"Elegía para un americano" Siri Hustvedt
Erik e Inga han perdido a su padre, muerto de enfisema, de cáncer y de años vividos; Inga ha perdido a su esposo, Max, también de cáncer; Sonia, la hija de Inga, ha perdido a su padre y tres años después ha perdido la confianza en el mundo a la vez que el horizonte de Nueva York perdía las Torres Gemelas; Erik perdió a Genie tras su divorcio.
Erik e Inga están a punto de encontrarse con el pasado y los secretos de su padre; Erik está a punto de encontrar a Miranda y a Eglantine; Inga se va a encontrar con el verdadero Max; Sonia va a encontrarse con su yo adulto, más familia de la que desea y el amor.
Esta es una novela de pérdidas y encuentros, una novela de padres e hijos, una novela que reproduce la vida porque en ella se reproducen algunos hechos de la vida de la escritora. También su padre murió en 2003, también tiene una hija, también está casada con un escritor famoso, vivo por fortuna, también es descendiente de noruegos. Además, ha utilizado los viejos escritos de su padre para dar vida a las memorias de Lars Davidsen en las que Inga y Erik encuentran un secreto que quieren desvelar. Hay mucho de verídico en esta novela, mucho de la propia vida e historia de la autora, pero seguiría siendo real aunque no fuera verídico porque si algo hay en las vidas de todos son encuentros y pérdidas, secretos por descubrir, antepasados pintorescos, ovejas negras en cada familia.
"Una vez muerto mi padre, ya no pude volver a conversar con él en persona, pero continué haciéndolo en mi mente. No dejaba de verlo en sueños ni de oír sus palabras. Sin embargo, lo que habría de mantenerme ocupado durante un largo período de mi vida fue lo que nunca nos dijo, lo que nunca nos contó. Al final resultó que él no era la única persona que guardaba secretos. Fue el seis de enero, cuatro días después de su entierro, cuando Inga y yo encontramos la carta en su estudio". Así nos cuenta Erik el inicio de la búsqueda en el pasado de su padre y, como en un juego de matrioskas, las memorias de su padre, guardan las memorias de su abuelo, porque Lars Davidsen habla en sus memorias de Ivar, su padre y abuelo de Erik, hijo de inmigrantes noruegos. "Al envejecer (Ivar) comenzó a obsesionarse con la desintegración de la sociedad rural que había conocido y llegó a decir que uno de los grandes males de este mundo, así como uno de los más ignorados, era la soledad.
Mi padre (Lars) bien podría haber estado escribiendo sobre sí mismo. Quizás, sin saberlo, eso fue lo que hizo".
Lars nos cuenta las penurias de la familia en la época de la Depresión y sus encuentros y desencuentros con Ivar, su padre; la ruina que este sufrió en aquellos duros años y el desengaño que ya nunca lo abandonaría. Pero sobre todo, lo que más influirá en la vida de Erik e Inga, es una misteriosa carta que aparece entre las memorias; una breve carta firmada por una tal Lisa en 1937, en la que alude a un secreto del que jamás hablarán porque "lo juramos sobre la BIBLIA".
Inga y Erik comienzan a investigar lo que esconde esa carta, y lo hacen con un cierto temor. Temen lo que puedan encontrar acerca de su padre, temen encontrarse con un delito más grave de lo que pueden ser capaces o estar dispuestos a perdonar y asumir.
Mientras tanto, Erik sigue profundizando en las memorias de su padre y mostrándonos la historia de unas personas que perdieron mucho, Ivar con la Depresión, Lars en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, pero, tal vez, la más dolorosa de sus pérdidas consistió en perder a sus hijos que huyeron de ellos y de su influjo en cuanto la Universidad les dio la oportunidad. Lars se fue a trabajar para pagarse los estudios en la Universidad de Minesota y Erik huyó a estudiar medicina a Nueva York. Lars se convertiría en catedrático de historia, Erik, en psiquiatra.
El padre de Eggy también está desaparecido, "Mi papá estaba metido en un gran cajón muy pegajoso y húmedo y entonces des… —hizo una pausa— apareció. Porque es un mago", pero está a punto de aparecer para disgusto de Erik que se hace algo más que ilusiones acerca de Miranda, su vecina jamaicana y madre de Eglantine.
Todos los personajes han perdido el hogar de una u otra forma y viven un poco fuera de sí mismos. La Depresión, la Guerra, la emigración, el divorcio, la muerte, la desafección han ido despojando a los personajes, pasados y presentes, de su paisaje natural. Cada uno sobrevive a ello como puede o sabe, y se apoya en los otros para encontrar o sustituir su paraíso perdido. Inga y Erik se apoyan mutuamente y apoyan a Sonia; Erik, además busca el amor en Miranda y la cordura en la comparación con sus pacientes que no son sino pobres almas doloridas por pérdidas más graves o más patentes o menos asumidas. Miranda solo tiene a Eggy y Eggy busca a su padre en Erik. El padre de Erik, se buscó, y buscó su paisaje de juventud y el paisaje de sus antepasados, en la historia, "Mi padre pareció estar siempre abrumado por sus recuerdos de juventud. Al convertirse en historiador de su propio pasado de inmigrante había encontrado el modo de retornar al hogar una y otra vez".
Pero mientras los hermanos van acercándose al secreto del que su padre y Lisa juraron sobre la biblia no hablar jamás, van sucediendo cosas en sus vidas. Una periodista persigue a Inga con una saña que excede lo razonable, en un intento desproporcionado de sacar a la luz antiguas historias de su difunto marido, un novelista famoso. Un loco de la fotografía acosa a Erik, cámara en mano, buscando cualquier imagen, y encontrando una que pondrá a Erik ante sí mismo. Un antiguo compañero de Erik y enamorado de Inga hará su aparición lanza en ristre, más enamorado que nunca, tratando de proteger a su amada de los peligros que la acechan y ofreciendo a su antiguo compañero una amistad de la que está más necesitado de lo que suponía.
Y es que todos los personajes están solos. Erik, solo como sus pacientes, cada vez se identifica más con ellos a medida que su soledad le hace perder los soportes del equilibrio emocional. "La soledad había comenzado a alterarme, a convertirme en un hombre que no esperaba ser, una persona más extraña de lo que hubiese imaginado, un hombre que deambulaba por la habitación de una mujer con la respiración entrecortada y los dedos de la mano rondando los tiradores de unos cajones que nunca llegaba a abrir".
La realidad y la ficción se mezclan de nuevo en esta novela (como en tantas leídas en los últimos meses), aunque la autora nos ha dejado, al final del libro, las pistas de lo que se debe a la imaginación y lo que se debe a la vida: "Los pasajes de las memorias de Lars Davidsen que aparecen en el libro están tomados directamente del texto de mi padre, con apenas algunas correcciones y cambios en los nombres que allí aparecen". Tras pedirle su autorización, Siri Hustvedt utiliza, casi al pie de la letra, las memorias que su padre, Lloyd Hustvedt, muerto el 2 de febrero de 2003, escribió acerca de su familia. En "Elegía para un americano", el pasado es verídico, mientras que el presente, con pinceladas de realidad, es pura novela.
Erik e Inga están a punto de encontrarse con el pasado y los secretos de su padre; Erik está a punto de encontrar a Miranda y a Eglantine; Inga se va a encontrar con el verdadero Max; Sonia va a encontrarse con su yo adulto, más familia de la que desea y el amor.
Esta es una novela de pérdidas y encuentros, una novela de padres e hijos, una novela que reproduce la vida porque en ella se reproducen algunos hechos de la vida de la escritora. También su padre murió en 2003, también tiene una hija, también está casada con un escritor famoso, vivo por fortuna, también es descendiente de noruegos. Además, ha utilizado los viejos escritos de su padre para dar vida a las memorias de Lars Davidsen en las que Inga y Erik encuentran un secreto que quieren desvelar. Hay mucho de verídico en esta novela, mucho de la propia vida e historia de la autora, pero seguiría siendo real aunque no fuera verídico porque si algo hay en las vidas de todos son encuentros y pérdidas, secretos por descubrir, antepasados pintorescos, ovejas negras en cada familia.
"Una vez muerto mi padre, ya no pude volver a conversar con él en persona, pero continué haciéndolo en mi mente. No dejaba de verlo en sueños ni de oír sus palabras. Sin embargo, lo que habría de mantenerme ocupado durante un largo período de mi vida fue lo que nunca nos dijo, lo que nunca nos contó. Al final resultó que él no era la única persona que guardaba secretos. Fue el seis de enero, cuatro días después de su entierro, cuando Inga y yo encontramos la carta en su estudio". Así nos cuenta Erik el inicio de la búsqueda en el pasado de su padre y, como en un juego de matrioskas, las memorias de su padre, guardan las memorias de su abuelo, porque Lars Davidsen habla en sus memorias de Ivar, su padre y abuelo de Erik, hijo de inmigrantes noruegos. "Al envejecer (Ivar) comenzó a obsesionarse con la desintegración de la sociedad rural que había conocido y llegó a decir que uno de los grandes males de este mundo, así como uno de los más ignorados, era la soledad.
Mi padre (Lars) bien podría haber estado escribiendo sobre sí mismo. Quizás, sin saberlo, eso fue lo que hizo".
Lars nos cuenta las penurias de la familia en la época de la Depresión y sus encuentros y desencuentros con Ivar, su padre; la ruina que este sufrió en aquellos duros años y el desengaño que ya nunca lo abandonaría. Pero sobre todo, lo que más influirá en la vida de Erik e Inga, es una misteriosa carta que aparece entre las memorias; una breve carta firmada por una tal Lisa en 1937, en la que alude a un secreto del que jamás hablarán porque "lo juramos sobre la BIBLIA".
Inga y Erik comienzan a investigar lo que esconde esa carta, y lo hacen con un cierto temor. Temen lo que puedan encontrar acerca de su padre, temen encontrarse con un delito más grave de lo que pueden ser capaces o estar dispuestos a perdonar y asumir.
Mientras tanto, Erik sigue profundizando en las memorias de su padre y mostrándonos la historia de unas personas que perdieron mucho, Ivar con la Depresión, Lars en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, pero, tal vez, la más dolorosa de sus pérdidas consistió en perder a sus hijos que huyeron de ellos y de su influjo en cuanto la Universidad les dio la oportunidad. Lars se fue a trabajar para pagarse los estudios en la Universidad de Minesota y Erik huyó a estudiar medicina a Nueva York. Lars se convertiría en catedrático de historia, Erik, en psiquiatra.
Siri Hustvedt |
Todos los personajes han perdido el hogar de una u otra forma y viven un poco fuera de sí mismos. La Depresión, la Guerra, la emigración, el divorcio, la muerte, la desafección han ido despojando a los personajes, pasados y presentes, de su paisaje natural. Cada uno sobrevive a ello como puede o sabe, y se apoya en los otros para encontrar o sustituir su paraíso perdido. Inga y Erik se apoyan mutuamente y apoyan a Sonia; Erik, además busca el amor en Miranda y la cordura en la comparación con sus pacientes que no son sino pobres almas doloridas por pérdidas más graves o más patentes o menos asumidas. Miranda solo tiene a Eggy y Eggy busca a su padre en Erik. El padre de Erik, se buscó, y buscó su paisaje de juventud y el paisaje de sus antepasados, en la historia, "Mi padre pareció estar siempre abrumado por sus recuerdos de juventud. Al convertirse en historiador de su propio pasado de inmigrante había encontrado el modo de retornar al hogar una y otra vez".
Pero mientras los hermanos van acercándose al secreto del que su padre y Lisa juraron sobre la biblia no hablar jamás, van sucediendo cosas en sus vidas. Una periodista persigue a Inga con una saña que excede lo razonable, en un intento desproporcionado de sacar a la luz antiguas historias de su difunto marido, un novelista famoso. Un loco de la fotografía acosa a Erik, cámara en mano, buscando cualquier imagen, y encontrando una que pondrá a Erik ante sí mismo. Un antiguo compañero de Erik y enamorado de Inga hará su aparición lanza en ristre, más enamorado que nunca, tratando de proteger a su amada de los peligros que la acechan y ofreciendo a su antiguo compañero una amistad de la que está más necesitado de lo que suponía.
Y es que todos los personajes están solos. Erik, solo como sus pacientes, cada vez se identifica más con ellos a medida que su soledad le hace perder los soportes del equilibrio emocional. "La soledad había comenzado a alterarme, a convertirme en un hombre que no esperaba ser, una persona más extraña de lo que hubiese imaginado, un hombre que deambulaba por la habitación de una mujer con la respiración entrecortada y los dedos de la mano rondando los tiradores de unos cajones que nunca llegaba a abrir".
La realidad y la ficción se mezclan de nuevo en esta novela (como en tantas leídas en los últimos meses), aunque la autora nos ha dejado, al final del libro, las pistas de lo que se debe a la imaginación y lo que se debe a la vida: "Los pasajes de las memorias de Lars Davidsen que aparecen en el libro están tomados directamente del texto de mi padre, con apenas algunas correcciones y cambios en los nombres que allí aparecen". Tras pedirle su autorización, Siri Hustvedt utiliza, casi al pie de la letra, las memorias que su padre, Lloyd Hustvedt, muerto el 2 de febrero de 2003, escribió acerca de su familia. En "Elegía para un americano", el pasado es verídico, mientras que el presente, con pinceladas de realidad, es pura novela.
Demasiadas pérdidas, demasiado dramatismo percibo en esta novela y por eso la dejo pasar. Mi estado anímico ahora mismo no es el más idóneo para adentrarme en esta lectura, pero gracias por tu recomendación. Besos
ResponderEliminarSi fuera una película se clasificaría como drama, desde luego. No es especialmente dura ni deprimente, pero si el estado anímico no es muy alto, hay novelas más adecuadas.
EliminarUn beso.
No sé por qué aún no he leído nada de Siri Hustvedt, quizás sea la sombra de Paul Auster, su marido, de cuyas obras guardo sensaciones estupendas. Pero ¿qué tendrá que ver una cosa con la otra?, dirás. Pues nada, no tendrá nada que ver, seguro, pero saber que es la mujer de Auster hace que vaya posponiendo la lectura de sus obras. Ésta que comentas me parece interesante, la apunto, pero no me arriesgo a decir que la vaya a leer pronto, aunque ¿quién sabe?
ResponderEliminarBesos
Yo he leído mucho menos de ella que de él, pero pienso ponerme al día porque esta novela me ha gustado mucho y después ha publicado unas cuantas.
EliminarNo creo que sea la sombra de Auster. Coincide que ambos son escritores, pero ya lo eran antes de conocerse. Quiero decir que no es el caso de que la mujer se aproveche de la fama del marido para escribir. Cuando yo la leí por primera vez ni sabía quien era su marido.
Te gustará porque, como a mí, te gusta la novela americana.
Un beso.
¡Hola! Confieso que no he leído nada de Hustvedt, aunque eso ha hecho que leyera con mucha curiosidad tu reseña. Me parece un libro interesante, con un buen tema, por lo tanto me lo apunto a ver si tacho ya mi propósito de leer algo suyo.
ResponderEliminar¡Besos!
Pues si tienes idea de leer algo de la autora, este puede ser un buen momento.
EliminarYo solo he leído este y "El verano sin hombres". Me ha gustado más este.
Si te animas, ya me contarás.
Un beso.
Mucho dolor, tristeza ruptura, uf se me antoja dura esta novela, me parece que va a ser que no Rosa y no digo que no sea buena qeu lo debe ser como todo lo que siempre nos traes, pero no, lo siento. besos. TERESA.
ResponderEliminarNo lo sientas, Tere. Hay que seleccionar mucho porque hay mucho que leer, y si no te apetece, pues mejor dedicar el tiempo a otra cosa.
EliminarUn beso.
Hola. Me pasa como a Tere y Marina Córdoba, no estoy para tanta pérdida. Tiene buena pinta, y quiero estrenarme con ella, ya que he leído a su marido y no a ella, pero...ahora mismo no.
ResponderEliminarBesos.
Vaya, igual es culpa mía y he dado la sensación de que es un libro para cortarse las venas. Lo digo porque coincidís muchas con esa idea, jaja.
EliminarLa novela no es una feria, pero tampoco es deprimente y se lee muy bien. Pero entiendo que todos tenemos tanto pendiente que hay que priorizar.
Un beso.
No he leído nada de ella, aunque por tus letras parece una novela un poco triste, pero no por eso debe dejar de leerse. Cuantos dramas han sido novelas premiadas. Seguro que la ojeare. Me gusta la forma en que haces las reseñas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Me encanta que te gusten mis reseñas.
EliminarLa novela más que triste es muy real. Refleja la realidad de casi todas las vidas: pérdidas, encuentros, decepciones... la vida misma.
Creo que es muy digna de recomendar.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarCreo que este es un libro al que hay que enfrentarse con determinación. Veo que muchas coincidimos en que tal vez no es el momento adecuado para esta lectura, pero, por mi parte, creo que tampoco es bueno dejarlo pasar totalmente de largo.
Es bueno, o más bien, necesario, justo, recordarnos que la pérdida y el dolor se viven día a día, y que a todos nos toca.
Así que añadido queda.
Un abrazo.
Yo voy a profundizar más en la autora que la tengo un poco olvidada. Esta novela me ha gustado mucho y tiene unas cuantas posteriores que seguro que son buenas.
EliminarUn beso.
No me desagrada el libro. El hecho de usara unas memorias como fuente documental me parece un acierto, me encanta que las historias tengan partes reales. Tendré que buscarle el momento adecuado.
ResponderEliminarBesotes.
Gracias por la reseña.
cada vez aprecio más las novelas en que la realidad se mezcla con la ficción. Antes me causaba mucha curiosidad qué parte era cada cual. Ahora ya no me importa tanto y solo pretendo disfrutar con una buena historia.
EliminarEn esta novela, al parecer, las memorias del padre de la autora están utilizadas casi al pie de la letra.
Merece la pena.
Un beso.
Tengo muchas ganas de estrenarme con Siri Husvedt. Incluso tengo ya elegida (cuando tengo algún gran autor pendiente normalmente lo postergo por indecisión sobre cuál de sus libros leer) la novela para hacerlo : 'El mundo deslumbrante'. Pero es que no hago más que pasarle libros por encima, ¡qué desastre soy! Espero no tardar en leerla y que me guste tanto como a ti. Luego tal vez me anime con esta que reseñas; me gusta cuando los autores se cuentan en sus libros.
ResponderEliminarBesos
Yo leí hace años "El verano sin hombres". Recuerdo poco, pero creo que esta me ha gustado más. También sucede que desde que hago reseñas, me quedan más grabadas en la memoria las novelas que leo. Con mis problemas de despiste, si no es por eso, se me olvida todo nada más leerlo.
EliminarTambién tengo pendiente "El mundo deslumbrante". A ver si le saco tiempo.
Un beso.