"La trama nupcial" Jeffrey Eugenides

[…] la novela había alcanzado su apogeo con la trama nupcial y nunca se había recuperado de su desaparición. En los días en que el éxito en la vida dependía del matrimonio, y el matrimonio dependía del dinero, los novelistas dispusieron de un tema sobre el que escribir. Las grandes epopeyas cantaban la guerra; la novela, el matrimonio. La igualdad sexual, buena para las mujeres, había sido mala para la novela. Y el divorcio la había desbaratado por completo. ¿Qué importaba con quién se casaba Emma si luego podía presentar una demanda de divorcio? ¿Cómo se habría visto afectado el matrimonio de Isabel Archer con Gilbert Osmond si hubiera existido un acuerdo prenupcial? En opinión de Saunders, el matrimonio ya no significaba gran cosa, y la novela tampoco. ¿Dónde podía uno encontrar hoy día una trama nupcial? En ninguna parte. Tendría que recurrir a la narrativa del pasado. Tendría que leer novelas no occidentales sobre sociedades tradicionales. Novelas afganas, novelas indias. En lo que se refiere a la literatura, tendría que retroceder en el tiempo.

Madeleine está escribiendo su tesis de licenciatura en Lengua inglesa sobre la trama nupcial. Es por eso por lo que sus estanterías están llenas de libros de Edith Wharton, Henry James, Dickens, Trollope, Jane Austen, George Eliot, las  hermanas Brontë. Libros ambientados en una época en la que los noviazgos, los cortejos, los matrimonios, felices o desgraciados, tenían mucha importancia. 

Estamos a principios de junio en Providence, Rhode Island, en la Universidad de Brown donde Madeleine Hanna está a punto de graduarse en 1982. Con ella se graduarán también Mitchell Grammaticus, un estudiante de Teología, y Leonard Bankhead, estudiante de Biología. Y no obstante, el único que asistirá a la ceremonia de graduación será Mitchell, aunque tampoco lo haga en las mejores condiciones. 

Leonard, Mitchell y Madeleine son los tres puntos en los que se apoya esta historia que no deja de ser una historia de amor. Lo que ya no me atrevería a llamarla es un triángulo amoroso. Madeleine es una romántica, aunque su romanticismo se aleje mucho del de sus admirados escritores dieciochescos y decimonónicos. O tal vez no se aleje tanto. Los escritores, sobre todo escritoras, románticos estaban muy adelantados a su tiempo.

«Lo que sucedía con las victorianas —empezaba a tomar conciencia Madeleine— es que eran mucho menos victorianas de lo que uno podría imaginar. Frances Power Cobbe había vivido abiertamente con otra mujer, y se refería a ella como "su esposa". [...] A comienzos de la época victoriana británica las mujeres tenían restringida la capacidad de poseer y de heredar propiedades. Tenían restringida la capacidad de participar en política. Y fue en estas condiciones [...] en las que las escritoras preferidas de Madeleine realizaron su trabajo.
Vista desde esta perspectiva, la literatura de los siglos XVIII y XIX. —y en especial la escrita por mujeres— podría ser tachada de todo menos de antigualla. [...] mujeres como Anne Finch, Jane Austen, George Eliot, las hermanas Brontë y Emily Dickinson se habían puesto a escribir de todas formas, y [...] crearon una nueva literatura jugando a un juego de hombres al tiempo que lo subvertían».

Y tal vez Madeleine, para ser una chica de los años ochenta del siglo XX, sea demasiado romántica y espere demasiado del amor. No es ninguna mojigata y disfruta con el sexo y las fiestas alocadas de la Universidad, pero en el fondo, lo que busca es una pareja con la que asentarse.

Madeleine y Mitchell se conocen desde el primer curso de la carrera y se hacen amigos. Mitchell está enamorado y busca algo más, pero Madeleine, que cuando lo buscó no lo encontró, se ha alejado de cualquier perspectiva erótica con el joven. Ahora hace meses que no se hablan por una discusión bastante tonta.

Ha sido en esos meses de alejamiento de Mitchell, cuando Madeleine ha conocido a Leonard. Leonard sí que ha llegado a conquistar el amor de Madeleine, pero poco antes de la graduación el chico ha salido asustado ante unas palabras inesperadas de Madeleine que a ella misma la sorprendieron cuando las pronunció:  y no volverán a encontrase y reconciliarse hasta el día de la graduación, aunque la reconciliación estará muy lejos de ser lo que Madeleine había esperado. 

A partir de esa graduación, los estudiantes seguirán su camino, fuera ya de la Universidad. Mitchell viajará por Europa y la India con su amigo Larry explorando nuevas formas de religión y explorándose a sí mismo. No se olvidará de Madeleine en ningún momento. Ella y Leonard se instalarán en Cape Cod donde Leonard ha conseguido una beca de investigación en el laboratorio de Pilgrim Lake. Madeleine seguirá con sus románticos y con su tesis sobre la trama nupcial. 

Las vidas de los tres jóvenes avanzarán con dificultades hacia el futuro, pero también veremos el pasado de cada uno. Pasados muy distintos que han conformado las formas de ser y de enfrentarse al mundo de los tres. Mitchell, nacido y criado en Michigan por unos padres a los que considera vulgares, no puede evitar comparar su realidad con la de Madeleine o Larry, su mejor amigo y compañero de piso, en cuanto descubre la vida familiar de ambos.

«No era un envase glotón de dos litros, como solían tener en la casa de Mitchell en Michigan; no era helado barato de leche, ni de vainilla, ni de chocolate, ni de fresa, sino de un sabor con el que él jamás había soñado, y con un nombre tan lírico como los poemas de Berryman que leía en clase de poesía norteamericana: pasas al ron. ¡Un helado que también era una bebida! En un recipiente precioso de media pinta. Había seis recipientes de estas características, y al lado seis bolsas de café tostado francés de Zabar's. ¿Qué era Zabar's? ¿Cómo se iba a Zabar's?»

Tampoco el pasado de Leonard se parece nada al de Madeleine. Y su presente menos aún. Procede de muy lejos. Porland, Oregón, es el lugar del que ha huido lo más lejos posible de unos padres y una hermana por los que nunca se ha sentido querido. 

«Si crecías en una casa donde no te amaban, ignorabas la existencia de alternativas. Si crecías con unos padres emocionalmente atrofiados, infelices en su matrimonio y proclives a infligir esa infelicidad a su prole, no podías saber que era eso lo que estaban haciendo. [...] el daño estaba hecho antes de que tú supieras que te habían hecho daño. Lo peor de todo era que, con el paso de los años, estos recuerdos se convertían —a fuerza de guardarlos en una caja secreta de la cabeza, y de sacarlos de cuando en cuando para darles vueltas y más vueltas— en algo muy parecido a bienes muy queridos. Eran la llave de tu infelicidad. Era la prueba evidente de que la vida no era justa. Si no eras un niño con suerte, no sabías que no lo eras hasta que te hacías más mayor. Y entonces se habría convertido en algo en lo que nunca dejarías de pensar».

¿Buscaba Madeleine el contraste con su propia infancia feliz que tan poco apreciaba? A costa de no tener problemas, Madeleine había pensado muy poco en sus circunstancias, en su educación, en la estabilidad familiar que daba por hecha. Tan solo podía reprochar a sus padres, estar pendientes de ella y querer que fuera feliz.

Jeffrey Eugenides

Conocí a Jeffrey Eugenides como autor de la novela en la que se basó la opera prima de Sofia Coppola, Las vírgenes suicidas. Una película que me conmovió y me dejó bastante noqueada. Pero la primera novela que leí del autor fue Middlesex debido a hacerse con el Premio Pulitzer en 2003. Después ya vendría Las vírgenes suicidas, escrita en 1993 y La trama nupcial, su tercera y última novela de 2011. Tres novelas escritas en veinte años, al menos a mí, me dejan con ganas de mucho más. Tengo hace tiempo otro libro suyo de relatos publicado en 2017, Denuncia inmediata, que, a falta de alguna novela nueva, espero leer sin tardar demasiado. 

La trama nupcial es un libro sobre el paso de la juventud a la edad adulta y es un libro sobre el amor, las distintas formas en que se puede manifestar y las estrategias para salir indemne de él. O no. Jeffrey Eugenides siempre nos pone ante temas incómodos y los analiza y resuelve con gran profundidad y sin cortarse lo más mínimo ante su dificultad. 

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra E.

Título del libro: La trama nupcial
Autor: Jeffrey Eugenides
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: The marriage plot
Traducción: Jesús Zulaika Goicoechea
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2013
Año de publicación original: 2011
Nº de páginas: 544
 

Comentarios

  1. ¡Hola Rosa!
    leí Middlesex en 2017, parece que ha pasado toda una vida desde aquello, solo recuerdo que me gustó y por eso no me importaría volver a leerla (Las vírgenes suicidas no la leí aunque es muy conocida y tampoco vi la peli, algo que siempre tuve en mente)
    El argumento que nos cuentas sobre el amor, sus cosas buenas, sus descalabros y las estrategias para no salir descalabrados pues resulta atractivo, me llama mucho (y eso que la novela puramente romántica no me llama nada, este tipo de novela sí y mucho) y la historia de ese "no trío" (entiendo que no lo es porque realmente ella solo ama a uno de ellos, no al que sí lo está de ella) pues también dan ganas de ponerse a leer. Puede que me anime con ella, no te digo que no
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las vírgenes suicidas es una historia alucinante. Yo vi la película antes de saber que había una novela y quedé literalmente noqueada. Creo que es la mejor película que ha hecho Sofia Coppola (aunque seguro que es una opinión mía por lo mucho que me gustó la historia). Después de leer la novela volví a verla y no desmereció nada.
      Middlesex es otra gran historia, como bien recordarás y La trama nupcial, aunque sea menos espectacular, tiene mucha miga cuando la vas reflexionando. No es para nada una novela romántica, incluso casi diría que es anti romántica. Es un autor que me encanta, pero se prodiga muy poco.
      Un beso.

      Eliminar
  2. Hola, Rosa. Pues no he leído a este autor y por lo que dices vale mucho la pena, por los temas que toca y la forma de hacerlo. Lo tengo en cuenta. Ni siquiera sabía que era el autor de la novela en que se basa la película de Sofía Coppola que también a mí en su momento me impactó mucho. Estupenda tu recomendación. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo dejes pasar, Marta. Si, como a mí, te gustó Las vírgenes suicidas, este autor seguro que te gusta. Sus historias indagan siempre en temas duros y bastante difíciles. Es una lástima que solo tenga tres novelas y un libro de relatos que espero no tardar en leer porque las tres novelas están leídas y disfrutadas.
      Un beso.

      Eliminar
  3. Ya sólo con el fragmento de la novela que colocas de entrada a tu reseña me has captado. Como profesor de literatura ese asunto de la evolución de los temas dentro de los géneros novelísticos me interesa mucho. Me pongo a buscar el libro, ya. No he leído del escritor ninguna de las tres novelas que ha escrito. Sí que vi, con muchísimo gusto, la película de Sofía Coppola "Las vírgenes suicidas".
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dudé mucho qué cita poner como inicio, pero finalmente esa me pareció lo mejor. Da idea de la importancia del matrimonio en la literatura (y la sociedad) de siglos pasados y de la que no ha dejado de tener en el presente, aunque sea de otro modo y menos generalizada. Entiendo que como profesor de lengua te ha tenido que resultar muy atractivo el tema. Éste es un autor muy interesante que creo que te gustará puesto que también te gusta la literatura estadounidense.
      Un beso.

      Eliminar
  4. No he dejado de pensar todo el rato según te leía en la novela de Maylis de Kerangal Un mundo al alcance de la mano que trata sobre tres jóvenes que se conocen en una escuela de arte y mantienen el contacto con los años. Supongo que luego ambas novelas no tendrán nada que ver, pero sí que el planteamiento me resulta similar.
    En cuanto a Jeffrey Eugenides, es un autor que en más de una ocasión me he planteado leer. En concreto quería probar con Middlesex. Tenía muy olvidado mi propósito, así que gracias por el recordatorio.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo tenía un tanto olvidada a Maylis de Kerangal de la que sólo he leído Lampedusa y me gustó mucho. Tengo apuntada alguna más suya, pero ya te digo que la tenía olvidada. Apunto la que dices a ver si me animo.
      Creo que te podría interesar la literatura de Jeffrey Eugenides. Trata temas interesantes y los trata bien.
      Un beso.

      Eliminar
  5. ¡Hola, Rosa!
    Estaba esperando esta reseña 😃
    Vi la cubierta del libro en tu sección "Estoy leyendo" y me dio mucha curiosidad. No he leído al autor, pero creo que no me lo pienso dos veces y me llevo tu sugerencia. Me sembraste el gusanillo por las obras de Jeffrey Eugenides, un escritor poco prolífico, por lo que leo.
    El tema me atrae y aprovecho a llevarme también los otros títulos, peli incluida, si es que logro verla en alguna plataforma.
    Me has dejado con las ganas de saber como termina esta "trama nupcial", qué sucede con los tres jóvenes y especialmente qué decisiones toma Madeleine... tocará leer el libro 😉
    Un abrazo y feliz domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mí, el mejor sigue siendo Las vírgenes suicidas, pero los otros dos también están muy bien. La película es buena, pero no tiene la fuerza del libro.
      Es un autor original en los temas que trata y además los trata muy bien. Lo disfrutarás seguro.
      Un beso

      Eliminar
  6. Hola, Rosa. También lo conocí a través de la peli y en mi caso sí fue la primera novela que leí de él, que me impactó mucho más que la versión cinematográfica, que ya me había gustado. Pero me parece que el libro es mucho más duro y opresivo, en el cine tuve la sensación de que podrían haber escapado se otra forma.
    El caso es que cuando salió este de La trama empecé a leerlo pero me aburrí y lo dejé. Fue hace mucho tiempo cuando tenía menos paciencia, así que como sigue pareciéndome una idea interesante,puede que lo vuelva a intentar.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La novela es mucho más fuerte y muestra mejor las causas que llevaron a las hermanas a hacer lo que hicieron. Creo que en la película se desdibuja un poco. Aunque también es muy buena.
      La trama nupcial sí que al principio desconcierta un poco y hasta que le pillas el punto y unes las cosas parece que están un tanto desdibujadas, pero son muy pocas páginas y enseguida te sitúas y te engancha.
      Un beso.

      Eliminar
  7. Hola Rosa, no he leído nada del autor y ni siquiera he visto Las vírgenes suicidas, pero La trama nupcial, la novela que traes hoy me llama mucho. Suelen gustarme las novelas de transición por lo que llevan aparejado, y además me despierta curiosidad Madeleine y su tesis, tal vez por lo metida que estoy últimamente en los clásicos. Me la llevo apuntada y veremos. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las vírgenes suicidas es una historia de las que no se olvidan y, para mí, la mejor del autor. Yo creo que cualquiera de ellas que leas te gustará, aunque ésta, por lo que te gustan las autoras sobre las que Madeleine trabaja puede que sea la más indicada para ti.
      Un beso.

      Eliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"El neandertal desnudo. Comprender a la criatura humana" Ludovic Slimak

"La hora del lobo" Toni Hill

"El pacto del agua" Abraham Verghese

"Trampa para Cenicienta" Sébastien Japrisot

"Los elegidos" Nando López

Soluciones inesperadas.

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"La caída de Madrid" Rafael Chirbes

"La amiga estupenda" Elena Ferrante