Julio 2017
Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: «Amador». Ha venido con sus gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y la preparación no parecía poder ser entendida. He mirado otra vez: «Claro, cancerosa». Pero, tras la mitosis, la mancha azul se iba extinguiendo. «También se funden estas bombillas, Amador.» No; es que ha pisado el cable. «¡Enchufa!» Está hablando por teléfono. «¡Amador!» Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio, mira, me ve. «No hay más.» «Ya no hay más.» ¡Se acabaron los ratones! El retrato del hombre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo ibero de su inferioridad nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo la falta de cobayas.
El ambiente en el que nos sumerge esta novela, de la que muchos habréis descubierto ya el título, es el de la más oscura posguerra, en los más negros barrios de un Madrid gris y triste como solo podía serlo el Madrid de 1949. Un Madrid anclado en el silencio de un tiempo silencioso como el hambre, como la tristeza, como la voz muda de la miseria.
Se trata de la única novela completa de Luis Martín Santos. Tenía treinta y nueve años en 1964 cuando un accidente automovilístico terminó con su vida y con su obra. Solo hacía tres años que había publicado "Tiempo de silencio".
Al igual que el autor, el protagonista de la novela, Pedro, es médico. Aunque no trabaja con enfermos, sino con ratas y microscopios, en un laboratorio en el que investiga, o mas bien lo intenta, acerca del cáncer.
La novela nos introduce en un mundo de contrastes. Los ratones traídos de Estados Unidos y mantenidos en un ambiente luminoso y aséptico se mueren a mayor velocidad de lo que se reproducen y no hay presupuesto para reponerlos; los ratones criados en la chabola del Muecas, entre los pechos de su hijas, con menos luz y menos asepsia, pero con calor humano, sobreviven, y allí tienen que ir Pedro y su ayudante, Amador, a suplicar que les vendan algunos ejemplares con los que continuar sus estudios.
Estamos en la España de los años cuarenta y Madrid está rodeado de chabolas que empiezan a florecer para cobijar a las gentes que, venidas del campo, pretenden matar su hambre física y moral al cobijo de la gran ciudad y de las posibilidades que ofrece. En una de estas chabolas, sobreviven y se reproducen los ratones a partir de una pareja robada por Amador y regalada al Muecas.
El contacto entre Pedro y ese mundo desconocido para él, romperá todos sus esquemas, lo pondrá ante retos que nunca hubiera imaginado y le empujará a tomar decisiones que cambiarán su tranquila vida de inquilino de pensión enamorado de la hija de su patrona. Decisiones que arrastrarán en sus caprichosos giros a otros personajes totalmente inocentes y ajenos a las mismas.
Como contraste al ambiente chabolista, Pedro disfrutará del entorno burgués y acomodado de la familia de su amigo Matías, de las fiestas insulsas en las que corre el alcohol y la histeria frívola de la diversión. Entre la miseria de un lado y el derroche del otro, se encuentra el ambiente de la pensión regentada por una viuda y su hija que, víctimas de la guerra y de su azarosa crueldad tienen que alquilar las habitaciones de su casa para subsistir.
La muerte planea sobre esta historia, sale al paso de sus personajes, los golpea directa o indirectamente y los somete a los vaivenes del destino como si de una tragedia de la Grecia clásica se tratara.
Estamos ante una novela de contenido sencillo y de forma muy compleja. Tras esa forma, dicen los críticos, tal vez el autor pretendió confundir y distraer a los censores para poder así camuflar la profunda crítica de la sociedad de la época; una crítica que podría quedar en mera trama novelesca en una lectura superficial y poco atenta, y que también se disfraza bajo la ironía, los juegos de palabras y los distintos lenguajes utilizados según sea el personaje que habla, porque otra característica de la novela son los monólogos mediante los que algunos personajes nos van transmitiendo los hechos.
Es una novela de difícil lectura, para leer despacio, interpretando, sacando conclusiones, descifrando sus largas frases de sintaxis enrevesada.
Se la compara con Baroja y su trilogía, "La lucha por la vida", pero yo la veo más similitudes, en cuanto a personajes y situaciones, con "La Colmena" de Cela, aunque el estilo de esta sea más sencillo y la novela, mucho más fácil de leer.
También confesaba su autor contar entre sus influencias con Joyce, Proust y Faulkner. No he leído a Joyce (¿seré capaz algún día de enfrentarme al "Ulises"?), pero sí encuentro las reminiscencias de esos personajes del Sur de Estados Unidos retratados por Faulkner y de esa manera de narrar de Proust, con frases complicadas y largas (varias páginas pueden durar las del autor francés), que se adecua mucho más a "Tiempo de silencio" que la austera sencillez de Baroja.
Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes. Por ello comienza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.
Al igual que el autor, el protagonista de la novela, Pedro, es médico. Aunque no trabaja con enfermos, sino con ratas y microscopios, en un laboratorio en el que investiga, o mas bien lo intenta, acerca del cáncer.
La novela nos introduce en un mundo de contrastes. Los ratones traídos de Estados Unidos y mantenidos en un ambiente luminoso y aséptico se mueren a mayor velocidad de lo que se reproducen y no hay presupuesto para reponerlos; los ratones criados en la chabola del Muecas, entre los pechos de su hijas, con menos luz y menos asepsia, pero con calor humano, sobreviven, y allí tienen que ir Pedro y su ayudante, Amador, a suplicar que les vendan algunos ejemplares con los que continuar sus estudios.
Estamos en la España de los años cuarenta y Madrid está rodeado de chabolas que empiezan a florecer para cobijar a las gentes que, venidas del campo, pretenden matar su hambre física y moral al cobijo de la gran ciudad y de las posibilidades que ofrece. En una de estas chabolas, sobreviven y se reproducen los ratones a partir de una pareja robada por Amador y regalada al Muecas.
El contacto entre Pedro y ese mundo desconocido para él, romperá todos sus esquemas, lo pondrá ante retos que nunca hubiera imaginado y le empujará a tomar decisiones que cambiarán su tranquila vida de inquilino de pensión enamorado de la hija de su patrona. Decisiones que arrastrarán en sus caprichosos giros a otros personajes totalmente inocentes y ajenos a las mismas.
Como contraste al ambiente chabolista, Pedro disfrutará del entorno burgués y acomodado de la familia de su amigo Matías, de las fiestas insulsas en las que corre el alcohol y la histeria frívola de la diversión. Entre la miseria de un lado y el derroche del otro, se encuentra el ambiente de la pensión regentada por una viuda y su hija que, víctimas de la guerra y de su azarosa crueldad tienen que alquilar las habitaciones de su casa para subsistir.
La muerte planea sobre esta historia, sale al paso de sus personajes, los golpea directa o indirectamente y los somete a los vaivenes del destino como si de una tragedia de la Grecia clásica se tratara.
Estamos ante una novela de contenido sencillo y de forma muy compleja. Tras esa forma, dicen los críticos, tal vez el autor pretendió confundir y distraer a los censores para poder así camuflar la profunda crítica de la sociedad de la época; una crítica que podría quedar en mera trama novelesca en una lectura superficial y poco atenta, y que también se disfraza bajo la ironía, los juegos de palabras y los distintos lenguajes utilizados según sea el personaje que habla, porque otra característica de la novela son los monólogos mediante los que algunos personajes nos van transmitiendo los hechos.
Es una novela de difícil lectura, para leer despacio, interpretando, sacando conclusiones, descifrando sus largas frases de sintaxis enrevesada.
Se la compara con Baroja y su trilogía, "La lucha por la vida", pero yo la veo más similitudes, en cuanto a personajes y situaciones, con "La Colmena" de Cela, aunque el estilo de esta sea más sencillo y la novela, mucho más fácil de leer.
También confesaba su autor contar entre sus influencias con Joyce, Proust y Faulkner. No he leído a Joyce (¿seré capaz algún día de enfrentarme al "Ulises"?), pero sí encuentro las reminiscencias de esos personajes del Sur de Estados Unidos retratados por Faulkner y de esa manera de narrar de Proust, con frases complicadas y largas (varias páginas pueden durar las del autor francés), que se adecua mucho más a "Tiempo de silencio" que la austera sencillez de Baroja.
Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes. Por ello comienza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.
Una novela interesante, aunque como comentas parece un poco densa en su manera de relatar. Por ahora esta no me ha llamado mucho la atención, aunque el argumento si qeu me inspira cierta curiosidad.
ResponderEliminarUn besillo y gracias por traerla.
Esta novela es un clásico. Hay una película muy buena de Vicente Aranda. Mucho más fácil que el libro aunque igual de ilustrativa de las miserias de la época.
EliminarUn beso.
¡¡¡Hola!!!! Tiene buena pinta, en mi caso sería una novela de invierno porque parece densa.
ResponderEliminarBesos y muy feliz julio.
Bastante densa, pero muy interesante y representativa de una época histórica en España y de un momento literario muy concreto.
EliminarLa peli de 1986, de Vicente Aranda es más asequible y muy buena.
Un beso.
Estoy yo como para novelas complicadas, o quizá el que estoy un poco espeso soy yo... ¿O será el calor?
ResponderEliminarBesos
Será el calor. Esta novela es para leerla sin agobios de ningún tipo. Te recomiendo la película. Creo que te gustará. Si te decides, me cuentas.
EliminarUn beso.
Me gustan mucho las historias de posguerra, pero eso de que sea una lectura complicada me echa ahora mismo para atrás, y más ahora que empiezo las vacaciones. Aún así tomo nota del título porque no descarto darle una oportunidad en el futuro. Un saludo!
ResponderEliminarA mí también me dio mucha pereza abordarla, pero, por fin, a los veinticinco años, me decidí. Es una lectura difícil, no se puede negar, pero muy satisfactoria si le pillas el punto.
EliminarUn beso.
Recuerdo a una profesora que nos hablaba de esta novela con frecuencia. Si mal no recuerdo, en "Tiempo de silencio" hay una frase tan larga, que ocupa más de una página.
ResponderEliminarEs uno de esos libros que siempre dejo para después, porque me impone un poco la dificultad de su lectura.
Por tu reseña, veo que a pesar de ello, es una historia que merece la pena leer.
Besos, Rosa.
Durante mucho tiempo fue lectura obligatoria en COU para la Selectividad. Siempre me pareció una aberración y una manera de que los jóvenes odiaran la literatura. Es una novela que hay que leer voluntariamente, cuando te apetezca y sin presiones.
EliminarEsas frases que ocupan más de una página yo solo las he visto en este libro y en "En busca del tiempo perdido" de Proust. Imagino que habrá más libros que lo hacen, pero no han caído en mis manos.
A mí me parece que sí merece la pena, pero eso lo tiene que valorar cada uno.
Un berso.
Perece una novela para leer en otro tiempo no con el calor. Parece interesante de las que le gustan a mi marido, quizás se lo regale si lo encuentro, un abrazo
ResponderEliminar¿Calor? Ayer según me levanté, puse la calefacción porque había 19 grados en casa. No se puede salir sin chaqueta (y no de las finas). Ayer por la mañana, el coche marcaba 11 y 12 grados. Vamos que aquí, se puede leer cualquier cosa. No va a ser algo que dificulte el calor.
EliminarUn beso.
Intenté leer esa novela hace tiempo, en mi temprana juventud, pero creo que no terminé. Y ahora, aunque la imagino interesante, me da que tampoco es mi momento. Pero nunca se sabe.
ResponderEliminarUn beso.
No se puede negar que la novela es compleja y difícil de leer. Nunca imaginé como se podía hacer una película sobre ella y cuando vi la de Vicente Aranda reconocí su genio al saber extraer entre la compleja forma, toda la maravilla que encierra en el fondo.
EliminarTampoco sé si yo ahora podría leerla. Igual lo intento.
Me la apunto para leer, parece imprescindible y además me ha llamado la atención. Ahora tengo una lista larga de lecturas, pero en algún momento caerá. Coincido con mis compañeros en que si es un poco densa la dejo para el invierno! Un besito guapa
ResponderEliminarDensa es, pero genial, también. En invierno, días de lluvia y viento, al reguardo de la casa, se leerá mucho mejor que sintiendo la llamada del exterior.
EliminarUn beso.
No conocía esta obra ni el autor. Me ha gustado saber de ella a través de esta publicación, sin embargo no sé si apuntármela porque temo que esa (posible) intención del autor en confundir a la crítica también me confunda a mí que aún no ando muy centrada y necesito lecturas sencillas.
ResponderEliminarGenial manera de empezar julio.
Un beso, guapa.
Se ve que no te tocó la época de leerla para de Selectividad. A mí tampoco, afortunadamente. La leí con veinticinco años y la disfruté mucho. Llevaba tiempo esperando porque me había dicho el padre de una amiga que no era para adolescentes. Tenía razón (él era médico, pero se ve que sabía más de lectura y jóvenes que algunas mentes preclaras del sistema educativo de entonces; la cosa no ha mejorado).
EliminarUn beso.
Hola Rosa, esta novela la leí en el instituto. Yo ya tenía decidido hacer los estudios de Biología...la leí con el interés de una futura científica no tomando conciencia del trasfondo del libro (cáncer, situación de España) que luego me han "cercando". Con el tiempo vi la película de Aranda con Imanol Arias como actor principal. Nunca me gustó mucho este artista y creo que perdió bastante la historia con él; mira que cosas de la vida, después representó a esa España con su familia "ficticia". Bueno, estas son mis divagaciones, esos recuerdos que me has traído. Un abrazo
ResponderEliminarA mí Imanol Arias siempre me había gustado. Me parecía un actor muy natural, pero lleva un tiempo que está entregado a Antonio Alcántara y haga lo que haga, siempre hace de Antonio Alcántara.
EliminarEres de los pobres desgraciados que tuvieron que leer la novela por obligación. No sé cómo pudisteis. Hay que leerla libremente. Creo que leer "Tiempo de silencio" es uno de los mayores actos de libertad que se pueden tener. Y no leerlo también, por supuiesto. Pero decidir sobre ello, en todo caso.
Un beso.
Es un libro que me atrae pero lo que me hecha para atrás es que parece lento y difícil porque lo que cuentas, de modo que igual me inclino por ver la película de Aranda antes de leer el libro o lo dejo para el invierno, que he empezado una que me la voy a dejar medias,cosa que no me gusta, pero no puedo con ella se me a atragantado. un beso Rosa buen domingo.
ResponderEliminarEs lento y difícil y, la verdad es que Vicente Aranda ha sabido extraer la historia y dejarla libre de la complicación gramatical y sintáctica, pero, claro, esa complicación también tiene su encanto.
Eliminar¿Cuál es esa novela que se te ha atragantado? Me has dejado con la intriga.
Un beso.
Hola Rosa, antes de nada muchas gracias por visitar mi blog.
ResponderEliminarAl acercarme a tu rincón me he dado cuento de que tienes un blog precioso te lo tenía que decir.
En cuanto a la novela, estoy de acuerdo contigo, a mi me la hicieron leer en el Instituto, que es la mejor forma de coger manía a algo. Es una novela peculiar y creo que uno tiene que estar preparado e informado relativamente de lo que va a leer. Me ha parecido una reseña estupenda la que has hecho para coger con ganas una novela complicada. En cuanto tenga un tiempo volveré a hincarle el diente para poder disfrutarla mejor.
Te mando un abrazo muy fuerte y ¡me quedo aquí!
Gracias Ziortza. Me alegro de que te guste mi blog. Como no lo sabrás, te diré que las fotos de la cabecera son de mi abuela, cuando era muy joven, y de parte de mi biblioteca.
EliminarNunca entendí que se obligara a leer esta novela a los alumnos para la Selectividad. Es muy compleja y a los diecisiete años no se está preparado para leerla. Me imagino lo que tiene que ser para chicos que no han leído jamás nada. De no volver a coger una novela en la vida. Y es una pena con la de novelas divertidas y entretenidas que hay para animar a la lectura.
Un beso y bienvenida.
Coincido con Ziortza, es de esas novelas que te las mandan cuando por edad se acercan más al tostón que a la fascinación por la lectura. ¡Cuánto mal ha hecho el colegio a la lectura! Es una novela que tengo que revisitar, sin duda. Un abrazo!
ResponderEliminarMaravillosa novela y, aunque no esté catalogada como tal, yo la veo muy negra. Negra España, negra historia, novela negra.
EliminarYo también debería revisitarla.
Un beso.
Esta vez si que la he pillado al vuelo. Creo que hay toda una generación traumatizada con esta novela, que durante un tiempo fue lectura obligatoria en el instituto (se pasaron cien pueblos). Yo la leí hace cuatro años, después de operarme de un quiste en las cuerdas vocales. Tenía que estar sin decir ni pío dos semanas y me dije: ¿qué mejor lectura? A lo mejor esta circunstancia influyó, pero fue todo un viaje lisérgico-literario. Me parece un libro increíble. Lo leí en una edición profusamente anotada (lo que facilita las cosas) y para mí es una de las grandes maravillas de nuestras letras. Difícil, claro que sí. Pero también sublime. Había visto antes la adaptación que se hizo al cine, de gran mérito.
ResponderEliminarY ahora que lo pienso, me operé por estas fechas, jaja. Benditas coincidencias!!
Un abrazo.
Esas coincidencias se me han dado tanto, que es para creer en lo paranormal. Cada vez que releo un libro y voy a apuntar la fecha en que lo acabo, me suelo encontrar con que la vez anterior lo leí casi en el mismo momento, día arriba, día abajo.
EliminarUna gran novela, sí, pero para adultos muy formados y muy leídos, no para adolescentes que están cogiéndole gusto y que, lo más probable es que salgan huyendo de la lectura tras esta complicada novela.
Un beso.