"Últimos días de maternidad". Montoya Jackson.
Descubrí "Últimos días de maternidad" en el blog "Mis lecturas", de Marina Córdoba, en una sección que publica todos los martes, "Promocionando autores". La sinopsis me pareció tan interesante que rápidamente cliqué el enlace de compra y, ante su precio tan asequible en amazon, no dudé en hacer otro click y hacerme con el libro que empecé a leer de inmediato.
La narradora, Isabel, es una mujer que está terminando su permiso de maternidad. Tiene una niña de cuatro meses y un marido funcionario que intenta escribir novelas en los ratos libres que le deja su trabajo, siempre que no esté reunido con el Círculo Local de Podemos al que pertenece, ese Círculo cuyos miembros "se sienten llamados a regenerar España y a esa ardua tarea dedican la mayor parte de sus energías. Otras, en cambio, combatimos la corrupción esterilizando biberones".
Isabel nos cuenta su prosaica vida de madre primeriza, con marido bien dispuesto, pero un tanto inoperante en lo que al cuidado del bebé se refiere, no se sabe si por pura falta de habilidades o por cierta pereza que le hace poco proclive a adquirirlas. Alex es ese tipo de hombre tontorrón y buenazo, amante de su familia pero más amante aún de sí mismo; un hombre feliz con su hija, pero al que no se le ocurre pensar que sus nuevas responsabilidades tal vez deberían quitarle tiempo para sus aficiones literarias, sus reuniones políticas o las cañas con las que se relaja de la tensión acumulada en su trabajo; un hombre amante de su mujer, pero que no piensa que ella no tiene tiempo de relajarse ni de aficiones porque lo que solo hace ella, lo tiene que hacer ella. Alex es ese tipo de hombre egoísta que detesta su trabajo, que es el centro de su propio mundo y que somete a los demás a sus quejas sin pensar en escuchar las quejas que, tal vez, también tienen los demás.
"Los lunes que han sido menos malos de lo que esperaba le concede una segunda oportunidad a la vida y ya no piensa en arrojarse de un puente. En cambio, durante la comida me taladra con cambiar de trabajo, cambiar de aires, cambiar de país, cambiar de hábitos alimenticios, cambiarnos de piso, cambiarlo todo menos los pañales de su hija".
Isabel es una votante desencantada del PSOE. Ahora, escéptica y desilusionada, mira con cierta condescendencia las ilusiones que su marido tiene puestas en la corriente regeneradora de Podemos.
La novela se ambienta en una época tan reciente como el otoño de 2016. El PP ha vuelto a ganar las elecciones en Galicia. No se lo puede creer, ni ella, ni sus amigos, ni la prensa de izquierdas, ni, sobre todo, su marido; y es que "Ignoran que la circunscripción no es provincial, sino espiritual. Y España sigue siendo un país católico, se quiera o no".
Pero no acaba ahí lo que Isabel no puede creer ni entender: Pedro Sánchez es obligado a dimitir como Secretario General del PSOE; Trump es elegido presidente de Estados Unidos contra todo pronóstico y, como ella piensa, la frente de Occidente está más arañada que la de su hija.
Y es que su bebé de cuatro meses se araña la cara. Cada día amanece con un nuevo arañazo por más a ras de piel que le corte las uñas, y ese problema, que para la pediatra es normal (todo es normal para su pediatra), puede traerle a Isabel problemas insospechados porque la vida, las tensiones de madre primeriza, el caos que puede ser la situación para una madre que se enfrenta a los cambios que la maternidad supone, está a punto de dar un vuelco para convertirse en algo más tenso, más caótico, infinitamente más desesperante de lo que nunca pudo imaginar.
Y todo porque Isabel es una mujer cívica, responsable y solidaria; y vive en el quinto B, y el sexto piso, A y B, está deshabitado, y el vecino del séptimo B maltrata a su mujer, y, por tanto, Isabel es la vecina más cercana. Y ahora está a punto de comprobar que el Efecto Espectador definido por la Wikipedia como "fenómeno psicológico por el cual es menos probable que alguien intervenga en una situación de emergencia cuando hay más personas que cuando se está solo". funciona a las mil maravillas. Y puede que lo mismo haya pensado su vecino cuando recibe la visita de la policía y es detenido por violencia de género. "Si vivo en el séptimo B, maltrato a mi mujer, y el siguiente piso habitado es el quinto B, quien ha llamado a la policía son los del quinto B, que por cierto tienen una niña que se araña".
Y no sabemos (Isabel no sabe) si ha sido por el vecino del séptimo, o la asistenta brasileña, o algún otro vecino (la Vieja-Madre y la Vieja-Hija), o alguien de la administración de lotería, o una cliente del súper con la que coincidió en la cola de la carnicería, o la pirada de Julita; pero el caso es que la vida de Isabel parece a punto de derrumbarse y ella se empeña en contárnoslo con los tintes brillantes del humor, sin cargar nuestros hombros con su angustia y su ansiedad, aprovechando su desgracia para hacernos reír, relajarnos, sacarnos del alma nuestras propias angustias y ansiedades a base de carcajadas y sonrisas. Y a base de crítica, porque casi todo lo que se puede criticar del mundo actual aparece aquí; y a base de huir de lo políticamente correcto, porque también lo políticamente correcto se critica aquí.
Y se empeña en ocultárselo a Alex, porque para qué preocuparle si a lo mejor se resuelve sin necesidad de que se entere y ella, aunque también tiene problemas, sabe guardárselos y no echarlos sobre los hombros de su marido que bastante tiene con lanzar los suyos a cualquiera que se acerque. "Ya queda menos para reincorporarme a mi puesto de trabajo. Aunque es la menor de mis preocupaciones, tampoco puedo dejar de pensar en ello. Mi profesión me deprime, me aburre, me aliena, me fagocita. Mi salud mental está tan torpedeada por los últimos acontecimientos (personales, ibéricos, mundiales), que muerdo a todo el mundo". Pero sigue adelante enfrentándose sola a los acontecimientos.
Montoya Jackson es el seudónimo de Óscar Montoya Martínez, nacido en Alicante, licenciado en derecho, residente en Vigo donde trabaja de administrativo en una Agencia Marítima.
Esta es su primera novela y, además, he encontrado tres micro relatos publicados en "Hablando con letras": "Código Fuente", "Aquello era cultura" y "Una ayuda inesperada". Los datos biográficos los he sacado del blog de Marina porque en la red no he encontrado nada aparte de los micro citados y enlazados. Muy buenos, por cierto.
Montoya Jackson conoce perfectamente la psicología de los hombres, pero es capaz de meterse en la de las mujeres hasta el fondo y, cuando escribe desde la óptica femenina, lo hace con tal verismo, con tal conocimiento de los sentimientos, frustraciones, e inquietudes de una madre primeriza, que si no hubiera sabido el sexo del autor, hubiera leído la novela convencida de que estaba escrita por una mujer.
La novela es muy crítica, está bien escrita, tiene suspense y, por si todo esto fuera poco, es muy divertida, aunque nada banal. Ideal para leer en verano, pero en cualquier estación del año, de vacaciones o trabajando, os la recomiendo.
La narradora, Isabel, es una mujer que está terminando su permiso de maternidad. Tiene una niña de cuatro meses y un marido funcionario que intenta escribir novelas en los ratos libres que le deja su trabajo, siempre que no esté reunido con el Círculo Local de Podemos al que pertenece, ese Círculo cuyos miembros "se sienten llamados a regenerar España y a esa ardua tarea dedican la mayor parte de sus energías. Otras, en cambio, combatimos la corrupción esterilizando biberones".
Isabel nos cuenta su prosaica vida de madre primeriza, con marido bien dispuesto, pero un tanto inoperante en lo que al cuidado del bebé se refiere, no se sabe si por pura falta de habilidades o por cierta pereza que le hace poco proclive a adquirirlas. Alex es ese tipo de hombre tontorrón y buenazo, amante de su familia pero más amante aún de sí mismo; un hombre feliz con su hija, pero al que no se le ocurre pensar que sus nuevas responsabilidades tal vez deberían quitarle tiempo para sus aficiones literarias, sus reuniones políticas o las cañas con las que se relaja de la tensión acumulada en su trabajo; un hombre amante de su mujer, pero que no piensa que ella no tiene tiempo de relajarse ni de aficiones porque lo que solo hace ella, lo tiene que hacer ella. Alex es ese tipo de hombre egoísta que detesta su trabajo, que es el centro de su propio mundo y que somete a los demás a sus quejas sin pensar en escuchar las quejas que, tal vez, también tienen los demás.
"Los lunes que han sido menos malos de lo que esperaba le concede una segunda oportunidad a la vida y ya no piensa en arrojarse de un puente. En cambio, durante la comida me taladra con cambiar de trabajo, cambiar de aires, cambiar de país, cambiar de hábitos alimenticios, cambiarnos de piso, cambiarlo todo menos los pañales de su hija".
Isabel es una votante desencantada del PSOE. Ahora, escéptica y desilusionada, mira con cierta condescendencia las ilusiones que su marido tiene puestas en la corriente regeneradora de Podemos.
La novela se ambienta en una época tan reciente como el otoño de 2016. El PP ha vuelto a ganar las elecciones en Galicia. No se lo puede creer, ni ella, ni sus amigos, ni la prensa de izquierdas, ni, sobre todo, su marido; y es que "Ignoran que la circunscripción no es provincial, sino espiritual. Y España sigue siendo un país católico, se quiera o no".
Pero no acaba ahí lo que Isabel no puede creer ni entender: Pedro Sánchez es obligado a dimitir como Secretario General del PSOE; Trump es elegido presidente de Estados Unidos contra todo pronóstico y, como ella piensa, la frente de Occidente está más arañada que la de su hija.
Y es que su bebé de cuatro meses se araña la cara. Cada día amanece con un nuevo arañazo por más a ras de piel que le corte las uñas, y ese problema, que para la pediatra es normal (todo es normal para su pediatra), puede traerle a Isabel problemas insospechados porque la vida, las tensiones de madre primeriza, el caos que puede ser la situación para una madre que se enfrenta a los cambios que la maternidad supone, está a punto de dar un vuelco para convertirse en algo más tenso, más caótico, infinitamente más desesperante de lo que nunca pudo imaginar.
Y todo porque Isabel es una mujer cívica, responsable y solidaria; y vive en el quinto B, y el sexto piso, A y B, está deshabitado, y el vecino del séptimo B maltrata a su mujer, y, por tanto, Isabel es la vecina más cercana. Y ahora está a punto de comprobar que el Efecto Espectador definido por la Wikipedia como "fenómeno psicológico por el cual es menos probable que alguien intervenga en una situación de emergencia cuando hay más personas que cuando se está solo". funciona a las mil maravillas. Y puede que lo mismo haya pensado su vecino cuando recibe la visita de la policía y es detenido por violencia de género. "Si vivo en el séptimo B, maltrato a mi mujer, y el siguiente piso habitado es el quinto B, quien ha llamado a la policía son los del quinto B, que por cierto tienen una niña que se araña".
Y no sabemos (Isabel no sabe) si ha sido por el vecino del séptimo, o la asistenta brasileña, o algún otro vecino (la Vieja-Madre y la Vieja-Hija), o alguien de la administración de lotería, o una cliente del súper con la que coincidió en la cola de la carnicería, o la pirada de Julita; pero el caso es que la vida de Isabel parece a punto de derrumbarse y ella se empeña en contárnoslo con los tintes brillantes del humor, sin cargar nuestros hombros con su angustia y su ansiedad, aprovechando su desgracia para hacernos reír, relajarnos, sacarnos del alma nuestras propias angustias y ansiedades a base de carcajadas y sonrisas. Y a base de crítica, porque casi todo lo que se puede criticar del mundo actual aparece aquí; y a base de huir de lo políticamente correcto, porque también lo políticamente correcto se critica aquí.
Y se empeña en ocultárselo a Alex, porque para qué preocuparle si a lo mejor se resuelve sin necesidad de que se entere y ella, aunque también tiene problemas, sabe guardárselos y no echarlos sobre los hombros de su marido que bastante tiene con lanzar los suyos a cualquiera que se acerque. "Ya queda menos para reincorporarme a mi puesto de trabajo. Aunque es la menor de mis preocupaciones, tampoco puedo dejar de pensar en ello. Mi profesión me deprime, me aburre, me aliena, me fagocita. Mi salud mental está tan torpedeada por los últimos acontecimientos (personales, ibéricos, mundiales), que muerdo a todo el mundo". Pero sigue adelante enfrentándose sola a los acontecimientos.
Imagen sacada del perfil de Twitter. No he encontrado otra. |
Esta es su primera novela y, además, he encontrado tres micro relatos publicados en "Hablando con letras": "Código Fuente", "Aquello era cultura" y "Una ayuda inesperada". Los datos biográficos los he sacado del blog de Marina porque en la red no he encontrado nada aparte de los micro citados y enlazados. Muy buenos, por cierto.
Montoya Jackson conoce perfectamente la psicología de los hombres, pero es capaz de meterse en la de las mujeres hasta el fondo y, cuando escribe desde la óptica femenina, lo hace con tal verismo, con tal conocimiento de los sentimientos, frustraciones, e inquietudes de una madre primeriza, que si no hubiera sabido el sexo del autor, hubiera leído la novela convencida de que estaba escrita por una mujer.
La novela es muy crítica, está bien escrita, tiene suspense y, por si todo esto fuera poco, es muy divertida, aunque nada banal. Ideal para leer en verano, pero en cualquier estación del año, de vacaciones o trabajando, os la recomiendo.
Pues presentas este libro de tal manera que lo voy a añadir a mi lista de futuras lecturas.
ResponderEliminarCreo que hombres/maridos como Álex hay muchos, se les llena la boca con frases de compromiso e igualdad pero a la hora de arrimar el hombro y de dar el callo la cosa cambia mucho.
Un besote.
Creo que te gustaría mucho. Además es muy divertido y ta ayudará a relajarte tras los meses pasados en que te ha sobrado la tensión y el trabajo.
EliminarTodo un descubrimiento que hice gracias a Marina.
Un beso.
No sabes cuánto me alegro de que hayas disfrutado tanto con esta novela. Yo estoy buscando el momento apropiado para leerla y creo que éste se aproxima porque ando algo saturada de historias complejas que te obligan a reflexionar, Necesito algo fresco ya! Besos y gracias por seguir esta sección del blog en la que intento dar voz a aquellos autores que no tienen a una gran editorial a sus espaldas.
ResponderEliminarY yo no sabes cuánto me alegro de haber encontrado la información de esta novela en tu blog. Me ha gustado mucho.
EliminarHaces una gran labor con tu sección. No se puede leer todo porque ya bastante hay con lo que cada uno tiene en sus listas, pero de vez en cuando, a unos uno y a otros otro, nos llama la atención un libro y hacemos un descubrimiento.
Me encantaría que al autor le fuera genial porque la novela lo merece.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarPues me apetece, lo describes tan bien que me ha apetecido, además creo que nunca he leído ambientado en una época tan cercana en tiempo y espacio, porque los que he leído que se ambientan en el presente no eran españoles.
Besos.
Es la época más actual vista con una ironía un tanto amarga y desencantada. Claro que los acontecimientos del momento no eran para menos (y en las mismas seguimos, por cierto). Pero a pesar de todo (y de lo que no cuento por no desvelar en exceso), nunca se pierde la alegría, la sonrisa, una actitud positiva que hace que leer el libro sea un placer.
EliminarTa me dirás.
Un beso.
Pues nada, hay que hacerse con ella. Ya Marina me puso la miel en los labios, y tu acabas de darme el último empujón.
ResponderEliminarMuchas gracias por acercarnos un poco más a esta novela.
Besos
Es que la sinopsis era de lo más atractiva. Ha sido la primera vez que he leído una entrada en un blog, entrado en Amazon, comprado el libro y empezado a leerlo en menos de veinticuatro horas.
EliminarMerece atención. Ojalá tenga la suficiente y la que necesita para triunfar.
Un beso.
Ummm no sé que pensar de esta novela, no es la primera reseña positiva que leo pero no termina de llamarme la atención, quizás porque no me gustan leer historias tan actuales y con una sobre carga de críticas que para eso ya tenemos a los periódicos. De todas formas procuraré tener presente el título. Un saludo!
ResponderEliminarLa actualidad política nos es más que el escenario que rodea la acción, los hechos particulares que le acontecen a Isabel. Respecto a la crítica es bastante sutil, deriva del estado de ánimo de la protagonista. No sé si me explico. Quiero decir que todo está perfectamente encajado en la trama que es relatada a modo de monólogo por la protagonista y, a la vez que los hechos clave de la novela, va dando opiniones de forma desenfadada y divertida. No adolece de un exceso de crítica patente que resulte excesivo.
EliminarUn beso.
Vaya gratamente sorprendida, por varias razones, la primera, es Alicantino, es divertida y tiene suspense, y un hombre habla de las cosas que le ocurren a una mujer, en fin voy a intentar hacerme con ella, esta la leo seguro. Buen viernes y besos. TERE.
ResponderEliminarPues te gustará y te entretendrá. Y encima te divertirá. Vamos, que no la dejes pasar.
EliminarUn beso.
Según lo que nos cuentas, creo que podría hacerme pasar un buen rato esta lectura, así que manos a la obra y a conseguirla.
ResponderEliminarAbrazos Rosa.
Tiene todos los ingredientes para pasar un buen rato: es ligera de leer, divertida, con su punto de suspense, crítica con la actualidad y nada complaciente con lo políticamente correcto.
EliminarYa nos contarás.
Un beso.
Parece divertida la novela de esta Montoya Jackson que luego resulta que no es tal. Veo que la pareja formada por Isabel y su marido funcionario son unos típicos "millenials": jóvenes treintañeros que han vivido sin dificultades a los que todo les aburre y los sume en insatisfacción: su trabajo, la incompetencia que ven en los demás (el pediatra todo lo ve normal), la política nacional e internacional... De los dos el caso de Álex, el marido, es de nota pues se escabulle de sus responsabilidades de padre; la madre no, pero tampoco da la impresión de que se implique mucho en denunciar el maltrato que el del 7° infringe a su mujer, a ella le preocupa su bebé (que casi casi la agobia) y su próxima reincorporación al trabajo que naturalmente le aburre, fastidia, etc.
ResponderEliminarNo sé, aunque será divertida la veo llena de tópicos de todo tipo que viajan a lomos de personajes estereotipados. Este, por ahora, no me lo apunto, Rosa.
Un beso
Más que estereotipos, yo diría que los personajes son gente corriente de la que abunda mucho y que creo que son ideales para escribir algo que pretenda ser crítico: personas corrientes y su visión del mundo en el que viven.
EliminarTampoco me resultó llena de tópicos lo que pasa es que para no desvelar la trama, no he entrado en el meollo de la cuestión.
A veces pienso que es mejor pecar de indiscreta y destripar finales y argumentos porque si no, parece que las reseñas quedan incompletas y no dan idea real de lo es la novela en cuestión. Aun así, hay quien me acusa de que cuento todo y después de leer mis reseñas ya no se puede leer el libro. En la próxima reseña trato de esto un poco más.
En serio te digo que la novela merece la pena.
Un beso.
Hola Rosa,
ResponderEliminarCon esta reseña uno quiera leerla, qué buena.
Por cierto, ¿puedo decir ya que Alex (el marido), no me cae muy bien? :)
Me la apunto como pendiente.
Besos.
Alex es divertido, el Fenómeno, le llama Isabel. Tiene todas las características del hombre bueno, pero un poco tontorrón e indolente, además de un poco escapista con sus responsabilidades, pero es gracioso.
EliminarUna novela muy recomendable.
Un beso.