"A qué esperan los monos..." Yasmina Khadra
"¿A qué esperan los monos para convertirse en hombres?" Ese sería el título completo del último libro de Yasmina Khadra. Una frase de un poeta, de significado incierto. En una entrevista, el propio autor de la novela reflexiona: "Creo que a los monos no les hace ninguna falta convertirse en hombres. Están bien como están, viven su vida plenamente, y además nunca mienten. Son los hombres los que hacen daño y están más cerca de la animalidad, los que calumnian, prevarican... son los hombres los que impiden a sus semejantes soñar, maravillarse... están provocando constantemente guerras, focos de tensión... son totalmente ridículos, porque la naturaleza les ha dado precisamente un cerebro para que puedan vivir mejor, y lo utilizan solamente para hacer daño. Así que los monos se ríen de los hombres, a sus ojos no somos más que meros imbéciles. Trae más a cuenta hoy en día ser un animal que un imbécil" La entrevista está hecha en Culturamas por Benito Garrido y he copiado la cita completa porque me parece enormemente ilustrativa del espíritu de la novela.
Aunque también se podría entender la frase como una invocación a que los hombres sencillos, el pueblo llano, los votantes de a pie, abandonen su resignación secular y se vuelvan hombres, ciudadanos, y se levanten contra un poder corrupto, canalla e invulnerable. Invulnerable porque, sin haber dado el paso del mono al hombre, el resto les permitimos todas sus fechorías de macarras maleducados y desfachatados (que no otra cosa son en realidad).
Ambos sentidos podría tener la frase. Que cada uno le dé el que más le guste. Yo, por mi parte me quedo con el primero. Los monos no necesitan, ni quieren convertirse en hombres. En ningún sitio, en ningún país, pero hay países en los que todo es más difícil y entre ellos está Argelia donde desde la independencia los gobiernos han estado marcados por la corrupción en todas sus variables.
Esta novela trata de eso. Trata de la corrupción y de los corruptos; de los rboba, poderosos donde los haya, que por encima solo tienen a Dios y por debajo a toda la humanidad; que compran ministros y policías, sicarios de todo tipo y a la prensa desaprensiva. Y trata de una comisaria (Nora) y de un inspector (Zine) que deciden llegar hasta el final, a pesar de rbobas, políticos, jefes de división, periodistas y la madre que los parió a todos ellos.
Estamos ante una novela policíaca. Con su asesinato, su trama para descubrir a los culpables, sus momentos de tensión y la intriga que sobrevuela todo el argumento; pero como toda buena novela policíaca (y Yasmina Khadra las escribe muy buenas), no se contenta con eso, sino que aprovecha el episodio policial para meternos hasta los huesos, más de lo que a veces nos gustaría, en el ambiente más podrido y maloliente de una ciudad ("... en Argel ya no se distingue entre el vértigo y la nausea"); en sus barrios miserables ("En la barriada des Lauriers-Roses, las promesas electorales se aburren como ostras"); en sus urbanizaciones exclusivas ("El pabellón 32 es una joya arquitectónica. Asentado sobre una colina, domina el mar, rodeado de palmeras hieráticas").
Aprovecha para presentarnos una caterva de personajes deleznables, hundidos hasta el fondo en el nauseabundo lodo de la podredumbre más corrupta ("me he dado cuenta, a las cuatro menos tres minutos exactamente, de hasta qué punto los corruptos y yo somos los cebos de una misma mierda"); compradores unos y vendedores otros de la cordura, el decoro y la vergüenza a los que han convertido en una mercancía de usar y tirar que sale de sus manos fermentada y maloliente.
Y en ese mundo de arrivistas y lameculos, sobreviven intentando mantener su dignidad a salvo de tanta mugre dos policías concienzudos y cabezotas. Y lo pagarán caro porque en este mundo en que impera la indecencia, los personajes condenados a la decencia no tendrán una segunda oportunidad sobre la Tierra (parafraseando al gran García Márquez). Nora Bilal es la comisaria a cargo de investigar el asesinato de una joven. Este personaje es toda una declaración de intenciones por parte del autor. Se trata de una mujer lesbiana. En un mundo donde las mujeres viven subyugadas por los hombres, un mundo eminentemente machista este personaje "... tiene el derecho a no tener ninguna obligación ni sumisión con el hombre. Nora encarna simbólicamente la integridad total" declara Yasmina Khadra en la citada entrevista. Y es que Nora manda sobre hombres, no tiene marido ante el que responder y cuando una autoridad por encima de ella le ordena abandonar el caso, se rebela y no obedece. Un dulce y refrescante aroma revolucionario entre tanta cloaca de conformismo y sumisión.
El inspector Zine lo perdió casi todo, lo que tenía y lo que podía llegar a tener, cuando salió vivo de milagro e in extremis de un secuestro terrorista de los que abundaron en el país alrededor del cambio de siglo. Sólo le quedan los porros, la música de Mohamed Rouane, su mejor amigo Sid-Ahmed (otra víctima del mismo terrorismo que aún perdió más que él) y su trabajo desempeñado con total honradez. El inspector Zine es el instrumento del que el autor se sirve para, en un rapto de imaginación desbordada y piedad por el lector, redimirnos, con enorme generosidad literaria, de tanta impudicia y obscenidad rufianesca.
Una novela altamente recomendable de un autor que nunca me ha decepcionado. Hace casi quince años que lo descubrí, cuando aún se pensaba que era una mujer, y desde entonces, cada uno de sus libros que he leído ha merecido la pena. Y no han sido pocos.
Aunque también se podría entender la frase como una invocación a que los hombres sencillos, el pueblo llano, los votantes de a pie, abandonen su resignación secular y se vuelvan hombres, ciudadanos, y se levanten contra un poder corrupto, canalla e invulnerable. Invulnerable porque, sin haber dado el paso del mono al hombre, el resto les permitimos todas sus fechorías de macarras maleducados y desfachatados (que no otra cosa son en realidad).
Ambos sentidos podría tener la frase. Que cada uno le dé el que más le guste. Yo, por mi parte me quedo con el primero. Los monos no necesitan, ni quieren convertirse en hombres. En ningún sitio, en ningún país, pero hay países en los que todo es más difícil y entre ellos está Argelia donde desde la independencia los gobiernos han estado marcados por la corrupción en todas sus variables.
Esta novela trata de eso. Trata de la corrupción y de los corruptos; de los rboba, poderosos donde los haya, que por encima solo tienen a Dios y por debajo a toda la humanidad; que compran ministros y policías, sicarios de todo tipo y a la prensa desaprensiva. Y trata de una comisaria (Nora) y de un inspector (Zine) que deciden llegar hasta el final, a pesar de rbobas, políticos, jefes de división, periodistas y la madre que los parió a todos ellos.
Estamos ante una novela policíaca. Con su asesinato, su trama para descubrir a los culpables, sus momentos de tensión y la intriga que sobrevuela todo el argumento; pero como toda buena novela policíaca (y Yasmina Khadra las escribe muy buenas), no se contenta con eso, sino que aprovecha el episodio policial para meternos hasta los huesos, más de lo que a veces nos gustaría, en el ambiente más podrido y maloliente de una ciudad ("... en Argel ya no se distingue entre el vértigo y la nausea"); en sus barrios miserables ("En la barriada des Lauriers-Roses, las promesas electorales se aburren como ostras"); en sus urbanizaciones exclusivas ("El pabellón 32 es una joya arquitectónica. Asentado sobre una colina, domina el mar, rodeado de palmeras hieráticas").
Aprovecha para presentarnos una caterva de personajes deleznables, hundidos hasta el fondo en el nauseabundo lodo de la podredumbre más corrupta ("me he dado cuenta, a las cuatro menos tres minutos exactamente, de hasta qué punto los corruptos y yo somos los cebos de una misma mierda"); compradores unos y vendedores otros de la cordura, el decoro y la vergüenza a los que han convertido en una mercancía de usar y tirar que sale de sus manos fermentada y maloliente.
Yasmina Khadra |
Y en ese mundo de arrivistas y lameculos, sobreviven intentando mantener su dignidad a salvo de tanta mugre dos policías concienzudos y cabezotas. Y lo pagarán caro porque en este mundo en que impera la indecencia, los personajes condenados a la decencia no tendrán una segunda oportunidad sobre la Tierra (parafraseando al gran García Márquez). Nora Bilal es la comisaria a cargo de investigar el asesinato de una joven. Este personaje es toda una declaración de intenciones por parte del autor. Se trata de una mujer lesbiana. En un mundo donde las mujeres viven subyugadas por los hombres, un mundo eminentemente machista este personaje "... tiene el derecho a no tener ninguna obligación ni sumisión con el hombre. Nora encarna simbólicamente la integridad total" declara Yasmina Khadra en la citada entrevista. Y es que Nora manda sobre hombres, no tiene marido ante el que responder y cuando una autoridad por encima de ella le ordena abandonar el caso, se rebela y no obedece. Un dulce y refrescante aroma revolucionario entre tanta cloaca de conformismo y sumisión.
El inspector Zine lo perdió casi todo, lo que tenía y lo que podía llegar a tener, cuando salió vivo de milagro e in extremis de un secuestro terrorista de los que abundaron en el país alrededor del cambio de siglo. Sólo le quedan los porros, la música de Mohamed Rouane, su mejor amigo Sid-Ahmed (otra víctima del mismo terrorismo que aún perdió más que él) y su trabajo desempeñado con total honradez. El inspector Zine es el instrumento del que el autor se sirve para, en un rapto de imaginación desbordada y piedad por el lector, redimirnos, con enorme generosidad literaria, de tanta impudicia y obscenidad rufianesca.
Una novela altamente recomendable de un autor que nunca me ha decepcionado. Hace casi quince años que lo descubrí, cuando aún se pensaba que era una mujer, y desde entonces, cada uno de sus libros que he leído ha merecido la pena. Y no han sido pocos.
Además de leer y escribir a un ritmo difícil de alcanzar, veo que también has aprendido a poner las estrellaras para la valoracion. !! Cuanto vales,,
ResponderEliminarQuería decir estrellas
ResponderEliminarLas estrellitas se las debo a Kirke, del blog "Leer, el remedio del alma" con quien comparto opiniones e información tecnológica (bueno, ésta la comparte ella conmigo). te recomiendo que lasigas en Google +
Eliminarhttp://buscapina7.blogspot.com.es/