"Los Effinger" Gabriele Tergit

En la última feria del libro de Santander me llamó la atención este libro. Lo hizo por dos razones. La primera, su grosor. Siempre me atrajeron los libros muy extensos, una manía que se ha suavizado desde que leo mayormente en digital y el grosor de los volúmenes no se aprecia, pero cuando visito librerías, me siguen tentando los libros «gordos» y este lo es y mucho. La segunda razón fue la editorial. Libros del Asteroide nunca me ha decepcionado.  Lógicamente, el libro se vino conmigo. Aunque he de reconocer que más cosas llamaron mi atención, a saber: cuatro generaciones de dos familias emparentadas por dos matrimonios; una ubicación temporal que abarca desde 1878 a 1948; la ubicación espacial en Berlín, una ciudad que pasó por tantas circunstancias convulsas en esos años; la condición de judías de ambas familias... En fin que lo tenía todo para convertirse en una novela muy apetecible.

Los protagonistas de Los Effinger son dos familias, los citados Effinger y los Oppner-Goldschmidt. El patriarca de los Effinger es Mathias, un relojero de Kragsheim en Baviera. Los Goldschmidt son tres hermanos descendientes de Markus Goldschmidt, un banquero berlinés. El banco lo regentan, al inicio de la novela, Ludwig Goldschmidt y el cuñado, marido de su hermana Selma, Emmanuel Oppner, siendo ahora la banca Oppner & Goldschmidt. Waldemar Goldschmidt, el tercer hijo, es profesor en la universidad y uno de los personajes más atractivos de la novela. 

«Soltero, porque me enamoré de una gran mujer que me arruinó el gusto por las otras y que sin embargo no quiso vivir para mí solo, sin hijos, es decir, sin continuación; reconociéndome parte de los judíos y amándolos en aras de aquellos a los que condenaron, Jesús y Spinoza, profesor en la universidad contratado en mala situación, sin expectativas de ascenso, en absoluto dispuesto al compromiso en lo que respecta a mis concepciones jurídicas, y por tanto no querido. Un hombre muy rico y por consiguiente sin conexión con todos los que sufren, y sin contacto con las gentes ricas que dan importancia a la posesión».

Karl y Paul Effinger, dos de los hijos de Mathias, contraerán matrimonio respectivamente con Annette y Klara Oppner, hijas de Selma y Emmanuelle. Si su padre es un artesano y su suegro un banquero, ellos se convertirán en dueños de una fábrica de automóviles. Tendrán hijos y nietos, y de la mano de todos ellos más los tíos, abuelos, primos, etc. iremos recorriendo la historia de Europa y de Alemania, y las distintas sensibilidades y formas de pensar de una sociedad, la que vive a caballo entre los siglos XIX y XX, una de las épocas más interesantes y convulsas de la Historia. 

En los años ochenta del siglo XIX, los Effinger y los  Oppner-Goldschmidt son familias trabajadoras y honradas. Banqueros, empresarios y artesanos que pretenden vivir de su trabajo, pero con una idea de contribución al desarrollo de la sociedad en la que viven.  «Se daba a la humanidad un medio para desplazarse con mayor rapidez o la posibilidad de un entendimiento más rápido. Eso solo tenía algo que ver con el dinero o la economía de forma muy remota. Una locomotora, un telégrafo, una máquina de vapor eran trabajos científicos. Nadie preguntaría: ¿Y cuánto ha costado el experimento para encontrar la vacuna de la viruela? Así que nadie podía preguntar tampoco: ¿Y cuánto le cuesta construir esta locomotora?».

Épocas de bonanza y de crisis se irán sucediendo. Evolucionarán los acontecimientos históricos, económicos y sociales; asistiremos a la ruina y la recuperación de las familias, al origen de movimientos como el socialismo, comunismo y anarquismo, así como el feminismo o el sionismo, sin olvidar, como es lógico, el nacionalismo. 

Es difícil resumir en una escueta reseña una historia que tiene más de novecientas páginas y que condensa información para muchas más porque, escrita como a base de disparos certeros, los diálogos, base crucial de la novela, pasan de una situación a otra, de un momento a otro, sin que casi nos demos cuenta, pero dejando datos más que suficientes para que seamos conscientes de lo que mediante ellos se nos quiere transmitir. 

Pero la novela no solo consta  de diálogos afilados y vertiginosos, sino que contrastando con ellos alterna descripciones lentas y que también dejan muy claro lo que pretenden como esta diferencia entre la vida precipitada de la ciudad y la tranquilidad del pueblo:

«[...] todo era más fácil en Kragsheim! Nadie tenía conflictos. Esa noche se iba a celebrar el Séder, y luego los niños se acostarían, los jóvenes charlarían un ratito y a la mañana siguiente, temprano, irían a la sinagoga y tendrían un día de descanso. No se encendería ningún fuego, la comida estaba lista, por la tarde irían a tomar café al jardín del palacio y por la noche de nuevo a la sinagoga y a la mañana siguiente otra vez, así estaba todo organizado en la vida. Nada dependía de la propia voluntad, se actuaba como había que actuar desde hacía milenios. Una amaba a su marido y tenía muchos hijos y cuidaba de ellos y los casaba, y la muerte estaba incluida en la vida. Cada año los hombres se plantaban con sus mortajas delante de Dios y recordaban lo corta y parabólica que era toda esta existencia terrena. En cambio, en Berlín todo se había vuelto mucho más difícil»

También se utilizan los monólogos  que, introducidos en medio de un diálogo, transmiten a la perfección lo que se quiere narrar, como este que nos habla de las diferencias entre Inglaterra y Alemania y que se nos cuenta en medio de una conversación entre Paul y Ben Effinger, el hermano mayor asentado en Londres:

«Las circunstancias en Inglaterra son agradabilísimas. A nadie le preocupa que uno abra una fábrica. No hay normas policiales, hasta donde puedo ver. Aunque no hay ninguna protección para los trabajadores, los obreros no se sienten peor que en Alemania. Prueba: aquí no hay movimiento socialista. Da la impresión de que aquí se hubiera implantado una forma de socialismo por el camino de la vagancia. Los caballeros, porque también los obreros son caballeros, trabajan tanto tiempo y tan deprisa como les parece. A esto se añade que todos tienen su propia casita, y eso los libra de la depresión moral que los pisos de alquiler traen consigo. Por otra parte, yo prefiero un obrero vago que no sea levantisco que uno trabajador que sea mi enemigo. La gente estalla de júbilo cuando ve a la reina... pero el Parlamento no ha autorizado dote alguna para sus hijas».

Gabrielle Tergit

A lo largo de setenta años Los Effinger nos cuenta la evolución de una sociedad y de unas personas enfrentadas a cambios de todo tipo más pronunciados y rápidos de lo que tal vez nunca se había visto hasta entonces. Saldrán mejor o peor dependiendo de la capacidad de cada cual para adaptarse a las circunstancias y de cómo les sonría la suerte o la desgracia.

Los Effinger, que a veces ha sido denominada como los Jewish Buddenbrook en referencia a la novela de Thomas Mann Los Buddenbrook, se publicó en 1951. No parece que tuviera mucho éxito en aquel momento. Afortunadamente, este año Libros del Asteroide la ha rescatado y nunca se lo agradeceré bastante. No solo no me decepciona esta editorial, sino que me depara momentos de lectura inolvidables. Y puede que me haya dado el empujón definitivo para releer Los Buddenbrook.

Título del libro: Los Effinger
Autora: Gabriele Tergit
Nacionalidad: Alemania
Título original: Effingers
Traducción: Carlos Fortea
Editorial: Libros el Asteroide
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 1951
Nº de páginas: 904

Comentarios

  1. Las sagas familiares suelen ser un planteamiento literario muy atractivo (y utilizado por grandes novelistas) para explicar el periodo histórico que las acogen. Y menudo punto de arranque; en la década de los 70 del siglo XIX (en 1878), periodo que los historiadores sitúan como el inicio de la Europa moderna (la Europa que echó a andar con la Revolución Industrial). Y además en Berlín, uno de los epicentros en la geopolítica europea de entonces (bueno, y de ahora). Sí, son ingredientes suculentos para hacer una buena novela.

    He leído en la semblanza de Asteroide que Gabrielle Tergit (Berlín, 1894-Londres, 1982), perteneciente a una familia judía de la clase alta berlinesa, tardó… ¡15 años en escribir esta novela!, vaya, comprometida e implicada con su narración sí que estuvo, desde luego.

    A veces tenemos un libro en las manos (como esta novela de larguísima gestación) y no imaginamos todo lo que hay detrás entre el ejemplar y su autora, en este caso; historias vividas, esfuerzos, sueños, alegrías, frustraciones, esperanzas… Impresiona.

    Beso, Rosa.

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    1. Lo de Gabrielle Tergit es curioso porque nació y estudió en Alemania, escribió sus novelas en alemán y colaboró con periódicos alemanes, y solo a partir de 1938 vivió en Londres, pero se la considera una escritora británica. Yo en la nacionalidad he puesto Alemania porque el libro me parece muy alemán y se publicó en Alemania.
      La época que trata a mí me resulta apasionante. No me extraña que tardara tanto en escribirla. Parece que está escrita con facilidad, pero condensar toda la información que proporciona en diálogos sobre todo requiere tener unas ideas muy claras y unos esquemas muy pormenorizados para poder llegar a ese resumen. Una novela muy recomendable, en cualquier caso.
      Un beso.

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  2. Woooow...¡Novecientas cuatro páginas!...Siendo honesta, algunas veces cuando veo libros tan largos, prefiero no leerlos, por el miedo a que la trama no me atrape y no pueda terminarlos. Y aunque veo que este quizás no sería el caso, ya que toca temas interesantes y además, tiene una ambientación atractiva, no sé si lo leería. Aun así, tomo nota de la autora. Gracias por la reseña. ¡Un beso!

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    1. Tengo algún libro muy extenso en casa que he sido incapaz de leer. Ahí duerme el sueño de los justos El arco iris de gravedad, de Thomas Pynchon, pero la mayoría me han deparado muchas horas de disfrute y buena lectura. A ver si alguna editorial rescata algún otro título de la autora porque creo que ahora mismo no hay nada más disponible en español.
      Un beso.

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  3. No suelo fijarme en el grosor de los libros a la hora de elegirlos. Me ha resultado curioso esto, porque tiendo a pensar que los tochos asustan. Y sobre este libro, pues otro que me descubres y con el que me tientas. Me gusta mucho la ambientación y que sea una saga familiar es otro atractivo a tener en cuenta. Tomo muy buena nota.
    Besotes!!!

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    1. Las sagas familiares siempre atraen mucho. No sé muy bien cuál es la causa, pero así es. A mí me resultan irresistibles. Pero ambientadas en la época y el lugar en el que lo está esta, era un atractivo añadido y supe que no podía dejarlo pasar. Un acierto total.
      Un beso.

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  4. Buenas noches, Rosa.
    Tenía esta novela en el punto de mira desde que salió, tu reseña no ha hecho más que aumentar mi necesidad de leerla. No obstante, tendrá que esperar, ya que su extensión perjudica mi impaciencia. Me explico, al igual que a ti me gustan las novelas con gran número de páginas, pero sólo puedo disfrutarlas cuando no tengo límite de tiempo. Me dejo Los Effinger para época de vacaciones.

    Un abrazo y muchas gracias por tu estupenda reseña!!

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    1. Yo tengo suerte porque estoy de vacaciones perpetuas, así es que puedo disfrutar de estos libros tan extensos en cualquier momento. Tener que dejarlas durante un par de días o poder leer muy poquito cada día tampoco sería bueno para mi necesidad de avanzar y saber qué pasa después. Espero que te guste cuando lo leas.
      Un beso.

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  5. Pues fíjate que estaba pensando precisamente en Los Buddenbrook justo cuando llegaba al final de tu reseña y me encontré con la referencia a esa novela de Thomas Mann. Será por ser también saga familiar, por su extensión y porque esta que reseñas parece también una obra monumental. Desde luego se ve una novela muy ambiciosa pero que llega muy bien a todo lo que pretende. Todo en ella resulta muy apetecible: esas dos familias emparentadas por matrimonio, el contexto histórico, los diálogos reveladores y los monólogos intercalados en ellos,... Es curioso como algunas obras y autores pasan tan desapercibidos. Qué bien que Libros del Asteroide la haya rescatado y que tú nos llames la atención sobre ella. Tomo buena nota.
    Besos

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    1. Leí hace mucho Los Buddenbrook, en 1998, y la verdad es que recuerdo muy poco. hace tiempo que vengo pensando que debería releerla y tal vez ahora haya recibido el estímulo definitivo. No sabría decir hasta qué punto Los Effinger se parece a los Buddenbrook. Creo que abarca menos tiempo porque se publicó mucho antes de 1948, cuando termina Los Effinger. Vamos, que tengo que leerla para poder opinar y comparar.
      Los Effinger me ha sorprendido entre otras cosas por la forma de usar los diálogos. Puede que haya lectores a los que este aspecto les disuada, pero a mí me ha parecido una forma muy adecuada para dar mucha información de una forma eficiente sin enrollarse demasiado. Si la lees me encantará saber tu opinión.
      Un beso.

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  6. Hola, Rosa.
    Son tochos que pueden asustar a algunos lectores -a mí entre ellos- pero está claro que eso no tiene que ver con la calidad de las obras. Me apunto la editorial que desconocía y te agradezco el amor que transmites por los libros y la literatura.
    Un beso.

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    1. La verdad es que la calidad no tiene que ver con nada más que con la capacidad del autor. hay libros muy buenos largos y cortos y verdaderos tostones cortos y largos.
      la editorial es bueno tenerla anotada porque nunca defrauda. hace una selección de títulos y autores que, para mi gusto, son fantásticos.
      Si consigo transmitir amor a los libros y a la literatura, mi objetivo con el blog está cumplido. Muchas gracias a ti por tus palabras que son un muy buen estímulo.
      Un beso.

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  7. ¡Hola!
    pues antes me pasaba como a ti, que me atraían los libros gordos, pero ahora esos libros los intento leer en electrónico y en papel leo los más ligeros (anda que no he ido yo veces por la vida cargando con libros bien tochos en el bolso, que además son muy incómodos para leer en la cama, cosa que me encanta hacer antes de dormir). Si un libro engancha, no quieres que acabe y cuanto más gordo mejor, más dura y veo que este lo has disfrutado como la que mas.
    Libros del Asteroide no suele defraudar, siempre escoge novelas de calidad, aunque en este caso el tema no me atrae demasiado y las sagas familiares..., pues depende, si te soy sincera me llaman mas las novelas con pocos personajes en los que se profundiza
    No conocía a la autora y tampoco me suena haber visto el libro por la biblio, pero lo voy a buscar porque sede unos cuantos lectores-usuarios conocidos que lo iban a disfrutar un montón, si no lp tenemos, haré una desiderata para poderlo recomendar
    Un beso

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    1. Creo que cualquier biblioteca que se precie debe tener este libro en su catálogo. Muchos usuarios te lo agradecerán.
      Desde que leo en digital, como digo, me fijo menos en el grosor de los libros, como no se ve... pero en cuanto entro en una librería, los ojos se me van tras los tochos y es que, como dices, si gusta no quieres que termine y si no gusta da igual el grosor. Lo que no hago nunca, y no sé cómo pude hacerlo tantísimos años, es llevarme esos libros a la cama. Yo leo una media de dos horas cada noche antes de dormirme (más lo que leo de madrugada cuando me despierto y me desvelo) y ya no puedo con el peso y la incomocdidad. los leo de día y me rodeo de toda clase de ayudas, atriles, almohadones... etc.
      Un beso.

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  8. Es curioso, a mí me ocurre todo lo contrario. De un tiempo a esta parte siento aversión por los libros "gordos", je, je. Hay honrosas excepciones, pero me da la sensación (y lo he comprobado en varios casos) de que a más páginas, más paja. Y es que hay autores que parecen que cobren a peso y les gusta extenderse mas de lo neceario. No obstante, también tengo que admitir que he leído novelas de más de mil páginas y con multitud de personajes (la trilogía de Ken Follet "The Century" es un claro ejemplo) y no se me hizo pesado, si bien me costó memorizar los nombres de tantos personajes y familias involucradas. Incluso en las tres novelas que conforman la trilogía había un esquema de cada una de ellas para ayudar el lector.
    En el caso que nos ocupa, me da la impresión de que la trama de esta novela tiene que atraer tanto la atención del lector que, a pesar de la longitud, hace que su lectura resulte, no solo interesante sino también amena.
    Un beso.

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    1. Desde mi punto de vista a este libro no le sobra nada. Es más tiene sus estrategias para poder contar muchas cosas a base de curiosos diálogos en los que mezcla gente, tiempo, etc. No creo que sea una historia para cualquiera, pero si te gusta la historia europea de finales de siglo XIX y principios del XX, y encima en Berlín, es una novela fantástica.
      A mi, Ken Follett me resulta todo lo contrario a esta autora. Se repite tanto que a él sí que siento que le sobra la mitad de lo que cuenta.
      Esta es una historia que merece la pena el esfuerzo y el tiempo.
      Un beso,

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  9. Hola, Rosa. Te iba leyendo y pensaba en los Buddenbrook que al final tú mencionas también. Una novela realmente magnífica, parece. La apunto. No la conocía y a mí este tipo de historia y la época en que se ambienta me encanta (y los libros gordos también, jeje). Libros del Asteroide nunca decepciona, es cierto. Un beso y gracias. Una reseña estupenda.

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    1. Seguro que la disfrutas. Veo que como a mí te husta la época, el lugar y los libros extensos. Sin olvidar la editorial Asteroide.
      Como le digo a Lorena, no recuerdo lo suficiente Los Buddenbrook. La comparación la he leído en una página web cuando trataba de informarme sobre la autora y su obra. Lo que sí me han entrado din muchas ganas de releer la novela de Thomas Mann.
      Un beso.

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  10. Hola Rosa, no sé lo que ha padado, pero veo que no publiqué el comentario.
    En fin, solo decirte que me parece muy atractivo el libro. No lo encuentro en digital, pero en cuanto pase por una librería, caerá. Un beso

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    1. Igual te olvidaste de dar a publicar. Lo busqué en spam y no estaba. Últimamente me van algunos comentarios ak spam. Algunos no llegan a publicarse, pero otros van allí tras haberlos visto y contestado.
      Ojalá disfrutes del libro.
      Un beso.

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  11. Me gusta la editorial (nunca me ha fallado), la ambientación y lo de saga familiar ahora las 900 y pico páginas, ya me ha gustado menos jeje. Besos y gracias por el descubrimiento.

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    1. A mí me pasa que, gustándome todo, el exceso de páginas hace que el disfrute dure más. Es cierto que he estado más de quince días enredada con el libro, pero como lo he compaginado con otros no me ha parecido excesivo el tiempo empleado.
      Un beso.

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  12. ¡Hola Rosa!

    Pues no conocía la novela, aunque me gusta eso de que sea la historia de dos familias, además de esos cambios de sociedad que tienen que enfrentar, ese contraste entre la vida en la ciudad y en el campo... me gusta. Pero yo soy al contrario, he de decir que los tochos me impresionan un poco, aunque este año precisamente estoy leyendo unos cuantos jajaja

    ¡besotes!

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    1. Cada persona tiene sus preferencias y yo, desde pequeña, he encarado con gran ilusión los libros más gruesos de la biblioteca de mi padre primero y luego los que yo iba comprando. Pocas veces me han defraudado y cuando lo han hecho, los he abandonado. Los Effinger he de decir que me atrapó desde el principio.
      Un beso.

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  13. Hola Rosa, a mi que leo preferentemente en papel también me gustan mucho los "tochos" y las sagas familiares que con la excusa de contarnos las vicisitudes de una familia nos introducen en la época en el que viven las diferentes generaciones, también me gusta la editorial Asteroide y ninguno de los libros que he leído de esa editorial me ha defraudado. Así que me la llevo apuntada. Besos.

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    1. Pues por lo que veo este es tu libro. No es un libro al uso. Es muy dinámico en sus diálogos y descripciones y da muchos datos y cuenta muchas cosas de esa época de la historia de Europa y Alemania,así como de las propias familias. Me ha gustado mucho esta novela y la recomiendo.
      Un beso.

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  14. Pues por culpa de Isabel Allende me enganché a las sagas familiares, que nada tienen que ver con esta que traes pero vaya, que a raíz de eso leí más autores que creaban sagas pero se me fue la mano y me acabé saturando.
    Esta que nos traes es muy interesante y la editorial siempre es garantía de calidad te guste más o menos el libro y además andan rescatando títulos muy interesantes. También me gustan los libros gorditos porque me duran más.
    Los buenos diálogos son igual de importantes que la narración y no todos los autores son brillantes en eso.
    Le echaré un vistazo.
    Besos

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    1. También me gustan mucho las sagas familiares y esta es magnífica para quien le guste la historia y, sobre todo la de Europa entre los siglos XIX y XX. Revolución industrial, movimientos sociales, inicios del feminismo, campo frente a ciudad, banqueros frente a intelectuales, artesanos y fabricantes... En fin, una evolución social, política y familiar muy buenas y los diálogos, que puede que a alguien le parezcan disparatados, sirven perfectamente al objetivo que es permitir que esa evolución se lleve a cabo ante nuestros ojos de forma ágil y comprensible. Para mí, muy recomendable.
      Un beso..

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  15. Pues fíjate, Rosa, que a mí me pasa justo lo contrario. Libros muy gordos no me suelen atraer pero no es porque me dé miedo la extensión sino porque tengo la manía de terminarlos y me pasa que, si el libro no me gusta, como yo me "encabezono" en acabarlos, se me hacen eteeeeeeeeeeernos y por eso me dan miedo. De todos modos, entiendo lo que dices de la editorial. A mí también me suelen gustar los títulos que publican. Besos

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    1. Eso de obligarte a terminar un libro es terrible si este es muy extenso. Yo antes era casi incapaz de dejar un libro a medias, pero hace ya varios años que pienso que, con todo lo que hay para leer, terminar un libro que no te gusta te quita tiempo para otro que sí te gustaría y, como el tiempo no es ilimitado, te quita tiempo para leer otros libros que ya nunca podrás leer. Esto último sobre todo hace que abandone sin ningún remordimiento.
      Un beso.

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  16. Hola.
    Siempre me han gustado los libros gordos pero últimamente ando tan apurada que busco cosas más cortitas porque acabo perdiendo el hilo.
    Muchas gracias por la reseña, la verdad es que los ingredientes son de primera.
    Feliz semana.

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    1. Es un gran libro en todos los sentidos, gordo y con una gran historia. A pesar de los muchos personajes no se pierde la pista a ninguno y por si pasara, al inicio hay unos fantásticos árboles genealógicos. La verdad es que lleva su tiempo, pero ha disfrutado cada minuto.
      Un beso.

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