"La vida invisible de Eurídice Gusmão" Martha Batalha
Vaya por delante que este libro me ha gustado, pero creo que tenía unas expectativas muy altas debido a lo que había leído acerca de él. Unas expectativas que no han llegado a cumplirse al cien por cien. Claro que las expectativas que me pueda formar son cosa mía y de nadie más y, teniendo en cuenta las que yo creo con mi entusiasmo lector, entiendo que os pase al resto y que luego el libro no transmita el mismo fervor a otros lectores.
Pero que conste que lo he leído con gusto, lo he disfrutado, me he reído y, encima, me ha tocado en el sorteo de Marina Córdoba con motivo de los 1300 seguidores en su blog "Mis lecturas". Como mi ejemplar es digital, estoy muy contenta por haber tenido suerte en el sorteo y por poder tener el libro en papel. Será un precioso recuerdo de Marina a quién desde aquí quiero dar las gracias.
Y ahora, vamos con "La vida invisible de Eurídice Gusmão". Eurídice es una mujer invisible, es la esposa de Atenor, la madre de Cecília y Afonso, la hija de..., la hermana de... Eurídice ha renunciado a su vida, a lo que le hubiera gustado ser, para convertirse en lo que cree que debe ser. Eurídice ha decidido no ser Eurídice. Desde que su hermana Guida se fue de casa, se sintió obligada a asumir el papel de la buena hija, la que llena de satisfacción a sus padres haciendo todo lo que se espera de ella. Y así decidió ser "la mejor hija de todas, la niña ejemplar, aunque esa niña ejemplar estuviese en profunda sintonía con la Parte de Eurídice Que No Quería Que Eurídice Fuese Eurídice". Y de esa manera dejó de ser ella y se sumió perezosamente en las convenciones, en lo esperable... en el matrimonio; en la mujer banal con el mejor atributo que puede tener una mujer, o, al menos, el mejor desde el punto de vista de Atenor: el tener la cabeza en su sitio. Dónde tenga las emociones, el alma o los deseos, no es algo que tenga demasiada importancia. No para Atenor.
Su matrimonio no es feliz, tampoco desgraciado, "hay quien piensa, incluso, que Eurídice y Antenor se enamoraron de verdad y que esa pasión duró los tres minutos de un baile lento en una fiesta de máscaras del Clube Naval". Ahora, es una relación llevadera, sin pasión, sin grandes alegrías ni grandes tristezas. Una de esas relaciones en las que se mantienen frías las cenizas que, tal vez, ardieron durante tres minutos en un baile de máscaras.
Lo único que rompe la monotonía y la frialdad en la casa familiar son las Noches de Lágrimas y Whisky que, periódicamente aquejan a Atenor e injustamente sufre Eurídice acusada, sin motivo, por algo que resultó ser cosa de la genética y por lo que también había sufrido su madre.
Por lo demás, la vida es tranquila. Ha decidido retirarse del sexo y para ello, como no le bastaban las indisposiciones en momentos clave, decidió matar dos pájaros de un tiro: burlar el tedio y disuadir al marido de acercarse a ella con intenciones distintas del caso beso en la frente. Y solo se le ocurrió hacerlo engordando. Mucho.
La vida es muy tranquila. Atenor en el trabajo, los niños en el colegio. Muchas horas libres para darse cuenta de que no es feliz. No se esconde la verdadera naturaleza, los ardientes deseos, las altas aspiraciones sin pagar a cambio el precio del tedio más paralizante. "Porque Eurídice, que lo sepáis, era una mujer brillante. Si le hubieran dado cálculos elaborados, habría proyectado puentes. Si le hubieran dado un laboratorio, habría inventado vacunas. Si le hubieran dado páginas en blanco, habría escrito clásicos. Pero lo que le daban eran calzoncillos sucios que Eurídice lavaba muy rápido y muy bien para, después, sentarse en el sofá, mirarse las uñas y pensar en qué debería pensar". Y para evitar pensar en su situación penosa y frustrante decide acometer tareas que se lo impidan, tareas que llenen su cabeza con cualquier actividad que le impida pensar. Con ello consigue recuperar su peso y sentirse feliz, o, al menos, ocupada.
¿Y qué paso con Guida? Ella no se conformó con lo que parecía estarle destinado y decidió enfrentarse a todos. Hace ya tantos años que se fue que Eurídice ni siquiera piensa en ella. O no demasiado. La vida no ha sido más fácil para ella, su rebeldía y valor no han tenido recompensa. Ella no renunció a ser quien quería, o puede que ni siquiera supiera quién quería ser, pero sea como sea, la vida se le ha hecho muy difícil casi desde el momento en que abandonó la casa familiar para huir con Marcos, "un partidazo que sus padres esperaban ver casado con otro partidazo. Eso era lo que los otros hijos habían hecho, eso era lo que los padres de Marcos habían hecho y eso era lo que pensaban que Marcos haría". Pero Marcos, al igual que Guida, no estaba hecho para lo previsible, lástima que nadie les hubiera enseñado a enfrentarse a lo imprevisto, a su propia rebeldía.
Guida vuelve cuando está a punto de no poder subsistir ni sacar adelante a su hijo. Vuelve después de haberlo intentado todo para seguir manteniendo su independencia. Aunque Eurídice no lo sabe, ya antes había vuelto, pero se encontró con las puertas cerradas y sin llaves para abrirlas. Guida vuelve e ilumina la vida de su hermana porque ni las más penosas necesidades, ni las carencias más vitales han sido capaces de terminar con su humor y su alegría traviesa.
Pero la novela trata de muchos más personajes. Esta es una novela de vidas que se cruzan porque casi cada uno de los participantes en la trama tiene su propia historia, y como además se remonta un par de generaciones en el tiempo, también asistimos a las historias de padres y abuelos. Tal vez sea esto lo que menos me ha gustado de la novela. Son tantas las vidas que se cuentan, que más parece un libro de relatos al que se ha querido dar cuerpo de novela relacionando entre sí a los protagonistas de dichos cuentos, pero como prima el formato de novela, tanta historia, tan minuciosa, de personajes tan secundarios, termina por resultar un poco artificial. Y es que no podemos obviar el hecho de que la protagonista indiscutible es Eurídice y cuando se nos cuenta la historia de Zélia o de Antônio, nos resulta extraño lo ajena que queda ella en la narración correspondiente.
Creo que la obra sería perfecta escrita como un libro de relatos, cada uno con su protagonista concreto. Me fascinaría, estoy segura, ver cómo van relacionándose los relatos entre sí, cómo la protagonista de uno es la vecina cotilla de la protagonista de otro; o el librero dominado por su madre, aparece como el enamorado silencioso de la que hace el papel de mujer abandonada en otro relato...
Es una opinión personal y sé que es muy raro verme a mí pidiendo relatos cuando estoy cansada de decir que es un formato que no me atrae mucho, pero creo que esta novela se quedó con las ganas de serlo y esa vocación frustrada es lo que me chirría un poco. Por lo demás, cada vida que en ella se nos cuenta es un mundo en sí misma, y son mundos muy buenos, curiosos, entretenidos, con sentido del humor dentro de su dramatismo y, por todo ello, no podría desaconsejar su lectura. Seguiré de cerca a la autora porque creo que promete. Esperemos que cumpla.
Y ahora, vamos con "La vida invisible de Eurídice Gusmão". Eurídice es una mujer invisible, es la esposa de Atenor, la madre de Cecília y Afonso, la hija de..., la hermana de... Eurídice ha renunciado a su vida, a lo que le hubiera gustado ser, para convertirse en lo que cree que debe ser. Eurídice ha decidido no ser Eurídice. Desde que su hermana Guida se fue de casa, se sintió obligada a asumir el papel de la buena hija, la que llena de satisfacción a sus padres haciendo todo lo que se espera de ella. Y así decidió ser "la mejor hija de todas, la niña ejemplar, aunque esa niña ejemplar estuviese en profunda sintonía con la Parte de Eurídice Que No Quería Que Eurídice Fuese Eurídice". Y de esa manera dejó de ser ella y se sumió perezosamente en las convenciones, en lo esperable... en el matrimonio; en la mujer banal con el mejor atributo que puede tener una mujer, o, al menos, el mejor desde el punto de vista de Atenor: el tener la cabeza en su sitio. Dónde tenga las emociones, el alma o los deseos, no es algo que tenga demasiada importancia. No para Atenor.
Su matrimonio no es feliz, tampoco desgraciado, "hay quien piensa, incluso, que Eurídice y Antenor se enamoraron de verdad y que esa pasión duró los tres minutos de un baile lento en una fiesta de máscaras del Clube Naval". Ahora, es una relación llevadera, sin pasión, sin grandes alegrías ni grandes tristezas. Una de esas relaciones en las que se mantienen frías las cenizas que, tal vez, ardieron durante tres minutos en un baile de máscaras.
Lo único que rompe la monotonía y la frialdad en la casa familiar son las Noches de Lágrimas y Whisky que, periódicamente aquejan a Atenor e injustamente sufre Eurídice acusada, sin motivo, por algo que resultó ser cosa de la genética y por lo que también había sufrido su madre.
Por lo demás, la vida es tranquila. Ha decidido retirarse del sexo y para ello, como no le bastaban las indisposiciones en momentos clave, decidió matar dos pájaros de un tiro: burlar el tedio y disuadir al marido de acercarse a ella con intenciones distintas del caso beso en la frente. Y solo se le ocurrió hacerlo engordando. Mucho.
La vida es muy tranquila. Atenor en el trabajo, los niños en el colegio. Muchas horas libres para darse cuenta de que no es feliz. No se esconde la verdadera naturaleza, los ardientes deseos, las altas aspiraciones sin pagar a cambio el precio del tedio más paralizante. "Porque Eurídice, que lo sepáis, era una mujer brillante. Si le hubieran dado cálculos elaborados, habría proyectado puentes. Si le hubieran dado un laboratorio, habría inventado vacunas. Si le hubieran dado páginas en blanco, habría escrito clásicos. Pero lo que le daban eran calzoncillos sucios que Eurídice lavaba muy rápido y muy bien para, después, sentarse en el sofá, mirarse las uñas y pensar en qué debería pensar". Y para evitar pensar en su situación penosa y frustrante decide acometer tareas que se lo impidan, tareas que llenen su cabeza con cualquier actividad que le impida pensar. Con ello consigue recuperar su peso y sentirse feliz, o, al menos, ocupada.
¿Y qué paso con Guida? Ella no se conformó con lo que parecía estarle destinado y decidió enfrentarse a todos. Hace ya tantos años que se fue que Eurídice ni siquiera piensa en ella. O no demasiado. La vida no ha sido más fácil para ella, su rebeldía y valor no han tenido recompensa. Ella no renunció a ser quien quería, o puede que ni siquiera supiera quién quería ser, pero sea como sea, la vida se le ha hecho muy difícil casi desde el momento en que abandonó la casa familiar para huir con Marcos, "un partidazo que sus padres esperaban ver casado con otro partidazo. Eso era lo que los otros hijos habían hecho, eso era lo que los padres de Marcos habían hecho y eso era lo que pensaban que Marcos haría". Pero Marcos, al igual que Guida, no estaba hecho para lo previsible, lástima que nadie les hubiera enseñado a enfrentarse a lo imprevisto, a su propia rebeldía.
Guida vuelve cuando está a punto de no poder subsistir ni sacar adelante a su hijo. Vuelve después de haberlo intentado todo para seguir manteniendo su independencia. Aunque Eurídice no lo sabe, ya antes había vuelto, pero se encontró con las puertas cerradas y sin llaves para abrirlas. Guida vuelve e ilumina la vida de su hermana porque ni las más penosas necesidades, ni las carencias más vitales han sido capaces de terminar con su humor y su alegría traviesa.
Martha Batalha |
Pero la novela trata de muchos más personajes. Esta es una novela de vidas que se cruzan porque casi cada uno de los participantes en la trama tiene su propia historia, y como además se remonta un par de generaciones en el tiempo, también asistimos a las historias de padres y abuelos. Tal vez sea esto lo que menos me ha gustado de la novela. Son tantas las vidas que se cuentan, que más parece un libro de relatos al que se ha querido dar cuerpo de novela relacionando entre sí a los protagonistas de dichos cuentos, pero como prima el formato de novela, tanta historia, tan minuciosa, de personajes tan secundarios, termina por resultar un poco artificial. Y es que no podemos obviar el hecho de que la protagonista indiscutible es Eurídice y cuando se nos cuenta la historia de Zélia o de Antônio, nos resulta extraño lo ajena que queda ella en la narración correspondiente.
Creo que la obra sería perfecta escrita como un libro de relatos, cada uno con su protagonista concreto. Me fascinaría, estoy segura, ver cómo van relacionándose los relatos entre sí, cómo la protagonista de uno es la vecina cotilla de la protagonista de otro; o el librero dominado por su madre, aparece como el enamorado silencioso de la que hace el papel de mujer abandonada en otro relato...
Es una opinión personal y sé que es muy raro verme a mí pidiendo relatos cuando estoy cansada de decir que es un formato que no me atrae mucho, pero creo que esta novela se quedó con las ganas de serlo y esa vocación frustrada es lo que me chirría un poco. Por lo demás, cada vida que en ella se nos cuenta es un mundo en sí misma, y son mundos muy buenos, curiosos, entretenidos, con sentido del humor dentro de su dramatismo y, por todo ello, no podría desaconsejar su lectura. Seguiré de cerca a la autora porque creo que promete. Esperemos que cumpla.
¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarPues tiene muy buena pinta. Opino lo mismo con tanta historia, si se abusa puede parecer un libro de relatos que apunta a ser novela.
Mil gracias por la reseña, genial como siempre y que me deja con ganas de leerla a pesar de tus expectativas algo incumplidas.
Besos y feliz domingo.
Una lectura entretenida y fresca que, desde luego, aunque no cumpliera con todas mis expectativas, no dejaré de recomendar. Yo la he disfrutado y creo que te gustaría.
EliminarUn beso.
Bueno, ya sabes que lo lei hace semanasy me gustó, no esperaba nada porque no habia reseñas y no tenía referencias y como tu dices, en ocasiones las expectativas nos influyen. De todas formas creo que te ha gustado y eso es lo importante. Buena reseña.
ResponderEliminarUn beso
Por supuesto que me ha gustado. Como digo en la reseña, las expectativas son cosa de cada uno. Y que se cumplan o no, también lo son en gran medida. Es cierto que el hecho de ir predispuesta, a favor o en contra, altera nuestra percepción y puede hacer que algo nos guste más o menos de lo que nos hubiera gustado sin tener ideas preconcebidas, pero es imposible en muchas ocasiones ir con esa pureza de espíritu.
EliminarUn beso y gracias por tus palabras.
A mí me encantó esta "novela" precisamente por lo que a ti no te ha gustado. La historia de cada personaje tiene su justificación o su explicación en las de los que le rodean, de ahí esa profusión de historias colaterales. Puede que no sea una novela en su sentido más estricto pero, como escribí en mi propia reseña, refleja que cada uno somos lo que hemos vivido y vivimos según lo que somos.
ResponderEliminarUn beso y aprovecho para despedirme de tu blog por unas semanitas. Necesito desconectar .
A ver, a ver. Yo no he dicho que no me haya gustado. Y las historias de cada personaje son muy buenas, lo que pasa es que, al ser personajes muy secundarios que tienen que ver muy poco con la trama, sentía que me la interrumpían a cada momento. Es como cuando, en una película musical, de pronto, en medio de la historia se ponen a cantar. Siempre me ha parecido antinatural.
EliminarSi esas historias hubieran estado en relatos en los que cada cual fuera el protagonista, me hubieran resultado más normal.
¿Necesitas desconectar de mi blog? No pensaba que fuera tan intenso. 😂😜
Es broma. Ya te he entendido. Disfruta de tu desconexión. Yo me voy mañana de viaje, pero dejo un montón de entradas programadas. Espero poder compartirlas en redes sociales.
Un beso.
Hola Rosa, he leído tu reseña, interesante la visión con que la cuentas. Tengo poco que aportarte. Es un tema muy recurrente, creo, en un momento de mi vida lo hubiera leído ahora no. Si me ha llamado la atención como has llegado a la conclusión que podrían ser relatos que la autora ha convertido en un novela. Cuando quieres meter tantos personajes debes de saber muy bien entrelazar las vidas, todos los personajes deben estar hablándote a la vez en tu cabeza, al menos, es lo que pienso yo. Gracias por la reseña. ¡Felices vacaciones!. A mi me toca quedarme hasta septiembre, en esa fecha a lo mejor nos escapamos a algún lugar. Un abrazo
ResponderEliminarEs una novela curiosa y bien escrita, tal vez, con el fallo de muchos autores noveles que intentan contar demasiadas cosas y darle profundidad y vida propia a todos sus personajes, incluso a los que, sin más, deberían pasar por allí. Pero es solo una apreciación mía. En su favor diré, ya lo he dicho,que las historias de esos actores tan secundarios, son muy interesantes
EliminarYo seguiré por aquí. Me voy,pero dejo esto preparado.
Un beso.
Soy yo, Rosa, la que te agradece tu participación en el sorteo y tu presencia tan activa en las redes sociales. Esta novela me gustó porque su autora ha logrado tejer un complejo tapiz con historias de la cotidianidad de hombres y mujeres de la época. Preciosa reseña, como es habitual en ti.
ResponderEliminarBesos
Además historias muy buenas, como he dicho. Lo que pasa es que algunos personajes casi están representados solo por lo que se nos cuenta de ellos y tienen muy poca relevancia en la historia principal. No sé, a lo mejor, es algo que me ha salido un poco de ojo y me ha obsesionado.
EliminarNo obstante, el balance final es muy bueno. Lo he disfrutado mucho.
Un beso muy grande y gracias de nuevo.
Tiene algo que me llama la atención, pero también confieso que novelas en las que abundan los personajes sin tener una línea argumental clara me aburren... así que creo que la dejo pasar. Magnífica reseña de todas formas, Un saludo!
ResponderEliminarBueno, creo que no me he expresado bien. Linea argumental sí tiene y además muy clara, lo que pasa es que, por el medio, relata historias de los personajes, lo que está muy bien en personajes principales que tienen relevancia en ese argumento general. Pero sucede, desde mi punto de vista, que también cuenta esas historias de personajes muy accesorios, que creo que deberían figurar como lo que son, sin que su historia tenga más relevancia de la que tiene su propio papel en la trama.
EliminarUn beso y gracias por tus palabras.
Últimamente también me ocurre, las grandes expectativas de muchas novelas negras generadas por el marketing que acaban en verdaderos pufos. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, además de tener cuidado con lo que se desea, hay que tenerlo con lo que se espera, aunque esto no ha sido, ni mucho menos, un pufo. La objeción que le pongo responde, más bien, a que nada es perfecto.
EliminarUn beso.
A veces, cuando se describen demasiadas historias y no están bien hiladas pueden dar la sensación de que están desconectadas. Yo, por ahora, tengo el cupo lleno de lecturas previstas, si no, quizá intentaría su lectura. Un abrazo, Rosa.
ResponderEliminarLa historia general funciona bien, las otras surgen al hilo de distintos personajes, lo que pasa es que alguno de ellos prácticamente no vuelve a salir, pero ya nos ha contado su vida, desde la infancia, en media docena de páginas. Como he dicho las historias son buenas y se lee muy a gusto.
EliminarUn beso.
No me importaría leerla e iré con menos expectativas, por si acaso..
ResponderEliminarMe alegra que la disfrutaras, aunque no tanto como pensabas, es lo malo de las expectativas.
Besos
Seguro que te gusta. Parece que todos nos fijamos más en las objeciones, por pequeñas que sean, que en las alabanzas. Será nuestra vena morbosa, pero el libro tiene más pros que contras y espero haberlo transmitido así. De lo contrario, decídmelo.
EliminarUn beso.
Bueno creo que soy de la opinión que poner muchas expectativas en algo (un libro, un día en la< playa,no se) es el peligro que tiene, es decir pones la expectativa muy alta y luego te decepcionas, pero es lo que pasa cuando esperas algo y luego no sucede como uno espera, pero amiga mía así es la vida.
ResponderEliminarLa añado a la lista que tengo, y la leeré cuando lea todo lo que tengo pendiente.
Como siempre me ha encantado tú reseña. Besos y disfruta de tus merecidas vacaciones. TERE.
Disfrutaré por supuesto, en cuanto aterrice en Venecia esta noche y se me pase el miedo al avión, que volverá sin remedio a la vuelta.
EliminarSi lees el libro, espero que te guste.
Un beso.