"Querida amiga" Marina Mayoral

Corría el año 1997 y en la biblioteca del instituto en el que trabajaba, un libro me hizo señas desde su olvidado estante. Era de una autora a la que desconocía por completo, Marina Mayoral, y se titulaba "La única libertad". A pesar de que lo releí en 2013, poco recuerdo de lo que trataba y, sin embargo sí que recuerdo lo mucho que me gustó; tanto que desde entonces ya son diez los libros de la autora que he leído. Algunos de relatos y otros, novelas.

Hacía bastante que la tenía olvidada y he sacado algún otro libro que tenía en mi estantería de pendientes. Creo que, como a muchas otras personas, el confinamiento nos ha empujado a revolver entre el polvo de los libros olvidados. Este es uno de esos libros recatados del olvido.

"Querida amiga" es un libro de relatos. Siete relatos en total que tienen todos en común el estar escritos en forma de cartas. Algunos se relacionan con otros y comparten algún personaje o partes de la trama. En muchos aparece la propia autora como un personaje más "yo soy el investigador que participó en el caso de la muerte de Rafael Lourido, sobre el que tanto se habló y en el que su amiga Marina Mayoral se basó para escribir la novela Al otro lado". Así habla el remitente de la carta en el relato "Muy señor mío", dirigido a Darío Villanueva, personaje real que fue rector de la Universidad de Santiago entre 1994 y 2002. Guillermo Fernández Fernández, que así se llama el autor de la carta, es autor de una tesis doctoral en la que descubre algunos episodios inéditos y luctuosos en la vida de la escritora Cecilia Böhl de Faber, más conocida como Fernán Caballero. Además de eso cuenta sus azarosos antecedentes y lo que le llevó a matricularse en la facultad de Filología. La carta es para protestar por la actitud de don Ramón Álvarez de Castro, catedrático de Literatura Española de la propia Facultad de Filología, quien está poniendo trabas a la presentación de dicha tesis sin pruebas de lo que en ella se afirma.

Aunque sin especificar su nombre, pero con datos suficientes para deducirlo, también la autora aparece como destinataria de otras cartas, por ejemplo en el primer relato, "Querida amiga", una mujer se dirige a ella para hacerle partícipe de algo que nadie más sabe. "Perdone el atrevimiento; la vi ayer en la televisión y pensé: ella me entenderá, se le nota en la cara que me ha de entender. Y por eso le escribo, ¡tengo tanta necesidad de desahogar con alguien esta pena que llevo dentro! Y no tengo con quién". A partir de ahí, la mujer irá desgranado una vida de insatisfacción que se verá puesta en cuestión en el último relato, "Estimada señora", que cierra como un círculo perfecto este libro. En él, el marido de la autora de la carta anterior se dirige a la escritora para matizar y poner en entredicho lo le había contado su mujer. "[...] yo soy el sargento de la Guardia Civil que se casó con la montañesa guapa. No sé de dónde sacó usted lo que cuenta. Seguramente fue mi mujer quien se lo contó, pero a mí me parece que un escritor serio no puede dar crédito al primero que llega con chismes. En estas historias hay que oír por lo menos a las dos partes, vamos, digo yo". Así, después de leer la versión de la mujer, leeremos también la del marido. No sabemos quien se acerca más a la verdad y sospechamos que cada uno tiene la suya propia y ninguna de ellas se adapta totalmente a la verdad real, si es que algo así existe más allá de la interpretación que cada uno le damos.

Entre ambos relatos, encontramos otros cinco, incluido el que menciono en primer lugar. Los hay de todo tipo. "Estimados colegas" nos lleva en un viaje en el tiempo, viaje no literario sino real, a conocer a Lope de Vega y a su última amante, Marta de Nevares. Una profesora se dispone a iniciar su última ponencia. Ahora por fin va a revelar lo que ha callado toda su vida y puede que dé la razón a sus colegas cuando hablan de ella a escondidas "—Me preocupa la pobre Rosa; habla de Lope como si almorzara con él a diario.

—Como si hubiera almorzado, que es aún más preocupante. Habla como si tuviera cuatrocientos años y se refiriera a episodios de su juventud.

—Muchos menos no tiene… Son cosas de la edad. A mí también me empieza a pasar al hablar de Quevedo". Pero nada tiene que ver la realidad que Rosa se dispone a revelar con lo que estos estimados colegas imaginan.

En "Mi querido amigo", dirigida a Carlos Casares, se supone que es la propia autora la que escribe al escritor gallego del que fue amiga realmente. Se trata de una escritora que consulta a su amigo Carlos Casares acerca de cómo pasar a las páginas una historia basada en una escena que contempló en un aeropuerto. La escena consiste en que un "tipo con cara de alemán bonachón les dice adiós por última vez a la mujer y al niño desde el control de pasaportes del aeropuerto". La parte anterior de la historia ya la tiene clara, pero lo que no sabe es cómo terminarla. En sus dudas nos revelará varios finales entre los que no termina de decidirse. Por si teníamos dudas acerca de la autoría de esta carta, se nos disipan cuando vemos la firma al final: Marina.

Marina Mayoral

"Eva de mi alma" está firmada por otra escritora, Lilith. Lilith está escribiendo una novela, una de esas historias de lo que pudo ser y no fue que a ella le encantan y he de decir que a mí también. La historia consiste en cartas escritas por una mujer a un hombre al que admira y la autora piensa que esas cartas pueden resultar inverosímiles. "Todo iba muy bien hasta que me entró el reconcomio de que las cartas no eran lo bastante sugestivas como para despertar el interés de un tío; mejor dicho, me sonaban a literarias, a poco auténticas, y, si eso fallaba, la novela se venía abajo". La forma que se le ocurrió para comprobar si las cartas se sostenían o no, y con ellas toda la trama, desató unos acontecimientos dignos de toda una historia de esas que a ella y a mí nos encantan sobre lo que pudo ser y no fue o sobre lo que fue y nunca debió ser.

El último relato que me queda por mencionar es uno de los más extraños. Se titula "Señor doctor" y está escrito por un conductor de autobús, un hombre que nunca fue amigo de peleas ni de protestas. Cuando trabajaba en la fábrica no entendía las huelgas ni las protestas de sus compañeros. "Algunos no vieron un baño en su vida. Y yo pensaba: ¿De qué protestan? Ahora tienen un piso bueno, con agua caliente, con nevera, y tienen televisión y coche, ¿qué más querían?…". Por eso se largó en cuanto le salió el trabajo de conductor de autobuses en Madrid. No era cuestión de defender al patrón delante de sus amigos con los que no se entendía,pero al fin y al cabo eran sus amigos. Era un hombre feliz hasta que vio la mano. Aquella mano blanca le arrancó la felicidad, inconsciente pero felicidad al fin y al cabo, y lo volvió reflexivo y taciturno. Ahora, después de muchos años, el doctor quiere que abandone el psiquiátrico y él ha decidido contarlo todo.

Siete historias sorprendentes que aparentemente no tienen nada en común, pero que se mueven entre la realidad y la ficción. Entre lo que pudo ser y no fue, como a Lilith y a mí nos gusta, de todas las maneras posibles. Lo que fue desde las distintas perspectivas de los protagonistas que lo vivieron; lo que fue según la interpretación de quien no vivió los hechos y los basa en documentos y en su propia fantasía distorsionada (¿o no?);  lo que puede ser el final de una novela según por donde se decante el autor en el momento de terminarla; lo que puede suceder cuando algunos actos poco meditados y erróneamente interpretados se nos escapan de las manos; lo que cambian los hechos cuando se puede viajar en el tiempo; la locura presentada con el más genuino envoltorio de lucidez...

Redescubro a una autora que siempre me ha gustado mucho y rescato del olvido de mi estantería alguno de sus libros. Volveré a disfrutarla.

Título del libro: Querida amiga

Autora: Marina Mayoral
Nacionalidad: España

Editorial: Alfaguara

Año de publicación: 2001

Año de publicación original: 1995

Nº de páginas: 152