"Arena" Miguel Ángel Oeste
"Me acuerdo del sudor. Un carroñero instalado bajo la piel. Me acuerdo de la virulencia de las respiraciones, de las palabras que se repetían entrecortadas y se quedaban grabadas, y de las ganas de perder la conciencia y de abrasarme como cuando de niños quemábamos insectos con una lupa. Me acuerdo de la combustión del hombre vestido con traje de lino. El sabor a metal. El olor a óxido de la colonia Lacoste. Descargas eléctricas absorbidas por mi cuerpo. Hundido durante horas o para siempre en la arena.
Los días de aquel verano transcurrían viscosos. Me acostaba al amanecer y no me levantaba hasta pasadas las dos o las tres de la tarde. Empapado. Con el ánimo apestando a leche agria. Cada roce contra las sábanas tirantes, una arcada".
La fecha la vamos deduciendo de datos que se nos pueden pasar porque no se especifican, pero una se da cuenta de que (algunos) son importantes y busca o sencillamente recuerda. Una foto en El Sur acompañada de un titular "«Nace una leyenda gitana». Sus últimas palabras: «Madrecita, ¿qué es lo que tengo?»", y una se va derecha a julio de 1992, cuando murió Camarón. Así es que estamos en el verano de 1992.
Bruno está solo en su piso. No hay padres con él. Pero él recuerda. Recuerda hechos y sensaciones. Olores y tactos. El padre, la madre, el amigo del padre. Hace años, en la infancia. "Los fantasmas beben café. Se emborrachan. Se drogan. Escupen. Fuman. Desean. Follan. Sudan. Los fantasmas sudan permanentemente. Y los recuerdos transpiran. Sin parar. A todas horas. Un goteo incesante que erosiona la cordura. ¿Cómo sosegarlos?".
Y a medida que Bruno recuerda y va despertando a los fantasmas, estos se van haciendo presentes para nosotros. Y con los fantasmas van despertando los hechos del pasado. Insinuados, entrevistos. Nunca explícitos, pero lo suficientemente turbadores solo por lo que sugieren en el lector. Un padre complaciente en exceso. "Cada semana me llevaba a aquella juguetería. […] Cada semana me compraba lo que eligiera, costase lo que costase, y me repetía casi las mismas palabras, […] Bruno, eres un buen chico". ¿Qué precio tenía que pagar Bruno por sus juguetes y por ser considerado un buen chico?
La madre vivía en su propia ensoñación de alcohol y drogas. Los recuerdos de la madre se confunden entre las caricias y la indiferencia. Y recuerda la primera vez que la vio sin sujetador haciendo topless en una playa, imitando a las suecas que habían traído a España la modernidad. Una madre tan bella que le hacía pensar que estaba mal de la cabeza por los sentimientos que le provocaba. Pero no eran más que imaginaciones de adolescente. Una mujer tan bella que no supo asumir que la lozanía se marchita y que lo marchito repele.
Llegaremos a saber lo que ha sido de ambos padres, el porqué no están con él en la casa ese verano y qué hace una bolsa negra de Adidas saltando de las manos del Manco a las suyas propias a escondidas de todos los demás. Y es que el pasado se va mezclando con el presente y si el pasado es (se intuye) demoledor, el presente no lo es menos. Los deseos de ir al Palmar a coger olas, la necesidad de alquilar una furgoneta para hacerlo, el precio que se les exige a cambio, un atasco en la carretera que les impide llegar a tiempo a una cita... Todo se va complicando y la forma que tiene Bruno de salir del atolladero pasa por la aparición de su padre en forma de llamada telefónica y una visita a alguien a quien Bruno jamás querría volver a encontrar, y el final se nos insinúa tan terrible como ha sido el resto de la historia. Un final que se ancla al pasado porque toda la novela se construye sobre aquella infancia robada y un presente endeudado. "El pasado, inevitable, me acosaba. El pasado me arrastraba como arrastraban a los forajidos en las películas del Oeste. El pasado me ataba las muñecas y se subía a un caballo al que hacía galopar mientras yo detrás comía polvo y arena y mi cuerpo se abrasaba por el roce. […] El pasado me dirigía a tientas a ese lugar al que no quería regresar, para obligarme a entender lo que sucedió y qué pasaba en estos momentos".
Miguel Ángel Oeste |
No sabía nada del autor ni de la novela hasta que lo encontré en el blog Lecturápolis. Primero fue una entrevista con el autor y unos días después una reseña de "Arena". En la primera, una frase me impactó: "Quiero que esta novela ensucie, como ensucia la arena de la playa, con esos granos que se te pegan a la piel y son muy difíciles de quitar". Una frase que puso en marcha mi predilección por los libros que manchan, que hieren, que la dejan a una tocada porque cuentan historias de verdad. También en esa entrevista me enteré de que a pesar de que la novela no ganó el Premio Tusquets Editores al que se había presentado, la editorial, excepcionalmente, decidió publicarla. Tras leerla, me queda mucha curiosidad (no creo que tarde en leerla) por saber cómo será la ganadora, "Dicen los síntomas" de Barbara Blasco, porque desde luego, "Arena" es una gran novela. Bien escrita, con un lenguaje que atrapa y que deja al descubierto sensaciones, emociones, sentimientos. Transmite calor y abandono; sudor y olores evocadores (tristemente evocadores), un sexo que condena, una arena que embadurna y mancha.
Una novela donde muchas cosas se callan porque las sensaciones se transmiten al lector y, entre una y otra, él mismo llega a sentir la angustia de los hechos. Algunos acontecimientos quedan sin narrar, pero lo que siente el lector no admite equívocos. Los que me conocéis sabéis que aprecio mucho a los escritores que confían en la inteligencia y en la capacidad del lector para leer más allá de lo escrito.
Miguel Ángel Oeste lo hace. Deja pistas, insinúa, cita frases. El lector debe reconocer a Scott Fitgerald y "Suave es la noche", "Centauros del desierto", "El club de los cinco" o la última frase de Camarón. Esos datos, por citar solo los que he deducido de las pistas. Habrá otros que se me han escapado. Miguel Ángel Oeste además de escritor es guionista y crítico de cine. Seguro que hay miguitas cinematográficas y literarias que se me han escapado, pero lo que no se me escapa es que "Arena" es una novela de las que se te quedan pegadas, como esos granos que ensucian y son tan difíciles de quitar.
Título del libro: Arena
Autor: Miguel Ángel Oeste
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2020
Año de publicación original: 2020
Nº de páginas: 304
Interesante Rosa, volver a los 90 con la lectura. Parece intensa pero de esas que te dejan reflexionando. No he leído la obra, ya me da hasta vergüenza pero bueno, está bien leerlo. Un saludo!! Buen trabajo.
ResponderEliminarEs una novela muy intensa, pero te atrapa y te deja un poso que con el tiempo hace que te parezca aún mejor. De las que ganan en el recuerdo que digo yo.
EliminarUn beso.
me gusta la intensidad que encuentro en el hoy de tu escrito, intensidad que me encanta, Me tienes olvidada mi querida escritora ,olvidada de tus palabras...
ResponderEliminarun abrazo desde un sol glorioso del invierno en verano
¡Hola Rosa! ¡Cómo me gustan este tipo de argumentos, conozco la novela, me suena haberla visto por la biblioteca, y probablemente del blog Lecturapolis de Marisa, pero sinceramente nunca hubiera pensado en leerla. Como tú disfruto de las novelas que rascan, que manchan, que hieren, ya lo sabes, así que esta me la llevo apuntadita y la leeré, no sé cuando, pero lo haré. Parece que últimamente voy siguiendo tu estela de lecturas y recomendaciones, voy como siguiéndote, a la zaga jeje
ResponderEliminarEn fin, que me la llevo
Besos
Me alegro muchísimo de que alguien me siga, ja ja. Es una muy buena novela, aunque imagino que no a todo el mundo se lo parecerá. A los que les gusta que se lo cuenten todo con pelos y señales puede que este libro les deje muchas puertas abiertas y más preguntas que respuestas, pero a mí es justamente lo que me gusta con lo que este libro es justo para mí. Ojalá sea también para ti.
EliminarUn beso.
Bueno, ese tema no me preocupa, el que deje preguntas sin respuesta un poco para que el lector se las responda, eso sucede con mi querido Murakami y es uno de mis escritores favoritos.
EliminarAhora, de momento estoy repitiendo con Martínez de Pisón, no he podido evitarlo, ya que cuando terminé Prótesis, me costaba engancharme (empecé uno que abandoné) y ahí estoy
¿Cuál lees de Martínez de Pisón? Con Murakami me pasa una cosa rara. me da pereza ponerme con él. Creo que es porque la literatura japonesa nunca me ha entusiasmado. Luego, cuando empiezo sus libros, me atrapa totalmente. Y así estoy, con "La muerte del comendador" en mi estantería de pendientes... pendiente. A ver si me pongo de una vez. A mi hermana le encanta y siempre me lo dice.
EliminarUna novela la que nos traes hoy , que de momento y por la primera impresión de tu reseña, mezcla pasado y presente y ellos dos dolorosos y por lo que deduzco por tu reseña todo muy bien escrito y descrito, de modo que puede ser tan interesante, aunque quizás al leerla deje un poso de dolor, pero aún así interesante, la he puesto en la lista que tengo, que larga, ahora leo restos que voy buscando en el Ebook, pero tengo ganas de renovar mis lecturas, haber si este fin de semana consigo poder actualizar mi ebook algo.
ResponderEliminarUn beso.
Es una novela escrita de maravilla. Con un lenguaje directo y que te mantiene en vilo colgada de las sensaciones que transmite y de las que sugiere.
EliminarHa sido todo un descubrimiento del que me alegro muchísimo.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Estupenda recomendación que me ha ganado por completo con esa referencia a Centauros del desierto, que para mí es la obra cumbre de John Ford y una de mis películas favoritas de siempre. El argumento, esos jóvenes en ese verano con ese personaje de El Pérez, me llevó un tanto a Verano Azul. Y es que para la juventud los veranos son períodos de cambio inolvidables. Un abrazo!!
ResponderEliminarJa, ja. Nada que ver con Verano azul. Estos adolescentes son más canallas, mayores también, y du vida es mucho más difícil que la de aquellos niños sin problemas de la serie.
EliminarAquí hay drogas y sexo y traición y mentiras y malos tratos... Lo dicho, nada que ver.
De todas las miguitas que el autor va dejando en el camino una me llevó a "Centauros del desierto". Me gustaría saber cuántas miguitas se me han escapado.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarAunque seguro que la novela tiene múltiples variantes me ha recordado o transmitido las mismas sensaciones que la peli del 2006 dirigida por Antonio Banderas llamada El camino de los ingleses. Creo recordar que también estaba basada en una novela. Y es que esos personajes jóvenes, esa ambientación veraniega y la profundidad narrativa que mencionas la hacen muy atractiva para mí. Has realizado, además, una reseña diría que incluso poética. Enhorabuena.
Besos y buen fin de semana.
Te voy a poner parte del comentario que le hice a Marisa, de Lecturápolis en su entrevista a Miguel Ángel Oeste:
Eliminar"Es curioso, pero mientras iba leyendo la entrevista, iba recordando la trilogía "El día del watusi" de Francisco Casavella y también "El camino de los ingleses" de Antonio Soler. No sabría decir muy bien por qué, pero me los iba sugiriendo"
Como ves no andas nada desencaminado. Son tres novelas, y podría añadir "Lo que nos queda de la muerte" de Jordi Ledesma, maravillosa también, que sin parecerse en nada nos llevan a la adolescencia, los amigos, la playa, el verano...
Un beso.
Lo tengo apuntado también gracias a la reseña de Lecturápolis. Se nota que lo has disfrutado y sentido. Va subiendo puestos en la lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo solo puedo recomendártela porque me ha encantado. La he disfrutado mientras la sufría y creo que es de lo mejor que se puede decir de una novela.
EliminarUn beso.
Lei la reseña que Marisa G. publicó en Lecturápolis y ya me gustó, pero ahora con la tuya ya es que lo acabo de decidir: lo leeré. Por lo que dices es de las novelas que me agradan. A mí también esa suciedad de la que se habla en ella me atrae. Los personajes parecen llamativos: esa madre alcohólica, ese padre dadivoso, esos amigos, esas novias... En fin, una novela que se me hace atractiva.
ResponderEliminarBuena reseña, Rosa.
Un beso
Creo que te puede gustar mucho. Esta muy bien escrita, con frases cortas y muy directa. Una escritura de esas que parecen fáciles, pero llevan por detrás una labor de depuración importante.
EliminarNo sé si leíste "El camino de los ingleses" de Antonio Soler. A varios por aquí nos lo ha recordado. No tengo mucha memoria de aquella novela que leí hace mucho (2004), pero el ambiente se me hace muy similar.
Una novela dura que deja mucho a la imaginación del lector, pero con pistas suficientes, creo yo.
Me encantará saber tu opinión.
Un beso.
Me gustan las historias que intercalan el presente y el pasado, especialmnete cuando este último es el detonante o culpable de los avatares y sinsabores del protagonista.
ResponderEliminarEs interesante ver cómo, a partir de detalles, citas o comentarios del narrador, has podido identificar la época en que se desarrolla la historia, o cada parte de ella. Creo que, de este modo, el lector puede ubicar mejor los acontecimientos y meterse más en la piel de los protagonistas.
Si acabas leyendo la novela ganadora del premio Tusquets, ya nos dirás si te ha parecido mejor, igual o peor que esta. El hecho de que, aun no habiendo sido la novela ganadora, se la hayan publicado hace pensar que bien podía haber acaparado este premio. No siempre los ganadores son los mejores, je,je.
Un beso.
Espero leer en breve "Dicen los síntomas", ganadora del Premio Tusquets. Yo también tengo mucha curiosidad por ver si es mejor que "Arena". Es cierto que no siempre los ganadores son los mejores y esta me ha parecido muy buena.
EliminarEl autor va dejando pistas para ubicarse en todos los sentidos. Imagino que algunas se me habrán escapado.
En esta novela hay un presente duro que deriva de un pasado muy duro, un pasado, además, del que parece que Bruno no se va a poder librar fácilmente.
Un beso.
¡Ay, Rosa! Cómo me gusta todo lo que cuentas de esta novela. También a mí me ha llevado a pensar en "El camino de los ingleses " pero me encanta, sobre todo, lo que dices sobre dejar espacio a la inteligencia del lector y contar más allá de lo escrito. Mil gracias por la recomendación, parece realmente una historia estupenda.
ResponderEliminarMerece mucho la pena, Marta, y creo que es muy recomendable. No es la novela más fácil que se puede leer, pero sí es de esas que te enganchan y te crean un mundo. A punto estuvo de entrar entre mis favoritas del año. Si metiera una más sería esta.
EliminarUn beso.
Pinta bien, me atrae sobre todo el contexto, porque viví mi adolescencia a finales de los 90, aunque soy algo más joven que Oeste ese mundo me resulta muy familiar. Estoy con un punto de nostalgia y mira que detestaba cosas de aquellos tiempos, pero visto lo visto...
ResponderEliminarLos premios Tusquets suelen ser interesantes (el del año pasado, de Elisa Ferrer, lo leí en el confinamiento), sin llegar a extraordinarios pero apuestan por autores poco conocidos y argumentos más "alternativos". Si Oeste se quedó a las puertas seguro que da el perfil. Lo buscaré en la biblioteca.
Un abrazo.
Huy, qué joven eres. Yo entré en el 2000 con cuarenta cumplidos. la adolescencia la viví en los setenta. La nostalgia es de la vida propia no de las circunstancias que la rodearon. En los setenta las cosas creo que eran mucho peores y más oscuras que en los noventa, pero yo también tengo una cierta nostalgia, aunque mi década nostálgica por excelencia es la de los ochenta. terminé la carrera, empecé a trabajar y fui independiente, me fui a vivir con mi pareja, tuve un hijo... Lo posterior ha sido bueno, ha sido mejor en realidad, pero esos veinte años y ese "todo por delante"...
EliminarNunca había leído un premio Tusquets y creo que tendré que rescatar alguno de los pasados y estar atenta a los futuros. Te recomiendo "Arena". Creo que ha de gustarte.
Un beso.
Sé de la novela, al igual que tú, por Marisa, y la tengo apuntada desde que leí su reseña. Pero es que ahora tú con la tuya me has puesto los dientes muy pero que muy largos. De verdad que necesito como dos o tres vidas más.
ResponderEliminarBesos
Varias vidas necesito yo también. Pero me alegro de que este libro haya pasado por delante de casi todos porque ha merecido la pena. A mí, particularmente, es un tipo de historia que me gusta mucho y la forma de contarla, más aún.
EliminarUn beso.
Ay, cuánto me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por la mención y me complace muchísimo que mi reseña te llevara a esta lectura. Arena es, como dices, para lectores que no nos importa bucear más profundamente. En cuanto a Dicen los síntomas, hablaré de ella en breve. Te adelanto que es magnífica. Besos
ResponderEliminarGracias a ti, Marisa porque ha sido una recomendación fantástica. Me ha encantado el libro y espero leer en breve "Dicen los síntomas" porque si pasó por delante de esta en el premio tiene que ser muy buena, que ya me dices tú que sí.
EliminarUn beso.
Hola Rosa.
ResponderEliminarEchaba mucho de menos estas reseñas tan detalladas.
Creo que esta obra me gustaría, la mezcla de presente y pasado siempre me gusta, si está bien escrito y por lo que dices, aquí lo está.
Tomo nota, aunquecreo que la leeré allá por el 2040 porque tengo tantos pendientes, y los Reyes y Papá Noel han sido tan generosos en el tema libros,
Muy feliz semana.
Yo he prohibido que me regalen libros si no son de mi lista de pendientes. Las sorpresas que me las den con otras cosas, pero para lecturas no quiero sobresaltos ni aumentos de mi lista.
Eliminar"Arena" llegó a mí a finales de año, pero pasó por delante de muchos otros porque me tentó enormemente. Está visto que, salvo excepciones muy escasas, aún puedo firme de mi instinto.
Un beso.