"Las gratitudes" Delphine de Vigan
«—¡Todavía sé hacerme la cama, maldita sea! Tardo un rato, un buen rato, no lo riego, pero sé hacérmela. Y aun así ella la repasa a mis espaldas todos los días, la vuelve a hacer, todas las mañanas tira de la… concha, como si estuviese mal hecha, ¿te lo puedes creer?
—Pero ¿de quién hablas?
—¡De la mujer de la simpleza!».
Es la protesta impotente de Michka. Michka es anciana, tiene afasia y se le pierden las palabras. Cuando empieza Las gratitudes Michka aún vive en su casa. Nos lo cuenta Marie, la narradora junto con Jérôme de esta historia. Marie visita a Michka a menudo y va viendo que la mujer se desorienta. Se para de pronto como si no supiera a donde iba, pierde las palabras y las sustituye por otras, busca cosas que no encuentra, pero aún puede vivir sola; aún puede leer y ver la televisión y recibir visitas.
Michka es anciana, pero ha sido y es una mujer culta que lee a diario Le Monde (aunque solo sea los titulares) y que ha leído a Sylvia Plath, Virginia Woolf, Doris Lesing... A veces pensamos que los ancianos son niños desprotegidos necesitados de ayuda, que no entienden el mundo que les rodea y a los que hay que explicar las normas para moverse, por el mismo. Pero a veces esos ancianos indefensos a los que tratamos con condescendencia, cuando no con desprecio, podrían enseñarnos mucho del funcionamiento del mundo, nos dan muchas vueltas en cultura, lecturas, conocimientos. «No me oye bien y pierde el hilo. Entonces la conversación se simplifica, se ritualiza, se vacía a mi pesar. De pronto su voz me parece muy lejana. Pongo todo mi empeño, pero no funciona, siempre acabo hablándole como si fuera una niña y se me rompe el corazón, pues sé muy bien qué tipo de mujer ha sido».
Marie lo sabe porque Marie la conoce desde hace mucho tiempo. Sabe que sin Michka su vida hubiera sido muy distinta. Michka sustituyó a su madre, la fue sustituyendo cada vez más y Marie sabe que sin ella su vida hubiera sido muy distinta, y sabe que tras la afasia, tras la pérdida de las palabras, tras los olvidos y la torpeza Michka sigue siendo la mujer que siempre fue. La que le salvó la vida, aquella a la que tanto debe.
Pero de pronto, de la noche a la mañana, todo ello se hace imposible. «Antes, todo iba bien. Después, ya no iba nada». Michka ya no puede vivir sola e ingresa en una residencia. A partir de ese momento, Jérôme, el logopeda, se turnará con Marie para contarnos la historia, una historia que empieza cuando Jérôme la visita por primera vez y la encuentra mirando debajo de la cama peligrosamente agachada.
Jérôme se irá encariñando con la mujer. Se harán confidencias y ambos sabrán de la vida del otro. De las deudas que tienen por pagar y que Michka le recomendará que pague antes de que el tiempo con su caminar implacable se lo impida. Jérôme tratará de que Michka encuentre las palabras mediante juegos, adivinanzas, ejercicios. Aunque las palabras en la anciana han emprendido un viaje sin retorno para alejarse de ella.
Pero Michka no busca solo las palabras. Ahora que siente que ya no le queda mucho tiempo, intenta buscar por segunda vez a una familia, la familia que la acogió durante la Segunda Guerra Mundial salvándole la vida. Y así sabremos de la historia remota de Michka y de su necesidad de dar las gracias a aquellas gentes a las que no ha vuelto a ver y de las que ni siquiera sabe el nombre. La cuidaron cuando era una niña, pero nunca los ha olvidado, como nunca olvidó a su madre, perdida en el laberinto inextricable de la guerra.
«Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias.
Y con el miedo a morir.
Forma parte de mi oficio.
Pero lo que me sigue sorprendiendo, lo que me alucina incluso, lo que aún hoy —tras más de diez años de práctica— me deja a veces sin aliento, es la perdurabilidad de las penas infantiles. La huella ardiente, incandescente, que dejan a pesar de los años. Una huella indeleble».
Las gratitudes trata de eso, de las gratitudes que se acumulan en la vida. De esas personas a las que tanto debemos y de las que a veces nos olvidamos o no nos acordamos con la suficiente frecuencia. Trata incluso de esas personas que nos han agraviado, a las que tenemos mucho que cobrar, pero también es posible que tengamos algo que pagar. Jérôme no quiere saber nada de su padre al que hace años que no ve, pero Michka le recomienda que se ponga en contacto con él y le diga «Todo. Todo lo que luego te amortaja… lo que te atormenta cuando la gente desaparece, fiuuu…, cuando menos te lo esperas. Pasa a menudo, ¿sabes? No hay que guardarse las cosas dentro. Provocan peladillas… pesadillas, ya me entiendes».
Marie sí sabe lo que le debe a Michka. Puede que nunca le haya dado las gracias de manera explícita, pero sigue portándose con ella como una hija en correspondencia a la madre que la anciana fue para ella. «A menudo pensaba: "Le debo tanto." O: "Sin ella, probablemente ya no estaría aquí."
Pensaba: "Es tan importante para mí."»
Michka sabe lo mucho que le debe a aquella familia que la acogió y a la prima de su madre que se hizo cargo de ella después y hasta su mayoría de edad. «Aquella mujer me acogió porque era su deber. No tenía mucho dinero, pero pagó por mi educación».
Como ya hiciera con Las lealtades, en esta nueva entrega del ciclo, nos pone ante otro de los sentimientos que pueden encadenar a los seres humanos. Pero si en Las lealtades nos ponía ante lo nocivo que puede llegar a ser ese sentimiento, ante la violencia, real o mental, que puede llegar a generar sobre todo cuando se lleva al extremo, la gratitud que aquí se nos muestra es suave, envuelve, da calor; le pone a la vida el color de todo lo que recibimos, de los dones que desinteresadamente se nos otorgaron; nos pone ante la necesidad de dar las gracias antes de que sea demasiado tarde, cuando aún hay tiempo.
En palabras de la autora en una entrevista concedida a msur.es «me había dado cuenta de que a menudo en la vida es complicado decir gracias. Sí, lo decimos como veinte veces al día, pero de forma trillada. Expresar la gratitud es complicado, y a veces las personas desaparecen antes de que podamos mostrársela. Otras veces es incómodo, incluso para quien recibe el agradecimiento». Y nos cuenta también que Michka está inspirada en una tía suya a la que tenía mucho que agradecer porque compensó muchas carencias familiares. Sabiendo un poco de la vida de la autora por sus novelas leídas, imagino las muchas carencias que dicha tía tuvo que compensar.
Y habla también de la novela que iba a continuar el ciclo y que iba a tratar de las ambiciones, imagino que ese sería también el título, Las ambiciones, pero se le cruzó otra historia que ya está publicada en Francia, Les enfants sont rois y que espero con impaciencia a que se traduzca al castellano. Como también espero que esa tercera entrega, supuestamente titulada Las ambiciones, sea una realidad.
Otras novelas de Delphine de Vigan reseñadas en Cuéntame una historia:
"Nada se opone a la noche" (2011)
"Basada en hechos reales" (2015)
"Basada en hechos reales" (2015)
"Las lealtades" (2018)
Título del libro: Las gratitudes
Autora: Delphine de Vigan
Nacionalidad: Francia
Título original: Les gratitudes
Nacionalidad: Francia
Título original: Les gratitudes
Traducción: Pablo Martín Sánchez
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 176
Hola.
ResponderEliminarPues una vez más haces que quiera leer esta obra. Me gusta el enfoque, la temática...
Me parece muy buen consejo el que le da a Jérôme respecto a su padre. Yo soy de las que no perdonaría a un padre solo por serlo, creo, pero sí que es bueno decir lo que se siente. Un conocido nuestro pasó una situación parecida y cuando su padre estaba muy grave quiso verle (el padre al hijo) y nuestro conocido se negó. Pues cuando el padre murió siempre se arrepintió. Dice que debería haber compartido todo lo que tanto daño le había hecho. Y aunque no le perdonase, no le quedaría esa sensación de vacío, porque dejar un círculo sin cerrar siempre genera ansiedad. Como dice la protagonista, te amortaja.
Muchas gracias por la reseña y tomo nota.
Feliz miércoles.
Creo que a un padre nos e le debe perdonar solo por el hecho de ser padre. Incluso creo que precisamente por ser padre hay cosas que no se le deben perdonar. Creo que esta novela te gustará. Todas las de la autora plantean temas muy interesantes, lo hacen muy bien y están bien escritas. Para mí es de los más recomendable.
EliminarUn beso.
Una autora que lleva tiempo entre mis pendientes. Esta novela ya la tenía apuntada. Me gusta mucho lo que cuentas de ella. Sé que la disfrutaré cuando le llegue su turno, que a ver si es pronto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y aún me gustó más Las lealtades. Es una gran autora que yo no dejaría pasar. Seguro que la disfrutas.
EliminarUn beso.
Me gusta muchísimo De Vigan, he leído siete de sus novelas, y Las gratitudes fue tan buena lectura como el resto y es que me gustan sus historias que tanto me hacen reflexionar, y me gusta su modo de narrarlas, con esa sencillez y esa aparente suavidad con la que nos presenta tanta verdad descarnada. Pendiente tengo Las lealtades y espero no tardar demasiado en ponerme con ella.
ResponderEliminarBesos.
A mí aún me quedan dos de las antiguas por leer, pero todo lo leído me ha encantado. Las lealtades aún me gustó más que Las gratitudes. Y espero que pronto se traduzca y se publique en España Los niños son los reyes. Es una autora de no perderse nada suyo.
EliminarUn beso.
Hola ,Rosa. Pues yo creo que ahora nos creemos con tanto derecho a merecer todo porque sí, que se está olvidando hasta el gracias trillado, ya ni eso. Respecto a lo que dice de los ancianos,del valor que tienen, tiene toda la razón. Lo decía Pérez Reverte en una entrevista, los ancianos son auténticos maestros, no tienen que modernizarse sino que los jóvenes deben aprender de ellos, valorarlos. Y ha se ha visto en la pandemia lo muy egoísta que fue mucha gente porque los que se llevaban la peor parte eran precisamente los ancianos. Tengo que reconciliarme con esta autora. Cuando leí Basad en hechos reales no me entendí con ella pero a la vez tenía la sensación de que es una autora que me tiene que gustar porque es el tipo de literatura y estilo que me gusta. Además había partes muy brillantes aunque no me gustó el conjunto. No sé si será con Las gratitudes o Las lealtades pero volveré con ella.
ResponderEliminarBesos
Tienes razón. Vivimos en un mundo en que nos creemos con derecho a tenerlo todo y a tenerlo ya; con derecho a que todos se apresuren a cumplir nuestros deseos. Y compartimos este mundo con otros mundos en los que a la gente le cuesta o, sencillamente, no puede conseguir lo más necesario. Algunos de esos mundos están muy lejos, pero otros los tenemos al lado.
EliminarCentrándome en la autora, todo lo que he leído de ella, cinco novelas ya, me ha gustado mucho. Puede que Basada en hechos reales pierda algo de significado si no se ha leído Nada se opone a la noche, su precedente natural y que te recomiendo.
Un beso.
Pues esperemos que sí, que Las ambiciones sea una realidad, aunque creo que a mí cualquier libro de de Vigan me viene bien. Imagino también las carencias que suplió esa tía en la que se basa el personaje de Michka. Tengo pendiente esta segunda novela del ciclo. Tu reseña la hace muy atractiva. De no tener ya apuntada esta lectura la apuntaría.
ResponderEliminarBesos
Yo también espero que Las ambiciones llegue pronto y que Los niños son los reyes se traduzca. las novelas de Delphine de Vigan son siempre muy esperadas y recibidas con agrado. Aún me quedan dos de las antiguas que espero no tardar en leer.
EliminarUn beso.
Me gusta esta autora, me tomo nota de esta que no l tengo. Tu buena reseña me la hece atractiva.
ResponderEliminarGracias Rosa.
Un abrazo.
Seguro que la disfrutas como todas las demás. No es la mejor para mi gusto, pero está a la altura de su autora.
EliminarUn beso.
Creo que nunca he leído una novela con una temática similar. Me da la impresión que debe ser conmovedor el repaso mental de todas las cosas que podemos agradecer a otros y tener la gran maravillosa oportunidad de poder expresar ese agradicimiento estando ahí para aquellos que en el pasadonos dieron fuerza pero que ahora mismo está vulnerables o indefensos ante el progreso de la vejez que no da tregua. Yo misma tengo figuras de autoridad en mi vida que ya están a una avanzada edad y me identifico con su comentario: "expresar la gratitud es complicado, y a veces las personas desaparecen antes de que podamos mostrársela."
ResponderEliminarTodo lo relativo a nuestros mayores está lleno de sentimientos complejos. Se mezcla la gratitud por las deudas que contrajimos con la necesidad de cobrar las deudas que nos deben. Todos tenemos cosas que agradecer y cosas que reprochar y es que en las relaciones entre padres e hijos hay una gran mezcla de amor y egoísmo por ambas partes. Sea como sea, no hay nada peor que perder a esas personas sin haber llegado a hacerles saber nuestro amor y nuestra gratitud.
EliminarLas novelas que tratan sobre ancianos, deterioro vital, enfermedad, etc. no son muy abundantes. No creo que el tema sea un buen reclamo y seguramente las editoriales no son muy partidarias. Delphine de Vigan se lo puede permitir por su prestigio y porque vende independientemente del tema. Yo, desde luego, compro sus libros incondicionalmente.
Un beso.
Hola, Rosa. Me gusta lo que cuentas sobre esta novela y la reflexión que provocará su lectura en todo lector. Cuanto debemos agradecer en nuestras y curiosamente casi nunca lo hacemos. Gracias por tus impresiones.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
La gratitud es uno de esos sentimientos que todos tenemos, pero raramente ponemos en palabras. Y no es el típico gracias que le dices a la gente a cada paso, sino ese agradecimiento profundo al amigo que te acompañó en tus peores momentos, a los padres que te soportaron tus caprichos y tus desplantes... ese tipo de gratitud es el que debe manifestarse y casi nunca se hace. De es gratitud es de la que habla este libro.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminaresta autora es una de mis preferidas, me gusta mucho como escribe y cómo transmite. He leído de ella dos: "Dias sin hambre" y "Basada en hechos reales" y me quedé con ganas de seguir con sus escritos, así que igual es con esta o con cualquier otra.
Que esta trate de fondo sobre la gratitud, me ha recordad la novela "Los ingratos" de Pedro Simón, que también aborda ese sentimiento pero al revés, la no-gratitud, cuando habría que haberla, sobre lo que dice esta autora de no saber dar las gracias a alguien que te ha ayudado en la vida, que ha estado junto a ti en momentos delicados y te ha ayudado a salir adelante de forma desinteresada
No sé cuando llegará el momento de esta novela, pero sé que voy a seguir leyendo a De Vigan
Me ha encantado leer tu opinión sobre esta novela, me ha recordado que tengo que seguir con ella
Besos
Tienes que leer Nada se opone a la noche. Tras haberlo leído, Basada en hechos reales cobra más significado.
EliminarMe alegro de que me hayas recordado Los ingratos. Lo tengo en lista, pero ya ha ido quedando rezagado por otras cosas. A ver si lo rescato.
Te gustará este libro y también Las lealtades.
Un beso.
¡Menuda historia! No he leído nada de esta autora pero la apunto porque me has atrapado con esta reseña. El tema de la vejez se suele tratar con mucha condescendencia y es algo muy injusto y muy absurdo también. Esa tendencia a infantilizar a los ancianos a mí me molesta muchísimo y me parece, en realidad, una falta de respeto. Me ha encantado leerte, Rosa. A ver si le hago un huequito a esta historia. Un beso.
ResponderEliminarNo se debe tratar a los ancianos con condescendencia, a nadie en realidad, no deja de ser despreciativo. Pero es difícil, en ocasiones, no tratarlos como niños. Es que algunos se vuelven niños y es difícil tratarlos de otra forma. Me pasa con mi madre. Solo para que coma me veo haciendo y diciendo cosas que no hacía desde que mi hijo era un crío.
EliminarTe gustará leer este libro o cualquier otro de la autora. Es muy buena. Ya nos contarás.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarDesde luego tengo que leer a esta autora, me llaman la atención todos los títulos que comentas.
Veo que, aunque puede ser un tema duro: el hacerse viejo, el perder la memoria de las palabras... al final es un libro con buenos sentimientos, que te deja el corazón calentito.
Totalmente de acuerdo en que a menudo vemos a los ancianos como personas desvalidas, que no saben nada, y se nos olvida por todo lo que han pasado.
¡muchos besos y gracias por la recomendación!
Todos los libros que he leído de Delphine de Vigan son muy buenos. Me han gustado mucho. Algunos tratan de su propia vida y la vida de su familia. Otros no tienen nada que ver con ella, al menos aparentemente, pero en todos hay muchas reflexiones muy interesantes y emotivas.
EliminarTe la recomiendo. Seguro que te alegras de leerla.
Un beso.
Esta es otra autora que aún no he leído. Lo cierto es que me estoy dando cuenta de que me queda mucho por leer entre clásicos y modernos. Un amigo me ponía verde por querer leer algún best seller, me decía que era una pérdida de tiempo y yo me ponía furiosa. Hoy le doy la razón en cierto modo porque hay tanto y bueno que leer que quizá el tiempo no sea suficiente y hay que escoger. De ahí que me guste ver los descubrimientos que me haces.
ResponderEliminarGracias, Rosa.
Un beso.
A mí de vez en cuando me gusta leer algo muy entretenido y que no me suponga ningún problema. Pero escojo libros con una cierta calidad. Si no, no los aguanto. No tengo problemas con los best seller, algunos son muy buenos.
EliminarLo mejor es que entre las novelas de gran calidad las hay muy entretenidas y gratas de leer. Lo que no soporto es que un libro me aburra, ni clásico ni moderno.
Esta autora es muy buena y, al menos a mí, me engancha.
Un beso.
Buenas tardes, Rosa:
ResponderEliminarHoy me has dado en el corazón con la temática del libro. Hace algunos años, un miembro de mi familia sufrió afasia. Es muy triste ver a una persona a la que quieres perder facultades para relacionarse y vivir con normalidad. Todo lo que argumenta esta novela y que tú nos cuentas me parece de suma importancia, por ello me llevo este título sin pensármelo un momento. Será mi primera incursión en la narrativa de la autora.
Un abrazo y muchas gracias por la estupenda reseña!!
Mi madre no tiene nada diagnosticado, pero la veo que también se le pierden las palabras. Quiere decir langostinos y dice mejillones, o sencillamente no le salen las palabras. Tiene que ser muy frustrante.
EliminarEs una autora que creo que te gustará. Cualquiera de sus novelas es de lo más interesante.
Un beso.
Me ha encantado lo que cuentas de ella a ver si no tardo mucho en leerla. Besos
ResponderEliminarTe la recomiendo. Es buena y además engancha.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, esta es una de mis autoras pendientes desde hace años, siempre que leo una reseña de alguna de mis novelas sube en mi lista de pendientes y luego, por unas cosas u otras vuelve a quedarse atrás. Tomo nota de esta y las demás que tienes reseñadas para ver por cual empiezo. Besos.
ResponderEliminarCualquiera de las novelas de Delphine de Vigan por la que te decidas te gustará y la encontrarás entretenida y con reflexiones muy lúcidas.
EliminarLa mejor para mí es Nada se opone a la noche, pero Días sin hambre es fantástica también... bueno, cualquiera de ellas.
Un beso.
Me sumo a los que no han leído a de Vigan, a pesar de todos los atractivos que encuentro en esta autora. Tu reseña es sumamente tentadora, como es habitual en ti.
ResponderEliminarLos fragmentos que seleccionas me parecen impactantes en cuanto a la profundidad que encierran, sobre todo ese de "la perdurabilidad de las penas infantiles. (...) Una huella indeleble." Me he detenido en ese párrafo y he retrocedido hasta mi infancia... es impresionante como algunas circunstancias de tan ya remoto pasado siguen nítidas en el bajage existencial, como una marca incandescente grabada en la piel hasta el final de nuestros días, en la vejez.
Esos retazos de vida cotidiana que, en su aparente nimiedad, revelan tanto me fascinan, y por eso me atraen escritoras como de Vigan, que tiene ese don de ser profundamente reveladora desde la sencillez, algo que es muy complejo.
Una reseña estupenda, apreciada Rosa.
Es una autora que seguramente disfrutarías.
EliminarSus novelas, tanto las que se basan en su propia vida como las que son de ficción totalmente, si es que alguna lo es, están llenas de reflexiones muy certeras e inteligentes. Además escribe muy bien.
Me enganchó desde la primera novela suya que leí.
La infancia deja en nosotros recuerdos y condicionantes muy profundos. Parece mentira que ese puñadito de años resulte más significativo que el resto de la vida. Aún recupero a veces olores y sensaciones de cuando tenía unos seis años.
Un beso.
Solo he leído de esta autora "Días sin hambre" que, por cierto, recomiendo a mis alumnos cuando les doy el seminario sobre trastornos de la conducta alimentaria.
ResponderEliminarNo he vuelto a repetir con ella y eso que aquella lectura me impresionó. Puede que la retome con esta novela que nos traes.
Un beso.
Recuerdo ahora otro libro sobre el tema que tal vez conozcas y, si no es así, te interese. Es de Espido Freire y se titula Cuando comer es un infierno, y es ensayo, no novela.
EliminarEse libro de Delphine de Vigan fue el segundo que leí y me pareció estremecedor, pero te recomiendo Nada se opone a la noche. Ahí profundiza en los problemas y la enfermedad mental de su madre. Es magnífico.
Un beso.
Este libro lo leí hace unos meses y me encantó. Es el único que he leido de esta autora. Voy a buscar más de ella. Un beso
ResponderEliminarCualquier libro que leas de Delphine de Vigan te gustará si te gustó este. No dejes de leer alguno más. Es fantástica.
EliminarUn beso.
Rosa, nunca me había parado a ver una fotografía de la autora y me ha resultado interesante. Lo único que conozco de la autora es la adaptación al cine que hicieron de Basada en hechos reales, pero esta de la que nos hablas hoy también resulta muy atractiva. Le echaré un ojo. Besos
ResponderEliminarLa película que hizo Polanski de Basada en hechos reales es muy buena, pero no da idea clara de la novela porque se aleja en parte de ella, cosa que me parece muy bien. Respecto a la foto de Delphine de Vigan, da idea de una mujer muy interesante y muestra la huella de la anorexia que sufrió en su día y que cuenta en Días sin hambre.
EliminarEs una autora que me gusta mucho y que te recomiendo.
Un beso.
Aún no he tenido la oportunidad de leer ningún libro de esta autora. Tengo varios apuntados pero no me he decidido a hacerlo. Eso sí, me llaman más la atención alguna de sus otras novelas; de hecho, creo que me estrenaría con Nada se opone a la noche
ResponderEliminarBesos
Creo que Nada se opone a la noche es su mejor novela. Fue la primera que yo leí y me dejó fascinada y enganchada. Una autora muy recomendable.
EliminarUn beso.
Hola!! Parece que desde el móvil si puedo comentar! Pues gracias por esta reseña, me anoto a la aurora .
ResponderEliminarPues muchísimas gracias por intentarlo hasta conseguirlo. Es una autora muy interesante que seguro que te gusta.
EliminarUn beso.
De esta autora he leído "Días sin hambre" y "Nada se opone a la noche", dos relatos duros, profundos, sinceros e impactantes.
ResponderEliminarEl libro que comentas esta vez también debe dejar su huella. Pero antes intentaré leer "Las lealtades" para seguir un orden.
Un abrazo
Yo he leído también Basada en hechos reales. Todas son muy buenas. Las lealtades u Las gratitudes se pueden leer sin seguir un orden pues nada tienen que ver una novela con otra en cuanto a trama y personajes. El único orden, que a mí también me suele gustar seguir, es el de publicación.
EliminarUn beso.