"Yo te quise más" Tom Spanbauer

"Hombre casado, profesor de instituto, propietario de una casa en North End, Boise. Llega 1978 y todo cambia. Mi aventura con Bette, quizá sea bisexual; una loca del baile, seguro. Luego, unos años después, soy abiertamente homosexual. En la actualidad, residente del Lower East Side de Manhattan, licenciado por la Universidad de Columbia y autor publicado". Así se describe Ben Grunewald en esta historia en la que nos va contando su vida sin ahorrarnos ninguno de los episodios por los que ha ido pasando. Tiernos, felices, dramáticos, angustiosos, deprimentes... No se nos ahorran ni alegrías ni tristezas en la vida de Ben, una vida en la que me he sumergido sin oxígeno, a pleno pulmón, entregada a lo que me quisiera contar y a cómo me lo quisiera contar.
En este año de descubrir autores y títulos, esta ha sido la última gran sorpresa. No sé hasta donde llega el carácter autobiográfico de la obra. Sé que hay puntos en común entre Sapanbauer y Grunewald: lugar de nacimiento, religión, estudios, trabajo; pero no sé si, más allá de estos detalles puntuales, las peripecias vitales del autor
coinciden o no con las del personaje. No sé si es homosexual, no sé si tiene SIDA. Tampoco me importa. Tal vez un poco de curiosidad que no va más allá y pronto deja de preocuparme. Sea como sea, estoy ante una novela que me ha entusiasmado, emocionado, cabreado, fascinado, enternecido y sobrecogido. 
Ya sabéis que soy una entusiasta. Cuando algo me gusta, me gusta. En mis reseñas (si es que así se les puede llamar) solo pretendo transmitir lo que la novela ha supuesto para mí, cómo ha afectado a mis emociones y sensibilidad. Puede que de esa manera, muestre más de mí misma de lo que deseo o de lo que pretendo, pero he descubierto que es la única manera en que puedo llevar adelante este blog. Los que me vais conociendo, ya sabéis hasta qué punto mis gustos se pueden adaptar a los vuestros.
Pero volvamos a la novela. Los hechos nos son contados por Ben. No sabemos muy bien en qué época, pero lo último que relata es de junio de 2008.  "Todo esto que estoy rememorando no es lo que pasó de verdad, sino lo que yo recuerdo. Es solo ahora, transcurridos los años, después de tanta muerte, tras años y años repasándolo una y otra vez, cuando un sexagenario puede contemplar la misma situación que contempló el cuarentón y ver algo completamente distinto".
Tres son los personajes principales y no desvelo nada si hablo de ellos y su relación porque el propio Ben nos lo cuenta nada más empezar su historia. "Si tres no encuentran a un cuarto, tres se vuelven dos". Eso les pasa a Ben, Ruth y Hank. Las pocas veces que son tres suceden cosas, y como nunca aparece el cuarto, acaban siendo dos. Empiezan por ser Ben y Hank. Un gay declarado enamorado de un chico heterosexual. Dos alumnos de un curso de tres semanas en la Universidad de Columbia. 1985. Hank tiene veintisiete años, Ben, treinta y siete. Se hacen amigos, comparten trabajo de profesores en la Asociación Cristiana de Jóvenes, YMCA (Young Men's Christian Association), hamburguesas a la salida, noches de juerga por los garitos de alterne del Lower East Side, reflexiones ante la placa con el poema de W.H. Auden, en el 77 de Saint Mark’s Place; un poema ante el que se pararán varias veces a lo largo de la novela, pero que solo al final nos será revelado. "Normal que me enamorase de Hank. Seducir al heterosexual lacónico. No necesariamente para tirárselo, sino para sacarlo a la luz. Y no en el sentido de sacarlo del armario, sino de exponer su funcionamiento interno"Unos meses de profunda amistad y luego, reencuentros intermitentes separados por años de ausencia, años de conversaciones telefónicas o de silencio absoluto. Hasta el final.
Después son Ben y Ruth, cuando Ben, solo, enfermo y vulnerable, no hubiera podido sobrevivir sin ella. Hank se ha ido a Florida y Ben está en Portland, Oregón, donde da clases de Escritura Creativa. Ruth es una de sus alumnas. Ella le entregará todo su amor y lo sacará adelante a base de cuidados físicos y mentales. Él la quiere, pero nunca sabrá ni podrá entregarse como ella pretende. "Si ayudas a alguien como Ruth me ayudó a mí pagas un precio. Una ayuda tan a vida o muerte. Los dos pagáis un precio. [...] Por fin, finalmente comprende que no la corresponderás como ella quisiera y, por muy honesta y generosa que sea, por mucho que te haya prometido amarte pase lo que pase, la indignación que siente está justificada y es abrumadora".
Finalmente, quedan Ruth y Hank, juntos y casados, y, en el otro extremo del país. Ben, solo. Ben enfrentándose a las muertes de todos sus amigos en unos años en que el SIDA no perdonaba. Le perdonó a él (al menos hasta donde sabemos) y le condenó con ese perdón a sufrir las condenas de sus amigos. Incluso Hank, aunque no de SIDA, terminó por anunciar su desaparición de manera sorpresiva, cuando Ben se encontró a Dab que "conoce a alguien que conoce a alguien que conoce a Ruth. [...] Apoya una mano en mi hombro.
—Ayer —dice Dab—, Hank Christian murió de cáncer de hígado"
Ya os digo, nada que Ben no nos hubiera adelantado en las primeras páginas de su narración.
Una historia de tres personas que se han amado. De dos en dos y de manera desigual porque uno de los temas fundamentales de esta novela es la desigualdad en el amor. Nunca se ama de la misma forma. Dos se quieren, pero siempre hay uno que ama más que otro o de manera más genuina. Ben amaba más a Hank. Ruth amaba más a Ben. Ruth amaba más a Hank. 
"Yo te quise más" es el título que ilustra la desigualdad en el amor. Esa desigualdad escondida en el misterioso poema de Auden.
Tom Spanbauer
Un par de veces he hablado de que no desvelo nada que no haya contado Ben en las primeras páginas, pero daría lo mismo. Esta no es una novela de la que debamos ocultar la trama para no destripar el final, o el medio, y hacerla con ello menos interesante. El interés de la novela (para quien le resulte interesante; no es una verdad objetiva, por supuesto) es rotundo e incuestionable. No radica en los hechos, sino en como se cuentan, porque "Yo te quise más" es una novela que se circunscribe en lo que ha dado en llamarse "Escritura peligrosa". Tom Spanbauer imparte un curso así llamado en su taller de escritura en Portland, Oregón. A ese taller asistió Chuck Palahniuk, el célebre autor de "El club de la lucha". De hecho, Sapanbauer ha cobrado más fama por haber sido su profesor de escritura que por sus propias novelas. Yo no he leído a Palahniuk, aunque sí he visto la película basada en su novela que, sin entusiasmarme (tampoco es mi género favorito), me parece muy original. Sí he leído esta última novela de su maestro y creo que Spanbauer merece fama y prestigio, en enormes cantidades, por méritos propios. 
Se ha llamado Escritura Peligrosa a aquella que trata temas incómodos y lo hace de una forma cruda y sin paliativos, con un lenguaje sincero que puede llegar a causar vergüenza, incomodidad, temor. Son historias escritas en primera persona, en las que el narrador disecciona su propia vida e indaga en su pasado, en su interior, en sus ancestros; sin piedad para consigo mismo ni, mucho menos, para el lector. "¿El sida me ha afectado a las glándulas suprarrenales? ¿Qué es la demencia por sida y cómo sabes que la tienes? ¿Es mi glándula pituitaria, la Iglesia católica o mi madre o mi padre o mi hermana o el matón del colegio, lo que sea que se ha forzado al máximo?"
No hay lugar para la intriga, no hay trama que ocultar. Desde el principio, se nos ofrece la lista de afrentas que la muerte y la enfermedad le tenían reservada a Ben. Poco queda por descubrir en el contenido; mucho, en la forma.
No me resisto a transcribir este pasaje.
"Después de aquella noche ninguno de nosotros volvió a ser el mismo.
La primera vez que la muerte nos rozó y dejó huella.
La muerte, tan dramática cuando se presenta por primera vez en la juventud.
Durante años fue un charco de sudor en la cama, entre los hombros por la noche.
Joder, hoy la muerte es un par de zapatos viejos junto a la puerta.
Olga, la doble mastectomía.
Yo, la resaca a la mañana siguiente que duró una semana, la seroconversión al sida.
Hank, los tumores que empezaron en la polla, que pasaron a la parte posterior del ojo y luego se instalaron en el hígado. Delicados. Somos muy delicados. Morimos muy fácilmente".
No se nos escatiman enfermedades, dolores, miserias o secreciones de ningún tipo. Tampoco optimismo y ganas de vivir. Tampoco motivos para el éxtasis literario; para la emoción hecha sintaxis; para las ganas insuperables, adictivas, enfermizas casi, de seguir leyendo una página más, un capítulo más. 
Termino con otra cita. Son tantas que tengo que reprimirme. Me ha pasado tantas veces que ya sabéis a qué me refiero.
"Cuando las cosas van mal, cuando las cosas van bien, cuando te ha llovido mierda, cuando estás en la gloria, cuando estás jodido, cuando hace demasiado calor, cuando se te congela el culo, cuando eres viejo y estás enfermo y te duelen los pulmones, cuando se te acelera el corazón, cuando tus oídos suenan como una alarma antiincendios, cuando sudas como un cerdo, cuando te duelen las rodillas, simplemente camina. Sigue caminando".

Comentarios

  1. Nunca dejes de mostrar tu pasión por lo que has disfrutado leyendo. Eso se transmite y consigue que tus lectores se lancen a localizar el libro reseñado. En esta entrada, además, nos hablas de algo que yo al menos desconocía: la escritura peligrosa. Me gusta el nombre, aunque pienso que la escritura solo es peligrosa cuando se trata de sentar dogma o lavar cerebros en pro de una supuesta causa. La que mencionas es arriesgada o provocadora, de esas que sirven para concienciarnos de que hay más cosas de las que nuestra mente percibe en el día a día, y desde luego, que un autor se abra como en esta novela es algo digno de elogio.
    ¡A buscarlo!
    Un fuerte abrazo!

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    1. Lo que temo es que, después de buscar el libro, acabe decepcionando. Bueno, que cada uno gestiones sus decepciones y sus expectativas. Yo no sabría hacerlo de otra manera.
      Yo tampoco conocía la Escritura Peligrosa, ni a este autor. A Chuck Palahniuk, lo conocía de nombre por ser el autor de la novela "El club de la lucha" que tampoco he leído, aunque he visto la película. Creo que debo volver a verla pues la tengo muy lejana.
      Interesante de veras., aunque, como digo, tampoco sé si es autobiográfica, pero tampoco me importa. Ha sufrido y disfrutado mucho leyendo. Es de esas ocasiones en que el dolor se convierte en disfrute ante la calidad de la obra que lo provoca.
      Un beso.

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  2. ¡¡¡Hola!!!
    Me encanta la pasión que pones en las reseñas, haces que quiera leerlo todo, jejeje.
    Besos y muy feliz finde.

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    1. Pero que quede claro que es solo la pasión que me provoca a mí. No tiene por qué tener el mismo efecto en otro lector.
      Igual lo añado al final de cada reseña como Marina que siempre añade que solo es su opinión. Yo voy a poner que solo es mi pasión y que es intransferible, ja, ja.
      Un beso fuerte. A ver si nos sale el sol.

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  3. Claro que sí, mi niña, tú tienes que escribir las reseñas (que no son reseñas sino resúmenes recreados, casi a modo de cuento y muy literarios sobre lo que has leído) como te las pide el cuerpo. Igual que yo escribo mis largos relatos (no son largos si los sacamos de blogger) con la extensión que me ocupan (no le veo sentido a dividirlos porque es sacrificar la obra en beneficio del blog). Sé que me arriesgo a que me lean el inicio, la mitad y el final. Y sé que hay gente que lo hace, pues se les nota en el comentario que me dejan, sobre todo blogueros que siguen cadenas de comentarios, y entiendo que se les acumulan el trabajo bloguero y muchos no están para ladrillos, pese a que solo publico un relato cada dos meses. Quizá por eso estoy detestando cada vez más las cadenas. Voy a entrar en los blogs al margen de ellas, porque me llama la atención lo que escriben y no para que me cumplan con prisas. (Ya sé que muchos dicen que eso es lo ya hacen).
    En tu caso sigo tus referencias de libros, me parecen valiosas (aunque discrepemos en gustos). Es verdad que no me ha agradado nunca que me cuenten una película o un libro de modo extenso. Cuando mi marido o mis hijos lo hacen a la segunda frase estoy pensando en la pesca del salmón, aunque intente concentrarme. En tu caso siento esa imposibilidad mía, leo el comienzo del argumento, llego hasta la mitad de la entrada, más o menos, y me hago con una idea. Quizá no sea acertada porque me faltarán detalles, pero es suficiente si el argumento inicial captó mi atención. Entonces ya busco más referencias por otros lados.
    De la novela que resumes me pica la curiosidad. Pero la voy a dejar por ahora. Lo que sí buscaré información es sobre la Escritura Peligrosa.
    Un beso grande, Rosa.

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    1. Rectifico error de concordancia y alteración de frase: debe decir "hay gente que lo hace, pues se LE nota "; y lo correcto es: "Ya sé que muchos dicen que eso ya lo hacen".

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    2. Yo suelo leer los post enteros a no ser que no me interese lo que cuentan, en cuyo caso, los dejo, claro. Si me está gustando, soy incapaz de saltarme nada por miedo a perderme cosas interesantes.
      Entiendo que a normalmente me extiendo mucho, pero hasta que no quedo satisfecha y pienso que he tratado todo lo que quería, no puedo dar por terminadas mis entradas.
      Entre que los blogs literarios no son muy populares y la extensión de lo que cuento, nunca llegaré a miles de seguidores ni a millones de visitas, pero es lo que hay. Con los que me visitáis normalmente y me ofrecéis vuestro apoyo, me basta. Aunque no leáis las reseñas de principio a fin.
      Un beso, guapa.

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  4. Genial reseña, Rosa.
    Me gustan esas novelas en las que se entremezcla la ficción con la realidad, especialmente si se trata de hechos autobiográficos.
    Aprovecho para decirte que, ahora que lo mencionas, normalmente los libros que reseñas consiguen provocarme auténtica curiosidad, no solo porque hagas buenos resúmenes o como los quieras llamar, sino porque creo que tenemos gustos muy similares en literatura.
    Vamos, que me fio muy mucho de tu criterio.
    Un besazo.

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    1. Cuando encuentras un blog que notas que coincide con tus gustos y del que te fías, empiezas a descubrir lecturas muy interesantes. Es lo que me está pasando a mí este año: voy buscando autores y títulos que veo en algunos blogs y está siendo un año increíble.
      Nos inspiraremos mutuamente.
      Un beso.

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  5. Este libro me hizo una grieta, ya antes de leerlo. Me alego qur lo hayas disfrutado así.

    Un abrqzo

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    1. Fue tu reseña la que me trajo a este libro. Y no sabes cuánto te lo agradezco. Te los agradezco porque han sido muchos.
      Lo he disfrutado por lo que lo he sufrido. Por esa calidad de las historias que hacen que te sientas herida y vulnerable. Un gran encuentro.
      Un beso.

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  6. Fíjate que, aunque es un libro que toca temas que me atraen, por sí solo no hubiese reparado en él. Pero leí la reseña de Ana Blasfuemia en su día y ahora leo la tuya, y como me da igual si a lo que escribimos se le puede llamar reseñas porque con lo que me quedo es con la honestidad de vuestras impresiones, y además coincido contigo en que ya nos vamos conociendo todos y reconociendo nuestras afinidades, si me lo cruzo ten por seguro que no le voy a decir que no.
    Sobre escritura peligrosa no sabría qué decirte. Pero sobre lectura peligrosa te digo que me encanta hacer equilibrios.
    Seguimos caminando. Aunque haya que levantarse mil veces.
    Besos

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    1. Nunca había oído hablar de este género, o subgénero, o como quiera que se considere esto de la Escritura Peligrosa, pero habiéndome sido presentado por esta novela, seguiré indagando. Por lo pronto leeré algo más de este autor porque me ha dejado más que satisfecha, entusiasmada.
      La reseña de Ana fue la que me lo dio a conocer y me lo hizo muy atractivo.
      Como decíamos, ya nos vamos conociendo y vais sabiendo lo que significan mis pasiones y hasta qué punto coinciden con las vuestras, con las de cada uno. Hablando de lo que se siente con honradez, como dices, no se puede engañar.
      Un beso.

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  7. Desde luego de tú reseña esta vez, aparte de la descripción del libro, sobre todo me han gustado tus emociones, esas que has vivido leyendo este libro, de modo que ya solo por eso merece la pena, a lo mejor las mías no son las mismas que las tuyas por supuesto, pero si desde luego si transmite emociones merece la pena,y tiene pinta además de estar bien escrito, de modo que iré en su busca, y lo leeré cuando pueda, ay como siempre ya sabes mucho pendiente.
    Tu reseña me ha hecho recordar a la película genialmente interpretada por Tom Hanks si no recuerdo mal y Antonio Banderas "Philadelphia" donde el Sida se muestra muy claramente y sin dejar de mostrar sentimientos y todo lo que conlleva esta enfermedad, fue una película que me lleno, y creo que la novela que nos traes va a causar el mismo sentimiento. Un beso y disfruta del domingo y gracias por compartir como siempre libros interesantes y que nos acercan a la vida, con todo lo bueno y malo de ella en esta ocasión. TERE.

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    1. Es que es una historia que me ha llegado muy adentro.
      "Philadelphia" es una película que se puede decir que me la sé de memoria. Todos los años se la pongo a mis alumnos con el pretexto de ilustrar el tema de enfermedades infecciosas, aprovecho para inculcarles respeto, tolerancia y la idea de que hay muchas formas de vivir y todas son igual de válidas.
      Un beso.

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  8. Hola Rosa, qué tremendas palabras finales. Qué maravilla de reseña, y el tema, ese amor incondicional de tres, no dos, qué importa. Me imagino un libro con una dureza exquisita, una sensibilidad envuelta de esperanza, un lucha vencida, un dolor apagado,... se me ocurren tantas cosas con todo lo que cuentas. Claro que las reseñas eres tú; los personajes fluyen del autor, de su cabeza a su mano, pero a ti te despierta los sentidos para volver a reescribir lo que ya está dicho, pero no importa, también el autor deja cosas sin escribir para que tú lo hagas,...Un abrazo

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    1. Eme, me ha encantado eso de que "el autor deja cosas sin escribir para que tú lo hagas". Por eso me gustan las historias que no lo dejan todo atado y bien atado, y no me refiero a que se dejen cabos sueltos, cosa que es imperdonable, sino a que se dejen ideas a la imaginación del lector. Aparte de eso, me gusta tejer con los mimbres que el autor pone a mi alcance y creo que eso es lo que hago en estas "reseñas": escribir cosas que a mí me sugieren las obras, aunque el autor jamás pensara en nada semejante cuando escribió. Pero es que el escritor renuncia a su obra cuando la publica y, a partir de entonces, es el lector el que se adueña de ella y la interpreta a su manera.
      Un beso.

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  9. La pasión es uno de los ingredientes que me interesan de los blogs literarios. No hay que desterrar la parte analítica, claro, pero si como lector eres de los que te implicas y vives los libros, encontrar a otro lector igual de entregado resulta, como poco, reconfortante. Aunque si quieres ganar lectores y tener resonancia el cinismo parece una mejor opción, pero para todo hay que valer.
    Bueno, pues el tema de la desigualdad en el amor me ha traído a la mente a Carson McCullers, el famoso fragmento de "Balada del café triste", del que ya hemos hablado. Hay también cierto pesimismo que recuerda a Chirbes, ¿no crees?.
    Anoto el concepto de "escritura peligrosa" (junto a la última cita, que es un poco como el famoso "fracasa mejor" de Beckett) que yo creo bordear (no bordar, por desgracia) en ocasiones.
    Que pases buen domingo.

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    1. Siempre fui muy mala analizando obras. me he sorprendido muchas veces pensando: "chica, tú eres boba. Con todo lo que lees y no tienes suficiente sentido crítico como para decir qué es lo bueno o lo malo del libro: Solo sabes decir si te gustó o no, pero no los por qués" Bueno, pues creo que sigo igual. Ahora soy capaz de decir lo que me sugieren,pero si tuviera que hacer una crítica o un análisis, me vería totalmente perdida... en un ovillo de sentimientos entre los que estaría tan enredada que sería incapaz de salir.
      De Carson McCullers solo leí "Reloj sin manecillas" y "Frankie y la boda" y hace ya mucho tiempo. A Chirbes sí me lo recuerda, ambos tienen la misma fatalidad resignada y el mismo humor ácido e inteligente de los que saben reírse de sí mismos.
      Un beso.

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  10. Complicado triángulo amoroso que hace competir por quién ama más.
    Me llama la atención ese dudad qué es autobiográfico y qué no, a ti no te ha supuesto un problema. A mí sí suele disgustarme esa ambigüedad que encuentro en otras obras.
    Ahora estoy con lo último de Allende y ando escarbando en lo que cuenta para averiguar cuánto está tomado de la vida de la autora y cuánto se está inventando, y me agota. Cosas mías.
    Esta creo que la dejo pasar.
    Un besote, lectora incansable.

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    1. A mí antes también me pasaba. Pero me di cuenta de que en realidad, salvo una curiosidad morbosa que no añade nada al placer de leer, no tiene mayor importancia. No quiero decir que me sea indiferente. Si encuentro información la leo a gusto, pero si no es así, no me vuelvo loca buscando. Si no se encuentra fácil es porque el autor no le ha dado importancia o incluso no ha querido desvelarlo. Me lo tomo con calma.
      ¿Qué tal el de Isabel Allende? Después de "El juego de Ripper" se me quitaron las ganas.
      Un beso.

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  11. Me ha encantado la reseña Rosa. Me has contagiado tu entusiasmo por ella, y aunque desconozco a Tom Spanbauer me ha llamado mucho la atención la historia y ese término de "Escritura peligrosa". Desde luego me la apunto para este verano.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Yo lo desconocía, autor, libro y estilo de escritura hasta dar con esta novela en el blog "Lo que leo lo cuento" de Ana Blasfuemia. Un encuentro impagable que te recomiendo sin dudar.
      Un beso.

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  12. Transmites tu entusiasmo en las reseñas. Se nota que te gustó, y nos lo contagias.
    Por lo que veo está siendo un año fructífero en descubrimientos literarios y eso, en un mar de letras con excesivas ediciones y publicaciones es todo un logro, pues la selección por la calidad de la historia es ardua.
    Encantado de leerte.
    Un beso.

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    1. Puede que me haya hecho más selectiva ante la longitud de mi lista de pendientes. Puede que esté dando con lecturas especiales debido ala casualidad, pero sobre todo, me voy fijando en lo que reseñan otros blogs con los que veo que tengo afinidad y coincidencia en gustos.
      Ahora que Kirke empieza otra vez a hacer reseñas su blog será otro en la lista. Como tú ya no lo haces...
      Un beso.

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  13. Me llama mucho la atención esta novela, no sé si por como lo describes o por la trama en sí. Incluso el título, sin leer nada más me podría llamar la atención. Pero es verdad que esa realidad ficticia, o no, como bien dices, me encanta. Esa curiosidad que tú tienes me pasa a mí cuando leo. Y es que por mucho que queramos el escritor siempre deja algo de él en sus libros.
    Un besillo.

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    1. Es cierto que todos se dejan a sí mismos en sus libros, hasta el punto de que hay escritores que siempre escriben la misma novela. Con tramas muy diversas, indagan siempre en los mismos asuntos que, se ve que les obsesionan. Me encanta ese tipo de escritores y cómo mediante historias tan dispares ilustran los mismos problemas.
      Esta novela será una de mis lecturas del año... aunque este año va a haber muchas.
      Un beso.

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