"Mágico, sombrío, impenetrable" Joyce Carol Oates

Hoy, 19 de octubre, el lunes más cercano a la festividad de Santa Teresa de Jesús que es el 15, se celebra este año el día de las escritoras. Con ese motivo estoy participando en la iniciativa #LeoAutorasOct y me encanta que el día coincida con un entrada sobre Joyce Carol Oates, con cuyas novelas disfruto desde hace ya muchos años.

Todos los que me seguís sabéis que Joyce Carol Oates es una de mis escritoras favoritas y una de las que más aparece por este blog. Hace unos años, leí su libro de relatos "Infiel" y no llegué a pillarle el punto. De hecho, ni siquiera le hice reseña. Por entonces, 2016, no hacía entradas de todo lo que leía y este libro no llegué a hacerlo mío y fue de los que se quedaron sin ella. Puede que lo pillara en mal momento, muy bueno no era desde luego. El caso es que me he resistido durante cinco años a leer "Mágico, sombrío, impenetrable" por aquella sensación y la idea que me quedó de que los relatos de Joyce Carol Oates no estaban a la altura de sus novelas. O yo era incapaz de ponerlos a la altura.

Nada más lejos de la realidad según he podido comprobar con este libro que por fin he leído y me ha encantado. No tanto como sus novelas, he de confesarlo, pero sí más de lo que me suelen gustar los relatos. Y eso que últimamente he aprendido a disfrutarlos. 

Trece son los que se recogen en "Mágico, sombrío, impenetrable". O mejor dicho, doce y una novela corta, porque no creo que un relato de más de setenta páginas pueda ser considerado como tal. No sé muy bien qué pueden tener en común estos relatos para estar incluidos en un mismo libro. Todos ellos fueron publicados anteriormente en distintas revistas y periódicos hasta que en 2014, se publicaron en este volumen, "Lovely, dark, deep", que toma el título de uno de los más notables relatos que lo conforman.

En todos ellos son importantes la relaciones familiares, de amistad, compañerismo, sentimentales y/o sexuales. En casi todos hay mujeres con relaciones complicadas. En muchos aparece el mundo universitario con sus campus, su mundo culto y elitista, sus profesores y sus familias. Hay hospitales y hoteles; enfermedades y muertes; amores y desamores. Hay adolescentes empezando o terminando de vivir y hay ancianos desesperados o esperanzados. Constato de nuevo lo difícil que es hacer una entrada sobre un libro de relatos. ¿Por dónde empezar? 

Empezaré por uno de ellos, el que da título al libro, Mágico, sombrío, impenetrable.  En él aparece como personaje el poeta Robert Frost, un personaje real al que la autora hace objeto de una entrevista que no lo deja en muy buen lugar. "Señor Frost, ¿es posible que haya engañado a su público y que usted no sea un sencillo bardo de Nueva Inglaterra sino algo muy distinto? ¿Un emisario de «lugares oscuros», un poeta americano que ve y defiende lo peor que hay en nosotros sin disculparse en lo más mínimo, de hecho, con algo que puede calificarse de orgullo?". Primero el poeta trata de humillar y hacer que se sienta fuera de lugar a la joven, y aparentemente inexperta, entrevistadora, pero finalmente es esta la que lo pone delante de todas sus miserias y contradicciones. No conozco al poeta, ni lo he leído ni, confieso mi ignorancia, sabía nada de él hasta llegar a este relato, pero la autora se basa, según sus propias palabras en la nota que lo acompaña, en hechos reales. "Esto es una obra narrativa, aunque basada en investigaciones históricas (seleccionadas). Véase Jeffrey Meyers, Robert Frost: A Biography (1996). (N. de la A.)". Una relación de dominación en la que se van cambiando las tornas a medida que la entrevistadora se hace con el control y el poeta se va encontrando más acorralado. Y es que ella sabe de él mucho más de lo que él había imaginado.

Se inicia el libro con un curioso relato de título más curioso aún, Sexo con una camella, en el que un adolescente acompaña a su abuela a un hospital para una intervención. No sabemos qué tipo de intervención es, pero sospechamos que puede ser más grave de lo que el joven quiere admitir. Encontraremos más hospitales en otros relatos de "Mágico, sombrío, impenetrable". En un hospital se recupera un hombre del ataque de un perro; un hospital es el responsable de una terrible equivocación en el diagnóstico del que es víctima una joven; por un hospital persigue una mujer al marido que cree que va a abandonarla. 

Y además de hospitales, hay muerte en estos relatos. Hay muerte unida a los hospitales o alejada de ellos. Hay muertos por enfermedad, por accidente, por suicidio, por dejación. Hay hasta un personaje que desaparece por mutación... sí, por mutación, porque qué es si no cuando uno desea ser otra cosa distinta a un ser humano y lo desea con tanto empeño que lo termina consiguiendo. Hay un personaje muerto que nos cuenta su vida y como ve el mundo y a las personas tras su muerte "Kevie te echamos de menos te queremos. Kevie que Dios te acompañe. A veces, al oírlo, me dan ganas de gritar. A veces, lo reconozco, me revienta que no sean capaces de decir cinco putas palabras sin mentar a Dios. Como si al condenado Dios de los cojones le importase una mierda lo que me sucedió a mí ni lo que les ha sucedido a todos ellos, que es algo que acabarán descubriendo por sí mismos.". Kevin nos habla de su santuario y de las personas que se acercan a él en el lugar donde ocurrió el accidente que terminó con su vida. Kevin tenía diecisiete años. 

Hablan los muertos porque hay algún relato que se adentra en géneros que la autora cultiva en sus novelas, pero más en sus relatos. El mundo de los fantasmas, de lo misteriosamente esotérico, de lo que ya no está, pero se percibe. Ese mundo a medio camino entre lo inexistente y lo que podría existir más allá de lo que cabe en nuestros sentidos.

Hay un relato cuyo título, Un libro de mártires, me trae reminiscencias de otro título, en este caso una de sus novelas más largas, la última de las largas en realidad, "Un libro de mártires americanos". Y veo, como me figuraba, que es una especie de boceto del que años más tarde saldría su maravillosa obra. En el relato está ya prefigurada la entrada a la clínica donde se realizan los abortos, la violencia de los antiabortistas capaces de matar para evitar el propio aborto. "Miembros de un piquete provida. Dando vueltas por la acera delante de la clínica y también en la calzada. Algunos llevaban pancartas. La persona de WomanSpace que había hablado con Drewe se lo había advertido: Tal vez haya manifestantes la mañana que está usted citada. Trate de no hacerles caso. Camine deprisa. No hable con ellos. La ley les prohíbe tocarla o ponerle trabas de cualquier tipo". Prefigurado ya el tremendo dilema entre el aborto y la posibilidad de seguir adelante con el embarazo con todo lo que ello puede suponer.

Y por último quiero detenerme un poco también en Parricidio, el último relato al que ya he dicho que más bien llamaría novela corta debido a su extensión, y, tal vez por ella, el que más me ha gustado. Y puede que no sea el mejor, pero el mayor desarrollo de la historia hace que me haya recreado más en él y me haya resultado más satisfactorio. En esta novela corta hay un premio Nobel de literatura y su hija favorita, es un decir y ella se lo repite a sí misma demasiadas veces como para que nosotros nos lo creamos. El bueno de Roland Marks es demasiado egocéntrico y egoísta como para tener más favoritismos que su propia persona. Roland ha muerto. Desde el principio nos lo cuenta su hija así como su propia participación (o la culpa por la participación que imagina) "[...] seguí sin moverme en la terraza de piedra, situada por encima, y contemplé en silencio lo que sucedía. Si fueran a procesarme por el asesinato de mi padre, si llegasen a juzgarme, sería aquel silencio lo que me condenaría". Después de ser partícipes de esa muerte, lo seremos de la vida del escritor y de sus relaciones con esposas e hijos. Y con la jovencita que podría convertirse en la sexta señora Marks. Y todo ello lo veremos desde la perspectiva de Lou Lou, la hija favorita que lo ha dado todo y ha renunciado a todo por seguir siendo gozando de tal privilegio.

Joyce Carol Oates

Hay en estos trece relatos de "Mágico, sombrío, impenetrable" vida, muerte y amor (con todas las cuotas de desamor que suele tener que pagar). Hay en estos relatos lo que tiene que haber en la buena literatura y consiguen lo que tiene que conseguir la buena literatura: emocionar, inquietar, dejarnos incómodos con lo que intuimos más allá de lo que se nos cuenta.

Acaba de concederse en los días en que escribo esto el Premio Nobel de Literatura. De nuevo ha recaído en Estados Unidos, cosa que pensé que tardaría mucho más después de haberle tocado a ese país hace cuatro años con el premio a Bob Dylan. Se lo han dado a una mujer y es curioso que haya sido de nuevo en el género de poesía. El caso es que Joyce Carol Oates se ha vuelto a quedar sin él. No conocía a la ganadora, Louise Glück, hasta el día que se anunció el premio. No dudo de sus merecimientos y de la calidad de su obra, pero... 

Dejo aquí los enlaces a las reseñas de obras de Joyce Carol Oates que aparecen en el blog. 

"Mujer de barro".

"Blonde"

"Carthage"

"Rey de picas"

"Qué fue de los Mulvaney"

"Un libro de mártires americanos"

"Persecución"

Título del libro: Mágico, sombrío, impenetrable 

Autora: Joyce Carol Oates
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Lovely, dark, deep.

Traducción: José Luis López Muñoz

Editorial: Alfaguara

Año de publicación: 2015

Año de publicación original: 2014

Nº de páginas: 440