"Empezamos por el final" Chris Whitaker

«Ella era Sissy Radley. Siete años, cabello rubio. Casi todos la conocían: al jefe de policía Dubois no le hizo falta repartir fotos.

Walk iba en uno de los extremos de la fila. Pese a la intrepidez de sus quince años, las rodillas le temblaban a cada paso. [...]

Martha May caminaba junto a Walk. Llevaban tres meses saliendo juntos, pero sin ir más allá del morreo ocasional: el padre de ella era ministro de la iglesia episcopal de Little Brook.

—¿Sigues pensando en hacerte policía de mayor? —le preguntó [...] 

—Acabo de ver a Star —siguió Martha sin esperar respuesta—. Andaba por delante, con su padre. Estaba llorando. —Star Radley, la hermana de la niña desaparecida: la mejor amiga de Martha. Eran un grupo muy unido, sólo faltaba uno—. ¿Dónde está Vincent?».

Han pasado treinta años desde que desapareció Sissy Radley. Con su búsqueda empieza el libro en una especie de prólogo sin título, y con su hallazgo termina el mencionado prólogo para dar paso a la historia que, tras esos treinta años, en el presente, está a punto de determinar el destino de todos los afectados por la desaparición de Sissy y de sus descendientes. 

Entre los afectados están Star, Martha, Walk y Víncent. Star es la hermana mayor de Sissy que nunca se ha recuperado de la pérdida de su hermana y de su chico, y malvive entre la droga y el alcohol, cantando en garitos y sacando adelante como puede a sus dos hijos de padres desconocidos. Martha su mejor amiga de entonces, ha estudiado Derecho y ha puesto tierra por medio abandonando el pueblo. Walk se ha hecho policía como siempre soñó. Enamorado de Martha desde la adolescencia, vive solo, preocupándose de Star y ayudándola con sus hijos para los que ejerce de padre sustituto. Ahora además la enfermedad ha venido a complicarle las cosas. Vincent, el mejor amigo de Walk y pareja de Star en el momento de la pérdida, cumple condena en la prisión condenado por la desaparición y la muerte de Sissy gracias, en gran medida, a la declaración como testigo de un Walk que se debatía entre la lealtad y la verdad.

Los descendientes de los afectados son Duchess y Robin, los hijos de Star. Robin aún es muy pequeño, pero Duchess, con trece años, es quien realmente lleva la casa y cuida de Robin y de la madre de ambos. Duchess es una forajida. «Había dado con las lejanas raíces de los Radley, y el libro se le había caído al suelo el día que estableció la relación con un forajido prófugo de nombre Billy Blue Radley. Se trataba del tipo de hallazgo que la enorgullecía: fue un placer subir a la tarima y contárselo a la clase entera». Así es que Duchess ha asumido su herencia de forajida y como tal actuará a lo largo de la historia, hasta que la historia se vuelva demasiado terrible como para seguir tomándola como un juego. La vida para Duchess siempre ha sido dura y poco tiempo ha tenido para juegos. Lo que no sabe es que aún se va a poner más difícil y que tendrá que luchar como una verdadera forajida para salvarse a sí misma y a su hermano. Poco a poco, el carácter duro y capaz de sobreponerse a todo de los verdaderos forajidos hará de la niña que tal vez nunca ha sido una joven capaz de superar cualquier obstáculo.

Vincent ha pasado treinta años en la cárcel. Tenían que haber sido diez por homicidio involuntario y tampoco debió ir a una cárcel de mayores con tan solo quince años, pero el juez no tuvo piedad de él. En prisión hubo  un altercado no muy claro con otro prisionero que terminó en la muerte de este «Walk no había llegado a leer el informe completo, tan sólo sabía que su amigo de la niñez tenía dos muertes en su historial. Los diez años se convirtieron en treinta, el homicidio involuntario en asesinato, el muchacho en un hombre».

Y ahora ese hombre está a punto de salir de prisión tras haber cumplido su condena. Todos tienen una reacción distinta. Star lo culpa por la muerte de su hermana, a pesar de que es incapaz de olvidar el amor que los unió hace ya tantos años. Walk querría recuperar su antigua amistad y saber que lo ha perdonado por su declaración que contribuyó a encarcelarlo. Dickie Darke quiere hacerse con la vieja casa de los King, en primera línea de playa y una de las pocas que le quedan para rematar un negocio urbanístico millonario. Duchess quiere saber cómo es el hombre que mató a su tía Sissy a la que tanto se parece.

Lo malo es que, a poco de salir de la cárcel, Vincent King se verá involucrado en otro asesinato. Walk no cree que haya sido él, pero él se confiesa autor del crimen y se niega a hablar al respecto. Tan solo exige que le defienda Martha. ¿Será que Vincent ya no sabe vivir fuera de la cárcel? ¿Es por eso por lo que quiere que Martha, especialista en Derecho Familiar y sin ninguna práctica en asuntos penales, se encargue de su caso? ¿Estará buscando la pena de muerte en su afán por pagar por la muerte de Sissy como parece que lleva haciendo toda la vida?

Chris Whitaker

Toda la historia la iremos conociendo a través de un narrador en tercera persona que nos la cuenta desde la perspectiva de dos personajes: Duchess y Walk. Ambos son los personajes más inocentes de la novela, si excluimos a Robin de seis años. Walk es un hombre adorable. Bueno, generoso, afable. Nunca ha salido del pequeño pueblo costero de Cape Haven, California, y no soporta los cambios que se están produciendo en el lugar, cada vez más tomado por el turismo. Duchess tampoco ha ido más allá de los límites del pueblo, aunque ahora las circunstancias la van a llevar muy lejos. 

Entre los dos nos van mostrando una historia llena de secretos. Cada personaje tiene el suyo. Una historia en la que pocas cosas son lo que parecen, aunque lo más importante no es descubrir los misterios que se ocultan en los hechos sino acompañar a los personajes mientras los descubren; acompañarlos en su aprendizaje hasta llegar al final, cuando ya son sabios y pueden empezar a entender lo que lleva persiguiéndolos toda la vida.

Aún no había hablado de él. Es Hal, el abuelo de Duchess y Robin, Ha tenido que aprender a vivir con la muerte de su hija pequeña y de su mujer, y con la ausencia de la hija mayor y de los nietos, pero por fin ha aprendido y puede empezar a ejercer de abuelo.

«—[...] decía que no era fácil vivir contigo, y que después de lo que pasó fue incluso peor. Que eras un borracho, que no fuiste al funeral de mi abuela...

—Aprendemos al hacernos mayores, Duchess. Empezamos por el final.

—Ojalá lo pensaras de verdad, pero sé que no, sé que estás lleno de mierda. —Hizo la observación sin levantar la voz, sin mala intención tampoco—. Todo eso que me contó mi madre ¿es verdad?».

Título del libro: Empezamos por el final

Autor: Chris Whitaker
Nacionalidad: Estados Unidos

Título original: We begin at the end

Traducción: Antonio Padilla Esteban

Editorial: Salamandra

Año de publicación: 2022

Año de publicación original: 2020

Nº de páginas: 432