"El umbral de la eternidad" Ken Follett

Recordaréis una muy buena película de principios de los noventa titulada "Philadelphia" de Jonatham Demme. Se la suelo poner a mis alumnos para acompañar un tema sobre enfermedades infecciosas, aunque eso no es más que el pretexto. En realidad se la pongo para que aprendan a asumir las diferencias; para que sepan que hay muchas maneras de vivir y ninguna es mejor que otra, siempre que se respeten todas; para que sepan que lo malo no es la diferencia, sino la intolerancia. 
Pues en esa película hay un abogado, genialmente interpretado por Denzel Washington, que suele decir: "A ver. Explíquemelo como si yo tuviera seis años". 
Viene esta larga introducción a ilustrar lo que hace Ken Follett en sus novelas de la Trilogía del Siglo: explicarnos como si tuviéramos seis años los episodios más notables (para lo bueno y para lo malo) de la Historia del siglo XX. No le estoy criticando (no por eso). Es lo mejor de sus novelas, al menos lo que ha hecho que, aun con cierto hartazgo, con muchas tentaciones de abandonar, haya soportado sus plúmbeas historias hasta el final.

Para los que no somos historiadores, entender ciertos acontecimientos es difícil. Requiere la lectura de extensos ensayos que, por otra parte, no siempre cumplen su objetivo, bien porque son muy áridos y abandonamos, bien porque dan demasiadas cosas por supuestas y no terminamos de entender lo que pretendemos, bien por una mezcla de estas y otras razones. Por eso llega Ken Follett y nos explica como si tuviéramos seis años el origen de la Guerra de Vietnam, la Caída del Muro de Berlín, el Caso Watergate (¡¡por favor, ni en "Todos los hombres del Presidente" conseguí ver la luz del todo!!) y por muchas tentaciones que tengamos, seguimos hasta el final porque nos gusta la Historia y "comprender" sus episodios de una forma tan sencilla es una tentación aún mayor. Claro que dos semanas después, como a niños de seis años a los que se les ha explicado algo por encima de su capacidad de comprensión, se nos ha olvidado la disquisición y nos damos cuenta de que, si queremos entender algo, aunque solo sea un poquito, tenemos que recurrir como mínimo a la Wikipedia. Pero mientras leíamos, disfrutábamos de la Historia y nos aburríamos con las historias. 
Ken Follett
Y así, de esa manera, ha conseguido que, a lo largo de tres novelas y más de tres mil páginas (señor, ¿cómo lo hemos soportado?), hayamos seguido las peripecias de sus sosos, planos, estereotipados y previsibles personajes; sus nada interesantes sucesos de madres solteras e hijos abandonados por sus padres; las bodas con quien no se quiere por tontos malentendidos o equívocos; sus estúpidos acontecimientos, sospechosamente similares entre la familia rusa, la inglesa, la alemana y la estadounidense (sí, parece la baraja de la familia bantú); sus previsibles historias, tan pretendidamente diferentes y tan semejantes en el fondo que, si te descuidas, las confundes y no sabes si estás en Rusia o en Berlín; sus tontas y facilonas historias que también se empeña en explicarnos como si tuviéramos seis años, de manera que nos sorprendemos varias veces al contemplar atónitos que es la segunda vez que se nos recuerda algún acontecimiento, alguna situación tonta de sus tontos personajes. Y es que entre tanta tontería, Ken Follett se cree que los lectores también somos tontos.
Sus personajes son planos. Están descritos tan superficialmente que somos incapaces de la menor empatía con ellos. Siempre triunfan aunque, en principio, no lo parezca. No hay desgracias reseñables. Al final siguen todos felices, juntos, perfectamente colocados donde les corresponde, donde quizás debieron estar desde el principio. Al final, tanta felicidad da grima. Y a la vez no da nada porque es algo vacuo, sin ningún contenido,  sin entidad, ni forma ninguna que podamos aprehender. 
No he leído muchas novelas del autor; únicamente "Los pilares de la Tierra" y las de la Trilogía del Siglo. La primera me dejó una sensación similar. Me gustó la descripción de las técnicas arquitectónicas que pasaron del Románico al Gótico y poco más recuerdo, salvo historias familiares tan rocambolescas y facilonas como estas; puro folletín que me dejó exhausta y sin ganas de repetir. 
Tras leer las tres novelas de la Trilogía, más exhausta, con menos ganas aún, creo poder asegurar que no volveré a leer a este autor así prometa desvelarme el misterio de lo que acabó con los Neandertales. Aunque en ese caso, igual me lo pienso.



Comentarios

  1. Muy precisa, si señor. Solo me leí los pilares de la tierra, un gran logro por mi parte, después me fui a la catedral de León, para sentir la inspiración del autor, anduve por los andamios y me hechizaron las cristaleras de la magna obra. Me quedo con esta experiencia. Volver a leerlo, pues después ni me lo plantee y eso que cayeron en mis manos algunos de la trilogía. Un abrazo Rosa

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    1. Joseme, no serás de León, ¿verdad? "Los pilares de la tierra" fue lo primero que leí de él y, sin considerarlo una maravilla, lo leí con agrado: me atufaron un poco las historias de los personajes, pero la ambientación y las explicaciones del paso del Románico al Gótico, me parecieron correctos.
      Esto de ahora, mejor olvidarlo.
      Un abrazo.

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  2. Te hago caso como siempre, Rosa, y también a Joseme (por cierto, la próxima vez que trepes por andamios en la catedral de León o cualquier otra, avísame, porque tengo mucho vicio con esas cosas). Os confieso que la novela histórica tiene que ser excepcional para atraparme. Las hay, desde luego; las disfruto y las valoro, pero más por su calidad literaria que por su carácter histórico. La explicación es evidente: soy historiadora, de modo que prefiero engolfarme en la lectura de ensayos históricos puros y duros, aunque también en este caso un requisito imprescindible es que estén bien escritos.

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    1. La novela histórica a mí me gusta, pero cada vez más prefiero que esté ambientada en los dos últimos siglos. Me dan pereza las ambientadas en épocas anteriores, aunque si son buenas, después de la pereza, las disfruto. Como dice Elisenda más abajo, los legos en la materia aprendemos más con la novela histórica que con ensayos que muchas veces son demasiado técnicos: Desde luego, he leído ensayos con los que he disfrutado porque estaban escritos de una manera muy didáctica. Me acuerdo ahora de los libros de Gabriel Jackson que he leído con pasión. Ahora, con Ken Follet, no repito.
      Besos.

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  3. Comparto con vosotras la experiencia de haber leído Los Pilares de la Tierra y la segunda parte, que ahora no recuerdo exactamente cómo se titulaba. La primera no veía el momento de acabarla, pero caí en la ilusa esperanza de que en la segunda novela, todo cambiaría. Craso error! Todo igual o peor. Guerras interminables, con unos detalles sin sustancia, que ocupaban páginas y páginas impresas. Las historias de los personajes facilonas y sin ninguna sustancia.
    A mí sí que me gusta la novela histórica, pero aquella que está bien documentada y sigue un argumento que engancha para contarte lo que en un ensayo, de los que le gustan tanto a Carmen, nos perdemos la mayoría.
    Gracias por la crítica.

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    1. Al final, creo que lo que nos pasa es que, cada uno con nuestras preferencias particulares, lo que nos gusta es que una novela sea buena y entonces, sea histórica o de espías, la disfrutamos. Yo también creo. ya lo digo arriba, que se aprende más con una buena novela histórica que con muchos ensayos de los que los profanos en la materia nos perdemos muchos detalles.
      Un abrazo.

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  4. Lo diré en pocas palabras: este libro me duró 20 páginas. Si algo me aburre, lo dejo, y me da igual que sea un clásico o un best-seller. No es pedantería, es que hay tanto que leer que no estamos como para hacer sacrificios. Tu reseña muy buena, como siempre.

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    1. Yo estuve tentada de dejarlo en varias ocasiones, pero me mantenía enganchada porque trata una época de la historia, sobre todo en USA con las luchas por los Derechos Civiles, que me resulta muy atractiva y así fui siguiendo y me la terminé, pero no me extraña que la abandonaras nada más empezar.
      Un beso.

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  5. De esta saga leí el primer libro (yo tampoco sé cómo lo pude soportar) y cuando lo acabé me propuse firmemente no seguir con los otros. Como tú bien dices, la historia se explica como si el lector fuera un niño de 6 años, y encima para que no se te olvide nada de lo que cuenta algunas cosas las repite una y otra vez. ¡Qué suplicio!
    Rosa, una santa eres por haber aguantado toda la saga.
    Un beso

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    1. Cada vez que pensaba dejarlo, abordaba algún episodio histórico que me apetecía ver cómo lo afrontaba y saber algo nuevo. Y así fui leyendo hasta el final. Ahora bien, no creo que repita.
      Besos.

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