"Galveston" Nic Pizzolatto
Cuando eres un matón a sueldo en la parte alta de Nueva Orleans, solo hay algo casi tan malo como tirarte a la chica del jefe y es que el jefe, Stan Ptitko, tenga la mala idea de tirarse a tu chica, Carmen, y la idea aún peor de deshacerse de testigos incómodos que podrían pedirle cuentas. Así es que cuando Roy Cady se ve envuelto en una emboscada y consigue salir ileso, salvo por el cáncer que le han diagnosticado esa mañana - "nadie sale vivo de esto, pero al menos esperas que no te pongan una fecha límite" -, decide que lo mejor es poner tierra por medio y varios cientos de kilómetros entre su persona y Nueva Orleans.
Lo malo es que, puestos a poner en práctica malas ideas, Roy se apunta a la peor y en lugar de huir solo, con lo que aún le quedaría alguna esperanza - de escapar de los problemas con su jefe, no del cáncer -, escapa con una adolescente de dieciocho años, aprendiz de puta con mala fortuna y poco aprovechamiento, y una niña de cuatro años a la que quiere alejar de un futuro aprendizaje similar al de su compañera de viaje. Porque Roy Cady es un buen hombre, es un asesino a sueldo, pero eso es sólo su trabajo y fuera del trabajo, fuera de la necesidad de la mera supervivencia, Roy Cady tiene escrúpulos y moral y es capaz de cualquier cosa para salvar a sus amigas de las circunstancias más que adversas que cree adivinar en su incierto futuro.
El lugar elegido para ocultarse, de momento, es Galveston, una ciudad de la costa de Texas, en pleno Golfo del Mississippi, en una isla a poco más de 600 Km de Nueva Orleans. No parece un sitio muy seguro ni suficientemente lejano, pero a la altura de la laguna de Atchafalaya "las chimeneas de las refinerías ardían en plena noche y su rastro de humo gris resplandeciente me hizo recordar a Loraine en aquella playa de Galveston, con la cabeza apoyada en mi pecho mientras yo le hablaba de los campos de algodón". Y es que Roy Cady es un romántico con muy poco futuro en el mundo de los bajos fondos. Con muy poco futuro en general desde que le han diagnosticado su cáncer, "pero uno no deja de ser quien es sólo porque le aparezca en los pulmones un torbellino de motas de jabón en polvo". Así es que cargado con la joven y con la niña se aloja en un motel en Galveston donde se encontrarán con un grupo de personajes peculiares y situaciones cómicas dentro del drama que algunas encierran.
En la novela alternan los capítulos, muy largos, en los que se cuentan estos acontecimientos de mayo de 1987, con otros más cortos, donde hacemos un viaje de casi veinte años al futuro para encontrarnos en 2008.
Seguimos en Galvestone de la mano de un sexagenario que se sienta "a no olvidar"; que pasea un perro y un cuerpo lleno de cicatrices, placas metálicas, prótesis, cojeras, un parche en un ojo y demás miserias traumáticas. Y también pasea una mirada al pasado más sabia, más escéptica, más amarga; una mirada en la que descubre que se puede elegir menos de lo que se desea, que desde luego, no se puede elegir lo que se siente, "ni siquiera es cierto que puedas elegir cuándo sientes"; en la que descubre que, después de tantos años sólo desea que no vuelvan a hacerle daño porque "en algún momento me había convertido en un cobarde. O siempre lo había sido y sólo entonces me daba cuenta". Estamos con un hombre que, a pesar de no deber dinero a nadie, tiene deudas pendientes y vive con el temor de que vengan a cobrárselas. Pero lo único que viene es un fantasma del pasado a redimirle, en parte, de los pecados que no cometió.
Nic Pizzolatto es muy conocido de los amantes de las series americanas. Los que disfrutamos la primera temporada de "True detective" y la seguimos considerando la mejor serie que hemos visto lo conocemos bien. El fue el guionista de los ocho capítulos de la serie. Una serie en la que lo que menos importaba era quién y cómo y por qué había cometido los asesinatos. Lo realmente importante era la ambientación, los paisajes y, sobre todo, aquellos diálogos maravillosos que se
lo deben todo al buen hacer de un guionista excepcional.
Ese guionista es Nic Pizzolatto. En esta su primera novela, como en la serie, lo que menos importa es lo que pasa. La historia es sencilla, nada original. Por momentos nos parece que ya hemos leído o visto en cine toda la trama, o casi toda. Lo importante aquí es la manera en que está contada esa trama, el lenguaje, los diálogos, los ambientes - los mismos o muy similares que en "True detective" - cálidos, húmedos y pesados; escenas que denuncian su vocación de guionista:
"Me acompañó hasta la puerta, manteniéndose unos pasos más atrás. La abrí, salí y la luz del sol me cegó. En el soportal, me volví hacia ella.
—Me estoy muriendo —le confesé.
—Todos nos estamos muriendo.
La puerta se cerró con un golpe seco."
Estamos, por tanto, ante una buena novela, pero no ante la novela que algunos críticos y medios han pretendido vender. Está muy bien contada, engancha sobre todo la forma, pero en cuanto al contenido, se nos escapa entre los dedos como un puñado de arena seca y, mientras intentamos aprehenderlo, nos encontramos con un par de granos perdidos entre los pliegues y pegados al sudor de una manos, por lo demás, vacías. Y, no obstante, recomiendo su lectura, sobre todo a los amantes del género, sobre todos a los amantes de "True detective". La primera temporada. Yo me quedo esperando otras novelas del autor, porque si después de "Galvestone" (2010) hizo la serie (2012), algo muy interesante puede venir después.
Lo malo es que, puestos a poner en práctica malas ideas, Roy se apunta a la peor y en lugar de huir solo, con lo que aún le quedaría alguna esperanza - de escapar de los problemas con su jefe, no del cáncer -, escapa con una adolescente de dieciocho años, aprendiz de puta con mala fortuna y poco aprovechamiento, y una niña de cuatro años a la que quiere alejar de un futuro aprendizaje similar al de su compañera de viaje. Porque Roy Cady es un buen hombre, es un asesino a sueldo, pero eso es sólo su trabajo y fuera del trabajo, fuera de la necesidad de la mera supervivencia, Roy Cady tiene escrúpulos y moral y es capaz de cualquier cosa para salvar a sus amigas de las circunstancias más que adversas que cree adivinar en su incierto futuro.
El lugar elegido para ocultarse, de momento, es Galveston, una ciudad de la costa de Texas, en pleno Golfo del Mississippi, en una isla a poco más de 600 Km de Nueva Orleans. No parece un sitio muy seguro ni suficientemente lejano, pero a la altura de la laguna de Atchafalaya "las chimeneas de las refinerías ardían en plena noche y su rastro de humo gris resplandeciente me hizo recordar a Loraine en aquella playa de Galveston, con la cabeza apoyada en mi pecho mientras yo le hablaba de los campos de algodón". Y es que Roy Cady es un romántico con muy poco futuro en el mundo de los bajos fondos. Con muy poco futuro en general desde que le han diagnosticado su cáncer, "pero uno no deja de ser quien es sólo porque le aparezca en los pulmones un torbellino de motas de jabón en polvo". Así es que cargado con la joven y con la niña se aloja en un motel en Galveston donde se encontrarán con un grupo de personajes peculiares y situaciones cómicas dentro del drama que algunas encierran.
En la novela alternan los capítulos, muy largos, en los que se cuentan estos acontecimientos de mayo de 1987, con otros más cortos, donde hacemos un viaje de casi veinte años al futuro para encontrarnos en 2008.
Seguimos en Galvestone de la mano de un sexagenario que se sienta "a no olvidar"; que pasea un perro y un cuerpo lleno de cicatrices, placas metálicas, prótesis, cojeras, un parche en un ojo y demás miserias traumáticas. Y también pasea una mirada al pasado más sabia, más escéptica, más amarga; una mirada en la que descubre que se puede elegir menos de lo que se desea, que desde luego, no se puede elegir lo que se siente, "ni siquiera es cierto que puedas elegir cuándo sientes"; en la que descubre que, después de tantos años sólo desea que no vuelvan a hacerle daño porque "en algún momento me había convertido en un cobarde. O siempre lo había sido y sólo entonces me daba cuenta". Estamos con un hombre que, a pesar de no deber dinero a nadie, tiene deudas pendientes y vive con el temor de que vengan a cobrárselas. Pero lo único que viene es un fantasma del pasado a redimirle, en parte, de los pecados que no cometió.
lo deben todo al buen hacer de un guionista excepcional.
"Me acompañó hasta la puerta, manteniéndose unos pasos más atrás. La abrí, salí y la luz del sol me cegó. En el soportal, me volví hacia ella.
—Me estoy muriendo —le confesé.
—Todos nos estamos muriendo.
La puerta se cerró con un golpe seco."
Nic Pizzolatto |
Desde luego tus reseñas ponen el broche de oro a las tertulia!! Me ha encantado esa valoración final, sobre todo la comparación del contenido con la arena que se escapa entre las manos. Felicidades por tus reseñas y gracias, una vez más. Un beso
ResponderEliminarEs que cuando fui a hacer la reseña me di cuenta de que el contenido, la trama, era tan simple que al pensar en ella, se me escurría y la imagen de la arena me vino sola porque fue lo que sentí.
EliminarUn beso.
Hola!!!!!
ResponderEliminarPues requeteapuntadísima!!!!!! True detective es la segunda mejor serie que he visto(la primera es Breaking bad, sorry) y ese ambiente opresivo me ha cautivado. Mi hermana y yo la hemos visto un par de veces porque en esos diálogos siempre se descubre algo, y me ayudó, además, a superar miodio a Mathew Mcconaughey.
Me ha parecido un argumento muy interesante, a ver si ahora en verano saco tiempo para retomar mi ritmo de lectura, que ha bajado un montón.
Un besito.
Para mí, también "Breaking bad" era la mejor serie... hasta que vi "True detective" y la desbancó de ese primer puesto. Es una novela que se lee muy bien, muy cinematográfica, con un argumento un poco simple, pero muy bien contada con el lenguaje típico del autor. te gustará.
EliminarUn abrazo.
¡Guau! me ha enganchado tu reseña, Rosa, hubiera deseado seguir leyendo. Creo que voy a apuntar el libro porque ese personaje romántico, con escrúpulos (aunque enfermo) me tira.
ResponderEliminarPor otro lado, no he visto la serie True Detective, pero he oído hablar tanto y tan bien de ella que también la apunto.
¡Un besazo!
La serie es imprescindible. La novela está por debajo (la escribió un par de años antes), pero merece la pena. Me encanta el lenguaje y el personaje. Pero, porfa, no dejes la serie y me cuentas.
EliminarUn beso.
La verdad es que no soy muy de series. En cierto momento tuve que elegir: o leer y escribir o ver la televisión. Me quedé con lo primero.
ResponderEliminarSeguro que la novela es entretenida, me gustan esos diálogos con frases lapidarias, aunque en el fondo es puro efectismo. La reseña perfecta, como siempre. Muy eficaz la metáfora final de la arena, genial.
Un abrazo.
Yo la televisión sólo me la permito a partir de las nueve de la noche, pero claro, como no tengo niños, me queda toda la tarde para leer y escribir. Las frases lapidarias como tú dices a mí me gustan mucho también, puede que sean efectistas, desde luego conmigo tienen mucho efecto.
EliminarNo obstante, es que "True detective" es literatura hecha serie. Disfrutas de cada frase y de cada diálogo. Llega un momento en que no te importa quien es el asesino ni nada por el estilo. Entre los diálogos y la interpretación, no se necesita más.
Un abrazo.
Me vi la primera temporada de "True Detective" y me gustó mucho, el tándem McConaughey-Harrelson es francamente bueno.
ResponderEliminarSegún iba leyendo tu reseña no me apetecía mucho leer la novela, ya sabes que no siento mucha querencia por el género negro, pero al contar que el autor es el creador de esa serie televisiva....ya no sé.
Me lo apunto en la larga lista de pendientes, aunque dada su magnitud no sé cuándo le llegará el turno.
Gracias por tan buena reseña.
Un beso.
Si te gustó la serie, creo que la novela te puede gustar. Yo la leía y me imaginaba a Matthew McConaughey porque el personaje, a pesar de que en la serie es un policía y aquí es un asesino a sueldo, es un buen tipo, con su corazoncito y sus desastres sentimentales y un destino trágico como el de Rustin Cohle. Si hasta en el nombre se parecen, éste es Roy Cady.
EliminarUn beso.
No conocía la serie ni conocía al guionista, escritor de esta novela. Resulta apetecible, por lo que cuentas, aunque no te haya parecido maravillosa. No soy una habitual del género pero cuando leo una reseña sobre este tipo de literatura,me digo que para algunos momentos sería ideal.
ResponderEliminarTu reseña, Rosa, perfecta, como siempre.
Es un género que ha pasado de ser un simple divertimento de vacaciones a tratar temas muy variados, con tramas muy complejas e interesantes y con una crítica social descarnada. Se escribe mucho sin interés, pero los escritores buenos, son de lo mejor. Esta novela no es excepcional ni maravillosa, pero se lee muy bien y tiene muchos aciertos, un lenguaje muy incisivo y un personaje adorable (y asesino a sueldo).
EliminarUn beso.
Desde luego una buena reseña de un libro de género negro que parece prometer horas entretenidas.
ResponderEliminarUna novela no tiene por que ser perfecta y redonda. Las hay simplemente correctas y adictivas.
Besos.
Eso pienso yo. Con todo lo que leemos no podemos pretender que todo sea maravilloso. Hay cosas sencillamente agradables, entretenidas, y que, por las causas que sea, a una la atrapan.
EliminarUn beso.
Debo de ser una de las pocas personas que no han visto esta serie, y mira que veo (soy una friki de las series americanas). Me apunto la serie, el libro no termina de convencerme. Gracias, guapa. Besos
ResponderEliminarSi te gustan las series americanas, no puedes perderte ésta porque seguro que te gustará mucho. El libro lo puedes dejar, pero a la serie debes darle una oportunidad. Creo que no te arrepentirás.
EliminarUn beso.
No quería leer tu reseña hasta haber leído el libro. Totalmente de acuerdo, el tono literario es fantástico, los personajes y los lugares que describe son desoladores; pero el argumento se queda en mera disculpa para describir lo anterior.
ResponderEliminarUn libro que se lee con gusto, pero prefiero que el autor nos siga deleitando como guionista. Un beso
Yo creo que la próxima novela que escriba, si la escribe, será mejor. No hay que olvidar que, después de la novela, hizo el guión de la serie y si ahora volviera a escribir lo haría con una trama más compleja y el mismo lenguaje afilado y certero. Estaremos esperando.
EliminarUn beso.
Esta vez no me lo llevo, Rosa. Ahora mismo no dispongo de tiempo para leer, así que solo me estoy apuntando libros que me tienten mucho para cuando pueda retomar la lectura, y este no me llama mucho. Me alegra que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos
No sabes cómo te entiendo. Las listas crecen y crecen y hay más libros que vidas para leerlos. Es bueno saber poner freno y quedarse sólo con lo verdaderamente atrayente. Yo tengo que hacerlo también pues me dejo tentar por más cosas de las que lo merecen.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Como siempre una amena reseña. Hay dicho algo en ella y me causa gracia porque me pasa mucho cuando leo libros que se ponen de moda. Un libro puede tener un argumento poco original o lo que es lo mismo, comùn a otros libros o pelìculas, pero si se cuenta de una manera distinta, con un enfoque diferente y con una tècnica que distinga al autor de muchos otros; pues claro que deja una sensaciòn agradable.
ResponderEliminarEs cierto que a veces hace más la forma que el contenido y este libro es de esos. Da gusto leerlo, si te gusta el género, pero en realidad su argumento no es ni elaborado ni original. También es muy bueno el personaje.
EliminarUn abrazo.