leerlo, me doy cuenta de que no da la idea de lo que realmente se trata en la novela. 
Recomiendo "Elvira" para quien huya de los best seller, de esas historias didácticas que no dejan cabo suelto, escritas para quien se siente seguro cuando el autor hace todo el trabajo y a él solo le deja la ilusión de que le han contado una historia entretenida; la recomiendo para quien busque historias que plantean muchas preguntas y dejan con dudas y bucean en lo que a todos nos preocupa sin dar soluciones que no existen por más que algunos se empeñen en buscarlas.
Y ya solo me queda dar las gracias a Rubén por hacerme llegar el libro que siento haber tardado tanto en leer, pero es tal la lista de lecturas pendientes que hay libros que, sin merecerlo (y este es de los que menos lo merecían), se van quedando un poco rezagados.

Título del libro: Elvira
Autor: Rubén Angulo Alba
Editorial: Lord Jim
Año de publicación: 2015
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 107

Comentarios

  1. Tendré en cuenta esta novela parpara este año que comienza no conocía al autor pero me ha despertado tu reseña la curiosidad. Gracias.
    Saludos

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    1. Una buena elección como propósito de lectura para el nuevo año. Espero que te guste. Para mí ha sido un grato descubrimiento. Lo que siento es que obras de esta calidad no tengan más éxito y no lleguen a un público mucho más amplio.
      Un beso.

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  2. Muy de acuerdo en las conclusiones. Es (no sé si llamarla novela, novela corta, o relato extenso) una historia muy interesante y distinta, con muchos matices distintos que, pese a no ser muy extensa,da mucho de si

    Tengo la suerte de conocer al autor personalmente. Un gran escritor.

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    1. Yo solo conozco al autor por su blog y por su amabilidad al pensar en mí para que leyera su novela. Por supuesto, no es un libro para cualquiera. No para quien busque novelas amables en las que todo es bonito y positivo, tampoco para quien busque sobresaltos, acción, sangre y sexo. Es para quien busque buena literatura, bien escrita y que nos lleve de viaje por las contradicciones, miedos y deseos del ser humano.
      Un beso.

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  3. Hola.
    Tomo nota auqnue ahora mi lista sí que se va a ralentizar porque entre Reyes y Papá Noel me he juntado con un montón de libros.
    Muy feliz semana.

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    1. A mí me han regalado un vale regalo de Amazon. La verdad es que cada vez leo menos en papel. Para hacer reseñas me es más cómodo tener el libro en el kindle. Allí subrayo, tomo notas y de allí copio y pego las citas que pongo en las reseñas.
      Disfruta de tus libros. A ver si vamos adelgazando la lista ahora con los propósitos y dietas del nuevo año.
      Un beso.

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  4. No sabía que Rubén tuviera novela y por lo que cuentas corta pero intensa. Un abrazo.

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    1. Pues debe de tener alguna más por lo que he visto.
      Esta en concreto es intensa y muy buena. Hasta podría encuadrarse en el género negro.
      Un beso.

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  5. Parece una buena propuesta Rosa, de las que no te deja indiferente y que deja espacio al lector para completarla, eso me gusta. Miraré de leerla.
    Besos

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    1. Está muy bien eso de que los autores nos dejen espacio para aportar nuestra propia interpretación. Yo lo agradezco mucho pues si no, me da la sensación de que me toman por tarada.
      Espero que te guste si te animas.
      Un beso.

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  6. Hola Rosa, la verdad es me he quedado sorprendido pues a veces las casualidades se conjugan de una manera tan especial que te dejan atónito. Te cuento: precisamente ayer soñaba que me quedaba atrapado tras un derrumbe y hace un par de días tuve una conversación sobre psiquiatría con un amigo que trabaja en una planta hospitalaria de esta especialidad. Por lo tanto, creo que esta circunstanciaría me hace interesarme más si cabe por la lectura de Elvira y conocer al autor tras tu interesante e incitante reseña. Con respecto a las portadas de los libros o a los carteles de las películas pienso que últimamente, más si cabe, se distorsiona la temática de fondo por cuestiones mercantiles o de marketing de una manera un poco absurda. Pero bueno, eso claro no tiene que ver con la calidad del autor, que en el caso de Rubén Angulo todo apunta en tu texto que es un escritor muy inteligente y con cosas que decir en el mundo editorial.
    Besos.

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    1. Esas casualidades se dan hasta el punto de que una se siente tentada a pensar que no es tal casualidad.
      La verdad es que la portada me gustó cuando la vi. Es luminosa y aparentemente inocente. Digo aparentemente porque la cara de la niña o mujer esconde algo siniestro en su mirada. Después de leer la novela, veo que para nada está en consonancia con lo que se esconde tras ella. No sé si será marketing, pero a mí, otro tipo de portada me hubiera atraído más a la hora de decantarme por ese libro en una librería.
      Autor inteligente y con mucho que decir, efectivamente.
      Un beso.

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  7. Bueno, conozco a Rubén por su blog dedicado a los clásicos y desde luego si su pluma está al nivel de su capacidad y conocimiento debe ser una excelente novela. Es curioso que justo mientras leía tu reseña volvía hacia la portada de tanto en tanto, hasta que he leído tu comentario final. Quizá una portada un poco menos luminosa sería más apropiada. Pero como digo siempre lo importante es lo que está dentro de la tapa. Un fuerte abrazo, Rosa!!

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    1. Es una excelente novela injustamente desconocida.
      No me extraña que miraras la portada. Te parecería que hablaba de otra novela o que me había equivocado de portada. Es bonita y llamativa, pero para otro tipo de historia. Aunque, qué duda cabe de que lo importante es lo que se esconde tras esa portada.
      Un beso.

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  8. A pesar de tus buenas impresiones, esta novela corta no es para mí.
    Besos

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    1. Gracias, de todas formas por pasar a comentar. No podemos coincidir siempre en gustos.
      Un beso.

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  9. Hace tiempo que sé de este libro porque alguna reseña he leído en algún blog y además tengo al autor como contacto en las redes sociales. La verdad que siempre me ha suscitado curiosidad y me ha parecido una historia de esas a las que se les puede sacar mucha miga, hecho que constato al leer tu reseña. Pero bueno, no voy a explicarte, pues bien lo sabes, lo de la interminable lista de pendientes y el vete tú a saber por qué terminamos leyendo unos libros y otros en cambio siempre los vamos postergando. El caso es que este en cuestión lo tenía bastante olvidado, así que te agradezco el recordatorio y a ver si este año por fin cae.
    Besos

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    1. Como es cortito, se puede leer rápido, aunque tampoco mucho porque da para la reflexión. Creo que estará dentro de los libros que te gustan.
      Sí que es curioso el hecho de que hay libros de la lista de pendientes que cada vez que los vemos, nos entra una enorme pereza y los vamos dejando. Luego, cuando decidimos leer alguno venciendo esa pereza, descubrimos, a veces, historias geniales. me pregunto cuántos de esos que nunca llegaré a leer, guardarán tesoros en su interior.
      Un beso.

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  10. Interesante propuesta la que nos traes. Ese ambiente claustrofóbico y el escenario donde se desarrolla, el hospital psiquiátrico son muy sugerentes.
    Tan solo hay una cosa que me echa para atrás: la corta extensión de la novela. Cuando leo historias tan cortas que se venden como novelas (esas extensiones no son para mí novelas, son relatos) además de no sumergirme del todo en la trama (por lo general) tengo la sensación de que me están tomando el pelo. No sé, son manías mías.
    La apunto por si acaso.
    Besos.

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    1. Tú sabes que a mí me pasa lo mismo con las historias cortas, pero a veces, y últimamente he encontrado varios, aunque sean poco extensas son tan intensas que no se nota ese escaso número de páginas. Esta es una de esas novelas.
      Creo que el único hecho de que sea corta no debe disuadirte de leerla.
      Un beso.

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  11. Me gusta como describis las situaciones ls pensamientos los momentos
    Me encantaría leer algo tuyo personal..es por eso que me gusta cuando comentas sos libre en tu pensar

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    1. Muchas gracias, Mucha. En el blog tengo un apartado llamado "Mis relatos" donde recojo mis escritos personales de ficción (y no tan ficción). No son muchos, porque no es algo con lo que me sienta muy cómoda, pero si te apetece, allí te espero.
      Un beso.

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  12. mientras te leia pensaba en el mercado a veces es tan injusto que nos perdamos libros asi! besitos!

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    1. Sí, hay joyas que se quedan desconocidas para casi todos por eso de las reglas de mercado o por no encontrar una editorial que apueste por ellas. Es una pena.
      Un beso.

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  13. Lo has hecho ver interesante, Rosa, pero lamentablemente por aquí 'no hay por dónde'.
    Gracias por descubrirnos autor y obra.
    Un beso.

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    1. Es una novela muy interesante y que te recomiendo sin dudar. Además se lee en poco tiempo, aunque es más intensa de lo que su extensión sugiere.
      En Amazon lo tienes en Kindle muy económico, si te interesa y te gusta ese formato.
      Un beso.

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