—Que no enredo, madre —se
justificó Asun—, que es la sangre, que avisa.
La Reme ladeó la cabeza en señal
de desaprobación y regresó de nuevo a su costura, concentrada en la tarea
pendiente que aún la aguardaba y con la que, entre estrecheces, había logrado
sacar adelante aquella casa. No quería desmentirla, pues bien sabía lo que esos
avisos, como ambas los llamaban, podían traer consigo, pero ni era buena idea
airearlos como si tal cosa ni tampoco ponerlos en palabras, que cuanto más se
los nombra, Asun, más verdad se vuelven.
A la Reme aquellas intuiciones le
provocaban auténtico pavor, pues jamás habían servido como preludio de una
buena noticia, sino que siempre habían sido la antesala de las dificultades que
habían jalonado su vida. Asun, sin embargo, aún confiaba en que esos avisos
pudieran ser el inicio de algo bueno o, cuando menos, moderadamente aceptable.
Quizá porque, como decía su madre, a sus veintitrés aún tenía la esperanza
menos gastada que ella.
El aviso de Asun fue el preludio de que esa noche, en el tablao en el que trabajaba cantando coplas con el nombre de la Dulce Eva, el que teníaento des en el piso superior en los que Asun «había perdido la esperanza y la virginidad», iba a conocer a Santos y su vida iba a cambiar para siempre. Era enero de 1950 y en ese momento Asun no podía saber que Santos se iba a convertir en su marido y que además ese encuentro y ese matrimonio no eran algo debido al azar. Solo con el tiempo acabaría «descubriendo que el origen de su historia era el resultado de un plan, una emergencia y una mentira».
Santos pertenece al PCE y dirige un grupo de teatro en la Universidad, un grupo formado por su tribu como él los llama, pero Santos además tiene algo que esconder, algo que ni sus camaradas comunistas, puede que ellos menos que nadie, están dispuestos a aceptar y menos si se corre el peligro de que ese secreto atraiga la atención hacia ellos.
«Si no hubiera sido por sus conexiones y por la importancia de su "tribu", que les garantizaba un nutrido retén de posibles reclutas, hacía tiempo que Ginés le habría aconsejado a Carmen prescindir de él, asqueado por esa rareza suya que, se pusieran como se pusieran, no era ni medio normal».
No le duró mucho el engaño a Asun, en realidad no le duró nada pues desde el principio intuyó lo que le sucedía a futuro su marido y se dio cuenta de que la relación con él iba a ser más literaria que carnal. De puertas afuera, serían marido y mujer; en la intimidad de su casa serían amigos, compañeros, maestro y alumna, y caseros de los inquilinos estudiantes a los que alquilaban por cursos la habitación sobrante.
La historia avanza mientras en España la Universidad hace tímidos intentos de salvar la cultura de la censura y la represión a las que está sometida. Así seremos testigos de los Encuentros entre la Poesía y la Universidad de 10 de febrero de 1954; de las Primeras Conversaciones sobre Cine Español que tuvieron lugar en Salamanca en febrero de 1955; el homenaje a Ortega y Gasset con motivo de su fallecimiento y la manifestación a que dio lugar o las actividades preparatorias del Primer Congreso de Escritores Jóvenes que debería haberse celebrado en Madrid a finales de 1955, se pospuso a 1956 y finalmente no pudo tener lugar. En todos estos acontecimientos están presentes los personajes de la novela.
Como complemento al Congreso de Escritores, Santos ensaya con su tribu una obra de teatro basada en La vida es sueño, pero alterando la letra. «Porque podemos escoger cualquiera de estas obras —Santos pasó su mano por la edición de La vida es sueño que yacía sobre su cama— y transformarla en lo que necesitamos que se oiga. Robar las voces de los clásicos para que, por una vez, suene la nuestra».
Y eligió La vida es sueño y a Asun para interpretar a Rosaura, pero podía haber elegido cualquiera de los otros cuatro elegidos, los libros que Santos escondía en los lugares más secretos del piso de la calle Bordadores en la que vivían.
«cinco libros que había conseguido gracias a la ayuda de Ginés y entre los que figuraban una edición de Aguilar de La señorita Julia, su Doña Rosita de Losada, la Antígona anotada por Antonio Tovar, un volumen del 42 de La vida es sueño en la editorial Ebro y su Salomé de Wilde, publicada junto con la larga epístola Clamavi ad te por la editorial Apolo».
Cinco libros con cinco personajes femeninos cuyas cualidades representa Asun a la perfección y por eso la ha convertido en la musa de sus cinco elegidos. Sí, Asun estaba dotada «de la insolencia de Julia, de la intrepidez de Rosaura, de la tenacidad de Antígona, de la imaginación de Rosita y de la resolución de Salomé. Todas ellas vivían en Asun».
Los elegidos es una historia de amor y literatura, y de amor a la literatura. Y es una historia de rebelión, de vidas que tienen que vivirse a contracorriente porque las realidades de cada uno, en esos años cincuenta del siglo XX, están aún muy lejos de ser admitidas, respetadas y aprobadas por las leyes. Unas realidades que tenemos que hay que defender sean o no sean las nuestras propias porque, tras los logros alcanzados en los últimos tiempos, cada vez están más en peligro y sería tremendo vivir en un lugar en el que las leyes y la mayoría de las personas (de los salvajes con alma de redentores no podemos librarnos), no respeten todas las formas de vivir, todas salvo las que conculcan el respeto.
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Nando López
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No fue hasta que terminé Los elegidos cuando, al buscar información sobre el autor, descubrí que era el mismo de La edad de la ira, novela que firmó como Fernando J. López. Si La edad de la ira trata del mundo de la educación y de las dificultades que tienen los jóvenes del colectivo LGTBI, gay en este caso, en el mundo de las aulas, los profesores, las familias y los amigos en la actualidad, Los elegidos nos traslada a la posguerra española, a la década de los cincuenta, a un momento en el que la Universidad comienza a dar sus primeros pasos, abortados por el régimen, en la rebeldía que aún tardaría en tener alguna visibilidad y algún resultado. En ese mundo, las personas del colectivo se convierten en delincuentes por mor del artículo 6 de 15 de julio de 1954 que modifica y amplía la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 y que se amplía para incluir:
«A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los
que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos
mentales o lisiados, se les aplicarán, para que las cumplan todas sucesivamente,
las medidas siguientes:
a) Internado en un establecimiento de trabajo o Colonia Agrícola. Los
homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados
en Instituciones especiales, y en todo caso, con absoluta separación de los
demás.
b) Prohibición de residir en determinado lugar o territorio y obligación de
declarar su domicilio.
c) Sumisión a la vigilancia de los Delegados».
Los elegidos es una historia de ficción encajada en un momento histórico en el que se hace participar a los personajes mezclándolos, de manera natural y con habilidad, con personas y acontecimientos reales. Además narra una situación no muy tratada en las novelas sobre la época como es la lucha de los homosexuales y demás personas del colectivo LGTBI cuando se jugaban algo más que el qué dirán o la repulsa de amigos y familiares. Se jugaban la cárcel y/o el internamiento en esas Instituciones especiales en las que se dedicaban al trabajo agrícola.
Una novela interesante y necesaria a la que la mayor objeción que le pondría es la portada. Es una cuestión personal, pero si no hubiera leído alguna opinión muy buena sobre el libro y no me hubiera llamado la atención el tema que trataba, jamás me hubiera acercado a una novela con semejante portada. Imagino que me estoy perdiendo algunas buenas historias por esa manía, pero de verdad que hay portadas que suponen para mí un auténtico motivo disuasorio.
Título del libro: Los elegidos
Autor: Nando López
Nacionalidad: España
Editorial: Destino
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 2023
Nº de páginas: 512
Qué época más dura para defender las diferencias y qué pronto olvidamos ciertas realidades. Me gusta el trasfondo de la novela, ese mundo de secretos, el despertar de la universidad... Tampoco yo hubiera adivinado el tema en función de la portada, jeje. Estupenda tu reseña, Rosa. Un beso.
ResponderEliminarUna época muy dura, en efecto para ser diferente, para salirse de lo que las mentes bienpensantes consideraban moral y ético, una época que podríamos haber creído superada, pero que corre el peligro de volver de la mano de los intolerantes tan poco seguros de sí mismos que temen todo lo que no entienden.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Como decíamos en la época de estudiantes, esto no me entra. Mira que seguro que el personaje de Asun es interesante y que la presencia de la literatura es siempre un punto a favor pero me parece un libro demasiado serio ahora para mí que tengo las neuronas recogidas. Igual en otro momento me lo pienso.
ResponderEliminarBesos
El libro es serio, desde luego, pero sumamente interesante. Claro que cada libro tiene su momento y si en éste concreto estás para cosas más livianas lo entiendo perfectamente. No siempre tenemos la mente para cosas duras.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarte doy la razón con lo de la portada, ya la había visto por ahí y nunca me llamó la atención, aunque también es verdad que no solo me guío por ella para elegir un libro y tampoco lo que sabía de él me atraiga especialmente.
La verdad es que parece interesante lo que nos cuentas, que sea una "historia de amor y literatura, y de amor a la literatura", el momento histórico en el que está narrado y el tema del colectivo LGTBI en ese contexto, con esas leyes que los trataban tan mal
No creo que lo lea, creo que no me atrae suficiente, pero me alegra que lo hayas disfrutado
Un beso.
Entre la portada y que no era consciente de conocer al autor, lo empecé con cierta prevención, pero poco a poco me fue ganando. La historia me atrapó porque el momento histórico me resulta muy interesante y el papel de las personas LGTBI, que en aquellos momentos estaban condenadas a esconderse en los ambientes más sórdidos, ha sido poco tratado en las novelas que hablan de aquellos años.
EliminarPor otra parte, los episodios históricos relacionados con la Universidad sirven de escenario ideal para las peripecias de los personajes ficticios y todo ello está muy bien encajado.
Un beso.
Lo de la portada parece algo superfluo pero es muy comprensible. Si no tenemos otra referencia del libro es normal que incoscientemente nos inclinemos o no por él en función de que la portada nos resulte más o menos atractiva.
ResponderEliminarParecen muy diferentes las dos novelas de este autor que escribe con dos nombres distintos, aunque veo que el nexo de unión entre ambas está en la visibilización y reivindicación de derechos del colectivo LGTBI. En cuanto a Los elegidos, se la ve una novela con mucho amor a la literatura y desarrollada en un contexto histórico interesante.
Besos
Evidentemente, la portada el lo primero que nos entra por los ojos cuando no hay otras referencias. No sabes de qué va el libro, no conoces (o no sabes que conoces) al autor y no has recibido ninguna opinión. Luego ya, empiezas a leer reseñas y vas haciéndote una idea de lo que puede ser la historia y es entonces cuando se confirma la impresión de la portada o no.
EliminarLas dos novelas que he leído de Nando López, en efecto, son muy diferentes, pero las une esa pertenencia de los protagonistas al colectivo LGTBI y las luchas de ambos, aunque Santos más que luchar, trata de que su condición no sea descubierta porque en aquellos años cualquier lucha de ese tipo tenía poco futuro.
Un beso.
Leyendo tu fantástica reseña me pregunto si no acabaremos viviendo situaciones parecidas viendo cómo "avanza" la tolerancia y el respeto en este país. Espero que me esté pasando de pesimista.
ResponderEliminarMe anoto tu recomendación.
Un beso.
Estamos en una tesitura política en la que se pueden perder derechos civiles que ha costado muchísimo adquirir. Esa "mala gente que camina" y que no soporta que nadie viva de manera diferente, aun cuando haciéndolo no le impiden a nadie vivir como le dé la gana cada vez abunda más o siempre han abundado, pero ahora con el auge de la extrema derecha ven que sus ideas trogloditas empiezan a ser molonas a quedar bien en una conversación, cuando hace quince años se hubieran callado sin atreverse a decir semejantes estupideces. No querría por nada del mundo tener que vivir en un sitio así.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, es que a veces la elección de portadas debía ser delito, o son ñoñas o no tienen nada que ver con la historia que se cuenta. Esta novela me la habían recomendado mucho y la tenía apuntada, tras tu reseña voy a buscarla, a ver si me hago con ella. Besos.
ResponderEliminarPues creo que te gustará. Me ha interesado la época, la historia que cuenta y los hechos históricos en los que participan los personajes. Las portadas a mí son algo que me puede disuadir totalmente si no tengo más referencias. Afortunadamente, de esta novela me fueron llegando.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarSin duda que esa cubierta no le hace justicia y aunque se dice que “nunca se debe juzgar un libro por su portada”, pues, si es atractiva, siempre ayuda a que el lector se fije en ella y por consiguiente en el libro también :)
Conozco al autor aunque no lo he leído y también he visto el libro, el argumento pinta interesante, especialmente por el momento histórico que se refleja en él.
Concuerdo contigo en que los logros alcanzados hay que defenderlos para no caer nuevamente en la oscuridad...
Excelente reseña, me alegra saber que has disfrutado de "Los elegidos", a lo mejor, más adelante, me animo a leerlo, por ahora llevo ya unos cuantos títulos en mi cabeza que quiero leer ;)
Un beso y feliz fin de semana.
Hay logros que ha costado mucho conseguir. Cuando España fue uno de los primeros países en legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo me sentí muy orgullosa (esas cosas son las que dan motivo de orgullo y no las que enarbolan los energúmenos intolerantes y nacionalistas, nostálgicos del Imperio). Yo no pertenezco al colectivo LGTBI, pero tengo amigos y familiares que sí y he de confesar que me da un poco de miedo esa ola de intolerancia que viene de la mano de la extrema derecha y que cada vez tiene menos complejos en manifestar su odio a todo lo que no entiende, sean homosexuales, transexuales, inmigrantes o cualquier otra cosa que les parezca a ellos que quita pureza a la sangre ibérica. ¡Madre mía, qué asco y qué rechazo me producen!
EliminarEs cierto que no parece muy inteligente juzgar un libro por su portada, pero he de decir que el instinto que me lleva a ello, cuando lo venzo y me animo a leer el libro, pocas veces se ha equivocado. Ésta ha sido una de ellas.
Un beso.